MOMENTANEO DOLOR – Omegaverse

Este fic es la continuación de Momentánea debilidad- Omegaverse (Tobirama x Izuna –inicio / Tobirama x Sasuke). Siguiendo el que tiene "final alternativo".

En este caso la pareja escogida serán Kakashi x Obito. No se si recordáis como terminaron estos dos en ese fic, sino es así tendréis que ir a leer… jejejeje.

MOMENTANEO DOLOR

Recopilación de hechos (XD):

Habían conseguido vencer a Madara Uchiha y liberar a todos los afectados por el Tsukiyomi infinito. Tobirama ya no era un edo tensei, sino que Sasuke lo había devuelto a la vida durante su apareamiento debido a ese primer celo donde el alfa albino le ayudó. Ahora son pareja enlazada y ya no viven en la aldea, sino en una pequeña zona rural en las montañas donde se dedican a criar a sus dos cachorros: Hashirama e Izuna.

Luego de cinco años, Naruto y su omega Sakura Haruno, están prontos a tener a su primera cachorra.

Kakashi Hatake es el Hokage de la aldea y Obito Uchiha es su anbu personal… Este pequeño relato se centra en ellos…

(…)

Luego de la batalla contra Madara y la liberación de todos del Tsukiyomi, Obito volvió a Konoha junto a ellos. Aunque a muchos no les gustó, pues el resentimiento tras todas las malas acciones del Uchiha, aunque hubiera sido bajo la manipulación de Madara, estaban en sus mentes. Obito era un criminal de guerra; había sido, junto a Sasuke, el que atacó la cumbre de los Kages y declaró la guerra, había matado a muchos shinobis del éjercito aliado, había capturado a los bijuu eliminando a sus jinchurikis, había creado Akatsuki y atacado a las aldeas con sus miembros… Todas esas acciones pesaban en la mente de los diferentes ninjas de las diferentes naciones afectadas, con lo cual verlo tan tranquilo al lado de los héroes de la guerra como si no hubiera hecho ningún mal antes de ayudar, les llenó de rabia y de ganas de querer justicia. Y ese resquemor, ese cabreo ante las acciones de ese hombre no iban a desaparecer por mucho que Naruto, Kakashi y los demás dijeran que el antes azabache, ahora peli blanco, había sido crucial para vencer a Madara y romper la ilusión del Tsukiyomi. Lo único que habían conseguido, y solo por el respeto que le tenían al rubio y al Hatake, fue que no se lanzaran a linchar ahí mismo al Uchiha del rostro desfigurado, sino que se quedaron con las mandíbulas tensas y los puños apretados, escuchando a los héroes de la guerra y mirando con odio crudo al omega del clan del abanico de más edad.

–Nosotros nos ocuparemos de su castigo, estamos dispuestos a readmitirle en Konoha, la villa a la que pertenece su clan, y hacer que pague y se reforme.– Dijo con firmeza el nuevo Hokage de la Hoja.

–Garantizamos que no volverá al mal camino. Es una promesa, ¿Verdad, Obito?– Secundó Naruto, mientras clavaba sus ojos azules en el nombrado que asintió con una ligera mueca en su rostro, no le gustaba que hablaran de él como sino estuviera.– Confiad en mi palabra. No podemos seguir como antes, ¿Acaso no hemos aprendido nada de esta guerra? Tenemos que aprender a perdonar y dar una segunda oportunidad.

Y como todos sabían que Naruto Uzumaki nunca rompía una promesa, por mucho que no confiasen en el usuario del sharingan con esa extraña capacidad para viajar mediante su poder ocular; decidieron no seguir por el camino del odio. El Uzumaki tenía razón, la venganza no era la solución.

–Más vale que podáis tenerle bien vigilado, aunque sería mejor que le atéis en corto… A poder ser por el cuello– Gruñó 'A' antes de darse la vuelta, si seguía mirando a ese Uchiha se lanzaría en su contra. Pero por ahora, convocó a los suyos para volver al país del Rayo.– En breve buscaré reunirme contigo, Rokudaime. Te deseo suerte en el cargo que afrontas.

Y lanzándole una última mirada desconfiada y airada al Uchiha de pelo blanco se fue con los suyos.

Los demás Kages hicieron recomendaciones parecidas y también pidieron que, más adelante se tenían que reunir para pactar un nuevo acuerdo entre las aldeas, para que esa situación no volviera a suceder.

Y así de esta forma los shinobis de Konoha volvieron a su aldea que aun estaba en reconstrucción, aunque habían avanzado bastante los obreros mientras los ninjas luchaban.

Pero en la aldea, el nuevo Hokage se encontró otro problema… Los ancianos y el feudal desconfiando de Uchiha Obito y exigiendo su encarcelación y sellado, para evitar que usara su técnica. Algo que Kakashi no deseaba hacer por nada del mundo… Desde la finalización de la guerra, mientras se trataban los heridos y se enterraban los muertos, o los preparaban para devolverlos a sus aldeas y así darles correcta sepultura; hasta que pudieron empezar a separarse el gran ejercito aliado y volver cada uno a su nación (con todo lo que ello conllevaba, traslado de heridos, de cadáveres, de material usado…), por lo tanto todas esas largas semanas hasta que volvieron a pisar las tierras del fuego, el Hatake había empezado algo así como un cortejo con el Uchiha. El peligris no quería ponerle el nombre de cortejo, él lo llamaba "algo". Esa reticencia a llamarlo por su nombre real, se debía a la creencia de que estaba gafado, de que todo lo que tocaba o con lo que se relacionaba, lo "rompía" o lo estropeaba, y los que estaban cerca suyo terminaban pagando esa mala suerte suya. Por ejemplo, el mismo Obito… En su juventud, cuando era un adolescente repelente y antipático, descubrió que el azabache le gustaba. En realidad se sentía muy atraído físicamente por ese torpe y escandaloso compañero de equipo, Obito le empezaba a oler muy bien, además de que era muy atractivo, era algo hiperactivo, pero podía lidiar con ello sin problemas. Y… Sucedió la tragedia cuando empezó a observarlo con aun más interés. Era un joven alfa, pues hacía muy poco que había presentado en esa casta, que tenía su vista puesta en el omega que atesoraba, el omega al que quería hacer suyo y poseer; y fue cuando el pelinegro murió, o él creyó que había muerto al intercambiar posiciones con él para salvarle. En realidad el joven omega había terminado en manos de alguien tan manipulador y malvado como Madara.

Unos años después, Rin. Obito le había pedido que cuidara a su beta y compañera de equipo. El lazo de amistad entre el omega pelinegro y la beta castaña había sido tan fuerte que terminaron formando un vínculo de cuidado y protección entre ellos. Y él volvió a fallar… La sangre de la Nohara era la prueba de su fracaso.

También falló en proteger a compañeros anbu, pero eso se lo tomó de forma diferente. Estaba distanciado, emocionalmente hablando, de todos con los que trabajó en esa época pues no quería ser el responsable de más muertes trágicas. Y todo y eso, esas muertes bajo su mando le habían afectado más de lo que deseaba reconocer. Solo un miembro de anbu había conseguido sortear sus barreras, Tenzou. Él fue al único con el que trabó algo parecido a una amistad, y solo ante la insistencia del joven beta castaño.

