HARRY POTTER LE PERTENECE A JK ROWLING
Harry Potter, los personajes y todo lo de negrita le pertenecen a
J. K. ROWLING.
NOTA IMPORTANTE:
Hola chicos, lamento informarles que el próximo capitulo tardara al menos una semana en salir, pues entro a exámenes finales, y uno de mis profesores a pedido tanto que me esperan muchas noches sin dormir.
lamento no estar contestando sus comentarios, pero por alguna razón no puedo verlos, se que me están escribiendo porque el numero de mensajes aumenta, pero simplemente no se ven, así que si quieren preguntarme algo háganlo por mensaje privado.
Espero que les guste el capitulo, por favor voten y comenten que les pareció.
Dora, querida, ven aquí_ dijo Ted_ creo que ya incomodaste demasiado a Remus_ añadió, su hija había estado recostada contra Remus todo el capítulo anterior.
A Remus no le molesta_ dijo Tonks sin ganas de separarse.
No incomoda_ aseguró Remus.
Remus ya dijo que no le incomoda_ dijo Andrómeda antes que su esposo refutara_ deja a la niña en paz_ añadió dándole una mirada de advertencia a Ted.
Quién quiere leer ahora_ preguntó el director.
Lo haré_ dijo Bill, recibiendo el libro.
La Suma Inquisidora de Hogwarts_ leyó, haciendo que todos gimieran.
Aquí las cosas se pusieron insoportables_ dijo Minerva, todos los maestros asintieron.
Creyeron que a la mañana siguiente tendrían que repasar El Profeta de Hermione de arriba abajo para encontrar el artículo que Percy mencionaba en su carta. Sin embargo, cuando la lechuza que se lo había llevado acababa de levantar el vuelo desde la jarra de leche, Hermione soltó un grito ahogado y puso el periódico sobre la mesa para enseñar a sus amigos una gran fotografía de Dolores Umbridge que lucía una amplia sonrisa en los labios y pestañeaba lentamente bajo el siguiente titular:
Pobre del que tuvo que fotografiarla_ murmuró un primer año, sonrojándose cuando todos voltearon a verlo, divertidos.
Recuerdo ese titular_ dijo Andrómeda_ no me pareció necesario lo que hicieron.
No lo era_ dijo Flitwick apretando los dientes.
EL MINISTERIO EMPRENDE LA REFORMA EDUCATIVA Y NOMBRA A DOLORES UMBRIDGE PRIMERA SUMA INQUISIDORA —¿La profesora Umbridge «Suma Inquisidora»? —repitió Harry, desconcertado. La tostada que estaba comiendo se le cayó de los dedos—. ¿Qué significa eso?
Ojalá no tuvieras respuesta a eso_ dijo Neville con una mueca.
Lo único que hace es estorbar_ dijo Sproud.
No es cierto_ espetó Umbridge_ estaba verificando la calidad de la educación, evidentemente fue decepcionante_ añadió haciendo que todos rodaran los ojos.
Hermione leyó en voz alta: Anoche el Ministerio de Magia tomó una decisión inesperada y aprobó una nueva ley con la que alcanzará un nivel de control sin precedentes sobre el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Y así ha sido_ asintió Umbridge.
Lo que la haga sentir mejor_ dijo Harry intercambiando sonrisas con sus compañeros.
A qué se deben esas sonrisitas_ preguntó Gerald, levantando una ceja.
Verán_ respondieron los del ED demasiado inocentemente.
«Hace tiempo que el ministro está preocupado por los sucesos ocurridos en Hogwarts —explicó el asistente del ministro, Percy Weasley—.
Ahí sales_ dijo Alicia.
Desearía que no_ suspiró Percy.
Y el paso que acaba de dar ha sido la respuesta a la preocupación manifestada por muchos padres angustiados respecto a la orientación que está tomando el colegio, una orientación con la que no están de acuerdo.»
Creo saber quienes eran esos padres "angustiados" _ dijo Augusta rodando los ojos.
No eran solo los que está pensando_ aseguró Percy_ realmente muchos estaban angustiados.
Con todo lo que ha salido en el profeta, era de esperarse_ dijo Albus, varios asintieron.
No es la primera vez en las últimas semanas que el ministro, Cornelius Fudge, utiliza nuevas leyes para introducir mejoras en el colegio de magos. Recientemente, el 30 de agosto, se aprobó el Decreto de Enseñanza n.° 22 para asegurar que, en caso de que el actual director no pudiera nombrar a un candidato para un puesto docente, el Ministerio tuviera derecho a elegir a la persona apropiada.
Qué_ preguntó Fudge cuando todos los padres voltearon a verlo.
qué va a pasar con ese decreto ministro_ preguntó Molly.
Se eliminará_ contestó Fudge reprimiendo un suspiro, no quería volver a ser culpado por lo que un maestro haga en la escuela.
«Así fue como Dolores Umbridge ocupó su actual puesto como profesora en Hogwarts —explicó Weasley anoche—. Dumbledore no encontró a nadie para impartir la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras… y por eso el ministro nombró a Dolores Umbridge, lo que ha constituido, por supuesto, un éxito inmediato…»
Percy se sonrojó cuando todos voltearon a mirarlo como si fuera idiota.
Oh, déjenlo_ dijo Alicia_ él no tenía idea de lo que ella enseñaba, solo escuchó las mentiras del ministro_ añadió, recibiendo una sonrisa de Percy.
—¿Que ha sido QUÉ? —saltó Harry.
Un éxito, Harry_ dijo Sirius muy despacio.
Cállate_ dijo Harry mirándolo mal, recibiendo una sonrisa.
—Espera, aún hay más —dijo Hermione, apesadumbrada. «… por supuesto, un éxito inmediato porque ha revolucionado por completo el sistema de enseñanza de dicha asignatura y porque así proporciona al ministro información de primera mano sobre lo que está pasando en Hogwarts.»
Claro que la ha revolucionado_ dijo Hermione_ aun no han escuchado sus demás clases_ añadió arrugando la nariz.
No creo querer escucharlas_ dijo Moody.
Son adecuadas_ dijo Umbridge, mirando mal a los alumnos cuando bufaron.
El Ministerio ha formalizado esta última función con la aprobación del Decreto de Enseñanza n.° 23, que crea el nuevo cargo de Sumo Inquisidor de Hogwarts.
También se eliminará_ aseguró Fudge ante las miradas furiosas de los docentes.
«De este modo se inicia una emocionante nueva fase del plan del ministro para poner remedio a lo que algunos llaman el "descenso de nivel" de Hogwarts —explicó Weasley—. El Inquisidor tendrá poderes para supervisar a sus colegas y asegurarse de que su trabajo alcance el nivel requerido.
No entiendo como estuviste de acuerdo Weasley_ dijo Minerva_ realmente te parece que alguien sin instrucción docente es la indicada para evaluarnos_ levantó una ceja.
Creo que no lo pensé bien_ murmuró Percy.
Crees_ preguntó Charlie.
El ministro ha ofrecido este cargo a la profesora Umbridge, además del puesto docente, y estamos encantados de anunciar que ella lo ha aceptado.» Las nuevas medidas adoptadas por el Ministerio han recibido el entusiasta apoyo de los padres de los alumnos de Hogwarts.
No de mi_ dijo Augusta.
Sin de mi_ dijo Molly.
Naife inteligente te podría apoyarlo_ murmuró Amelia.
«Estoy mucho más tranquilo desde que sé que Dumbledore estará sometido a una evaluación justa y objetiva —declaró el señor Lucius Malfoy, de 41 años, en su mansión de Wiltshire—.
Por qué todos sabemos que le encanta la justicia_ dijo Sirius poniendo los ojos en blanco.
Me pregunto si sabrá como se lleva la materia_ dijo Remus_ creo que ningún buen padre lo aprobaría_ añadió pensativo.
No creo que piense que su hijo está en peligro_ dijo Gerald_ debe pensar que el innombrable no le hará nada_ varios asintieron, haciendo que Draco frunciera el ceño, era sangre pura, el señor oscuro no lo perseguiría.
Muchos padres, que queremos lo mejor para nuestros hijos, estábamos preocupados por algunas de las descabelladas decisiones que ha tomado Dumbledore en los últimos años y nos alegra saber que el Ministerio controla la situación.»
Lo dice quien puso un diario maldito el la escuela donde su hijo estudia_ bufó Sybill, varios asintieron mientras Draco fruncia el ceño, pero su madre negó para que no dijera nada.
Entre esas «descabelladas decisiones» están sin duda los controvertidos nombramientos docentes, anteriormente descritos en este periódico, que incluyen al hombre lobo Remus Lupin, al semigigante Rubeus Hagrid y al engañoso exauror Ojoloco Moody.
Engañoso_ preguntó Moody_ si no fuera por mí, los magos más oscuros estarían libres.
Lo sabemos_ dijo Kingsley_ sabes que son idiotas.
Abundan los rumores, desde luego, de que Albus Dumbledore, antiguo Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos y Jefe de Magos del Wizengamot, ya no está en condiciones de dirigir el prestigioso Colegio Hogwarts. «Creo que el nombramiento de la Inquisidora es un primer paso hacia la garantía de que Hogwarts tenga un director en quien todos podamos depositar nuestra confianza», afirmó una persona perteneciente al Ministerio.
Un director que apoye las practicas oscuras_ dijo Ted_ es el sueño de todo padre.
Probablemente quien lo dijo no tenga hijos_ dijo Arthur, varios asintieron.
Dos de los miembros de mayor antigüedad del Wizengamot, Griselda Marchbanks y Tiberius Ogden, han dimitido como protesta ante la introducción del cargo de Inquisidor de Hogwarts.
Eso provocó que todos los estudiantes estallaran en aplausos, hacia los dos antiguos miembros de Wizengamot.
«Hogwarts es un colegio, no un puesto de avanzada del despacho de Cornelius Fudge —afirmó la señora Marchbanks—.
Dígaselo señora_ exclamó Lee aplaudiendo, haciendo reír a sus compañeros mientras Fudge se ponía muy rojo.
Esto no es más que otro lamentable intento de desacreditar a Albus Dumbledore.»
Me alegra ver que alguien piensa en el Wizengamot_ dijo Cedric, varios asintieron, mientras Sirius intentaba no reír de la expresión ofendida de su novia.
Además de mi tía, quieres decir_ dijo Susan, Cedric asintió.
