HARRY POTTER LE PERTENECE A JK ROWLING

Harry Potter, los personajes y todo lo de negrita le pertenecen a

J. K. ROWLING.

Espero que les guste el capítulo, por favor voten y comenten que les parece. R ecuerden que a los que escriben como invitados les contesto en la misma sección de comentarios.

Quién va a leer ahora_ preguntó Albus.

Lo haré_ se ofreció Cedric, recibiendo el libro.

La noble y ancestral casa de los Black_ Narcissa sonrió mientras Sirius y Andrómeda hacían muecas, intuyendo lo que saldría en el capítulo.

La señora Weasley los seguía muy seria por la escalera. —Quiero que os vayáis directos a la cama, y nada de hablar —dijo cuando llegaron al primer rellano—. Mañana nos espera un día muy ajetreado. Espero que Ginny ya esté dormida —añadió, dirigiéndose a Hermione—, así que intenta no despertarla.

Hermione y Ginny compartieron una discreta sonrisa que por suerte Molly no notó.

—Sí, dormida, ya —murmuró Fred por lo bajo después de que Hermione les diera las buenas noches, y siguieron subiendo hasta el siguiente piso—. Si Ginny no está despierta esperando a que Hermione le cuente todo lo que han dicho abajo, yo soy un gusarajo… —

Parece que tienes un gusarajo por novio Hermione_ rió Ginny, haciendo que varios rieran ante la mirada ofendida de Fred.

Sabes perfectamente que no estabas dormida_ dijo Fred_ deja de reír, Hermione_ ella besó su mejilla, pero no se detuvo.

Muy bien, Ron, Harry… —les indicó la señora Weasley cuando llegaron al segundo rellano, señalando su dormitorio—. A la cama. —Buenas noches —dijeron Harry y Ron a los gemelos. —Que durmáis bien —les deseó Fred guiñándoles un ojo. La señora Weasley cerró la puerta detrás de Harry con un fuerte chasquido. El dormitorio parecía aún más frío y sombrío que la primera vez que Harry lo había visto. El cuadro en blanco de la pared respiraba lenta y profundamente, como si su invisible ocupante estuviera dormido.

La casa ya era lo bastante aterradora sin esa idea_ le dijo Ron a Harry.

Estamos acostumbrados a los fantasmas_ dijo Harry.

Pero dudo mucho que los fantasmas de esa casa fueran amigables_ dijo Astoria_ los cuadros no lo son.

No hay fantasmas_ aseguró Sirius.

Harry se puso el pijama, se quitó las gafas y se metió en la fría cama, mientras Ron lanzaba unas cuantas chucherías lechuciles hacia lo alto del armario para apaciguar a Hedwig y Pigwidgeon, que, nerviosas, no paraban de hacer ruido moviendo las patas y las alas. —No podemos dejarlas salir a cazar todas las noches —explicó Ron mientras se ponía el pijama de color granate—. Dumbledore no quiere que haya demasiadas lechuzas sueltas por la plaza porque dice que podrían levantar sospechas. ¡Ah, sí! Se me olvidaba… Fue hacia la puerta y echó el cerrojo. —¿Por qué haces eso?

Si Ron_ dijo Seamus_ por qué te encierras con Harry_ preguntó moviendo las cejas, haciendo reír a todos mientras los chicos se ponían muy rojos.

Si no hubieras interrumpido lo sabrías_ dijeron Harry y Ron fulminándolo con la mirada.

Era una simple pregunta_ dijo Seamus levantando las manos en rendición_ no hay por qué enojarse.

Si claro_ dijo Harry.

—Por Kreacher —aclaró Ron, y apagó la luz—. La primera noche que pasé aquí entró a las tres de la madrugada. Créeme, no es nada agradable despertarse y encontrarlo paseándose por la habitación.

Por qué lo hizo_ preguntó Susan.

Molestar_ dijo Ron encogiéndose de hombros_ segura en este capítulo lo conocen.

En fin… —Se metió en la cama, se tapó bien y se volvió hacia Harry en la oscuridad; éste veía su contorno gracias a la luz de la luna que se filtraba por la mugrienta ventana—. ¿Tú qué opinas? Harry sabía a la perfección a qué se refería su amigo. —Bueno, no nos han contado gran cosa que no pudiéramos haber imaginado, ¿verdad? —contestó, pensando en todo lo que se había hablado abajo—. En realidad lo único que han dicho es que la Orden intenta impedir que la gente se una a Vol… — Ron soltó un gritito ahogado— demort —acabó Harry con firmeza—.

Ron se puso rojo cuando todos estallaron en carcajadas y miró mal a Harry que era el que más reía.

¿Cuándo piensas empezar a llamarlo por su nombre? Sirius y Lupin lo hacen. Ron no hizo caso de ese último comentario. —Sí, tienes razón —dijo—, ya sabíamos casi todo lo que nos han contado gracias a las orejas extensibles. Lo único nuevo es que… ¡CRAC! —¡Ay! —Baja la voz, Ron, si no quieres que venga mamá. —¡Os habéis aparecido encima de mis rodillas! —Sí, bueno, es que a oscuras es más difícil.

Obviamente, Ron_ dijo Hermione con sarcasmo_ debes ser mas comprensivo con tus hermanos_ añadió sobre las risas de los demás.

Lo siento chicos_ dijo Ron logrando verse apenado, los gemelos asintieron intentando no reír.

Parece que eso de acompañarlos a sus habitaciones ya servirá_ dijo Molly viendo las sonrisas inocentes que le mandaban sus hijos.

Harry vio las borrosas siluetas de Fred y de George saltando de la cama de Ron. Luego oyó un chirrido de muelles, y el colchón de Harry descendió unos cuantos centímetros porque George se había sentado cerca de sus pies. —Bueno, ¿ya lo habéis captado? —inquirió George con avidez. —¿Lo del arma que Sirius ha mencionado? —preguntó Harry. —Yo diría que se le ha escapado —opinó Fred, muy contento.

Claro_ dijo Tonks con sarcasmo_ se le "escapó" _ añadió haciendo comillas con los dedos.

Me dueles tus insinuaciones Tonks_ dijo Sirius_ fue un completo accidente_ aseguró.

Si tu lo dices_ dijeron todos.

Se había sentado al lado de Ron—. Eso nunca lo habíamos oído con las extensibles. —¿Qué creéis que es? —siguió preguntando Harry. —Podría ser cualquier cosa —contestó Fred. —Pero no puede haber nada peor que la maldición Avada Kedavra, ¿verdad? —dijo Ron—. ¿Qué hay peor que la muerte?—Quizá sea algo capaz de matar a muchísima gente a la vez —sugirió George. —A lo mejor es una forma particularmente dolorosa de matar —dijo Ron, atemorizado. —Para causar dolor tiene la maldición Cruciatus —recordó Harry—, no necesita nada más eficaz que eso. Hubo una pausa, y Harry se dio cuenta de que los otros, como él, estaban preguntándose qué horrores podría perpetrar aquella arma. —

Seria bueno saber_ dijo Cormac_ por algo Voldemort la busca.

Solo esperemos que no la encuentre_ dijo Millicent.

Es poco probable que la encuentre_ dijo Albus pensativo.

Ya sabe qué es el arma_ preguntó Dean, Albus no contestó, así que la lectura continuó.

¿Y quién creéis que la tiene ahora? —preguntó George. —Espero que alguien de nuestro bando —contestó Ron con una voz que denotaba cierto nerviosismo.

Esperemos que si_ dijo todo el ED, lo ultimo que necesitaban era que Voldemort tuviera un arma especial.

—Si es así, debe de tenerla guardada Dumbledore —dijo Fred. —¿Dónde? —preguntó con rapidez Ron—. ¿En Hogwarts? —¡Seguro que sí! —afirmó George—. Allí fue donde escondió la Piedra Filosofal.

Si es importante saldrá en el libro_ dijo Albus cuando todos voltearon a verlo, decepcionándolos, pero como sabían que no habría respuesta, siguieron con la lectura.

—Pero ¡esa arma debe de ser mucho más grande que la Piedra! —objetó Ron. —No necesariamente —contestó Fred. —Sí, el tamaño no es garantía de poder —advirtió George—.

Así es_ dijo el profesor Flitwick_ el tamaño no importa_ añadió recordando las veces que lo habían subestimado.

Qué pasa_ preguntó Minerva cuando todos miraron al profesor antes de estallar en carcajadas.

No quieres saber_ dijo Remus_ solo sigamos_ le dijo a Cedric que asintió.

Y si no, mirad a Ginny. —¿Qué quieres decir? —preguntó Harry. —Nunca te ha echado uno de sus maleficios de los mocomurciélagos, ¿verdad? —

Es horrible_ dijeron los gemelos estremeciéndose.

Se lo merecían_ dijo Ginny luciendo orgullosa de sí misma.

Ojalá nunca la haga enojar_ dijo Blaise, recibiendo una sonrisa exageradamente dulce de su novia.

¡Chissst! —exclamó Fred haciendo ademán de levantarse de la cama—. ¡Escuchad! Se quedaron callados. Y, en efecto, oyeron pasos que subían por la escalera. —Es mamá —aseguró George, y sin más preámbulos se oyó un fuerte estampido, y Harry notó que el peso del cuerpo de George desaparecía de los pies de su cama. Unos segundos más tarde, oyeron crujir la madera del suelo al otro lado de la puerta; la señora Weasley sólo estaba escuchando para saber si hablaban o no.

