El siguiente capítulo fue inspirado por Roxas Strife y una pregunta que me hizo hace tiempo, pero que estaba esperando a este capítulo para responder :D


CAPÍTULO 18:

RUGIDO DE DRAGÓN

La Tierra, Residencia Kuso

-Julie, voy a ver si Dan quiere ver una película -. Avisó Runo buscando a su amigo.

-¿Qué tal una película romántica con besitos? -. Respondió la susodicha con tono juguetón.

Sin embargo, la peliazul no encontró al Peleador Pyrus en ninguna parte de la casa. Tenía sentido, había demasiado silencio como para que el castaño estuviera en la presente.

-Mira, ¿dónde está Dan? -. Preguntó Runo al ver pasar a la pelinaranja por los pasillos.

-No lo sé, Baron y él estaban planeando salir a correr -. Respondió Mira.

-¿A correr? -. Cuestionó la terrícola insegura -. Creo que está bien, siempre y cuando se lo tome con calma.

-Runo, ambas sabemos bien que Dan no se toma nada con calma -. Reprochó la ojiazul.

-Eso es malo, Dan no sabe medirse al entrenar, no debe forzar su cuerpo con tanta frecuencia. Nadie tiene tanto aguante, si no se modera, puede hacerse más daño que bien -. Dijo Elisa acariciando su melena rubia -. Sinceramente, no estoy segura de porque insiste tanto en llevar a cabo entrenamientos físicos tan intensos. Nada de eso le servirá en una batalla Bakugan.

-Amiga, es el lazo entre compañeros. Entre más fuerte es el peleador, más fuerte es su Bakugan -. Respondió Julie guiñando un ojo animada.

-¿Pero cómo le sirve eso? Después de todo, Drago ya no está con él -. Recordó la rubia con pesar.

-Solo esperemos que estén bien, no quiero que Dan se haga daño innecesariamente -. Musitó Mira.

-A estas alturas, eso es lo único que podemos hacer -. Dijo Ángel en el hombro de su compañera.

De repente, el fuerte golpe de la puerta chocando con la pared a su lado sacó a las mujeres de su conversación. Elisa y Mira corrieron directo a la fuente del golpe solo para encontrarse con Baron cargando a un Dan inconsciente en su espalda.

Las cuatro chicas bajaron rápidamente las escaleras para auxiliar al Peleador Pyrus, sus mejillas estaban rojas y sus ojos estaban en otro sitio lejos de la Tierra.

-¿Qué pasó? -. Preguntó Elisa mientras ayudaba al vestal a subir a Dan a su habitación.

-Arrastraba unas llantas junto al lago para entrenar cuando colapsó de pronto -. Explicó Baron.

Mira abrió rápidamente la puerta de la habitación mientras Julie corría en busca de los adultos y Runo preparaba unas toallas húmedas para manejar la temperatura de su amigo.

-Estúpido, ¿acaso no sabes cómo entrenar? -. Regañó la rubia -. El cuerpo, humano o vestal, solo aguanta hasta cierto punto y si no lo respetas, sufres un colapso como el que atraviesas ahora mismo.

-No… Elisa… debo entrenar… para recuperar a Drago -. Murmuró el castaño.

-No recuperarás nada en estas condiciones -. Reprochó la vestal, mientras Runo ponía unas toallas en la frente de su amigo.

En ese momento, los Señores Kuso y Takahashi entraron con preocupación en el cuarto del chico. Sus miradas reflejaban la sorpresa que los había inundado al recibir la noticia.

-¿¡Qué pasó!? -. Preguntó Miyoko alarmada.

-Sufrió un colapso, su cuerpo no está acostumbrado al entrenamiento que está realizando -. Explicó la ojiverde mientras Mira arropaba a su amigo humano.

-Debí darme cuenta de que estaba exagerando -. Se quejó Mira.

-No seas tan dura contigo misma -. Consoló la mujer castaña poniendo una mano en el hombro de la ojiazul -. No había nada que pudieras hacer, Dan es de esos que una vez que se les mete una idea a la cabeza, ya no podrás sacarla.

-Debí haberlo detenido, pero hacía su propia voluntad, el Maestro Dan… creo que hasta él tiene sus límites -. Se lamentó el pelimorado.

-Cómo todos, Baron -. Consoló Elisa.

-Si pelea contra Spectra y pierde una vez más, no creo que se reponga -. Expresó Runo con preocupación, a lo que Baron asintió.

-Todos estamos de acuerdo en que no podemos dejarlo combatir en estas condiciones -. Dijo Mira dando unas palmaditas a su amigo.

-Entonces, yo pelearé contra Spectra por el Maestro Dan -. Se ofreció Baron.

-Lo siento mucho, Baron, pero no estás listo para eso. Spectra es mucho más peligroso ahora que tiene en sus manos a Drago -. Intervino la pelinaranja.

-Entonces tú tendrás que hacerlo, Mira -. Respondió el pelimorado.

La respuesta sorprendió a la pelinaranja, que solo miró hacia abajo con cierta vergüenza.

-No podría… -. Susurró Mira avergonzada.

-¿Qué hay de ti, El? -. Preguntó Julie.

-Una vez me enfrenté a Gus y casi pierdo a Ángel, suponemos que Spectra le dijo cómo vencerme. Temo que si peleo, esta vez sí la pierda permanentemente -. Dijo la rubia con cierta tristeza.

Repentinamente, una poderosa luz roja invadió la habitación del humano, cegando a todos los presentes. Elisa intentó alejarse para tratar de distinguir lo que estaba sucediendo y que era el extraño fenómeno, pero fue inútil, la luz solo se hizo más intensa mientras parecía abrazar al enfermo Peleador y por un momento, el tiempo se detuvo miente todos escuchaban una voz sin dueño aparente cubrir todo el espacio de la habitación.

-Tu llamado ha sido respondido, Dan Kuso, pero debo saber algo: ¿tienes el coraje para combatir de nuevo y recuperar a Drago? ¿Es el lazo que comparten lo suficientemente fuerte como para luchar una vez más y salvar a tu compañero?

¿Quién podría hacer esto? Spectra era un genio, pero ni siquiera él podría hacer una broma tan cruel como ésta y mucho menos con sus limitados recursos en un planeta desconocido. No, quien hiciera esto tenía que ser alguien con más medios o con mucho más poder.

Las preguntas de la rubia tuvieron respuesta cuando vio un pequeño Bakugan Pyrus parecido a un dragón rojo sentado en la ventana sobre la cama de Dan. Los humanos parecían conocerlo, pero los vestal solo miraron extrañados la aparición que se postraba frente a ellos como si de un viejo amigo se tratara.

-¿Qué pasó? ¿Fue todo un sueño? -. Preguntó Dan con renovada energía en su antes agotado cuerpo.

-Míralo por ti mismo, Dan -. Respondió Runo viendo al Bakugan en la ventana.

El castaño se levantó rápidamente con curiosidad para ver el objeto de atención de sus amigos y familia.

-Es bueno ver que tu fiebre ha cedido finalmente -. Comenzó el dragón rojo.

-Apollonir -. Dijo el castaño a modo de saludo antes de levantar una vez más su sonrisa -. Chicos, conozcan a uno de los Seis Antiguos Guerreros de Vestroia -. Presentó Dan a los vestal.

Elisa no supo qué decir, ya le habían hablado de estos guerreros y el papel que habían desempañado en aquella batalla contra el tal Naga, pero nunca esperó encontrarse cara a cara con uno de ellos.

Los tres vestal y sus Bakugan se limitaron a inclinarse ligeramente con respeto por el personaje frente a ellos.

-Por favor, eso no es necesario. Los conozco, Resistencia y soy yo quién debería inclinarse en respeto por ustedes, pelear una guerra por una raza que no es la suya es un gesto digno de admiración. El hecho de saber que vestal cuenta con gente como ustedes me tranquiliza mucho, a pesar de sus errores, han sido capaces de luchar por lo que es correcto -. Dijo Apollonir solemnemente.

-Chicos, creo estoy de vuelta en el juego -. Dijo Dan.

-Es bueno verte sano, pero ahora tenemos trabajo -. Respondió el dragón antes de que sus ojos azules brillaran en un rojo intenso -. Por suerte, estoy ligado al Núcleo Perfecto justo como Drago, Spectra no puede esconderlo de mí.

-Dan necesitarás esto -. Ofreció Mira extendiendo la chaqueta de cuero roja a su amigo, que solo asintió con una sonrisa antes de ponerla en sus hombros.

-Lo veo -. Dijo Apollonir más para sí mismo que para el grupo de peleadores -. Procedamos entonces -. Concluyó el dragón.

Con una fuerte onda de luz roja, todos los peleadores habían desaparecido, dejando a los adultos con expresiones preocupadas en sus rostros. Ninguno de ellos era ajeno al sentimiento de incertidumbre en esos momentos en los que sus hijos corrían al peligro desinteresadamente, pero a pesar de las veces que había sucedido, el miedo se mantenía como una constante, no muy diferente a ver a un familiar partir a la guerra.


Nueva Vestroia, Destructor Vestal

-¿Qué es esto? -. Preguntó Shadow mirando la pantalla frente a él.

Mylene se acercó al objeto de interés de su alocado compañero antes de apartarlo con agresividad para averiguar por lo que estaba preguntando.

-Parece ser un tipo de mensaje -. Respondió la peliazul antes de abrir el escrito en la computadora de la sala de conferencias.

-¿Sabemos quién lo envió? -. Preguntó Volt acercándose a la pantalla.

-Sí, es del humano que aún está con la Resistencia -. Contestó Mylene leyendo el mensaje mientras una expresión de enojo se postraba en su rostro.

Un reto se postraba frente a los Vexos, el terrícola se había asegurado de utilizar palabras que provocaran el ego y la rabia de los seguidores de la corona. Los acusó de débiles, que requerían de trampas y sucias jugarretas para vencer a sus oponentes, llamó "falso peleador" a Shadow por necesitar de un Bakugan mecánico para vencer a su rival en una batalla, hizo énfasis en la forma en la que consideraba débil a la líder actual de su grupo por perder contra Marucho y necesitar de emboscadas para vencer, incluso había tenido la osadía de llamar "afeminado" y "cobarde" al príncipe Hydron. Pero, lo que más sorprendió a Volt, fue la forma en que mencionaba lo decepcionado que estaría su familia y amigos de él.

Finalmente, el mensaje concluía con un claro desafío a los tres Vexos, los retaba a una batalla Bakugan en el Valle de las Sombras, una batalla de tres contra uno, el Arma contra su "basuras mecánica" y "excusas" de Bakugan. Claramente, el chico había perdido la cabeza o estaba iracundo por la desaparición de sus amigos.

Repentinamente, la imagen del príncipe apareció junto a la del mensaje. El rostro del rubio reflejaba una sorprendente calma.

-El Profesor Clay me dijo que ustedes también recibieron el mensaje de ese humano. ¿Lo leyeron? -. Comenzó el príncipe.

Mylene controló su temperamento antes de responder.

-Sí, señor -. Dijo con moderada calma -. Con todo respeto, Su Alteza, le pido que no lo tome enserio. Claramente, es una distracción para que no estemos presentes en Ciudad Alfa.

-Exacto, pero puede que en esta distracción se nos haya presentado la oportunidad de recuperar a nuestra arma más poderosa contra la Resistencia -. Dijo el rubio.

-Pero, señor, la ejecución… -. Intentó objetar Mylene antes de ser interrumpida.

-No importa, si perdemos Ciudad Alfa pero recuperamos al Arma, podremos recuperar la ciudad eventualmente. Pero, si mantenemos la ciudad y el Arma se repone, la perderemos igualmente tarde o temprano. Saben de lo que es capaz esa bestia cuando pierde el control -. Argumentó el ojilila -. Quiero que dos de ustedes vayan ahí y acaben con ese humano insolente.

-¡Yo lo haré, Alteza! -. Exclamó Shadow -. Ese mocoso se burló de mí por última vez, voy a arrebatarle su Bakugan de sus dedos muertos si es necesario.

-Bien, con Hades y Fortaleza a tu lado, eres el más fuerte del grupo -. Asintió Hydron antes de mirar a la única mujer del grupo -. Tú irás con él, Mylene, derrotaste a Ace Grit y sin Dan Kuso, él era el peleador más fuerte de la Resistencia, así que irás con Shadow. Volt, confío en que podrás vigilar la ejecución en la ciudad -. Terminó el príncipe.

-Yo me encargo, de todos modos, tengo un asunto pendiente con el Capitán Elvar -. Respondió el pelirrojo con enojo y los brazos cruzados.

-Entonces, ya tienen sus labores asignadas. No me fallen -. Concluyó Hydron antes de cortar la transmisión.

-Ese mocoso -. Murmuró la peliazul con enojo.

-No te quejes, vamos a demostrar que esa lagartija no es para tanto -. Respondió Shadow saliendo de la sala.

-Yo cuidaré la ciudad, con Brontes a mi lado, no será difícil -. Dijo Volt viendo a su líder seguir al loco.

Mylene solo lo miró un segundo antes de desparecer detrás de la puerta principal, dejando al peleador Haos solo con sus pensamientos.

-¿Estás bien, Volt? -. Preguntó Brontes saltando al hombro de su compañero.

-No es nada, solo pensaba en el pasado.

-¿Estás seguro? Es raro verte así de… ausente -. Expresó el Bakugan preocupado.

-No es nada -. Respondió el hombre dirigiéndose a la puerta.

-Maldito Dill, ¿cómo se atreve a meterlos en esto? -. Pensó el pelirrojo con amargura.


Ubicación desconocida

-Leónidas.

-Leónidas.

Ojos verdes como esmeraldas brillaron tenuemente entre las sombras que abrazaban este campo desconocido. Un cielo morado acompañado por nubes negras fueron la primera imagen que recibió Drago cuando abrió sus pequeños ojos. El lodo se pegaba a su espalda y el aire sorprendentemente frío estremeció su cuerpo.

El Bakugan Pyrus se levantó suavemente del suelo húmedo y terroso. Un yermo de tierra oscura fue la única vista que se ofrecía para Drago.

-¿Dónde estoy? -. Se preguntó con preocupación.

No podía quedarse aquí y no recordaba cómo había llegado, lo último que recordaba era a Spectra acercándolo a esa carta que había usado con Helios durante su batalla. Había perdido la consciencia después de eso, pero aún tenía la sensación de esa energía prohibida alcanzarlo, abrazándolo. Sabía que Leónidas era único y sus condiciones eran incomprensibles incluso para él mismo, pero no esperaba que ese tipo de energía corriera por las venas de su viejo amigo. Temía que el dolor que él había sentido en ese momento, lo sintiera Leónidas a toda hora.