(En la página 17 encontrarán una detallada descripción de las presuntas vinculaciones de la señora Marchbanks con grupos subversivos de duendes.)
Y eso que tiene que ver_ preguntó Luna.
Nada_ respondió Theo_ simplemente quieren desacreditarla.
Hermione terminó de leer y miró a sus amigos, que estaban sentados al otro lado de la mesa. —¡Ahora ya sabemos por qué nos han puesto a esa Umbridge! ¡Fudge aprobó el Decreto de Enseñanza y nos la ha impuesto! ¡Y ahora va y le da poderes para supervisar a los otros profesores! —Hermione respiraba muy deprisa y le brillaban los ojos—. No puedo creerlo. ¡Es un escándalo!
Lo es_ aceptaron varios.
Entonces ya no estás enojada con el director_ preguntó Cormac, Hermione negó mientras el director sonreía.
Ahora es Fudge el que tiene que cuidarse_ informó Fred, Hermione lo miró mal mientras Fudge rodaba los ojos.
—Ya lo sé —coincidió Harry, que se miró la mano derecha, apoyada con fuerza en la mesa, y vio el débil trazo de las palabras que la profesora Umbridge le había obligado a grabarse en la piel. Pero en la cara de Ron estaba dibujándose una sonrisa.
Creo que tanto trabajo ya le pasó factura_ dijo Astoria, poniendo una mano en la frente de su novio.
Ahora se explica_ dijo Ron con las orejas coloradas.
—¿Qué pasa? —preguntaron Harry y Hermione al mismo tiempo, observándolo. —Es que me muero de ganas de ver cómo supervisan a la profesora McGonagall —dijo Ron alegremente—Umbridge va a enterarse de lo que es bueno.
Espero que salga_ dijo Sirius_ Minerva no se va a dejar.
Fue genial_ dijeron los leones recordando sacándole una sonrisa a Minerva.
—En fin, vámonos —propuso Hermione poniéndose en pie—. Si piensa supervisar la clase de Binns, será mejor que no lleguemos tarde… Pero la profesora Umbridge no supervisó la clase de Historia de la Magia, que fue tan aburrida como la del lunes anterior;
Por qué iría_ dijo Millicent_ historia de la magia, nos hace miserables sin ayuda.
También se desarrolla con mucha seguridad_ dijo Adrián secamente, varios asintieron haciendo que Umbridge rechinara los dientes.
tampoco la encontraron en la mazmorra de Snape cuando llegaron para una clase de dos horas de Pociones,
Pero yo quería ver a Umbridge intentando supervisar a Severus_ se quejó Narcissa, Severus le sonrió, pero lo ocultó rápidamente.
Tal vez la envenenaba_ dijo Remus, sonando apenado de que no hubiera pasado.
en la que a Harry le devolvieron su redacción sobre el ópalo con una enorme y puntiaguda D negra estampada en una esquina superior.
Por qué_ preguntó Sirius.
Se lo merecía_ contestó Severus encogiéndose de hombros.
Si usted lo dice_ bufó Harry.
—Os he puesto la nota que os habrían puesto si hubierais presentado este trabajo en vuestro TIMO —explicó Snape con una sonrisita de suficiencia mientras se paseaba entre sus alumnos devolviéndoles los deberes corregidos—. Así os haréis una idea de los resultados que podéis esperar de vuestros exámenes. —
Realmente espero que Harry no tenga una D en su timo_ dijo Remus.
Entonces que estudie más_ respondió Severus_ aunque no lo creas, realmente le di la nota que merecía_ aseguró.
Snape llegó a la parte delantera de la clase y se dio la vuelta para mirar a los alumnos—. En general, el nivel de la redacción ha sido pésimo. La mayoría de vosotros habríais suspendido si hubiera sido un examen.
Para una tarea común, habría estado pasable_ dijo Severus_ pero para alumnos timo fue decepcionante_ añadió.
Es mejor que reprueben ahí que con los examinadores_ dijo Albus.
Espero que os esforcéis mucho más en la redacción de esta semana sobre las diferentes variedades de antídotos para veneno; si no, tendré que empezar a castigar a los burros que obtengan una D.
No quiero imaginar que castigos planearía_ dijo Sirius.
Quieres que pase los timos o no_ preguntó Severus.
—¿A alguien le han puesto una D? ¡Ja! —dijo Malfoy en voz baja, y entonces Snape esbozó una sonrisa de complicidad.
Imagino que el tuvo extraordinario_ dijo Molly.
No fue así_ contestó Severus_ solo aprobó_ añadió mirando a Draco con desaprobación, haciendo que todos lo miraran raro.
Mi padrino es profesor de pociones, un simple aprobado no está permitido_ explicó Draco reprimiendo un gemido.
Harry se dio cuenta de que Hermione lo miraba de reojo intentando ver qué nota había tenido, así que guardó su redacción sobre el ópalo en la mochila tan rápido como pudo, pues prefería no divulgar esa información.
Hermione se sonrojó y le dio una sonrisa de disculpa a Harry mientras todos la veían con diversión.
Decidido a no proporcionar un pretexto a Snape para que lo regañara en aquella clase, Harry leyó y releyó cada una de las instrucciones escritas en la pizarra como mínimo tres veces antes de ponerlas en práctica. Su solución fortificante no tenía exactamente el tono turquesa claro de la de Hermione, pero al menos era azul y no rosa como la de Neville;
No quiero saber cómo saldrás en los timos_ dijo Augusta.
No necesitare pociones en el futuro_ dijo Neville con una sonrisita_ probablemente me dedique a algo que tenga herbología.
Mientras tengas un plan_ suspiró Augusta.
al finalizar la clase, fue hasta la mesa de Snape y se la entregó con una mezcla de alivio y desafío.
Te encanta provocarlo, verdad_ preguntó Daphne_ si se hubiera dado cuanta era capaz de no aceptarte la poción_ Harry se encogió de hombros.
—Bueno, no ha ido tan mal como la semana pasada, ¿verdad? —comentó Hermione cuando subían por la escalera de la mazmorra y cruzaban el vestíbulo hacia el Gran Comedor para ir a comer—. Y los deberes tampoco están tan mal, ¿no? — Como ninguno de sus amigos contestó, Hermione insistió—: Hombre, tampoco es que esperara la nota más alta, sobre todo si Snape los ha corregido como si fueran un examen de TIMO, pero un aprobado no está mal en esta etapa, ¿no os parece? —
Lo está_ dijo George_ sobre todo de Snape, que es más duro que los examinadores.
De verdad_ preguntó Hermione.
Si apruebas con Snape ya no debes preocuparte por los timos_ informó Fred, varios asintieron, relajando a muchos de quinto.
Harry hizo un ruidito evasivo con la garganta—. Evidentemente, pueden pasar muchas cosas desde ahora hasta el examen, y tenemos mucho tiempo para mejorar, pero las notas que obtenemos ahora son una especie de punto de referencia, ¿no? Algo sobre lo que podemos construir… —Se sentaron juntos a la mesa de Gryffindor—. Evidentemente me habría encantado que me hubiera puesto una E…
Aun no se la había ganado_ dijo Severus encogiéndose de hombros cuando lo miraron.
Si eso es cierto, los demás no tenemos esperanza_ dijo Seamus, sus compañeros asintieron.
Pienso lo mismo, pero el director insiste en que les enseñe a todos_ dijo Severus, ganándose malas miradas de sus alumnos.
—Hermione —dijo Ron con aspereza—, si quieres saber qué notas nos ha puesto, pregúntanoslo, ¿vale? —No, si yo no… Bueno, si queréis decírmelo…
No era eso lo que pretendías_ preguntó Ginny.
Claro que no_ respondió Hermione, pero el sonrojo en sus mejillas la delató.
—A mí me ha puesto una I —confesó Ron mientras se servía sopa—. ¿Estás contenta? —
Yo no_ dijo Molly.
Pero si los examinadores son menos duros, tal vez saque aceptable_ dijo Ron.
No le serviría de mucho_ dijo Severus, recibiendo varias miradas confundidas.
Bueno, no tienes por qué avergonzarte de eso —dijo Fred, que acababa de llegar a la mesa con George y Lee Jordan y se había sentado a la derecha de Harry—. Una buena I no tiene nada de malo.
Como que no_ preguntó Molly.
Una I implica que te falta mejorar, pero tampoco estás tan perdido_ explicó Bill, varios asintieron en comprensión.
—Pero ¿la I no significa…? —empezó Hermione. —Sí, «Insatisfactorio» —contestó Lee Jordan—. Pero es mejor que una D de «Desastroso», ¿no? Harry notó que se le encendían las mejillas y fingió un acceso de tos mientras se comía el panecillo.
Lo siento Harry_ dijo Lee mientras varios reían_ pero es la verdad.
Solo fue el primer trabajo_ dijo Sirius_ no hay de qué preocuparse.
Precisamente por qué fue el primero debe preocuparse más por la materia_ dijo Amelia_ los demás serán más complejos.
Estaba intentado darle apoyo moral_ dijo Sirius mirándola mal, sacándole una sonrisa a Harry mientras los demás reían.
Cuando paró de toser lamentó comprobar que Hermione seguía hablando sobre las notas de los TIMOS. —
Quería saber como se manejaban las calificaciones_ dijo Hermione con una sonrisita_ y ellos eran los mejores para explicar.
O sea, que la mejor nota es la E de «Extraordinario» —iba diciendo—, y luego está la A… —No, la S —la corrigió George—, S de «Supera las expectativas». Y siempre he pensado que Fred y yo deberíamos tener S en todo porque superamos las expectativas sólo con presentarnos a los exámenes.
Los gemelos pusieron una sonrisa orgullosa cuando todos estallaron en carcajadas mientras Molly negaba con la cabeza.
Admito que no esperaba que se presentaran a mi examen_ dijo Flitwick.
No queríamos que se sintiera triste_ explicó Fred.
Sabemos que somos sus favoritos_ asintió George, Flitwick negó con la cabeza, pero sonrió.
Todos rieron excepto Hermione, que siguió insistiendo: —Bueno, después de la S está la A de «Aceptable», y ésa es la última nota de aprobado, ¿no? —Sí —confirmó Fred echando un panecillo entero en su cuenco de sopa; luego se lo metió en la boca y se lo tragó de una vez. —Después está la I de «Insatisfactorio»… —Ron levantó ambos brazos fingiendo que lo celebraba—, y la D de «Desastroso». —Y luego la T —le recordó George. —¿La T? —repitió Hermione, desconcertada—. ¿Es más baja incluso que la D? ¿Qué demonios significa la T? —«Trol» —contestó George. Harry volvió a reír, aunque no estaba seguro de si George bromeaba o no.