Molly se puso muy roja cuando todos la miraron con diversión.

Están de vacaciones Molly_ dijo Amelia con una risita_ déjalos hablar lo que quieran.

Teníamos un día ocupado al día siguiente_ explicó Molly sonriendo.

Recuérdenme que les enseñe un buen hechizo silenciador_ susurró Sirius, ellos le sonrieron y asintieron, teniendo cuidado que Molly no se enterara de que hablaban.

Hedwig y Pigwidgeon emitieron unos melancólicos ululatos. La madera del suelo volvió a crujir, y comprendieron que la señora Weasley subía al otro piso para ver qué hacían Fred y George. —Es que no confía nada en nosotros —se lamentó Ron.

Me preguntó por qué será_ dijo Molly.

Nosotros también_ dijo George_ nunca hacemos nada indebido_ Fred asintió rápidamente.

Harry estaba convencido de que no podría conciliar el sueño; durante la velada habían surgido tantos temas que suponía que pasaría horas despierto, reflexionando sobre lo que se había hablado. Le habría gustado seguir charlando con Ron, pero la señora Weasley bajaba de nuevo la escalera, y tan pronto como sus pasos se desvanecieron, Harry oyó que otros subían… Sí, unas criaturas con muchas patas correteaban arriba y abajo, al otro lado de la puerta del dormitorio, y Hagrid, el profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, iba diciendo: «Son preciosas, ¿verdad, Harry? Este año vamos a estudiar armas…», y Harry vio que aquellas criaturas tenían cañones en lugar de cabezas y que se daban la vuelta hacia él…

Harry no podía estar más rojo cuando todos estallaron en carcajadas.

Lo peor de todo es que puedo imaginar a Hagrid haciendo eso_ dijo Daphne todos asintieron.

No conozco una criatura que luzca así_ dijo Hagrid, pensativo.

Por suerte para nosotros_ dijo Tracy, todos asintieron.

Se agachó… De pronto, se encontró hecho un ovillo debajo de las sábanas, mientras la potente voz de George resonaba en la habitación. —Mamá dice que os levantéis; tenéis el desayuno en la cocina y luego os necesita en el salón. Hay muchas más doxys de las que ella creía, y ha encontrado un nido de puffskeins muertos debajo del sofá.

Hay algo que no hubiera en esa casa_ preguntó Theo.

Alguien que limpiara mientras yo no estaba_ contestó Sirius_ ahora tenemos que hacerlo_ suspiró.

Media hora más tarde, Harry y Ron, que se habían vestido y habían desayunado muy deprisa, entraron en el salón: una estancia alargada de techo alto, que se hallaba en el primer piso, cuyas paredes eran de color verde oliva y estaban cubiertas de sucios tapices.

Suena a que con un poco de limpieza ser vería hermoso_ dijo Susan.

Ciertamente lo era_ dijo Narcissa con una sonrisa nostálgica.

De la alfombra se levantaban pequeñas nubes de polvo cada vez que alguien la pisaba, y las largas cortinas de terciopelo de color verde musgo zumbaban, como si en ellas se aglomeraran invisibles abejas. La señora Weasley, Hermione, Ginny, Fred y George estaban apiñados alrededor de ellas, y todos llevaban un pañuelo anudado en la parte de atrás de la cabeza, que les cubría la nariz y la boca y les daba un aire extraño. Cada uno llevaba en la mano una botella muy grande, que tenía un pitorro en el extremo, llena de un líquido negro. —Tapaos la cara y coged un pulverizador —ordenó la señora Weasley a Harry y a Ron en cuanto los vio, señalando otras dos botellas de líquido negro que había sobre una mesa de patas muy finas—. Es doxycida. Nunca había visto una plaga como ésta. No sé qué ha estado haciendo ese elfo doméstico en los diez últimos años… Aunque Hermione llevaba la cara tapada, Harry vio con claridad que le lanzaba una mirada llena de reproche a la señora Weasley.

No lo hice_ dijo Hermione rápidamente mirando mal a Harry que le sonrió.

Claro que no_ dijo Molly con sarcasmo_ no entiendo como no lo vi_ añadió.

No fue muy evidente_ Harry.

Todos sabemos que lo hiciste, Hermione_ dijo Neville cuando Hermione iba a negar otra vez.

—Kreacher es muy viejo, seguramente no podía… —Te sorprendería ver de lo que es capaz Kreacher cuando le interesa, Hermione —afirmó Sirius,

Si quisiera podría haberlo hecho_ dijo Sirius.

Supongo_ murmuró Hermione.

que acababa de entrar en el salón con una bolsa manchada de sangre llena de algo que parecían ratas muertas—. Vengo de dar de comer a Buckbeak — añadió al distinguir la mirada inquisitiva de Harry—. Lo tengo arriba, en la habitación de mi madre.

A la tía le encantaría oír eso_ dijo Andrómeda.

También lo pensé_ dijo Sirius_ pero por alguna razón parecía indignada ante la idea_ informó, fingiendo desconcierto.

Bueno, a ver… este escritorio… —Dejó la bolsa de las ratas encima de una butaca y se agachó para examinar el mueble; entonces Harry notó que el escritorio temblaba ligeramente—. Mira, Molly, estoy convencido de que es un boggart —comentó Sirius mirando por la cerradura—, pero quizá convendría que Ojoloco le echara un vistazo antes de soltarlo. Conociendo a mi madre, podría ser algo mucho peor. —Tienes razón, Sirius —

Así que pueden estar de acuerdo en algo_ dijo Minerva_ es bueno saberlo.

Podemos estar de acuerdo en muchas cosas_ dijo Molly.

Simplemente elegimos no hacerlo_ asintió Sirius, sonriendo con descaro cuando Molly lo miró mientras los demás reían.

coincidió la señora Weasley. Ambos hablaban en un tono muy educado y desenfadado que le dio a entender a Harry que ninguno de los dos había olvidado su discusión de la noche anterior.

Por supuesto que no_ dijeron ambos.

Dudo que alguna vez se olvide_ murmuró Remus, solo Sirius lo escuchó y se encogió de hombros.

En el piso de abajo sonó un fuerte campanazo, seguido de inmediato por el mismo estruendo de gritos y lamentos que Tonks había provocado la noche pasada al tropezar con el paragüero.—

Oh Tonks_ dijeron todos entre risas.

Maldito paragüero_ dijo Tonks_ seria bueno que mi tío lo sacara de ahí_ añadió.

Seria menos divertido_ dijo Sirius, recibiendo una mala mirada.

¡Estoy harto de decirles que no toquen el timbre! —exclamó Sirius, exasperado, y salió a toda prisa del salón. Lo oyeron bajar precipitadamente la escalera, mientras los chillidos de la señora Black volvían a resonar por toda la casa. —¡Manchas de deshonra, sucios mestizos, traidores a la sangre, hijos de la inmundicia!… —Harry, cierra la puerta, por favor —le pidió la señora Weasley. Harry se tomó todo el tiempo que pudo para cerrar la puerta del salón porque quería escuchar lo que estaba pasando abajo.

Cuanto podrías escuchar al hacer eso_ preguntó Daphne.

Te sorprendería_ dijo Harry, varios asintieron.

Era evidente que Sirius había conseguido cerrar las cortinas y tapar el retrato de su madre, porque ésta dejó de gritar. Harry oyó que Sirius andaba por el vestíbulo, y luego, el tintineo de la cadenilla de la puerta de la calle y una voz grave que identificó como la de Kingsley Shacklebolt, que decía: —Hestia acaba de relevarme, así que ahora tiene la capa de Moody. Me ha parecido oportuno comunicar a Dumbledore… Harry notó los ojos de la señora Weasley clavados en su nuca, así que cerró con pesar la puerta del salón y se unió a la brigada de limpieza de doxys.

No puede ser_ se quejó Luna.

Qué era lo que le comunicarían_ preguntó Collin mirando a Kingsley, que frunció el ceño pensativo.

Tal vez sale en el libro_ contestó Kingsley_ no recuerdo bien_ nadie sabía si era cierto, pero dejaron seguir la lectura.

La señora Weasley estaba encorvada sobre la página correspondiente a las doxys de Gilderoy Lockhart: guía de las plagas en el hogar, que estaba abierto encima del sofá.

En serio, Molly_ preguntó Augusta.

Nadie me dijo que era un farsante_ se defendió Molly sonrojada.

—Bueno, muchachos, tenéis que ir con cuidado porque las doxys muerden y sus dientes son venenosos. Aquí tengo una botella de antídoto, pero preferiría no tener que utilizarlo. —Se enderezó, se plantó delante de las cortinas e hizo señas a los demás para que se acercaran—. Cuando dé la orden, empezad a rociar las cortinas — dijo—. Ellas saldrán volando hacia nosotros, o eso espero, pero en los pulverizadores dice que con una sola rociada quedan paralizadas. Cuando estén inmovilizadas, ponedlas en este cubo. —Se apartó con cuidado de la línea de fuego de los demás y levantó su pulverizador—. ¿Preparados? ¡Disparad! Harry sólo llevaba unos segundos pulverizando las cortinas cuando una doxy de tamaño considerable salió volando de un pliegue de la tela, agitando sus relucientes alas de escarabajo y enseñando los diminutos y afilados dientes. Tenía el cuerpo de hada cubierto de un tupido pelo negro y los cuatro pequeños puños apretados con furia.

