~°~°~ Capítulo XXI: El Mito de Sísifo ~°~°~
~°~ Parte I ~°~
—No creí decir esto, pero creo que ahora te necesitaré más que nunca —expresó el griego.
—Y por mi cabeza nunca pasó que lo pidieras —dijo el rubio, buscando fastidiar a su interlocutor. Su intención cambió al ver aquel rostro acongojado.
—Supongo que Kanon te contó… sobre mi condición… —dijo Saga desviando su mirada.
—¿Tu adicción al trabajo? —cuestionó Radamanthys luego de unos segundos de remembranza sobre algún dato relevante que le hubiesen compartido. —¿Que tu pareja es…
—Ya —interrumpió Saga para evitar hablar de su actual relación con Aioros. No la negaba, simplemente era una persona muy reservada. —Nada de eso —suspiró. Se aflojó su corbata y
arreglaba el cuello de su camisa, claramente, no se sentía cómodo con lo que quería comunicar. –Hace muchos años, me diagnosticaron con bipolaridad. He estado en tratamiento, pero últimamente he tenido que recurrir a un aumento de medicamentos… y temo que no pueda estar estable en ciertos momentos.
—Lo lamento. Juro que tu hermano no me dijo nada al respecto —indicó en defensa del gemelo. Supuso que era un asunto entre ellos.
Durante estos dos meses habían compartido y congeniado más que en los dos años que llevaban de conocerse. Actualmente, Radamanthys no debía interferir con los asuntos legales referentes al acontecimiento donde Kanon resultó herido. Por abuso de poder, Saga fue relegado del caso, indicando que era lo más sano para él. Aunque tuvieran al perpetrador tras las rejas, aún no podían encontrar a los autores intelectuales del hecho.
—Necesito que cuides de Kanon cuando yo no esté estable, cuando yo no pueda.
Algunas ocasiones sentía que su mente viajaba más rápido que su cuerpo, otras, sentía que era al revés. Al regresar a su casa, a su habitación y a su cama, se sintió enormemente aliviado, aunque no tuviera recuerdos exactos del lugar. Algunos días se quedaba en la casa de Radamanthys, y por ello cuestionó a su hermano, quien le respondió con un "es lo mejor". Supuso que él era una carga demasiado pesada solo para Saga.
La primera noche en aquel apartamento ajeno, experimentó una incomodidad y un nerviosismo que lo ahogaba. Todo había transcurrido con naturalidad, y durante la preparación de la cena ocurrieron ciertos incidentes cómicos. Sin embargo, cuando Radamanthys le indicó el lugar donde dormiría, no supo cómo reaccionar.
Una cama tamaño Queen era la única que se encontraba en la habitación. Cuando vio a Radamanthys vestido con un pijama de color vino tinto, comprendió que no dormiría solo.
Varias veces, Radamanthys le preguntó si se sentía bien, si estaba cómodo. Mintió. Sintió que habían pasado horas cuando, en su posición fetal, era abrazado posesivamente por el dueño del lugar. De repente, sus dedos lo estrujaban, o hacían una pequeña caricia en su abdomen. La respiración pausada sobre su cuello, y el aroma de la persona que tenía a sus espaldas. Era demasiado, no podría dormir toda la noche. Se levantó con la excusa de que necesitaba agua. Se quedó en el sofá leyendo, intrigado con un libro de ilustraciones artísticas. Esa actitud huidiza le hizo entender a Radamanthys, que Kanon no estaba listo para volver a compartir el mismo lecho.
—¡¿Y está viviendo contigo?! —cuestionó, perdiendo un poco la compostura.
—No, solo un par de días, para que no se quede solo mientras su hermano trabaja —explicó Radamanthys por medio de su teléfono celular.
—Ah, como sea, eso no quiere decir que no pueda quedarme contigo ¿no? Vamos, es cierto que tu apartamento no es tan grande, pero tu cama si lo es —dijo sugestivo.
—Valentine, suficiente —dijo con autoridad. —Te conseguí un buen hotel, ¿por qué insistes?