No lo hacía_ informó George.
Realmente ponen Trol_ preguntó Harry sorprendido.
Así es_ dijo Minerva_ el que saca Trol ya no tiene esperanza en una materia_ varios asintieron en comprensión mientras los de quinto intercambiaban miradas preocupadas.
Se imaginó que intentaba ocultar a Hermione que le habían puesto una T en todos los TIMOS, e inmediatamente decidió que trabajaría más a partir de entonces.
Tanto miedo le tienes_ preguntó Daphne, Harry negó.
No es necesario tenerle miedo_ dijo Ginny_ a mí no me gustaría tener que explicarle que saque todo Trol.
—¿Ya habéis tenido alguna clase supervisada? —inquirió Fred. —No —contestó Hermione en el acto—.
No puede dejar a Freddy esperando una respuesta_ dijo Charlie.
Tenía la esperanza que nos dijeran como seria_ explicó Hermione rodando los ojos.
¿Y vosotros? —Sólo una, antes de la comida —respondió George—. Encantamientos. —¿Cómo ha ido? —preguntaron Harry y Hermione. Fred se encogió de hombros. —No ha estado tan mal. La profesora Umbridge se ha quedado en un rincón tomando notas en un fajo de pergaminos cogidos con un sujetapapeles. Ya conocéis a Flitwick, la ha tratado como si fuera una invitada; no parecía que le preocupara ni lo más mínimo.
Claro que no_ bufó Flitwick_ mis clases eran las necesarias para alumnos éxtasis_ se encogió de hombros.
Además, todos saben que es un buen profesor_ dijo Augusta_ si lo despidieran no habría forma de justificarlo.
Y ella no ha dicho casi nada. Le ha hecho un par de preguntas a Alicia sobre cómo son las clases normalmente, Alicia le ha dicho que eran muy interesantes y ya está.
No creo que le haya gustado esa respuesta_ dijo Percy.
Era la verdad_ se encogió de hombros Alicia_ y si no le gustó que pena_ añadió.
—No me imagino al viejo Flitwick suspendiendo la supervisión —comentó George—. Casi siempre aprueba a todo el mundo. —
Eso podría hacer que Umbridge lo investigue_ dijo Cho.
Apruebo al que se lo merece_ dijo Flitwick, sin darle importancia, Umbridge nunca lo haba intimidado.
¿A quién tenéis esta tarde? —le preguntó Fred a Harry. —A Trelawney… —Una T como hay pocas… —… y a Umbridge. —Pues hoy sé bueno y controla tu genio con la profesora Umbridge —le aconsejó George—. Angelina va a ponerse hecha una fiera como te pierdas otro entrenamiento de quidditch.
Angelina enojada no es algo que quiera ver_ dijo Oliver.
Creo que nadie_ dijo Terry recordando capítulos anteriores.
Lo que salió en el libro no es nada_ dijo George, ganándose una mala mirada de su sonrojada novia.
Es que todos los Weasley se sienten atraídos por mujeres peligrosas_ preguntó Blaise, las novias se miraron y asintieron, los hermanos se encogieron de hombros.
No creo que seas el más adecuado para hablar_ dijo Ron_ Ginny no es ninguna dulzura_ añadió, ganándose una mala mirada de su hermana, aunque ella no lo negó.
Pero Harry no tuvo que esperar a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras para ver a la profesora Umbridge. Estaba sentado en la última fila de la lóbrega aula de Adivinación, sacando de su mochila el diario de sueños, cuando Ron le dio un codazo en las costillas; Harry giró la cabeza y observó que la profesora Umbridge entraba por la trampilla del suelo. La clase, que hasta entonces hablaba alegremente, guardó silencio de inmediato.
Esa clase no fue buena_ dijo Parvati.
Ella arruinó todo el ambiente_ asintió Lavender con un puchero.
Lo importante es que ya se va_ dijo Sybill sonriendo a sus alumnas.
El brusco descenso del ruido hizo que la profesora Trelawney, que se paseaba repartiendo copias de El oráculo de los sueños, se volviera para ver qué sucedía. —Buenas tardes, profesora Trelawney —saludó la profesora Umbridge sonriendo ampliamente—. Espero que haya recibido mi nota en la que le indicaba la fecha y la hora en que la supervisaría. La profesora Trelawney asintió con sequedad y, muy contrariada, le dio la espalda a la profesora Umbridge y siguió repartiendo los libros.
Estaba muy nerviosa_ dijo Sybill.
No hay por qué_ dijo Minerva_ al final su evaluación no serviría de nada.
Claro que si_ dijo Umbridge_ ministro si revisa mis notas, verá lo mala que es la educación aquí.
Después me las muestras_ dijo Fudge, no le interesaba, pero Umbridge sonrió, aprovecharía para hablar con el ministro, él volvería a apoyarla.
Sin dejar de sonreír, la profesora Umbridge cogió el respaldo de la butaca que había más cerca y la arrastró hasta la parte delantera de la clase para colocarla unos centímetros por detrás de la profesora Trelawney. Entonces se sentó, sacó las hojas de pergamino de su floreado bolso y se quedó mirando expectante a su colega esperando que comenzara la clase.
No se sentía presionada por eso profesora_ dijo Amos con sarcasmo_ como planean que se desenvuelvan bien si hacen eso.
Solo cumplía con mi trabajo_ espetó Umbridge.
Un supervisor no debería hacerse notar tanto_ dijo Tonks_ se supone que deben pasar desapercibidos para que todo vaya normal.
La profesora Trelawney se ciñó los chales con manos ligeramente temblorosas y miró a sus alumnos a través de sus gafas de cristales de aumento. —Hoy vamos a continuar con nuestro estudio de los sueños proféticos —dijo en un valeroso intento de adoptar su tono místico, aunque la voz también le temblaba un poco—. Colocaos por parejas, por favor, e interpretad las últimas visiones nocturnas de vuestro compañero con la ayuda del libro. Fue hacia su butaca, pero como vio a la profesora Umbridge sentada justo detrás, de inmediato giró hacia la izquierda, donde se hallaban Parvati y Lavender, que ya estaban enfrascadas en un profundo análisis del último sueño de Parvati.
Que suerte tiene Trelawney que puede simplemente alejarse de Umbridge_ dijo Dennis con un suspiro soñador.
Pero si te alejas de ella no verás su rostro retorciéndose cuando no se salga con la suya_ dijo Harry para animarlo_ esos pequeños momentos valen la pena_ nadie sabía si lo decía en serio, pero Dennis sonrió.
No sé si reír o preocuparme por esos pensamientos_ dijo Daphne, Harry se encogió de hombros dándole una sonrisa.
Harry abrió su ejemplar de El oráculo de los sueños mirando disimuladamente a la profesora Umbridge, que había empezado a tomar notas. Pasados unos minutos, ésta se levantó y empezó a pasearse por el aula siguiendo a la profesora Trelawney, escuchando las conversaciones que mantenía con los alumnos y haciendo preguntas de vez en cuando. Harry agachó la cabeza sobre su libro rápidamente. —Deprisa, piensa un sueño por si el sapo viene hacia aquí. —Yo me lo inventé la última vez —protestó Ron—, ahora te toca a ti. —¡Ay, no sé! —dijo Harry, desesperado. No recordaba haber soñado nada en los últimos días—. Digamos que soñé que estaba… ahogando a Snape en mi caldero.
Tuve el mismo sueño_ dijeron todos los leones haciendo reía a todos, mientras Severus los fulminaba con la mirada.
No los mires así, Severus_ dijo Narcissa_ estoy segura que también soñaste con ahogarlos.
Es posible_ fue todo lo que dijo Severus.
Sí, eso servirá… Ron contuvo la risa mientras abría El oráculo de los sueños. —Vale, tenemos que sumar tu edad a la fecha en que tuviste el sueño, y el número de letras del tema… ¿Cuál sería el tema? ¿Ahogamiento, caldero o Snape? —No importa, elige el que quieras —
Ahogamiento_ dijo Astoria, demasiado emocionada para ser Slytherin, recibiendo una mirada ofendida de su jefe de casa.
contestó Harry, y se arriesgó a mirar hacia atrás. La profesora Umbridge estaba de pie detrás de la profesora Trelawney, echando un vistazo por encima de su hombro y tomando notas, mientras la profesora de Adivinación interrogaba a Neville sobre su diario de sueños. —A ver, ¿qué noche lo soñaste? —le preguntó Ron, enfrascado en sus cálculos. —No lo sé, anoche, o cuando te parezca —respondió Harry intentando escuchar lo que Dolores Umbridge estaba diciéndole a la profesora Trelawney. En ese momento ya sólo estaban a una mesa de distancia de ellos. La profesora Umbridge anotaba algo más, y la profesora Trelawney parecía sumamente molesta.
Y no es para menos_ dijo la profesora_ Umbridge no tiene idea de cómo funciona la adivinación.
Esa clase no es más que una perdida de tiempo_ dijo Umbridge.
Trato de enseñarles a interpretar los mejor que puedo sin que tengan el don_ dijo Sybill con dignidad.
—Dígame —dijo la profesora Umbridge mirando a su colega—, ¿cuánto tiempo hace exactamente que imparte esta clase? La profesora Trelawney la observó frunciendo el entrecejo, con los brazos cruzados y los hombros encorvados, como si quisiera protegerse cuanto pudiera de la humillación que suponía aquel examen.
No creo que fuera el momento_ dijo Remus frunciendo el ceño_ podría habérselo preguntado después.
Entonces nadie vería la autoridad que tenía sobre todos los maestros_ dijo Albus sonando bastante molesto.
Tras una breve pausa, durante la cual pareció decidir que la pregunta no era tan ofensiva como para ignorarla por completo, contestó con un tono que denotaba un profundo resentimiento: —Casi dieciséis años. —Eso es mucho tiempo —repuso la profesora Umbridge, y lo anotó en sus hojas de pergamino—. ¿Y fue el profesor Dumbledore quien le ofreció el puesto? —Sí —respondió la profesora Trelawney con sequedad. La profesora Umbridge lo apuntó también. —¿Y es usted la tataranieta de la famosa vidente Cassandra Trelawney? —Sí —respondió la profesora levantando un poco más la barbilla. Otra nota en las hojas de pergamino. —Pero tengo entendido, y corríjame si me equivoco, que usted es la primera de su familia, desde Cassandra, que tiene el don de la clarividencia. —Estos dones suelen saltarse… tres generaciones —repuso la profesora Trelawney.
