Capítulo 05
¿Qué es lo que haría normalmente un niño de 6 años de edad?
¿Jugar con sus amigos? ¿Tener hermosos recuerdos de descubrir poco a poco muchas cosas de la vida? ¿Cumpleaños? ¿Jugar afuera todo el día? ¿Recibir regalos? ¿Ser recompensado por ser buen niño? ¿Experimentar los primeros castigos por hacer cosas malas? ¿Aprender lo que es bueno y lo que es malo?
¿Qué es lo que hace normalmente un niño de 6 años de edad?
—¿Estás seguro que esto lo tengo que hacer?
—En este caso, es necesario. Solamente quiero comprobar de nuevo si lo que vi aquella tarde fue mera casualidad.
—Pero… ¿está bien? ¿En serio?
—Sí. Repite por favor lo que vi en el departamento.
—… no sé si pueda pero, okey…
¿Qué tan normal puede ser que ahora, un niño de 6 años de edad esté siendo observado por un par de héroes para comprobar aquello que había sucedido en el departamento? ¿Es eso considerado normal? ¿Cómo no pensar que le iban a hacer algo muy malo? ¿Cómo debe tomarse esto en estos momentos?
Miraba a los héroes. Habían unos dos más que los otros dos que acudieron a su hogar. ¿Nombres? No tiene idea alguna cómo se llaman. Está seguro que son héroes que tienen su licencia y nada más, no los conoce. En este mundo es normal no conocer a todos los héroes. Deben de haber miles y miles o tal vez cientos de ellos pero el anime hace mención a unos pocos como los importantes.
Los otros dos héroes estaban frente al niño.
El que estaba pidiéndole que hiciera esto era, en ojos del pequeño Midoriya, una especie de persona pero con muchas partes de robots. Era un cyborg o algo así. Quizás quería analizar la fuerza del empuje de su poder de la Fuerza. Quería ver si era correcto su análisis. Había visto que era una especie de onda sónica a más de 200km/h.
Midoriya no le quedaba otra. Tuvo que hacer esto. Al menos su madre miraba desde atrás de él. Volteó para verle y saludarle a lo que ella también correspondió el saludo.
Se concentró. Mientras más rápido termine esto, mejor. Cerró sus ojos para estar en armonía, en paz mental. No debía pensar nada más que usar el Empuje de la Fuerza. Solamente era eso, nada más. Volvió a abrirlos. Extendió su brazo, abriendo su mano.
Los dos héroes que estaban a unos metros frente a él pudieron sentir de lleno esa enorme onda sónica que su compañero había comentado. Trataron de resistir. Trataron de no ser movidos por tal onda pero fue imposible. Ambos fueron enormemente empujados por el niño de 6 años al punto de haber terminado en el otro extremo de la enorme plataforma que habían arreglado como para probar una simple teoría. No solo eso, también impactaron en ese extremo donde fueron volados. Incluso si usaban sus quirks como para más o menos aligerar ese fuerte choque, no pudieron.
Midoriya quedó otra vez sorprendido, sintiendo que esta vez fue un poco más fuerte que antes. ¿Extraño? Sí, mucho. Tal vez al estar en un lugar más grande podría ser una distancia considerable pero no tiene idea de los Jedis realmente tienen esta clase de poder. ¿La tienen? Puede ser, no lo sabe con certeza.
—… —dicho cyborg analizó esa onda sónica. Cree ahora que no era eso sino una manipulación del aire. Este chico, en un análisis rápido, tiene un quirk que le permite controlar el viento, el aire más que nada. En estimación, fue justamente a 243km/h ese poder suyo. Seguro hay muchos héroes que podrían no tener problemas… pero sigue siendo un buen problema, no solo para ellos mismos sino para los civiles—. ¿Te has contenido? —si decía que sí, sería peor.
—No, no me he contenido —respondía en lo que esos dos héroes que salieron volando se acercaban, sacándose escombros—. ¿Qué tal?
—¿Has dicho que querías ser un héroe?
—Sí.
—¿Por qué?