Sin más remedio y ninguna otra opción, Drago se elevó al oscuro cielo para tratar de encontrar la ciudad más cercana. Sin embargo, ni un alma se asomaba entre las amplias extensiones de tierra. ¿Dónde rayos estaba?

-Leónidas, ven a mí.

Esa voz otra vez, una voz oscura y tranquila que helaba la sangre del Bakugan mientras recorría el cielo del desconocido yermo, ¿qué clase de lugar era este? Tenía un aire de la Dimensión de la Perdición, pero no la recordaba así, ¿podría haber cambiado? No, era imposible que estuviera de regreso en ese maldito sitio, Spectra no tenía los medios para acceder a ese lugar y aunque los tuviera, ¿por qué enviarlo ahí? ¿Se tomó el tiempo para ganarlo en batalla, solo para esto? Imposible.

Tomó tiempo, pero durante sus cavilaciones pudo distinguir un pequeño pueblo. Drago descendió con cuidado a tierra con la esperanza de encontrar a alguien que pudiera explicarle que estaba pasando y en qué sitio estaban.

-Hola -. Dijo el Bakugan con la esperanza de que alguien respondiera al llamado -. No quiero hacerles daño. No sé dónde estoy, solo busco el modo de volver a casa.

No hubo respuesta a su llamado, no debía sorprenderse, el lugar parecía completamente deshabitado y el poblado se encontraba en ruinas. Las plantas muertas, los edificios y casas deteriorados y con los vidrios rotos mientras la basura cubría las calles. Era lo que los humanos podrían llamar "un pueblo fantasma".

Estuvo a punto de emprender el vuelo una vez más para buscar otro sitio y probar suerte más adelante hasta que escuchó el sonido de unos suaves pasos arrastrarse por el piso.

Drago se movió con cuidado para tratar de averiguar que producía el sutil ruido que solo pudo escuchar gracias al prominente silencio que reinaba en la localidad.

-No quiero hacerles daño, solo busco un modo de volver a casa -. Prometió el dragón rojo retrayendo sus alas y alzando sus pequeños brazos -. Soy un amigo, lo juro.

Detrás de una de las casas en ruinas, una pequeña niña se reveló ligeramente con la mitad de su rostro cubierto por la pared con precaución. Tenía miedo, pero no podía culparlo, en estas circunstancias, ¿quién podía creer en la palabra de un dragón parlante más grande que una casa?

Su cabello lacio era azulado oscuro y sus ojos eran del color de la miel. Unos mechones de su cabello cubrían su frente y trataban inútilmente de esconder su mirada asustadiza, mientras que su piel era tan blanca como la crema.

Con lentitud, Drago se acercó ligeramente a la niña antes de posar con delicadeza una rodilla en el concreto de las deterioradas calles y bajó un poco su cabeza antes de hablar en un tono calmado con la niña, tratando en todo lo posible de atemorizarla.

-Tranquila, amiguita, me llamo Drago -. Comenzó el Bakugan -. ¿Cómo te llamas?

-Shiori -. Respondió la niña suavemente, Drago tuvo que agudizar su oído para oírla mejor.

-Pequeña Shiori, ¿crees que podrías explicarme donde estamos y qué está pasando? -. Pidió Drago con tono calmo, no quería asustar a la pequeña más de lo que ya estaba.

Sin embargo, la pequeña no respondió a su pregunta, en su lugar, sus enormes ojos color miel se abrieron antes de derramar suavemente unas lágrimas, que la niña trató de limpiar de su rostro mientras contenía sus sollozos.

Drago no supo que hacer, no sabía que estaba sucediendo y mucho menos sabía cómo consolar a la niña y se sentía horrible. El Bakugan trató de acercarse un poco más para hablar con la pequeña.

-Tranquilízate, Shiori, lo lamento -. Se disculpó el dragón con pena, quería entender que estaba sucediendo, pero no a costa de las lágrimas de una niña inocente -. Escucha, no tenemos que hablar de eso, ¿qué te parece si salimos de aquí y platicamos en el camino? Te puedo llevar en mi cabeza si gustas -. Ofreció el Bakugan en un tono amistoso.

Pero la pequeña Shiori negó con la cabeza, confundiendo a Drago antes de declarar en un tono lloroso lo que de verdad anhelaba su adolorido corazón.

-Solo quiero a mis papás -. Dijo la niña sentándose en el frío pavimento.

Drago acercó su cabeza despacio a la pequeña, al menos, ya tenía una idea de cómo hacer sentir mejor a esta pequeña. Solo esperaba que sus padres siguieran por ahí, aunque en este sitio, temía lo peor para la pareja.

-Entonces, ¿qué te parece si los buscamos juntos? -. Preguntó Drago haciendo su mejor intento de sonrisa.

-No podemos… -. Respondió la pequeña sobando sus ojos con su antebrazo.

-¿Por qué? -. Preguntó confundido.

-Él ya los tiene -. Susurró la pequeña ojimiel.

-¿Quién?

Ante la pregunta, la pequeña solo se limitó a mirar arriba una vez más para señalar con su pequeño dedo índice al cielo. Un gran agujero negro destacaba en el cielo donde seis ojos rojos brillantes veían a la tierra atentamente, veían a los únicos dos presentes en esta tierra desolada y abandonada por cualquier tipo de deidad que pudiera existir en el vasto universo.

-¿Qué es eso? -. Preguntó Drago con un escalofrío recorriendo su espina.

-El demonio -. Respondió Shiori en un murmullo.

Del extraño portal, un poderoso relámpago descendió en dirección a los presentes, Drago apenas tuvo tiempo para cubrir a la niña con su propio cuerpo. El Bakugan rugió con dolor ante el impacto eléctrico que cayó en su gran espalda, trató de mantenerse callado para no asustar a la niña debajo de él mientras la luz bañaba el oscuro páramo casi desértico, cegando la visión de Drago.

El Bakugan pudo distinguir la nube de humo que se había formado a su alrededor tras el golpe que había recibido fuertemente en la espalda, cuando pensaba que este lugar no podía ponerse más extraño ahora también se volvía hostil. ¿Qué rayos había sido eso?

El sonido de un golpe en el suelo lo sacó de sus cavilaciones, la tierra siendo pisada obligó a Drago a mirar a su lado para ver al dueño de los pasos. Unas grandes y escamosas patas blancas con tres dedos con anchas garras doradas en la punta le dieron a Drago la respuesta de quién se trataba, pero era imposible, no podía concebir la idea de que esto fuera cierto. Si no hubiera sentido el impacto del relámpago, pensaría que estaba en medio de un sueño o una pesadilla.

Leónidas Haos se imponía frente a él con su gran altura y complexión, tenía seis alas increíblemente brillantes que hacían contraste con las escamas blancas que rodeaban su pecho morado, acompañado con una gran palca dorada en forma de "V" frente a unas hombreras del mismo color. Finalmente, sus cuernos dorados habían aumentado ligeramente de tamaño, al igual que las marcas celestes junto a sus ojos que adornaban su cabeza.

¿Cómo era posible? No tenía sentido, ¿cómo es que su amigo estaba aquí y qué le había sucedido? ¿Por qué había cambiado de atributo? Leónidas jamás demostró ser un Bakugan de atributo cambiante y aún si lo fuera, ¿por qué cambiar aquí, donde predominaba la oscuridad?

-Leónidas, ¿qué está pasando? -. Preguntó el dragón rojo adolorido.

Pero el dragón blanco no respondió, en su lugar, lo tomó fuertemente del cuerno en el punta de su cabeza y lo alzó para ver mejor a la niña que Drago estaba protegiendo.

-Así que aquí estabas -. Declaró Leónidas con un tono de voz impropio de su amigo.

Shiori gritó con pánico acompañando sus lágrimas, la niña trató de correr en la dirección opuesta a los dragones, pero el falso Leónidas soltó al otro Bakugan para acercase lo suficiente como para estrellar su mano contra el suelo frente a la niña y así evitar su escape.

-Ya era hora de que aparecieras, niña -. Dijo el dragón blanco mirando a la pequeña, que solo gritaba asustada.

-¡Déjala! -. Exigió Drago embistiendo a Leónidas con fuerza.

El Bakugan Haos soltó un ruido cuando sintió su espalda chocar con uno de los edificios del pueblo.

-Esto no te incumbe -. Dijo Leónidas antes de dar un fuerte golpe a la mandíbula de su oponente.

Drago respondió al ataque con un fuerte empujón con la parte superior de su cuerpo para alejar a su enemigo, pero éste no se alejó lo suficiente antes de abalanzarse contra su rival.

Una pequeña onda salió desprendida del impacto causado por ambos Bakugan mientras el rastro de sus pies forcejeando era marcado en la tierra.

-Tú no eres Leónidas -. Declaró Drago mirando los ojos verdes de su oponente -. ¿Quién… eres? -. Preguntó tratando de concentrar toda su fuerza en su cabeza.

El dragón blanco no respondió a la pregunta, en su lugar, usó sus brazos más largos y fuertes para golpear a su enemigo en los costados, obligando a Drago a retroceder adolorido.

-¡Shiori, corre! ¡Yo me encargaré de esto! -. Gritó Drago a la niña.

La pequeña peliazul asintió antes de salir corriendo en dirección opuesta a la batalla.

-Lo preguntaré una vez más: ¿quién eres tú? -. Repitió Drago con enojo.

El falso Leónidas guardó silencio antes de responder en voz baja.

-Tu verdugo -. Fue su respuesta antes de que un aura de energía rodeara su cuerpo.

El viento comenzó a agitarse a su alrededor, la tierra comenzó a agrietarse, mientras las rocas y la basura esparcida por el lugar se elevaban ligeramente del cielo y las nubes se alejaban con lentitud. No necesitaba de un peleador para entender que el poder de su rival estaba creciendo cada vez más.

Eventualmente, las ráfagas de viento se hicieron más intensas, obligando a Drago a entrecerrar los ojos por la molestia que le causaban las ventiscas. La tierra se estremeció cuando el falso Leónidas liberó un potente rugido que hizo estremecer al dragón Pyrus.

Leónidas se abalanzó una vez más contra su enemigo, Drago cayó contra el suelo con fuerza tras recibir la fuerte embestida. El dragón blanco se alzó sobre él con sus garras listas para acabar con la corta batalla, pero el Bakugan Pyrus lo recibió con una llamarada en la cabeza para obligarlo a retroceder con molestia.

Drago aprovechó ese momento para reincorporarse en el aire con ayuda de sus alas libres una vez más. Con una fuerte patada en un corto vuelo, el Bakugan Haos cayó al suelo.

-¡Dragón Ardiente! -. Exclamó Drago lanzando su característica bola de fuego contra su oponente.

Leónidas solo se cubrió con sus manos antes de que una nube de humo cubriera el campo de batalla. Drago salió rápidamente de ahí para encontrar a su oponente, pero un poderoso láser blanco y azul acortó la distancia con el dragón rojo, que apenas tuvo tiempo de esquivar el ataque, dejándole una herida humeante en un costado.

El pequeño momento de distracción fue suficiente para que el Bakugan Haos se alzara una vez más sobre su rival, dándole un fuerte golpe en la cabeza, que lo envió de regreso al suelo con su espalda arrastrándose contra la grava.

-¡Cañón Lumino! -. Exclamó el enemigo mientras un nuevo láser salía expedido de su hocico.

Pero este ataque era diferente al anterior, era tan dorado como el oro de las partes acorazadas de su cuerpo. Drago se cubrió con sus alas esperando un golpe que nunca llegó, o más bien, que era más débil de lo que esperaba.

Cuando alzó la vista una vez más, su propio cuerpo estaba cubierto con un aura morada, pero no solo eso, sus escamas ya no eran rojas, ahora eran tan negras como la noche.

-¿Qué es esto? -. Se preguntó Drago confundido por su nueva apariencia, ¿una nueva evolución? No, imposible, la forma de su cuerpo seguía igual.

-Hex Dragonoid -. Dijo Leónidas -. Entiendo, nuestro encuentro se adelantó. Ese maldito Spectra… -. El Bakugan Haos siguió hablando, pero Drago ya no pudo escucharlo.

-¿Qué? ¿Spectra? ¿Él hizo esto?

De pronto, la voz del vestal referido se hizo presente en el campo de batalla para el completo desagrado del Dragonoid.

-"¡Vamos, Drago! ¡Poder activado: Dragón Ardiente!"

Drago se levantó a gran velocidad mientras su hocico brillaba una vez más con la fuerza de sus intensas llamas, pero Leónidas solo se cubrió con sus alas y recibió el ataque como si no fuera nada.

-Eso lo explica, la batalla contra Apollonir está teniendo lugar ahora mismo y tú consciencia se encuentra aquí, pero tu cuerpo está allá. La Carta Prohibida te trajo hasta aquí, el verdadero origen de su poder -. Dijo el dragón blanco.

-¿Qué? ¿Apollonir? ¿De qué estás hablando? -. Preguntó Drago confundido.

-No importa, no vivirás para verlo -. Una voz interrumpió las preguntas de Drago.

Un peleador con un abrigo largo y gastado apareció en medio del campo de batalla, debajo de la prenda llevaba ropa gris y negra gastada cubierta con polvo y suciedad. Tenía la mitad de la cara cubierta, revelando feas cicatrices bajo su ojo azul mientras que su boca se escondía tras una mascarilla grisácea. En su muñeca izquierda llevaba un tipo de reloj amarillo.

-No voy a dejar este mundo a su merced -. Declaró el Bakugan Pyrus con determinación.

-¿Nuestra? -. Preguntó el dragón -. Agradece que morirás antes de entender lo que pasó aquí.

-¡Poder activado: Robo de Almas! -. Sorprendentemente, una carta poder emergió en el centro del "reloj" tras un pequeño resplandor dorado.

Una energía blanca brilló alrededor del enemigo y se dirigió a Drago, la luz blanca abrazó a la débil piel negra y el Bakugan Pyrus sintió como su poder comenzaba a disminuir. Cada segundo era más difícil mantenerse en pie por el cansancio que le generaba esta desconocida habilidad.

-"Poder activado: Dianos Duras X" -. La voz de Spectra se impuso una vez más en el campo.

Drago sintió un gran dolor cuando unas cadenas moradas aparecieron repentinamente en su cuerpo y lo abrazaban con fuerza antes de que algunos extremos se dirigieran a su enemigo. De pronto, sintió su poder crecer una vez más con lentitud, pero el dolor que le producía el método era insoportable.