Y su último fracaso y que demostraba su mala pata en la vida… Sasuke, el cachorro al que más se había permitido apreciar en ese equipo 7 que estuvo bajo su mando, una cría Uchiha con la que forjó mayor lazo, suponía que en parte era porque le recordaba a como era él mismo de niño, y por otro lado, porque era un omega Uchiha igual que lo fue Obito y al cual no pudo ayudar. Y va y ese pequeño azabache con el que se permitió formar lazos, terminó en las manos de Orochimaru y dejándose dominar por el odio y la venganza.

Y era por esos mismos ejemplos que le venían bien nítidos a la cabeza, junto al recuerdo de sus padres que también le "abandonaron", que a ese algo que estaba iniciando con el ex azabache, no se atrevía a darle nombre. Pero para los que les rodeaban y los habían visto, eso era un claro cortejo de alfa hacía un omega que le aceptaba como pareja. Y si, incluso habían tenido algún apareamiento, perdidos en la espesura del bosque, en los momentos que la caravana de regreso a Konoha se había detenido para que todos pudieran descansar. Oh, y como lo había disfrutado Kakashi de poder hacer suyo a Obito, el poder cumplir esas fantasías que tenía desde que, siendo un cachorro recién presentado, había soñado con hacer esas cosas con su compañero azabache. Y ahora, después de tantos años, por fin podía llevarlas a cabo. Ver ese cuerpo desnudo, al igual que el suyo, dejándose llevar por esas caricias y besos que habían iniciado… Acorralarlo contra un árbol y que Obito le subiera una pierna a la cintura y, agacharse un poco para conseguir la inclinación adecuada y así poder penetrarle mientras los besos apasionados y sucios seguían en ese oscuro bosque. Los suspiros, jadeos y gemidos mezclándose junto a los sonidos húmedos por la lubricación del omega mientras recibía su pene en su magnifico y cálido interior. Oh, joder… Ese era el hogar de la polla de Kakashi. Podría ser feliz manteniéndose enterrado y siendo acogido por ese angosto interior. Ese día Kakashi tubo ganas de morder a Obito, algo que había deseado también toda la vida; cortejar a su compañero, morderlo para hacerlo suyo y que así nadie se atreviera a mirarlo, cuando hubieran sido adultos, formar una numerosa manada junto al Uchiha. Pero ahora… Ahora era algo que no se atrevía a soñar, bueno a soñarlo si, lo que no se atrevía es a llevarlo a termino. Seguro que si cedía a sus deseos y caprichos, alguien le terminaba quitando eso a lo que tanto quería aferrarse, eso que le haría feliz, eso a lo que amaba.

Por eso mismo cuando los ancianos le dijeron que el Uchiha era incontrolable y que tenía que pagar sus multiples crímenes, el Rokudaime encontró la solución a sus anhelos más profundos y a el problema que le planteaban los ancianos. No pensaba encarcelar a su… Lo que fuera, mejor no decirlo en voz alta y tentar a su mala suerte. Tampoco pensaba sellarlo, pues le parecía algo cruel y más cuando el Uchiha había sido manipulado por haber tenido la desdicha de ser salvado por Madara. Pero, una mordida era la solución para los que estaban reunidos en esa sala, o sea los ancianos, el feudal y él, los primeros tendrían la certeza de que el omega nunca haría nada en contra de su alfa y él, podría cumplir su deseo de tener un lazo con su omega, camuflándolo con deber para con la aldea. De esa forma el destino, o ese ente o lo que fuera que llevaba toda la vida cebándose a su costa, no podría hacerle nada… Él solo estaba cumpliendo el deber que tenía hacía su aldea, tal como exigía su puesto de Hokage y ninja abnegado en defender su hogar. Era la mejor solución de todas. Todos ganaban. Incluso Obito ganaba, pues el omega aceptaba sus avances y cuando estaban juntos no se ponía un collar para proteger su cuello, lo cual significaba que le permitiría marcarle sin problema… Era algo así como una norma entre castas, si un omega no se ponía un collar ante un alfa que le cortejaba y con el cual se permitía tener intimidad, era porque estaba dispuesto a formar un lazo mediante una mordida con ese alfa.

–No voy a ordenar tal cosa… Obito no será sellado, ni encarcelado.

–Estas pensando con el miembro, Kakashi Hatake.– Se cabreo Homura.

El peligris soltó un suave gruñido ante las palabras de ese anciano, aunque enseguida se contuvo y formó una sonrisa que se apreciaba a través de la máscara.

–No hago tal cosa, y creo que me conocéis lo suficiente para juzgar eso.– Rechistó, que molestos eran. No le extrañaba que Tsunade le advirtiera de que eran unas cucarachas inmundas.

–Sabemos que sientes algo por el omega, se os ha visto juntos de forma intima.– Koharu añadió.– No intentes negarlo Rokudaime-sama.

–Y no lo niego… Me estoy acercando de forma personal con Uchiha Obito, y si tengo interés en él, el tipo de interés que tendría un alfa por un omega que le atrea.– Soltó de forma aburrida.

– Y por eso, no deseas hacerle nada… ¿Quieres conseguir sus favores?– Negó Homura. Lo primero tendría que ser la aldea y no la vida personal de un Hokage.

– Estoy pensando en otra cosa… Si se le sella y se le encarcela para que pague los años que se le pongan de castigo… Perderemos a un prometedor ninja en la aldea, y quiero recordarles que tras la guerra vamos algo escasos. Y además, si hacemos eso entonces si que podríamos cabrear de nuevo a Uchiha Obito, que les recuerdo que está aquí de buena fe y que vino por sus propios pies.– Si es que se les tenían que explicar las cosas como si fueran niños. Definitivamente tenía que montar un nuevo consejo con "verdaderos sabios" y no ancianos decrépitos que se creían viejas glorias. Les sonrió falsamente y de forma inocente por debajo de la máscara.

–¿Y que propones, Hokage?– Haciendo callar a Homura.

–Una mordida. Estoy dispuesto a formar un lazo con el Uchiha y ya sabéis lo que eso supone para ambas partes, el tipo de relación que se establece y la profundidad de unión que se forja. Obito Uchiha dejará de ser un problema y de estar fuera de control.

Los ancianos se miraron entre ellos, ellos mismo tenían un lazo entre ellos que les conectaba a unos niveles que los betas, que no formaban este tipo de relaciones, no podían comprender. Pero un lazo entre alfas y omegas, un vinculo tan poderoso como ese era irrompible y además te permitía saber siempre donde estaba el otro, como estaba y sus sentimientos más profundos.

Koharu asintió y ambos se encaminaron hacía la puerta.

–Hazlo cuanto antes. Solo así tendremos seguridad y podremos estar tranquilos.

–Lo haré durante su celo.– Que hubiera camuflado su deseo con obligación moral hacía su aldea, no significaba que deseara hacerlo cuando su omega fuera consciente y por lo tanto podría dolerle más, aunque fueran shinobis acostumbrados al dolor. Pero eso era igual, lo haría durante el celo de Obito, así ambos estarían más predispuestos y dejándose dominar más por los deseos, la lujuria y el instinto. Además que desde que era un joven alfa se había imaginado que mordería el cuello del azabache, ahora peliblanco, durante ese momento. Y aunque lo había camuflado con deber, también deseaba que ese crucial momento fuera parecido a sus fantasías.

–Esta bien, pero no lo retrases más.

–Por ahora, el Uchiha permanecerá vigilado hasta que nos aseguremos de que le has marcado como tuyo.– Añadió Homura a las palabras de su omega.