—… —primero miró a su madre. Ella esta vez no se desmayó. Tenía las manos en su boca, seguro por la enorme sorpresa. Luego miró al cyborg, pestañeando un par de veces y también, pensando qué decirle en concreto—. Sí, creo que me gustaría…
—Esto no es algo de creer o no, joven —fue determinante en esto—. Personas como tú, niños, jóvenes, adultos, con un poder así, no solo podrían usarlo para el bien sino también para el mal. ¿Qué harás tú? ¿Serás un héroe… o serás un villano?
—Seré un héroe —aquí no fue él. Sí, habló y dijo eso pero la rápida respuesta vino por parte del cuerpo. Es decir, todavía parecía quedar la voluntad del verdadero—. Quiero hacer feliz y enorgullecer a mi madre.
—… —esa es una muy buena respuesta, una satisfactoria—. Has elegido bien… y espero que puedas cumplir tu palabra a lo largo de los años.
—… trataré
Es un niño todavía.
No hay mucho más que recriminarle.
Él siente que no deberían de recriminarle. Quizás y haga algunas rabietas y termine haciendo algún que otro caos con este poder aunque la realidad es que no hará nada de eso. Tendrá las rabietas tal vez pero no al punto de usar el Empuje de la Fuerza a tales niveles por, no sé, no comprarle una hamburguesa.
Una vez más, no puede evitar pensar que nada de esto tiene sentido. Suena como que quieren adoctrinar a los niños desde muy pequeños para evitar pensar las cosas malas que pueden hacer… era algo siniestro ahora que lo pensaba… pero, ¿y si esto es por alguna razón en específico? ¿Si era porque ya estaba sucediendo de niños que crecieron y de a poco se hicieron malos?
Quizás era algo que se comenzó pero se descontinuó. No sabe. En el manga o anime no se toca nada de esto. Luego recordó y recordó bien. Desde su venida aquí, ya en el momento que él decidió tener este poder, el poder que tendría un Jedi, ya alteró el tiempo. ¿Qué puede pasar en el futuro? Seguro algunos eventos serán iguales pero con algunos cambios o serán muy distintos o fuera de tiempo.
Pero…
¿Qué le interesa el futuro a un niño de 6 años?
Antes huérfano y ahora con una hermosa mamá, fue hasta ella para decirle que su sueño será y siempre será ser un héroe para hacerla feliz y la madre más orgullosa del mundo… respuesta que generó en su madre que llorase más y más. Sorprendente que no baje de peso con tantas lágrimas que pierde… o se muera… es todo complicado aquí.
—¿Podemos irnos mamá?
—Sí cariño, vamos
—Señora Midoriya —Inko, junto con un Izuku que ya hacía caras, miraron al cyborg—. Cuide de su hijo. Será en el futuro un gran héroe.
—¡Sí! ¡Lo sé!
Ella era la más capacitada no solo de cuidarlo sino de saber que su hijo será algún día un gran héroe.
Semanas después
No hablaremos de nuestro pequeño peli verde sino de alguien más especial… si se puede decir esa palabra sin ser cancelado.
¿Qué era de la vida del pequeño niño de las explosiones?
En estas semanas que habían pasado, todo parecía ser muy normal en su vida. La vida de una persona con un quirk que tiene como destino grandes cosas es lo mejor. Todas sus maestras aseguran que será un excelente héroe. Sus compañeros de clase y sus amigos también creen lo mismo, más también aquellos otros que van a otros salones, sienten que será el más fuerte de todos allí.
Pero, ¿por qué a veces no mostraba un rostro feliz como siempre pone?
Es por Deku.
El mero hecho que se haya ido de la primaria no solo le demostraba que era un cobarde que no sabe afrontar las cosas sino que incluso era un muy mal amigo.
No pensaba que él había hecho algo malo, para nada. Es una buena persona, es un buen niño. Alguien sin talento, porque de verdad que no compra para nada aquello que tenga un quirk, como él debería de estar muy feliz de tenerle como amigo. Le está construyendo la confianza para que tenga para su persona. ¿Cómo puede ser tan malo e irse?
Maldecía en lenguaje de niños. No esperen que escriba las cosas que un niñato de 6 años dice, por favor.
—¿Por qué tan arrugada la cara, hijo? —hablaba Mitsuki mientras iba de la mano con su pequeño, volviendo de la primaria.