-Nada mal, Spectra -. Murmuró el peleador -. ¡Poder activado: Resplandor Mortal!

Las cadenas oscuras se rompieron en pedazos cuando el dragón blanco se vio cubierto por una energía dorada abrazando su cuerpo.

Ante las circunstancias, Drago solo podía preguntarse qué rayos estaba pasando y porque no tenía ningún tipo de control de su propio cuerpo. Jamás se había sentido así antes y lo odiaba.

Leónidas bajó a tierra con delicadeza mientras miraba a Drago con estoicidad.

-¿Eso es todo? El último Drago que maté era mucho más fuerte -. Dijo el Bakugan Haos.

-Eso es porque éste apenas está en las manos de Spectra, aún tiene mucho camino que recorrer -. Explicó el peleador.

Inmediatamente, el falso Leónidas se lanzó contra Drago con dos ganchos a la cabeza que lo aturdieron y lo dejaron indefenso cuando su enemigo le dio una fuerte patada en el pecho que lo hizo caer al suelo sobre su espalda.

-"Poder activado: Vestroia X".

Ante el poder de Spectra, Drago saltó una vez más como si fuera un alma poseída con la energía en su pecho brillando. Sus músculos se hincharon y sus venas sobresalieron, Drago tuvo que resistir el impulso de encogerse por el dolor que le producía la carta. Un fuerte dolor recorrió a Drago, reflejado en un poderoso rugido mientras sus extremidades temblaban por la tensión en su cuerpo.

-¿Por qué te sigues levantando? -. Preguntó Leónidas confundido.

Drago estaba seguro de que si pudiera, su enemigo alzaría una ceja.

-Las Cartas Prohibidas creadas a partir de la sangre de su Leónidas y el Núcleo Perfecto en su pecho le dan energías suficientes para mantenerse en la pelea. A ti te pasó algo similar, ¿lo recuerdas?

-Fue hace tanto tiempo, que no lo recuerdo muy bien -. Respondió el falso Leónidas levantando los puños, listo para seguir peleando.

-"Con una de estas anciano. ¡Poder de fusión activado: Darkus X!"

Seguido de la voz de Spectra, el poder Darkus recorrió el cuerpo del Bakugan Pyrus, mientras las escamas que aún conservaban sus colores cálidos se tornaban de morado y azul.

Una bola de fuego color zafiro salió disparada del hocico de Drago, pero Leónidas no se inmutó. La placa en su pecho resistió el ataque con facilidad, el humo salía desprendido de la zona afectada pero el Bakugan Haos se mantenía estoico.

-¿Y este es el Bakugan máximo?

-"¡Poder de fusión activado: Ventus X!" -. Contraatacó Spectra contra un enemigo del que no estaba consciente.

La piel de Drago cambió una vez más de color, el verde reemplazó al morado y Drago se elevó por los cielos, no quería reconocerlo, pero cada vez que Spectra usaba una de esas cartas, se sentía menos como un Bakugan y más como un animal. Trataba de emitir alguna palabra, pero en su lugar solo salían rugidos mientras llamas verdes bañaban su cuerpo, idénticas a las llamas que cubrían a Ingram en sus ataques más poderosos.

Con un estruendoso grito, el ahora Bakugan Ventus se abalanzó contra Leónidas, pero éste se mantuvo en su lugar, esperando el golpe.

-Poder activado: Luz Finita -. Una nueva carta apareció en el dispositivo del peleador Haos.

Leónidas se desvaneció en una pequeña onda de luz, haciendo que oponente se estrellara contra el suelo antes de reaparecer detrás de él y darle una fuerte patada en la espalda que lo obligó a mantenerse en el suelo.

El Bakugan Haos se acercó a Drago una vez más y lo sujetó de la cabeza con su mano mucho más grande.

Drago miró con horror como las garras de su oponente se alzaban sobre su cabeza, listo para dar el golpe final a la batalla.

-Terminemos de una vez, no tiene sentido prolongar una batalla contra un enemigo que no se controla a sí mismo -. Dijo el peleador levantando su brazo una vez más -. ¡Poder…

-¡SUFICIENTE!

Una voz oscura y aterradora detuvo en seco la mano del Leónidas Haos, el cual soltó a Drago en el suelo para ver detrás de él en una posición que el Bakugan Pyrus jamás pensó que vería de parte de quien parecía ser su viejo amigo, estaba de rodillas con la cabeza gacha.

Un gigante con una túnica negra desgastada descendió del portal en el cielo, su rostro estaba cubierto por una capucha negra, pero dos cuernos torcidos se alzaban sobre su cabeza mientras sus ojos brillaban. Lo único visible de su cara era la piel pálida que colgaba de su mandíbula.

-Si lo hacen, lo matarán y aún lo necesitamos con vida -. Explicó la criatura.

-Pero, señor, él ya sabe de nuestra existencia -. Objetó el peleador de rodillas.

-Eso no es problema -. Respondió la criatura sujetando a Drago por el cuello.

-"Poder de fusión activado: Subterra X".

La piel de Drago comenzó a cambiar una vez más de color, esta vez el marrón y gris reemplazó al verde.

-Bueno, eso explica a qué tiempo perteneces -. Dijo el monstruo analizando a Drago -. Es hora de irte.

Drago quería objetar, quería pelear, pero sabía que no tenía ninguna oportunidad contra este ser que había obligado a sus oponentes a detenerse en seco solo con una orden de sus inexistentes labios.

-¿Y la niña? ¿Qué harán con ella? -. Preguntó Drago con las manos en el brazo de su nuevo enemigo.

-Llevaba tiempo buscándola y la sacaste de su escondite. Es tan escurridiza como sus padres, seguro estarían orgullosos -. Dijo la criatura provocando la ira de Drago.

-¡No te atrevas a tocarla! -. Gritó Drago con su hocico brillando por las llamas.

-¡Silencio! -. Dijo el criatura poniendo una mano huesuda en el cristal del pecho de Drago -. Vuelve a la Tierra, vuelve con tu compañero, lucha contra tus enemigos actuales, prepárate para enfrentar a los futuros y jamás recuerdes esta pesadilla porque cuando nos volvamos a ver, agradecerás haber olvidado lo que pasó aquí.

La mano del monstruo atravesó el cristal como si fuera un fantasma y Drago gritó por el dolor que le producía la sensación de este corrupto ser en su interior. La otra mano de la criatura soltó el cuello de Drago y puso un dedo frente a sus inexistentes labios en señal de silencio. Estando más cerca de la criatura, Drago pudo ver bien su rostro muerto e idéntico a una calavera con piel colgando de entre sus huesos.

-Sueña con fuego -. Susurró el cadáver antes de que la visión del Bakugan se nublara y el negro predominara en su consciencia.


Nueva Vestroia, Ciudad Alfa

-Erika y Eisel Valiant, han sido acusadas de traición e intento de asesinato contra el Príncipe Hydron. ¿Tienen algo que decir antes de proceder?

La mujer y la niña que se veían en las pantallas de toda la ciudad se permitieron derramar unas lágrimas frente a la cámara antes de que la mujer con voz temblorosa y unos tímidos hipos respondiera con sus ojos rojos debido al llanto que la había acompañado desde que las sacaron de las celdas.

-Mi hija es inocente, es solo una niña, no le hagan esto por favor -. Suplicó la mujer mirando a su pequeña a su lado.

La pequeña sollozaba al lado de su madre, ambas atadas a las camillas en posición vertical frente a la cámara que las grababa. Sin embargo, ni un alma miraba las imágenes reproducidas en las pantallas esparcidas por Ciudad Alfa. La mitad de los población veía atentamente a la prisión central de la ciudad donde transmitían las últimas palabras de los prisioneros de la corona. Escucharon de todo, súplicas de piedad, defensa de sus inocencias, insultos contra sus futuros verdugos y el incomodo silencio acompañado de una mirada inexpresiva de los prisioneros que ya habían aceptado su destino, pero fue la súplica de una madre por su hija lo que unió el corazón de la multitud que hoy se paraba frente a las instalaciones, lista para hacer justicia contra un gobierno corrupto y mentiroso con las caras pintadas en rojo, naranja, amarillo, negro, azul y verde, los colores de los seis atributos.

Volt Luster, antes un campeón adorado en la ciudad y ahora repudiado miembro de los infames Vexos, salió de las puertas de la prisión para postrarse delante del personal de seguridad y ver a la gente que sin duda intentarían algo si veían la oportunidad.

-Tenemos menos personal del que creí -. Dijo Volt mirando sus reducidos números a comparación de los posibles insurgentes frente a ellos -. ¿Qué pasó con nuestra gente? -. Preguntó a uno de los guardias más cercanos.

-Renunciaron tras el mensaje del rebelde y lo que eso provocó -. Respondió el hombre sin despegar la mirada de la gente -. Imagino que algunos estarán por allá -. Señaló tímidamente a la multitud.

-Diablos.

Mientras tanto, entre la multitud, el Capitán Elvar se movía entre las personas con una chaqueta oscura con capucha grande. No podía negar que lo conmovía ver la pasión que su mensaje había despertado entre las personas, esperaba que el Señor Valiant estuviera orgulloso, en el remoto caso de que lo estuviera viendo de algún lugar. Por desgracia, la presencia del peleador Haos de los Vexos conseguía arruinar su buen humor.

El capitán puso un par de dedos en su oído derecho antes de hablar.

-Aquí, C.E, el escuadrón 2 está en posición. ¿Cómo van ustedes, escuadrón 1? -. Susurró suavemente mientras se movía entre las personas.

-Esperamos su señal para desactivar los generadores, pero hay un problema, señor -. Informó Velia con un tono similar -. No todos los Vexos cayeron en la provocación del Maestro Takahashi.

-Lo sé -. Dijo el capitán mirando al hombre fornido frente a la multitud -. Está bien, trataré de neutralizar a Luster.

-¿Y si no lo consigue? -. Expresó preocupada.

-En tal caso, Anhur y yo lo sacaremos de la ciudad. Ustedes solo asegúrense de sacar a los prisioneros -. Ordenó el hombre.

-Sí, señor -. Fue la respuesta que recibió.

En ese momento, la multitud comenzó un lento andar en dirección a las instalaciones, sus pasos tranquilos y casi coordinados daban un mensaje, la libertad de los prisioneros y los Bakugan o la sangre de los guardias frente a ellos.

Volt tomó un megáfono de alta tecnología para dirigirse con voz firme a las personas frente a él.

-Ciudadanos, retírense, ya no avancen. No queremos hacerles daño, pero nos obligarán a hacerlo si no se detienen dónde están y vuelven a sus casas -. Dijo el pelirrojo.

Pero a la gente no le importó mientras continuaban su avance.

-Última advertencia: retírense o nos veremos obligados a responder -. Dijo el hombre mientras los guardias extendían sus armas.

Pero los ciudadanos no se mostraron intimidados ante los dispositivos. En su lugar, mostraron armas blancas caceras, palos de madera, tubos de metal, cuchillos y muchos otros. Sabían que no debían usar a sus amigos Bakugan si querían mantener su ciudad en buenas condiciones, además, después de obligarlos a pelear tanto tiempo por su entretenimiento, era justo que ahora los vestal pelearan por su libertad.

-Prepárense -. Ordenó Volt con un suspiro.

-Volt, lánzame, yo puedo controlar a esta gente -. Dijo Brontes saltando al hombro de su compañero.

-Si Dill está entre ellos y seguro que así es, Anhur no debe estar lejos. No quiero destruir la ciudad con una batalla Bakugan.

Brontes pareció entenderlo cuando saltó de regreso al bolsillo del peleador Haos.

La gente continuó su lento avance mientras los guardias comenzaban a sudar debajo de sus cascos, su pulso temblaba y algunas de las miras no podían mantenerse en un solo punto debido a los nervios en las manos de sus portadores.

-Den disparos de advertencia -. Ordenó el Vexos.

Las armas de plasma dispararon al suelo frente a los protestantes para intentar detener su avance, pero se mantuvieron firmes. Estaban dispuestos a morir por lo que creían.

Volt no quería una masacre, esperaba intimidar lo suficiente a estas personas como para detener lo que fuera a suceder, por eso no quería armas de fuego, pero el príncipe había ordenado su uso para tratar de controlar a la multitud. Aparentemente, no había funcionado.

De pronto, las luces se apagaron y los guardias vieron confundidos la oscuridad a sus alrededores, esa fue la señal que necesitaban los ciudadanos para pelear. Un fuerte grito de batalla de parte de uno de los suyos fue suficiente para inspirar a la gente a seguirlo y correr en dirección a los guardias, que comenzaron a disparar a la fuente del ruido. Algunos cuerpos cayeron al suelo por las heridas de las armas, que se vieron inutilizadas cuando la gente comenzó a atravesar una a una las barricadas para obligar a los seguidores del príncipe a pelear cuerpo a cuerpo.

Cuando la energía regresó gracias a los generadores de repuesto, lo primero que vio el peleador Haos fue una gran batalla campal en las calles de la ciudad. Los hombres a sus lados no estaban seguros de a que debían disparar, sus gente estaba revuelta con sus ahora enemigos.

-Señor, ¿qué hacemos? No podemos disparar sin herir a los nuestros -. Preguntó uno de los guardias asustados mientras veía como la gente atravesaba las últimas barricadas.

-¿Qué creen? -. Cuestionó sarcásticamente -. Peleamos -. Respondió antes de comenzar a caminar a sus enemigos por la escalera de la prisión.

Un hombre se acercó la suficiente para intentar golpear a Volt con un tubo, pero éste fue más rápido y atrapó el brazo de su atacante con su mano izquierda antes sujetar su hombro descubierto con su mano derecha para darle un fuerte golpe con la cabeza en el centro del rostro. El golpe del Vexos fue tan fuerte, que el hombre cayó al suelo inconsciente.

El pelirrojo pudo distinguir en medio del campo de batalla al responsable de todo este desastre. Dillian Elvar acaba de derribar a uno de los guardias antes de que otro se acercara para darle un gancho derecho, pero el capitán lo bloquearía con habilidad antes de enganchar sus brazos libres para arrojarlo a un lado como si no pesara nada.

Volt siguió su camino a su enemigo con la esperanza de que vencer al líder de la Resistencia terminara con el disturbio, pero otro rebelde se acercó con la pata de una silla para atacar al peleador. No obstante, éste logró atrapar el objeto y acercar lo suficiente a su atacante para sujetarlo fuertemente del cabello y darle un tirón que lo hizo retorcerse. Otra persona se acercó a Volt, pero el Vexos respondería al nuevo oponente con una fuerte patada en el estómago, que lo hizo caer sobre su espalda, antes de dar un rodillazo en el rostro del hombre que tenía sujeto del cabello, dejándolo inconsciente.

