Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro solamente con el fin de entretener.


.

*

.

*

.

*

.

*

.

— Amiga mía me estás dejando sin palabras y tú sabes que eso es sumamente difícil – mencionó Akari ingresando a la habitación.

— Creo que batí un nuevo récord – ambas estallaron en carcajadas.

— Lo digo de verdad, tu vestido es alucinante.

Akane sonrió al ver el reflejo que le devolvía el espejo, durante la semana recorrió varias tiendas en busca del vestido que creía sería perfecto para la ocasión ya que tendría su cita siendo la acompañante del anfitrión de la fiesta por lo que optó por un vestido largo color champagne, con abertura que dejaba al descubierto algo de piel y un hermoso entramado de brillos que resaltaban muy bien el contorno de sus senos.

Se maquilló sutilmente, se colocó los tacones a juego con el vestido, tomó su clutch y dándose la vuelta notó que Akari se encontraba tras ella bebiendo de una copa seguramente algo de vino.

— Puedes ayudarme con esto? – pidió sosteniendo la gargantilla que Ranma le había obsequiado.

— Wow Akane es muy bonito – su amiga tomó el objeto entre sus manos y lo colocó.

El timbre sonó en ese momento y ambas se sonrieron sabiendo quien era.

— Hazlo esperar unos minutos, yo abriré por ti – Akari se retiró guiñándole un ojo.

Akane tomó aire y recolocó su vestido, al tener espalda descubierta no permitía llevar brassiere, retocó el brillo labial y salió en dirección al vestíbulo.

Ranma ingresó al apartamento encontrándose con Akari al atravesar la puerta.

— Bienvenido Ranma, Akane está terminando de alistarse.

— Buenas noches Akari y gracias, estos son para ti — le entregó una caja de chocolates, sabía que eran su perdición por lo comentado por Akane.

— Gracias pero no era necesario realmente.

— Si lo era, eres su mejor amiga.

Ella sonrió ese hombre si que sabía como conquistar el corazón de Akane — siéntete como en casa, estará en unos minutos — y se marchó hacia la cocina.

Él aguardó algo impaciente que aparezca la mujer de sus sueños recorriendo con la mirada el lugar, se aproximó a una pared cubierta de marcos de fotos en muchas estaban presentes Akari y Akane, en la escuela primaria, preparatoria e incluso en la universidad, luego había varias de Akane con los que suponía eran su padre y sus hermanas junto a unos pequeños, seguramente sus sobrinos de los que tanto hablaba; estaba tan absorto con las fotos que no notó los pasos de ella que se acercaba.

— Buenas noches Ranma – anunció a su espalda.

El volteó y quedó sin palabras, Akane estaba más preciosa que nunca, quería llenarla de besos por todos lados.

— Buenas noches para ti, tengo la suerte de encontrarme frente a un ángel, estas preciosa Akane – Ranma le entregó el ramo de rosas que había traído.

— Gracias tú también estás muy apuesto – ella no podía dejar de recorrerlo con la mirada, es cierto que cualquier ropa le calzaba perfecto pero verlo enfundado nuevamente en esmoquin era otro cantar.

Ambos sonrieron comiéndose con los ojos, ella tomó las flores para colocarlas en el jarrón de la mesita esquinera.

Él indicó que ya era hora de marcharse, principalmente porque debía mantener el juicio, al menos por unas horas, ya que de no ser así terminaría no asistiendo a su propia fiesta. La tomó de la mano y entrelazando sus dedos se marcharon hacia la inauguración del hotel.

Durante el trayecto en auto, Ranma colocó una mano sobre su rodilla desnuda desencadenando un hormigueo y una sensación de calor en su vientre.

— Necesito que dejemos claro algo Akane, estás aquí como mi cita, no me interesa presentarte como amiga — aclaró con tono firme.

Ella no podía negar que tampoco quería intentar ser su amiga, quería ser algo más, no podía negarse a las chispas que se emitían entre ellos cada vez que se rozaban o besaban.

— Me parece bien Ranma, yo tampoco quiero ser sólo tu amiga — comentó con una pícara sonrisa.