—¡Los demás chicos son unos tontos! —exclamó este—. ¡No pueden hacer nada bien!
—¿A qué te refieres?
—¡Les pides que te ayuden en algo y lo hacen todo mal! —iba pateando una piedrita. Pobre la misma. Caminaba junto a su madre, mirando la piedra misma—. ¡No puedo tolerarlo!
—Cariño, no es la gran cosa —en casa preguntará mejor sobre aquello específicamente—. Tampoco tienes que enojarte
—¡Claro que debo! ¡Son unos tontos!
Mitsuki a veces no sabe si reírse o llorar con la actitud de su hijo.
Seguían de camino a casa. Mientras la madre pensaba en las cosas que debe hacer una vez llegada a casa y en cómo hacerle ver a su hijo que no siempre debería enojarse con todos, el pequeño Bakugo dejó a un lado la piedrita. Se frenó junto con su madre debido a que debían cruzar la calle y habían autos pasando, aparte de la señal para los peatones para cruzar estaba en rojo. Levantó su cabeza y miró a los alrededores.
Entonces allí lo vio.
Vio a Deku.
Vio a su amigo, el que le abandonó por no ser un verdadero hombre para aguantar la realidad de las cosas. Por unos instantes, se alegró por volver a verle pese a que odiaba el hecho que no tuviera poder alguno.
—¡De–!
Antes de siquiera terminar de mencionar ese apodo que le había dado, el mismo Deku, el pequeño Midoriya, no solo estaba sonriendo sino que incluso parecía ir de la mano de la madre y de otros dos niños, un niño de pelo negra y una niña… ¿rosa? ¿Era rosa lo que veía? Se sorprendió, no solo eso sino que borró todo rastro de emoción alguna hasta quedar con la boca abierta (algo así :0) por lo que sus ojos veían.
¿Alguien realmente iba a ser amigo de ese perdedor?
Se le veían muy felices cruzando la calle a unos cuantos metros. En su corazón, esperaba que mirase a su lado pero, no sucedió aquello. Lo único que veía era a esos tres muy felices, además de la madre que les miraba y sonreía también.
—¿Hijo? —sintió un tirón. Miró en la dirección de donde sintió dicho tirón. Su madre parecía muy preocupada—. ¿Qué sucede?
—… no sucede nada —contestó rápidamente—. Vamos, vamos a casa rápido…
—Okey, okey, no hace falta tirarme a mí ahora —replicaba ella.
El pequeño Bakugo no sabe cómo sentirse y lo que menos quiere es sentirse mal por alguien como él. Por ende, mejor ir a casa y olvidarse de todo esto.
Días después
Había conseguido nuevos amigos.
De por sí, el salón entero lo era pero más que nada, que tanto Mina como Kirishima sean sus nuevos amigos y estos dos realmente se mostrasen muy felices de serlo también, no sabe si realmente fue una gran fortuna o no. También agradece a su madre por llevarle a un lugar que está a una hora de su casa. Muchas madres no harían algo como esto y ella simplemente es la mejor.
Entre más y más tiempo pasa aquí, siente que lentamente no puede llamar a su vida pasada una vida. Siente que este es su verdadero mundo. Hay algunas cosas de su vida pasada que recordará que fue algunas cosas que experimentó pero, ¿qué más da? Esa vida ya no existe para él. Ahora no tiene problema alguno de llamarse a sí mismo Izuku Midoriya y no Revan, nombre que al parecer, sus antiguos padres que le abandonaron al nacer, fue elegido porque eran fans de Star Wars.
Más allá de esto, hay algunas cosas que más o menos de este mundo le resulta raro y le cuesta adaptarse. Saliendo de eso, por lo demás, ya siente que este es su mundo.
—¿Te ha estado yendo bien en la escuela, hijo?
—Sí mamá —contestaba durante la cena a su madre mientras trataba de comer. Tragó primero lo que tenía en la boca—. Me está yendo demasiado bien…
—… ¿pero…?