Creo que la enojaste Harry_ dijo Hanna con una risita.

A quien no le guata que lo pulvericen_ dijo Harry con sarcasmo_ a mí me encanta.

Lo sabemos_ dijeron Ron y Hermione.

No era enserio_ dijo Harry mirándolos mal, mientras los demás los miraban con diversión.

Harry le lanzó un chorro de doxycida en la cara. La doxy se quedó quieta en el aire y cayó produciendo un ruido sordo, sorprendentemente fuerte, sobre la raída alfombra. Harry la recogió y la echó al cubo. —¿Se puede saber qué haces, Fred? —preguntó la señora Weasley con brusquedad—. ¡Rocía a ésa enseguida y métela en el cubo! Harry se dio la vuelta. Fred tenía una doxy cogida entre el índice y el pulgar.

Solo observaba al doxy_ dijo Fred cuando todos lo miraron.

Por qué será que no te creo_ dijo Angelina.

George dile a tu novia que debe apoyarme_ dijo Fred.

Debes apoyarlo Angelina_ dijo George, Angelina rodó los ojos, pero asintió para acabar la "discusión".

—Allá va —dijo Fred con entusiasmo, y roció a la doxy en la cara hasta que la criatura se desmayó; pero en cuanto la señora Weasley se volvió, Fred se guardó la doxy en el bolsillo y guiñó un ojo. —Queremos hacer experimentos con veneno de doxy para elaborar nuestros Surtidos Saltaclases —dijo George a Harry por lo bajo.

Eso podría ser peligroso_ dijo Molly.

Sabemos lo que hacemos_ dijeron los gemelos.

Déjalos Molly_ dijo Arthur_ no hay nada que podamos hacer para impedirlo_ ella no parecía feliz, pero dejó el tema.

Qué quiere decir surtidos salta clases_ preguntó Sproud, los gemelos solo señalaron el libro.

Harry roció con habilidad a otras dos doxys que iban volando directamente hacia su nariz; luego se acercó a George y, sin despegar los labios, murmuró: —¿Qué son los Surtidos Saltaclases? —Una variedad de caramelos para ponerte enfermo —susurró George sin apartar la vista de la espalda de la señora Weasley—. No gravemente enfermo, claro, sino sólo lo suficiente para saltarte una clase cuando te interese.

No puedes saltarte esa parte Cedric_ preguntó Fred, evitando la mirada de su madre.

Claro que no_ dijo Umbridge desagradablemente.

Eso podría ser peligroso, muchacho_ dijo Flitwick, interrumpiendo a Umbridge.

No lo es_ aseguró George.

Fred y yo los hemos creado este verano. Son unos caramelos masticables de dos colores. Si te comes la mitad de color naranja de las pastillas vomitivas, vomitas. En cuanto te dejan salir de la clase para ir a la enfermería, te tragas la mitad morada… —… «que te devuelve a tu estado de salud normal, permitiéndote realizar la actividad de ocio de tu elección durante una hora que, de otro modo, habrías dedicado a un infructuoso aburrimiento.»

Eso es genial_ dijo Adrián, se detuvo antes de decir "yo quiero", no era conveniente delante de tantos profesores.

Realmente funcionan_ preguntó Poppy, intrigada.

Claro que funcionan_ dijeron los gemelos un poco ofendidos por la pregunta.

Bueno, eso es lo que hemos puesto en los anuncios —continuó Fred en voz baja;

Qué anuncios_ preguntó Viktor.

Ahora sale_ contestó George.

se había ido apartando poco a poco del campo visual de la señora Weasley y recogía unas cuantas doxys, que habían quedado esparcidas por el suelo, y se las guardaba en el bolsillo—. Pero todavía tenemos que perfeccionar el invento. De momento, nuestros controladores de calidad tienen problemas para parar de vomitar y comerse la parte morada. —¿Controladores de calidad? —Nosotros —aclaró Fred—. Vamos turnándonos.

Prueban todo en ustedes_ preguntó Minerva.

Hasta tener el producto final_ dijo Fred.

Luego viene lo difícil por qué no todos los organismos reaccionan igual_ dijo George, mientras los profesores fruncían el ceño en confusión, los gemelos evitaban la mirada de Hermione.

George probó los bombones desmayo; el turrón sangranarices lo probamos los dos… —Mamá creía que nos habíamos batido en duelo —dijo George. —

Así que eso era lo que pasó_ dijo Molly.

Han sido capaces de crear ese tipo de enfermedades_ preguntó Poppy, ellos asintieron.

Y solo tuvieron tres TIMOS_ dijo Sybill, desconcertada.

Uno de ellos fue encantamientos_ informó Flitwick, pareciendo orgulloso.

Veo que la tienda de artículos de broma sigue funcionando —murmuró Harry fingiendo que colocaba bien el pitorro de su pulverizador. —Bueno, todavía no hemos tenido ocasión de buscar un local —continuó diciendo Fred, bajando la voz aún más, mientras la señora Weasley se secaba la frente con el pañuelo antes de volver al ataque—,

Ya tienen para un local_ preguntó Bill.

Solo estamos esperando acabar la escuela_ dijo Fred.

Eso es... genial_ dijo Molly luciendo muy asombrada, los gemelos le sonrieron.

así que de momento lo tenemos organizado como un servicio de venta por correo. La semana pasada pusimos anuncios en El Profeta. —Y todo gracias a ti, Harry —añadió George—. Pero no temas, mamá no tiene ni idea. Ya no lee El Profeta porque dice mentiras sobre ti y sobre Dumbledore.

Anuncios en el profeta_ preguntó Arthur, no lo había visto

Era la mejor forma de hacer conocer nuestro negocio _ asintió George.

Recibieron pedidos en el verano_ preguntó Fleur, ellos asintieron.

Harry sonrió. Había obligado a los gemelos Weasley a aceptar los mil galeones del premio en metálico del Torneo de los tres magos que había ganado, para ayudarlos a llevar a cabo su ambicioso plan de abrir una tienda de artículos de broma.

Y parece que fue una excelente decisión_ dijo Sirius.

Sabía que lo sería_ dijo Harry sonriendo a sus amigos.

De todos modos, le alegró saber que la señora Weasley no estaba al corriente de su colaboración, pues ella no creía que dirigir una tienda de artículos de broma fuera una carrera adecuada para dos de sus hijos.

Yo no puedo imaginarlos haciendo nada más_ dijo Lee, varios asintieron.

Empiezo a creer que les irá muy bien_ dijo Minerva, parecía que realmente sabían lo que estaban haciendo.

Gracias profesora_ dijeron Fred y George sinceramente.

La desdoxyzación de las cortinas les llevó casi toda la mañana. Ya era más de mediodía cuando la señora Weasley se quitó por fin el pañuelo protector y se dejó caer en una mullida butaca, pero dio un salto al tiempo que soltaba un grito de asco, pues se había sentado encima de la bolsa de ratas muertas.

Oh honestamente, Harry_ se quejó Molly sonrojada cuando todos rieron_ por qué tenías que notarlo.

Ahora sabes lo que sentimos_ dijeron Ron y Hermione.

Las cortinas habían dejado de zumbar y colgaban mustias y húmedas después de la intensa pulverización. A los pies de las cortinas, las doxys inconscientes estaban amontonadas en el cubo, junto a un cuenco de huevos negros de doxy que Crookshanks olfateaba y a los que Fred y George lanzaban codiciosas miradas.

Ya sé que te regalare para nuestro primer mes_ dijo Hermione haciendo reír a todos.

Eres la mejor novia_ dijo Fred besando su mejilla.

Qué me regalaras Angelina_ preguntó George.

Doxycida_ dijo Angelina secamente_ para que puedan usar las doxys de Fred.

Mi novia es la mejor_ le informó George a Fred, aumentando las risas de todos mientras Angelina Hermione intercambiaban una mirada.

—Creo que de eso nos encargaremos después de comer —dijo la señora Weasley señalando las polvorientas vitrinas que había a ambos lados de la repisa de la chimenea. Estaban llenas a rebosar de un extraño surtido de objetos: una colección de dagas oxidadas, garras, una piel de serpiente enroscada, varias cajas de plata sin lustre con inscripciones en idiomas que Harry no entendía, y lo más desagradable de todo: una ornamentada botella de cristal con un gran ópalo en el tapón, llena de algo que parecía sangre.

Probablemente lo era_ dijo Sirius mientras que todos ponían expresiones de horror.

Ya se deshicieron de eso_ preguntó Amelia, Sirius simplemente le sonrió.

Estoy segura que no es lo único de ese tipo que hay_ dijo Ted, recibiendo varios asentimientos.

Volvió a sonar el timbre de la puerta, y todos miraron a la señora Weasley. —Quedaos aquí —dijo ella con firmeza, y agarró la bolsa de ratas en el momento en que abajo empezaban a oírse de nuevo los bramidos de la señora Black—. Voy a traeros unos sándwiches. Salió de la habitación y cerró con cuidado tras ella. A continuación, todos corrieron hacia la ventana para ver quién había en la puerta principal.

Claro que si_ dijo Molly secamente.

Debió ser horrible estar así_ dijo Cedric_ tener que quedarse en un lugar cada vez que llegaba alguien por miedo a que lo escuchen.

Era más que horrible_ dijo Ginny sus hermanos asintieron.