Cuando Kakashi se quedó solo, torció el gesto… Esos viejos seguro que eran capaces de estar fuera de la habitación donde hiciera suyo a Obito para asegurarse de que le mordiera, menudos depravados eran. Y ahora tendría que estar burlando la vigilancia que pondrían los ancianos sobre el omega pues no tenía ganas de que le vieran junto al Uchiha.

"Un momento… Soy el Hokage".

Aun le costaba acostumbrarse a su reciente cargo. Su nuevo estatus haría que los anbus que vigilaran al omega se fueran a su orden, no tenía que idear nada para huir del espionaje… Aunque eso podría significar un poco de diversión extra.

Y si, los anbus que tenían que vigilar al Uchiha no conseguían hacerlo… ¿Acaso creían que el omega era tan torpe como cuando era un cachorro? Y, las veces que Obito se dejaba seguir era porque sabía que esos hombres iban detrás de sus pasos. Ni que fuera tan tonto como cuando era un cachorro que solo tenía boca para presumir.

Y si, a veces Kakashi les ordenaba a esos hombres que les dejaran solos, pues él ya estaba allí para "vigilar" a tan peligroso ex criminal de guerra. Y otras veces se ponían traviesos y creativos y buscaban esconderse y burlar a los anbus, aunque fueran adultos tenían derecho a divertirse a costa de los ancianos.

Así cuando Obito Uchiha entró en celo, Kakashi fue a encerrarse con él con todo lo necesario para ocuparse del omega; o sea agua, comida, pastillas anticonceptivas y su amado Icha Icha, para cuando el omega descansara y, si él no estaba muerto de agotamiento, poder disfrutar de una buena lectura de calidad.

Y así se encerraron los tres días de celo, con la clara orden de que nadie se atreviera a ir a espiarles… Kakashi dejó especificado que no deseaba que los ancianos rondaran el espacio donde se aparearían con Obito. Y si, durante una de esas intensas cópulas que compartieron, al llegar Obito al orgasmo y que le ordeñara la polla con los fuertes espasmos de su interior, que cuando le anudó mordió su nuca con fuerza. La unión entre ellos quedó hecha, ahora se pertenecían el uno al otro. Y todos en la aldea podrían respirar tranquilos y dejar de desconfiar de Obito, o que hicieran lo que quisieran pero que no fueran esos viejos decrépitos cada cinco minutos a su oficina para saber si el celo del Uchiha faltaba mucho para llegar.

Luego de que verificaran que el Uchiha llevaba su mordida y ya tenían el lazo, fue que los ancianos le dejaron más o menos tranquilos, después de todo eran viejas glorias que sabían que les quedaba poco tiempo en el poder y que serían destituidos como consejeros en breve… Y eso hizo Kakashi, se rodeó de gente capaz y realmente astuta para que fueran sus consejeros. A Homura y Koharu no les sentó muy bien, pero… A nadie le importó.

Durante un tiempo, su pareja fue "castigada" a hacer pequeños y pesados trabajos por la aldea, para que los habitantes de Konoha se habituaran a él y vieran que no pasaba nada y que estaba pagando un precio por actuar de esa forma; fueron trabajos de limpieza de parques, trabajos de ayudar a ancianos en las compras y en su hogar, etcétera. A Obito no le importó, siempre le había gustado ayudar a la gente. Su corazón era puro e inocente y por ese motivo fue que a Madara no le costó nada manipularle y doblegarle a su voluntad.

Cuando fue el tiempo pertinente, y viendo que la gente de la Hoja ya hablaban con el Uchiha como si nunca se hubiera nombrado su enemigo y propulsor de la guerra, Kakashi consideró que ya estaba preparado para afrontar un nuevo grado de implicación en la aldea. Y se le puso en un equipo, junto a Tenzou y Sai, y los envió a misiones. La verdad es que fue buena idea, Obito hizo buenas migas con Tenzou, que al principio se mostró algo desconfiado y distante, pero el beta pronto terminó aceptando al omega y trabando una buena amistad entre ellos. Además que hacían un gran equipo, los dos con técnicas de madera y peleaban de forma muy coordinada. Además Sai fue una buena tercera pata en ese taburete, el joven alfa causaba gracia y exasperaba en partes iguales a los otros dos. Normalmente Tenzou reviraba los ojos ante sus ocurrencias, mientras que Obito, más expresivo o se cabreaba o se lo tomaba a broma, por suerte la segunda opción fue la que más surgía al comprender que realmente el alfa no decía esos comentarios con malicia.

Y así Obito fue subiendo de rango hasta que terminó como anbu, lo mismo que eran los otros dos; realmente la función al ponerlos juntos había salido que valoraran si Obito podría ser un buen shinobi del cuerpo de élite. Y le acabó nombrando como su anbu personal, el que estaba a cargo de su cuidado. Eso le permitió tenerlo más cercano a él… No pensaba reconocerlo en voz alta pero le encantaba que así fuera, estando unidos mediante un vinculo la necesidad de estar juntos era mayor y las veces que le había enviado de misión junto a esos dos… Le había echado tanto de menos. Los alfas y omegas enlazados tenían esa necesidad, además de que eran muy sexuales… Todos los enlazados lo eran, era como una necesidad básica de sus cuerpos y sus instintos.

Ahora estando juntos y teniendo siempre al peliblanco rondándole, para su protección como Rokudaime, era perfecto para sus "jueguecitos"… El que le llamara de improvisto en la oficina y terminaran follando contra la mesa, luego de despejarla pues una cosa era estar cachondos y la otra desperdiciar todo el jodido y aburrido trabajo que había conseguido adelantar, ¡ser Kage era horrible!… O que Obito se presentara para "darle un informe" de la situación y lo acorralara contra los ventanales antes de bajarle los pantalones al omega, lo justo para dejar su trasero desnudo, él bajarse los suyos un poco y, aprovechando la lubricación del Uchiha al haber notado su necesidad a través del lazo y al haber olido sus feromonas de alfa (que había estado liberando previamente en su oficina para tentarle), penetrarle y copular duramente con él, mientras Konoha se veía ante sus ojos. Menudas folladas le dio a Obito en su despacho… Y en muchos otros sitios de la torre Hokage, pero no podían culparle… Se pasaba tanto tiempo en ese lugar que ya lo consideraba su territorio y, que tenía necesidades. Nadie le recriminó nunca nada, todo y el intenso aroma de las feromonas de ambos y el olor a sexo, era algo normal en sus castas y más al estar vinculados. Además era mejor eso que no que desaparecieran para irse a su hogar a hacer esas cosas… A saber luego cuando volvería a la oficina. Eso si, Kakashi Hatake siempre fue muy responsable y siempre, siempre, siempre tras cada ronda de sexo con su omega le daba un anticonceptivo, sobretodo cuando estaba en su ciclo reproductivo, ya fuera durante el celo o en días previos o posteriores. No deseaba tener cachorros. Estaban bien solos. Su vida era perfecta tal como estaban ahora, quizás si no fuera Hokage y pudiera hacer lo que le diera la gana aun sería todo más perfecto, pero no se podía tener todo en la vida. Aunque realmente esa era la excusa que se ponía a si mismo, cuando la realidad es que no se atrevía a dar ese paso por miedo.

