Dear little wolf
Summary: DAY 1 – Werewolves,#FaberryWeek2022
Descargo de responsabilidad: no poseo derecho alguno sobre el show y/o sus personajes, sólo la de esta historia que tiene perfecto sentido en mi cabeza y en todo aquel o aquella que decida compartirla conmigo.
DAY 1 – Werewolves
Nota: Quinn se queda con Beth, sus padres no son unos desgraciados, Quinn y Rachel 17 años en McKingley High School.
…
- Mierda, mierda, ahhhhhh ¡ - gritó Rachel antes de que todo se volviera oscuro.
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- Hmmm – murmuró Rachel con un dolor de cabeza tremenda, gimiendo por la luz y el dolor.
- Está bien Rachel, todo estará bien, enfermera atenúe la luz – pidió el doctor a su colega que inmediatamente lo hizo.
- Bebé, mi amor…
- Por favor, deme un poco de espacio – pidió el doctor auscultando a su adolescente paciente, midiendo la reacción de sus pupilas con su linterna, de ahí la luz y de la propia sala.
Rachel volvió a gemir, ignorando que despertaba después de tres días de estar en ese hospital.
- Rachel soy el doctor Tomas, estás en el hospital…
- Hmmm – murmuró nuevamente abriendo los ojos y mirando alrededor todo.
- Tuviste un accidente, te has roto el brazo derecho, tienes un traumatismo medio y un esguince en el pie izquierdo, fuera de todos los golpes que te diste, magulladuras en la zona media, mas no rotura de costillas o de órganos internos…
Hiram asintió, Leroy volteó los ojos ante tanta jerga de médico que soltaban a su nena que les miraba entendiendo la mitad de todo – es decir, mi vida – acotó él mirándole con mucho amor al igual que lo hacía su marido y con una sonrisa tierna de parte de la enfermera al ser partícipe de esa escena – que los doctores ya se encargaron de revisarte, de operarte, de solucionar todo lo que había que solucionar que pueden hacer ellos, vas a estar mejor, no ahora mismo, pero pronto mi amor.
- ¿Te acuerdas qué ocurrió? – preguntó el doctor.
Rachel se mantuvo pensativa por un largo tiempo antes de decir – me salvó un lobo – para después quedarse callada preocupando a los adultos de la sala, el doctor, la enfermera y sus padres.
El doctor y la enfermera se miraron en silencio como preocupados por su estabilidad mental, Hiram que también era cirujano, pero en otro hospital se dio cuenta de ello, más antes que cualquiera de los tres dijera algo, Leroy pidió a su bebé - ¿Puedes contarme que ocurrió amor? – de la manera más dulce, con aquel tono de voz que cobijaba su hija cuando había tenido un día malo, Rachel le miró y empezó a sollozar, con lo que él ofreció sus brazos, su pecho y todo su ser para confortar a la razón de su vida, junto a su marido.
Pasados los minutos, Rachel sostenida de cada mano por uno de sus padres, ya que si no hubiera el suficiente dramatismo no sería Rachel Bárbara Berry, en una de las imágenes más tiernas que había visto el doctor al cabo de un largo tiempo empezó a narrarle como es que durante una excursión, todo casi termina trágicamente mal.
Misma que ocurrió tres días antes.
Inicio de flashback.
Un jueves muy frío y lluvioso al iniciar la noche, los chicos del Glee Club regresaban de un evento junto a las porristas, yeahhh, gran shock de parte de Sue Silvester al estar compartiendo bus con ellos.
Ocurrió que ella ni a balas los iba a dejar subir - si quieren que empujen – dijo en algún momento, más ella deseaba tener el apoyo de un patrocinador adicto a caridades y actos sociales como trabajar con desadaptados "lugar dónde clasificó según su juicio a los chicos del Glee Club" y pues el patrocinio era para ellos, pero siendo Sue, se la ideó para quitarles la mitad, de ahí de que ambos grupos estén en el mismo bus retornando del último evento social de dicho patrocinador.
