Capítulo 04
Por un error suyo, por no saber controlar muy bien su poder, las cosas ahora no están muy bien que digamos.
La policía, y de paso unos dos héroes que pasa de nombrar quienes son por desconocer sus nombres, vino a su hogar con una madre que todavía está desmayada. Estas personas fueron rápidas en actuar sobre el gran ruido… sumando el hecho que las cosas que voló accidentalmente casi caen encima de algunas personas que pasaban por allí. Estaba un poco nervioso, tratando de no mirarle a los ojos tanto a los oficiales como a estos dos héroes. Se vestían bastante bien, eso sí.
—¿Nadie atacó este lugar?
—No… no señor —no sabe si mentir o no. Estaba dudando enormemente si hacerlo. De hacerlo, debe saber muy bien las consecuencias de ello. Mentiría… pero no es el hombre que e del pasado, es un niño. Aparte, ¿qué chances hay de tener éxito? Uno de ellos le miraba muy seriamente, hablando de los dos héroes. Parecía que le estaba analizando profundamente. Tragó saliva. No encontraba tampoco razón para mentir. Esto puede salir bien, al decir la verdad, como también puede salir todo mal—. F-fue… mi error…
—¿Tú error? —ambos oficiales mostraron sorpresa al escuchar esto—. ¿A qué te refieres? —preguntó uno—. ¿Qué has hecho?
—Q-quise usar mi quirk… y sin querer hice otra cosa… —miraba a un costado.
Ambos héroes se miraron al escuchar esto. Miraron la escena mucho mejor y la destrucción de esta parte del departamento es bastante notoria. Es sorprendente también. ¿Un niño hizo esto? Puede ser. Algunos niños despiertan sus quirks a esta edad, a veces a los 4 años, estimando que Midoriya tuvier años de edad, y no saben controlarlo para nada… pero para eso, debería de ser un gran quirk.
—Ve y mira mejor la zona —decía aquel que había mirado profundamente al pequeño. Su compañero mostró queja alguna pero lo iba a hacer. Él miró al pequeño—. ¿Qué poder tienes?
—Ni yo sé —aquí sí miró a los ojos de este héroe.
—¿Puedes demostrarme qué fue lo que hiciste? —preguntó.
—… —miró a varios lados antes de mirarle de nuevo—. …¿debería?
—Sí
—¿Aquí?
—En efecto
—P-pero… ¿y si destrozo la casa?
—Mm… —curioso. Debe de ser un gran quirk como para decir eso. Aparte, pedirle a un niño que tal vez no tenga control alguno del mismo, era jugar con fuego—. Tú hazlo —Midoriya pensó que es medio raro que un héroe pida esto. ¿Es normal? ¿Los héroes piden a niños que muestren sus poderes?—. Veremos qué pensar en caso del poder que muestres… —miró a los oficiales—. ¿Están de acuerdo?
—Tengo curiosidad…
—Yo también…
—… —antes de hacer algo, se aseguró que su madre esté segura. Lo estaba porque estaba detrás de estas personas. Estaba en la cocina. Estaba en el suelo todavía. No pudo moverla porque vinieron muy rápido. Sólo colocó algo para su cabeza. Había quedado un cojín del sofá al menos. Suspiró. No parecía quedar otra opción—. Está bien…
Había dudas de hacerlo pero no le quedaba otra.
Negaba y negaba y se hablaba a sí mismo.
Miró y apuntó al lugar de su hogar que estaba abierto con un gran agujero que dejó tanto en la pared como en el techo. Estaba ese héroe allí. Miró al otro que estaba detrás de él como para que le diga que se aparte pero le dijo que no, que prosiga. Menudo héroe.
Levantó su brazo y lo extendió, abriendo la palma, concentrando un poco su Fuerza pero también cuestionando si sería capaz de manifestar dicho poder.