Vamos profesora_ dijo Anthony_ usted puede.
No entiendo que tiene que ver con la clase_ dijo Cedric.
Todo tenía que ver con la clase_ espetó Umbridge_ como sabríamos si es adecuada para el puesto, si no hago esas preguntas.
Entonces deberíamos buscar sus antecedentes, profesora_ dijo Tracy_ para saber si realmente era apta para enseñar_ varios asintieron, haciendo que Umbridge palideciera un poco.
Vengo de una larga línea de personas importantes_ dijo Umbridge.
La sonrisa de sapo de la profesora Umbridge se ensanchó un poco más.
Quieres dejar de compararme con un sapo_ preguntó Umbridge.
Lo haré cuando no lo parezca_ contestó Harry, haciendo que sus amigos sonrieran.
—Claro, claro —dijo con dulzura, y tomó otra nota—. ¿Podría predecirme algo, por favor? —preguntó, y miró inquisidoramente a su colega sin dejar de sonreír. La profesora Trelawney se puso tensa, como si no pudiera creer lo que acababa de oír. —
No podía creerlo_ asintió la profesora, pareciendo ofendida.
Perdone, pero no la entiendo —dijo cogiendo convulsivamente el chal que tenía alrededor del esquelético cuello. —Me gustaría que me predijera algo —repitió la profesora Umbridge con toda claridad. Harry y Ron ya no eran los únicos que observaban y escuchaban a hurtadillas escondidos tras sus libros. La mayoría de los estudiantes miraban perplejos a la profesora Trelawney, que se enderezó completamente haciendo tintinear sus brazaletes y sus collares de cuentas. —¡El Ojo Interior no ve nada por encargo! —respondió escandalizada. —
Claro que no_ dijo Sybill_ las profecías llegan cuando quieren, no cuando las exijan.
Lo sabemos_ dieron varios intentando calmar a su ofendida profesora.
Si tuviera el don, podría haber predicho algo_ dijo Umbridge, Sybill puso los ojos en blanco y siguió escuchando la lectura.
Bien —dijo la profesora Umbridge, y tomó una nueva nota. —Pero… ¡un momento! —exclamó de pronto la profesora Trelawney en un intento de recuperar su tono etéreo, aunque el efecto místico se malogró un poco porque la voz le temblaba de rabia—. Creo…, creo… que veo algo. Algo… que la concierne a usted… Sí, noto algo…, algo tenebroso…, un grave peligro…
Siiii_ exclamó Collin, sonrojándose cuando todos voltearon a verlo_ no me pude contener.
Descuida Collin_ dijo Demelza con dulzura_ expresaste los pensamientos de todos_ varios asintieron entre risas, mientras los maestros negaban con la cabeza.
La profesora Trelawney señaló con un tembloroso dedo a la profesora Umbridge, que siguió sonriéndole de manera insulsa con las cejas arqueadas. —Me temo… ¡Me temo que corre un grave peligro! —concluyó la profesora Trelawney con dramatismo. Se produjo un silencio. La profesora Umbridge todavía tenía las cejas arqueadas. —Muy bien —repuso en voz baja, y volvió a hacer una anotación—. Si no es capaz de nada mejor…
Pero es cierto_ dijo Parvati_ usted corre un grave peligro.
Eso lo veremos_ pensó Umbridge, a pesar de haber palidecido un poco cuando hablara con el ministro todo se arreglaría.
De cualquier manera, no le habría creído a la profesora_ dijo Lavender_ Umbridge cree lo que quiere creer.
Debió decirle que se casaría con el ministro_ dijo Angelina_ seguramente la aprobaría_ varios asintieron.
Ya soy casado_ dijo el ministro, poniéndose verde ante la idea, pero Umbridge no lo notó, de hecho, parecía que estuviera pensando en algo.
Se dio la vuelta y dejó a la profesora Trelawney plantada donde estaba mientras ésta respiraba con agitación. Harry miró de reojo a Ron y comprendió que su amigo estaba pensando exactamente lo mismo que él: ambos sabían que la profesora Trelawney era una farsante, pero, por otra parte, detestaban tanto a Umbridge que se sentían inclinados a defenderla.
No soy una farsante_ dijo la profesora, aunque les dio una mirada agradecida a sus alumnos.
Es que nosotros no sabemos como es que funciona el don_ dijo Ron lentamente_ era difícil aceptar que lo tenía_ nadie creyó que fuera sincero, pero la profesora asintió.
Bueno, al menos hasta que unos segundos más tarde la profesora Trelawney se abatió sobre ellos. —¿Y bien? —dijo, chasqueando los dedos bajo la nariz de Harry con una brusquedad inusitada—. Déjame ver lo que has escrito en tu diario de sueños, por favor. Pero cuando terminó de interpretar en voz alta los sueños de Harry (los cuales, incluso aquellos en los que comía gachas de avena, parecía que pronosticaban una muerte espantosa y prematura), él ya no sentía tanta compasión por ella.
No te culpo_ dijo Viktor, todos asintieron entre risas mientras la profesora se sonrojaba.
Las gachas de avena pueden ser peligrosas_ dijo Padma escondiendo una sonrisa.
Teniendo en cuenta que Harry chocó contra la barrera del andén, si debería tener cuidado con las gachas_ dijo Fleur con una risita, Harry la miró mal, pero los demás asintieron sin dejar de reír.
La profesora Umbridge permaneció todo el rato de pie, un poco alejada, sin dejar de tomar notas, y cuando sonó la campana fue la primera en bajar por la escalerilla de plata, de modo que ya los esperaba en el aula cuando los alumnos llegaron, diez minutos más tarde, para su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Cuando entraron en el aula la encontraron tarareando y sonriendo. Harry y Ron le contaron a Hermione, que había estado en Aritmancia, lo que había pasado en Adivinación mientras los alumnos sacaban sus ejemplares de Teoría de defensa mágica, pero antes de que Hermione pudiera preguntar algo, la profesora Umbridge ya los había llamado al orden y todos se habían callado. —Guardad las varitas —ordenó sin dejar de sonreír, y los estudiantes más optimistas, que las habían sacado, volvieron a guardarlas con pesar en sus mochilas —.
Todavía tenían esperanzas_ preguntó Kingsley.
No creímos que todas las clases serian sin magia_ dijo Dean_ pero debimos haberlo supuesto.
Lo dejó claro en la primera clase_ dijo Moody.
Pero podría cambiar de parecer_ dijo Seamus encogiéndose de hombros_ especialmente con el buen humor que tenía.
En la última clase terminamos el capítulo uno, de modo que hoy quiero que abráis el libro por la página diecinueve y empecéis a leer el capítulo dos, titulado «Teorías defensivas más comunes y su derivación». En silencio, por favor —añadió, y exhibiendo aquella amplia sonrisa de autosuficiencia, se sentó detrás de su mesa. Los alumnos suspiraron mientras, todos a una, abrían los libros por la página 19.
Solo leerán en todas las clases_ preguntó Amelia_ si fuera historia podría ser aceptable, pero es defensa un curso práctico.
Era el sistema aprobado_ dijo Umbridge.
Será mejor que averigües quien fue el incompetente_ advirtió Moody a Amelia, que asintió.
Puede darte ordenes_ preguntó Sirius.
Es Moody_ fue todo lo que dijo Amelia.
Harry, abatido, se preguntó si habría suficientes capítulos para pasarse el año leyendo en las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras,
Es posible_ dijo Tonks_ y si no, seguro hay otro libro igual de inútil que leer.
Es un buen libro_ espetó Umbridge.
y cuando estaba a punto de revisar el índice se fijó en que Hermione volvía a tener la mano levantada.
Ahora que pasa_ preguntó Fred, Hermione se encogió de hombros.
La profesora Umbridge también lo había visto, y no sólo eso, sino que al parecer había diseñado una estrategia por si se presentaba aquella eventualidad. En lugar de fingir que no se había fijado en Hermione, se puso en pie y pasó por la primera hilera de pupitres hasta colocarse delante de ella; entonces se agachó y susurró para que el resto de la clase no pudiera oírla:
No quiere que vuelvan a humillarla_ dijo Marcus.
No me humillaron_ dijo Umbridge_ simplemente no quería interrumpir a los demás estudiantes.
—¿Qué ocurre esta vez, señorita Granger? —Ya he leído el capítulo dos —respondió Hermione. —Muy bien, entonces vaya al capítulo tres. —También lo he leído. He leído todo el libro.
Mione_ dijo Fred mirándola traicionado.
Quería ver si encontraba algo bueno_ se defendió Hermione.
La profesora Umbridge parpadeó, pero recuperó el aplomo casi de inmediato. —Estupendo. En ese caso, podrá explicarme lo que dice Slinkhard sobre los contraembrujos en el capítulo quince.
Como si eso pudiera disuadir a Hermione_ Bufó Oliver_ probablemente podría recitar todo el libro_ varios asintieron.
—Dice que los contraembrujos no deberían llamarse así —contestó Hermione sin vacilar—. Dice que «contraembrujo» no es más que un nombre que la gente utiliza para denominar sus embrujos cuando quieren que parezcan más aceptables.
En ese momento Amelia se atoró (solo Merlín sabe con qué) y empezó a toser.
Pueden repetirme eso_ preguntó Amelia cuando se calmó_ creo que escuché mal, por qué me pareció que acaban de decir que los contraembrujos son un invento de los delincuentes.
No escuchaste mal_ dijo Susan.
Que no quieras que aprendan a luchar no era suficiente_ preguntó Amelia_ Tenías que llenarles la cabeza de idioteces_ inquirió a Fudge.
Realmente, yo no leí los libros_ confesó Fudge.
Se da cuenta que si dejábamos a esa mujer como maestra el año que entra nadie pasaría el examen de la academia de aurores_ preguntó Moody, el ministro asintió luciendo muy serio.
Y mucho menos sobrevivirán a la guerra_ murmuró Kingsley, quienes lo escucharon asintieron muy preocupados.
Hay examen para entrar a la academia de aurores_ preguntó Ron.
Por supuesto que hay examen_ dijo Moody_ no necesitamos un montón de gente que no durara la primera semana.
