Nota: Nos estamos ya acercando al final. Solo queda el Epilogo. De todas las historias que he escrito esta ha sido la que mas me ha gustado. La historia va a quedar publicada en español hasta los primeros días de julio, luego la voy a borrar para poder publicarla en ingles.

Setiembre 1812

Un mes antes de la boda, comenzaron a enviar las invitaciones. La primera discusión que tuvieron fue si debían o no invitar a los Stevens. Al final, Lizzy prevaleció alegando que su amigo John Lucas en pocos días se iba a casar con Marianne Stevens, y quería invitar a los Lucas a la boda. A los Bennet también les mandó una invitación, pero debido a la gran distancia que había entre Pemberley y Longbourn dijeron que no iban a poder asistir.

Pese al apoyo de Lady Maria, los Matlock al principio se mostraron desilusionados de que Darcy se casara con una joven que no fuera de los primeros círculos de Londres. Sumado a ello, Lady Matlock era muy amiga de la madre de Lady Isabella, y por lo que sabía, la joven se había hecho ilusiones de ser la futura Sra. Darcy. Al final, Lord y Lady Matlock optaron por aceptar a la Srta. Bennet como sobrina y promocionarla en Londres en la próxima temporada. Además, reconocían que Elizabeth era muy bonita e inteligente, además de que tenía una excelente dote. Esto último, en particular, fue lo que Lady Matlock se encargó de divulgar entre sus conocidas de la alta sociedad.

El coronel Fitzwilliam, que había tenido la oportunidad de conocer un poco más a Elizabeth que sus padres, apoyaba la decisión de Darcy incondicionalmente. Incluso había bromeado en más de una ocasión con su primo, que si hubiese sabido que la Srta. Bennet tenía una dote tan abultada, habría estado interesado en casarse con ella. Si bien sabía que era una broma de su primo, Darcy siempre iba a agradecer al el Sr. Thompson que convenció a Elizabeth de no divulgar que tenía una dote de £50.000.

Como era de esperar, Lady Catherine, no contestó a la invitación de la boda. Pero discretamente, Anne mandó una carta felicitando genuinamente a Darcy y a Elizabeth.

Al fin, el ansiado día llegó, y un grupo de unas cincuenta personas se congregó en la iglesia de Pemberley para presenciar la boda de Elizabeth Bennet con Fitzwilliam Darcy.

Al sonar la música del órgano, el Sr. Thompson, con lágrimas en los ojos, entró del brazo con su adorada nieta a la iglesia. Elizabeth estaba radiante con un vestido nuevo color perla y un hermoso aplique de flores y perlas en el pelo, mientras que Darcy tenía un traje azul oscuro que resaltaba el color de sus ojos.

Al ver entrar a su novia, Darcy se emocionó inmensamente. Nunca había visto a su Elizabeth tan hermosa y sonriente. Al fin, su abuelo con una leve inclinación de cabeza, besó la frente de Elizabeth y puso la mano de ella sobre la de Darcy.

Era claro para el párroco que ofició la ceremonia, y para todos los presentes, que ese era un matrimonio por amor. Dijeron sus votos con convicción y sentimientos, e incluso a los dos les tembló la voz por la emoción.

Los Bingley, que acababan de mudarse a unas escasas treinta millas de Pemberley, fueron los testigos de la boda. Georgiana, que estaba muy feliz de que Lizzy fuera su hermana, ese mismo día les contó con mucha alegría la muy buena noticia que en menos de cinco meses iba a tener un bebe.

Caroline Bingley, felicitó a Darcy y a Elizabeth casi con indiferencia. Había conocido hacía unos meses a Sir Tobias, que recientemente había heredado el título de Barón junto con muchas deudas. El suyo iba a ser un matrimonio por conveniencia, Sir Tobias necesitaba 20.000 libras, y a cambio Caroline iba a ser Lady.

Los novios se fueron a pasar tres semanas a la región de Los Lagos, en lo que sería un viaje totalmente inolvidable para los dos.