Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro solamente con el fin de entretener.
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— Akane estás preciosa – Akari observaba a su amiga desde el umbral de la puerta.
— ¿No crees que es un poco atrevido para asistir una gala benéfica? – Akane se encontraba frente al espejo observando como su vestido color rojo vino resaltaba sus curvas ajustándose a sus pechos.
— Eres una mujer hermosa que debe mostrar sus atributos, quizás incluso hasta consigues novio – bromeó su amiga.
— Recuerda que asisto con Shinnosuke.
— Es que están juntos otra vez? – le recriminó Akari.
— Claro que no, solo somos amigos pero no quiero lastimarlo.
— Si no quieres lastimarlo no deberías acompañarlo hoy.
— Trabajamos juntos – contestó Akane algo cansada de la situación. Intentó tener una relación con Shinnosuke durante unos dos años, pero era imposible, eran incompatibles y todo lo bien que congeniaban en el trabajo no habían podido llevarlo a terreno personal.
Akari levantó sus manos a modo de rendición – de acuerdo no quiero parecer entrometida, luces hermosa solo quería recordarlo – miró la hora en su reloj – creo que ya deberías irte o se te hará tarde.
Akane se colocó una gargantilla y tomando su clutch se encaminó hacia la puerta justo a tiempo para oír el timbre – enseguida bajo – contestó a su interlocutor.
— Que tengas buena noche Akari – se despidió de su amiga atravesando la puerta.
Al llegar a la entrada de su edificio se encontró con Shinnosuke que la estaba esperando con la puerta de acompañante abierta ya.
— Buenas noches Akane, luces hermosa – dijo tomándola de la mano y dejando un beso su mejilla.
— Buenas noches Shinno, tu no te quedas atrás – aceptó su mano e ingreso en el auto.
Shinnosuke cerró la puerta, rodeó el auto y tomó su lugar en el asiento de conductor.
— Será una buena noche, nos servirá para mostrarnos con nuevos clientes y también para colaborar con la causa – dijo él encendiendo el motor e iniciando la marcha.
— Por supuesto, será una muy buena noche – contestó ella sin imaginar lo que cambiaría su vida en esa noche en particular.
Al cabo de unos cuarenta minutos donde hablaron de temas banales, de trabajo, de sus posibles nuevos clientes llegaron al sitio.
La gala se celebraba en un lujoso hotel perteneciente a la cadena hotelera "R.S Enterprise", empresa para la que la agencia de diseñadores de interiores a la que pertenecían Akane y Shinnosuke había trabajado en varias ocasiones, creando y diseñando hoteles exclusivos y de lujo.
— Nunca olvidaré este lugar, fue mi primer trabajo – comentó Akane mientras descendía del vehículo.
— Es cierto fue el primer trabajo que realizaste y realmente quedó perfecto – agregó él colocándose a su lado – entremos, no quiero perderme nada del evento – dijo empujándola por la cintura.
Llegaron a la puerta donde indicaron sus nombres y les permitieron el ingreso hacia el salón donde se celebraba la gala.
El lugar lucía espectacular, las mesas cubiertas con mantelería color blanca y azul noche rodeando una pista de baile, muchas velas decoraban el lugar, camareros sirviendo champaña se mezclaban entre los invitados.
Akane y Shinnosuke entablaron rápidamente conversaciones con otros diseñadores allí presentes, con algunas personas para los que habían trabajado en alguna ocasión; la noche era muy amena y la música tenue complementaba muy bien el escenario.
Ella decidió separarse para recorrer el lugar, se topó con una escalera que recordó llevaba hacia unos inmensos sanitarios y una preciosa terraza cuya vista era hacia una enorme piscina, quería ver como se encontraba ese espacio que había diseñado con mucho esmero.
Llegó al amplio pasillo y durante el recorrido detrás de una columna creyó ver una sombra moverse rápidamente, continuó su camino restándole importancia seguramente algunos invitados se escabullían a ese lugar para hacer sus cosas, hasta que oyó una charla entre susurros y luego lo que interpretó como un gemido, pensó que era desagradable y continuó su camino hacia la terraza. Atravesó una puerta de cristal y se encontró en ella, tomó apoyo sobre la baranda, inspiró profundamente adorando el espacio y la tranquilidad hasta que notó un aroma a colonia masculina que llegaba a sus fosas nasales.