—La profesora Umbridge arqueó las cejas y Harry se dio cuenta de que estaba impresionada, a su pesar—. Pero yo no estoy de acuerdo —añadió Hermione. Las cejas de la profesora Umbridge se arquearon un poco más y su mirada adquirió una frialdad evidente. —¿No está usted de acuerdo?
Tú lo estás_ preguntó Tonks.
Me parece un hombre sensato_ dijo Umbridge_ creo que tiene toda la razón.
Tanta ignorancia debería ser ilegal_ dijo Alicia, negando con la cabeza, todos le dieron la razón.
—No —contestó Hermione, quien, a diferencia de la profesora, no hablaba en voz baja, sino con una voz clara y potente que ya había atraído la atención del resto de la clase—. Al señor Slinkhard no le gustan los embrujos, ¿verdad? En cambio, yo creo que pueden resultar muy útiles cuando se emplean para defenderse. —¡¿Ah, sí?! —exclamó la profesora Umbridge olvidando bajar la voz y enderezándose—. Pues me temo que es la opinión del señor Slinkhard, y no la suya, la que nos importa en esta clase, señorita Granger.
Pero ella tiene razón_ dijo Charlie_ saber un buen embrujo podría ser vital.
Este año, la razón no tiene cabida en Hogwarts_ dijo Katie.
Pero con ese pensamiento, mejor cerrar la escuela_ dijo Bill_ para que estudiar magia si no puedes usarla ni siquiera para defenderte_ varios asintieron.
Nunca estuve as feliz de ser extranjero_ le murmuró Viktor a Fleur, que asintió, sintiendo pena por los estudiantes.
—Pero… —empezó a decir ella. —Basta —la atajó la profesora Umbridge; a continuación, se dirigió a la parte delantera de la clase y se quedó de pie delante de sus alumnos; todo el garbo que había exhibido al principio de la clase había desaparecido—. Señorita Granger, voy a restarle cinco puntos a la casa de Gryffindor.
Y eso por qué_ preguntó Sirius ofendido.
Se lo merecía_ dijo Umbridge.
Solo expresaba una opinión_ dijo Viktor en defensa de su amiga.
No tenemos permitido tener opiniones_ dijo Hermione.
Sus palabras desencadenaron un arranque de murmullos. —¿Por qué? —preguntó Harry, furioso. —¡No te metas en esto! —le susurró Hermione, alarmada.
Sabía que no terminaría bien para ti_ dijo Hermione.
No merecías que te quitaran puntos_ dijo Harry.
—Por perturbar el desarrollo de mi clase con interrupciones que no vienen al caso —contestó la profesora Umbridge suavemente—.
Discutir el tema de la clase no viene al caso_ preguntó Minerva levantando una ceja, Umbridge se uso roja y no contestó.
Estoy aquí para enseñaros a utilizar un método aprobado por el Ministerio que no contempla la posibilidad de animar a los alumnos a expresar sus opiniones sobre temas de los que no entienden casi nada.
Como si ella entendiera_ dijo Neville.
Solo vamos a seguir_ dijo Amelia, pareciendo cansada_ si Umbridge ya no estuviera detenida, la mandaría a Azkaban a ver si se le quitaba lo idiota_ le susurró a Sirius que soltó una carcajada antes de reprimirla cuando todos lo miraron.
Es posible que vuestros anteriores profesores de esta disciplina os hayan permitido más libertades, pero dado que ninguno de ellos, tal vez con la excepción del profesor Quirrell, que al menos se limitó a abordar temas apropiados para vuestra edad, habría aprobado una supervisión del Ministerio…
Umbridge se puso roja cuando todos voltearon a verla e inclinaron la cabeza como si pensaran que era estúpida.
A estas alturas, Fudge ya no sabía dónde meterse.
—Sí, Quirrell era un profesor excelente —dijo Harry en voz alta—, pero tenía un pequeño inconveniente: que por su turbante se asomaba lord Voldemort.
Harry_ se quejaron los merodeadores, Harry se encogió de hombros.
No era el único problema_ dijo Ernie_ también tartamudeaba.
Y se asustaba de los alumnos_ añadió Hanna_ aunque ahora sabemos por qué.
Esa declaración fue recibida con uno de los silencios más aplastantes que Harry había oído en su vida. Y entonces… —Creo que le sentará bien otra semana de castigos, Potter —sentenció la profesora Umbridge sin alterarse. El corte que Harry tenía en la mano todavía no se había curado, y a la mañana siguiente volvía a sangrar.
De pronto Umbridge cayó al suelo inconsciente, todos voltearon a ver a los merodeadores que se habían levantado, pero desviaron la mirada al ver sus expresiones asesinas.
Siéntense por favor_ pidió Fudge_ ella será castigada por todo lo que ha hecho_ aseguró, haciendo que todos volvieran a escuchar la lectura, nadie se molestó en despertar a Umbridge.
Harry no se quejó durante el castigo de la tarde, pues estaba decidido a no dar aquella satisfacción a la profesora Umbridge. Escribió una y otra vez «No debo decir mentiras» sin que un solo sonido escapara de sus labios, aunque el corte iba haciéndose más profundo con cada letra. Lo peor de aquella segunda semana de castigos fue, como había predicho George, la reacción de Angelina. El martes, a la hora del desayuno, acorraló a Harry cuando éste llegó a la mesa de Gryffindor y se puso a gritarle de tal modo que la profesora McGonagall se acercó desde la mesa de los profesores.
Ahora recuerdo eso_ dijeron varios.
Fue aterrador_ dijo un Primer año_ creo que todos agradecimos no ser Harry en ese momento_ añadió, muchos asintieron, sonrojando a Angelina que escondió su rostro en el cuello de George.
Será mejor que nunca la hagas enojar_ dijo Charlie.
George probablemente necesitó una ducha fría en ese momento_ dijo Fred, recibiendo un golpe de George, mientras los que entendieron estallaron en carcajadas y la pobre Angelina se puso más roja.
—Señorita Johnson, ¿cómo se atreve a montar semejante escándalo en el Gran Comedor? ¡Cinco puntos menos para Gryffindor! —Pero profesora… Han vuelvo a castigar a Harry… —
No se delata a los compañeros Angelina_ la regañó Romilda.
Lo siento_ dijo Angelina con una pequeña sonrisa.
¿Qué pasa, Potter? —preguntó la profesora McGonagall con enojo dirigiéndose a Harry—. ¿Te han castigado? ¿Quién? —La profesora Umbridge —masculló esquivando los negros y pequeños ojos de la profesora McGonagall, que lo taladraban a través de las gafas cuadradas. —¿Estás diciéndome que, después de la advertencia que te hice el lunes pasado —dijo, bajando la voz para que no la oyera un grupo de curiosos de Ravenclaw que tenía detrás—, has vuelto a perder los estribos en la clase de la profesora Umbridge? —Sí —confesó Harry mirando al suelo. —¡Tienes que aprender a controlarte, Potter! ¡Estás buscándote problemas! ¡Cinco puntos menos para Gryffindor!
Minie_ se quejó Sirius.
Lo hice por qué me preocupo por él_ dijo Minerva_ se que es difícil, pero si no intentaba controlarse podría terminar muy mal y lo sabes.
Ella tiene razón Sirius, mira lo que le está pasando solo por decir Voldemort_ dijo Remus_ no quiero ni pensar lo que le haría más adelante.
—Pero… ¿qué? ¡No, profesora! —se rebeló Harry, furioso ante aquella injusticia —. Ya me ha castigado ella, ¿por qué tiene que restarme puntos también? —
Ella te dio una advertencia, no escuchaste y sigues arriesgándote_ empezó Albus_ es muy duro, pero no es injusto_ Harry simplemente asintió.
¡Porque por lo visto los castigos no surten el más mínimo efecto! —exclamó la profesora McGonagall de manera cortante—. ¡No, Potter, no quiero oír ni una palabra más! ¡Y usted, señorita Johnson, haga el favor de reservar en el futuro sus gritos para el campo de quidditch si no quiere perder la capitanía del equipo!
Buena suerte con eso_ dijo Lee intentado aligerar el ambiente, funcionó un poco cuando varios sacaron algunas sonrisas.
Y tras pronunciar esas palabras, la profesora McGonagall se encaminó pisando fuerte hacia la mesa de los profesores. Angelina lanzó a Harry una mirada de profundo desprecio y se alejó de él, tras lo cual el chico se sentó en el banco junto a Ron, echando chispas. —¡Le quita puntos a Gryffindor porque todas las tardes me abro la mano con una plumilla! ¿Es eso justo? —
Te recuerdo Potter, que yo no tenía idea de eso_ le recordó Minerva sonando herida_ porque no te molestaste en buscarme_ dijo.
Profesora…_ empezó Harry.
Ni siquiera tenías que decir nada_ continuó Minerva_ podrías haber dejado tu mano donde yo lo pudiera ver mientras revisaba su trabajo en clase.
Eso habría bastado en cualquier clase_ dijo Sproud.
Te comprendo, Harry —dijo su amigo compasivamente mientras le servía beicon—. Está completamente chiflada. Hermione, sin embargo, se limitó a hojear El Profeta y no comentó nada. —Crees que la profesora McGonagall tiene razón, ¿verdad? —le preguntó Harry a la fotografía de Cornelius Fudge que le tapaba la cara a Hermione. —Lamento que te haya quitado puntos, pero creo que hace bien advirtiéndote que no pierdas los estribos con Umbridge —sentenció la voz de su amiga mientras Fudge gesticulaba enérgicamente en la primera plana cuando pronunciaba un discurso. Harry no le dirigió la palabra a Hermione en Encantamientos,
Hermione tenía razón, Minerva tenía razón_ dijo Molly_ yo te entiendo Harry, pero enojando a Umbridge no gabas nada.
El único perjudicado vas a ser_ asintió Arthur.
No están diciendo que dejes pasar lo que haga_ dijo Sirius antes de que Harry refutara_ simplemente no es la manera de adecuada_ Harry asintió lentamente.
pero cuando entraron en Transformaciones se le olvidó que estaba enfadado con ella.
Harry sonrió cuando todos rieron ante eso.
La profesora Umbridge estaba sentada en un rincón sosteniendo las hojas de pergamino, y al verla, lo ocurrido durante el desayuno se borró de su memoria. —Estupendo —murmuró Ron cuando se sentaron en los asientos que solían ocupar—. Ahora veremos cómo le dan su merecido a esa Umbridge.
