Me dio tiempo, por fin, este sábado para escribir algo.
El Dulce Aroma
Después de aquel día, Lynn desechó cualquier pensamiento de reunir de nuevo a la familia.
Para las chicas no fue desapercibido que su padre nuevamente estaba como ajeno a todo. Aunque no bebía ni pasaba las horas en el sillón como al inicio de todo, si se le notaba completamente abstraído.
Lynn buscó enfocarse en el restaurante que seguía con buena racha. La entrada de dinero fluía y pronto tendría que conseguir un ayudante.
Colocó seguro a su habitación frenando así las visitas de Luan, aunque ya su cabeza no le daba para ponerle nombre a lo que hubiese sucedido. Simplemente colocó todos esos hechos en el lugar mas lejano de su mente; en ese que envolvemos en el "no ocurrió".
Lori fue la primera en abordarlo para preguntarle su seriedad, pero él, con simpleza, contestó que estaba ocupado con los deberes de la casa y el proceso de divorcio. Luna aun creía que seguía muy molesto con ellas por, entre otras cosas, haber desecho a la familia. Siguiendo el ejemplo de Luan había querido ir a visitar a su padre una noche, solo para encontrarse con la habitación cerrada.
Con ayuda de las lenguas de doble filo, Lynn se había enterado, semanas después, de que aquel hombre visitaba la casa de Rita cada vez con mayor frecuencia y fue cuando, por fin, le mandó un mensaje con la llana petición que en su cabeza sonó a exigencia y en su autoestima se sintió como fuerza.
"Dame a las niñas"
Pero la respuesta fue tan tajante como inconscientemente esperaba.
"El hecho de que esté con alguien no significa que no ame a mis hijas, ni que las descuide ni mucho menos. Mis niños se quedan conmigo."
En la furia que sintió escribió demás y eso también, al final como todo clímax, lo dejó más agotado que antes.
"Hay un extraño cerca de ellas. Te demandaré y sabes que puedo ganar, Rita."
"No seas ridículo, Lynn. Deja de hostigarme, en serio, o quien se va a quedar sin nada serás tú. De sobra sabes que mi padre conoce a abogados de renombre."
"Si ese hombre toca a mis niños, te mato. Te juro que te mato a ti y a él."
"Te tengo en captura de pantalla, Lynn. Prepárate para perderlo todo. Solo te aviso."
Luego el celular fue destruido, luego el golpe a la pared hasta sangrar.
-¿Puedo dormir contigo esta noche?- Escuchó a sus espaldas mientras lavaba los trastes.
-Ya estás grande, Luan.- Fue la respuesta monótona de aquella noche después de la cena. Luego sintió que lo tomaban de la camisa. Se giró.
Para su sorpresa, se trataba de Luna, cabizbaja y con los labios apretados.
-A Luan si la dejas.-
El hombre acarició el cabello castaño oscuro de su hija. "La niña de las 132 pecas", su "tesoro musical" como le decía cuando era pequeña.
-A ver, Luna, yo no deje a Luan dormir conmigo; ella se escabulló y actualmente tiene prohibido hacerlo. Pero lo que realmente me sorprende es ¿por qué quieres tú dormir conmigo?
-Es que, yo...siento muy feo aquí, papá.- Dijo Luna tocándose el pecho.- Yo siento que todo esto, es culpa mía de alguna manera y la verdad es que se siente feo.
Lynn abrazó a su hija quien le devolvió el gestó pegándose a él. -No hay culpables, Luna.- Expresó fastidiado, ya que comenzaba a cansarse de contenerse de despotricar contra su exesposa.
-No debimos hacerlo...-
-Es verdad, no debieron, pero no fue solo eso la causa y ya lo sabes. Tu madre ya...ya no quería estar aquí.
-Es una perra...-
-Luna...-
-La odio.- Expresó apretando los dientes y abrazando con más fuerza a su padre.
El hombre la separó tomándola de los hombros, buscaba mirarla fijamente, pero aquella solo miraba a un lado con la vista humedecida.
-No te expreses así, amor. Eres mejor que eso.
- ¿Por qué se fue?, está con un pendejo en vez de poder estar contigo...con nosotros...- Luna se volvió a pegar a su padre tallando su rostro en él.
-Se va a arrepentir. Hay cosas que no tienen precio y las cambió. Pero no desvíes el tema, no dormirás conmigo, jovencita.
-¿Luna va a dormir con papá?- Exclamó de pronto Leni que venía entrando a la cocina.- En ese caso yo también quiero.
-De hecho, Leni...-
-¿Por qué hay tanta gente en la cocina?- Preguntó Lori entrando.
-Papá va a hacer una pijamada.- Contestó Leni con una enorme sonrisa.
-En ese caso, me apunto.- Dijo Lori sonriendo a su padre.
-No, no, no, a ver.- Dijo Lynn separando a Luna quien volteó a ver a sus hermanas con enojo.
-Tenían que venir de metiches.- Dijo.
-No, nadie va a dormir conmigo.
-Pero a Luan si la dejas.- Dijo Leni.
-Yo...¡ush!, ¡Luan! ¡baja un momento!