Las porristas estaban en la parte delantera del bus.
Los chicos del club Glee en la parte trasera.
- En el sótano, dónde deben de estar – acotaba cada tanto Sue mientras William gemía decidiendo ignorarla.
Y aparte de la vibra pasivo agresiva súper incómoda que ambos grupos se estaban dando, ese no era el gran problema, el gran problema, el "gran elefante dentro de una cristalería" en el bus, ésta vez no era Quinn que hacía todo lo posible para no mirar a Rachel con ojitos de amor, re enamorada, re embobada por su diva que según a su parecer no le daba ni la hora y que andaba detrás de su exnovio recién dada su ruptura.
- Tienes que hacer algo Fabgay, porque te advierto, ni bien lleguemos a McKingley High, ese árbol con el que salías la reclamarás como su novia.
- Cállate, sólo cállate – susurró Quinn con fiereza a su mejor amiga/enemiga/compinche Santana.
El gran problema en ese bus era la interacción entre Sue Silvester y Mr Schuester, disparándose mierda con ventilador sobre porque uno de sus chicos era útil y la otra parte basura y ni siquiera reciclable.
- Sueeeeeeee ¡ - volvió a gritar el profesor,
Ella lo ignoró y siguió.
Aquel fue el gran problema, no sólo el que fueran discutiendo gran parte del tramo, sino la posición dónde iban sentados, detrás del conductor, que mencionado un apelativo que causó muchas carcajadas ante varias chicas y el mismo conductor – oh William el que se pica pierda – soltó ella burlona por lo rojo que se puso el profesor.
La pequeña distracción del conductor justo antes de atravesar un túnel, lo que causó no lo atravesara, sino que se desviara unos metros golpeando la pequeña barda a un lado, el carro inclinándose por rozar dicha estructura y éste cayendo varios metros hacia abajo por el pequeño abismo que rodeaba la carretera y que la iniciaba, el bus con todos ellos cayó por cincuenta metros, dando varios vuelcos, atravesando un espeso bosque y terminando en un río.
Si aquel incidente se hubiese dado saliendo del túnel, justo recorriendo los cien metros que les separaba para conectar una segunda carretera principal, todos ellos hubiesen muerto.
Rachel como todos los estudiantes y adultos dentro del bus dieron varias vueltas de campana dónde ella juró haber visto un lobo de cabellera dorada, pero aquello era imposible ¿Verdad?
Rachel antes del impacto final, salió expulsada del bus al romperse una ventana lateral hacia el río, dónde el impactó con el fondo del mismo rompiéndose el brazo derecho, para luego ser arrastrada por la corriente hasta un kilómetro más abajo, que es dónde la encontrarían.
Fin de flashback.
- Amor no hay lobos en esa zona, incluso a sus alrededores – acotó Leroy.
- Amor, déjala seguir, sigue nena – le pidió su papá Hiram y Rachel asintió para luego seguir en lo que el doctor y el mismo Hiram ya estaban considerando en su mente, teorías para explicar aquello.
Inicio de flashback.
Rachel gritó cuánto pudo, más cuando se dio cuenta que el río se internaba más en el bosque y el gritar le quitaba fuerzas para mantenerse a flote, decidió poner su énfasis en lo segundo.
- Mierda – volvió a jurar Rachel cuando la corriente le hizo dirigirse hacia una gran roca dónde se golpeó y perdió la conciencia.
Fin de flashback.
- ¿Y el lobo? – preguntó esta vez la enfermera.
- Un lobo dorado, como si fuera un gato rubio de ese color, con su carita blanca, me salvó, se quedó conmigo toda la noche y parte de la mañana hasta cuando me encontraron.