Finalmente, el capitán derribó a otro de los guardias con facilidad antes de acercarse a Volt, cara a cara, ambos líderes se vieron atentamente, pero en el rostro del Capitán de la Resistencia había algo que ninguno de los hombres bajo su mando había visto antes: odio puro.

-No tenías que poner a estas personas a pelear tu guerra perdida -. Comenzó Luster.

-¿Me vas a hablar a mí de inocentes, traidor? -. Cuestionó el capitán con un escupitajo.

-Lo que pasó con el Comandante Valiant no fue personal y no lo hice por mí, aunque no espero que lo entiendas.

-Delataste sus intenciones y eso condujo a la captura de su mujer y su hija pequeña. Veo que no te importa destruir a la familia de otros -. Dijo el pelirrojo más delgado -. En lo que a mí concierne, no veo a nada más que una rata que le dio la espalda a sus hermanos y al hombre que le tendió la mano. Tal vez no seas tan diferente del resto de los Vexos.

Ante la provocación, el peleador Haos lanzó un golpe directo a su rival, pero el capitán sería más rápido desviando el ataque al suelo con sus propias manos para luego lanzar un uppercut contra su enemigo, que se tambaleó ante el golpe, pero respondió rápidamente con dos puños a los costados que hicieron retroceder al miembro de la Resistencia.

Luster se abalanzó contra su rival una vez más con intenciones de embestirlo, pero Elvar se movió a un costado con agilidad para esquivar el ataque y dar un pequeño brinco hacia atrás del Vexos, que le daría la oportunidad de encestar un fuerte golpe en la parte posterior de su cabeza con la palma de su mano.

Volt se giró enojado y atacó una vez más con un gancho izquierdo seguido de un golpe al estómago con la mano derecha y otro con la izquierda antes de dar un segundo gancho previo a un golpe frontal que hizo retroceder al pelirrojo más delgado. Un fuerte patada casi logra que el capitán cayera en las escaleras de entrada, pero éste se repuso con velocidad y subió la superficie inclinada antes de mirar a su enemigo más grande acercándose.

El capitán atacó con un golpe al rostro, pero Volt bloqueó el golpe con su mano izquierda y contraatacó con un puño a la costilla con su mano libre antes de dar otro al pecho con la zurda una vez más.

El capitán perdía terreno cuando Luster atacó una vez más con su brazo izquierdo, pero el primero atrapó la extremidad con la habilidad suficiente para contraatacar con su propio brazo izquierdo, pero el Vexos sería más rápido y alcanzaría el puño antes de que impactara en su rostro.

Ambos peleadores comenzaron un forcejeo en el cual la complexión superior del peleador Haos se fue imponiendo pese a los implacables intentos de su oponente por evitarlo. Finalmente, el capitán regresó su brazo rápidamente para seguir con un fuerte golpe de codo en la barbilla de su enemigo, aturdiéndolo ligeramente y dándole el tiempo suficiente para impactar un puño en su rostro, obligándolo a retroceder un par de pasos.

El Vexos obligó a su rival a regresar con un fuerte cabezazo que se lo sacó de encima. Volt intentó conectar un nuevo golpe, pero el ojiazul lo desvió con habilidad usando su brazo derecho antes de lanzar un gancho con su mano libre, que el peleador Haos esquivó con agilidad, pero se llevaró una desagradable sorpresa cuando el codo del líder de la Resistencia chocó con su nariz, sacándole sangre y haciendo llorar sus ojos grises.

El Capitán Elvar pasó a ser solo una mancha marrón y blanca en los ojos llorosos del peleador, una mancha que se apoyó en una de las columnas de la entrada de la prisión para conectar un golpe descendiente en el rostro de Luster, pero la dureza del ataque le permitió sujetar al capitán quien le dio un fuerte cabezazo en la nariz una vez más, obligando a Volt a arrojarlo contra otra de las columnas para intentar limpiarse las lágrimas y ver a su oponente.

Elvar trató de acercarse una vez más a su enemigo, pero éste lanzó un gancho derecho, que apenas pudo bloquear antes de sentir el dolor producido por un nuevo golpe a su costilla descubierta para luego ser acorralado una vez más contra la misma columna a la que lo habían arrojado hace poco.

El Vexos se acercó a su oponente lo suficiente para dar una rápida serie de puñetazos a sus costados antes de levantar un último golpe contra su cara, golpe que éste último apenas podría bloquear, pero estrellando la parte posterior de su cabeza contra el muro antes de que Volt se impulsara ligeramente para dar un fuerte puño contra la mancha oscura que parecía el líder de la Resistencia, pero éste sería más rápido y se movería a un lado para bloquear el ataque. La adrenalina en el cuerpo de Luster le dio la fuerza suficiente para derribar una parte de la pared frente a él de un golpe antes de seguir a su enemigo con dos ataques frontales, pero el líder la Resistencia los esquivaría hábilmente.

El capitán vio su oportunidad cuando el Vexos lanzó un nuevo gancho derecho, que esquivaría una vez más con agilidad antes de contraatacar con un golpe a su mejilla descubierta. Luster mandó un nuevo golpe frontal en su limitada visión obstaculizada por las lágrimas, pero el ojiazul atrapó su brazo y respondió con un golpe de su antebrazo al codo de Volt, haciéndolo quejarse de dolor.

Sus quejidos se verían silenciados cuando el miembro de la Resistencia impactó su propio codo contra su mandíbula para continuar con un uppercut que hizo retroceder al pelirrojo más grande antes de recibir una patada en el costado de la rodilla que lo hizo caer de rodillas con las manos en el suelo y una pierna ligeramente torcida para luego recibir una fuerte patada en el pecho que lo mandó al suelo.

-Eso fue por el Comandante Valiant -. Declaró el capitán respirando con dificultad.

El capitán vio con cansancio como su oponente se arrastraba a una pared para levantarse mientras le daba la espalda y parecía sacar algo de su ropa extravagante.

-Terminemos esto como es debido -. Propuso el Vexos mostrando su lanzador -. Jamás pudimos resolver quién era el mejor.

-Solo si peleamos fuera de la ciudad -. Respondió el capitán mostrando su lanzador antes de escupir un poco de sangre al suelo.

-No lo querría de otro modo.

-¡Golpe de Poder! -. Exclamaron ambos al unísono.

-¡Carta portal lista! -. Dijo Volt lanzando su primera carta -. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Brontes Haos!

El coloso con cara sonriente se levantó sobre la ciudad con una horrible sonrisa mientras levantaba a su compañero en su hombro e interrumpiendo la pelea de los civiles, que miraron aterrados al Bakugan.

-¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Sácalo de aquí, Anhur Subterra!

El guerrero con armadura no hizo ninguna presentación, en el momento en que salió de su forma de esfera embistió a su oponente y lo empujó hasta el techo con el capitán en su hombro. Los civiles vieron asombrados como ambos Bakugan rompían el domo de la ciudad y salían del lugar a gran velocidad.

Lo último que escuchó el líder de la Resistencia antes de que la transmisión se cortara y que le trajo una enorme sonrisa fue un tranquilizante "misión cumplida, los objetivos están a salvo" de parte de Velia mientras escuchaba los agradecimientos de la Señora Valiant de fondo.


Nueva Vestroia, Valle de las Sombras

-Creí que no vendrían -. Provocó Nick viendo a sus oponentes entrar en el corazón del bosque.

-Yo creí que jamás reunirías el valor para pelear, mocoso. ¿Qué pasó? ¿Tenías que ver a tus amigos caer para motivarte? -. Respondió Shadow con burla mostrando su lengua.

-No, solo quería vencerlos a ambos yo mismo, no habría sido divertido si tenía ayuda -. Respondió el humano con falsa arrogancia.

Solo tenía que mantener a los Vexos entretenidos el tiempo suficiente para que el capitán y su gente concluyera la misión, pero no podía negar que en el fondo quería vencer, aunque no tuviera muchas probabilidades de hacerlo.

-Basta de tonterías -. Intervino Mylene viendo cómo su compañero se enojaba -. Tú nos retaste, ¿estás listo para pelear? -. Cuestionó equipándose su lanzador.

-Adelante -. Contestó el pelinegro mostrando su lanzador.

Por desgracia, a pesar de haber terminado las reparaciones del lanzador de Spectra, el transmisor en el identificador de datos no había sido reemplazado aún, así que Leónidas tendría que contenerse para no perder el control, aunque en sus condiciones dudaban que pudiera hacer gran diferencia.

-Es un lanzador un poco grande para un enano -. Dijo el peliplata viendo el lanzador estilo Vexos del humano -. Cuando termine aquí, me llevaré a tu Bakugan y ese lanzador antes de ponerte junto a tus amigos en Ciudad Beta -. Amenazó mientras mostraba su propio lanzador.

La última afirmación fue muy reveladora.

-Inténtalo.

-¡Golpe de Poder! -. Dijeron los tres al unísono.

-Dejemos que el niño comience -. Dijo el demente confiado.

-Cómo quieras -. Respondió el terrícola mostrando el reverso de una carta antes de lanzarla -. ¡Carta portal lista!

-Déjame comenzar -. Dijo la peliazul a su compañero -. Y apégate al plan.

Leónidas se asomó frente a Nick con tranquilidad antes de hablar con determinación.

-Comencemos.

-Recuerda: no tenemos que ganar, solo prolongar la batalla tanto como podamos -. Recordó el pelinegro.

-Lo sé -. Respondió el Bakugan con desgano, no le agradaba la idea de ir a la evasiva para alargar una batalla, pero tenía que hacerlo por el bien del plan -. Veamos si el entrenamiento con Ingram dio frutos -. Dijo el dragón antes de cerrarse en una esfera.

Nick tomó suavemente a su compañero antes de mirar al frente, Shadow lo veía con impaciencia mientras que Mylene lo miraba fijamente, esperando que comenzara.

-Adelante -. Susurró el humano mientras alzaba su brazos antes de decir las palabras que no había dicho en tres largos años -. ¡Bakugan, pelea!

Leónidas voló a través del campo de batalla antes de aterrizar cerca de la mitad del terreno.

-¡Bakugan, surge! -. Exclamó mientras Leónidas se levantaba, sus condiciones no le permitían hacer su nueva entrada, pero su imponencia se mantenía mientras se levantaba mirando a sus enemigos -. ¡Vamos, King Leónidas Darkus!

El grito del peleador fue secundado por un fuerte rugido de parte de su compañero, que hizo que los Vexos tuvieran que taparse los oídos ante la dureza del sonido que debió llegar a todo el valle.

Mylene fue la primera en recomponerse para ver mejor a su enemigo, en sus labios rojos se asomó una sonrisa.

-Veamos si de verdad eres tan peligroso como pareces -. Provocó la mujer antes de lanzar -. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Elico Aquos!

Un Bakugan humanoide con armadura azul y unas aletas en forma de corona en su cabeza se levantó frente a Leónidas y lo miró sin un ápice de miedo en sus ojos amarillos.

-Leónidas: 700. Elico: 500.

-¡Poder activado: Hélice de Viento! -. Comenzó Mylene.

-Elico: 700. Leónidas: 600.

De las manos de su Bakugan salieron desprendidas olas de agua en forma circular en dirección a Leónidas.

-¡Elévate! -. Ordenó Nick.

Su compañero siguió la instrucción batiendo sus alas y surcando el cielo, esquivando así el ataque de su enemigo.

-Nuestro turno. ¡Poder activado: Furia del Rey! -. Activó el humano.

-Leónidas asciende a 900. Elico desciende a 500.

Leónidas se vio envuelto en energía oscura de lanzarse contra su enemigo. Elico retrocedió de un salto para evadir el golpe de su enemigo, que creó una gran nube de humo.

-¿Eso es todo? -. Preguntó Mylene.

-Mira de nuevo -. Respondió el humano.

De la nube de polvo, el dragón negro emergió frente a Elico brillando en energía Darkus con sus enormes garras al frente. El Bakugan Aquos extendió las tres cuchillas de sus manos para defenderse.

Las chispas salían con cada choque de las garras contra el metal mientras el dragón soltaba un rugido atronador y comenzaba a ganar terreno sobre su enemigo.

Finalmente, Leónidas sujetó los brazos de su oponente para extenderlos con fuerza superior. Elico vio con preocupación los ojos rojos que lo veían con una expresión asesina cara a cara.

-Poder activado: Cañón Maldito.

Del hocico del Bakugan Darkus se mostró una potente luz blanca que hizo que Elico se estremeciera por la dureza del golpe que recibiría.

-¡Mylene! -. Llamó el Bakugan a su peleadora.

-¡Poder activado: Confusión Zwei! -. Contraatacó la peliazul.

Un aura azul rodeó el cuerpo del gigante del agua cuando el ataque de Leónidas impactó con fuerza en el pecho de su rival, dejando un gran cráter en el suelo.

-Elico: 1100. Leónidas: 800.

-¿Qué es esto? -. Se preguntó Nick confundido.

-Confusión Zwei es el poder especial de Elico, aumenta su poder y sus capacidades físicas 600 puntos y baja el poder de su oponente en 100.

-No está mal -. Reconoció el pelinegro -. Pero Elico sigue en el suelo. ¡Leónidas!

-No tienes que decirlo -. Respondió el dragón negro.

Usando sus grandes manos con tres dedos, el Bakugan Darkus sujetó del cuello a su oponente con fuerza antes de estrellarlo con fuerza contra el cráter que habían creado una vez más.

-Leónidas siempre ha sido bueno en superar los números. Seguirá usando a Elico como martillo hasta que su poder baje y regrese a ser una esfera -. Dijo el terrícola viendo como el nivel de su enemigo bajaba a 800 -. ¿Quién dice que las peleas solo se ganan con los poderes?

No podía negar que había extrañado esta escondida brutalidad que Nick podía mostrar durante la batalla, Leónidas no sabía decir si la tenía dentro de él o había sido su influencia lo que había creado esta falta de empatía por sus enemigos en las batallas.

-Maldita lagartija -. Maldijo la peliazul -. Poder activado: Hélice de Viento.

El Bakugan Aquos pegó las manos a la cara del dragón. Leónidas rugió con dolor por la presión del agua concentrada en su rostro, que lo obligó a retroceder mientras ponía sus manos en la zona afectada.

-Elico asciende a 1000.

