¡Hola! ¡Hola!
¿Qué tal? ¿Cómo estáis?
Wow. Casi un año sin actualizar esta historia. Dije que me lo tomaría con calma ya que son como One-Shot's dentro de una misma historia, pero... demasiada calma diría yo XD
Para los que habéis esperado una actualización, pido perdón de ante mano. Si me seguís ya sabéis que estaba liada con: "10 razones por las que te quiero - versión Natsu -", además de las historias Shicca que también publiqué, por lo que no tenía mucho tiempo para escribir otro capítulo de esta historia.
Aún así, este último mes me decidí a escribir sí o sí la letra F, y aquí lo tenéis. ¡Wiiii!
jajaja
En fin, os dejo leerlo.
¡Espero que os guste y como siempre nos leemos abajo!
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# 6 | · F de Fuego · |
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Natsu no recordaba ni una sola vez en su vida en la que tuviera que luchar contra el fuego y el calor.
Había conocido enemigos que usaban ese tipo de magia en su contra, pero de una forma u otra siempre terminaba ganando. Su fuego, su magia, era mucho más fuerte que la de cualquiera, y en eso no había discusión.
No le afectaba la luz del sol ni las altas temperaturas del ambiente. Tampoco en invierno sentía el frío. Su calor corporal era tan naturalmente alto que todo eso que le afectaba mínimamente al resto de seres humanos, no lo conocía en carne propia.
¿Entonces… por qué a pesar de ser como era, y no afectarle nada que tuviera que ver con el fuego, sentía en su interior un calor que iba creciendo día tras día?
Por ella.
Aquella muchacha que conoció en Hargeon, aquella que soñaba con entrar en Fairy Tail y ser una miembro más, aquella que luchaba por sus seres queridos, la que sonreía a pesar de las malas circunstancias, la que se mantenía a su lado pasara lo que pasara, esa chica a la que le abrió su corazón y dejó que entrara e hiciera lo que quisiera con él, aquella por la cual su temperatura había variado…
Por ella.
- ¿Natsu? - la oyó susurrar.
Alzó la cabeza y tras posar su vista en ella, aquel calor aumentó, y supo que no podía más. Necesitaba respuestas.
El muchacho entró rápidamente al agua sin importarle lo más mínimo que su ropa se empapara. Se acercó hacia la muchacha y cuando la tuvo justo en frente, la apresó con fuerza entre sus brazos.
- Lucy… - gruñó su nombre. - ¿Qué demonios me estás haciendo…?
La nombrada parpadeó repetidas veces no creyéndose lo que estaba sucediendo. Quiso preguntarse el porqué de ese comportamiento, pero una parte de ella sabía completamente la respuesta, la otra sin embargo no esperaba que él actuara de esa forma.
- "Te quiero, Natsu." - había pronunciado minutos antes.
Y esa fue la pequeña chispa que haría que todo estallara.
No era la primera vez que esas palabras salían de su boca. Natsu las había escuchado más de una vez, y en todas había sentido un pequeño calor surgir en él, pero a pesar de eso, en ningún momento tuvo el valor suficiente para expresar cómo aquello le afectaba. Hasta ahora.
- Solo hago lo que me dejas hacerte. - respondió ella, y mientras lo hacía, arrastró sus manos bajo la mojada camiseta que el muchacho aun portaba acariciando sin una pizca de pudor su marcada piel.
Natsu se estremeció. Estaba convencido de que solo con tocarla, su rubia compañera se alejaría rápidamente de él, y para ser sincero una pequeña parte de él quería que lo hiciera. El tenerla aferrada contra su cuerpo, hacía que su calor aumentara más aún. Nunca esperó que se dejara hacer, y mucho menos que ella continuara con justo lo que él estaba pensando.
- Lucy… - advirtió él.
- No haré nada que no quieras hacer, Natsu. – tranquilizó.
Pero lejos de calmarlo, escuchar su nombre en boca de la muchacha, lo había alterado más.