Él también sonrió al oír su respuesta —será una gran velada Akane.


Arribaron al lugar aparcando a escasos metros de la puerta, le lanzó las llaves del deportivo al aparcacoches y corrió hacia el lado de acompañante para abrirle a Akane tendiendo su mano.

— Estás lista?

Ella tomó su mano dando un firme apretón inspirando confianza. Ingresaron a la recepción del hotel maravillándose con lo hermoso y lujoso que había quedado el lugar, otro equipo de su compañía fue el encargado de trabajar en ese hotel y habían realizado un trabajo fenomenal, estaba orgullosa de sus compañeros.

— Tus compañeros han hecho un excelente trabajo.

— Yo creía que mi trabajo en tu otro hotel había sido muy bueno pero este realmente me sobrepasó.

— Considero que todos los trabajos son excelentes a su modo, deberías tener en cuenta mi opinión, soy amigo del dueño – le guiñó un ojo logrando obtener una risa de Akane por sus ocurrencias.

Saludaron y conversaron con muchos invitados, inversores incluso los compañeros de Akane estaban presentes en el lugar incluido Shinnosuke que no podía despegar la vista de la cercanía que presentaba ella con Ranma.

Una hermosa mujer de cabello corto castaño y unos ojos azules casi tan expresivos como los de Ranma se presentó frente a ellos.

— Ranma hijo esta noche te veo bien acompañado —

— Hola mamá como has estado? déjame presentarlas, Akane ella es Nodoka mi madre, mamá ella es Akane — miró con ternura infinita a la mujer que sostenía firmemente de la cintura.

— Akane es un placer poder conocerte finalmente, no ha dejado de hablar de ti — Nodoka estrechó en un fuerte abrazo a la joven.

— Gracias señora Nodoka es un placer también.

— Damas es hora de tomar asiento en nuestra mesa — comentó Ranma animado al notar lo bien que congeniaron las dos mujeres de su vida.

Antes de dar inicio a la cena Ranma dedicó unas palabras de agradecimiento a los invitados pero principalmente a todo el equipo de trabajo e invitando a todos a disfrutar de la fiesta y recorrer luego libremente todas las instalaciones.

Finalizando la cena, el hombre que dirigía el evento anunció que en unos minutos daría inicio el baile, Ranma no dudó ni un segundo y tomando a Akane de la mano se encaminaron hacia la pista. Él la atrajo por la cintura y ella cruzó sus brazos alrededor de su cuello logrando que sus cuerpos se encontraran fuertemente estrechados, una suave canción comenzó a sonar y varias parejas más se unieron alrededor pero ellos continuaban inmersos el uno en el otro, observándose fijamente a los ojos.

Bailaron variedad de canciones y a medida que avanzaban cada vez se encontraban más cerca, tanta cercanía lograba que la piel comenzara a arder de deseo por el otro, en un instante Akane volteó aún pegada a Ranma apoyando su culo en la entrepierna. Continuaron bailando de esa manera, él ajustando el agarre a sus caderas y ella contoneándose.

— Akane preciosa deja de provocarme — gruñó en su oído generando que a ella se le erizara toda la piel.

— Quizás estaba esperando tener esta cercanía contigo desde que te vi la otra noche — contestó ella.

Continuaron inmersos en el baile, él dejando un reguero de besos sobre su cuello sosteniéndola firmemente por la cintura hasta que ella emitió un suave suspiro logrando que él alcance su límite, la volteó y besó profundamente.

La sangre burbujeaba bajo sus venas, el deseo iba en aumento a medida que sus labios y lenguas rozaban, finalizaron el beso respirando jadeantes en busca de aire, el la tomó de la mano y decidió que era hora de tener algo de intimidad.

Rodearon a otras parejas que continuaban bailando y tomaron el elevador. Durante el trayecto en el mismo no se tocaron ni besaron pero la tensión era palpable y los mantenía absortos que se sobresaltaron cuando el pitido sonó y las puertas se abrieron. Descendieron en el último piso y Ranma explicó — estamos en la suite que siempre solicitan para presidencia — pasó una tarjeta por el lector e ingresaron.