-¡Ataca, Elico! -. Ordenó la vestal mientras su compañero se lanzaba con sus garras contra el dragón.

Leónidas comenzó a bloquear los ataques del garrador con dificultad, por suerte, el entrenamiento con Ingram y Percival había agudizado sus reflejos en el combate cercano. Según ellos, era un desperdicio usar sus extremidades más largas que los Bakugan dragones promedio solo para rebanar, pero no podía negar que le era cada vez más difícil seguirle el ritmo a su enemigo.

-¿Y esto es todo lo que puede hacer el Arma? -. Se jactó Mylene escuchando como el dragón respiraba con dificultad.

-No cantes victoria, bruja -. Respondió Nick poniendo una carta en el lanzador dentado -. ¡Doble poder activado: Alma Oscura + Hermanos Fantasma!

La furia por la noticia de las Valiant le había dado a Leónidas el poder suficiente para volver a usar sus poderes sin mayores problemas, aunque aún no era capaz de usar los triples poderes, lo cual lo hacía enfadar, pues Helios y Drago sí que eran capaces y empezaba a creer que Ingram también podía hacerlo.

Elico vio con confusión como su oponente asumía una forma intangible y lo atravesaba como un fantasma mientras dos réplicas de él se situaban a sus lados.

-Leónidas asciende a 1200.

Cuando el Bakugan Aquos se giró para encarar a su rival, fue sorprendido con un fuerte golpe a la mejilla derecha mientras en su costado izquierdo se ensartaban tres enormes garras. Habría gritado por el dolor de no ser por la patada en su pecho anaranjado que lo hizo caer al suelo con el aire atascado en sus pulmones.

-¿¡Qué estás haciendo!? Un humano te está venciendo -. Reclamó Shadow pisoteando el suelo con fuerza.

-¡Cállate! -. Respondió Mylene con enfado.

-No, ya es hora de intervenir -. Dijo el peliplata antes de lanzar su Bakugan -. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Levántate, Hades Darkus!

El robot de tres cabezas se levantó en el campos de batalla con un falso rugido.

-¡Poder activado: Gran Tridente! -. Comenzó Shadow mientras su Bakugan cargaba su ataque en sus tres cabezas.

-Hades: 800. Leónidas: 1000.

El dragón negro rugió por el dolor producido por el triple láser que impactó en su costado. Por suerte, su nivel superior le había permitido aguantar el golpe, aunque desprendía bastante humo.

Elico aprovechó ese momento para retirarse del alcance de su enemigo y volver al frente de su peleadora mientras respiraba con dificultad. Sabían que el Arma era fuerte, pero no esperaban que incluso debilitado fuera difícil de someter.

-Mira cómo se hace, Mylene -. Dijo Shadow alzando su lanzador -. ¡Poder activado: Cañón Saurer!

Los cañones del estómago de Hades comenzaron a cargarse, mientras desprendían humo de la boquilla.

-¡Fuego! -. Ordenó el demente con una sonrisa sádica en los labios.

Pero no sucedió nada, la luz en la base de los cañones se hacía más intensa con lentitud, pero éstos no parecían tener la intención de liberar la energía muy pronto.

-¿Qué pasa? No puede ser que se haya descompuesto ahora mismo -. Se preguntó el peliplata.

En ese momento, el humano comenzó a reír con fuerza mientras se sostenía el estómago. No quería burlarse en un momento así, pero le fue imposible.

-¿¡De qué te ríes!? -. Se quejó Shadow viendo al humano reír con fuerza.

-No estoy al nivel de los ingenieros de Vestal, pero sé un par de cosas sobre robótica y ningún prototipo dispara tan rápido un arma tan grande como esos cañones sin calentarse primero, pasa mucho con los prototipos -. Se burló el pelinegro involuntariamente.

-Eres un idiota -. Insultó la mujer a su compañero.

-Creo que llegó la hora de igualar los números -. Se dijo Nick mientras sostenía el cubo alargado -. Veamos que puedes hacer. ¡Trampa Bakugan: Wolfang Darkus!

-Wolfang Darkus: 400. Leónidas y Wolfang: 1400.

Un lobo con una gran armadura negra y trazos morados cayó frente a Leónidas, sus patas contaban con cinco garras plateadas en las puntas y sus ojos eran tan rojos como los de Leónidas, pero no contaba con una cola.

-Fantástico, no bastaba con una lagartija y ahora tenemos que tratar con un perro -. Se quejó Mylene -. Déjamelo a mí. ¡Poder activado: Hélice de Viento!

Las ráfagas de agua salieron desprendidas una vez más de las manos del Bakugan Aquos en dirección a Wolfang.

-Poder activado: Aullido Nocturno -. Contraatacó Nick.

-Leónidas y Wolfang ascienden a 1600.

Del hocico del lobo salió una poderosa onda de sonido que acabó con la trayectoria de la Hélice de Viento, obligándola a derramarse en el suelo de la arena de batalla.

-¿Qué? No puede ser -. Se quejó la peliazul.

-Créelo -. Respondió Nick -. ¡Doble poder activado: Manada de Lobos + Cañón Maldito!

-Leónidas y Wolfang: 2000.

Tres lobos hechos de energía oscura se materializaron en el campo de batalla y corrieron a Elico, quién trató de defenderse del primero con un golpe, pero su mano sería atrapada entre las mandíbulas del animal antes de que otros dos mordieran fuertemente sus piernas y Wolfang sujetara su brazo libre entre sus colmillos.

El Bakugan Aquos cayó con fuerza al suelo y un quejido de dolor mientras los lobos mordían fuertemente sus extremidades.

-Suéltenme, perros sarnosos -. Se quejó Elico tratando de liberarse.

En ese momento, Elico vio con sorpresa como el dragón negro se alzaba en los cielos con una gran ráfaga de energía emergiendo en su boca antes de salir disparada en dirección a él. Una gran nube de polvo negro se alzó en el campo de batalla cuando el Bakugan Aquos cayó a los pies de Mylene en su forma de esfera, reduciendo su indicador de vida a 50%.

-Diablos, Hades. ¡Dispara ya! -. Ordenó Shadow con frustración.

El Bakugan siguió la orden su peleador y lanzó los tres lásers contra Leónidas mientras una luz morada bañaba el campo de batalla.

-Hades: 1000

-¡Carta portal abierta: Leónidas!

-Leónidas y Wolfang ascienden a 2500.

El ataque dio de lleno en su objetivo, pero cuando el humo del golpe se disipó, Shadow dio un jadeo al ver a su enemigo con los brazos frente a él como si el ataque no hubiera sido nada.

-¿¡Pero qué clase de fenómeno eres tú!? -. Se quejó Shadow impactado.

-Tu peor pesadilla -. Respondió el Bakugan con suficiencia.

-La carta portal de Leónidas le otorga 500 punto en su nivel de poder -. Explicó el humano con suficiencia -. Lo siento, Shadow, pero esperaste demasiado para entrar. ¡Poder activado: Corte Profundo! Esto va por Shun.

Leónidas bañó con su propia energía sus grandes garras antes de abalanzarse contra Hades. La monstruosidad mecánica emitió algo parecido a un chillido cuando las garras rebanaron su abdomen y lo devolvieron a su modo de esfera, cayendo a los pies del vestal.

-Indicador de vida de Shadow: 40%.

-Dile al Profesor que haga los ajustes pertinentes -. Provocó Nick a su enemigo mientras recibía a sus compañeros -. Esto de los refuerzos no está mal -. Dijo el humano mirando a Leónidas.

-Hasta que me recupere, será de mucha ayuda -. Aceptó el dragón.

-No estamos tan oxidados como temía -. Declaró el terrícola con una sonrisa -. Fue un excelente trabajo, Wolfang -. Felicitó al lobo en su mano.

La Trampa respondió con pequeño asentimiento, levantando una sonrisa en el rostro de su nuevo peleador. Cada vez estaba más convencido de su teoría sobre estas Trampas Bakugan.

-Basta de charla -. Interrumpió Mylene con frustración -. Esta vez iremos con todo. ¡Carta portal lista!

El resplandor azul cubrió el campo de batalla mientras los Vexos sacaban sus Bakugan listos para la segunda ronda.

-Apégate al plan, Shadow, no debemos volver a subestimar al Arma -. Dijo la peliazul -. No debemos provocar su ira, así que evitemos que la pelea se vuelva más intensa. Recuerda: a más ira, más poder.

-No me lo recuerdes -. Respondió el peliplata de mala gana. Esperaba acabar al Arma con Hades, pero una horrible falla técnica había echado el plan a perder.

-¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! -. Lanzaron ambos vestals al mismo tiempo.

-Elico Aquos.

-Levántate, Hades Darkus.

Ambos colosos emergieron en el campo de batalla con un nivel combinado de 1100.

-Vamos, amigo -. Comenzó el humano mientras sujetaba a sus compañeros -. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡King Leónidas Darkus!

El dragón negro acorazado se levantó frente a sus enemigos con un fuerte rugido mientras enseñaba sus grandes garras y colmillos.

-¡Poder activado: Gran Tridente! -. Ordenó Shadow.

-Hades y Elico: 1400.

Las bocas de las cabezas de la Hidra mecánica mostraron una vez más su brillo morado mientras el ataque se cargaba apuntando a sus enemigos

-Esquívalo -. Ordenó Nick.

Leónidas batió sus grandes alas negras con fuerza para emprender el vuelo y esquivar el ataque surcando el cielo.

-Es el momento -. Pensó Mylene viendo a su oponente elevarse sobre sus cabezas.

Rápidamente, la vestal comenzó a teclear un código en su lanzador.

-Veamos qué te parece esto -. Susurró la mujer viendo al humano poner una carta en la bandeja del lanzador de Spectra.

-Poder activado: Cañón… -. El pelinegro no pudo terminar su frase cuando una explosión se hizo presente en el pecho de su compañero.

Leónidas tuvo que expandir las alas para ver a su nuevo atacante cuando un misil impactó en su espalda, provocando un rugido de dolor mientras el humo salía de las zonas afectadas.

-¿Qué está pasando? -. Preguntó el dragón confundido -. Nick, ¿qué está…

Sus palabras fueron cortadas abruptamente por la sensación de un fuerte golpe en su rostro, que lo hizo caer de espaldas al suelo mientras los Vexos veían con satisfacción.

-¿Demasiado para la "poderosa" Arma? -. Se burló Mylene con sus brazos cruzados.

-¿¡Qué rayos hicieron!? -. Gritó el humano.

-Mira con atención -. Respondió la mujer con sorna mientras señalaba al cielo.

Los transportes aéreos de los Mylene y Shadow se revelaron sobre el campo de batalla con misiles colgando en sus plantas bajas.

-Sistema de camuflaje y misiles con la carga suficiente para destruir un pueblo pequeño. Una parte del plan de contingencia diseñado por el Profesor Clay para vencer al Arma -. Explicó la peliazul mientras su transporte abría una escotilla dejando caer dos objetos parecidos a unos látigos, que Elico atrapó con facilidad -. Ésta es la segunda parte. ¡Elico!

El Bakugan no requirió que le indicaran qué hacer cuando comenzó a agitar las armas mientras la energía corría por las trallas, haciendo que su color negro se encendiera en un brillante azul vivo y dejando una marca en el suelo.

Leónidas intentó moverse de su posición en el suelo, pero el fuerte golpe de un nuevo misil lo obligó a mantenerse en el suelo.

En ese momento, Elico dio un ágil giro en el aire mientras arrojaba el extremo de una de sus armas contra su oponente. Leónidas gritó por las cargas que le producía la electricidad de los látigos en su cuerpo.

-¡Leónidas! -. Gritó el humano preocupado por su compañero.

El dragón enojado sujetó con fuerza la tralla del arma envuelta alrededor de su torso antes de usar su fuerza superior para jalar al Bakugan Aquos en su dirección, el cual se vio obligado a clavar sus pies en el suelo para no quedar expuesto a su enemigo.

-Vaya que eres tenaz -. Reconoció Mylene -. Pero no es suficiente. ¡Shadow! -. Llamó la mujer.

-Conoce el Ataque Caótico mejorado -. Dijo Shadow con deleite en su tono mientras su Bakugan desprendía unas boquillas de su costado y liberó una larga serie de cables que se pegaron a Leónidas y liberaron una gran corriente eléctrica morada que cubrió al dragón mientras Elico enredaba el segundo látigo alrededor del cuerpo de su oponente.

-¡Leónidas! -. Gritó Nick preocupado viendo cómo el cuerpo de su compañero se agitaba debido a la fuerza de la descarga -. ¿¡Qué pasa con ustedes!? -. Reclamó el terrícola a sus enemigos.

-Estamos en una guerra, todo se vale, niño -. Respondió Mylene con sorna -. Si no me crees, recuerda a tus amigos.

-Necesita ayuda -. Pensó Takahashi mientras sacaba su Trampa -. ¡Vamos otra vez, Wolfang Darkus!

-Leónidas y Wolfang: 1000.

El lobo acorazado cayó al campo de batalla dejando cuatro marcas en el suelo por la fuerza de su caída mientras gruñía contra sus enemigos.

-Me empiezo a cansar de ese perro sarnoso -. Se quejó Shadow sacando una carta.

-No -. Interrumpió Mylene a su aliado -. Enfoca a Hades en someter al Arma, él es nuestro objetivo, no la batalla.

-Entonces, ¿qué hacemos con ese oloroso? -. Cuestionó el peliplata mirando al lobo acorazado.

-¿Acaso no tienes una Trampa Bakugan? -. Preguntó la mujer con sarcasmo.

Los ojos de Shadow se iluminaron con comprensión antes de que su sonrisa sádica retornara a su rostro.

-Por supuesto -. Murmuró el vestal sacando un cubo negro -. Adelante, Trampa Bakugan: Fortaleza.

-Hades, Elico y Fortaleza: 1800.

El arsenal robótico se impuso frente al lobo que mantuvo su mirada fija en él. Una rápida ráfaga de disparos fue dirigida contra la Trampa del humano, él cual dio la orden de esquivar los ataques.

Wolfang se movía con agilidad alrededor del campo de batalla, saltando de un lado al otro esquivando los disparos de su enemigo, provocando la frustración del Vexos.

-Oye, quédate quieto -. Exigió el demente.

-¡Poder activado: Manada de Lobos! -. Activó Nick levantando su lanzador tanto como pudo.

Esta vez, cuatro lobos compuestos de energía Darkus se materializaron en la arena y arremetieron contra Fortaleza, cuyo gran tamaño y falta de movilidad le pasaron factura cuando los cuadrúpedos comenzaron a arañar, embestir y morder todo lo que veían del robot.