El otro héroe que miraba la zona destrozada se quedó en silencio. No había rastro alguno de un quirk que tuviera que ver con explosiones, que tuviera que ver fuerza bruta, nada de nada. Negó y volteó para hablar con su compañero y decirle las cosas. Notó al niño que tenía extendido su brazo y la mano abierta contra él, extrañado con un accionar como este.
Pero de pronto, empezó a sentir una enorme ráfaga de aire, una fuerte onda que chocaba contra él. Era como si viento a más de 200km/h te golpearan de lleno. Llevó ambos brazos al frente suya, cubriéndose de este enorme golpe de aire que estaba recibiendo pero fue imposible aguantar por mucho tiempo.
Los dos oficiales y el otro héroe vieron al otro héroe y compañero siendo arrastrado por una fuerte ola de viento, haciéndole retroceder para luego mandarlo a volar fuera del departamento como si fuese un trapo sucio. Miraron al niño que había hecho esto que estaba igual de sorprendido, no porque haya volado a un héroe como si nada sino porque realmente pensó en usar la Fuerza para empujarle… y salió.
—… —miró a los adultos—. …¿estoy en problemas ahora?
—…
Curioso que aparte de volar al héroe, que los oficiales se alejaron de allí para asomarse a la parte volada y vieron que le héroe estaba bien, que solamente estaba un poco lastimado, también voló un poco más algunas partes del resto de la sala.
—… —el héroe pensó y pensó muy bien. Un niño que tenga un poder como este es y podrá ser un gran héroe en el futuro… o podrá ser un gran villano, lo cual sería demasiado peligroso. Por eso debe hacer las cosas bien en este caso—. No, no lo está —el pequeño se mostró cauto ante estas palabras—. A muchos niños que despiertan sus poderes a esta edad como tú suelen sucederle estas cosas. Al menos esta vez no hubo heridos… —aunque su compañero…—. No te preocupes, haremos algo para mejorar esta situación… —luego miró a la mujer que seguía recostada—. ¿Crees que puedas despertar a tu madre?
—Eh… sí, sí, claro…
—Bien. Oficiales —los mismos voltearon a verle—. Todo está bajo control. Procuren que la gente de la zona no se vea afectada por las cosas que cayeron debido a esa onda expansiva. Luego presentaré un informe en la estación y reportaré todo. Pueden retirarse —estos oficiales asintieron y agradecieron antes de retirarse en lo que también iba subiendo el otro héroe sorprendido pero molesto—. Procura no hacer nada —podía notar a su compañero molesto por el niño. Es mejor no hacer nada tonto—. Tenemos que hablar con tu madre —de nuevo, miró a Midoriya—. Espero no te moleste
—No, claro… ya, ya le despertaré.
El pequeño pensó que todo esto es raro puesto que en una situación normal, muy normal, despertarían a su madre o la revisarían para asegurarse que esté bien… pero nada de eso pasó… y la verdad, este mundo, ya según él, no es normal para nada.
Cuarto de Midoriya
Pasó un largo rato.
Despertó a su madre, le avisó que algunas personas querían hablar con ella sobre algo, le costó procesar todo y seguía alzando su voz muy preocupada y entre llantos. Le tuvo que decir que era algo importante. Tras unos momentos de realización, entró en sí y miró a los héroes para asentirle y decir que hablaría con ellos.
Él se fue a su cuarto porque era algo muy importante como para que esté presente.
Caminada de lado a lado en su cuarto. Las cosas seguían tiradas debido a su intento de meditación y se preguntaba, esquivando todo, si era algo bueno este enorme avance. Algunos niños, algunos jóvenes, si tomamos en cuenta el mundo de Star Wars, es un avance muy bueno en el entendimiento de la Fuerza, más si tienes un maestro muy capaz… pero él está solo aprendiendo esto… y que pudiera lograr ya el Empuje de la Fuerza… ¿era realmente un talento, un genio que nace en 100 años? Pero, también puede ser que el ángel haya sido muy bueno con él y le hizo bien OP…
—Nah, solamente eres bueno y nada más
—¡! —la voz de ese maldito ángel le asustó tanto que dio un salto. Cayó en la cama, por suerte—. ¡Podrías al menos al parecer frente a mí antes que hablar a mis espaldas!