Ni tres segundos pasaron cuando la joven estaba en la cocina.
-¿Hay reunión? ¿Pasó algo?
-Papá va a hacer una pijamada.- Dijo Leni sonriendo.
-¡En serio! Yo pido dormir de su lado.
-No, a ver, atención todas.
-¿Qué pasa? ¿Por qué el escándalo?- Preguntó Lynn Jr. entrando a la cocina.
-Papá va a hacer una...-
-No voy a hacer ninguna pijamada.- Exclamó Lynn.- Luan, repítele a tus hermanas que fue lo que te dije acerca de escabullirse a mi cuarto.
-Que lo tengo prohibido y que ya estoy grande para eso. – Respondió fastidiada.
-Así es. Miren, agradezco que se preocupen por mi y me hace muy feliz que quieran pasar tiempo conmigo, pero, necesito descansar bien para rendir cada día.
Lori, tu das codazos, Leni, pateas, Luna, te giras toda la noche, Luan, me arrastras a la orilla pegándote y Lynn, tu, roncas. Así que nadie duerme conmigo, ¿estamos?
Todas, excepto Luna, asintieron.
Mas tarde, dando la 12 de la noche con 17 minutos, Lynn padre escuchó que alguien tocaba la puerta de su cuarto. Se levantó con la idea de que tendría que lidiar con Luan, pero al abrir, se encontró con Luna quien, le abrazó de súbito.
-Solo por hoy, por favor.- Susurró. Y el hombre no tuvo fuerza para sacarla.
A diferencia de Luan que se le pegaba como una estampilla, Luna solo se apoderó de su brazo y se acurrucó en su hombro. Respiraba con lentitud.
En la penumbra le volvió a pedir perdón a su padre por haber participado en el engaño y Lynn le reitero que él las ya las había perdonado y que ya no se hablara más de eso. Ella solo respondió abrazándole con más fuerza.
-Quisiera que todo fuera como antes.- Dijo.
-Yo también amor, pero eso ya no será, así que tenemos que hacernos nuestro propio hogar nuevo.
-Faltan mis hermanos pequeños.
-Ya veré como me los traigo, cariño. Tu preocúpate por tus estudios, por tu música y por tus sueños.
-Eres el mejor, dude. Te amo mucho.- Se escuchó suavemente antes de que ambos quedaran dormidos.
Afuera de la habitación y con mucho coraje, estaba Luan.
A la mañana siguiente, Luna despertó a su padre con un beso en la mejilla.
-Buenos días, dude.- Le dijo con una sonrisa.- Gracias por dejarme dormir aquí, papá, sé que no querías, pero yo...
-No hay de que, Luna. -Dijo acariciando su cabeza.- Mira, a mí me encanta que me acompañen, pero ya están grandes y no deben tener tanto apego a mí. Así que no te acostumbres.
-No te preocupes, no soy como Luan.- Le dijo sonriendo, Lynn hizo un gesto.
-Bueno, ya, hay que levantarse.- Dijo sacándose el tema.
Luna se levantó, volvió a besar la mejilla de su padre y con ánimo se dirigió a su habitación. Sin embargo, apenas entró se encontró de frente con Luan mirándole con recelo.
-Te le fuiste a meter.
Luna cerró la puerta y pasó de largo dirigiéndose a su cajón de ropa. -Tú eres la menos indicada para decirme algo. Además, de verdad necesitaba pasar tiempo con papá; no como tú que solo quieres estar encima de él.
-Es por que lo amo mucho. Más que cualquiera de ustedes. No te le vuelvas a meter.- Enfatizó esto último.
Luna se detuvo de buscar ropa, volteó a ver a Luan con mucha seriedad.
-Dime Luan, las veces que te dije que te habías ido a "tocar" al baño, en realidad, ¿estabas con papá?
A Luan se le fue el color y un susto de muerte se le subió a la garganta.
-De que... ¿Qué...estás insinuando, Luna?
-No lo sé, tú dime.
Luan la miró con furia mientras le decía entre dientes -Estás enferma. Para empezar, eso de que me toco en el baño te lo inventaste.-
-No juegues, Luan, si hay algo que se identifica en esta casa, es el olor a mujer. A mi no me engañas.
-Enferma.-
-No, la que está rara eres tú. Así que dime, te escuchó. ¿Qué pasó?
-No pasó nada, estás loca.
-¿Él te tocó?
Luan se acercó de golpe y tomó a Luna del cuello. – No te atrevas a insinuar que él me hizo algo.
-Sé que no, él es un gran hombre. Pero, por eso, dime ¿qué pasó?
-No pasó nada.- Dijo por fin Luan dándole la espalda a su hermana dispuesta a salir de la habitación.
-Si no me dices, voy a involucrar a Lori.
-¿Así? ¿Y que le vas a decir?
Luna se acercó a su hermana y le pico el pecho con el dedo índice.
-Que volviste del cuarto de papá en la madrugada, oliendo a sexo.-
Un avance de algo por fin. Si leíste, gracias por ello.
Espero poder actualizar algo próximamente.
Saludos y bonito fin de semana.
Lobo Hibiky