Un silencio llenó la sala, nadie podía explicar eso, si Rachel se hubiese quedado sola, mojada, a orillas del río o sumergida en ella, dada la temperatura de la noche, hubiese muerto de hipotermia, pero en cambio, la encontraron sobre la arena, a varios metros del río, con una fogata al lado, con su mano sujeta al hombro por una cuerda de saltar que no era suya y con restos de huellas de un gran canino, todo circunstancial dijo el policía que investigó el caso - talvez alguien junto a un gran perro, le ayudaron y le dejaron ahí – había sostenido el oficial en su momento.
Aquello no podían explicarlo y dada la enorme confusión de ellos y la certeza de Rachel que era justamente eso lo que ocurrió, el médico no quiso contradecirla, quitando eso, el resto estaba bien, por lo que decidió ignorarlo, no sin antes hablar con sus padres fuera de la sala.
- Encuentro que ésto del lobo puede ser un mecanismo de su mente para protegerse del gran impacto de su accidente – sentenció y los tres hablaron un poco más, pero básicamente quedó así.
Sue y Will quedaron con magulladuras, de los estudiantes, uno que otro con una fractura mayor, fue el caso más alarmante.
Cuando el doctor permitió Rachel pueda caminar por el ala del hospital, ella visitó a cada uno de los que estaban ahí, incluso a las porristas.
- ¿Dónde está Quinn? – preguntó viendo que no la encontró al pasar las horas a Santana, que estaba en un cuarto con la pierna rota, con su novia que no tenía ni un solo rasguño y le estaba dando de comer gelatina en la boca.
- Sanny me envolvió en un abrazo – replicó ante su mirada incrédula y Rachel le arrulló
- Púdrete – murmuró sonrojada Santana a Rachel, ella rió y con una charla amena salió.
Un día después fue dada de alta, un par de días después de volver al colegio y de no encontrar a Quinn, cumplida una semana desde el accidente, un jueves temprano antes de ir a clases, ella se encontraba recostada en su cama con los ojos cerrados conectando los puntos ante aquello que no había querido mencionar a sus padres y con ese pensamiento en mente, salió decidida a buscar a Quinn, a su lobita.
Ya que no manejaba, caminó por quince minutos como meditando si aquello que estaba pensando era verdad o sólo había enloquecido.
Rachel no tocó la puerta, no quería alertar a Quinn, quería sorprenderla, así que con la llave que sabía guardaba bajo una maceta (Britanny se lo había dicho) abrió la puerta con torpeza dado su brazo enyesado – ahhh ¡ - gritó al verla.
- Mierda Rachel ¡ - gritó Quinn del susto cayendo de trasero cerca al jacuzzi, ella sólo con sus bragas.
Rachel corrió hacia ella, se arrodilló y antes de que Quinn dijera algo, cogiendo con ambas manos su carita le dijo – eres tú, sé que eras tú y sé que eres tú.
Y al contrario de que Quinn elaborara alguna mentira, le miró por largos segundos antes de preguntar - ¿No estás asustada?
Imposible mentirle dado su propio aspecto.
- ¿De qué? ¿De ti convirtiéndote en lobo o loba, mejor dicho? No, para nada – Quinn expulsó el aire no sabía contenía – de ti hecha mierda con casi todo el cuerpo morado, molido de tantos golpes sí y mucho – Quinn bufó y Rachel le pidió con la mirada que le explique aquellas partes no podía conectar, mientras le ayudaba a ponerse de pie y meterse en el jacuzzi, sonrojándose cuando Quinn emitió un ruidito placentero, Rachel se sentó a su lado por la parte de fuera.
Quinn podía transformarse en una lobita básicamente desde que tenía memoria, pero no podía asociarlo como tal (sólo desde que tuvo cinco años aquello fue explicado por sus padres y como su papá podía hacerlo también). Era gracioso cuando era pequeña, incluso salía con sus padres a la calle y parecía una muy tierna cachorro de Husky, más al ser grande si quería salir a la calle debía de ser con una persona al lado, como si fuera su perra, con collar o arnés para parecer una Husky adulta y no la loba que era, que ya de por sí causaba impresión al verla de lo imponente que era, así como debía de tener cuidado en tiempo de caza en condados aledaños, por lo magnífico de su pelaje.