Lee más rápido_ dijo Michael a Bill_ queremos saber que hizo la profesora.
Demuestra por qué eras mi favorita Minerva_ dijo Sirius, haciendo que la profesora rodara los ojos, aunque sonreía.
La profesora McGonagall entró en el aula con aire marcial sin dar ni la más leve muestra de saber que la profesora Umbridge estaba allí. —¡Ya basta! —exclamó, y la clase se calló de inmediato—. Señor Finnigan, haga el favor de venir a buscar los trabajos y repártalos. Señorita Brown, coja esta caja de ratones, por favor; no seas tonta, niña, no te van a hacer nada, y dale uno a cada alumno.
No deberías estar costumbrada a loa ratones_ preguntó Dudley_ seguro los usan mucho.
Me dan cosa_ dijo Lavender arrugando la nariz.
Son inofensivos_ dijo Seamus sonriéndole.
—Ejem, ejem. La profesora Umbridge utilizó la misma tosecilla ridícula con que había interrumpido a Dumbledore la primera noche del curso. La profesora McGonagall, sin embargo, la ignoró por completo.
No esperaba menos_ dijo Marcus_ Dumbledore debería aprender de ella_ Albus sonrió mientras Minerva rodaba los ojos.
Seamus le devolvió su redacción a Harry, quien la cogió sin mirarlo y vio, con gran alivio, que le habían puesto una A. —Muy bien, escuchadme todos con atención. Dean Thomas, si vuelves a hacerle eso a tu ratón voy a castigarte.
Qué le hiciste a tu ratón_ preguntó Percy.
No quieres saber_ dijo Seamus.
No le hice nada malo_ dijo Dean mirando mal a su amigo.
La mayoría de vosotros ya habéis conseguido que vuestros caracoles desaparezcan, e incluso quienes les dejasteis un poco de caparazón habéis captado lo esencial del hechizo. Hoy vamos a… —Ejem, ejem —insistió la profesora Umbridge. —¿Sí? —dijo la profesora McGonagall volviéndose con las cejas tan juntas que formaban una larga y severa línea. —Estaba preguntándome, profesora, si habría recibido usted la nota en la que le detallaba la fecha y la hora de su supervi… —Es evidente que la he recibido, porque si no ya le habría preguntado qué está haciendo en mi aula —la interrumpió la profesora McGonagall,
Nadie pudo evitar reír ante eso haciendo que Umbridge se pusiera roja.
Ya era hora de que le hicieran ver lo tonta que parece cada vez que habla_ dijo Draco, que la hubiera apoyado no significaba que la considerara capaz, simplemente tenía poder.
y dicho eso le dio la espalda. Muchos estudiantes intercambiaron miradas de regocijo—. Como iba diciendo, hoy vamos a practicar el hechizo desvanecedor con ratones, lo cual resulta mucho más difícil. Bien, el hechizo desvanecedor… —Ejem, ejem.
Ahora qué_ preguntaron varios adultos.
Así fueron todas las clases_ preguntó Fudge.
Fueron peor_ contestó Ron, ninguno d ellos alumnos pudo evitar asentir.
—Me gustaría saber —empezó la profesora McGonagall, conteniendo su ira y volviéndose hacia la profesora Umbridge— cómo espera hacerse una idea de mis métodos de enseñanza si no para de interrumpirme. Verá, por lo general, no tolero que la gente hable cuando estoy hablando yo.
Creo que la profesora se merece una ovación de pie_ dijo Fred, todos asintieron y se levantaron a aplaudirle a la profesora.
Ve lo que he tenido que soportar ministro_ preguntó Umbridge ansiosa por ganarse su simpatía.
Estabas siendo irrespetuosa_ dijo Fudge_ contigo interrumpiendo cada cinco segundo, no acabaría la clase.
La profesora Umbridge se quedó como si acabara de recibir una bofetada.
Justo como ahora_ dijo Justin, todos asintieron viendo a Umbridge que no parecía creer que el ministro le hubiera hablado así.
No dijo nada, pero colocó bien las hojas de pergamino que estaban cogidas con el sujetapapeles y empezó a escribir furiosamente.
Lo que demuestra que no seria imparcial, sacaría a Minerva solo por enfrentarla_ dijo Augusta.
Me gustaría verla intentarlo_ dijo Minerva_ incluso los idiotas que la apoyaron fueron mis alumnos, saben que soy buena en mi trabajo.
La profesora McGonagall, haciendo gala de una indiferencia suprema, se dirigió de nuevo a los alumnos. —Como iba diciendo, la dificultad del hechizo desvanecedor es proporcional a la complejidad del animal que queremos hacer desaparecer. El caracol, que es un invertebrado, no supone un gran desafío; el ratón, que es un mamífero, plantea un reto mucho mayor. Por lo tanto, éste no es un hechizo que podáis realizar si estáis pensando en la cena.
Entonces no debiste mencionarlo_ dijo Flitwick_ ahora solo pensaran en la cena.
Claro que no_ dijeron los leones, pero algunos se habían sonrojado.
Bien, ya conocéis el conjuro, veamos de qué sois capaces…—¡Cómo se atreve a sermonearme por perder los estribos con Umbridge! —le murmuró Harry a Ron, aunque sonreía: casi se le había pasado del todo el enfado con la profesora McGonagall.
Quedaste como una hipócrita Minerva_ informó Severus.
A mi no puede castigarme_ dijo Minerva dándole una mirada de muerte.
Dolores Umbridge no siguió a la profesora McGonagall por el aula como había hecho con la profesora Trelawney; quizá se diese cuenta de que la profesora McGonagall no lo permitiría.
Claro que no_ bufó Minerva.
Umbridge no es lo suficientemente valiente_ dijo Sproud.
Sin embargo, tomó muchas notas, sentada en un rincón, y cuando finalmente la profesora McGonagall dijo a sus alumnos que podían recoger, se levantó con semblante adusto. —Bueno, algo es algo —comentó Ron mientras cogía una larga y escurridiza cola de ratón y la metía en la caja que Lavender estaba pasando por los pasillos. Cuando salían en fila del aula, Harry vio que la profesora Umbridge se acercaba a la mesa de la profesora McGonagall; entonces le dio un codazo a Ron, que a su vez le dio un codazo a Hermione, y los tres se quedaron rezagados adrede para escuchar.
Los tres miraron hacían cualquier lado menos a la ceja levantada de la profesora Mcgonagall.
A estas alturas ya no me sorprende_ dijo Katie.
Creo que a nadie_ dijo Ginny con una risita.
—¿Cuánto tiempo hace que imparte clases en Hogwarts? —le preguntó la profesora Umbridge. —
Así es como se supone que de manejar su puesto_ dijo Fudge_ no molestando a los docentes a cada rato.
En diciembre hará treinta y nueve años —contestó la profesora McGonagall bruscamente, y cerró su bolso con brío. La profesora Umbridge anotó algo una vez más.
Qué haremos para los cuarenta_ preguntaron los gemelos.
Les subiré cinco puntos a todos_ dijo Minerva con una sonrisa, que sus alumnos correspondieron.
—Muy bien —añadió—, recibirá el resultado de su supervisión dentro de diez días. —Me muero de impaciencia —replicó la profesora McGonagall con desprecio, y se encaminó hacia la puerta con grandes zancadas—.
Cuanto sacaste_ preguntó Molly.
Tal vez sale_ dijo Minerva, sin darle importancia.
Daos prisa, vosotros tres — añadió dirigiéndose a Harry, Ron y Hermione. Harry no pudo evitar dirigirle una tímida sonrisa, y habría jurado que la profesora McGonagall se la devolvía. Harry creyó que no volvería a ver a Dolores Umbridge hasta el castigo de aquella tarde, pero se equivocaba. Después de recorrer el césped hacia el bosque para asistir a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, la encontraron esperándolos junto a la profesora Grubbly-Plank con sus dichosas hojas de pergamino para tomar notas.
Pobre mi Harry_ dijo Daphne_ tantas veces en un día_ acarició su cabello con ternura, haciéndolo sonreír.
Podrías haberme hablado en clase_ dijo Harry_ eso me habría animado.
De alguna forma lo dudo_ dijo Daphne.
—Usted no siempre imparte esta clase, ¿verdad? —oyó Harry que le preguntaba a Grubbly-Plank cuando llegaron a la mesa de caballete donde los bowtruckles cautivos, que parecían un montón de ramitas vivas, escarbaban en busca de cochinillas. —Correcto —confirmó la profesora con las manos cogidas detrás de la espalda mientras se balanceaba sobre la parte anterior de la planta del pie—. Soy la sustituta del profesor Hagrid. Harry intercambió una mirada de desasosiego con sus dos amigos. Malfoy hablaba en voz baja con Crabbe y Goyle; seguro que aprovecharía aquella oportunidad para contarle patrañas sobre Hagrid a un miembro del Ministerio.
Imagino lo que dirán_ dijo Sirius, entre dientes.
Siri por favor_ pidió Narcissa, Sirius frunció el ceño, pero le dio un pequeño asentimiento, relajado a su prima.
—Humm —murmuró la profesora Umbridge, bajando la voz, aunque Harry pudo oírla a la perfección—. El director se muestra extrañamente reacio a proporcionarme información acerca de este asunto… ¿Podría usted decirme cuál es el motivo de la prolongada excedencia del profesor Hagrid?
No es asunto suyo_ dijo Hagrid_ lo que yo haga fuera de la escuela no le compete.
Lo hace si está faltando a su trabajo_ dijo Umbridge.
El director me autorizó, es todo lo que necesita saber_ dijo Hagrid, varios asintieron.
Harry vio que Malfoy levantaba la cabeza, atento. —Me temo que no —respondió la profesora Grubbly-Plank con toda tranquilidad —. Sé lo mismo que usted. Dumbledore me envió una lechuza preguntándome si me gustaría hacer una sustitución de dos semanas, y acepté. Es lo único que puedo decirle. Bueno…, ¿ya podemos empezar? —Sí, por favor —respondió la profesora Umbridge tomando notas de nuevo. En aquella clase, la profesora Umbridge adoptó una táctica diferente: se paseó entre los estudiantes formulando preguntas sobre criaturas mágicas. La mayoría supo contestar correctamente, y Harry se animó un poco: al menos la clase no estaba poniendo en evidencia a Hagrid.