—No hay peros —miró a su mamá—. En serio, me va bien —su madre le miraba con algunas dudas—. …mamá…
—Hehe, solamente te miraba, nada más. Es fantástico entonces que te vaya muy bien —no fue una mala elección cambiarle. Parecía irle mejor. Según su maestra, parecía ser un niño muy inteligente, además de ser alguien muy calmo y sereno. Le dijo que debía de ser muy gratificante y orgulloso tener un hijo como él y ella, inflaba su pecho por ello—. Procura comer todo así creces de una manera muy fuerte.
—… —aún con la mente de un adulto, veía el plato de comida. Había carne pero también habían verduras que puede jurar que ama comer… pero al siempre comer con este cuerpo de niño, había un fuerte rechazo en su paladar. Podía tragarlos pero hacía cara de asco—. …¿debo? —miró a su madre—. No me gusta…
—Debes. Te lo ordeno como madre. No puedes vivir a base de carne. No es bueno para tu salud y tampoco crecerás muy bien.
—¡Pero…!
—Vamos…
—… —había un fuerte deseo de su parte utilizar el Empuje de la Fuerza con su mamá. Esas ideas tuvieron que ser borradas de inmediato. Nunca dañaría a esta mujer. Nunca debe ceder ante tales pensamientos oscuros puesto que eso lo llevaría a la perdición por completo. Rompería también lo que había jurado sobre convertirse en un héroe. Lo que haga siendo uno luego puede ser discutible pero de momento, no debe pensar en eso—. …está bien
Volvió a comer sus vegetales a un costado del plato. Entre más los comía, más cara de asco hacía. Lo peor es que estas verduras son las que más le gustaban, zanahorias, lentejas, repollo, un poco de calabaza que no podía faltar. ¿Cómo no podría gustarle ahora? ¿Una zanahoria no le gustaba? Este chico tenía un paladar fino y por mucho.
—¿Has visto que es muy rico? —ella decía, sirviéndole más vegetales—. De esta manera, serás muy fuerte y muy sano.
—…
Temblando, levantó levemente el pulgar, con muchos problemas. No era rico para nada los vegetales. La carne le sabía genial. Su madre le servía más y más y debía comer eso para que, según ella, creciera bien.
Quizás no llegue al siguiente día.
Esa noche
Costó pero, lo logró.
Pudo salir del baño en una sola pieza. Había costado demasiado comer todos esos vegetales y un poco se había sentido mal. Tras un rato, todo salió perfecto. Se lavó los dientes como por 23 minutos para quitarse ese sabor asqueroso. Ya de grande seguro le encantará comer vegetales y muchas cosas más que ahora detesta.
Ya en su cuarto, se subió a su cama. Su madre se despidió de él con un beso en la frente y como siempre le recalca lo mucho que le quiere y que le ama, sumado que también dice que le genera un enorme orgullo que sea como es y que su padre, que mandaba saludos, estaba también muy feliz de su nuevo rendimiento en todos los sentidos posibles.
A solas, salió de su cama para sentarse encima de las mantas de héroes que tenía.
Se relajó, se concentró, tomó postura de meditación y de nuevo trataba de entrenar un poco.
Todas las noches, por al menos un rato, entraba la meditación. La Fuerza, su particularidad, es algo que debe ser practicado y entrenado. Esa Fuerza es algo que se manifiesta de manera natural también pero es muy pequeño como para convencer a su madre de ir a la naturaleza como para buscar fuentes de la misma y hacer su entrenamiento más fácil. Ya de más grande seguro lo hará. También, ya admite que las cosas, mientras medita, son fáciles debido al ángel. No se presentó en estas semanas. Seguro no sucedió nada como para que él aparezca. El caso es que ahora sí tiene un buen control de las cosas cuando levita. Levantaba algunas cosas y luego las colocaba en su lugar.
También podía tomar algunos objetos. De momento, eran pequeños esos objetos. Podía levantar sus figuras de acción apuntando con la palma abierta y moviéndolos de un lado a otro. Era una especie de telequinesis. Eso dirían todos al verlo.
Antes, de extender el brazo y abrir la palma seguro que soltaría el Empuje de la Fuerza y destrozaría su cuarto. No sucedió. Ahora, si es lo suficientemente listo, podrá diferenciar muy bien en cómo usar los poderes de la Fuerza. Usar el mismo para curar es algo que ya domina bastante.