—Sí pero… de hacer eso no podría verte asustado
—… —Midoriya, ahora en estos momentos Revan frente al ángel, no sabe si pensar si realmente se toma en serio todo esto—. ¿Qué quieres?
—Pasaba a saludar. Vi un poco lo que estabas haciendo y me sorprendí lo que vi. Un cobarde que prefiere no enfrentar a su mejor amigo que por tener un poder fuerte… curioso…
—¡No soy un cobarde! —exclamó muy enojado. Su cara de niño estaba arrugada. Era tierno ver a un niño enojado… a veces—. Sólo hice lo mejor que pude en el momento. Irme de su lado para luego volver a vernos en el futuro… será una grata sorpresa para él.
—Suenas como un cobarde —Revan negó. Se tomó la cara con este ángel—. Pero, cobarde o no, supongo que has hecho algo bien. Conociste a dos personas que seguro en el futuro estarán siempre contigo. Has cambiado ya de por sí enormemente la historia.
—¿Y vienes para…?
—No vengo a advertirte, no te preocupes. No me importa mucho lo que hagas pero por trabajo, debo ver cómo vas. De casualidad vi lo que pasó y quise venir a verte. De paso, estoy seguro que tienes dudas.
—… de hecho, tengo dudas con mi poder —se miraba sus manos—. ¿Es normal lo que hice antes? Si es que realmente has visto lo que hice —cerró sus manos. Levantó la cabeza para verle—. No se supone que sea tan fácil…
—De hecho, no es así. Eres un genio.
—…
El pequeño no se creía las palabras del ángel, más cuando se le podía ver aguantar algunas sonrisas para luego… poco a poco, empezar a reírse en su cara.
—Hehe… hahahahaha…. Ah, perdona. Pensé que podía mantenerme serio con eso…
—¡Oh vamos!
—Ya, deja de chillar. ¿Qué iba a decir? Ah, sí. Usualmente, la mayoría de reencarnados tienen la habilidad de poder progresar más rápido con sus habilidades que eligen. En tu caso, teniendo en cuenta que no existe nadie en este mundo que maneje un poder igual al tuyo o parecido, digamos que un poco he arreglado como para que la tengas más o menos fácil.
—¿No sería trampa eso?
—… —el ángel tuvo un pequeño impacto en su cabeza. ¿Se estaba quejando que lo hizo fuerte apropósito con tal de tener una vida fácil? Investigó este mundo. Las cosas que sucederían o van a suceder ahora están un poco alteradas por culpa de él. Nada del otro mundo. Pero… ¿de verdad? ¿No le va la idea de ser fuerte?—. ¿Te estás quejando?
—N-no, no, no me estoy quejando… sólo que siento que ha sido fácil…
—Okey. Okey… esto es nuevo… tranquilo Lucifer, tranquilo, al parecer hay gente que se queja si es demasiado fuerte o es bueno practicando… tienes que mentalizarte…
—… ¿ángel? —jura que no escuchó ese nombre. Quiere creer que no se llama de esa manera para nada—. ¿Sucede… algo?
—No, todo está bien —ya se hizo unas ideas. Ya se aclaró la mente. Fue complicado de comprender esto pero lo ha solucionado… más o menos. ¿9000 años llevará haciendo esto? Es la primera vez… sí, está bien. El nene está bien. El nene, el nene, el nene, el nene está bien—. Pero, entonces, ¿tu preocupación es que sea fácil? —Revan explicó las cosas. Le explicó sus respectivas dudas con todo esto. Él asentía—. Mm… mm… bien, entiendo. ¿Un reto quieres?
—No digo que quiera un reto…
—¿Qué diablos quieres entonces? —está tratando de ser bueno con él. Le está quitando la paciencia—. Dime o haré que sufras.