(…)

Desde que volvió a la aldea que fue feliz. Realmente se sentía muy satisfecho de haber recuperado una vida propia, sin estar controlado y manipulado por Madara, cumpliendo el plan del alfa Uchiha sin rechistar y sin preguntarse porque lo estaba haciendo realmente. ¿Era por la muerte de Rin? No, pues sabe que su mejor amiga no hubiera deseado que hiciera tal cosa y él respetaba mucho la opinión de la beta. La verdad es que todo fue obra de Madara y él… Aun teniendo un sharingan se había dejado controlar de esa forma. Pero ahora ya estaba libre, ya podría volver a rehacer una vida y le daba igual que la gente le mirara con desconfianza e incluso odio, era feliz de poder respirar como un hombre libre. Además había iniciado una relación con Bakakashi, al que quería, e incluso habían tenido relaciones durante el viaje de regreso a Konoha; el alfa olía tan bien que no pudo controlar su propia excitación y, terminaron escabulléndose entre el espeso follaje para aparearse. Y eso no fue todo, al volver a la Hoja el Hatake siguió cortejándole y se convirtieron en pareja y cuando fue su celo, el peligris le mordió, vinculándose como compañeros. Adoraba tener esa unión con Bakakashi, podía sentirle perfectamente a través del lazo… Su estima, su cariño, su necesidad, su alegría, su pasión, cuando estaba ansioso o estresado… Todo. Y sabía que el alfa también sentía todos sus estados, además de que ambos sabían donde estaba el otro y si estaba bien o en peligro. Y esas visitas a su despacho cuando sentía que su alfa estaba solo y algo aburrido, o cuando le sentía necesitado y se presentaba donde estuviera… Menuda intensidad que compartían, no sabía si era porque el Hatake era un pervertido encubierto o porque tenía ejemplos e ideas gracias a esas lecturas eróticas de sus libros… Pero lo disfrutaba y quedaba tan saciado, tan satisfecho y tan relajado que al terminar su cuerpo parecía de gelatina y su mente tenía que "bajar de las nubes".

Era perfecto, todo era perfecto… Ya estaba deseando dar el siguiente paso en su relación, se sentía preparado para hacerlo. Pero parecía que su macho, su alfa, no estaba preparado para dar ese paso… Así que se decidió a ser paciente. Pero pasaron los días, las semanas, los meses e incluso años… Y Kakashi Hatake nunca parecía estar preparado. Su relación era buena y el peligris era un buen alfa para él, le conocía y le aceptaba sus travesuras y bromas, sus provocaciones y demás… Pero no quería tener cachorros con él y su instinto clamaba para ser madre, chillaba en su interior cada vez que terminaba un celo y… Y pasaban unas semanas y veía que en su útero no crecía vida, y todo por la dichosa pastilla que su alfa le daba a tomar tras cada celo o, apareamiento donde notara riesgo de embarazo al olfatear su fertilidad.

–Se paciente, Obito. Sabes que a Kakashi Hatake le cuesta aceptar algo como eso… Sabes que tiene miedo.– Le decía Tsunade intentando consolar al desconsolado y afectado omega tras una nueva negativa. Pero realmente la Senju tenía ganas de ir y golpear al terco peligris, era tan idiota dejándose dominar por viejos temores.– Él piensa que todo lo que toca o ama o desea para si mismo lo va a romper o estropear y que va a terminar sufriendo.

Pero Obito no quería escucharla… Sabía que Bakakashi tenía estas estúpidas creencias, pero él estaba a su lado y juntos pelearían contra lo que quisiera dañarles, aunque creía que nada iría a joderles la existencia ya, pues todo eso eran estúpidas circunstancias que se dieron por culpa de otros y en cambio su alfa era tan cabezota que parecía querer cargar las culpas de todo. Él mismo había "vuelto de entre los muertos", porque así es como le creía el Hatake antes de verse en la guerra y, eso ya tendría que ser una señal para su alfa. No todo a lo que había amado en su vida, y amaba, le ocurrían cosas malas. Llevaban seis años juntos y estaba en perfecto estado.

No… Las palabras de Tsunade no le reportan ningún consuelo ya… Esta destrozado. El tiempo pasa y su omega interno ya no siente felicidad, se siente pésimo, horrible, mal omega… Otras parejas a su alrededor han tenido ya cachorros, parejas que tienen mucho menos tiempo vinculados que ellos y él los ve y ve esos omegas con sus cachorros y su corazón se estruja de forma dolorosa y su omega chilla lleno de desazón, luego se escabulle a lo más profundo de su mente y no lo siente durante días, destrozado, roto. Y él se siente igual, pues su omega es él y él es su omega, son la misma persona. Y en cambio tiene que quedarse allí a escuchar a esos omegas narrar sobre sus embarazos, sus partos y las ocurrencias de sus crías y tiene que disimular lo destrozado que esta y lo que anhela sentir todas esas cosas.

Ya no quiere pasar más celos, lo ha decidido… Ya no más. Ningún celo más, no de nuevo. Cada celo era una ilusión por gestar y cada celo es una nueva desilusión, una nueva decepción que le rompe más y más. Es un fracaso como omega, así lo siente y así se siente él. Es un omega adulto, cada vez más mayor, fértil y capaz y, aun no ha engendrado un cachorro. Y aunque sabe que no es por él, sino porque su alfa no quiere, eso no le consuela, eso le hace sentirse más mal. Su alfa no desea tener crías con él, así es como lo siente su omega y ya no quiere atender razones sobre que es por el "temor" de su pareja.

– No quiero el celo…– Suelta con cierto desdén y desazón.

–Obito escúchame.

–¡No, Tsunade! No quiero volver a sufrir un celo. Dame algo para no pasar por ello.– Es firme en su petición, aunque le duela tanto esta decisión.

La Senju niega al oírle. El idiota mocoso de Kakashi… ¡Jodido alfa! Y si, ella también es alfa, pero a veces odia a su propia casta por el dolor que causan, aunque sea de forma involuntaria. Pero el Hatake tendría que saberlo, tendría que ver lo que está causando en Obito, lo que ha ido causando a medida que ha ido pasando el tiempo. Un omega tiene un fuerte instinto para formar una manada con su persona amada y más si está felizmente enlazado y si va pasando el tiempo y no deja que ese instinto se vea satisfecho; cosa rara pues los alfas también desean formar una manada con su hembra; pues el omega va deteriorándose en su autoestima y sus emociones. Por suerte Obito es fuerte y solo muestra cierta apatía en sus acciones y al hablar.

"Maldito Kakashi… Mira que te lo explique y tu seguiste con: 'Obito es fuerte, no le sucederá eso, además es feliz así tal como estamos'." Miró al omega que se mostraba algo decaído. "Ya lo veo, idiota Kakashi. Si que es fuerte, pero como sigas así le vas a quebrar definitivamente…"

– Eso no funciona así Obito.– Intenta explicarle con calma y mostrándole que comprende lo que está sintiendo.– Puedo darte un supresor que hará que tu celo se retrase o incluso algo para amortiguar sus defectos… Pero no para que no lo sufras.

"Para eso tendría que extirparte el aparato reproductor, pequeño". Piensa para si misma, aunque no está dispuesta a darle esa idea al Uchiha, los de ese clan son tercos y cuando se les mete una idea en la cabeza son muy drásticos en su actuar. Si llegaba el momento de sentirse tan desesperado, seguro que sería capaz de pedirle que le opere y ella no quiere hacerlo, aun espera que el alfa Hatake recapacite antes de tener que llegar a ese punto, o de que el omega quiera llegar a pasar por una operación. La opción de extirpar era un camino sin retorno, no podría deshacer tal operación.