El espacio era muy bonito, bien decorado los tonos color marfil y dorados predominaban en aquel espacio. Ella no pudo continuar admirando más el trabajo de sus compañeros porque se encontró arrinconada contra una pared por el hombre que la tenía loca.

— Quería algo de intimidad para poder besarte y tocarte como realmente necesito — Ranma colocó ambos brazos a su costado y apretó su cuerpo contra el de ella provocando que emitiera un jadeo que logro terminar de encenderlo y tomó sus labios con fuerza.

Ella enredó sus manos en su pelo sin importar si desarmaba su prolijo trenzado para disminuir la distancia entre ellos, el beso era uno de esos diseñados para dejarte embotada lo que resta del día, sus lenguas se rozaban con fuerza buscando recorrer la boca de su amante. Él la tomó de ambas mejillas buscando más profundidad en el beso y luego abruptamente descendió sus manos hasta su cintura donde emitió mayor presión con sus dedos, despegó ligeramente sus bocas para continuar delineando con sus labios la mejilla y la mandíbula, descendió por el costado de su cuello hasta alcanzar aquella zona sensible por encima de la clavícula logrando que un gemido salga de sus bonitos labios. Deslizó la yema de su dedo a través de la abertura del vestido lo que permitió poder acariciar su muslo y deslizar una caricia por encima de su ropa interior.

— Estás empapada – susurró intentando contenerse y no volverse un animal pero es que esta mujer realmente lo tenía enloquecido.

Comenzó su descenso besando su vientre por encima del vestido, logrando quedar de rodillas frente a ella para saborearla completa.

Akane emitió un jadeo al notar las intenciones de Ranma, el corazón le latía fuerte en el pecho y su boca susurró suavemente su nombre.

— Voy a saborearte preciosa — aclaró Ranma deslizando delicadamente a través de sus piernas las minúsculas braguitas y levantando ligeramente el vestido, sosteniéndola fuerte por las caderas.

Deslizó su lengua por toda su extensión, tomando por primera vez el sabor dulce de su excitación, intercaló besos y fuertes respiraciones acompañados de lamidas con su lengua de abajo hacia arriba y viceversa, delineó con la misma la entrada al placer y su clítoris, sentía todo el temblor del cuerpo de Akane y se atrevió a introducir un dedo en su interior y luego sumó dos más a medida que mordisqueaba y tironeaba suavemente el clítoris generando que aumentara la excitación. Continuó brindándole placer demostrando lo mucho que la deseaba follándola con los dedos e intercalándolos con la lengua hasta que notó el palpitar de su interior sobre sus dedos en una de esas intromisiones sumado a los fuertes jadeos y respiraciones de ella supo que pronto alcanzaría su clímax por lo que aceleró su juego logrando que unos pocos minutos después ella fuera alcanzada por un potente orgasmo.

Akane se encontraba abrumada por el placer, su vista ligeramente nublada, su corazón galopaba fuertemente en su pecho, colocó una mano sobre el mismo para lograr calmarse tras el mejor orgasmo que había tenido en su vida, sintió a Ranma volver a ponerse de pie dejando besos por encima de su vestido sobre su vientre acomodando pobremente el mismo aunque continuaba aún con sus dedos en su interior, cuando ella logró volver a conectar con el presente sus ojos se toparon con los azules de él y notó su pícara sonrisa; él quitó los dedos de su interior llevándolos hasta su boca bebiendo sus jugos mirándola fijamente.

— Mmm sabrosa — y depositó un beso sobre sus labios.

Akane sintió un calor que subió por todo su cuerpo, fue lo más caliente que podía haberle sucedido pero su ronca voz la atrajo de vuelta a la realidad.

— Por más que me muera por continuar y desahogarme también — apuntó a su firme erección apretándole en sus pantalones — debemos regresar, pero poco tiempo porque no voy a resistir mucho más para hacerte mía.

—De acuerdo Ranma — respondió.

—Puedes utilizar el sanitario que es esa puerta de la derecha — le tendió la braga — no olvides colocarla porque recordar que estás sin ella me hará tomarte en medio de la fiesta sin importarme nada ni nadie — agregó de forma pícara.

