Vivir para ti
By: Lita Wellington
Capítulo Dos
"Saldremos adelante"
El entusiasmo de mi madre siempre me ha guiado en todo momento, solo nos tenemos la una a la otra, mi padre murió de cáncer cuando apenas cursaba mi segundo grado de primaria, como herencia tenemos un pequeño restaurante familiar que se encarga mi madre y yo le ayudo en las tardes después de clases.
Todos los años visitamos la tumba de papá en el Cementerio de Aoyama, se respira tanta paz y los cerezos en primavera son maravillosos, mi madre fue pretendida por algunos caballeros, pero ella es feliz a su manera y rechaza amablemente el cortejo.
En ocasiones nos han dicho que parecemos hermanas, mi mamá Hana es mi gran amiga y confidente.
Ella está feliz de que siga mis sueños me encuentro estudiando para ser profesora de jardín de niños, pero mi mayor anhelo es arreglar el restaurante de papá y convertirme en una chef de renombre, yo Makoto Kino cumpliré mis sueños.
De la noche a la mañana y por malversación de fondos por parte del contador perdimos el restaurante de papá, fue un golpe terrible para nosotros, mi mamá nunca perdió los ánimos y tuvimos que vender la casa para vivir en un pequeño departamento solo con lo necesario, era de suma importancia termina los estudios para apoyar a mi madre.
Después de mi graduación mi madre tenía una sorpresa para mí, un viaje a Estambul le dije que era una locura que no podíamos darnos ese lujo, que vivíamos al día, pero ella siempre tan entusiasta hizo oídos sordos, hicimos maletas y viajamos a tierras lejanas.
La magnificencia de la Mezquita Azul y el Palacio de Topkapi me dejaron anonadada, mi mamá tenía meses planeando el viaje, buscando los lugares más económicos y mujer previsora vale por dos, Hana Kino se volvió experta en viajes, creo que debería ser promotora turística.
A mitad de nuestra estadía en Estambul revisaba una guía porque estábamos por visitar la Mezquita de Santa Sofía cuando choque con una persona, me sobe la sien pidiendo mil disculpas cuando también hacían lo mismo en perfecto japonés, era el chico más guapo que había visto en mi vida, pelinegro con unos ojos azules de ensueño, me quede sin palabras hasta que llego mamá para salvarme me dio mucha risa cuando pensó que era mi hermana, pasamos una maravillosa tarde, lo único que supe de él que se encontraba en un viaje sabático porque pronto trabajaría como esclavo para su abuelo.
Como última parada del viaje, fuimos de comprar al Gran Bazar para comprar algunas cosas para la casa, lo que me gusto del país que tomamos té como si la vida se nos fuera en ello, y ahí tiene a mi madre comprando un juego de té y tetera para recordar de este viaje en nuestras tardes de ocio. Al curiosear por diferentes locales encontré algo que llamo mi atención un fistol de plata con una piedra azul, lo compre porque me recordó a los ojos del chico guapo.
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Estoy muy emocionada todos mis esfuerzos valieron la pena, comienzo mi vida laboral y mi primer trabajo en un jardín de niños cerca de Roppongi la zona más exclusiva de Tokyo, la paga es buena y estoy lista para conocer a mis niños, son hijos de altos funcionarios del gobierno y familias acaudalas desde la era Meiji, digamos que la pequeña realeza de la ciudad.
Mamá esta igual de emocionada tiene su propio negocio siempre le ha gustado la repostería una afición que igual comparto con ella, sus galletas y pasteles son del dominio público en donde vivimos y tiene sus pedidos regulares.
Me pregunto que debe haber pasado con el chico de Estambul, cada vez que abro mi alhajero veo el fistol, ¿cuantos años han pasado del viaje? Ya han pasado cinco largos años.
Muy bien Makoto Kino revisa tus cosas porque el día de mañana muchas cosas positivas vendrán a tu vida.
Continuara…
Siempre me he preguntado como hubiera sido la vida de Makoto con su madre, espero no decepcionarlos