–Es igual entonces.– Dice Obito sin mirarla mientras niega frustrado y molesto.

Eso no le sirve de nada, ¿De que iba a servir retrasarle el celo? Solo para que cuando terminaran de pasarlo con su alfa tras ese retraso, volviera a sentir que seguía sin haber vida en su interior. Desaparece antes de que la médico ninja pueda decirle nada más, ¿Total que le diría? ¿Si está todo bien al verle de esa forma y oler ese aroma a angustia y tristeza, que empezaría a liberar en breve sino conseguía seguir estando en control de si mismo?. Obito tampoco desea que le sigan peguntando, ni que intenten consolarle… De nuevo. Él no necesita que los alumnos de su alfa quieran consolarle como si lo necesitara. Además, ¿Qué le dirá? 'Dale tiempo a Kakashi, seguro que al final recapacitara'… O 'El trabajo de Hokage le ocupa mucho tiempo, cuando pase su cargo a Naruto seguro que entonces querrá tener cachorros'… O quizás la de, 'Sabes que le cuesta dar ese paso por el temor que eso le genera, el miedo a no ser un buen padre' o… 'Déjame que hablaré con él'.

Pero él esta harto de que hablen con Kakashi e intenten convencerle de que no tiene porque suceder nada malo, que pueden ser unos grandes padres… Kakashi nunca acepta las palabras de nadie, es como si tuviera un filtro en su cabeza que las desechara sin procesarlas.

"Bakakashi es Bakakashi… Escucha pero sigue en sus trece"

Ya no puede más, ya no más de eso… Está harto de disimular, de fingir, de hacerse el fuerte, de esconder como se siente de verdad.

(…)

Kakashi sale de la oficina antes, ha pedido una semana entera de fiesta y a amenazado a todos para que no se atrevan a buscarle, no quiere ser molestado. A dejado al nuevo consejo a cargo de todo y serán ellos los que se ocupen de su trabajo por esos días.

¿El motivo?

El celo de su amado omega. Está feliz, le encanta pasar el celo con su Bobito, de echo le encanta pasar todos los momentos que pueda con su pareja. Obito es perfecto todo y su hiperactividad, sus burlas, sus travesuras… Lo adora.

Tararea feliz mientras se pasea por la aldea con una sonrisa bajo su mascara y su ojito cerrado demostrando toda su felicidad en ese simple gesto. Pasa por varias paradas del mercado y mientras conversa con los aldeanos compra todo lo necesario para cocinarle algo delicioso a su omega. Tiene que comprar bastante, pues durante toda esa semana piensa mimarle y consentirle, como siempre que el trabajo se lo permite hace. También ha pasado por el hospital para buscar los anticonceptivos para su omega, Sakura se los ha dado mientras le hace una mueca molesta.

–Esto no es bueno para su pareja, no le hace bien.

–Obito-chan esta bien, Sakura. Somos muy felices juntos.– No entiende porque todos le dicen eso. Ellos están bien así.– Me retiro que seguro que Obito y su maravilloso aroma me esperan en casa.

La Haruno ya no le dice nada más, pero si una mueca molesta y tirante se posa en sus labios. Su maestro está ciego sino ve lo que puede llegar a suceder, es eso o que Obito Uchiha a aprendido a engañar ese vínculo entre ambos.

Y por fin está ante la puerta de su casa… Esta ansioso por abrirla y que el atrayente aroma de Obito en pre-celo le rodee. Su omega huele tan bien siempre, y más cuando está necesitado. Ansioso y excitado, consigue abrir la puerta todo y las múltiples bolsas de comida que lleva.

–¿Obito?

Pero no hay respuesta y el aroma es agrio y metálico, en vez del atrayente y dulce olor de un omega en su casi celo. Arruga la nariz con repulsión ante esas olores tan desagradables, son tan malas esas olores que le dan ganas de salir por la puerta de nuevo e irse.

El aroma que tendría que haber encontrado al llegar a su casa es dulce y atrayente. El aroma de un omega que empezaría el celo en breve y el cuerpo se prepara llamando y atrayendo al compañero sexual del omega en cuestión. Un olor que le excita y le pone ansioso por reunirse con su pareja, un aroma que hace que su pene se ponga erecto ya solo percibiéndolo a bastantes metros, pues los alfas y los omegas tienen un potente olfato, y más él al ser del clan Hatake. Y en cambio encuentra ese aroma deprimente, desagradable y que daban ganas de alejarse, un aroma que le provocaba arcadas. Pero no se iría pues percibía que Obito, su amado omega, estaba tras ese aroma. Se cubre la nariz y busca a su pareja. Algo sucede… Se preocupa por su peliblanco ante eso que le llega. Encima Obito ha cortado la conexión del lazo que comparten, algo que requiere un gran control y una precisión muy buena.

El rastro le guía hacía el protegido cuarto del nido, el lugar más intimo y protegido del hogar que comparten desde hace años. Y allí encuentra a su amado, acurrucado en el nido en posición fetal y sollozando, le está dando la espalda y el olor es tan intenso en esa zona que sus ojos lagrimean. Pero tiene que acercarse más y más, todo y la repulsión y el rechazo que libera Obito mediante el aroma. También nota un poco más su vínculo, al estar tan cerca lo siente por fin y, siente el dolor de su omega, su depresión, su desesperanza. Frunce el ceño preocupado y estresado por sentirle tan mal.

Cuando se acerca hasta casi poderle tocar, ve el kunai y la sangre… Sale de su zona abdominal, no… Aun más abajo, de su bajo vientre y se extiende por el nido. Y eso que ve en las manos de su pareja… Ese trozo sanguinolento de carne. Lo observa horrorizado.

Se agacha con suavidad y toca a su pareja del hombro, Obito sigue llorando desconsolado, adolorido y afligido, pero no hace nada por evitar que el alfa le gire con mucha suavidad, con la preocupación en su mirada.

– Oh dios, Obito… ¿Que has hecho?– Mientras acuna su rostro desesperado al verle así.– ¡No te duermas! ¡No lo hagas!

Le dice con cierto histerismo en su voz al ver como los ojos de su amado se cierran un poco. No puede perderle, no quiere perderle… Su amado Uchiha. No soportaría perderle.

–Vamos.– Se prepara para levantarle. Ignorando el quejido que sale de los labios del Uchiha.– Lo siento… Lo siento… Aguanta un poco. Por favor… Aguanta.

–No… No quería sufrir un… nuevo… celo… así…– Musita con voz débil su Uchiha.

–Obito, quédate conmigo cariño.– Mientras hace acopio de su chakra y se prepara para usar el kamui en ambos, tiene que llegar ya al hospital, tienen que atender a su pareja ya. Nota su corazón muy acelerado, mientras que el corazón de su omega va muy despacio. Su cuerpo tiembla y le cuesta concentrarse. Al final consigue realizar el kamui, la técnica de su pareja, pero que comparte con él al poseer uno de los ojos de Obito.

–¡Tsunade! ¡TSUNADEEEE!… Ayuda… Sa-¡SAKURA!– Con su olfato busca a la mujer, ignorando al resto de personal que le salen al paso para ayudarle. Solo confía en Tsunade y Sakura, son las mejores médicos de Konoha y, cree, las únicas capacitadas para salvar a su omega. Esta desesperado, se siente desesperado.

