Capítulo Tres.

Mentiras verdaderas.


"Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mí mismo."

-Jaime Sabines


—¡Despierta!

Como si el grito no hubiera sido suficiente para despertar a Harry, Ron también le quita la almohada de la cabeza y sacude a su amigo, provocando que el moreno casi se caiga de la cama. Si de por si esa es una muy mala manera de despertar, que lo Ron haya decidido hacerlo en domingo a las nueve de la mañana empeora el asunto.

—¡Déjame dormir en paz! —dice Harry cubriéndose la cabeza con su manta.

—¡Despierta! —vuelve a zarandearlo Ron —¡Y cuéntamelo todo!

—¿Qué te cuente qué cosa? —responde Harry sin abrir los ojos.

—Como lograste hacerte novio de Hermione anoche.

Esa afirmación si provoca que Harry abra los ojos y se levante de su cama.

—¿Qué yo qué? —responde dudando.

Aunque anoche había sido la primera vez en años que él y Hermione compartieron un rato agradable, una cosa era no terminar gritándose y otra muy diferente era haber iniciado un noviazgo. El moreno estaba seguro de que lo segundo no había pasado, y no tenía ni idea de porqué su amigo estaba afirmándolo.

—¡Pero Neville me lo acaba de decir! —exclama Ron —Él es el mejor amigo de Hermione, él debe saber lo que ocurre con ella. Debo afirmar, como tu mejor amigo estoy ofendido que no me lo dijeras anoche. ¿Sabes como quedé ante Neville? Como un mal amigo que no se interesa por los asuntos románticos de…

—Espera, espera, espera —lo corta Harry —¿Qué te dijo exactamente?

—Que tú y Hermione son oficialmente una pareja —repite Ron.

—¿Y a Neville quién le dijo eso?

Por toda respuesta, Ron se encoge de hombros.

—No es cierto —dice Harry —No sé de dónde lo habrá sacado, pero no es cierto.

—¿Y Hermione lo sabe? —inquiere Ron, pero Harry no le contesta porqué está vistiéndose para salir a buscar a Neville y pedirle explicaciones.

Antes de que salga del cuarto, Seamos y Dean entran en él, regresando de desayunar.

—Ey, felicidades —dice Dean —Por fin lograste que Hermione te hiciera caso.

—Nada más te tomó siete años —se burla Seamus.

Harry los ignora y sale corriendo, con dirección al Gran Comedor, dónde supone está Neville y el origen de la mentira que se está esparciendo por todos sus amigos. Al llegar a su destino, encuentra a su objetivo sentado junto a su novia en la mesa de Hufflepuff.

—¡Harry! —lo saluda alegremente Hannah — Me alegra tanto que por fin te hayas decidió a hacer algo con tu eterno crush. ¡Vamos a poder tener un montón de citas dobles!

Neville se ríe ligeramente por las palabras de su novia y saluda a Harry con un simple movimiento de cabeza, como si no fuera el vil divulgador de tan cruel mentira. (Al menos en los ojos de Harry).

—¿Me puedes explicar por qué le estás diciendo a todo el mundo que Hermione y yo somos novios? —reclama Harry en voz baja.

Hasta que no lo dijo en voz alta no se detuvo a pensar en lo que realmente sentía al estarlo diciendo. ¿Hermione y él novios? Ron lo molestaba desde su quinto año diciendo que él (Harry) estaba enamorado de ella, pero hasta que no se detuvo a pensar en todos los que lo habían felicitado hasta el momento, no había pensado que fuera más que eso, una broma. ¿Por qué todos pensaban que él estaba enamorado de Hermione?

—Yo no le dije nada a nadie—responde Neville extrañado —Bueno a excepción de Ron, porque a él le pregunté que le habías dicho tú. Por cierto, debo decir que aunque me sorprende que por fin te hayas atrevido, me alegra que lo hayas hecho. Hermione debe estar más que feliz.

—Yo no hice nada —dice extrañado Harry —¿De dónde sacaste que ella y yo ahora somos novios?

Por respuesta, Neville voltea a ver a Hannah.

—A mí me lo dijo Susan —responde ella, encogiéndose de hombros, sin darle importancia.

Harry quiere hacer más preguntas, necesita hacer más preguntas pero Hermione entra en ese momento al Gran Comedor y comienza a observar a los presentes, obviamente buscando a alguien. Cuando localiza a Harry sentado al lado de Neville y Hannah, comienza a caminar rápidamente hacia ellos.

—Buenos días —la saluda con un tono burlón Neville, a lo que ella responde rodando lo ojos.

—¡Felicidades! —vuelve a decir Hannah —La próxima salida a Hogsmeade es en dos semanas, si tienen alguna idea de lo que quieren hacer díganmelo para ir planeando nuestro itinerario.

Hermione le dirige una sonrisa pequeña pero no responde nada. En lugar de eso, se gira hacia Harry y habla con voz baja.

—¿Podemos hablar?

Al oír su tono, a Harry le quedan claras dos cosas: la primera es que Hermione estaba tan sorprendida como él y la segunda es que, de alguna manera, él está en problemas. Harry asiente y la sigue fuera del Gran Comedor.