Hasta ahora, desconocía qué tanto podría usar de la Fuerza. No todos los Jedis, cree que ninguno, tenían una gran cantidad de la misma como para poder castear mucho. Él no sabe si también tiene reservas enormes. Esto pensaba antes porque hace unos días, tras comprobar la cantidad que poseía dentro de su cuerpo, se agotó al punto de sentirse débil en todo sentido. Por suerte estaba en la cama y pronto se durmió porque seguro en medio de una pelea sería mortal.
Tras un rato, dejó todo como estaba y se metió nuevamente en la cama.
Miraba al techo, con ambas manos detrás de la cabeza.
Habían tantas cosas para pensar. Todo no iba acorde al anime ni al manga. Depende del lado que mires, es bueno o malo. Aun así, ¿por qué debe seguir todo al pie de la letra? Cerró sus ojos e imaginando qué tantas cosas cambiarán en el futuro con esto que él hace.
—No, mejor no pensaré en ello —se volteó para el lado de la pared mientras se arropaba a sí mismo mucho mejor—. Que le den al futuro
Efectivamente, que el futuro de este mundo donde vive sea totalmente incierto y que el mismo mundo le sorprenda con los efectos mariposas que él ha generado.
Media semana después… es decir 3… o 4 días.
Hoy era un día un tanto especial.
De hecho, para el pequeño Izuku lo eran todos días cuando pasas tiempo con tu madre. Dicho tiempo especial era justamente ir a pasear un poco. Era fin de semana ya, no había clases… por muy obvias razones ¿no?, por lo que Inko decidió llevar a su hijo a dar un paseo por la ciudad, ir a ver algunas cosas, comprarle algo por ser un excelente niño. Sea por aquello de la nueva escuela y de cómo las maestras parecen alabar lo bueno que es así como también aquellos héroes que aseguran que su hijo tiene un excelente futuro en el mundo de los héroes.
¿Por qué no ir a comprarle algo?
—Quiero libros
—¿Libros?
—Sí… ¿es posible?
—…
—¿Pasa algo mamá?
—No, no… es que pensé que ibas a querer cosas de héroes…
—Oh… bueno, supongo que de momento me gustaría leer…
A veces tenía que mirar a su hijo un par de veces.
¿Cómo es que se volvió… tan serio? ¿Era de esta manera? La respuesta es no. Antes de los resultados que llevaron a que no pudiera tener poderes… o eso creía, era el chico más animado del mundo. Recordaba jugar con él y mucho, fingiendo ser una persona en peligro para que él viniera y le rescatara. Eran momentos tan lindos que algunas lágrimas le hacían soltar. Luego pasó lo que tuvo que pasar y su hijo por dos años… parecía ser demasiado diferente… y le generaba tanto dolor haberle visto de esa manera… sentía que era la culpable de todo… pero, ¿ahora? Ahora su hijo volvía a ser el mismo chico animado. Era un tanto diferente pero eso no quitaba el hecho que este hermoso niño era su hijo.
Esperaba que su futuro sea grandioso.
En fin.
Ambos iban de la mano. La multitud que había en el centro era bastante. Todos estaban disfrutando de unos buenos paseos, salieran con sus parejas, sus familias, iban a comprar cosas, algunos trabajaban, otros volvían del trabajo, de todo un poco. Un lugar lleno de vida.
¿Qué puede salir mal?
En este mundo, donde el bien y el mal suelen batallar, todo puede malir sal… hehe, salir mal. Eso es lo que primero sale mal.
Teniendo en cuenta eso, alguna que otra explosión se pueden esperar en una ciudad, en una prefectura, como esta. Las mismas, hablando de explosiones, aparecieron en el fondo, detrás de Inko e Izuku, bien al estilo de las películas cliché… y esto va por ese camino… no tanto… ¿o sí?
Ambos voltearon muy sorprendidos por dichas explosiones al igual que muchas otras personas. Las que no tuvieron suerte, por estar justo en el momento de las explosiones, murieron. Dichas explosiones hicieron que alguna que otra extremidad sumado con algunos órganos de gente que si bien no estaban debajo sino cerca, volaron para todos lados. Esto impactaba mucho más que la gente muerta.