-¡Oye, quita a esas chandas de mi Fortaleza! -. Exigió el peliplata haciendo una breve pataleta.

-Es el momento -. Murmuró Nick -. ¡Doble poder activado: Licantropía + Hemorragia Intensa!

Wolfang dio un gran salto en el campo de batalla y estando en el aire, su fisionomía cambió mientras era envuelto en un aura de energía Darkus. Cuando Wolfang cayó de regreso en la arena, se pudo apreciar un notorio cambio en su cuerpo, ya no era solo un lobo, ahora tenía grandes hombros arriba de dos anchos brazos con manos amplias en las cuales reposaban sus enormes garras plateadas, mientras que en su pecho ostentaba un peto con tema de lobo de ojos rojos encima de un par de piernas con forma humana. Por otra parte, el casco que cubría casi toda su cabeza ahora también tapaba su boca bajo una mascarilla grisácea, pero sus ojos rojos como la sangre aún brillaban con intensidad, al igual que sus zarpas en manos y pies.

-¡Acaba con Hades! -. Gritó Nick del otro lado del campo de batalla.

-¡NOOO! -. Gritó Shadow con desesperación al oír la orden.

-¡Carta portal abierta: Reactor Aquos! -. Ordenó Mylene.

Un tsunami arrasó el campo de batalla llevándose a los Bakugan enemigos por delante, Wolfang clavó las garras en el suelo para no ser arrastrado por el agua. Por desgracia, Leónidas se mantenía estático en su posición.

Un fuerte grito de dolor resonó en todo el valle cuando la electricidad que cubrió el agua abrazó al dragón y al lobo mientras su Peleador se veía obligado a subir a un árbol a gran velocidad para no salir herido de la descarga. Lo último que vio Nick antes de verse obligado a darle la espalda a sus compañeros para subir el árbol, fue una aura de energía oscura sobresalir de la superficie del agua

-¡Leónidas! ¡Wolfang! -. Gritó el humano asustado por lo que les hubiera pasado a sus compañeros.

Por otra parte, los Vexos veían con tensión el posible desenlace de la batalla desde la parte superior de sus vehículos. No cabía duda de que el rayo tractor era increíblemente versátil.

Tomó tiempo, pero cuando el agua abandonó el campo de batalla para disolverse en la gran extensión del Valle de las Sombras, los vestals pudieron distinguir a la Trampa Bakugan en su forma portátil mientras que Leónidas se mantenía con las rodillas y las manos en el suelo mientras respiraba con dificultad. Pero lo que más llamó su atención, fue la energía que emanaba su cuerpo mientras respiraba con dificultad, el negro cubría al morado y al rojo de su armadura y sus cuernos, excepto la luz que destellaba en sus ojos.

-No volvió a su modo de esfera -. Observó Mylene impresionada -. ¿Qué es esa cosa? -. Ahora entendía porque Spectra parecía tan interesado en el Arma.

Mientras tanto, en tierra, el Bakugan Darkus alzó la vista del piso con lentitud para ver a sus enemigos. Lentamente, el dragón se levantó, ignorando la atenta mirada de su compañero, que no podía creer que su amigo haya resistido una mezcla tan peligrosa como agua y electricidad en ese nivel.

-Leónidas, ¿qué pasa, amigo? -. Preguntó con un poco de miedo al ver a su compañero desprender esa energía oscura mientras despegaba las manos del barro.

Sin prestar atención a sus compañero acercándose, el dragón avanzó en dirección a sus enemigos mientras los miraba con furia impresa en sus ojos rojos brillantes.

Los Vexos vieron atentamente como su oponente se acercaba a sus Bakugan a paso cansado, cojeaba de su pierna derecha mientras respiraba con dificultad, haciendo que Shadow soltara una risa sádica.

-No importa que tan poderoso seas, no estás en condiciones de seguir, lagartija -. Se burló Shadow poniendo una carta en su lanzador -. ¡Poder activado: Gran Tridente!

Hades bajó a tierra una vez más tras haberse visto obligado a elevarse para no salir afectado del fenómeno que abarcó más allá del campo de batalla con los hocicos de sus tres cabezas brillando una vez más.

-¡Acábalo!

El Bakugan mecánico siguió la orden de su peleador y liberó la energía acumulada en su ser contra su oponente. En todo su cansancio, Leónidas apenas pudo cubrirse con sus brazos para tratar de bloquear el ataque, pero fue inútil. El dragón negro se vio superado por el poder del Gran Tridente y cayó sobre su espalda frente a su peleador, que solo veía angustiado la caída de su compañero acunando a Wolfang entre sus manos enguantadas.

En ningún momento la energía se desvaneció, ni siquiera cuando regresó al modo de esfera y cayó a los pies de su peleador.

-Fuerza vital de Nick: 40%.

-Leónidas, ¿estás bien, amigo? -. Preguntó el pelinegro preocupado sosteniendo a su compañero entre sus dedos.

Pero el susodicho no respondió, ni siquiera se abrió para ofrecer un poco de tranquilidad a su compañero, que solo lo veía con preocupación la esfera bañada en energía negra y roja.

-Leo -. Insistió Nick conteniendo sus lágrimas -. ¿Qué sucede, compañero?

La risa de Shadow llegó a sus oídos una vez más, el terrícola vio con furia a sus enemigos.

-¿Qué pasa? ¿Está tomando una siesta? ¿Acaso el Arma no aguanta un poco de estática -. Se burló el demente tratando de imitar los movimientos que realizaba Leónidas mientras era electrocutado.

-¡Asquerosas ratas! -. Insultó el pelinegro a sus enemigos.

-Lo dice el que huele a perro mojado -. Respondió el peliplata entre risas -. ¿Listo para la última ronda? Si tu amigo se anima, claro -. Provocó enseñando a su Bakugan mecánico una vez más.

No podía huir, no había recibido un reporte del éxito o fracaso de la misión, así que solo podía asumir que aún estaba en proceso. Además, no habría forma de huir de Hades y Elico aunque se escondiera bien entre los árboles, destruirían todo el valle para encontrarlo. La única forma de salir de ahí era ganando la batalla, pero ahora no sabía si podía contar con Leónidas, parecía ausente a pesar de estar en su mano.

-Elisa hizo mucho por nosotros, haces esto por ella -. Se recordó a sí mismo el humano mientras cerraba los ojos.

-¿Acaso te da miedo seguir peleando sin tu compañero? Ustedes los peleadores son tan dependientes de sus Bakugan y eso los hace débiles -. Dijo Shadow confiado.

-Ríndete ya, humano. Entréganos al Arma y, tal vez, te dejemos ir -. Ofreció Mylene con los brazos cruzados.

No podía huir, no tenía escape, no tenía más trucos y al parecer, no tendría a su compañero disponible, pero lo que sí tenía era una deuda con aquella hermosa vestal de ojos verde esmeralda y su pobre familia. No podía huir, no mientras Erika y Eisel Valiant y todos los Bakugan fueran prisioneros de los Vexos.

Con renovada determinación, Nick guardó a Leónidas en su Bakugan en su bolsillo, un poco preocupado por la energía que ahora estaba guardando en su propia ropa. Tomó su lanzador una vez más y sujetó a Wolfang de nuevo.

-Parece que todo depende de nosotros -. Susurró a la Trampa.

El lobo asintió ligeramente antes de mirar su bolsillo, no podía decir que estaba pensando, pero parte de él creía que la Trampa estaba preocupada por su nuevo compañero de batallas.

-Muy bien, pero yo comenzaré esta vez -. Declaró Nick sacando una carta portal.

-Cómo quieras, ya no hará ninguna diferencia -. Respondió Mylene.

-¡Carta portal lista!

Esta vez, fue una onda de energía negra la que se perdió en el campo de batalla para curiosidad de los peleadores.

-Llegó la hora, Wolf -. Murmuró Nick con su Trampa pegada a su frente -. Hagámoslo por Leónidas. ¡Invoco a la Trampa Bakugan, Wolfang Darkus!

-¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! -. Lanzaron los Vexos al mismo tiempo.


Ciudad Alfa, Afueras

-Fuerza vital de Volt: 50%.

Dos rondas, una victoria cada combatiente. Una batalla definiría el resultado de la batalla por el corazón de Ciudad Alfa.

-Hace tiempo que debimos resolver quién era mejor -. Dijo el Capitán Elvar mirando su lanzador.

Su indicador de vida estaba al mismo nivel que el de su oponente.

-Ahora lo haremos -. Respondió el pelirrojo lanzando una carta al centro del campo -. ¡Carta portal lista! ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Brontes Haos!

-Me estoy cansando de esta pelea inútil -. Declaró el Bakugan Haos al salir de su forma de esfera -. Acabemos con el anciano -. Dijo en un tono sorprendentemente grave.

-Estoy de acuerdo -. Respondió el capitán mientras sostenía a su compañero -. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Anhur Subterra!

-Anhur: 500. Brontes: 500.

El guerrero no emitió ninguna palabra al salir, solo miró a su oponente mientras sostenía su fiel lanza en su mano derecha y su gran escudo en la izquierda.

-Comencemos -. Dijo Volt poniendo una carta en su lanzador -. ¡Poder activado: Guadaña Darkus!

-Brontes asciende a 700.

Una hoz de color negro y morado se materializó en las manos del Bakugan Haos antes de que éste se lanzara contra Anhur con una sonrisa desquiciada.

-Veamos que puedes hacer, mocoso -. Provocó Anhur alzando su escudo.

La guadaña impactó contra la superficie metálica, produciendo fuertes vibraciones y unas leves chispas.

Inmediatamente, el Bakugan Subterra dio una estocada que Brontes esquivó hábilmente con un giro seguido de un corte lateral que sería bloqueado una vez más por el escudo de su oponente. El golpe contra el escudo fue tan fuerte, que el arma rebotó y se vio obligada a regresar a su posición original cuando Anhur usó su lanza para barrer las piernas de Brontes, haciendo que éste cayera al suelo de costado.

Rápidamente, el cazador Subterra levantó un pie con la intención de pisotear a su oponente, pero éste rodaría ágilmente hacia atrás para evadir el ataque, haciendo que el pie dejara un cráter en la tierra.

A una distancia segura, Brontes se reincorporó con una agilidad sobrenatural antes de mirar a su oponente una vez más con su inamovible sonrisa en su rostro.

-¡Poder activado: Gatillo Darkus! -. Activó el Vexos.

-Brontes: 900. Anhur: 500.

Brontes dejó caer su arma frente a él para dirigir sus manos en dirección a su oponente antes de soltar una serie de destructivas ondas de energía Darkus contra Anhur.

-¡Poder activado: Reflejo Absorbente! -. Contraatacó el capitán.

El Bakugan Subterra levantó su escudo dorado para protegerse del ataque de su rival. Brontes vio con enojo como su ataque era inhabilitado por el arma cada vez más brillante hasta que el mismo Anhur provocó que una onda de luz saliera disparada de su escudo en dirección al Bakugan Haos, que cayó con pesadez al suelo.

-Anhur: 800. Brontes: 600.

-¿Qué fue eso? -. Preguntó Brontes confundido.

-El Reflejo Absorbente es un poder único de Anhur. Absorbe el ataque del enemigo y lo devuelve con el doble de fuerza -. Explicó el líder de la Resistencia -. Ustedes dos siempre nos subestimaron y ese fue su error.

-Tal vez tengas razón -. Respondió Volt con sinceridad -. ¡Carta portal abierta: Reactor Haos!

-Brontes: 800. Anhur: 600.

-Poder activado: Frontera Nula.

El cambio de batalla se desvaneció, y una densa niebla apoyada por la oscuridad abrazó el terreno.

-Brontes asciende a 1000.

-¿Qué es esto?

-Tu peor pesadilla, abuelo -. Respondió Brontes burlón.

Una docena de copias del Bakugan Haos rodeó a Anhur mientras se reían como desquiciados.

-Adivina quién soy -. Hablaron todos al unísono.

Inmediatamente, Anhur recibió una fuerte patada en la espalda que lo hizo moverse frente a otro de los Brontes que lo recibió con un empujón, lanzando a su oponente al suelo. No tomó mucho tiempo que todos se lanzaran sobre el guerrero de la tierra mientras solo se veía una mano visible de éste tratando de escapar, pero sin ser capaz de ver algún tipo de luz estando bajo tantos enemigos.

-Estás acabado, Dill.

-No cantes victoria tan pronto -. Respondió el capitán poniendo una carta en la bandeja de su lanzador -. ¡Poder Haos activado: Bendición de Zeus!

-¿Qué? ¿Dijo "Haos"? -. Se preguntó el Vexos confundido.

-No eres el único con trucos.

Un poderoso trueno dorado partió el cielo y cayó en dirección a la montaña de Brontes que se formaba sobre el Bakugan Subterra. La luz fue tan potente que cegó la vista de Luster por un momento.

-Anhur: 900. Brontes: 800.

-No estuvo mal, Anhur, pero sigo aquí -. Dijo Brontes con un tamaño muy superior al de su rival -. Dime, ¿qué se siente ser un insecto? -. Preguntó con burla mientras alzaba un pie para pisotear a su oponente.

-Irónico -. Pensó el capitán antes de levantar su lanzador -. Poder activado: Fuerza de Hércules.

Anhur se vio rodeado por una intensa energía anaranjada mientras atrapaba el pie de su oponente tras soltar su arma y su escudo.

-¿Qué? -. Cuestionó el Bakugan Haos confundido.

Brontes trató de descargar su peso en su pie, pero aun así era incapaz de tocar el suelo.

Anhur comenzó a levantar las manos con el pie de su enemigo hasta que finalmente estuvo en la posición que necesitaba para dar un salto y empujar la extremidad lejos de él, provocando que Brontes cayera su espalda y terminando la ilusión.

-Anhur: 1100. Brontes: 700.

-Eres hábil, maestro de las ilusiones, pero un guerrero es mucho más que sus ojos -. Señaló el Bakugan Subterra con su lanza.

-No seguiré escondiendo todo nuestro poder. ¡Trampa Bakugan: Dynamo Haos!

Una enorme araña mecánica de color blanco descendió de los cielos al campo de batalla con un tipo de cola de escorpión en la parte trasera de su cuerpo.

-Empiezo a creer que los Vexos tienen una obsesión con las máquinas -. Comentó Dillian viendo a su nuevo oponente.

-Patético -. Dijo Anhur.

-¡Vamos, Dynamo Brontes! -. Exclamó el Vexos.