Alcanzaron a ver la coronilla de una despeinada y rojiza cabeza y un montón de calderos en precario equilibrio. —¡Mundungus! —exclamó Hermione—. ¿Para qué habrá traído esos calderos? —Debe de buscar un lugar seguro donde guardarlos —dijo Harry—. ¿No era eso, recoger calderos robados, lo que estaba haciendo la noche que debía vigilarme? —¡Sí, tienes razón! —respondió Fred. La puerta de la calle se abrió y Mundungus entró por ella con sus calderos y se perdió de vista—. ¡Vaya, a mamá no le va a hacer ninguna gracia!

No me hizo ninguna gracia_ dijo Molly.

Por qué los habrá llevado_ preguntó Dennis.

Probablemente por qué es amigo de Sirius_ dijo Kingsley_ a él no le importaría guardárselos_ Sirius se encogió de hombros sin confirmar o negar.

Fred y George corrieron hacia la puerta y se quedaron junto a ella, escuchando con atención. La señora Black había dejado de gritar. —Mundungus está hablando con Sirius y con Kingsley —dijo Fred en voz baja, concentrado y con el entrecejo fruncido—. No los oigo bien… ¿Qué os parece si probamos con las orejas extensibles? —Quizá valga la pena intentarlo —admitió George—. Podría subir un momento y coger unas…

Espero que no_ dijo Molly.

No fueron necesarias_ dijo George, encogiéndose de hombros, el resto asintió.

Pero en ese preciso instante estalló una sonora exclamación en el piso de abajo que hizo que las orejas extensibles resultaran superfluas. Se podía oír a la perfección lo que la señora Weasley estaba diciendo a grito pelado. —¡Esto no es un escondrijo de artículos robados! —Me encanta oír a mamá gritándole a otra persona —comentó Fred con una sonrisa de satisfacción en la cara, mientras abría un poco la puerta para dejar que la voz de la señora Weasley entrara mejor en el salón—. Para variar. —

Molly se puso roja, no sabía que había sido escuchada.

Se siente bien cuando lo hace_ dijo Charlie con una mirada soñadora como si recordara algo.

… completamente irresponsable, como si no tuviéramos bastantes preocupaciones sin que tú traigas tus calderos robados a la casa… —Los muy idiotas la están dejando coger carrerilla —dijo George haciendo un gesto negativo con la cabeza—. Hay que atajarla enseguida porque si no se calienta y ya no hay quien la pare.

De verdad_ preguntó Katie_ no sé enoja más cuando la interrumpen.

Solo hay que saber que cosas decir_ dijo Charlie_ aunque también depende de la situación.

Se moría de ganas de soltarle una buena reprimenda a Mundungus desde que desapareció, cuando se suponía que estaba siguiéndote, Harry. Y allá va la madre de Sirius otra vez.

Creo que no le gusta que alguien haga más ruido que ella_ dijo Justin.

Es posible_ asintió Sirius.

La voz de la señora Weasley quedó apagada bajo una nueva sarta de chillidos e improperios de los retratos del vestíbulo. George hizo ademán de cerrar la puerta para ahogar el ruido, pero, antes de que pudiera hacerlo, un elfo doméstico se coló en la habitación. Iba desnudo, con la excepción de un trapo mugriento atado, como un taparrabos, alrededor de la cintura.

Hasta que aparece el famoso Kreacher_ dijo Neville.

Se llevarán una sorpresa_ dijo Remus_ es realmente único_ los que lo conocían asintieron.

Parecía muy viejo. Le sobraba piel por todas partes y, aunque era calvo como todos los elfos domésticos, le salían pelos blancos por las enormes orejas de murciélago. Tenía los ojos, de color verde claro, inyectados en sangre, y la carnosa nariz era grande y con forma de morro de cerdo.

Es hermoso_ dijo Terry con sarcasmo.

Es mejor verlo_ dijo Harry, el resto asintió.

El elfo no prestó la más mínima atención ni a Harry ni a los demás. Como si no los hubiera visto, entró arrastrando los pies, encorvado, caminando despacio y con obstinación, y fue hacia el fondo de la estancia sin dejar de murmurar por lo bajo con voz grave y áspera, como la de una rana toro. —… apesta a alcantarilla y por si fuera poco es un delincuente,

Todos miraron a Sirius antes de estallar en carcajadas.

Supongo que habla de ti_ dijo Amelia, Sirius asintió_ olías a alcantarilla_ preguntó.

Claro que no_ dijo Sirius mirándola mal.

Pero huele a perro_ dijo Severus_ el pobre Kreacher debió confundirse_ Sirius lo fulminó con la mirada mientras los demás aumentaban sus risas.

pero ella no es mucho mejor, una repugnante traidora a la sangre con unos críos que enredan la casa de mi ama,

esa debe ser Molly_ dijo Augusta.

Supongo que si_ dijo Molly sonando resignada.

oh, mi pobre ama, si ella supiera, si supiera qué escoria han dejado entrar en la casa, qué le diría al viejo Kreacher, oh, qué vergüenza, sangre sucia, hombres lobo, traidores y ladrones, pobre viejo Kreacher, qué puede hacer él…

este elfo es más raro que Dobby_ dijo Neville_ es increíble como despotrica contra los invitados de su amo.

Nunca debió esperar tener que servirme_ dijo Sirius_ preferiría ser el elfo de mi hermano_ informó.

—¡Hola, Kreacher! —lo saludó Fred, casi gritando, y cerró la puerta haciendo mucho ruido. El elfo doméstico se paró en seco, dejó de mascullar y dio un respingo muy exagerado y muy poco convincente. —Kreacher no había visto al joven amo —se excusó; a continuación, se giró y se inclinó ante Fred. Con los ojos clavados todavía en la alfombra, añadió en un tono perfectamente audible—: Un sucio mocoso y un traidor a su sangre, eso es lo que es. —

Eso provocó otra ronda de carcajadas.

Que alguien lo detenga_ dijo Adrián agarrándose el estómago de tanto reír.

Por qué considera a Fred su amo_ preguntó Alicia.

Los Weasley y los Black están relacionados_ explicó Percy.

Seguro sale_ dijo Sirius cuando vio que harían más preguntas.

¿Cómo dices? —preguntó George—. No he oído eso último. —Kreacher no ha dicho nada —respondió el elfo, y se inclinó ante George, añadiendo en voz baja pero muy clara—: Y ahí está su gemelo; un par de bestias anormales.

Los gemelos negaron con la cabeza mientras las risas aumentaban alrededor.

Harry no sabía si reír o no. El elfo se enderezó y los miró a todos con hostilidad; en apariencia convencido de que nadie podía oírlo, siguió murmurando: —Y ahí está la sangre sucia, la muy descarada,

No tiene ninguna importancia_ dijo Hermione cuando varios fruncieron el ceño.

Claro que la tiene_ dijo Fred, pero se detuvo ante la mirada suplicante de Hermione.

Realmente no sé que hacer con él_ suspiró Sirius.

ay, si mi ama lo supiera, oh, cómo lloraría;

lo peor es que es cierto_ dijo Andrómeda, varios asintieron.

y hay un chico nuevo, Kreacher no sabe su nombre. ¿Qué hace aquí? Kreacher no lo sabe… —Éste es Harry, Kreacher —dijo Hermione, titubeante—. Harry Potter. Kreacher abrió mucho los ojos y se puso a farfullar más deprisa y con más rabia que antes: —La sangre sucia le habla a Kreacher como si fuera su amigo; si el ama viera a Kreacher con esta gente, oh, ¿qué diría? —¡No la llames sangre sucia! —saltaron Ron y Ginny al unísono, muy enfadados. —No importa —susurró Hermione—, no está en sus cabales, no sabe lo que…

si estuviera en sus cabales te diría cosas peores_ dijo Narcissa_ Kreacher parecía más hijo de mi tía que Sirius.

Es cierto_ dijo Sirius_ no está lo suficientemente loco para pasar ese comportamiento_ añadió dándole una mirada de advertencia a Hermione, que suspiró, pero asintió.

—Desengáñate, Hermione, sabe muy bien lo que dice —aclaró Fred mirando a Kreacher con antipatía.

Lo hace_ asintió Fred mirando a su novia.

No iba a decir nada_ dijo Hermione.

Kreacher seguía mascullando sin apartar la vista de Harry. —¿Es verdad? ¿Es Harry Potter? Kreacher puede ver la cicatriz, debe de ser cierto, ése es el chico que venció al Señor Tenebroso, Kreacher se pregunta cómo lo haría… —Nosotros también nos lo preguntamos, Kreacher —dijo Fred. —

Todos lo hacemos_ suspiraron los alumnos resignados.

Estoy seguro que el libro contara todo lo que pasó esa noche_ dijo Albus, tranquilizador.

¿A qué has venido, Kreacher? ¿Qué quieres? —preguntó George. Kreacher dirigió sus enormes y claros ojos hacia George. —Kreacher está limpiando —contestó con evasivas. —¡No me digas! —exclamó una voz detrás de Harry. Sirius había vuelto y miraba con desprecio al elfo desde el umbral. El ruido en el vestíbulo había cesado; quizá la señora Weasley y Mundungus siguieran discutiendo en la cocina. Al ver a Sirius, Kreacher hizo una reverencia exageradísima, hasta tocar el suelo con su nariz en forma de hocico.

Sirius es el amo de todo_ dijo Tonks.

Así que por más que le cueste debe obedecerme_ dijo Sirius.

y respetarte_ dijo Tracy.