Tsunade sale con el ceño fruncido de una de las salas, no sabe porque coño está gritando con ese histerismo el Hatake pero como sea porque se han vuelto a herir en un entrenamiento en el que se han emocionado los va a matar a ambos, o sea al Rokudaime y al otro implicado, ya sea Obito o Maito Gai; pero al ver al Uchiha en los brazos de Kakashi pareciendo desmayado y al oler la sangre, se acerca corriendo a evaluarle. Le destapa de las mantas que ha puesto el peligris para taponar la herida y detener el sangrado. Y abre los ojos alarmada al apreciar la grave herida.

–¿Que ha sucedido?– Mientras le guía hacia los quirófanos al ver que en su agitación y en su estado de shock, el Hatake es incapaz de soltar al omega.

–No lo se… Me ha dicho que no quería pasar más celos así.

Y Tsunade hila ideas, mientras da ordenes de que preparen bolsas de sangre y el quirófano. Obito había ido a pedir algo para no sufrir un nuevo celo y al no poder dárselo, pues los supresores no funcionaban así, ha… Joder… ¿De verdad a sido capaz de herirse de esa forma? No sabe que narices se debe haber echo en su interior con esa herida, pero espera que no sea nada muy grave… Reza para que solo sea un corte profundo y ya está, pero hasta que no le abra no podrá asegurar que tiene realmente.

–¡Tsk! Maldita sea.– "Y malditos Uchiha por saber controlar tan bien las emociones". Porque Obito había ido a verle, pero solo se había mostrado algo decaído al decirle que solo podría darle supresores y ya.

Sakura viene corriendo por el pasillo, dispuesta a ayudar en cuanto se lo han dicho. Observa a Kakashi con una mirada decepcionada… Los alfas no entienden a los omegas y el fuerte instinto que poseen… Y mira que se lo avisaron.

(…)

Ambas mujeres, más un equipo de enfermeras y ayudantes se encierran en el quirófano con el omega Uchiha mientras Kakashi, al que han echado del quirófano, se pasea nervioso e inquieto por la sala de espera, parece tigre encerrado en una jaula y no se calma ni desea comer nada de lo que le traen Naruto y Tenzou, Sai también aparece y extrañamente se queda en silencio mientras mira la puerta preocupado. Obito Uchiha es su amigo, es alguien que siempre se reía ante sus ocurrencias a diferencia de otros que han llegado a pegarle y a enfadarse.

Kakashi mira cada cinco segundos la puerta donde sabe que están operando a su pareja. Sabe que lo sucedido es su culpa, que Obito ha hecho eso por su culpa, aunque no entiende porque lo ha hecho… Las señales, micro señales estaban cada año que pasaba, cada celo infructífero para el omega… Y él como un estúpido las desecho y las minimizó.

Recuerda que tras cada celo, al pasar algunas semanas de que ese terminara, Obito iba a que le revisaran y al volver del hospital venía triste, dolido y apático. Muy en el fondo sabía porque era, se lo habían advertido y avisado; Sakura lo había hecho pues ella también era omega y había visto el anhelo del Uchiha al ver su vientre de embarazada y posteriormente a su cachorro recién nacido; Tsunade fue otra que se lo advirtió, la alfa Senju como doctora conocía a los omegas y lo que sentían. Pero él ignoró todo eso y al ver a su pareja en ese estado buscaba animarle.

¿Y que hacía?

Pues le soltaba alguna pulla a su omega, alguna broma, alguna provocación… A veces necesitaba insistir para sacarle de ese estado decaído. Y lo conseguía, Obito de pronto suspiraba para si, tomaba una gran bocanada de aire y adquiría ese papel de eterno rival suyo que se molestaba ante su arrogancia y prepotencia y le retaba a una pelea. De esa forma conseguía que olvidara eso que le afligía. E iban a pelear a alguno de los campos de entrenamiento que rodeaban la aldea y allí el Uchiha liberaba su frustración contra él y ambos peleaban con todo, pues él también se sentía mal por estar haciéndole eso a su omega. Y peleaban y se entregaban a esa batalla, pues era algo que ambos disfrutaban, el retarse y poder pelear sin contenerse. Y al terminar se lanzaban a comerse la boca, pues la adrenalina del combate aun estaba en sus cuerpos y estaban muy excitados. Y en esos días follaban con un salvajismo y brutalidad que ambos disfrutaban; mordiscos, arañazos, agarres, llaves de dominio… Y así era como Kakashi creía que evadía la mente de Obito de eso que el omega quería. Pero ahora veía que eso no había servido, que no había ayudado a Obito a quitarse ese anhelo, sino que la situación se había agravado hasta culminar en eso… Su omega se había dañado a si mismo de tan mal que estaba con ese sentir. Y él, que se jactaba de ser astuto y de saber comprender a grandes shinobis (y Obito era un gran shinobi además de su pareja) y en cambio, no había visto lo que le había causado.

Frustrado y preocupado se pasó la mano por el pelo. Necesitaba saber que estaba bien, que su amado no iba a morir… Y las horas pasaban de forma tan lenta. Miró la puerta de nuevo y siguió su nervioso caminar. Era la primera vez que se sentía así… Él siempre había sido pasota y calmado, alguien de temperamento controlado y relajado y ahora estaba que se subía por las paredes.

La puerta se abrió y veloz fue al encuentro de la Senju.

–¿Obito…?– Preguntó con temor por la respuesta.

–Él está bien, ya está fuera de peligro.

Kakashi se sintió vivo de nuevo, el alma le volvía al cuerpo y sentía que podía llenar sus pulmones de nuevo.

–Verás él se ha…

(…)

Tuvieron que obligar a Kakashi a salir del quirófano, pues el alfa estaba reacio de apartarse de su pareja inconsciente.

–¡Kakashi!... ¡KAKASHI! Sal fuera, ¡ahora!– Pero el alfa seguía ahí como hipnotizado, mirando a su omega y liberando hormonas agrias por el estrés y la ansiedad de ver a su amado de esa forma. Se le plantó delante y le zarandeo.– ¿Quieres que le salvemos la vida? Pues entonces sal fuera, ¡YA!

Y medio empujándole consiguió echarle de la sala.

–Bien, empecemos.

Le rasgaron la ropa al Uchiha, mientras los ayudantes le ponían oxigeno al peliblanco y lo conectaban a las máquinas de constantes. Desinfectaron los bordes de la herida y entonces pudo comprobar el alcance de la misma.

–Corte irregular, esta claro que lo hizo él mismo con un kunai o algo parecido…– Miró el cuerpo del omega en la camilla.– ¿Por qué no me dijiste que estabas tan desesperado, mocoso?

–Pobre Obito-san… Los alfas no comprenden lo que nos puede llegar a afectar no cumplir con los anhelos de nuestro instinto.– Por suerte Naruto bebía las aguas por ella y, si se atrevía a hacer algo que no le gustaba, rápidamente lo ponía en su lugar con un buen golpe.– Kakashi-sensei ha sido tonto por no notarlo…

–Yo tampoco lo noté Sakura… Y eso que lo he visto está misma mañana.– Había visto cierto malestar, cierta apatía y tristeza… Pero no para llegar a esos extremos.

–Las constantes son estables, Tsunade-sama, Sakura-san.

Las dos asintieron y aguantando la piel cortada para poder trabajar en lo que se hubiera hecho dentro el Uchiha.