—Soy tu primo, compartimos tantos momentos juntos, ¡¿y solo basta un culo para que destruyas lo nuestro!? ¡Ni siquiera te recuerda!
—¡Cállate! –perdió los estribos. —Nuestro pasado no define el resto de nuestras vidas, supéralo. Y quiero que te quede claro, amo a Kanon, y daría mi vida por él. Deja ya de creer que lo desecharé como una bolsa de papel, deja de insistir.
El silencio protagonizó aquella llamada, hasta que el rubio preguntó por su interlocutor.
—Tienes razón, lo siento —se disculpó Valentine. —Mañana llegaré directo al hotel. Te haré saber cuando esté ahí para poder reunirnos y hablar del negocio.
—Está bien Valentine.
La llamada había terminado. Kanon, desde la cocina, se había alarmado cuando escuchó la voz elevada del inglés, quien se estaba terminando de alistar para salir a trabajar.
—No queremos dejarte solo, pero tu hermano tuvo un caso de emergencia —una mentira blanca. Aioros lo había llamado, indicando que Saga estaba pasando por un período depresivo y se encargaría de estar con él.
—Hm, parece ser que tú y mi hermano tienen problemas para diferenciar a un niño de un adulto de 27 años… casi 28.
—Todavía falta para tu cumpleaños.
—Si, unos tres meses. Vamos, ni siquiera dejan que salga a la calle solo —rodó los ojos, estaba indignado. Sentía que tenía guardaespaldas todo el tiempo, como si lo ocurrido fuera su culpa
—Kanon, sabes que lo hacemos por tu seguridad —dijo Radamanthys, absteniéndose de abrazarlo. —Podrías perderte, o algún otro loco busque hacerte daño, otra vez.
—Bueno, seguiré en la jaula de oro.
—Kanon —sostuvo su barbilla, de manera delicada para que lo viera directamente al rostro. —Te juro que pronto volverás a hacer todo lo que a ti te gusta y a tu ritmo, solo ten un poco de paciencia… por favor.
–Ah, sí, como digas —desvió su rostro con rapidez, su nerviosismo aumentaba cuando la mirada ambarina se concentraba en él.
Había dicho que no era un niño, pero hacía berrinches como uno. La esencia de su Kanon estaba ahí. Le dio un beso en la frente antes de marcharse.
Se tiró a la mullida cama; de alguna forma, aquella comodidad lo molestaba. Los tratos tan nobles del inglés, también lo hacían. Y es que, por más que intentara recordar, su mente no lo lograba. Observando los patrones circulares del techo de madera, se le ocurrió escudriñar esos recuerdos. Se había percatado que había objetos, olores y sabores que activaban su psique y le ayudaban a tener una imagen sobre algo. Esto ocurría en la mayoría de las veces con algo que le gustara o desagradara en demasía.
Revisó los rincones de aquella ordenada habitación. Escudriñó entre las mesitas de noche: pasaporte, bolígrafos, cables de energía… No fue hasta que abrió una de las gavetas con una serie de objetos extraños, que se detuvo a examinarlos con curiosidad. Colores y formas extrañas, algunos cinturones de cuero, pero que no eran lo suficientemente largos como para ser utilizados en un pantalón. Una hilera de esferas de silicona, una más grande que la otra, culminaban en un aro grande, ¿cuál era el fin de esos objetos?
Al revisar, encontró varios recipientes de lubricante y una caja con varios condones de diferentes colores. ¿Qué clase de hombre era aquel elegante caballero? Sus neuronas hicieron conexión sobre aquellos instrumentos, cuando inspeccionó uno de ellos, transparente, con una textura diferente y la apariencia de un pene de 14 pulgadas. Lo soltó de inmediato y fue al baño a restregarse las manos, urgido. Sus pensamientos giraban en torno a la duda si Radamanthys los utilizaba para él solo, o eran compartidos. Su rostro se tornó carmín, no imaginaba cómo él podía estar en una situación tan íntima con Radamanthys, pero por las historias de sus amigos más cercanos, parecía ser que era un acto común entre ellos.