Requeriría demasiada energía hacer que me respete_ dijo Sirius.

—Levántate —le espetó Sirius impaciente—. A ver, ¿qué estás tramando? —Kreacher está limpiando —repitió el elfo—. Kreacher vive para servir a la noble casa de los Black… —Que cada día está más negra —afirmó Sirius.

Tal vez solo está limpiando_ dijo Parvati.

No es así_ dijo Harry.

—Al amo siempre le ha gustado hacer bromas —comentó Kreacher; volvió a inclinarse y siguió murmurando—: El amo era un canalla desagradecido que le partió el corazón a su madre… —

Dudo mucho que eso pasara_ dijo Narcissa.

La tía tenía corazón_ preguntó Andrómeda.

Eso es lo que Kreacher dice_ respondió Sirius, encogiéndose de hombros.

Mi madre no tenía corazón, Kreacher —lo atajó Sirius—. Se mantenía viva por pura maldad.

No creo que eso sea posible_ dijo Luna.

No la conociste_ dijo Augusta.

Kreacher hizo otra reverencia. —Como diga el amo —masculló con furia—. El amo no es digno siquiera de limpiarle la porquería de las botas a su madre, oh, mi pobre ama, qué diría si viera a Kreacher sirviéndolo a él, con lo que ella lo odiaba, cómo la decepcionó…

Tu elfo realmente te odia_ dijo Daphne_ siempre fue así_ preguntó.

Hasta donde recuerdo si_ dijo Sirius.

—Te he preguntado qué te traes entre manos —dijo Sirius con frialdad—. Cada vez que apareces fingiendo que limpias, te llevas algo a tu habitación para que no podamos tirarlo. —Kreacher jamás movería nada de su sitio en la casa del amo —repuso el elfo, y luego farfulló muy deprisa—: La ama jamás perdonaría a Kreacher si tiraran el tapiz, lleva siete siglos en la familia, Kreacher debe salvarlo, Kreacher no dejará que el amo y los traidores y los mocosos lo destruyan…

Tal vez podrías dejarlo_ dijo Padma.

De ninguna manera_ dijo Sirius_ eso tiene que irse.

Es solo un tapiz_ dijo Demelza.

No cualquier tapiz_ dijo Sirius_ seguro ahora explica que es.

—Ya me lo imaginaba —comentó Sirius mirando con desprecio la pared de enfrente—. Mi madre le habrá hecho otro encantamiento de presencia permanente en la parte de atrás, seguro, pero si puedo deshacerlo me libraré de él.

Tu madre se retorcería en su tumba si lo quitas_ dijo Narcissa.

Si lo quieres, puedes quedártelo_ dijo Sirius_ pero en mi casa no se queda.

Me gustaría verlo_ dijo Narcissa, Sirius asintió.

Y ahora lárgate, Kreacher. Por lo visto, Kreacher no se atrevía a desobedecer una orden directa; sin embargo, la mirada que le lanzó a Sirius al pasar arrastrando los pies por delante de él estaba llena de un profundo odio, y salió de la habitación sin parar de murmurar: —… llega de Azkaban y se pone a darle órdenes a Kreacher; oh, mi pobre ama, qué diría si viera cómo está la casa, llena de escoria, despojada de sus tesoros; ella juró que él no era hijo suyo y él ha vuelto, y dicen que es un asesino.

Tu madre juró que no eras hijo suyo_ preguntó Theo.

A todo aquel que escuchara_ asintió Sirius_ varias veces.

Pero como podría hacerlo_ dijo Blaise_ tú eras su heredero_ los sangre pura asintieron desconcertados, aunque algunos tenían una idea, pero no parecía posible, porque Sirius ahora era el dueño de todo.

Ya sale_ dijo Sirius.

—¡Sigue murmurando y me convertiré en un asesino de verdad! —gritó Sirius con irritación al mismo tiempo que cerraba de un portazo. —No está en sus cabales, Sirius —dijo Hermione con tono suplicante—, creo que no se da cuenta de que oímos lo que dice. —Lleva demasiado tiempo solo —aclaró Sirius—, recibiendo órdenes absurdas del retrato de mi madre y hablándose a sí mismo, pero siempre fue un repugnante…

Siempre lo fue_ dijo Sirius_ de lo contrario no habría durado en esa casa.

—A lo mejor, si le dieras la libertad… —sugirió Hermione. —No podemos darle la libertad, sabe demasiado sobre la Orden —respondió Sirius de manera cortante—. Además, la conmoción lo mataría. Insinúale que salga de esta casa, y ya verás cómo reacciona.

No le gustara_ dijeron varios.

Si solo intentaras…_ Hermione fue interrumpida.

Lo haré_ dijo Sirius_ pero para que funcione el también debe querer intentarlo_ añadió, Hermione asintió.

Sirius se dirigió a la pared donde estaba colgado el tapiz que Kreacher había estado intentando proteger. Harry y los demás lo siguieron. El tapiz parecía viejísimo; estaba desteñido y raído, como si las doxys lo hubieran mordisqueado. Con todo, el hilo dorado con el que estaba bordado todavía relucía lo suficiente para dejar ver un extenso árbol genealógico que se remontaba, por lo que Harry pudo distinguir, hasta la Edad Media.

La familia Black es muy antigua_ dijo Andrómeda cuando varios los miraron asombrados.

Y estaba a punto de desaparecer_ suspiró Narcissa con tristeza.

Todavía podría_ dijo Draco_ el heredero es Potter_ le recordó a su madre, varios asintieron.

Por ahora_ dijo Narcissa_ Sirius todavía podría tener un hijo, automáticamente sería el heredero_ informó_ aunque podrías elegir mantener a tu ahijado en esa posición.

Yo no tengo ningún problema con perder la posición_ dijo Harry inmediatamente_ seria lindo que tuvieras un hijo_ toda la familia asintió.

Amor_ preguntó Sirius al ver a Amelia palidecer, ella negó, haciéndole saber que no preguntara_ creo que está conversación debe ser solo entre Amelia y yo_ añadió hacia al resto, que asintió.

En la parte superior había grandes letras que rezaban: La noble y ancestral casa de los Black «Toujours pur» —

Qué significa_ preguntó Dennis.

Siempre puro_ explicó Sirius_ mi familia se enorgullecía de ser sangre pura_ les recordó_ varios asintieron en comprensión.

¡Tú no sales aquí! —exclamó Harry tras recorrer con la mirada la parte inferior del árbol. —

No sales en el árbol genealógico de tu familia_ preguntó Romilda sorprendida.

Ahora se explica_ dijo Harry.

Antes estaba —comentó Sirius señalando un pequeño y redondo agujero con los bordes chamuscados, que parecía una quemadura de cigarrillo—. Mi dulce y anciana madre me borró cuando me escapé de casa. A Kreacher le encanta relatar esa historia entre dientes. —

Te escapaste_ preguntaron varios.

Fuiste borrado_ preguntaron los sangre pura, Sirius asintió a ambas preguntas.

Si fuiste borrado, como heredaste todo_ preguntó Marcus.

Porque no había nadie más_ dijo Sirius, encogiéndose de hombros.

O podría ser que quién te borró fue tu madre_ dijo Narcissa_ no el patriarca.

O el tío te reinstaló cuando Regulus murió_ dijo Andrómeda_ su miedo a perder el apellido pudo ser mayor que su enojo contigo.

Por el motivo que sea, ahora todo es mío_ dijo Sirius, nadie pudo saber si estaba feliz o molesto.

¿Te escapaste de casa? —Cuando tenía dieciséis años —afirmó Sirius—. Estaba harto. —¿Adónde fuiste? —preguntó Harry mirándolo fijamente. —A casa de tu padre —contestó Sirius—. Tus abuelos se portaron muy bien conmigo; me adoptaron, por así decirlo.

Eran mi familia_ dijo Sirius con una sonrisa, todos pudieron ver lo diferente que era su expresión cuando hablaba de los Potter que cuando mencionaba a los Black.

Sí, me instalé en casa de tu padre y pasé allí las vacaciones escolares, y cuando cumplí diecisiete años me fui a vivir solo. Mi tío Alphard me había dejado una cantidad considerable de oro; a él también deben de haberlo borrado del árbol por eso.

Creo que lo hicieron_ dijo Narcissa.

Tip Alphard era el único decente de la familia_ dijo Sirius, riendo cuando sus primas se aclararon la garganta.

En fin, después empecé a vivir solo. Pero siempre fui bien recibido en casa de los Potter, y solía ir allí a comer los domingos.

Esos eran mis días favoritos_ dijo Sirius_ los tíos eran muy diferentes a mis padres.

Me alegra oírlo_ dijo Harry.

—Pero ¿por qué…? —¿Por qué me marché? —Sirius compuso una amarga sonrisa y se pasó los dedos por el largo y despeinado cabello—. Porque los odiaba a todos: a mis padres, con su manía de la sangre limpia, convencidos de que ser un Black te convertía prácticamente en un miembro de la realeza…

Es que así era_ dijo Narcissa_ todos querían relacionarse con nosotros.

Especialmente cuando se trataba de matrimonio_ dijo Ted_ las chicas Black eran muy deseadas_ añadió con una mueca, haciendo reír a su esposa.