Izuku por unos momentos quedó un tanto impactado por ver esto. Bajar la cabeza y encontrarse con algunas partes de cuerpos humanos no era muy bonito. Los gritos de las demás personas no entraron o hicieron eco en su cabeza. El poder suyo, la Fuerza, le permite estar tranquilo en estos momentos… o eso al menos cree porque el impacto que tuvo esto fue suficiente como para destrozar esa barrera suya generada por su poder.
—… —¿vio bien? ¿Eso era un brazo? No, no. Debe de ser una broma… ¿verdad? Espera, eso que está viendo ahora… a un costado del brazo ese…—. …¿eso es…?
No pregunten cómo diablos tanto un pene como una vagina terminaron volando a sus cercanías, por favor se los pido.
—… oh mierda —volteó a ver a su madre que yacía en el suelo—. Oh no… —se desmayó. Su madre se terminó desmayando por esto—. Teniendo tantas reacciones…
Otra explosión más sonaba de fondo. La gente comenzaba a correr desesperados de allí. De nuevo, los menos afortunados yacían muertos o estaban heridos al punto que faltaba alguna que otra parte del cuerpo. Otros tenían heridas leves, nada del otro mundo pero lo hacían ver como si se estuviesen muriendo.
—Mamá. ¡Mamá! ¡Despierta joder! —le dio leves golpes. Se iba a arrepentir por ello. Estaba tan tenso con la situación debido a su madre. Pensaba que si usaba la Fuerza para hacer que levite y poder llevarla a algún lugar seguro termine ocurriendo de terminar usando el empuje de la misma. Además, estaba muy nervioso. Temblaba mientras hacía lo que pudiera para despertarla—. ¡Mamá maldita sea despierta! ¡Hay que…! —otra explosión ocurrió, un tanto más cerca lo que hizo que con la onda expansiva fuera un poco volado. Tuvo pequeñas heridas, raspones. No eran nada puesto que usó Curar en sí mismo. Estaba como nuevo. No quedaba otra—. ¡Maldita sea mamá! —maldecía a su madre por desmayarse. La tomó debajo de los hombros y lentamente la iba llevando lejos. Es peor a sabiendas que los gritos y explosiones no parecen despertarla para nada. Luego pensó mejor en lo que le arrastraba, abriendo sus ojos—. Claro, eso podría… —trató de hacer algo muy extraño. Usó la Fuerza para recubrir la palma de su mano para ver si apoyándola en el cuerpo de ella podría generar un impulso nervioso en su sistema que le permita despertar—. …vamos, vamos, vamos, vamos… —puso la mano en el pecho de esta y tras una leve descarga, esta parecía lentamente moverse. Había funcionado—. …¡Sí maldita sea!
—…
—Mamá, ¡mamá! ¡Vamos, despierta! ¡Tenemos que irnos!
—¿Eh? —ella no sabe lo que estaba sucediendo. Al mirar entonces a la gente correr, la gente muerta, las extremidades y el centro que parecía estar siendo destrozando como si nada, abrió sus ojos del susto, mirando a su hijo con ojos llenos de temor—. ¡Hijo! —se levantó rápidamente en lo que lo cargó como si nada—. ¡Hay que correr!
Izuku encontró algo de calma ahora que su madre parece recobrar sentido alguno pero nunca pensó que le iba a cargar y salir corriendo en brazos de su madre.
Todos se iban de la escena, no querían saber nada.
¿Otros?
Se quedaron allí para esperar la llegada de los héroes que como héroes que son, aparecieron justo a tiempo. Dichas explosiones se debían a que ellos estaban combatiendo con los villanos causantes la explosión que conllevó a que hubiera gente muerta, fatalmente herida, heridos, etc. Pero la llegaba más importante fue de uno que descendía de los cielos, con una gran sonrisa en su rostro y una mirada llena de vida.
—¡No teman queridos ciudadanos! —dijo con su tono de voz tan característica. Aterrizó en el suelo con las manos en su cintura, tronándose el cuello. La gente que le había visto llegar, descender y soltar aquella primera frase, junto con otros héroes que estaban de patrulla y estaban combatiendo los villanos de turno, sonreían muy esperanzados—. ¡Porque All Might ya está aquí para salvar el día!
