Aclaraciones: Los personajes pertenecen a la maravillosa mente de Rumiko Takahashi, yo los utilizo para mis fines perversos.

Esta historia tiene contenido adulto, lee bajo tu propio criterio.

Disfruta la lectura.

"Una pequeña muerte placentera tocando tu piel"

Habitación temática

Capítulo 2: Habitación Jungla

Entro curioso a la habitación intentando comprender de que trataba, Kagome cerró la puerta tras él quedándose quieta allí. Él observó unas lianas colgando desde el techo como adorno, las paredes eran verde intenso con cuadros de bosques, sus ojos llegaron a la amplia cama que se encontraba al interior de una cárcel, barrotes de fierro pintados de café rodeando la cama del mismo color de las paredes. En un extremo de la habitación cerca de la ventana redonda, había una bañera más grande que la que había en casa de Kagome, con extrañas manillas en su interior.

InuYasha se giró para mirar a Kagome que seguía en su lugar con una semi sonrisa.

-¿Qué tipo de habitación elegiste?

-Jungla-Contestó acercándose a él para abrazarlo desde atrás, acariciando su tonificado vientre sobre la ropa-Pensé que primero te sentirías más cómodo en una así.

-¿Simula el bosque?-Preguntó respirando pesadamente cuando ella descaradamente introdujo la mano en su parte inferior directo a acariciar su pene-Kagome…-Soltó en un intento de amenaza que se perdió en un suspiro.

-Déjame complacerte ahora a ti-Susurró, se mantuvo tocándolo en esa posición un momento, escuchando como la respiración del hanyou se volvía cada vez más descontrolada, le complacía tener ese efecto en él.

Le gustaba saberse amada y deseada por él, adoraba amanecer a su lado y que fuese lo primero que sus ojos veían, aquel ámbar que calentaba su corazón.

Kagome se separó levemente para tomar la mano de InuYasha y guiarlo hasta la cama, abrió la puerta de la reja de lo que simulaba una cárcel, él le permitió tener el control, le encantaba cuando Kagome tomaba la iniciativa y lo ayudaba a explorar nuevas formas de sentir, tocar y amar.

Kagome lo hizo recostarse en la cama, le retiró la ropa inferior con habilidad y él se dejó hacer sin reclamos, expectante, ella acomodó sus piernas a cada costado de las rodillas de él, inclinó su tronco y besó los muslos masculinos suavemente. Él intentó alcanzar su cabeza, pero Kagome lo detuvo agarrando firmemente sus muñecas.

-Es mi turno-Dijo mirándolo directo a los ojos, él percibió su deseo y sintió como su miembro respondía con un tirón ante lo caliente que le hacían sentir sus palabras.

-Solo esta vez-Ronroneo descansando la cabeza en la almohada, aflojando sus manos sobre la cama. La escuchó sonreír. Ella lo había acariciado con su boca muchas veces, paradójicamente siempre se sentía como si fuera la primera vez que descubría algo tan delicioso como eso.

Ella siguió en su camino de besos lentos por sus muslos hasta llegar a sus testículos, sopló suavemente admirando como se contraían en respuesta, el suspiro de InuYasha delataba que le había gustado así que lo repitió, luego, con sus manos comenzó a acariciarlos con los pulgares, lentamente, su miembro erguido comenzó a botar un líquido transparente, ella se saboreó inconscientemente los labios. InuYasha enderezó la cabeza para verla justo en el momento en que abría la boca para introducírselo.

-Oh…-El cielo debía parecerse a eso en ese momento, Kagome se introdujo toda la longitud de un solo movimiento, sin dejar de acariciar sus testículos, se quedó muy quieta solo moviendo la lengua, palpando la rigidez caliente y su sabor.

Lentamente subió, lo buscó con la mirada, quería ver su rostro de placer, quería que la observara mientras lo hacía vibrar.

Él obedientemente le sostuvo la mirada, aferrando sus manos a las sabanas para evitar agarrarle la cabeza y apresurar los movimientos.

Kagome chupó de arriba hacia abajo, llevó las manos a la base para acompañar la succión masturbándolo a la vez. Lo escuchó decir palabras incoherentes mientras ella aumentaba el ritmo, su respiración agitada le advirtió que quedaba poco. InuYasha no aguantó más y enredo sus dedos entre el denso cabello negro, presionando, ella se lo permitió aumentando el ritmo, lo sintió tensarse antes de venirse dentro de su boca con un gemido ronco que la hizo estremecer de placer.

-Maldita sea, Kagome-Logró decir, llevándose el dorso de la mano a su frente, sintiendo cada parte de su cuerpo temblorosa por esa pequeña muerte en la boca de ella. Kagome se enderezó, sentándose sobre él para besarlo, verla a los labios con rastro de su líquido solo logró endurecerlo otra vez.

Kagome como si adivinara su pensamiento, con una mano llevó el pene sobre su entrada para primero moverlo lento dejando que solo sus pieles se tocaran, por la humedad era fácil deslizarlo y se sentía placenteramente sensible. Se mantuvo así hasta que decidió introducirlo en su interior, de un movimiento, hasta el fondo.

Dejó salir el aire de sus pulmones, sintiéndose llena por él. Lo vio llevar las manos a sus senos apretándolos suavemente.

-Deliciosa-Le dijo cuándo la atrajo hacia él para besarla en la boca, lo que generó que Kagome se inclinara sobre él completamente, InuYasha ubicó sus manos en cada cadera y se empezó a mover rápidamente, Kagome sintió las olas de placer embargarla, su clítoris se frotaba con parte de la pelvis de él, sentirlo entrar de ese modo solo hacía que se perdiera más en el mar de sensaciones que solo él sabía proporcionarle.

-Te amo- Exclamó besándole el cuello cuando lo sintió clavarse en un nuevo ritmo que la hizo gemir fuertemente.

-¡Dilo otra vez!-Le exigió, apretando su trasero, enterrando sus garras levemente, empezando a sentir el climax acercarse, aumentó nuevamente el vaivén, desesperado por tener todo de ella.

-¡Te amo!-Gritó Kagome cuando el nudo en su vientre se desató expandiéndose en ondas intensas, contrayendo sus músculos apretándolo en su interior-Mío…-Murmuro dejándose llevar.

-Si…-Pudo decir, liberándose dentro de ella acompañándola en el orgasmo.

No podía existir el cielo si no era ese.

El cielo estaba donde estuviera Kagome, fueron sus pensamientos que probablemente jamás sería capaz de decirle, pero lo sentía desde el fondo de su corazón, la gran certeza de su vida.

-Kagome-La abrazó aun sin salir de su interior, ella descansó totalmente su cuerpo en él, siendo cobijada por esos fuertes brazos que siempre la habían protegido de todo. No había mejor lugar para ella que allí, en ese momento, con él. Siempre con él.

-Te amo-Dijo una vez más antes de cerrar los ojos, durmiéndose.

-Te amo-Murmuró él, saliéndose suavemente de su interior pero manteniéndola abrazada para no despertarla.

Continuará…

Gracias por los reviews, en el siguiente capítulo probaran el jacuzzi, jiji.

Un abrazo, linda semana