El idiota de mi hermano, que fue lo bastante estúpido para creérselo… Ése es él. Sirius puso un dedo en la parte inferior del árbol y señaló el nombre «Regulus Black». La fecha de su muerte (unos quince años atrás) seguía a la de su nacimiento. —Era más joven que yo —explicó Sirius—, y mucho mejor, como me recordaban mis padres cada dos por tres. —Pero murió —dijo Harry. —Sí. El muy imbécil… se unió a los mortífagos. —

Tu hermano era un mortifago_ preguntó Cho lentamente, Sirius asintió con una expresión ilegible.

No lo querías_ preguntó Lavender, notando la forma en la que se expresaba de su hermano, todos supieron de inmediato que había tocado una fibra sensible al ver la expresión de Sirius, pero igual contestó.

Hubo un tiempo en el que lo hice_ dijo Sirius con la mirada perdida_ era mi hermanito, pero la relación se volvió difícil después de mi clasificación y se rompió cuando me fui de casa, lo siguiente que supe, era que se había unido a los mortifagos, entonces ya no era mi hermanito, era contra lo que yo luchaba_ explicó, varios asintieron, decidiendo no decir nada más por el bien de Sirius.

¡No lo dirás en serio! —¡Vaya, Harry! ¿No has visto ya suficiente de esta casa para entender a qué clase de magos pertenecía mi familia? —dijo Sirius con fastidio. —Tus padres…, tus padres ¿también eran mortífagos? —No, no, pero creían que Voldemort tenía razón; estaban a favor de la purificación de la raza mágica, querían deshacerse de los hijos de los muggles y que mandaran los sangre limpia.

Entonces por qué no se unieron_ preguntó Seamus.

Se lo expliqué todo a Harry_ dijo Sirius_ al menos todo lo que sé_ añadió.

Y no eran los únicos; mucha gente, antes de que Voldemort se mostrara tal cual era en realidad, creía que él tenía razón… Aunque, cuando vieron lo que estaba dispuesto a hacer para conseguir el poder, les entró miedo y se echaron atrás.

Realmente_ preguntó Dean, varios asintieron.

Muchos de los que se mantuvieron neutrales probablemente lo hacían_ dijo Albus.

Pero supongo que, al principio, mis padres creyeron que Regulus era un verdadero héroe cuando se le unió. —¿Lo mató un auror? —preguntó Harry, titubeante. —No, qué va —contestó Sirius—. Lo mató Voldemort. O mejor dicho, alguien que obedecía sus órdenes; dudo que Regulus llegara a ser lo bastante importante para que Voldemort quisiera matarlo en persona. Por lo que pude averiguar después de su muerte, al cabo de un tiempo de haberse unido a Voldemort le entró pánico al ver lo que le pedían que hiciera e intentó volverse atrás. Pero a Voldemort no le entregas tu dimisión, así como así. Es toda una vida de servicio o la muerte.

Exactamente_ dijo Sirius_ debió pensarlo mejor antes de unirse a ese monstruo, pero pensaba que los nacidos de muggles debían irse al igual que mis padres.

Nunca supiste que fue exactamente lo que le pasó_ preguntó Hermione suavemente.

Sé lo que necesito_ respondió Sirius sin ver a nadie, pero había algo en su voz que hizo que Harry pensara que tal vez Sirius no había querido saber porque le habría resultado muy doloroso saber los detalles.

—¡A comer! —anunció la señora Weasley. Llevaba la varita en alto sosteniendo con la punta una enorme bandeja llena de sandwiches y un pastel. Estaba muy colorada y parecía muy enfadada. Todos se dirigieron hacia ella, hambrientos, pero Harry se quedó con Sirius, que se había acercado más al tapiz. —Hacía años que no lo miraba. Aquí está Phineas Nigellus, mi tatarabuelo, ¿lo ves? El director menos admirado que jamás ha tenido Hogwarts…

Con justa razón_ dijo Minerva.

Nunca entendí como llegó a director_ dijo Flitwick.

Y Araminta Meliflua, prima de mi madre. Intentó llevar adelante un proyecto de ley ministerial para legalizar la caza de muggles…

Encantador_ dijo Hermione secamente.

Eso dijo mi madre_ asintió Sirius, riendo ante la cara de horror que puso Hermione.

Y la querida tía Elladora. Inició la tradición familiar de decapitar a los elfos domésticos cuando se hacían demasiado viejos para llevar las bandejas del té…

Es decir que cuando les cortan la cabeza, están vivos_ preguntó Amelia, Sirius asintió.

Como es lógico, cada vez que la familia daba algún miembro medianamente decente, lo repudiaban. Veo que Tonks no aparece.

Por suerte_ dijo Tonks_ no quiero que me relaciones con todos ellos.

Quizá sea por eso por lo que Kreacher no acepta sus órdenes: se supone que tiene que hacer todo lo que le ordene cualquier miembro de la familia… —¿Tonks y tú sois parientes? —preguntó Harry con sorpresa. —Sí, claro, su madre, Andrómeda, era mi prima favorita —le explicó Sirius mientras examinaba con minuciosidad el tapiz—.

Como no amarla_ dijo Sirius con una sonrisa_ la repudiaron antes que a mi_ añadió.

Creo que eso nos hizo más unidos_ dijo Andrómeda igualando la sonrisa de Sirius.

No, Andrómeda tampoco sale, mira… Señaló otra quemadura redonda entre dos nombres, Bellatrix y Narcisa. —Las hermanas de Andrómeda todavía están aquí porque hicieron bonitos y respetables matrimonios con hombres de sangre limpia,

Yo no llamaría a loa Lestrange respetables_ dijo Sirius.

Qué hay de Malfoy_ preguntó Tracy.

Tampoco, pero Narcissa está presente_ respondió Sirius en un falso susurro, haciendo que su prima rodara los ojos.

pero Andrómeda se casó con un hijo de muggles, Ted Tonks, así que… Sirius fingió arremeter contra el tapiz con una varita y rió con amargura.

La mejor decisión de mi vida_ dijo Andrómeda_ han sido más de veinte años felices.

Completamente de acuerdo_ dijo Ted.

Nunca se arrepintió de dejar a su familia_ preguntó Hanna_ o a sus hermanas.

Ni por un segundo_ dijo Andrómeda_ y yo no dejé a mis hermanas, ellas no quisieron volver a relacionarse conmigo_ informó, Narcissa se imitó a observar a su hermana, pero no dijo nada al respecto.

Harry, sin embargo, no rió, pues estaba demasiado ocupado leyendo los nombres que había a la derecha del agujero de Andrómeda. Una línea doble de hilo dorado unía a Narcisa Black con Lucius Malfoy y una línea simple vertical que salía de sus nombres terminaba en «Draco». —¡Estás emparentado con los Malfoy! —Todas las familias de sangre limpia están relacionadas entre sí —explicó Sirius —. Si sólo permites que tus hijos e hijas se casen con gente de sangre limpia, las posibilidades son limitadas; ya no quedamos muchos.

Exactamente_ dijo Percy_ pero no parece que los sangre pura puedan entenderlo.

Eso significa que están relacionado con los Potter_ preguntó Justin.

La abuela de Harry era Eufemia Black_ dijo Sirius, sorprendiendo a varios.

En serio_ preguntó Harry.

Nunca te lo dije_ preguntó Sirius, Harry negó intentando recordar si había olvidado algo_ bueno lo era y era mucho de lo que los Black estaban orgullosos, también era una verdadera Slytherin_ añadió.

Los Black siempre van a Slytherin Potter_ dijo Draco al ver la mirada sorprendida de Harry _ tu padrino es la oveja negra de la familia_ le recordó.

no seria la oveja blanca_ preguntó Bill, todos asintieron con una risita.

Molly y yo somos primos políticos, y Arthur es algo así como mi primo segundo. Pero no vale la pena buscarlos aquí: si hay una familia de traidores a la sangre en el mundo, se trata de los Weasley.

Y orgullosos de ello_ dijeron todos los Weasley.

Esperen_ dijo Michael_ esto significa que Ginny estuvo enamorada de su primo_ preguntó, haciendo que Ginny y Harry compartan una mirada horrorizada.

Son primos lejanos_ dijo Blaise, quitándole importancia, los sangre pura asintieron.

En ese momento Harry estaba leyendo el nombre que había a la izquierda del agujero correspondiente a Andrómeda: Bellatrix Black, que estaba conectado mediante una línea doble al del de Rodolphus Lestrange. —Lestrange… —pronunció Harry en voz alta. Aquel nombre había despertado algún recuerdo en su memoria; le sonaba de algo, pero no sabía de qué, aunque le produjo una extraña sensación, una especie de escalofrío en el estómago. —Están en Azkaban —dijo Sirius con aspereza. Harry lo miró con expresión de curiosidad—. Bellatrix y su marido, Rodolphus, entraron con Barty Crouch, hijo — añadió Sirius con la misma aspereza—. Rabastan, el hermano de Rodolphus, también entró con ellos. Entonces Harry lo recordó. Había visto a Bellatrix Lestrange dentro del pensadero de Dumbledore, aquel extraño aparato en que se podían almacenar los pensamientos y los recuerdos; era una mujer alta y morena con los párpados caídos que en el juicio había proclamado que mantendría su alianza con lord Voldemort, así como lo orgullosa que se sentía por haber intentado encontrarlo después de su caída y su convicción de que algún día su lealtad se vería recompensada.

La prima que todos quisieran tener_ dijo Sirius.

Dímelo a mi que soy la sobrina_ dijo Tonks.