–Se ha de reconocer que los Uchiha son buenos escondiendo sus sentimientos, pero sensei también es bueno leyendo las emociones… Además están vinculados.– Estaba firme en pensar que era imposible que alguien como Kakashi Hatake no hubiera notado nada sobre el estado de su pareja.

–Puede que Obito haya aprendido a camuflar su sentir del vínculo…– Puede que fuera realmente hábil en más cosas de las que creían.– Oh, kami-sama… ¿Qué te has hecho, omega?

Los ojos de Sakura se humedecieron al ver lo que había echo sobre si mismo ante la desesperación que debía estar sintiendo el pobre Uchiha. Los instintos eran una mala perra y con el tiempo, sino los satisfacías te ibas frustrando y frustrando y, podías terminar tomando medidas desesperadas.

–Se ha extirpado un ovario, trompa de Falopio incluida…– Las lágrimas caían de sus ojos sin poderlo evitar, sorbió con fuerza.– Se ha mutilado de la peor forma posible.

Tsunade, trabajando veloz para detener la hemorragia y poder salvar el útero del omega y evitarle una infección ante esa carnicería, apretó los labios con fuerza hasta convertirlos en una fina línea y frunció sus cejas. Se sentía furiosa por ver a donde había llegado todo eso… Como algo que había advertido, y había sido ignorada, había terminado.

–Se ha mutilado a si mismo por su desesperación, realmente no imaginaba que llegara a tanto su estado.– Se sentía responsable. Si Kakashi la hubiera escuchado y se lo hubiera tomado en serio, habría hablado con su pareja y podrían haberse ayudado uno al otro… Y si se hubiera obrado de tal forma, Obito Uchiha no estaría en esa camilla donde ella y Sakura estaban intentando arreglar esa burda mutilación. Y si Obito Uchiha les hubiera contado como se sentía realmente… Tampoco estaría en ese estado. "Malditos niñatos estúpidos los dos…"

Luego de horas de trabajo, de sutura, de limpieza, de arreglar esos cortes hechos por el mismo omega, de salvarle el útero y el ovario izquierdo… Fue que terminaron, cerrándolo, aplicando chakra para cerrar lo máximo de herida y poniendo un buen grueso de vendas para proteger la zona.

–Voy a informar al tonto de fuera.– Miró al Uchiha sedado en la camilla.– Llevadlo a un cuarto y no le dejéis solo. Quiero a alguien siempre con él en la habitación.

Estaba claro que si se había hecho eso… Podría querer seguir si le decían que no había conseguido mutilarse del todo, que aun tenía otro ovario y un útero funcionales. Ella misma hablaría con los dos y si, tanto uno como el otro seguían igual, estaba dispuesta a operar a Obito Uchiha y vaciarlo, pero sería en unas condiciones controladas y estériles y, haciéndolo ella que para eso era médica.

(…)

–… Ha buscado extraerse el aparato reproductor él mismo, eso que le hace omega, Rokudaime-sama.– Explicó algo tensa y con los dientes apretados. Tenía que controlarse para no golpear a ese alfa, el nuevo Hokage y un shinobi que siempre había sido de su confianza.– Ha conseguido extirparse el ovario derecho y hemos estado hasta ahora intentando arreglar lo que se ha causado. Por ahora hemos conseguido que su útero este a salvo y su ovario izquierdo igual. Esto es lo que has causado desoyendo nuestras consejos y avisos.

Kakashi se dejó caer contra la pared detrás suyo y de allí resbaló hacía el suelo. Él había causado eso. Él y solo él. Las lágrimas escaparon de su ojo visible, el tapado también lloraba, se sentía culpable, miserable...

Tsunade le miró viendo como de mortificado se sentía, como de herido, como de culpable… No valía la pena pegarle y descargar su cabreo con él, bastante mal se sentía el Hatake. Suspiró y soltó el aire de forma ruidosa, consiguiendo relajar sus tensos músculos que hasta hace apenas unos segundos habían estado dispuestos a saltar para golpear al peligris.

–¿Él… Él está… Bien?– Preguntó mirando desde abajo a la mujer. Su Obito, su Bobito… Su amado… Le había hecho daño… En su afán de protegerse y protegerlo, en su temor de que algo les fuera a ocurrir si aspiraba a querer algo más, algo que aun les haría más felices a ambos… Le había herido tanto.

–Acompáñame, Kakashi. Te llevaré ante él.– Ya había eliminado el recelo y la distancia que había querido marcar en su cabreo contra ese hombre, comprendiendo que solo era un alfa herido tras muchas y terribles tragedias que le habían sucedido en su infancia y adolescencia.– Pero tienes que hablar con él… Si realmente no deseas formar una familia a su lado, díselo y asegúrate de dejarle en claro que no es por él que no quieres hacerlo, pues su instinto le hace sentir un fracaso como omega al no concebir y le hace ver que es su culpa. Su lado racional comprende que es cosa tuya, pero su instinto no razona… Solo siente.

–Lo haré, Tsunade. Voy a arreglar las cosas… Lo prometo.– Lo cierto es que él si desearía formar una manada con su Uchiha, ese era un sueño que tenía desde siempre, pero era el temor y sus traumas, lo que siempre le tiraba hacía atrás.

–Eso espero y, si él desea extirparse su aparato reproductor omega… Lo haré Kakashi, y luego no habrá vuelta atrás. Por lo tanto pensad bien que queréis en vuestra relación.– Se detuvo ante una puerta y la abrió, pidiéndole a Sakura que estaba haciéndole compañía al Uchiha, en realidad vigilándole, que saliera.

La pelirosa miró seria y enfadada a su antiguo sensei, pero la mano de Tsunade en su hombro y la pequeña negación le hicieron desistir de decir nada.

Kakashi entró viendo a su pareja más pálido de la cuenta en esa cama de hospital, pero al menos no veía su rostro contraído de dolor como cuando lo encontró en el nido, en realidad su Uchiha irradiaba paz. Sintió la puerta cerrarse a sus espaldas y caminó hasta estar al lado de esa cama, levantó la mano para acariciar con suavidad la mejilla de su pareja, pero se detuvo al ver abrirse ese ojo negro de forma acusatoria y resentida. Con dificultad, y tras mirárselo unos segundos, Obito se giró para darle la espalda.

–Márchate, Kakashi… Márchate por favor…– La voz salía algo ronca y rota, dolida.– Déjame solo, te lo ruego…

Bajó la mano y su mirada, cerrando los ojos al poder ver el daño que había causado, no solo el físico, sino el emocional. Y escuchar los suaves sollozos que liberaba su amado le rompían el corazón aun más. Estaba tentado a hacer lo que Obito le pedía, su omega no le quería allí, pero se dio cuenta de que si lo hacía aun sería peor. Si le dejaba solo ahora, lo único que haría es que Obito se sintiera abandonado en ese momento y además había ido allí a arreglar las cosas, si seguía actuando como hasta ahora todo seguiría igual. Obito pensando que era el culpable de que no quisiera formar una familia con él, él sin poder superar sus traumas, Obito seguiría con su idea de castrarse y… Luego las cosas podrían ponerse aun peor. Lazos rotos, ellos destrozados por el abandono y por la rotura de su vínculo… ¡No! Amaba a su pareja y quería luchar junto a ella para tenerlo todo.

Se acercó aun más y le abrazó, enterrando su cara entre el hombro de su pareja y su cabeza.