Lavó su rostro, respiró hondo, y regresó a observar aquella gaveta. "Nada". ¿Algo tan íntimo no lograba activar algún recuerdo? Quizás debía explorar por sitios más profundos y menos físicos. Con el pie, cerró el cajón, y con cierto miedo, abrió el último que quedaba, más próximo al suelo.
Éste era menos extravagante, de hecho, hasta era aburrido. Libros con sus páginas amarillas en idiomas que no reconocía. Abrió uno de ellos, y con sus dedos pasó las páginas rápidamente, de una manera en la que el olor a las páginas oxidadas impregnaba sus fosas nasales. Aspiró con sus ojos cerrados, y de pronto, le llegó una imagen de él acostado en el regazo de Radamanthys, leyendo. Ese flashazo se fue de la misma manera en la que llegó.
Lo tenía en sus manos, ¿no era aquello lo que buscaba? ¿Lo que podría darle respuestas? ¿Por qué dudaba ahora de conocer su contenido? La portada no era tan evidente, aunque el forro de cuero gastado sin un título le hizo sospechar en demasía, y al abrirlo de forma arbitraria, entendió que, aquella libreta escrita a mano, efectivamente contenía los secretos del inglés.
Sabía de ello por experiencia, en el hospital, cuando sus dedos habían adquirido agilidad, utilizaba la tableta infantil para expresar mucho de lo que pasaba por sus pensamientos, pero no podía decirlo. La desesperanza de no saber quién era, de su pasado, de las personas que con gran felicidad lo visitaban, y él, no los reconocía. ¿Y si hubiera fallecido en ese ataque armado? Las cosas tal vez no serían tan difíciles. Al terminar su desahogo por medio de la escritura, borraba lo poco o mucho que había hecho, no quería que nadie conociera ese lado suyo. Pero, ¿y Radamanthys?
Sentado en el suelo, con su espalda recostada en el lado de la cama, decidió que debía dejar de divagar y abrió aquella enorme libreta, desde la primera página legible, donde la fecha estaba marcada en la esquina superior derecha, indicando el año "2015"
"En el apego de un hombre a su vida, hay algo más fuerte que todas las miserias del mundo. Cogemos la costumbre de vivir antes de adquirir la de pensar" El Mito de Sísifo, Albert Camus.
Eso fue lo que entendió al colocarlo en el traductor de una aplicación de su smartphone, ya que estaba escrito en francés. Al comprenderlo, le pareció que estaba lleno de tristeza, y con ese sentimiento se aventuró a iniciar la lectura. Cada página tenía una fecha, evidenciando la constancia con que el rubio recurría a plasmar sus ideas y pensamientos en esas hojas. Algunas frases eran cortas, fragmentos de textos citados, poemas, y todo ello en inglés. Para sorpresa del griego, no se le dificultó comprenderlo.
Por las fechas, se percató que no escribía todos los días, pero cada que lo hacía, imprimía un fuerte sentimiento, lo absurdo de la existencia, la banalidad de la esperanza. Podría asegurar que estaba leyendo un ensayo filosófico sobre el existencialismo, en el cual, el autor de aquella letra citaba a muchos otros filósofos y literatos, Sartre, Camus, Kafka, Schopenhauer… Muy a su pesar, se identificaba con esa desesperanza.
10 septiembre 2015
"Aiacos insiste en que debo conocer personas nuevas. He aceptado algunas de sus invitaciones, pero todo resulta ser tan nefasto. No me agrada la gente."
18 septiembre 2015
"Me reencontré con el individuo más odioso que he conocido. Es exasperante, su nombre es Canon. Su actitud es totalmente ridícula, él es tan inmaduro y estúpido. Siempre tiene alguna herida en sus manos o brazos, ¿cómo un adulto puede ser tan descuidado? Además, es desagradable, cuando toma se ensucia su camisa, este sujeto no tiene ni un gramo de decencia."