Cuando ocurrió el accidente, Quinn no pudo llegar a tiempo a Rachel, pero si se transformó en lobo para protegerse, dado que así sus huesos eran más fuertes, de ese modo no se quebró nada, por más que la parte dónde estaba impactó en una gran roca al caer, a diferencia de la porrista a su lado que se quebró un par de costillas.
Cuando Rachel cayó en el río y gritó al ser arrastrada, en ese estado Quinn la siguió con la mirada hasta que pudo salir del bus y empezar a correr por el lateral del mismo, hasta cuando vio a Rachel impactar en la gran roca, es entonces que atravesó el río para llegar a ella, convertirse en ser humano luego para sacarla del río y tratar de ayudarle, de despertarle.
- Imagínate mi desconcierto si te hubieras levantado y me vieras desnuda tu lado, ¿Cómo lo hubiese explicado? – preguntó muy rojita, ya que al convertirse obvio su ropa se destrozaba si no se la hubiese quitado ya. Rachel rió tiernamente, para después arrullar a Quinn que se puso mucho más rojita y más al ella besarle su mejilla y pedirle siga con su relato, Quinn siguió explicándole lo ocurrido…
Quinn le acomodó el brazo lo mejor que pudo, cogiendo material que vio fue arrastrado por la corriente entre ellos, un polo blanco que desgarró que, aunque húmedo lo usó como vendas y la cuerda que usó para mantener en posición el brazo con el hombro para que no se mueva mucho, después de ello, hizo una fogata que aprendió siendo una niña exploradora.
- ¿Quéééeé, en serio? – preguntó Rachel interrumpiendo su relato causando la carita de Quinn se ponga más roja, por lo que le volvió a arrullar, cogió su carita y le dio un tierno beso en cada ojito suyo hasta que ambas se encontraron riendo, con el corazón de ambas latiendo a lo loco por su propia cercanía, para ese momento Quinn hecha papilla por todo lo que hacía Rachel y Rachel anonadada por el momento que estaba viviendo con Quinn – por favor sigue – le volvió a pedir y así hizo Quinn.
Quinn se mantuvo a su lado, convirtiéndose en loba, con la fogata secó el pelaje de su pecho y se mantuvo al lado de Rachel, más cuando la fogata atenuó, al intensificar la lluvia, por más que Quinn lo hizo debajo de un árbol muy frondoso, ella en su estado de loba se recostó sobre Rachel para cubrirla con su cuerpo y mantenerla caliente y segura, ya que en la noche otros animales depredadores se acercaron a por el olor de la sangre, Quinn se mantuvo en vigilia espantándolos cada nada, incluso peleando con un par de ellos.
- Por la mañana cuando oí voces y pisadas acercarse, te dejé y viendo que te subían a la ambulancia me fui de ahí, ya luego le expliqué todo a mamá.
- Claro, por eso tienes todo el cuerpo morado como si te hubiesen dado una paliza brutal – Quinn asintió – y rastros de hipotermia por esa noche fría, tu mamá te está cuidando bien ¿Verdad? – Quinn volvió a asentir, Judy era cirujana en el mismo hospital de Hiram, por lo que tenía acceso a todos esos medicamentos – me salvaste la vida Quinn.
- No, no llegué a tiempo en el carro – soltó preocupada mirando su yeso.
- Me salvaste la vida y eso es todo – repitió Rachel sentada a su lado fuera del jacuzzi y como vio que Quinn seguía negando con su cabeza, Rachel se acercó para darle un beso en la mejilla, pero Quinn se movió y se lo dio en sus labios con lo que ambas se quedaron sin palabras mirándose sonrojadas.