—Sólo quería saber eso, nada más… —miró al ángel, ya saliendo de toda duda. Le miró… bien—. Gracias…
—… —Lucifer lo observó para suspirar—. Sí, como digas. Sigue así. Adiós
Todo pareció volver a la normalidad. Seguía siendo el niño Midoriya que era. Suspiraba en lo que, una vez más, se echaba en su cama. Miró al techo, sin expresión alguna. Pestañeaba. Curioso, cerró sus ojos nuevamente. Quería ver si podía sentir a su madre y a esos dos héroes. Los podía sentir… pero era algo borroso. Estaban allí, claramente. No eran claro como era antes. Le fue extraño. ¿Por qué era esto?
Abrió sus ojos al darse cuenta.
—Me lo hizo difícil… —estaría igual. Haces de alguna manera a una persona reencarnada fuerte y se queja por ello. Suspiró. Él y su boca—. En fin, tendré que entrenar lo suficiente como para ser el mejor… —pero en eso, recordó una cosa. No una cosa, recordó algo del cuerpo de este niño—. …¿tengo un padre? —¿por qué no le ve? ¿Se va a trabajar cuando él no está mirando? Sus recuerdos confirmaron que está en el extranjero y que su madre es ama de casa puesto que el pan de cada día lo gana su padre. Aun así, no tiene una imagen clara del rostro o de cómo es. ¿Por qué? Quizás porque siempre ha tenido que trabajar y su madre le ha cuidado desde siempre y sin ayuda de él. ¿Cómo debe sentirse con esto? ¿Feliz por tener un padre también o mal porque no está nunca? Pero de no ser por él, no habría dinero. Es un raro debate, sí—. En fin, supongo…
Sintió dos presencias irse. Otra parecía venir a su dirección. Centrándose mejor, esa presencia era su madre después de una buena concentración.
—¿Izuku? —Inko entró a su cuarto para las expectativas de él—. ¿Estás despierto? —le vio echado en la cama—. Tal vez…
—¿Qué sucede? —se levantó rápidamente—. ¿Qué querían los héroes?
—Pues… hablaron de ti.
—¿De mí?
—¿En serio tienes otro poder? —ya suficiente era con uno. Pero, ¿dos? ¿Dos poderes? ¿Curar y poder tirar ondas sónicas? ¿Qué sigue? ¿Volar?—. ¿Por… por qué nunca me dijiste nada de esto?
—Yo…
—¿Eres realmente mi hijo?
Escuchar eso le hizo erizar todos los cabellos de su diminuto cuerpo. No era mucho pero era suficiente como para pasar eso. Un fuerte frío recorrió y resopló también en su nuca.
—…
—¿Lo eres? —Inko ya llegó al punto de no creer casi nada. Tras la charla de los dos héroes, ahora tenía un entendimiento mejor de la situación. Su hijo tenía otro poder. Eran dos. Dos poderes que no encuentra explicación de cómo los obtuvo. Nació con una mal formación y no podría nunca tener poderes—. ¿Realmente lo eres?
—¿A qué te refieres? ¡Yo soy tu hijo mamá!
—No, no eres mi hijo… —algo que hizo el pequeño Izuku fue querer acercarse a ella pero entre más lo hacía, ella retrocedía unos pasos más. Miraba a lo que era su hijo, su supuesto hijo, con horror. Ya no podía ver a su hijo. Era… no, no era él, para nada. Encima se intentaba acercar y acercar—. ¡Aléjate! ¡Aléjate de mí! ¡No eres mi Izuku! ¡No lo eres!
