Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro solamente con el fin de entretener.
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Las dos semanas que siguieron a la gala cada mañana al ingresar a su oficina Akane se encontraba con un ramo de rosas acompañado de un sobre perfectamente sellado color negro con un lazo azul, sabía desde el primer día que lo recibió, de parte de quién venía sin necesidad de abrirlo. Además de bonitas palabras por escrito, recibía las mismas durante las llamadas que Ranma le hacía con frecuencia.
Estaba emocionada aunque no quería admitirlo, jamás había sido tan consentida y cada día que pasaba se acercaba un poco más a cambiar de decisión y aceptar tener una cita con él.
Aquella mañana de lunes Akane arribó al edificio donde se encontraba la agencia, atravesó el vestíbulo con una ligera sonrisa e ingresó en su pequeña oficina, sabía que alrededor de las 9:30 recibiría las flores de siempre, pero ese día no llegaron.
Creyó que Ranma había perdido el interés en ella al notar que no obtenía una respuesta satisfactoria de su parte, por lo que trató de ocultar su decepción al enfocarse en su trabajo, al fin y al cabo era un mujeriego más.
Aproximadamente sobre el mediodía unos ligeros toques en su puerta la interrumpieron — pase .
— Quieres que almorcemos juntos para hablar sobre el proyecto de la mansión Kuno? – Shinnosuke tomó asiento frente a su escritorio.
— Justamente recibí un email de Kodachi Kuno que solicita que tú te encargues del trabajo, al parecer no soy lo suficiente buena para hacerlo – indicó algo molesta ya que su cuñado Tatewaki fue quien la había puesto en contacto con su hermana para realizar el trabajo.
— No sabía nada de las exigencias de Kodachi, pero opino que deberíamos recordarle que somos un equipo Akane — insistió Shinnosuke.
— No hay ningún problema Shinno, encárgate tú, se que lo harás muy bien — sonrió transmitiéndole que se encontraba bien pero el momento fue interrumpido por otro ligero golpe en la puerta.
— Pase — avisó ella con un poco de confusión ya que no esperaba la visita de nadie.
Al abrirse la puerta lo primero que vio fue un ramo enorme de rosas de color rojas y blancas, por detrás la cara de quien lo sostenía, Ranma vestido con un traje de tres piezas color azul oscuro, camisa blanca y corbata a juego se presentó en el despacho de Akane.
— Buenos días Akane, decidí sorprenderte hoy y traerte yo mismo las flores de todos los días – él ingresó y notó la presencia de Shinnosuke — buenos días Ryugenzawa — agregó.
— Buenos días Ranma, no debías molestarte en traer nada pero gracias — Akane tomó el ramo que le entregaba y lo colocó en un jarrón que tenía en la mesa de la esquina. — No hay porqué, además quería invitarte a almorzar.
Ella lo dudó un segundo pero estaba teniendo un día realmente caótico por lo que decidió aceptar su propuesta.
— Acepto. Shinno podemos continuar con la plática cuando regrese?
— Por supuesto Akane, yo ya iba de salida.
— Si quieres puedes acompañarnos – sugirió Ranma con una leve sonrisa de suficiencia.
— No gracias Saotome, nos vemos – y salió del despacho de Akane.
— No deberías ser odioso con él no la está pasando muy bien.
Ranma levantó sus manos en busca de paz — no soy culpable que siga enamorado de ti y quiera arrebatarte de mi lado – le guiñó un ojo.
Ella tomó su bolso y le indicó que salieran del despacho — que sepas que sólo será un almuerzo para despejar la mente.
— Claro que si — levantó su dedo meñique a modo de promesa.
Ella se rio con las boberías de Ranma y emprendieron camino a la salida.
Por la tarde se encontraba en su despacho intentando concentrarse pero le era imposible, toda su mente estaba tomada por Ranma, sonrió al recordar el almuerzo que compartieron; él habló de su infancia, su vida personal, cómo es que se dedicó a generar su empresa creando una cadena hotelera de lujo, sobre su afición por las artes marciales las cuales practicaba en su tiempo libre, era un hombre muy divertido, inteligente, interesante además de sumamente atractivo, era extraño que a sus veintisiete años no tuviera una pareja formal pero según sus palabras, nunca quiso nada así porque no había conocido a la indicada, hasta ella. Se ruborizó al recordar la manera en que la había besado al dejarla nuevamente en la oficina, ese hombre era pecaminoso, no le importaba montar un espectáculo frente a los demás con tal de demostrar su genuino interés.