—Así no se escribe mi nombre —expresó indignado y ofendido por lo que acababa de leer. ¿Esa fue la primera impresión que le dio a Radamanthys? —Si tanto me odiaba, ¿por qué continuó hablándome?
Continuó. La manera en cómo se expresaba de las demás personas sorprendía a Kanon, le costaba creer que se trataba del mismo hombre que lo había cuidado todo este tiempo. Describía a su jefa, señalándole de inepta, ya que no le encargaba casos de gran importancia, hasta que hubo uno por el cual Minos abogó para que Radamanthys lo resolviera. En este apartado se dio la libertad de describir a sus amigos, con cierta añoranza, como un breve repaso a esos tiempos en los que sus problemas eran muy diferentes a los de la vida adulta.
"El destino nos unió. Tenemos un carácter y un sentido del humor muy diferente al de los demás. Sin embargo, Aiacos es multifacético, y le encanta conocer personas nuevas, siempre está en movimiento. Minos es más un manipulador, para ser sincero, es hasta de cierta forma macabro. Pero pongo mi confianza plenamente en ellos. Al principio me volvían loco, especialmente cuando decidieron experimentar con su sexualidad y Minos llegaba a la habitación que yo compartía con Aiacos. Afortunadamente, esa etapa acabó pronto. Minos es buen amigo, pero esa relación no era sana, obligaba a Aiacos a hacer cosas que no quería… Igual que Pandora hacía conmigo…"
—Pandora… —No recordaba algo relevante respecto a ella, pero la armonía de conocer más sobre ella lo invadió.
Pocas veces mencionaba a amistades o a su pequeña familia. Cuando mencionaba a este grupo, lo hacía de manera nostálgica, no había emoción o alegría en ese texto. Como si de una novela helénica se tratase, Kanon se acomodó en la cama. Había muchas cosas que no lograba recordar porque no estuvo en esos eventos, pero el conocer a las demás personas por medio de los ojos del inglés le fue muy llamativo, a la vez que lo ayudaba a construir ciertas piezas de un rompecabezas en su mente.
30 octubre 2015
"Hace falta solamente un pensamiento injusto, es decir, lógico. No es fácil. Siempre es fácil ser lógico. Es casi imposible ser lógico a fondo. Los hombres que mueren por sus propias manos siguen así hasta su final. La reflexión sobre el suicidio me da, la oportunidad de plantear el único problema que me interesa: ¿hay una lógica incluso en la muerte? …"
Aquel debate interno de ese ser humano de hacía un par de años era bastante intenso. Se quedó sin palabras cuando rememoró la fecha, siendo ésta el cumpleaños del dueño de aquellas palabras. De forma automática, nació preocupación, la mayoría de las veces, las personas que sufren de eventos depresivos fuertes, son las que menos se imaginan.
12 noviembre 2015
"Probé el mejor capuchino de toda Grecia. Lo preparó Kanon De Andreatos, así estaba escrito en el carnet que portaba. Se supone que es estudiante de biología, además toca en la banda con Milo, y todavía trabaja en una cafetería. No entiendo cómo tiene tanto tiempo, seguramente su carrera no tiene el peso que tiene la mía. Estudiar leyes requiere mucha concentración, tiempo para leer y resolver cada estupidez que pueda surgir."
Aquellas letras estaban llenas de prejuicios, odio demencial, superioridad, recuerdos nostálgicos, pero, sobre todo, soledad. Una soledad que carcome, una tan entrañable que hasta se percibía insoportable.
15 diciembre 2015
"Estoy en una trampa. Es como un juego, no puedo evitarlo. Podría dejar de verlo, pero siempre me dirijo al mismo lugar. Creo que estoy obsesionado, sinceramente, nunca me había llamado la atención alguien, no así, nadie me había retado de este modo… fuera de mi zona de confort."