— Qué hermosa visión me está regalando la noche – una potente y seductora voz habló por detrás.
— Creo que te equivocas de visión – contestó Akane dándose la vuelta y topándose de frente con el hombre más hermoso que jamás vió. Era alto, piel ligeramente bronceada, el cabello lo llevaba meticulosamente trenzado, sus ojos eran de un color azul profundo que invitaban a perderse en ellos por siempre y portaba también unos labios carnosos.
— No me he equivocado, tengo frente a mí a la cosa más preciosa que tuve la suerte de conocer – replicó el acercándose a ella suavemente, sin dejar de admirar a la belleza que tenía enfrente – cómo es tu nombre? – preguntó.
— Soy Akane Tendo – extendió su mano presentándose.
— Soy Ranma – contestó estrechando la mano de ella.
Unos chispazos vibraron entre ellos en ese primer contacto, ambos levantaron la vista y se quedaron absortos en los ojos del otro levemente sonriendo.
El momento fue interrumpido por la aparición de una mujer con una larga cabellera de color violeta que colocó una mano sobre el pecho de él de manera posesiva.
—Ranma aquí estar, buscar luego de ir al sanitario y no encontrar – dijo agudizando una fría mirada sobre la pareja.
Akane cortó bruscamente el contacto de sus manos y comenzó a caminar para volver al salón.
— Espera Akane – intentó detenerla Ranma y tomarla de la muñeca pero fracasó.
— Déjame – replicó ella cruzando la puerta y rápidamente corrió hacia los sanitarios; una vez allí entró a un cubículo y respiró profundo unas tres veces para lograr calmarse. Había sido un fortuito encuentro con ese hombre hasta que apareció su mujer reclamándolo, era un maldito mujeriego, enfureció por haber actuado como una quinceañera sobre todo porque estaba segura que aquellos gemidos venían de Ranma y la peli morada, se enjuagó la cara para recomponerse, retocó su maquillaje y decidió volver al salón.
Shinnosuke estaba esperándola en la mesa ya que al parecer habían servido la cena, sonrió y tomó su asiento.
— Dónde estabas?
— Recorriendo el espacio – contestó ella tomando un bocado.
— Señorita disculpe pero envían esta copa para usted – interrumpió un camarero que sostenía una copa delante de ella.
— ¿Q-qué? ¿Quién lo envía? – preguntó confusa.
— No se me permite decirlo pero es para usted, señorita Akane Tendo – el camarero la entregó y se marchó.
— Vaya eso si que es raro – exclamó Shinnosuke bebiendo un sorbo de su propia copa.
Akane desconfiaba de quien pudiera haberle enviado esa copa pero decidió hacer caso omiso y beber un sorbo, el vino era lo más exquisito que había probado. Continuó comiendo y disfrutando de ese vino de origen misterioso cuando el mismo camarero regresó con una botella del mismo vino.
— Esto es para usted – sirvió nuevamente el vino en la copa ya casi vacía de Akane y le entregó en la mano un sobre negro.
— Gracias – respondió ella al mismo tiempo que abría el sobre porque intuía que podría descubrir quién le envió el vino.
"Sólo lo mejor para la visión más hermosa"
Al leer esas simples palabras supo quién lo había enviado, se enfureció y guardó el sobre y el papel arrugando dentro del clutch.
Shinnosuke a su lado no perdía de vista ningún movimiento de Akane pero notaba su ligero enfado por lo que decidió no preguntarle nada.
Continuaron con la cena, hablando con otras personas de la mesa, reían relajados sobre todo ella con las ocurrencias de Shinnosuke cuando oyeron al micrófono que darían inicio a la subasta para recaudar fondos para donar al hospital local.
Durante la subaste se recaudó una extensa suma de dinero; el encargado de dirigir la velada solicitó que se acercara el dueño de la cadena hotelera y anfitrión de la gala, para dedicar unas palabras.