Miró la hora que marcaba su reloj, eran las 17:00 horas, todavía tenía que cerrar algunos tratos y organizar varias visitas a clientes para el día siguiente pero sabía que sería imposible concentrarse por lo que apagó su laptop y tomó su bolso y celular dejando trabajo pendiente, al subir al elevador su celular sonó y contestó
— Diga?
— Hola hermanita querida ¿como te encuentras?
— Nabiki hermana, me encuentro bien y ¿tú como estás?
— ¿Realmente estás bien? Se lo que ocurrió con Kodachi.
— No te preocupes hermana estoy bien de verdad, lo de Kuno me tiene sin cuidado.
— Cuando Tatewaki me explicó la situación no podía creerlo – dijo Nabiki.
— Es increíble que me haya solicitado bajarme del proyecto sólo porque quiere coquetear con Shinnosuke – comentó algo irritada Akane.
— ¿Estás fastidiosa porque quiera coquetear con tu ex?
— Claro que no, es que era un muy buen proyecto fuera de los realizados para "R.S.Interprises" – aclaró Akane.
— Ya que lo mencionaste algunas personas me han comentado que te vieron besarte con Ranma Saotome en la última gala benéfica a la que tu compañía asistió.
— Es cierto, pero no voy a comentar nada más al respecto – en ese momento se oyó el tono de otra llamada entrante para Akane.
— Hermanita espero que hayas disfrutado de un buen sexo luego, ese hombre tiene cara de ser una bestia sexual en la cama y lo necesitas después de romper con Shinnosuke.
— Eres imposible, debo dejarte Nabiki tengo que atender otra llamada, besos para todos — colgó y respondió — diga?
— A qué hora sales? ¿te apetece ir por un café? – Ranma era quien se encontraba al otro lado de la línea.
— Voy de salida, de hecho me dirijo a casa.
— Estaré en cinco minutos – avisó.
Ranma aparcó frente al edificio donde se encontraba la oficina de Akane y descendió rápidamente en su búsqueda.
Estaba aguardando en la puerta, tan preciosa luciendo esa falda negra, una vaporosa camisa color crema y esos tacones color piel que moría por sentirlos golpear contra su espalda cuando estuviera dentro de ella, porque lo haría, sabía que lograría vencer esa barrera que había interpuesto entre ellos la noche de la gala, estaba enloquecido por esa mujer como nunca le había pasado.
Aquella noche de la gala estaba fastidioso por tener que ir acompañado de esa mujer, aquella que su padre había seleccionado como su "prometida" por un viejo acuerdo realizado con su abuela Dios sabe por qué en alguno de sus viajes a China. Shampoo era bastante atractiva no podía negarlo incluso cayó en sus garras alguna que otra vez, sobre todo en alguna borrachera sabiendo aprovechar muy bien la situación.
Tenía que asistir con ella ya que una gran parte del hospital al que donarían lo recaudado pertenecía a la familia de Shampoo y realmente no podía negarse a ayudar.
Reajustó su moño color negro y mancuernillas, tomó las llaves del auto para dirigirse al hotel que habían seleccionado para celebrar la gala.
Estuvo algunos minutos acompañado de Shampoo, saludando a clientes, empleados, amigos del rubro y demás asistentes a la fiesta hasta que decidió que era el momento de ir al despacho que tenía en cada hotel, para alejarse por un momento de todo y poder soportar lo que restaba de la noche en compañía de la peli morada, pero al final de las escaleras se topó de frente con Shampoo que lo aguardaba levantando ligeramente su vestido dándole una muestra de su liguero.
— Qué haces aquí?
— Shampoo esperar a Ranma.
— No te he dicho que me esperaras ni nada parecido, déjame en paz – reprochó continuando su camino hacia el despacho pero ella se adelantó y lo empujó contra una columna.
— Esta noche tu serás mío — dijo mientras le presionó la polla por encima de los pantalones.
El emitió un jadeo por la sorpresa de manera inconsciente pero rápidamente le soltó la mano al notar la presencia de alguien cerca — te lo repetiré una vez más, déjame en paz Shampoo no quiero nada contigo ni con nadie — decidido a marcharse volteó pero una breve visión en la terraza captó su atención y caminó hacia la misma; al atravesar las puertas de cristal la vio, se encontraba de espaldas, con el cabello corto de un color negro azulado, su cuello era perfecto para acariciar, enfundada en un vestido color rojo vino que marcaba su redondo y perfecto culo dejando poco a la imaginación; imaginó que sería sumamente preciosa y necesitaba confirmarlo por lo que decidió hablar
— Qué hermosa visión me está regalando la noche.