-Oh sí -. Respondió el Bakugan feliz, saltando sobre su Trampa y retrayendo las piernas hacia su espalda -. Dynamo Brontes combinados.

-Dynamo Brontes: 1100.

Rápidamente, la araña zángano comenzó a girar sus patas en la tierra hasta hundirse en sus profundidades.

-Veamos cómo lidias con esto -. Provocó el pelirrojo más grande -. ¡Poder activado: Pitón del Desierto!

Detrás de Anhur, Brontes emergió una vez más con una disco de energía Haos, que sería bloqueado hábilmente por el Bakugan más grande.

-¿Dónde estás, gusano? -. Se preguntó el guerrero tratando de oír la tierra siendo penetrada.

El sonido de las patas de la araña destrozando la tierra debajo de él lo hizo reaccionar.

-¡Lo tengo! -. Exclamó el Bakugan saltando rápidamente para ver a Brontes emerger de la tierra con un nuevo disco de energía.

-¡Adiós, traidor! -. Gritó el capitán antes de levantar su lanzador -. ¡Doble poder activado: Bendición de Zeus + Golpe Terrestre!

La lanza de Anhur brilló con la fuerza de un relámpago a la luz del sol del potente desierto de las afueras de Ciudad Alfa mientras brillaban con la energía Subterra recorriendo toda su extensión.

El Guerrero de la tierra cayó a gran velocidad sobre su enemigo, partiendo el disco con su lanza. El Bakugan Haos vio con un poco de miedo la lanza acercándose al él.

-Mami.

Fueron las últimas palabras que escucharon los peleadores antes de que Anhur cayera sobre su enemigo, levantando una gran nube de tierra y polvo alrededor del campo de batalla.

Los ciudadanos veían desde detrás del domo la batalla entre el Vexos y el líder de la Resistencia y vitorearon de emoción cuando el campeón Subterra emergió de entre los escombros sin señales del maestro de los trucos.

-Indicador de vida de Volt: 0%.

El pelirrojo vio asombrado como Anhur se paraba frente a él con gran imponencia antes de verse envuelto en la energía que lo hizo regresar a su forma de esfera.

-Es curioso, dices ser alguien honorable, pero no dudaste en traicionar al hombre que te dio la oportunidad de convertirte en alguien -. Reprochó el capitán recibiendo a su compañero -. Tal vez no seas tan diferente del resto de tus amigos como crees. Vete ahora, dile a Hydron y a los tuyos que Ciudad Alfa ahora apoya a la Resistencia -. Dijo con claro enfado en su tono.

Volt recogió a su compañero en silencio, no tenía nada que decir, así que solo partió en dirección al desierto mientras tecleaba en su lanzador las coordenadas para que su transporte lo recogiera, mientras escuchaba las celebraciones de los ciudadanos por su victoria. Nunca lo mostraría, pero jamás pensó que así se sentiría el rechazo de su gente después de convertirse en miembro de los Vexos.

Cuando Dill regresó al interior de Ciudad Alfa, sintió un alivio indescriptible en su corazón y en su espíritu cuando vio a Erika y Eisel Valiant salir de las puertas de la prisión central de la mano de Velia y el resto de los prisioneros y miembros del equipo de infiltración.

El pelirrojo no dudó un momento en salir corriendo a reunirse con las mujeres. Vio con gran alegría como se formaba una enorme sonrisa en los labios de la Señora Erika al verlo y casi sintió su pecho reventar cuando pudo envolver sus brazos alrededor de la mujer más pequeña que él.

-Has crecido mucho -. Dijo la castaña en un hilo de voz -. Me alegra verte, Dill.

-Y a mí, Erika -. Respondió el hombre sujetando fuerte a la mujer entre sus brazos.

-Me dijeron que Elisa está en la Tierra, ¿es cierto? -. Cuestionó la mujer angustiada.

-Lo es -. Intervino Velia -. Pero está segura con el líder de los Peleadores que salvaron Vestroia.

La mujer sintió su alma regresar al cuerpo con la última afirmación de su salvadora.

Por otra parte, Dill bajó al nivel de la pequeña Eisel para verla mejor.

-Las última vez que te vi eras más pequeña, ¿te acuerdas de mí? -. Preguntó el hombre a lo que la niña negó con timidez -. Bueno, no importa, solo tienes que saber que ahora estás a salvo y nadie volverá a lastimarte -. Consoló el capitán con una sonrisa.

La niña jaló suavemente del pantalón gastado de su madre para susurrarle algo al oído cuando ésta bajó a su nivel.

-¿Qué pasa? -. Preguntó el pelirrojo con cautela.

-Es que perdió a su Saurus y le gustaría recuperarlo -. Explicó la mujer con una sonrisa avergonzada.

El capitán lo entendió de inmediato y pudo relajarse de la idea de que algo malo pudiera suceder ahora que habían ganado.

-¿Tenías un Bakugan?

-En realidad, es su juguete favorito -. Explicó Erika -. Fue un regalo de su hermana mientras estábamos en la prisión, así que le gustaría recuperarlo.

-Por supuesto -. Respondió el capitán con una suave risa -. Bueno, si quieres, te puedo ayudar a buscarlo, conseguirte uno nuevo o incluso presentarte a un Saurus de verdad -. Ofreció el hombre.

La niña pareció animarse ante la oferta, ya que solo asintió con ojos brillantes ante la idea.

-Señor -. Interrumpió Velia -. Ahora que ganamos, tenemos que buscar al Maestro Takahashi. Temo que perdimos contacto con él.

Dillian asintió antes de hablar a su gente.

-Preparen sus vehículos, partiremos ahora. Equipo 1, asegúrense de que los prisioneros sean atendidos -. Ordenó el pelirrojo antes de correr en dirección a la salida de la ciudad mientras la pelinegra se encargaba de las Valiant.


Ubicado desconocida

Oscuridad, muerte, desolación, agonía, condena. Había tantas palabras para describir este lugar maldito cuyo aire se sentía repulsivo, rayando lo tóxico y enfermizo, pero Leónidas no se sentía capaz de decirlas, por algún motivo, no le era fácil insultar su lugar de nacimiento.

La Dimensión de la Perdición tenía un modo especial de dar la bienvenida a aquellos que entraban en ella, en el caso de su hijo pródigo, el aire se alborotaba, los cadáveres de los Bakugan condenados ahí se estremecían y cambiaban de puesto por el movimiento de la tierra. Leónidas podría distinguir vagamente a algunas de las pobres almas condenadas que habían sido parte importante en su creación.

¿Pero qué había sucedido? Lo último que recordaba era su derrota en la segunda ronda contra Elico y la copia barata de Hydranoid, había caído a los pies de Nick, pero no recordaba volver a su modo de esfera, ¿pero cómo había resultado aquí? No tenía sentido.

El sonido de un par de fuertes pasos sacó al Bakugan de sus cavilaciones, rápidamente se volteó para ver al otro individuo en la Dimensión de la Perdición y lo que vio le heló la sangre.

-¿Qué pasa? ¿Parece que viste un fantasma?

Delante de él, con una armadura idéntica a la suya y su confiable hacha y casco siempre a su lado estaba Battle Axe Vladitor Darkus. No había cambiado nada desde la última vez que lo había visto, ¿pero cómo había llegado aquí?

-Vladitor -. Susurró el dragón impresionado.

-No debería sorprenderte que esté aquí -. Dijo el caballero acercándose a su viejo enemigo -. Después de todo, ¿cómo crees que evolucionaste? ¿De dónde crees que salió esta armadura si no por mí? -. Cuestionó el Bakugan poniendo un dedo índice en la perla en su pecho.

Tenía sentido, sus armaduras eran casi idénticas, el mismo patrón de color de negro, rojo y morado con cuernos color carmesí como los de Vladitor adornando su cuello, espalda y cola, las garras de sus pies eran tan grises como la punta de las botas de Vladitor. Incluso algunos de sus poderes eran muy parecidos, la Furia del Rey tenía que ser la versión evolucionada de la Ira Berserker, pero eso no explicaban como se habían "fusionado".

-Aunque debo decir que me sorprende que así se vea tu subconsciente, creí que tendría la forma de la Tierra -. Dijo Vladitor mirando sus alrededores -. Supongo que es poético, pasé eones encerrado en la verdadera Dimensión de la Perdición y ahora estaré en la versión de su hijo.

¿Su subconsciente? ¿Estaban en su mente? ¿Ahora Vladitor, su mayor enemigo vivía en su mente? ¿Qué clase de broma cruel del destino era esta?

Tenía tantas preguntas que requerían de una respuesta y frente a él tenía al que era, posiblemente, el único ser en todo el universo capaz de responderlas, pero ahora mismo solo podía pensar claramente en una cosa.

-Nick y yo estábamos en medio de una batalla, ¿qué sucedió?

-De verdad te importa más el humano que averiguar lo que te está pasando, me tomó mucho tiempo contactarte para que pudiéramos hablar. Esos malditos vestal te tenían demasiado sedado u ocupado para traerte, necesitabas estar bajo circunstancias extremas para que tu consciencia se durmiera lo suficiente tras el bajón de adrenalina y yo pudiera arrastrarte aquí.

-Es mi mente, Vladitor. Yo decidiré lo que me importa y lo que no, y ahora mismo lo único que quiero saber es si mi compañero está bien -. Exigió Leónidas.

Vladitor se mantuvo en silencio por un momento, era obvio que necesitaban tener esta conversación y había sido muy difícil y extraño que la oportunidad se les presentara tan pronto, no quería que nada distrajera al testarudo dragón de lo que de verdad importaba por un miserable humano.

-Sé que olvidaste como evolucionaste, como nuestras almas se fusionaron y cómo llegamos a Nueva Vestroia, pero yo sí lo recuerdo, Leónidas -. Dijo el Bakugan mirando el falso cielo nocturno -. Recuerdo el túnel de energía, el pasadizo de oscuridad donde ninguno de nosotros podía ver nada, recuerdo brillantes ojos acercándose a nosotros de un ser que fácilmente podría ser la muerte misma, aliento helado y fétido, rostro cadavérico. ¿Te suena familiar? -. Preguntó Vladitor mirando a su acompañante.

-Son… mis pesadillas -. Murmuró Leónidas.

-También recuerdo el combate, una criatura con una piel tan negra como la noche, seis dedos en cada mano, pies gigantes, una gran cabeza llena de ojos y cientos de tentáculos rodeándolo, era tan grande que parecíamos enanos a su lado y ambos estábamos demasiado débiles como para pelear -. Repasó el Bakugan acorazado -. Me dijo que yo no le interesaba, te quería a ti, tú eras lo único que le importaba. Un solo dedo puntiagudo logró atravesar mi pecho, debí morir, pero no iba a caer tan fácil. Tú estabas en mejores condiciones y trataste de auxiliarme.

Una fuerte voz interrumpió la charla de los viejos rivales, una voz que Leónidas conocía muy bien y que ni siquiera estando en las profundidades más oscuras de su mente podría olvidar.

-"Poder activado: Colmillos de Lobo".

-Nick -. Murmuró Leónidas.

-La batalla continúa, tu compañero está peleando con esa Trampa Bakugan mientras hablamos -. Explicó Vladitor mirando a su viejo rival.

-Tengo que ir -. Declaró el dragón comenzando a avanzar.

El Caballero Oscuro lo detuvo poniendo su mano extremadamente grande en el brazo del Bakugan Maldito.

-Si te vas ahora, no sé cuándo podremos volver a hablar. Puede tomar más tiempo del que nos gustaría -. Advirtió Vladitor.

-Ahora mismo eso no importa, tenemos que enfocarnos en el presente y el presente es que mi compañero está en peligro y Nueva Vestroia con él. No podemos darles la espalda -. Respondió Leónidas.

-¿Cuál es tu plan? Esos vestals están armados y listos para derribarte, ya lo hicieron, por eso estás aquí.

-Saldré, pelearé y ganaré, no me importa cómo -. Respondió el dragón alejando la mano de su acompañante.

-No estás en condiciones de combatir y lo sabes -. Insistió Valditor una vez más.

Los ojos de Leónidas se abrieron y resplandecieron en la oscuridad con la fuerza que solo podía transmitir la luz de una idea.

-Dime algo, en todas mis batallas, ¿fuiste tú quien peleó cuando perdía el control y se desataba mi poder? -. Cuestionó el dragón.

-No, eran nuestros poderes combinados junto con el poder residual del Núcleo Silente que permaneció en mí después de nuestra batalla. Imagino que es por eso que tu amigo, Spectra, tiene tanto interés en nosotros. Esas Cartas Prohibidas son una parte de nuestro máximo poder, que se libera cada que te enfureces -. Explicó el caballero.

Leónidas dio un suspiro, no podía creer que de verdad estaba a punto de hacer esto, el solo pensar en sus próximas palabras lo hacía sentir enfermo, pero Nick necesitaba su ayuda y su orgullo no valía la vida de su compañero.

-Entonces, pelea conmigo -. Comenzó Leónidas -. Vayamos juntos a la batalla y usemos estos poderes contra nuestros enemigos. Tienes más experiencia que yo usando esta fuerza, así que podemos… luchar juntos, al menos para ganar contra los Vexos -. Propuso evitando que se formara una esfera en su garganta por la sola idea de hacer equipo con su mayor némesis.

-Olvídalo -. Respondió Vladitor alejándose del dragón.

-No lo hagas por mí -. Objetó el Bakugan Maldito -. Hazlo por nuestros compañeros, los Peleadores hemos causado grandes problemas a los vestals, así que no sería sorpresa que si perdemos y Nick cae, la Tierra sea la siguiente.

-No me importa la Tierra.

-Sé que no, pero hay algo, o mejor dicho alguien, que sí te importa en la Tierra -. Insistió Leónidas.

No hacía falta que dijera su nombre, ninguno quería pensar en la factible posibilidad de que si los Vexos vencían en la guerra, la Tierra sería atacada como venganza o conquista y el cuerpo que ahora compartían fuera la bomba que Zenoheld usaría contra el planeta. Leónidas tenía mucho que perder, pero Vladitor solo tenía una cosa y esa cosa estaba en la Tierra, y no podía concebir la idea de lastimar a la única persona que le importaba en todo el universo: Marduk.

Aunque quisiera, no tenía forma de refutar el último argumento, antes muerto que lastimar a su compañero. Vladitor nunca se consideró como alguien bueno, pero incluso el peor de los males tenía algo que proteger.

Con duda, el Caballero Oscuro se acercó lentamente al Dragón Maldito mientras descargaba el mango de su hacha en el suelo y extendía una mano suavemente. Leónidas se acercó lo suficiente para corresponder el gesto, pero el otro Bakugan apartó la mano ligeramente antes de que el anfitrión pudiera tomarla.