Entre aplausos se subió al escenario y Akane automáticamente lo reconoció como el hombre de la terraza.
— Buenas noches para todos, gracias por asistir a la velada y colaborar con la causa de este año, espero estén teniendo una grandiosa noche y a continuación dará inicio el baile y fin de la misma, una vez más gracias a todos por asistir.
Ranma se despidió siendo aplaudido dirigiéndose hacia la pista de baile sin darle importancia a la peli morada que caminaba detrás de él ya que su atención estaba enfocada en buscar a una persona entre la gente, al localizarla sonrió brevemente pero su semblante cambió al notar que ella se encontraba junto a un hombre que la sostenía de la cintura y la miraba con adoración. Se acercó y ellos notaron su presencia.
— Buenas noches – Ranma habló fríamente mirando fijo a Akane.
— Buenas noches señor Saotome – respondió Shinnosuke presentándose — Akane es el señor Saotome, el dueño de esta cadena hotelera para la que hemos trabajado en varias ocasiones – explicó sin notar la tensión.
— Si nos conocimos antes – respondió ella sin quitar la mirada de Ranma.
— Me permites iniciar el baile contigo? – Ranma la tomó de la cintura y sin esperar su respuesta la separó del muchacho que la acompañaba.
Shinnosuke frunció el ceño y miró a Akane que a pesar que se encontraba confusa parecía bastante cómoda con Saotome.
— Estaré bien Shinno – lo tranquilizó ella.
Ranma la llevó hacia la pista de baile donde la apretó con fuerza por la cadera y la atrajo hacia él para iniciar el baile al oír la suave melodía que sonaba de fondo.
— Ese es tu novio Akane? – preguntó con brusquedad.
— Por qué debería responder eso.
— Contéstame, no me gustan los juegos – volvió a contratacar Ranma.
— Quién es la peli morada esa? – retrucó Akane.
— Nadie importante.
— JA! No te creo pero tampoco me interesa, eres un mujeriego más del montón – Akane hizo el esfuerzo para soltarse pero el la apretó con más fuerza y acercó su boca a la suya y tan sólo a unos centímetros de rozar los labios le respondió — no es nadie Akane, estoy solamente interesado en ti, dime si es tu novio o no.
Akane quedó estupefacta ante la determinación con la que Ranma habló y a pesar que no le gustaba nada la situación no podía huir de lo que la cercanía con él provocaba le provocaba.
— Es mi ex novio pero actualmente sólo somos amigos y compañeros de trabajo.
Una sonrisa arrogante apareció en su rostro — parece que él no está enterado pero voy a encargarme de recordárselo – acortó la distancia entre sus bocas y sus labios se encontraron en un casto beso que ambos mantuvieron, sin darle importancia al resto de los presentes en el lugar, en su imaginación sólo se encontraban ellos.
El roce ligero de sus labios generaba una sensación de calidez pero fue él quien se aventuró a deslizar suavemente la lengua por su labio para entreabrirlo e introducirla, Akane respondió a la intromisión de la misma manera logrando profundizar el beso; un escalofrío que no pasó desapercibido los recorrió a ambos al rozar sus lenguas. Continuaron con su beso perdiendo la noción del tiempo hasta que Akane fue quien se separó bruscamente al recordar dónde estaban, quién era ella y quién era él.
— Esto está mal – dijo ella sosteniendo unos dedos sobre sus labios comenzando a caminar hacia la salida.
Ranma corrió tras ella — espera Akane no huyas nuevamente — pidió pero ella parecía decidida a salir corriendo de aquel lugar.
Atravesó el umbral y se encontró en la salida, varias personas fumaban en el exterior y pensó que debía dirigirse hacia la avenida para tomar un taxi pero oyó que alguien la llamaba.
— Akane te llevaré a tu casa, yo vine contigo – reconoció a Shinnosuke apoyado sobre su auto — aunque me gustaría que me explicaras que fue lo que sucedió allí dentro.
Ella estaba confundida no recordaba el haber llegado con Shinno, toda su mente estaba ocupada por Saotome, por su olor, su manera de bailar y de besar, se le erizó la piel al recordar el roce de sus labios, como la tomaron con ternura y determinación a la vez — lo siento, no se que pasó — contestó aturdida.