— Creo que te equivocas de visión – contestó dándose la vuelta y todo el mundo para Ranma se detuvo, el no creía en el amor a primera vista ni nada de eso pero juró que había estado equivocado toda su vida.
Era la mujer más preciosa que había conocido, ojos color chocolate rodeado de unas extensas pestañas negras, sus pómulos ligeramente rosados y sus pechos parecían pequeños pero perfectos para él y ascendían con cada respiración que ella emitía, definitivamente tenía que ser suya.
— No me he equivocado, tengo frente a mí a la cosa más preciosa que tuve la suerte de conocer.
Ranma salió de aquel recuerdo volviendo al presente encontrándose con Akane, sonrió dándole un casto beso en los labios antes de tomarla de la mano y llevarla hasta su auto, la conquistaría como ella se merecía y cuando sea el momento indicado se dedicaría a adorarla besando cada rincón de su cuerpo y explorar con ella y sólo con ella nuevas sensaciones.
En la cafetería tomaron asiento y mientras aguardaban que les tomaran el pedido continuaron hablando algo más sobre sus trabajos y sus vidas personales. Akane tenía dos hermanas, Ranma era él sólo con su padre, a quien era mejor perderlo, y su madre.
Ranma sería todavía más sincero con Akane, realmente estaba interesado en ella y no quería iniciar de mala manera.
— Akane quiero hablarte de algo importante, necesito que me escuches con atención, de acuerdo?— De acuerdo — contestó algo insegura.
— Estoy comprometido – soltó sin más — pero no es lo que piensas, yo no la amo y no me casaré con ella.
Akane ahogó un grito con tremenda confesión, sabía que no debía generar ninguna clase de sentimiento por él, era algo prohibido, lo sabía desde que lo conoció aquella noche — Yo…siempre supe que esto estaba mal — tomó su bolso para marcharse.
El la tomó por la muñeca y miró suplicante — por favor escúchame.
Ella notó que el se encontraba bastante afligido por lo que decidió escuchar lo que tenía para decir – habla.
Ranma suspiró fuertemente y comenzó — mi padre arregló ese compromiso por un acuerdo con su abuela, nos conocemos desde hace unos años, no voy a mentirte, tuve algunos encuentros con ella pero fueron casuales y todos fueron en mis borracheras, jamás quise estar con ella de manera consciente.
— La noche de la gala tú…? – intentó preguntar Akane.
—No – suspiró frustrado — momentos antes de conocernos ella me embaucó tras una columna, yo me dirigía a mi despacho para alejarme justamente de ella y me sorprendió allí apretándome fuerte el miembro indicando que esa noche estaríamos juntos.
— Y luego..?
— Luego te conocí, huiste, me enfadé con ella por interrumpirnos, fui a mi despacho y desde allí digité que envíen el vino junto con el sobre, luego bailé contigo y te besé, el resto es historia.
— Pero vas a casarte con ella.
—No lo haré, sólo quería sincerarme contigo y advertirte por si lees algo sobre mí, escúchame Akane, nunca jamás me interesé por nadie como por ti, quiero estar contigo, que seas mía y yo ser tuyo.
Akane se encontraba abrumada por la intensidad de la charla y por lo que había descubierto por lo que continuó bebiendo su café en silencio, Ranma la imitó pero sujetando su mano y entrelazando sus dedos.
Al terminar Ranma alcanzó a Akane a su apartamento y en el umbral de la entrada le entregó una pequeña caja.
— El sábado hay una fiesta por la inauguración de uno de mis nuevos hoteles, me gustaría que vinieras conmigo y puedas hacer uso de este obsequio.
Ella abrió la cajita y descubrió una hermosa gargantilla con un dije en forma de flor color azul — es muy bonita Ranma gracias, pero no puedo aceptarlo.
— Puedes y debes aceptarlo, se parece al color de mis ojos para que me recuerdes siempre – se acercó y la besó con intensidad — eres lo mejor que conocí Akane, dame una oportunidad.
— De acuerdo, iré contigo, pero solamente como amigos – aclaró rápidamente.
— Como amigos – repitió Ranma – volvió a besarla durante largos minutos — hablamos mañana preciosa — y se marchó.
Akane apretó la cajita contra su pecho y pensó en lo perdida que estaba, jamás podría ser sólo amiga de Ranma.