Ella se rió brevemente y se dirigió hacia el sanitario a retocarse para que la gente no lograra sospechar de la increíble sesión de sexo oral a la que Ranma la había sometido.

Él, por su parte, abrió el mini bar de la suite y bebió una botella de agua fría, necesitaba enfriarse y reacomodándose la polla para que nadie lo notara suspiró pensando lo dura que sería el resto de la velada hasta poder tener a Akane en su cama.


De regreso en la fiesta tomaron asiento en su respectiva mesa sonriendo con complicidad, propinándose caricias y castos besos ante las atentas miradas de los invitados, entre ellos, Nodoka que sonreía plenamente porque su hijo era un hombre entre los hombres y notaba la felicidad que emanaba, sabía que debía intervenir frente a la señora Cologne para cancelar ese ridículo compromiso que su marido había pactado con su nieta y Nodoka no era una mujer que aceptara un no por respuesta.

Se encontraba sobre la barra del lugar manteniendo una conversación con una de las socias y amigas de Ranma y su madre mientras aguardaba que él regresara del sanitario cuando notó unos dedos deslizarse suavemente por su espalda.

— Akane luces espectacular esta noche— la voz de Shinnosuke sonó detrás de ella.

Volteó para tenerlo de frente — Shinno como estás? No tuve tiempo de verte esta noche hasta este momento — comentó levemente incómoda — déjame presentarte a la señora Nodoka Saotome, madre de Ranma, y a Ukyo Kuonji ya la conoces.

— Buenas noches señora Saotome y Ukyo — respondió tratando de sonar amigable.

— No es necesario que me llames señora, llámame solo Nodoka, pronto seremos familia — Shinnosuke al oír eso se atragantó con su bebida.

— Lo siento, tienes un minuto Akane?

— No, no lo tiene — una grave voz respondió por ella. Ranma se acercó y la tomó posesivamente por la cintura.

— Si es para hablar sobre el trabajo podemos hacerlo el lunes, está bien? — intentó apaciguar las aguas Akane.

— De acuerdo, entonces nos vemos el lunes Akane.

Los presentes vieron a Shinnosuke marcharse hacia el otro lado del salón algo cabizbajo.

— Lamento haberme comportado así Akane es que estaba comiéndote con los ojos — susurró sobre su oído para que sólo ella pudiese escuchar.

— Entre él y yo no ocurre nada, creo que ya habíamos aclarado ese punto — susurró también ella.

Ranma emitió un suspiro con fuerza y decidió preguntar.

— Estás lista para marcharnos esta noche? — tomó su mano y depositó un suave beso sobre sus nudillos a modo de disculpa.

Ella no quería estar enfadada por su actitud ni mostrarse nerviosa anticipando lo que ocurriría con Ranma, pero asintió con voz ligeramente temblorosa. Ambos se despidieron de Nodoka y Ukyo y Ranma también de sus empleados para poder marcharse.


Llegaron a una zona de casas residenciales que rodeaban una hermosa zona de playa, la noche estaba preciosa y ella podría quedarse admirando las vistas durante horas.

Atravesaron el umbral de la casa de Ranma, se encendieron las luces e indicándole a Akane que se encontraba en su casa que se sintiera cómoda recorriera la estancia dándole unos minutos. Quedó maravillada con el lugar, era espacioso y una enorme chimenea adornaba una de las paredes, por encima una pequeña vitrina con algunos trofeos que imaginó eran de su época de artista marcial, hacia el costado de la misma se topó con unos ventanales enormes que daban acceso al patio trasero y más allá una pequeña entrada a la playa, salió al patio para admirar la noche y se descalzó con la intención de colarse en la arena.

Se asomó en la barandilla y notó la suave brisa que olía a sal y al mar que la rodeaban y que tan cómoda la hacían sentir; estaba tan absorta en sus pensamientos que se sobresaltó ligeramente al sentir unas manos posarse en su cadera y un cálido aliento sobre el lóbulo de su oreja que encendió nuevamente su bajo vientre.