Quinn se lamió los labios y ese momento hipnotizó a Rachel, por lo que se acercó otra vez y esta vez la besó sobre los labios con toda la intención, gimiendo ambas en el proceso, aquel fue su primer beso, el primero de muchos.
Ambas separándose sólo para acariciar sus rostros y volver a besarse –sal de ahí – pidió Rachel al ver que pasaba mucho tiempo y así lo hizo Quinn, Rachel sonrojada por lo hermosa de Quinn, le ayudó a ponerse de pie y a salir del jacuzzi para que luego se cambie Quinn a algo más cómodo.
- Joder que es sexy - susurró para sí misma oyendo un ruidito de fondo de lo más adorable, por más que Quinn estaba literal, en otro ambiente, con lo que ella bufó – ufff, claro que tenía que tener súper oído. ¿Oíste eso eh? – preguntó sentándose en la cama igualmente a susurros mirando hacia la dirección de Quinn – ok escucha ésto entonces, en el carro, no me mirabas, ahora sé que no estabas ignorándome sólo preocupada de que regrese con Finn, sino por otra cosa sumamente idiota de que me diera cuenta cuanto te gusto, ¿Sabes? te estás demorando en pedírmelo.
- ¿Eh? – Quinn salió del closet apresurada con una polera manga larga y short cortos, ambos blancos con una pregunta en su mirada.
- Lo que oíste Fabray, me lo pregunto yo, se lo preguntan Santana y Brittany, hasta me lo pregunta el señor que vende periódicos en la plaza.
- ¿Qué cosa?
Rachel le dedicó su sonrisa Berry, aquella que derritió a Quinn, quien se acercó a ella lentamente – se preguntan, como si eres tan inteligente, no te has dado cuenta lo mucho que me gustas.
- ¿Te gusto? – preguntó sentándose a su lado. Rachel sonrió sobre sus labios, luego Quinn y ambas se volvieron a besar, claro que se gustaban mutuamente y mucho.
…
Por la tarde, Judy regresó preocupada de dejar mucho tiempo a su niña sola – awww – les arrulló al abrir la puerta y dejar correr a Beth en su estado de lobita, saltar a la cama y despertar a Rachel a besos que estaba recostada al lado de Quinn en su estado de loba (Rachel pidió que se transformara para verla en ese estado y ella siendo tan azotada como ya era, lo hizo, sólo para ganarse un montón de mimos, arrullos y muchos besos).
- ¿Beth? – preguntó con lo que la lobita presionó su nariz fría en el cuello de Rachel, claro que era Beth, ¿Quién más, Santa Claus?
Ante tanto amor, Rachel arrulló a ambas, sobre todo a la pequeña lobita que era de lo más perfecta del mundo entero, igual a su madre.
Esa misma noche Judy y Russell citaron a los padres de Rachel a la casa para explicarles la situación, ninguno se asustó, sino más bien, quedaron encantados que Quinn haya protegido a su bebé y obvio, con la pequeña lobita que los enamoró y más con su aullido, en su estado de lobita y después de bebé de dos añitos.
Desde ese día, la presencia de Quinn fue recurrente en la casa Berry y la de Rachel en la de Quinn, ya siendo normal para los padres pasar por la habitación de sus hijas y encontrarlas juntas, muchas veces, viendo películas, conversando, haciendo tarea, de todo un poco y muchas veces también Quinn como loba recostada al lado de Rachel como si fuera su mascota o un peluche de tamaño real muy pero muy real.
Para todos ellos era normal, excepto para Finn que fue un día queriendo sorprender a Rachel para proponerle salir, se coló en su casa y su cuarto para darle una serenata, encontrándose con la loba, gruñéndole y mostrándole sus dientes, Finn nunca corrió más rápido en su vida.
- Amor, pórtate bien – pidió luego Rachel recostada a su lado – awww – arrullándole luego al Quinn darle unos ojos de cachorrita.