No sé de qué se quejan_ dijo Andrómeda_ yo soy la hermana.

Qué es mejor que ser el cuñado_ dijo Ted_ ella nunca me aprobó.

Nadie te aprobó, querido_ dijo Andrómeda.

Eso te hizo quererme más_ dijo Ted encogiéndose de hombros- es lo único que importa.

—Nunca me dijiste que era tu… —¿Qué más da que sea mi prima? —le espetó Sirius—. Por lo que a mí respecta, ya no son familia mía. Ella, desde luego, no lo es. No la veo desde que tenía tu edad, exceptuando el día de su llegada a Azkaban. ¿Crees que estoy orgulloso de tener un pariente como ella? —

Es un tema delicado para mi_ dijo Sirius.

Lo entendemos_ dijeron muchos, tampoco les gustaría estar tan directamente relacionados con Bellatrix Lestrange.

Lo siento —dijo Harry—. No quería… Es que me ha sorprendido, nada más. —No importa, no tienes que disculparte —masculló Sirius entre dientes, y se dio la vuelta con las manos hundidas en los bolsillos—. No me hace ninguna gracia estar aquí —añadió contemplando el salón—. Nunca pensé que volvería a estar encerrado en esta casa. Harry lo entendía a la perfección. Se imaginaba lo que sentiría cuando fuera mayor y creyera haberse librado de aquel lugar para siempre si tuviera que volver a vivir en el número cuatro de Privet Drive. —

Gracias por entender, Harry_ dijo Sirius_ quería darte buenos momentos, pero estar ahí agriaba carácter.

Ya tendremos más momentos felices_ dijo Harry con una sonrisa.

Como cuartel general es ideal, desde luego —agregó Sirius—. Cuando mi padre vivía aquí instaló todas las medidas de seguridad mágicas conocidas. Está muy bien disimulada, de modo que los muggles nunca llamarían a la puerta; claro que, aunque no lo estuviera, tampoco querrían acercarse aquí. Y ahora que Dumbledore ha añadido sus propios sistemas de protección, te costaría mucho encontrar otra casa más segura que ésta. Dumbledore es Guardián de los Secretos de la Orden, lo cual quiere decir que nadie puede encontrar el cuartel general a menos que él le diga personalmente dónde está. Esa nota que Moody te enseñó anoche era de Dumbledore…

Entonces, aunque hagamos lo mismo que Harry, no podríamos entrar_ preguntó Cedric.

No podrían_ dijo Sirius_ la nota tendría que ser del director.

O tuya_ dijo George_ verdad_ preguntó, Sirius se encogió de hombros sin contestar.

—Sirius soltó una breve y áspera risa—. Si mis padres vieran para qué estamos utilizando su casa ahora… Bueno, puedes hacerte una idea por los gritos del retrato de mi madre… —Frunció un instante el entrecejo y luego suspiró—. No me importaría tanto si de vez en cuando pudiera salir y hacer algo útil. Le he pedido a Dumbledore que me deje escoltarte el día de la vista, tomando la forma de Hocicos, claro; así podría darte un poco de apoyo moral.

Podría haber resultado peligroso_ dijo Albus.

Lo sé_ dijo Sirius_ aunque dudo mucho que alguien pensara que era yo.

Mejor no arriesgarse_ dijo Albus, Sirius suspiró y asintió, sabía que eso era cierto, pero no le gustaba.

¿Qué te parece? Harry tuvo la sensación de que el estómago se le hundía hasta la polvorienta alfombra. No había vuelto a pensar ni una sola vez en la vista desde la cena de la noche anterior; con la emoción de volver a estar rodeado de la gente que él más quería, y con tantas noticias, no había vuelto a acordarse de aquel asunto pendiente. Sin embargo, cuando Sirius mencionó la vista, volvió a invadirlo un miedo aplastante. Miró a Hermione y a los Weasley, que estaban comiéndose los sandwiches, y pensó en cómo se sentiría si ellos regresaban a Hogwarts sin él. —

Habría sido horrible_ dijo Ron.

Hogwarts no sería lo mismo sin ti_ asintió Hermione.

Siempre podríamos encontrarnos en Beauxbatons_ dijo Harry, los dos asintieron.

Solo esperemos no lo necesiten_ dijo Daphne.

No te preocupes —lo tranquilizó Sirius. Harry levantó la cabeza y comprendió que su padrino había estado observándolo—. Estoy seguro de que te absolverán. El Estatuto Internacional del Secreto contempla el uso de la magia para salvar la propia vida. —Pero si me expulsan —dijo Harry en voz baja—, ¿me dejarás venir aquí y quedarme a vivir contigo? Sirius esbozó una triste sonrisa. —Ya veremos. —Afrontaría mucho mejor la vista si supiera que, pase lo que pase, no tendré que volver con los Dursley —insistió Harry. —

No podía darte una respuesta en ese momento_ dijo Sirius_ me gustaría decir que sí, pase lo que pase siempre te cuidare, los sabes_ Harry asintió_ pero no sé cuánto me habrían permitido hacer al respecto_ suspiró.

Entiendo_ dijo Harry.

Deben ser realmente odiosos para que prefieras vivir en esta casa —contestó Sirius con tono pesimista. —

Ahora sé que odiosos se le queda corto_ dijo Sirius, recibiendo miradas fulminantes de los Dursley.

Daos prisa vosotros dos, os vais a quedar sin nada —los avisó la señora Weasley. Sirius suspiró otra vez y echó un vistazo al tapiz; luego Harry y él fueron a reunirse con los demás. Aquella tarde Harry hizo todo lo posible para no pensar en la vista mientras vaciaban las vitrinas. Por fortuna para él, era un trabajo que requería gran concentración, pues muchos de los objetos que había allí dentro se mostraban muy reacios a abandonar sus polvorientos estantes. Sirius recibió una fuerte mordedura de una caja de rapé de plata; pasados unos segundos, la mano herida había generado una repugnante costra, como una especie de guante marrón muy duro.

Todos hicieron muecas ante eso, preguntándose que era.

Creo que las visitas en vacaciones deberán ser en mi casa_ dijo Daphne mirando a Harry, haciendo que varios rieran.

Descuida_ dijo Harry_ alejaré todas las cajas mordelonas de ti_ aseguró.

Nuestro cachorro es un galán, Sirius_ dijo Remus sonando orgulloso, Sirius asintió mientras Harry se sonrojaba y los miraba mal.

—No pasa nada —dijo examinándose la mano con interés antes de darle unos golpecitos con la varita mágica para que la piel volviera a su estado normal—. Dentro debía de haber polvos verrugosos. Metió la caja en el saco donde iban guardando lo que sacaban de las vitrinas, y poco después Harry vio cómo George se envolvía la mano con un trapo y se guardaba la caja en el bolsillo lleno de doxys.

Harry_ gimió George cuando su madre lo miró.

Vamos querida_ dijo Arthur_ al menos está teniendo cuidado.

No debería acercarse a eso_ dijo Molly, peor sabía que ya nada podía hacer.

Encontraron un instrumento de plata de aspecto espeluznante, algo parecido a unas pinzas con muchas patas; cuando Harry lo cogió, subió corriendo por su brazo, como una araña, e intentó pincharlo. Sirius lo atrapó y lo aplastó con un pesado libro titulado La nobleza de la naturaleza: una genealogía mágica. También había una caja de música que emitía una melodía tintineante y un poco siniestra cuando le dabas cuerda, y de pronto todos se sintieron débiles y soñolientos de una forma muy extraña, hasta que a Ginny se le ocurrió cerrar la tapa de un porrazo;

Donde consiguen esas cosas_ preguntó Cormac.

Probablemente en el callejón Noctum_ respondió Sirius_ son artefactos oscuros, realmente es mejor que no se acerquen_ informó.

Pero ellos lo hacían_ dijo Lee.

Yo estaba ahí_ dijo Sirius_ nunca estuvieron solos si había que tocar algo así.

un enorme guardapelo que nadie pudo abrir; varios sellos antiguos; y, en una caja cubierta de polvo, una Orden de Merlín, Primera Clase, concedida al abuelo de Sirius por los «servicios prestados al Ministerio». —Quiere decir que les dio mucho oro —aclaró Sirius con desprecio, y metió la medalla en el saco de basura.

La orden de Merlín suena cada vez menos tentadora_ dijo Oliver, todos asintieron.

Aunque nadie tendría que saber que solo compraste la tuya_ dijo Viktor pensativo.

Vas a comprarte una_ preguntó Fleur, Viktor se encogió de hombros.

No vendemos las órdenes de Merlín_ aseguró Fudge.

Kreacher se coló en la habitación varias veces e intentó llevarse cosas en el taparrabos, murmurando terribles maldiciones cada vez que lo pillaban. Cuando Sirius le arrancó de la mano un enorme anillo de oro con el emblema de los Black, Kreacher rompió a llorar de rabia y salió de la habitación sollozando y lanzando contra Sirius unos insultos que Harry nunca había oído.

Tiene un lenguaje muy colorido_ dijeron todos.

Por qué no se lo dejas_ preguntó Luna.

Quiero deshacerme de todo lo que pueda_ dijo Sirius_ pero supongo que puedo dejar que conserve alguna cosa_ suspiró.