— Quieres beber algo preciosa?

— Una copa de vino me encantaría.

Ranma en un rápido movimiento sostuvo frente a ella una copa de vino blanco.

— Es el mismo que te envié la noche que te conocí, ya sabes, lo mejor para mi visión — comentó calentando nuevamente su oído.

Ella se volteó y ambos chocaron sus copas para luego beber el vino manteniendo la mirada fija en sus ojos.

— Confías en mí? — preguntó él al finalizar el contenido de la copa.

— Claro que sí.

El deslizó una mano dentro de su bolsillo y de él sacó una venda color rojo, sosteniéndola frente a ella le dijo — hoy me gustaría que disfrutaras plenamente.

Ella sonrió castamente para disimular su nerviosismo ya que nunca había experimentado sexo de esa manera pero quería arriesgarse con Ranma, ese hombre tenía toda la pinta de saber llevarla a lugares todavía no explorados, tomó entre sus dedos la suave venda para familiarizarse y afirmó nuevamente — confío en ti Ranma.

Enredó las manos alrededor de su cuello con cuidado de no tirar la copa y lo atrajo para besarlo y demostrarle de esa forma lo entusiasta que estaba.

Él volvió a tomarla con fuerza por las caderas y continuó con su beso profundo. Al cabo de unos minutos levantó a Akane de modo nupcial y colocando las copas en una mesita en el patio la trasladó hacia su dormitorio.

Al llegar la depositó en el suelo de espaldas a la inmensa cama que adornaba la habitación — Akane voy a quitarte este precioso vestido — y comenzó a despojarla del mismo lentamente, recorriendo con besos y lamidas cada espacio de piel que quedaba al descubierto. Se excitó más al notar que no llevaba brassiere por lo que sus redondos y perfectos pechos estaban ya listos, depositó un suave beso en cada uno y ya desnuda la depositó suavemente en la cama y admiró la visión que tenía enfrente, Akane con la respiración agitada, sus mejillas enrojecidas y su pecho subiendo y bajando por la expectativa, se deshizo de la camisa el pantalón y el bóxer quedando desnudo.

La recorrió con la mirada una vez más y acercó su boca para besarla mientras acariciaba firmemente sus largas piernas, su cintura, sus brazos sus pechos, los jadeos se volvieron más intensos y sabía que debía parar y continuar con aquello que tenía en mente — tengo otra propuesta para hacerte pero solamente será para proporcionarte placer, ¿me dejarías atarte también?

Ella no lo dudó ni un segundo y se lo confirmó introduciendo su lengua en su boca y él respondió al beso luego de unos minutos se deslizó hasta tomar del bolsillo del pantalón la venda y tomó una corbata del vestidor. Volvió a subirse en la cama por encima de ella.

— Te ataré a la cama cuando quieras que pare solo dilo — avisó el deslizando la corbata sobre sus muñecas, haciendo un nudo y atándola a los barrotes de la cama, luego deslizó la venda sobre sus ojos nublándole el sentido de la visión.

Ella estaba fuertemente excitada creía que alcanzaría el orgasmo al instante con cualquier mínimo roce con Ranma.

Sintió un líquido caliente correr sobre sus labios y luego la lengua de Ranma intentando limpiarlo – hoy jugaremos con chocolate — y el líquido también se desplazó sobre sus pechos y vientre, no logró asimilar la sensación de sentir calor sobre su piel porque la lengua de Ranma estaba lamiendo la zona sobre todo sus pezones que se endurecieron al instante al contacto con el chocolate.

Él rodeó con su lengua ambos pezones endurecidos quitando los restos del elixir y los tironeó suavemente generando que Akane se arqueara y suspirara y por Dios que moriría si volvía a escucharla suspirar así; continuó con su lengua el camino desde el espacio entre sus pechos y luego hacia su vientre donde comió el chocolate allí desparramado, introdujo la lengua en el ombligo, se enderezó y tomó nuevamente el jarrito del chocolate para verter un poco más; repitió la escena unas tres veces sintiendo la piel de Akane erizada, enrojecida y caliente sabía que no podía prolongar más el momento por lo que se colocó de rodillas, estiró el brazo hacia la mesita para tomar un condón y ascendió deslizando su lengua sobre su piel pegajosa hasta alcanzar la boca que jadeaba con fuerza.

