Jane no podía creer lo que estaba viendo, su prima estaba sola en una habitación besándose apasionadamente con el Sr. Darcy. En ese momento, se acordó que John Lucas había dicho que a Darcy le gustaban las mujeres de poca moral. Jamás se imaginó que Elizabeth fuera una de ellas, pero la evidencia estaba ante sus ojos. En ese momento todo tuvo sentido.
La experiencia muestra que la gente cuando está muy enojada, por lo general no actúa, ni habla en forma sensata, y Jane Bennet no fue una excepción.
Con rabia increpó a la pareja, que no se había percatado de su presencia, "Nunca imagine que fueras una mujer de tan baja moral." hizo una pausa, y con desprecio continuo, "John Lucas tenía razón, a usted Sr. Darcy no le gustan las damas, sino que prefiere las mujeres 'fáciles'."
Antes de que Darcy reaccionara a semejante ataque, el Sr. Thompson que había escuchado a Jane, entró a la habitación, y con completo desprecio le respondió, "Srta. Bennet, probablemente usted desconoce qué después de varios meses de arduo cortejo y, además, proponerle matrimonio dos veces, el Sr. Darcy logró que mi nieta finalmente aceptara casarse con él." hizo una pausa y continuo, "Desde que están comprometidos, todos los días que viene a verla, y sabiendo que están profundamente enamorados, les otorgó sólo cinco minutos por reloj, para que puedan hablar y saludarse en privado. Además, en particular hoy el Sr. Darcy vino exclusivamente a darle el anillo de compromiso que él mismo diseñó, y mandó hacer para Elizabeth" Por último, agregó, "Dado que ha insultado a mi nieta en mi propia casa, quiero que enseguida empaque sus cosas, ya que un carruaje la va a llevar a Lambton. No quiero volver a verla en Sandstone. Además, le advierto que, si la escucho hablar nuevamente sobre mi nieta, habrá consecuencias."
Darcy que estaba furioso con los insultos de Jane, le respondió con desprecio, "Si fueras un caballero, te retaría a duelo por insultar a la mujer que amo y mi honor. Pero como eres una mujer, me voy a limitar a decir que cierres la boca y pienses un poco más antes de hablar. Si escucho nuevamente que cuestionas la moral mía o la de Elizabeth, te prometo que vas a arrepentirte."
Elizabeth no dijo nada, solo se limitó a mirar a su prima con una mezcla de enojo y tristeza.
Humillada, Jane se fue corriendo a buscar su equipaje y en unos pocos minutos se marchó. Durante el viaje de dos horas de regreso a la posada, tuvo tiempo de meditar sobre lo que había pasado. Se había comportado como una tonta, y lo peor era que se había equivocado en todo.
Sus tíos se sorprendieron al verla llegar dos días antes de lo previsto, y se preocuparon porque se notaba que había estado llorando.
Horas más tarde, le contó a su tía todo lo que había pasado. De más está decir, que la Sra. Gardiner quedó muy decepcionada con su sobrina.
"Jane, tu conoces a tu prima desde que eran pequeñas. Solía ser tu mejor amiga, ¿por qué pensaste tan mal de ella? ¿Por qué la insultaste de esa manera, y en su propia casa donde eras una invitada?"
Jane con vergüenza confesó, "La verdad es que estoy celosa y envidiosa de ella. Durante muchos años, no me importaba que Elizabeth tocara tan bien el piano, hablara idiomas, pintara y tuviera una buena educación; pero todo cambió cuando conocí al Sr. Darcy." Se secó las lágrimas y continuo, "El Sr. Darcy alababa a Elizabeth cuando tocaba el piano, hablaban de libros que nunca leí, y de otros temas que no sé, y no podía participar en la conversación. El Sr. Darcy se interesó primero en mí, y por varios días me prestó atención solo a mí, pero cuando conoció a Elizabeth, perdió el interés en mí. Me sentía celosa, envidiosa y con rabia que el caballero más guapo y rico que he conocido, la prefiriera a ella y no a mí. Me he preguntado una y mil veces que tiene ella de especial que no tenga yo. Yo soy más bonita, sonrío siempre, escucho atentamente cuando me hablan, y nunca discuto con los caballeros. ¿Por qué el Sr. Darcy, y otros caballeros como ser John Lucas, la prefieren a ella?... Al insultarla y pensar mal de ella, por un momento me sentí feliz. Sentí que, si ella fuese una mujer inmoral, no sería superior a mí."
La señora Gardiner la abrazó, y por último le preguntó, "Jane, recuerdo que en varias ocasiones el abuelo de Elizabeth te invitó a Londres para que estudiaras. Incluso si tu querías, estoy segura que tu padre te hubiese pagado el maestro que quisieras, o Elizabeth te habría enseñado. Recuerdo que ella, le enseñó a Mary a tocar el piano, e incluso la ayudaba a aprender francés. ¿Por qué no aprovecharte todas las oportunidades que tuviste?"
"Mi madre siempre me dijo que como era hermosa, no necesitaba aprender a tocar el piano ni hablar idiomas. Que mi destino iba a ser casarme con un caballero muy rico o incluso con un conde. La verdad es que, sin darme cuenta, he sido toda mi vida muy vanidosa por mi belleza, y no me esforcé demasiado por aprender. Me he equivocado tanta tía, y siento que ya es muy tarde. En poco tiempo voy a ser considerada una solterona."
La Sra. Gardiner se quedó conversando con Jane hasta las primeras horas de la mañana. Esperaba que su sobrina de esta experiencia aprendiera una valiosa lección, y se diera cuenta que sus padres, y en especial su madre, estaba muy equivocada.