-Lo hacemos por nuestros compañeros, esto no nos vuelve amigos, ni siquiera ahora que debemos caminar juntos por este sendero rocoso cubierto por sombras que ni nosotros podemos controlar. Hacemos esto solo por nuestros compañeros, solo por eso, ¿entendido? -. Aclaró Vladitor acercando su mano una vez más.

-Por nuestros hermanos -. Concordó Leónidas tomando la mano de su nuevo aliado -. Acabemos con esta batalla.


Nueva Vestroia, Valle de las Sombras

-Poder activado: Rastro de Fotones -. Activó Shadow.

Las colas de Hades miraron directamente a Wolfang en su forma humanoide antes de disparar al mismo tiempo.

-Poder activado: Hélice de Viento -. Secundó Mylene.

Las manos de Elico liberaron las poderosas olas a gran presión sobre el lobo frente a él.

-¡Salta! -. Ordenó Nick.

La Trampa siguió la orden de su peleador dando un gran salto que le permitió esquivar el ataque combinado de sus oponentes.

-Poder activado: Mordida de Depredador.

La mascarilla que cubría el hocico de Wolfang se abrió para revelar la energía morada emanando de su boca en dirección a Hades, mientras que el lobo en el peto de su armadura hacía lo mismo y unos cañones más pequeños en las palmas de sus manos reaccionaban del mismo modo.

-¡Fuego! -. Ordenó el terrícola.

Las cuatro ondas de energía Darkus salieron disparadas contra el monstruo mecánico, pero éste no se vio muy afectado tras el golpe, frustrado al humano. El atacar y correr no había dado los resultados esperados, pero el único modo de mantenerse en la batalla y tener una mínima posibilidad de ganar.

-Poder activado: Confusión Zwei.

Elixir brilló en energía celeste que incrementó su nivel de poder antes de lanzarse contra su enemigo, comenzando una abrumadora ráfaga de golpes, patadas y cortes que Wolfang apenas podía seguir. La diferencia entre sus niveles de poder era demasiado como para que el lobo solitario pudiera manejar a dos titanes solos.

Finalmente, Elico logró conectar un fuerte puño en el estómago de su rival que fue seguido por un fuerte golpe con el codo en la parte baja del hocico y una patada al pecho que lanzó al lobo al suelo.

-¡Wolf! -. Exclamó el humano preocupado.

-Estás acabado, chico lobo -. Se jactó Shadow lamiendo su lanzador.

El Joven Takahashi estaba entre la espada y la pared, Wolfang había hecho todo lo posible para vencer, pero el nivel combinado de sus enemigos había dejado clara su superioridad y ahora el lobo solitario estaba acorralado.

Fue en ese momento, que una voz sonó detrás de él.

-Nick, él no podrá solo -. Dijo Leónidas unos pasos detrás de él.

Su aura de energía ahora se veía más fuerte, negro acompañado de rojo y morado con una voz mucho más grave que antes.

-Leo, ¿qué estás… -. Preguntó antes de ser interrumpido por su compañero.

-Te lo explicaré después, ahora tenemos una batalla que ganar.

-Pero, ¿estás seguro? -. Preguntó el humano sin estar convencido de que su amigo peleé después de lo que había sucedido.

-Lo estoy, confía en mí, compañero -. Respondió el Bakugan con determinación.

Nick se mantuvo en silencio por un momento, una sonrisa pequeña se alzó en las comisuras de sus labios.

-De acuerdo, de todos modos no nos quedan muchas opciones.

-Así que la lagartija se animó a pelear -. Se burló Shadow.

-Es hora, amigo -. Dijo Nick antes de lanzar a su compañero -. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Adelante, King Leónidas Darkus!

Un tornado negro con tintes rojos y morados dividió el campo de batalla en dos mientras el lobo se levantaba adolorido por los golpes recibidos. Dos ojos rojos se asomaron entre la energía mientras un trueno partía los cielos y disipaba agresivamente el tornado, dándole forma a un Leónidas en su máxima capacidad mientras soltaba un poderoso rugido con las alas extendidas y brillando intensamente mientras llamas negras salían de su hocico.

Nick veía anonadado a su compañero, parecía como si sus heridas nunca hubieran existido, se veía tan lleno de energía y vitalidad. El brillo en sus ojos de guerrero había vuelto y tenía la misma intensidad que cuando se conocieron en el parque y emprendieron un largo viaje lleno de éxitos.

-Así que por fin saliste a pelear, lagartija -. Se burló Shadow poniendo una carta en su lanzador -. ¡Doble poder activado: Gran Tridente + Rastro de Fotones!

-Poder activado: Hélice de Viento.

Los tres ataques salieron disparados en dirección a Leónidas, el cual se mantenía estático en su posición, como si esperara que el golpe lo alcanzara.

En ese momento, una carta negra comenzó a emanar una gran cantidad de energía Darkus en la mano del terrícola, Nick vio confundido la carta, le recordaba a cuando el Golpe de Dragón se había revelado ante Dan en la batalla contra Spectra.

-¡No esperes más! ¡Activa la carta poder! -. Exigió Leónidas, pero su voz no estaba sola, junto con su voz carrasposa sonaba una mucho más grave y oscura, una que el pelinegro jamás podría olvidar pues aún lo perseguía en algunos de sus malos sueños.

-¿Vladitor? -. Pensó el humano confundido.

No tenía sentido, ¿por qué la voz de Vladitor sonaba junto a la de Leónidas? ¿Qué hacía su viejo enemigo en el cuerpo de su compañero? ¿Cómo era posible? Nada de esto tenía sentido.

Tenía mil preguntas corriendo por su cabeza a gran velocidad, pero no tenía tiempo para pensar, estaban a mitad de la última batalla y tenían que concentrarse en lo más importante: ganar por la Resistencia.

Poniendo sus dudas de lado, el humano descargo la llamativa carta en la bandeja dentada de su lanzador.

-¡Poder activado: Espíritu del Rey Dragón!

Leónidas recibió el ataque con los brazos abiertos mientras soltaba un nuevo rugido que estremeció y agrietó la tierra mientras el poder brotaba a su alrededor. Los peleadores vieron impactados como el Bakugan se mantuvo estático en su posición tras recibir el golpe, no había retrocedido ni un solo paso, sus pies no se habían movido ni un poco. El dragón extendió sus brazos y sus alas, mostrando la inmensidad de su ser mientras una llamarada negra y roja proveniente de su boca se elevaba a los cielos.

-¿Qué pasó? El ataque no le hizo nada -. Dijo Mylene impresionada.

-No importa, esa salamandra caerá sin importar como -. Dijo Shadow levantando su lanzador una vez más -. Poder activado: Gran Tridente.

Leónidas se mantuvo estático una vez más, esperando el golpe con una expresión que delataba cierto emoción. Los vestals veían con rabia la confianza renovada de su enemigo.

-Fuego -. Ordenó el peliplata señalando a su enemigo.

Pero el demente tuvo que aguantar otra decepción cuando el Bakugan atrapó el ataque entre sus grandes manos y la energía comenzó a desvanecerse entre las extremidades y el pecho de su oponente, que brillaba con intensidad mientras sus ojos rojos expresaban la ira asesina que recorría todo su ser reflejando su afinidad por uno de los talentos más grandes de su homónimo: combatir.

-¿Qué sucede? -. Preguntó el vestal confundido -. Deberías ser carne asada en este momento.

-"Espíritu del Rey Dragón" es un poder único del King Leónidas Darkus, absorbe cada ataque que ustedes lancen y duplica su fuerza junto con un plus que recibe por las heridas causadas por el golpe -. Explicó Nick mientras su lanzador brillaba con la carta poder dentro de él -. En pocas palabras, entre más nos ataquen…

-¡Más poderosos somos!

Las dos voces en el ser que significaba Leónidas gritaron con toda la fuerza que pudieron reunir en su pecho mientras sus alas se extendían emanando energía oscura.

-Eso es… imposible -. Dijo Shadow tratando de esconder su nerviosismo -. ¿Qué clase de fenómeno se hace más poderoso recibiendo ataques? No es justo.

-Bien dicen que lo que no te mata…

-¡Solo nos hace más fuertes! -. Rugió el rey con auténtica furia y poder brotando de sus dos voces.

-Carta portal abierta: Dimensión Maldita -. Activó el humano mientras el valle verde se perdía y era reemplazado por un páramo desolado en el que sol nunca brillaría y la tierra era cubierta por los cadáveres putrefactos de cientos de gigantes condenados a una muerte lenta y agónica.

La carta de mando "Dimensión Maldita" cambiaba el campo de batalla por una versión compacta de la Dimensión de la Perdición, Elico lo experimentó de la peor manera cuando el aire tóxico entró a sus pulmones y sus energías comenzaron a evaporarse como agua en un volcán.

-¿Qué está pasando? -. Se preguntó Elico mientras caía de rodillas al suelo con un fuerte quejido antes de derrumbarse, sujetando su cuello.

Hades era una máquina, el ambiente de la Dimensión de la Perdición no podía afectarlo, pero su visión se perdió cuando Leónidas desapareció entre las tinieblas.

-¿¡Dónde está!? -. Preguntó Shadow con un grito.

Estaba alarmado, no tenía idea de dónde estaba su oponente. Odiaba reconocerlo, pero éste fenómeno lo asustaba, no era un Bakugan ordinario. Las naves de los Vexos no tenían forma de encontrar a su objetivo, la oscuridad que los rodeaba confundía los escáneres y sus radares eran incapaces de hallar cualquier tipo de rastro de él.

Nick se mantenía del otro lado del campo de batalla con una nueva carta brillando y una mirada inexpresiva en su rostro, él también tenía dudas de lo que le estaba sucediendo a su compañero, pero no iba a dejar que sus enemigos lo vieran. Cómo le aconsejó Shun una vez, que sus oponentes nunca vieran lo que estaba sintiendo y así nunca sabrían lo que estaba pensando.

Poniendo la nueva carta en el lanzador robado al líder de los Vexos, el Peleador Darkus alzó el dispositivo en su brazo izquierdo antes de hablar nuevamente.

-Poder activado: Cañón Silente.

Los reclamos se asomaron en el negro cielo, revelando la silueta de Leónidas sobre sus enemigos cuando un poderoso ataque de energía negra y roja descendió a gran velocidad sobre Hades.

Un fuerte chillido resonó en el campo de batalla cuando una poderosa explosión producida por los sistemas destruidos del Bakugan mecánico cubrió el campo de batalla. Elico gritó de dolor cuando las llamas lo alcanzaron y éste se perdió entre la luz del fuego.

Los Vexos gritaron los nombres de sus compañeros cuando la luz los cegó y sus enemigos se perdían de su campo de visión.

Cuando Nick volvió a abrir los ojos, el valle había vuelto a la normalidad y el Bakugan Aquos reposaba a los pies de su peleadora y la enorme Hidra mecánica estaba hecha pedazos en medio del antiguo campo de batalla.

-Indicador de vida de Mylene y Shadow: 0%.

Nick atrapó a sus compañeros cuando volaron de regreso a su mano, viendo con seriedad a los Vexos.

-Les sugiero que se vayan, no queremos Vexos cerca de Ciudad Alfa -. Provocó el terrícola.

-¡Miserable! ¿¡Cómo te atreves!? -. Gritó Shadow viendo los restos de su Bakugan tirados en el barro.

-¡Vámonos! -. Exclamó Mylene jalando a su compañero de su chaleco largo al escuchar el sonido de una base móvil.

-Parece que mis refuerzos llegaron.

Ambos Vexos se pararon bajo el rayo tractor de sus transportes para huir de sus enemigos.

-¡Tal vez ganaste hoy, humano, pero la próxima vez no será así! -. Gritó Shadow con rabia mientras era arrastrado por su compañera.

Nick ignoró a los vestals mientras se dirigía con sus aliados con la mirada perdida en su compañero, que reposaba en sus dedos en un frágil silencio.

-Sé que estás confundido, pero te lo explicaré todo, Nick. Te lo prometo -. Juró el Bakugan con su voz normal.

El Peleador asintió mientras sus compañeros se sentaban en sus hombros y divisaban la imagen del Capitán Elvar, que los veía con una enorme y alegre sonrisa que decía todo lo que Nick y Leónidas querían saber, la misión había sido todo un éxito. No se había equivocado al asumir que habían ganado para asustar a los Vexos, en verdad habían tenido éxito en su misión.


Ubicación desconocida

-Puedo verlo, el Dragonoid ha regresado con su compañero. Por suerte, no recordará lo que vio aquí.

-No sabía que tenía esos poderes, señor.

-En mi hogar, mi poder no conoce límites. Pero mejor dime, ¿en qué estaban pensando al atacar al Dragonoid?

-Creímos que podríamos acelerar la invasión si el Bakugan Máximo caía antes de lo planeado.

-Eres mi mejor soldado, pero tu exceso de victorias nubla tu juicio. No podemos precipitarnos, he visto el espíritu de estos Peleadores y no son como los otros, pueden ser más fuertes que el resto y eso es justo lo que necesitamos, al menos, por ahora.

-Me disculpo, señor, no lo sabía.

-Ahora sí y este error no puede repetirse, así que hasta nueva orden, nos mantendremos lejos de los Peleadores y si debemos establecer un nuevo contacto, lo haré yo mismo. No quiero que nadie más sepa de nuestra existencia, solo Leónidas y su compañero pueden tener una mínima noción de lo que somos y de lo que va a pasar, nadie más, ¿entendido?

-Cómo ordene, ¿pero qué hacemos con la niña?

-Mátala, pero que su padre no se entere, aún lo necesitamos.

-Sí, señor.

Un suave susurro en la oscuridad de un diluvio que se avecinaba sonó con humildad en el lugar de las dudas florecientes y una peligrosa impaciencia de una falsa luz oculta en las sombras de un apocalipsis, que amenazaba con traer la muerte.


N/A: Iba a dividir esto en dos partes, pero mientras escribía me dije "meh, que rayos" y decidí subirlo todo de una (además, lo prometí en la nota del capítulo pasado xd). Me disculpo con Roxas por haberla hecho esperar tanto por una respuesta, pero esperaba responder su pregunta en la historia directamente, en lugar de una nota. Me gustó tu idea de Vladitor en Gundalia, pero tengo algo más planeado para él y será de suma importancia en mi versión de Invasores Gundalianos. Solo me queda mandarle un abrazo psicologico a Camilo Navas por adivinar de quien era la voz del capítulo anterior :P.