— Ranma por favor — suspiró ella.

— No tienes ni que decirlo nena, voy a desatarte — tomó la corbata y desarmó ambos nudos, besó y masajeó las muñecas durante unos minutos por si habían quedado resentidas, luego procedió a eliminar la venda. Esos ojos de color chocolate parpadearon varias veces para lograr acostumbrarse a la luz nuevamente y cuando enfocaron firmemente con sus azules supo lo enamorado y hechizado que estaba por ella.

Akane al recuperar la visión se fijó en él y rápidamente lo atrajo para besarlo desarmando su peinado al introducir sus dedos entre su pelo y realizar pequeños tirones; él no dudó en seguirle el paso y a la par que se besaban desesperados Ranma colocó ambos brazos a su costado para no aplastarla con su peso, se colocó entre sus piernas y sin dejar de besarla ni un segundo se colocó el condón y se introdujo en ella con una fuerte estocada; si antes de este momento brotaban chispazos entre ellos lo que siguió al momento de convertirse en uno solo fue que estallaron miles de fuegos artificiales.

—Akane, Akane eres mía, toda mía — dijo entre gemidos y jadeos.

Y comenzó el vaivén de sus caderas, entraba y salía rápido fuerte y profundo, entrar en ella era una jodida perfección, era pequeña y estrecha y eso lograba enloquecerlo. Por su parte Akane se sentía completa, como nunca se había sentido antes de Ranma.

Ella enredó sus piernas alrededor de su cadera para atraerlo más y apretó su culo con sus manos para acompañar el ritmo delicioso que alcanzaban juntos.

Continuaron besándose, tocándose y Ranma decidió colar uno de sus dedos entre su unión para acariciar su clítoris para aumentar el placer, la habitación estaba inundada sólo de gemidos y suspiros

— Ranma, me voy a correr — avisó Akane al sentir el fuego que aparecía en el bajo vientre y aquel escalofrío que recorre toda la columna.

— Hazlo, hazlo conmigo por favor — pidió él y con unas embestidas y caricias más logró abrir la llave hacia el paraíso de ambos, Akane aprisionó con fuerza el miembro de Ranma con sus paredes producto del orgasmo. El placer los recorría en toda su extensión, sentían lava correr por sus venas. Quedaron él encima de ella sobre sus pechos y ella besando su pelo y abrazándolo por la espalda intentando recobrar el aliento.

— Eso fue muy intenso — Ranma besó y mordisqueó un pezón juguetonamente.

— Diría yo que demasiado intenso — aclaró con una enorme sonrisa.

El levantó la cabeza hacia ella —repetimos?

Akane rió y comprendió que amaba a ese hombre que coqueteó con ella desde la primera noche y que obviamente repetirían la sesión y no una, sino varias veces porque ambos estaban bajo un hechizo.


.Fin.


¡Hola a todos!

Bueno qué decirles quise tomar mi cliché favorito(chico mujeriego conoce a chica buena y se enamora perdidamente) para traerlo a esta historia sumando algunos detalles más como incluir algo de bondage suuuuper suave. El tema del juego con el chocolate quería incluirlo desde hace varios fics pero no sabía bien como desarrollarlo por lo que me tomó un poquito de tiempo.

Gracias siempre por apoyar estos desvaríos que se me cruzan por la cabeza pero que quiero transmitirlos y les pongo mucho amor saben que sus comentarios siempre son más que bien recibidos.

Gracias totales como siempre a la página de Fb Fanfics y Fanarts de Ranma Latino por compartir todas mis historias y por haber sido las impulsoras de mi escritura con su convocatoria para el #sextember y también gracias por la difusión a Mamá Nodoka (también en Fb)

Nos reencontramos a fin de mes o para Agosto ya con otro NabikixTaro ;)

Les mando miles de besos y para aquellos que están en invierno como yo ¡a abrigarse!