—Era de mi padre —explicó Sirius, y metió el anillo en el saco—. Kreacher no le tenía tanto aprecio a él como a mi madre, pero la semana pasada lo sorprendí robando unos pantalones suyos. La señora Weasley los tuvo unos cuantos días trabajando muy duro. Tardaron tres días en descontaminar el salón. Al final los únicos trastos que quedaron fueron el tapiz del árbol genealógico de la familia Black, que resistió todos sus intentos de retirarlo de la pared, y el escritorio vibrante. Moody aún no había aparecido por el cuartel general, de modo que no podían estar seguros de qué había dentro. Pasaron del salón a un comedor de la planta baja donde encontraron arañas, del tamaño de platos de postre, escondidas en el aparador (Ron salió precipitadamente de la habitación para hacerse una taza de té y no regresó hasta una hora y media más tarde).

Era mucho Té_ dijo Astoria_ y tenía que dejar que enfriara.

Así es_ dijo Ron_ y estaba delicios, había que saborearlo.

Lo sabemos Ron_ dijo Harry_ nunca pensamos otra cosa.

Solo me aseguro_ dijo Ron sonriendo agradecido.

Sirius, sin miramientos, metió la porcelana, que llevaba el emblema y el lema de los Black, en un saco al que fueron a parar también una serie de fotografías viejas con deslustrados marcos de plata, cuyos ocupantes soltaron agudos gritos al romperse los cristales que los cubrían. Snape se había referido a su trabajo como «limpieza», pero Harry opinaba que en realidad estaban guerreando contra la casa, que se defendía con uñas y dientes con la ayuda de Kreacher.

Deberían darnos la orden de Merlín_ dijo Fred.

Nuestro trabajo lo vale_ asintió George, el ministro los miró mal mientras todos estallaban en carcajadas.

El elfo doméstico aparecía siempre en el lugar donde se habían congregado, y sus murmullos de protesta cada vez eran más ofensivos mientras intentaba llevarse cualquier cosa que pudiera de los sacos de basura. Sirius hasta llegó a amenazarlo con darle una prenda, pero Kreacher lo miró fijamente con sus ojos vidriosos y dijo: «El amo puede hacer lo que quiera»; luego se dio la vuelta y farfulló de modo que todos pudieran oírlo:

Sabe que no puedo despedirlo y se aprovecha_ dijo Sirius.

No hay algo bueno que puedas recordar de él_ preguntó Hermione.

Realmente no_ dijo Sirius, y de verdad parecía que intentaba pensar en algo bueno del elfo, cosa que Hermione agradeció.

«Pero el amo no echará a Kreacher, no, porque Kreacher sabe lo que están tramando, oh, sí, están conspirando contra el Señor Tenebroso, sí, con estos sangre sucia y traidores y escoria…» Al oír tales palabras, Sirius, sin hacer caso de las protestas de Hermione, agarró a Kreacher por la parte de atrás del taparrabos y lo sacó a la fuerza de la habitación.

Se lo merecía, gatita_ dijo Sirius.

Me conformo con saber que lo intentaras_ dijo Hermione dándole una pequeña sonrisa.

El timbre de la puerta sonaba varias veces al día, y ésa era la señal para que la madre de Sirius se pusiera a gritar de nuevo, y para que Harry y los demás intentaran escuchar lo que decía el visitante, aunque podían deducir muy poco a partir de las fugaces imágenes y de los breves fragmentos de conversación que captaban, antes de que la señora Weasley los hiciera volver a sus tareas. Snape entró y salió de la casa varias veces más, aunque para gran alivio de Harry nunca se encontraron cara a cara;

También fue un alivio para mi_ dijo Severus.

No me imagino como te sentiste al tener a Snape tanto en tu casa_ dijo Katie.

Habría sido mejor si pudiera hechizarlo_ dijeron Sirius y Severus al mismo tiempo antes de mirarse mal.

Harry también vio a la profesora McGonagall, de Transformaciones, que estaba muy rara con un vestido y un abrigo de muggle, y que al parecer también estaba demasiado ocupada para entretenerse mucho.

Todos miraron a la profesora intentando imaginarla, pero no podían.

No puede ser tan raro_ dijo Minerva rodando los ojos ante las expresiones de sus alumnos.

A veces, sin embargo, los visitantes se quedaban para echar una mano. Tonks se quedó con ellos

Ya era hora de que ayudara_ dijo George.

Creo que por eso no le dieron una saeta de fuego_ dijo Angelina, Tonks los miró mal mientras los demás estallaban en carcajadas.

una tarde memorable en la que encontraron un viejo ghoul de instintos asesinos escondido en un cuarto de baño del piso superior,

Eso fue divertido_ dijo Harry.

Ni siquiera podían tener un ghoul amigable_ dijo Alicia, negando con la cabeza.

y Lupin, que vivía en la casa con Sirius, pero pasaba largos periodos fuera, realizando misteriosas misiones para la Orden, los ayudó a reparar un reloj de pie que había desarrollado la desagradable costumbre de lanzarse contra quien pasara por delante de él. Mundungus se reconcilió un poco con la señora Weasley al rescatar a Ron de unas viejas túnicas de color morado que intentaron estrangularlo cuando las sacó de su armario.

Ghoul asesino, túnicas estranguladoras_ empezó a enumerar Susan_ creo que tu y Sirius no deberían vivir juntos_ le dijo a su tía, que rió mientras Sirius le daba una mirada indignada.

Siempre podríamos encontrarnos en otro lado_ asintió Amelia.

Ya dijiste que si_ le recordó Sirius_ no puedes retractarte.

Pese a que seguía durmiendo muy mal, pues todavía soñaba con pasillos y puertas cerradas con llave que hacían que le picara la cicatriz, Harry estaba pasándoselo bien por primera vez aquel verano. Mientras estaba ocupado se sentía contento; pero una vez terminadas las tareas, y tan pronto como bajaba la guardia o, agotado, se tumbaba en la cama y se quedaba mirando las sombras borrosas que se movían por el techo, volvía a acordarse de la vista del Ministerio que se avecinaba. El miedo lo atenazaba cada vez que se preguntaba qué sería de él si lo expulsaban de Hogwarts. Esa idea era tan terrible que no se atrevía a expresarla en voz alta, ni siquiera delante de Ron y Hermione, a los que Harry veía a menudo susurrando y mirándolo disimuladamente con expresión de tristeza, aunque seguían su ejemplo y no mencionaban aquel tema.

Necesitan hablar de lo que pasaría_ dijo Katie.

Ya no es necesario_ dijo Harry.

Pero si hay mucho de lo que debemos hablar_ dijo Hermione, sin dejar lugar a discusión_ este año han pasado muchas cosas entre nosotros.

Final del libro_ sugirió Ron, Harry y Hermione asintieron.

A veces no podía impedir que su imaginación le hiciera ver a un funcionario sin rostro del Ministerio partiendo su varita mágica por la mitad y ordenándole que regresara a casa de los Dursley… Pero Harry no pensaba volver allí. Estaba decidido. Regresaría a Grimmauld Place y viviría con Sirius.

Nada me habría hecho más feliz_ dijo Sirius, Harry le sonrió y asintió.

El miércoles por la noche, durante la cena, notó como si un ladrillo hubiera caído dentro de su estómago cuando la señora Weasley se volvió hacia él y, con voz queda, dijo: —Te he planchado tu mejor ropa para mañana por la mañana, Harry, y quiero que esta noche te laves el pelo. Una buena primera impresión puede hacer maravillas.

Siempre me lavo el pelo_ dijo Harry, sonrojado cuando escuchó algunas risitas.

Es mejor asegurarse_ dijo Molly sonriéndole.

Pero es cierto_ dijo Percy_ necesitabas verte lo mejor posible_ todos asintieron.

Ron, Hermione, Fred, George y Ginny dejaron de hablar y miraron a Harry. Éste asintió con la cabeza e intentó seguir comiéndose la chuleta, pero se le había quedado la boca tan seca que no podía masticar. —¿Cómo voy a ir hasta allí? —le preguntó a la señora Weasley intentando adoptar un tono despreocupado. —Te llevará Arthur cuando vaya a trabajar —contestó ella con dulzura. El señor Weasley, que estaba sentado al otro lado de la mesa, sonrió para animar a Harry. Éste miró a Sirius, pero antes de que pudiera formular la pregunta, la señora Weasley ya la había respondido. —El profesor Dumbledore no cree que sea buena idea que Sirius vaya contigo, y he de decir que yo… —… opino que tiene mucha razón —continuó Sirius entre dientes.

Molly siempre está de acuerdo con Dumbledore_ dijo Sirius_ seria bueno que alguna vez lo cuestionaras_ añadió.

Pero en esto tenía razón_ dijo Molly, lo que no dijo es que tomaría muy en cuenta las palabras de Sirius.

No quería que te arriesgaras_ dijo Albus.

Lo sé_ dijo Sirius, no sonaba molesto sino resignado, sabiendo que había mucho que no debía hacer por más que quisiera.

La señora Weasley frunció los labios. —¿Cuándo te ha dicho Dumbledore eso? —preguntó Harry mirando a Sirius. —Vino anoche, cuando tú estabas acostado —terció el señor Weasley. Sirius, malhumorado, clavó el tenedor en una patata. Harry bajó la vista y la fijó en su plato. Saber que Dumbledore había estado en aquella casa la víspera de su vista y no había ido a verlo hizo que se sintiera aún peor, si eso era posible.

Tengo mis razones_ dijo Albus_ seguro el libro las revele_ añadió, Harry asintió.

Es el final_ dijo Cedric, cerrando el libro.