—¡Claro que lo soy! —no entiende la razón. El hecho que su nueva madre le esté negando por completo le está haciendo demasiado mal. ¿Una semana? ¿Casi nueve días en este mundo? Acopló, adoptó la idea que esta es su madre, su madre de verdad. No quiere alejarse de ella, de momento porque es niño y quiere gozar cosas de niño con una madre que le ama. Estaba soltando lágrimas. Que se aleje y le niegue que es su madre… le estaba lastimando y mucho—. S-soy… soy tu hijo mamá… —su voz sonaba quebradiza. Todo su cuerpo le estaba doliendo. No sabía cómo mirarle, más cuando se alejaba más y más. Era un juego de perseguir al ratón—. …¿p-por qué…?
—… —lo miraba mejor… y no sabe ahora qué pensar. Verlo era sentir que no era su hijo… pero verle en este estado… verle llorar de esa manera y que se nota tan frágil… tan débil… tan… pobre… le temblaba todo su cuerpo de verle así. No como mujer sino como madre. Como madre, negar a tu propio hijo… esas ideas, esos pensamientos suyos donde aseguraba y estaba convencida que este niño no era su hijo se fueron. Sólo se quedó todas las ideas de un hijo con una madre muy buena como ella, recuerdos de ambos, entre otras muchas cosas más. También lloraba, lloraba desconsoladamente, haciendo que se vea el enorme parecido, por no decir igual, por llorar de la manera que lloraban—. …¡Hijo! —esta gritó para levantar a Izuku y abrazarlo fuertemente—. ¡Perdóname! ¡Perdóname hijo! ¡No sé qué me pasó! ¡Perdona a tu madre que no te reconocía como mi hijo! ¡Soy una horrenda madre! ¡Lo soy!
—¡E-eres la mejor! ¡Lo eres! —estaba también gritaba en lo que apoyaba su mentón encima del hombro de esta y correspondía el abrazo, llorando también—. ¡Eres la mejor madre que un niño podría desear!
—¡Gracias! ¡Gracias hijo!
Ambos decidieron guardar silencio para sumergirse en un hermoso y tierno abrazo luego de algo que impresionó a Midoriya. Este al cabo de instantes abrió sus ojos puesto que había una mirada que le molestaba. Ahí estaba el ángel muy sonriente, como si nada, con una pizarra.
"¿No querías un desafío? Casi tu *mamá* te hace algo por no reconocerte como el verdadero Izuku. Fue lindo verte llorar y preocuparte demasiado"
Empezó a tener un fuerte tic nervioso con este ángel suyo.
"Todo será normal ahora. Procura no ser tan idiota y quejarte por las oportunidades que otros te pueden brindar"
Las palabras desaparecieron de la pizarra. El ángel, Lucifer, se fue como vino, de la nada. Todo entonces sería normal… o eso cree. Quiere asegurarse que sí. No por el hecho que quiere que sea fácil manejar su poder, no. Si no por el tema de Inko. Lo que menos quiere perder ahora es a su nueva madre.
Tratará de cerrar su boca ante cosas como esta, como dijo el ángel.
Esa misma noche
Si alguien le pregunta cómo es que ahora la sala vuelve a verse como antes, no tendría respuesta alguna. Su madre tampoco es que pudiera decir mucho. Solo dijo que arreglaron todo.
Una cena normal… después de un día no muy normal que digamos.
Fue mucho para él. El día de hoy ya quería que acabe. El ángel le ha hecho sufrir un poco con eso de Inko no reconociéndole. Pensó por unos segundos que se dio cuenta de ello pero una madre nunca dudaría de su hijo. Le parió. Pero ese maldito ángel realmente hizo algo cuando pidió algo así como un reto.
No quería un reto. De momento, por supuesto.
—¿Por qué hablaron contigo esos héroes?
Podía dejar pasar muchas cosas, esto no. Le daba mucha curiosidad.
—Eh… hablaron de ti, hijo
—¿De mí? —estaba curioso de ello—. ¿Por qué querrían hablar de mí?
—Sobre… tus poderes —ah, debía de suponerlo—. Ellos… arreglaron todo para que nuestra casa esté como si nada hubiese pasado a cambio… —mordió su labio unos segundos. No porque fuera algo muy oscuro o lo que fuese, no. Simplemente, era un pedido amable… pero viendo a su hijo, se sentía un tanto mal—. …a cambio…
—¿Pidieron algo malo? —negó—. ¿Qué pidieron?