Colocó su mano sobre la manija de la puerta para ingresar al auto pero otra persona la reclamaba — Akane ven conmigo por favor – pidió Ranma sosteniendo su mano elevada para tomar la suya.
Shinnosuke resopló frente a ellos — señor Saotome agradecemos haber sido invitados a su gala pero ya debemos retirarnos.
Akane miró a uno y a otro, quería mucho a Shinno, no por nada era su ex pero jamás había sentido con él ni con nadie lo que sintió con Ranma por lo que tomó una decisión — iré contigo Ranma pero sólo para aclarar algunas cuestiones — aclaró.
Shinnosuke no podía creer la confianza que se tenían apenas conocerse pero sabía que ella era muy obstinada y si había tomado esa decisión nada ni nadie la haría cambiar de opinión — ten cuidado y avísame cuando estés en tu apartamento — sostuvo su clutch para entregárselo y depositó un breve beso en su mejilla.
— Gracias – respondió ella y se acercó a Ranma que la tomó de la mano para llevarla hasta su vehículo. Abrió la puerta ayudándola a subir, cerró la puerta y se dirigió al lugar de conductor, al ingresar miró hacia el lado de Akane que miraba fijamente hacia el frente iba a decir algo pero ella fue la primera en hablar.
— Quiero que sepas que no me acostaré contigo.
Él se rio y se puso en marcha — jamás hubiese esperado lo contrario, tendré que luchar por ti — sostuvo metiéndose en el tráfico.
— Que te quede claro que lo de hoy no volverá a pasar.
— Puedo preguntar por qué?
— Porque estás con la peli morada.
— Creía que ya habíamos aclarado ese tema, ahora dime, ¿qué es lo que pasó entre Ryugenzawa y tú realmente? Al parecer él todavía te quiere.
Ella suspiró para continuar con la conversación — salimos durante dos años pero no somos compatibles, entre nosotros no existía esa chispa por lo que decidimos quedar como amigos y colegas, se que él tiene sentimientos todavía por mí pero no quiero lastimarlo, por eso me molesta que me hayas besado frente a él.
— Debería decirte que lo lamento pero no es así, no me arrepentiré jamás de haber probado tus besos que a partir de ahora serán sólo míos – dijo con determinación.
— En tus sueños.
— No quieres conocer realmente mis sueños, porque en todos estás tú sin ropa, dime tu dirección para poder llevarte a tu casa y que sepas que soy un caballero.
Akane resopló pero le indicó donde vivía y el silencio reinó el resto del camino.
Aparcó frente a su edificio indicándole que esperara, el se apresuró para abrir su puerta
— Gracias – dijo ella tomando la mano que le ofrecía.
— No hay porqué preciosa – y la acompañó hasta la puerta.
— Gracias por tomarte la molestia de traerme Ranma y por el vino que me enviaste en la cena, aunque me pareció que no era correcto.
— No es ninguna molestia y era lo correcto porque sólo quiero ofrecerte lo mejor, ahora quiero preguntarte, ¿aceptarías una cita conmigo? Quiero conocerte más.
— No estoy interesada en salir con nadie.
— Yo tampoco, hasta que te conocí y realmente quiero hacerlo contigo – insistió él – por favor Akane, se que tu también sentiste las chispas entre nosotros.
Ella sabía que el tenía razón, por más que no estaba interesada no podía negar lo que había ocurrido entre ambos — prefiero que quedemos sólo como amigos Ranma.
El la observó fijamente y la tomó a ambos lados de su cara con sus manos, apoyó su frente con la suya — haré todo lo que esté a mi alcance para poder ganarme una cita contigo, me dejaste hechizado – y acercó su boca para dejar un casto beso sobre la mejilla – adiós preciosa – y se marchó.
Akane quedó con el corazón palpitando con fuerza contra su pecho y rebuscó entre su pequeño clutch las llaves e ingresó en el vestíbulo con una lluvia de pensamientos deseando poder conciliar el sueño esta noche para poder soñar con Ranma, desnudo.