Los detalles que aquel hombre escribía, sobre la arquitectura del lugar, los pastelillos, y el aspecto (específicamente) de Kanon, ayudaron a que le comenzara a llover pequeños fragmentos de ese tiempo. Vagamente rememoró las voces chillantes de las adolescentes que llegaban a verlo casi todos los días, y de aquellas orejas de gato que debía usar de vez en cuando. Sonrió con nostalgia.
4 enero 2016
"El día anterior lo mojé con el agua de lluvia. Ah… Me quejo de que él es tan infantil, pero en esta ocasión lo fui yo. Aunque él me arrastró a esto… yo no debí hacerlo. Quise compensarlo. Lo llevé a su facultad y comimos juntos. Aunque me desagradan sus modales, siento que me impregna de su excesiva energía. ¿Será esta, la esperanza, esa trampa de vivir por una idea que da sentido y a la vez traiciona a la vida?"
—Qué amargado, ¿por qué no solo disfruta los momentos y ya? —expresó al aire.
2 febrero 2016
"Me causa gracia. No había conocido a alguien como él. Es un erudito, con una belleza de Adonis. Una persona que hace que pierda mi compostura. Siempre tiene algo bajo la manga. Sus ocurrencias son creativas, aunque me parece que quiere aparentar ser un cabeza hueca, pero es todo lo contrario. Hay muchos factores que me causan curiosidad. Es como un gato, cuando alguien se acerca, es huraño, pero es noble solo cuando quiere. Aunque hay personas que me toleran con todo y mi genio, el tiempo con Kanon es... diferente e interesante."
Siguió leyendo y parecía que el "libreto de la vida de Radamanthys" se abría a nuevas experiencias agradables y que disfrutaba. Relacionaba lo que leía, las quejas de su trabajo, las anécdotas con sus dos amigos, alguna que otra mención de su padre, y las historias que él mismo le había contado en el hospital. Se dio cuenta que su relación no había iniciado del todo bien, entonces, ¿por qué mentía? ¿Quería ocultar cómo era realmente? ¿O se avergonzaba de lo que hizo? Podía imaginar la escena, él, empapado con agua sucia de un charco, maldiciendo y blasfemando por todos lados.
Vagamente podía recordar algunos sucesos, muchos de ellos eran pleitos o pequeñas competencias, llegaban a su mente como pequeñas burbujas que se reventaban y no dejaban ese recuerdo con claridad, pero ya estaban llegando a él. Una de las hojas tenía una letra diferente, un tanto más fuerte, grande y presurosa.
18 marzo 2016
"No sé cómo pasó, no entiendo. ¿En qué momento sentí esa atracción? Le he estado dando vueltas en mi mente todo este tiempo. No, no estaba tan ebrio, recuerdo todo con una lucidez increíble. Siento que mi corazón se me saldrá por los oídos. Me acosté con un hombre, me acosté con Kanon en su cama, lo peor de todo es que me encantó. Nunca antes me había sentido así. ¿Estaré enfermo? Lo peor, no puedo dejar de pensarlo, sus labios, su cabello con aroma a primavera, su piel tan… ¡su jodida piel con sabor a mar!"
—¿A qué jodidos sabe el mar? ¿A sal? —se cuestionó, a la vez que sentía cierto bochorno y morbo a la vez. Estaban hablando de él, quería saber más. Prosiguió, no sin antes darse una lametada en el brazo, por mera curiosidad.
"Me estoy volviendo loco, recuerdo cada detalle. Quiero sentirlo otra vez, ¿Y si él ya no quiere? ¿Me dejará de hablar? Es agotador. Estuve intentando leer el primer libro de "A Game of Thrones", pero me cuesta concentrarme en la lectura. No me debo ilusionar. Todo tiene un final, ¿no?"
—Qué pesimista —expresó Kanon. Sin embargo, esas expresiones y la falta de detalle, le hicieron imaginar el momento. No estaba seguro si era un recuerdo o producto de su libido, pero al observar la primera gaveta que contenía una diversidad de material sexual, comenzó a sentir cosquilleo en sus genitales
~°~°~ Continuará ~°~°~