—¿Cómo…? ¿Por qué…? ¿En qué momento? —comienza a hablar Hermione, sin lograr formar una oración completa, claramente molesta.

—Sé tanto como tú —responde Harry —Ron me despertó reclamándome no haberle dicho.

—Entonces, ¿tú no fuiste el que le dijo a toda la torre de Gryffindor que ahora somos novios? —se sorprende Hermione.

—No —confirma Harry —Te lo acabo de decir, a mí me lo dijo Ron, a él se lo dijo Neville quién lo supo por Hannah.

—¿Y Hannah de dónde lo sacó?

—De Susan, aparentemente —dice Harry, haciendo un gesto con las manos, mostrándose derrotado —Ya sabes como son los rumores en este colegio. Alguien cree ver algo, se lo cuenta a alguien más y para cuando todos lo escuchamos, McGonagall estaba besándose con Dumbledore.

—Él es gay —replica Hermione.

—Exactamente mi punto —contesta Harry.

—Ok —vuelve a hablar Hermione, tranquila —Entonces es solamente eso, un rumor.

—Claro que es solamente un rumor —la duda se percibe en la voz de Harry.

—¿Por qué no habría de serlo? —dice Hermione, también dudosa —¿Tú y yo? Como si eso pudiera pasar.

—¿En qué universo pasaría? —pregunta Harry en voz baja.

Tal vez en uno donde la pelea nunca haya ocurrido. Tal vez en uno dónde hayan sido mejores amigos desde primer año. Tal vez en alguno donde no se hubieran conocido hasta después de haber terminado Hogwarts. Tal vez en uno donde vivieran en el mundo muggle. Pero ¿en este? ¿Podrían ser novios en este universo?

—Lo que me extraña es que todos se lo hayan creído —habla Hermione sin responder a la pregunta de Harry.

—¿En serio? —responde Harry —¿Tan increíble te resulta? Porque a mí me felicitaron varias personas. Es obvio que para ellos la posibilidad de tú y yo juntos no es tan bizarra.

—A mí también me felicitaron varios —afirma Hermione.

—¿Cuántos? —pregunta Harry mientras sonríe socarronamente —Porque a mí deben haberlo hecho al menos cinco.

—Y a mí como diez —responde Hermione, con ese dejo competitivo que han tenido desde el tercer año.

Al escucharla, Harry chasquea la lengua mientras se acerca un paso a ella. Aunque su dinámica durante los últimos cinco años ha sido molestarse mutuamente, competir en todos los ámbitos posibles hasta que alguno de los dos se marcha rodando lo ojos, esta vez no la piensa dejar ir.

—No creo que haya habido diez personas levantas a esta hora en la torre de Gryffindor, Prefecta Perfecta —dice Harry, sabiendo que la atrapó en una mentira.

—Tal vez hayan sido nueve —responde riéndose Hermione, negando con la cabeza, sin desviarle la mirada.

—Seis —propone Harry.

—Ocho —insiste Hermione, alzando su cabeza para acercársele, sabiéndose vencida, pero sin aceptar la derrota

—Siete —ofrece él.

—De acuerdo, siete —concede ella.

Harry ve sus ojos, su sonrisa, su cabello, pensando en cómo todos sus compañeros están absolutamente convencidos que él ha estado enamorado de ella desde hace años. "¿Y si tienen razón?" le dice una voz en su cabeza.

¿No se supone que cuando estás enamorado debe haber fuegos artificiales, mariposas en el estómago y coros de ángeles cada vez que hablas con esa persona? ¿Qué debes tartamudear, ponerte rojo y hacer cosas sin sentido frente a ella? Él siempre se ha sentido confiado junto a Hermione. Seguro de sí mismo. En todo caso, lo que siempre ha gustado hacer es molestarla.

"¿Sabes cómo siempre hay un niño de primer año que echa ranas de chocolate al caldero de la niña que le gusta para molestarla, porque no sabe cómo comportarse con ella? Eres ese niño." Recuerda lo que le dijo Ron en el tren.

—¿En qué piensas? —pregunta Hermione y Harry se da cuenta que ha estado callado mucho rato, observándola.

—Pienso en… —comienza Harry, sin saber cómo decirlo, se acerca aún más a ella.

Sin pensarlo demasiado, la sujeta por la cintura. Cuando ella en lugar de alejarse, alza sus brazos para rodearle el cuello él vuelve a sonreír.

—…pienso en esto —termina y baja su rostro para juntar sus labios con los de ella.

Es durante ese primer beso, que Harry por fin entiende las alusiones a fuegos artificiales, mariposas en el estómago y coros de ángeles.


Nota de autora: Si pongo poemas al inicio de cada capítulo es porque para algo me debe servir la carrera de letras. Por cierto, perdón por el retraso. Estaba finalizando el semestre de en la universidad.

Ahora, una pregunta: el capítulo anterior tiene 3 600 palabras y este apenas 1 600. ¿Les gustan los capítulos largos o cortos?

¡Espero leerles pronto!

Kisses de Chocolate, Aliathna.

PD. Si buscan una lectora beta, mándenme un mensaje. Por aquí o por cualquier red social (en todas me encuentran como Aliathna.)