No cantes victoria tan rápido_ dijo Susan.
La clase no terminó bien_ informó Tracy.
No arruines la historia_ e dijo Harry, aunque sonería, mientras arios gemían sin querer saber lo que pasó en esa clase.
—Ya que es usted miembro temporal del cuerpo docente, y por lo tanto me imagino que tiene una perspectiva más objetiva —dijo luego la profesora Umbridge, que había regresado junto a la profesora Grubbly-Plank tras interrogar detenidamente a Dean Thomas—, dígame, ¿qué le parece Hogwarts? ¿Considera que recibe suficiente apoyo de la dirección del colegio? —Sí, ya lo creo. Dumbledore es un excelente director —contestó la profesora Grubbly-Plank con entusiasmo—. Sí, estoy muy contenta con su forma de llevar las cosas, muy contenta. La profesora Umbridge adoptó una expresión de educada incredulidad,
Dumbledore es el mejor director_ dijo Minerva, todos los profesores asintieron.
No estoy de acuerdo_ dijo Umbridge.
Me pregunto si se da cuenta que lo mejor que puede hacer es apoyar al director_ dijo Percy, Alicia se encogió de hombros.
anotó algo en sus hojas y prosiguió: —¿Y qué materia tiene previsto enseñar a esta clase durante el curso, suponiendo, por supuesto, que el profesor Hagrid no vuelva? —Oh, estudiaremos las criaturas que suelen salir en el TIMO —respondió la profesora Grubbly-Plank—. No queda mucho por hacer. Ya han estudiado los unicornios y los escarbatos; he pensado que podríamos dedicarnos a los porlocks y a los kneazles, y asegurarnos de que saben reconocer a los crups y a los knarls… —Sí, desde luego parece que usted sabe lo que hace —dijo la profesora Umbridge, que hizo ostentosamente una señal de visto en sus notas. A Harry no le gustó el énfasis que puso en la palabra «usted», y aún menos la pregunta que le formuló a continuación a Goyle—:
aquí viene_ gimieron varios.
Tenía que interrogarlos a todos_ dijo Umbridge.
Pero seguramente solo aceptará opiniones de los que se opongan a Hagrid_ dijo Kingsley_ ese es el problema, que usted no es objetiva.
Claro que lo soy_ dijo Umbridge.
Tengo entendido que en esta clase ha habido heridos, ¿es eso cierto? Goyle esbozó una estúpida sonrisa y Malfoy se apresuró a contestar por él. —Fui yo —respondió—. Me golpeó un hipogrifo. —¿Un hipogrifo? —se extrañó la profesora Umbridge, escribiendo frenéticamente en sus pergaminos.
Ya supéralo_ dijeron todos sonando cansados, sonrojándolo.
Mi hipogrifo es un amor_ dijo Sirius_ aunque no creo que reaccione bien si vuelve a verte_ añadió pensativo.
—Sí, pero fue porque Malfoy es tan estúpido que no escuchó las instrucciones que le dio Hagrid —intervino Harry, furioso. Ron y Hermione soltaron un gemido y la profesora Umbridge giró con lentitud la cabeza hacia donde estaba Harry. —Creo que añadiremos una tarde más de castigo —dijo impasible—.
Solo está diciendo la verdad_ dijo Remus siendo detenido por Tonks.
Llamó estúpido a un compañero_ dijo Umbridge.
Es que lo es_ dijo Sirius_ perdón prima, pero solo un tonto insultaría a un hipogrifo_ añadió, Narcissa simplemente suspiró.
Bueno, muchas gracias, profesora Grubbly-Plank, creo que ya tengo todo lo que necesito. Recibirá los resultados de su supervisión dentro de diez días. —Estupendo —repuso ella, y la profesora Umbridge regresó por la ladera de césped hacia el castillo. Era casi medianoche cuando Harry salió del despacho de la profesora Umbridge. La mano le sangraba tanto que se le había manchado el pañuelo con que se la había envuelto. Se había imaginado que al regresar encontraría la sala común vacía, pero Ron y Hermione estaban esperándolo. Se alegró de verlos, sobre todo porque Hermione no se mostró crítica con él, sino comprensiva.
No era momento_ dijo Hermione_ no criticaría tu comportamiento cuando estabas herido_ añadió.
Lo sé_ dijo Harry_ pero lo pensaste.
No cuando supe lo que te pasaría_ dijo Hermione.
—Toma —dijo con inquietud mientras le acercaba un pequeño cuenco lleno de un líquido amarillo—, pon la mano en remojo, es una solución de tentáculos de murtlap pasteurizados y escabechados.
Varios hicieron una mueca de asco, pero Poppy sonrió.
Excelente decisión, señorita Granger_ dijo Poppy con aprobación.
Te irá bien. Harry metió la mano, dolorida y sangrante, en el cuenco y experimentó una agradable sensación de alivio.
Me encanta la sensación_ dijo Harry con una sonrisa_ te debo una grande_ le dijo a Hermione, que le dio una sonrisa.
Crookshanks se enroscó alrededor de sus piernas maullando fuerte; luego saltó a su regazo y se quedó acurrucado. —Gracias —dijo Harry reconfortado, acariciando a Crookshanks detrás de las orejas con la mano izquierda. —Sigo pensando que deberías quejarte de esto —afirmó Ron en voz baja. —No —contestó Harry cansinamente. —La profesora McGonagall se pondría furiosa si supiera… —Sí, lo más probable —admitió Harry—. Pero ¿cuánto crees que tardaría Umbridge en aprobar otro decreto diciendo que cualquier profesor que se queje de la Suma Inquisidora será inmediatamente despedido? Ron despegó los labios para responder, pero no articuló ningún sonido, y al cabo de un momento volvió a cerrarlos, derrotado. —
Lo peor de todo es que es cierto_ dijo Albus.
Yo no habría permitido que esto siguiera_ dijo Fudge.
Solo si lográbamos que nos creyeras_ dijo Albus_ y veo muy poco probable que pasara_ Fudge suspiró, pero no pudo negarlo, no sabía cómo habría actuado si se diera la situación.
Esa mujer es repugnante —afirmó Hermione con un susurro—. Repugnante. Cuando has entrado estaba diciéndole a Ron… que tenemos que tomar cartas en el asunto. —Yo propongo que la envenenemos —sugirió Ron con gravedad. —
Ese es mi hermano_ dijo George_ yo te apoyo.
Envenenar no es la solución a todo_ dijo Astoria.
Pero Snape lo hace_ dijo Ron_ cuando alguien no le agrada lo envenena.
No, en serio… Tendríamos que decir algo sobre lo mala profesora que es y sobre el hecho de que con ella no vamos a aprender nada de Defensa —propuso Hermione. —Pero ¿qué quieres que hagamos? —le preguntó Ron con un bostezo—. Es demasiado tarde, ¿no? Ya le han dado el empleo, y ahora no se va a marchar. De eso se encargará Fudge. —Bueno —aventuró Hermione—, se me ha ocurrido… —Miró con cierto nerviosismo a Harry y prosiguió—: Se me ha ocurrido que a lo mejor ha llegado el momento… de que actuemos por nuestra cuenta.
Qué quiere decir_ preguntó Amelia, pero nadie le contestó.
Vamos hablen_ pidió Daphne, otra vez sin respuesta.
Creo que es mejor seguir leyendo_ dijo Sirius guiñándole un ojo a su ahijado.
—¿De que actuemos por nuestra cuenta? —repitió recelosamente Harry, que todavía tenía la mano metida en la solución de tentáculos de murtlap. —Me refiero a… aprender Defensa Contra las Artes Oscuras nosotros solos — aclaró Hermione. —¿Pretendes hacernos trabajar aún más? ¿No te das cuenta de que Harry y yo volvemos a tener los deberes atrasados y sólo llevamos dos semanas de curso? —Pero ¡esto es mucho más importante que los deberes! —protestó Hermione. Harry y Ron la miraron con los ojos desorbitados.
No era los únicos, todos miraban a Hermione incrédulos.
Madame Pomfrey, podría revisar a mi novia_ pidió Fred_ creo que está enferma.
Por supuesto_ dijo Poppy levantándose y para gracia de todos empezó a revisar a Hermione.
Madame Pomfrey_ se quejó Hermione muy roja.
Era para aliviar en ambiente, querida_ se disculpó Poppy.
—¡No sabía que en el universo hubiera algo más importante que los deberes! — exclamó Ron. —No seas tonto, claro que lo hay —replicó Hermione,
Como qué_ preguntó Lavender_ Fred no cuenta_ añadió.
Fred no es más importante que los deberes_ informó Hermione muy seria, haciendo que todos estallaran en carcajadas ante la expresión indignada de Fred.
y Harry percibió atemorizado que de pronto la cara de su amiga denotaba aquel tipo de fervor que la PEDDO le solía inspirar—.
Vas a crear el club antiUmbridge o algo por el estilo_ preguntó Tonks, Hermione se encogió de hombros con una sonrisa.
Se trata de prepararnos, como dijo Harry en la primera clase de Umbridge, para lo que nos espera fuera del colegio. Se trata de asegurarnos de que verdaderamente sepamos defendernos. Si no aprendemos nada durante un año… —No podremos hacer gran cosa nosotros solos —repuso Ron con desánimo—. Sí, podemos buscar embrujos en la biblioteca e intentar practicarlos, supongo… —No, estoy de acuerdo contigo: ya hemos superado esa etapa en la que sólo podíamos aprender cosas en los libros —dijo Hermione—.
Madame Pomfrey, está seguro que mi cuñadita no tiene nada_ preguntó Fleur.
Estoy segura_ asintió Poppy_ pero tal vez en ese momento le ganaba el sueño_ añadió pensativa.
Necesitamos un profesor, un profesor de verdad que nos enseñe a usar los hechizos y nos corrija si los hacemos mal. —Si estás pensando en Lupin… —empezó a decir Harry. —No, no, no estoy pensando en Lupin —dijo Hermione—.
Nadie piensa en Lupin_ dijo Remus con falsa tristeza.
No en ese momento_ dijo Hermione con una risita.
Él está demasiado ocupado con la Orden, y además sólo podríamos verlo los fines de semana que fuéramos a Hogsmeade, y eso no sería suficiente. —Entonces, ¿en quién? —preguntó Harry, mirándola con el entrecejo fruncido. Hermione suspiró profundamente. —¿No lo habéis captado? —se lamentó—. Podrías hacerlo tú, Harry.