Sintió como la tela de su camiseta se deslizaba hacia arriba y sin pensarlo alzó sus brazos dejando que la rubia le sacara dicha prenda.
- ¿Qué sientes, Natsu?
- Fuego. – respondió posando la vista sobre sus rojizos labios. - Fuego por todos lados.
La vio sonreír y durante unos segundos el silencio reinó. Pudo jurar que su compañera estaba debatiéndose mentalmente qué palabras soltar próximamente, y si era las que él pensaba, esperaba que escogiera la opción decente de mantenerse callada. De no ser así… Quién sabe cómo su cuerpo podría reaccionar.
- Sí es así, habrá que apagarlo, ¿no es cierto?
Mierda.
Lucy rodeó el cuello del muchacho con sus brazos, y sin previo aviso comenzó a acercar lentamente su rostro al de él.
- Lucy… - murmuró el chico perdiéndose en su mirada.
- ¿Sí, Natsu ~? – ronroneó.
- Podrías quemarte. Lo sabes, ¿verdad?
Lucy lo captó. Era una clara advertencia de que si continuaba no habría vuelta atrás. El fuego los consumiría a ambos.
- Si es por ti no me importará hacerlo. – contestó.
Le dio un último vistazo, y sin dejarle responder, posó sus labios sobre los de él.
Natsu la agarró firmemente de la cintura, y correspondió de inmediato buscando apagar su llama interior. Se deslizó hacia atrás sentándose sobre la primera roca que su pierna notó, y la obligó a ella a hacer lo mismo sobre él.
Acarició con la yema de sus dedos la desnuda espalda de la muchacha notándola temblar.
Tomó cierta distancia para observarla, y bajo la luz de la luna la vio sonreír. Quiso preguntarse el por qué, pero antes de poder hacerlo Lucy repitió de nuevo aquellas palabras.
- Te quiero.
Las mejillas de la muchacha estaban teñidas levemente de rojo, y aunque no quisiera admitir que aquello volvía a afectarle, podía jurar que su rostro también lo estaba.
Sintió su cuerpo acercarse una vez mas al de ella, y posando ambos brazos alrededor de su delgada cintura, la besó con suma lentitud.
Su corazón ardía.
Pocos segundos después, Lucy rompió el beso para seguidamente abrazarlo.
- ¿Lucy?
- Te quiero, Natsu. – repitió besando su hombro.
Y de nuevo el muchacho se estremeció.
- Te quiero mucho.
No sabía que cara estaba haciendo ahora, pero podía notar como sus labios se habían ensanchado en una sonrisa.
Si Gray o Gajeel lo vieran se burlarían de él.
- No necesitas decirlo más, Lucy. – susurró.
- Quiero hacerlo. – respondió. – Quiero que entiendas que eres el único para mí.
Separó su cuerpo un poco del de él, y tras unos segundos soltó una pequeña carcajada al ver su rostro. Estaba rojo.
Lejos de enfadarse por esa pequeña burla, Natsu volvió a abrazarla tratando de esconderse.
No podía más. Que Lucy dijera esas palabras era peligroso. Podría matarlo… y aun así…
- Te quiero… - murmuró un minuto después.
Fue corto, casi inaudible, sin embargo Lucy lo escuchó perfectamente.
Abrió los ojos con sorpresa, y antes de poder soltar algún tipo de sonido, Natsu volvió a besarla con más ímpetu que antes.
Podía notarlo. Su calor iba en aumento. Estar con ella solo provocaba que aquello que sentía incrementara, que su fuego le quemara.
Sabía que el abrazarla, el besarla, y el deleitar su delgado cuerpo con el suyo propio, no iba a calmarlo, pero a esas alturas ya no importaba. Se habían quemado completamente.
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¡AAA! ¿Os ha gustado?
Tenía pensado que en este capítulo hubiera lemmon, y de hecho ya tenía algo escrito, pero finalmente, y como siempre, decidí quitarlo. Perdón uwu.
Espero que al menos os haya gustado un poquito.
¡Un abrazo enorme a todos y nos leemos próximamente!
¡Adiós! ¡Adiós!