—Simplemente pidieron si alguna que otra vez pueden llevarte para entrenarte
—… —eso es nuevo. Ya de por sí, la historia cambió por completo, al menos la niñez de Izuku. Se supone que no sucede nada hasta el fatídico encuentro con esa criatura lodosa. Luego de eso, encontraría al héroe número uno de Japón. De ahí, comenzaría su travesía en el mundo de los super, porque tendría el poder de All Might—. ¿Entrenarme? —preguntó.
—E-ellos creen que será bueno —decía con algo de temor—. ¿No lo ves? ¡Podrás ser entrenar ya para ser un héroe!
—… pero suenas insegura, mamá…
—…
La verdad es que sí.
Inko está feliz por su hijo. Podría tener la chance de ser lo que siempre ha dicho que quiere ser, poder ser un héroe y una imagen de salvador para la sociedad. Pero se supone que tendría que esperar años como para poder entrenar, matricular, en la academia de héroes. ¿Por qué ahora? ¿Por qué querrán entrenar niños?
—… ¿t-tú que dices? Ellos dijeron si querías…
—Mm… —pensó un poco—. ¿Dijeron algo de recomendarme mamá? —ella asintió—. ¿Eso significa que podré aplicar directo a la academia UA? —entre dudas, ella simplemente asintió, explicando que eso se le va de sus manos en conocimiento—. Mm… ¿pasará algo si me niego?
—Dijeron que no… pero si aceptas, estarán más que felices de asegurarse a un futuro héroe —le tiró de las mejillas. Fingía estar feliz pero por dentro, ¿quién sabe si le van a separar de él y se quede sola?—. ¿Dirás que sí?
—… —significaría separarse de su madre. Suena algo raro esto. Cree que esto lo hacen con el enorme afán de preparar a los niños desde muy temprano. Sabe que hay niños que tienen quirks que pueden resultar perjudiciales para los demás, más para ellos mismos si piensan en usarlo para malas cosas. Sonaba como una re educación de valores y demás. Esto no estaba aquí. Quizás y solamente quizás, querían ayudarle a entrenar y con eso, podría ser un estudiante recomendado, elevando mucho más sus posibilidades—. No lo sé…
Por un lado quiere tener las cosas algo fácil… pero también, ¿qué sentido tiene tener todo servido en bandeja de plata? No solo eso. Sería pasar menos tiempo con su madre. Lo que él quiere es tener una linda infancia con su madre. También con su padre pero si está ganando dinero en el extranjero para que ellos vivan, no puede decir mucho. Pensó y recordó las palabras del ángel de no tratar de mirar mucho las chances que uno le da para su desarrollo.
Miró a su madre en conflicto por ello.
—¿Qué dices tú, mamá?
—¿Yo?
—Yo… yo no sé si aceptar. Quizás si lo hago, pasaré menos tiempo contigo… y no quiero que estés sola…
—… cariño… —con 6 años de edad, que dijera eso… su hijo siempre sonó con ser un héroe. Pasó de tener un impedimento genético para tener una particularidad a ser un niño con dos quirks. Si fuese el niño tan animado de antes, diría que sí a morir y lloraría para que le deje ir. Pero ahora con poderes, se mostró más sereno, más relajado. Se veía que quería ir pero se preocupaba por ella también. No hay palabras que describan la felicidad que está sintiendo por ello—. …mientras tú seas feliz, yo también lo seré
Ella estiró su brazo para atraer a su hijo hasta ella para besarle la parte superior de la cabeza, jugando luego un poco con sus cabellos. También besó su frente. Sin importar la decisión que llegase a tomar con respecto a esto, estará más que orgullosa y feliz.
Mientras sea por la felicidad de su hijo, hará, tratará, a un lado dichas inseguridades.