Como_ preguntó Moody levantando una ceja.
Todo sale en el libro_ dijo Harry.
Potter ni siquiera a pasado sus timos_ dijo Umbridge, pero nadie le hizo caso, estaban muy interesados en la lectura.
Hubo un momento de silencio. Una ligera brisa nocturna hacía crujir los cristales de las ventanas y el fuego ardía con luz parpadeante. —Podría hacer ¿qué? —se sorprendió él. —Podrías enseñarnos Defensa Contra las Artes Oscuras.
Peor que Umbridge no lo podrías hacer_ dijo Theo, sin notar el intercambio de sonrisas del ejército de Dumbledore.
Harry la miró fijamente. Luego dirigió la vista hacia Ron, dispuesto a cambiar con él una de aquellas miradas de exasperación que compartían cuando Hermione les salía con algún descabellado proyecto como la PEDDO. Sin embargo, para desesperación de Harry, Ron no parecía nada exasperado, y, después de reflexionar unos instantes con el entrecejo un poco fruncido, dijo: —No es mala idea.
Es una idea excelente_ dijo Blaise_ podrías enseñarnos.
Yo sería un pésimo maestro_ dijo Harry_ no tengo paciencia.
Además, nos haría practicar durante horas el Expelliarmus_ dijo Ginny fingiendo estremecerse, haciendo reír a todos, pero a nadie más que a los que sabían la verdad.
—¿Qué es lo que no es mala idea? —le preguntó Harry. —Que nos enseñes tú. —Pero si… —Harry sonrió, convencido de que sus amigos estaban tomándole el pelo—. Pero si yo no soy profesor. Yo no puedo… —Harry, eres el mejor de nuestro curso en Defensa Contra las Artes Oscuras —le recordó Hermione. —¿Yo? —dijo Harry sonriendo más abiertamente—. Eso no es verdad, tú me has superado en todos los exámenes que… —No, Harry —aseguró Hermione cortante—. Tú me superaste en tercero, el único curso en que ambos hicimos el examen y tuvimos un profesor que sabía algo de la asignatura.
Eso es cierto_ dijo Amelia_ creo que podrías enseñarles bastante.
Lo dudo mucho_ dijo Harry.
Yo creo que incluso podrías convertirte en el profesor después de la escuela_ dijo Sirius.
Ya déjalo Black, quiere ser auror_ dijo Moody.
Pero no estoy hablando de resultados de exámenes, Harry. ¡Piensa en todo lo que has hecho! —¿Qué quieres decir? —¿Sabes qué? No estoy seguro de querer que me dé clases alguien tan estúpido —le insinuó Ron a Hermione con una sonrisita.
Concuerdo_ dijeron varios, sonriendo cuando Harry los miró mal.
Déjenlo_ dijo Daphne_ a menos que sea con Cho no le interesa presumir sus logros_ les recordó.
Daphne_ se quejó Harry sobre las risas de los demás, incluso Cho reía.
Luego miró a Harry e, imitando a Goyle cuando se concentraba, dijo—: Vamos a ver… En primero salvaste la Piedra Filosofal de las manos de Quien-tú-sabes… —Pero no gracias a mi habilidad —explicó Harry—, sino porque tuve suerte.
Peor es nada_ dijo Kingsley, poniendo los ojos en blanco.
—En segundo —lo interrumpió Ron— mataste al basilisco y destruiste a Ryddle. —Sí, pero si no llega a ser por Fawkes…
Hasta los mejores reciben heridas_ dijo Tonks_ mataste al basilisco y es lo que cuenta.
—En tercero —prosiguió Ron, subiendo el tono de voz— ahuyentaste a más de un centenar de dementores de una sola vez… —Sabes perfectamente que eso fue por chiripa, si el giratiempo no hubiera…
El giratiempo no tuvo nada que ver en eso_ dijo Luna_ fuiste tu quién hizo el hechizo_ varios asintieron.
Déjalo Luna_ dijo Harry_ no les enseñaré_ añadió.
—El año pasado —continuó Ron ya casi a voz en grito— volviste a vencer a Quien-tú-sabes… —¿Queréis hacer el favor de escucharme? —saltó Harry casi enfadado porque Ron y Hermione lo miraban sonriendo—.
Creo que se viene otra ronda de gritos_ le dijo Adrián a Neville, que asintió, preguntándose como fue que lograron convencer a Harry de esa idea.
Escuchadme, ¿de acuerdo? Dicho así suena fabuloso, pero lo que pasó fue que tuve suerte, yo ni siquiera sabía lo que estaba haciendo, no planeé nada, me limité a hacer lo que se me ocurría,
Improvisaste_ dijo Moody_ eso no significa que todo se lo debas a la suerte.
Pero…_ empezó Harry, pero todos negaron, así que solo suspiró y dejó que la lectura siguiera.
y casi siempre conté con ayuda… Ron y Hermione seguían sonriendo y Harry se puso aún más nervioso; ni siquiera sabía con exactitud por qué estaba tan enfadado.
Me hago una idea de por qué_ dijo Arthur.
—¡No os quedéis ahí sentados sonriendo como si vosotros supierais más que yo! Era yo el que estaba allí, ¿no? —dijo acaloradamente—. Yo sé lo que pasó. Y si salí bien parado de esas situaciones no fue porque supiera mucho de Defensa Contra las Artes Oscuras, sino porque…, porque recibí ayuda en el momento preciso, o porque acerté por casualidad… Pero me libré por los pelos, no tenía ni idea de lo que estaba haciendo… ¡PARAD DE REÍR! El cuenco que contenía la solución de murtlap cayó al suelo y se rompió y Harry se dio cuenta de que estaba de pie, aunque no recordaba haberse levantado.
Vamos Harry_ dijo Neville_ incluso si recibiste ayuda al final, que aguantaras hasta que llegara es admirable.
Yo no lo veo así_ dijo Harry.
Nosotros si_ dijo Daphne_ y no nos contradigas_ advirtió.
Si cariño_ dijo Harry permitiéndose una sonrisa.
Crookshanks se escondió debajo de un sofá
Gato inteligente_ dijeron todos, sonrojando a Harry.
y la sonrisa de Ron y Hermione desapareció.
No los culpo_ dijo Demelza_ no me gustaría estar ahí_ varios asintieron.
—¡No tenéis ni idea! ¡Vosotros nunca habéis tenido que enfrentaros a él! ¿Creéis que basta con memorizar un puñado de hechizos y lanzárselos, como si estuvierais en clase?
No, pero saber los hechizos es muy importante_ dijeron los profesores.
En esas circunstancias eres totalmente consciente de que no hay nada que te separe de la muerte salvo…, salvo tu propio cerebro o tus agallas o lo que sea, como si fuera posible pensar fríamente cuando sabes que estás a milésimas de segundo de que te maten, o de que te torturen, o de ver morir a tus amigos… Lo que se siente cuando uno se enfrenta a situaciones así… nunca nos lo han enseñado en las clases. Y vosotros dos me miráis como si yo fuera muy listo porque estoy aquí de pie, vivo, y Diggory fuera un estúpido, como si él hubiera metido la pata…
Nunca dijeron eso_ dijo Cedric, apretando el brazo de su padre de manera tranquilizadora_ creo que entiendo por qué te pidieron que les enseñaras, eres el único que ha visto la muerte tan cerca y todavía está ahí.
Lo entiendo ahora_ dijo Harry, dándoles una pequeña sonrisa a sus amigos, que ellos correspondieron.
No lo entendéis; pudo pasarme a mí, me habría pasado de no ser porque Voldemort me necesitaba para… —Nosotros no queríamos decir eso, Harry —se excusó Ron, que contemplaba aterrado a su amigo—. No nos estábamos metiendo con Diggory,
Claro que no_ dijo Hermione.
Nunca nos meteríamos con Cedric_ asintió Ron.
Lo sé_ dijo Harry.
no pretendíamos… Nos has interpretado mal —añadió mirando desesperado a Hermione, que estaba muy afligida. —Harry —dijo ella con timidez—, ¿es que no lo ves? Por eso…, por eso precisamente te necesitamos. Necesitamos saber… có-cómo es en realidad… enfrentarse a…, enfrentarse a Vo-Voldemort. Era la primera vez que Hermione pronunciaba el nombre de Voldemort, y fue eso más que ninguna otra cosa lo que calmó a Harry.
Claro que si_ dijo Katie_ solo tardaste cuatro años en que digan el nombre.
Pensé que tardaría más_ asintió Harry con una sonrisita.
Se sentó en la butaca, respirando agitadamente, y entonces se dio cuenta de que volvía a dolerle muchísimo la mano. Enseguida lamentó haber roto el cuenco del murtlap. —Bueno, piénsatelo… —insinuó Hermione con voz queda—. Por favor. Harry no sabía qué decir. Estaba arrepentido de aquel arrebato, así que asintió sin reparar apenas en lo que estaba aceptando.
No puedes seguir haciendo eso Potter_ dijo Moody_ si no vas a contarles a tus amigos lo que pasa, ni como te sientes o lo que piensas, no puedes enojarte con ellos por no entender.
Lo sé_ fue todo lo que dijo Harry.
Sin embargo_ añadió Augusta_ es bueno que al fin sacaras un poco de lo que te estabas guardando_ Harry asintió.
Hermione se puso en pie. —En fin, me voy a la cama —anunció, esforzándose por hablar con naturalidad —. Buenas noches… Ron también se había levantado. —¿Vienes? —le preguntó con suavidad a Harry. —Sí. Ahora mismo… Voy a limpiar esto —dijo señalando el cuenco roto. Ron asintió y se marchó—. ¡Reparo! —murmuró luego Harry apuntando con la varita a los trozos de porcelana rotos. Los fragmentos se unieron solos y el cuenco quedó como nuevo, pero no había forma de devolver la solución de murtlap al cuenco. De pronto Harry se sintió tan cansado que estuvo tentado de dejarse caer de nuevo en la butaca y dormir allí mismo, pero hizo un esfuerzo para levantarse y siguió a Ron por la escalera. Aquella noche durmió mal y volvió a tener sueños en los que veía largos pasillos y puertas cerradas con llave, y al día siguiente, cuando despertó, volvía a dolerle la cicatriz.
No puede ser_ gimieron todos.
Ahora por qué_ preguntó Susan, Harry se encogió de hombros.
Es el final del capítulo_ dijo Bill cerrando el libro.