–No me iré, no me iré…– Le musitaba de forma dulce y suave, mientras le pasaba las manos por la espalda en lentos masajes.– Te quiero, Obito. Te quiero tanto, mi Bobito.

Las lágrimas ahora caían de sus ojos, mojando la bata de hospital que llevaba su pareja.

–Lo siento… Lo siento. Todo esto es mi culpa… Soy idiota. Lo siento tanto, mi amado gatito. Lo siento… Lo siento mucho– No dejaba de disculparse mientras seguía llorando y presionaba con firmeza, pero sin dañarle, en ese abrazo a su amado.– Te he dañado con mi estupidez… Quería… Quería protegernos a los dos de mi mala suerte y… He terminado dañándote yo mismo en el proceso. Pero es que me haces tan feliz, estar contigo y ser tu pareja me hace tan feliz que no me atrevía a querer soñar con tener más… Pensaba que si quería más, que si buscábamos aun tener más de esa felicidad… Que sería entonces cuando lo perdería todo. Lo siento mi amor.

Amaba a su Bakakashi, le amaba tanto y… Terminó llorando junto al peligris y acariciando su cabeza con suavidad. No podía castigarle con su silencio cuando el mismo alfa estaba tan mal… Se necesitaban mutuamente.

Esa noche compartieron esa cama de hospital, liberando ambos un aroma suave y relajante para calmar al otro y hacerle sentir bien. No deseaban separarse, se necesitaban tanto en esos instantes.

Tsunade le dio el alta a Obito a la mañana siguiente, no necesitaba estar más tiempo en el hospital pues se encargaron de cerrar las heridas con chakra y solo revisando que nada en su interior hubiera ido mal o que alguna infección se les pudiera haber pasado, ya estaba.

–Obito, Kakashi… Esto no puede volver a suceder… – Pues esto era un problema de los dos como pareja.– A la próxima podrías no tener tanta suerte Uchiha. Deja pasar un tiempo, hablado con calma y decidid lo que queráis para vuestro futuro y… Si queréis ser solo vosotros dos, ven a mi Obito, yo me ocuparé de programar la operación y así será en un entorno estéril y realizado por profesionales.

Luego se acercó en especifico al omega.

–Escúchame bien, muchacho terco… La próxima vez que estés mal o necesites hablar… Hay gente que está dispuesta a ayudarte y a escucharte, yo entre ellos. No vuelvas a llegar a este limite, por favor. Ven a mi antes o a Sakura o a… A quien tu quieras o tengas confianza, pero hazlo.

El peliblanco le asintió, tenía razón la Senju. Había actuado mal y había preocupado a muchos por querer resolverlo él solo, por creer que podría solucionar ese malestar por si mismo.

–Lo siento. –Susurró. Y llenando sus pulmones al máximo y luego soltando el aire en una rápida exhalación.– No volveré a actuar de esta forma, Tsunade. Os he hecho sufrir por mi terquedad.

Lo que Kakashi le había hecho sufrir al "quererles" proteger de ese trauma que cargaba, él también había hecho sufrir a los que le rodeaban por no querer molestarles con sus problemas de omega. Los dos habían obrado mal y los dos habían tenido consecuencias con sus actuaciones. No volvería a suceder, había aprendido la lección.

Su celo se retrasó al causarse ese dolor, ese trauma para su cuerpo. Tardó como tres semanas en volver a sentir los síntomas del que sería el celo. Suspiró, lo aguantaría estoicamente y luego, ya con calma iría a visitar a Tsunade para programar su esterilización total. Esa sería la forma más fácil de que su omega, su instinto, dejara de sufrir tras cada concepción negativa. Los primeros meses serían igual, pero luego esas hormonas de su cuerpo irían desapareciendo al no producirlas por no tener aparato reproductor omega y así hasta que su instinto dejaría de sentirse como un fracaso por no gestar. Sería la mejor opción, aunque luego necesitaría lubricantes artificiales para poder humedecerse y acoger a su alfa en su interior para las copulas, pero era un precio a pagar por dejar de sufrir.

–Kakashi, ya has notado que en breve tendré el celo.– Claro que su alfa lo había notado, el aroma que desprendía ya le tenía excitado durante esos días previos.– Me iré a casa, ya he avisado para que venga alguien a sustituirme en el puesto. Acuérdate de traer lo necesario para pasar estos días.

Besó a su alfa y se apartó veloz antes de que ambos se pusieran más intensos y terminaran haciendo algo en la oficina, algo peligroso en esos momentos pues su celo podría adelantarse y terminarían apareándose en ese lugar. Menudo escandalo sería, no porque no hubieran tenido relaciones en la oficina o cualquier lugar de la torre, sino porque ese sitio terminaría siendo su territorio durante todo su celo… Los tres días que durara.

Mientras estaba en casa, cada vez más caliente y necesitado en espera de su próximo estro; pensaba que durante esas tres semanas luego de salir del hospital, Bakakashi y él habían estado sincerándose el uno con el otro. El alfa le había estado explicando sus temores, el como muchos de los que había amado habían muerto y eso le causó temor a llegar a amar a alguien de nuevo. El mote que le pusieron en anbu a causa de eso mismo. "Kakashi el mata amigos", y como se decía que estaba gafado y que todos los que entraban en su vida morían.

Pero yo estoy aquí, Kakashi. Yo no morí.

Mala hierba nunca muere, Bobito.– Bromeó para quitarle hierro al asunto.– ¡Auch!

Si, Obito le había pegado por esas palabras. Un golpecito flojo en falsa ofensa que también buscaba hacer menos pesado un asunto tan serio.

¡Idiota!– Y puso un puchero mientras fruncía el ceño.– Pues ahora te toca aguantarme para toda la vida.

Estoy encantado de hacerlo.– Le besó en la mejilla.– Se que estás aquí ahora, pero durante años te creí muerto… Y luego descubrir que caíste en manos de ese desgraciado y que te manipuló de esa forma… No puedo evitar sentirme culpable, si no me hubieras salvado ese día…

¡Basta! Yo lo hice, yo y solo yo escogí hacerlo. Y si volviésemos atrás lo volvería hacer, una y mil veces o las que sean necesarias, Hatake Kakashi. Yo escogí salvarte y fue MI elección. Tu no tuviste la culpa de nada.–No le dejó que le interrumpiera.– Y Rin, eso fue culpa de los que la raptaron y le encerraron el bijuu en su interior. Y ella fue la que se tiró en medio de tu ataque… Tu no podías hacer nada, Kakashi.

Pero te prometí que la protegería.

No, ya lo hiciste Kakashi. Pero ella también era shinobi, al igual que tu. A los dos os enviaron a diferentes lugares y tu, por mucho que seas hábil… No puedes estar en dos sitios a la vez.– Le acarició la mejilla con cariño al ver el pesar en su rostro.– Y tu no fuiste culpable de las decisiones de tu padre. Los ninjas fueron crueles, el mundo es cruel y él no lo aguantó más… Para mi fue un gran héroe y alguien a admirar, pero como padre obró mal, Kakashi. Él te dejó cuando aun le necesitabas.

Se abrazaron con fuerza y estuvieron horas de esa forma. Esos días comprendió muchas cosas de su alfa, su pobre Bakakashi que quería cargar el peso de todo y las responsabilidades de todo sobre sus hombros. Y él no dejaría que su instinto fuera tan egoísta como para hacerle cargar también con cachorros… Por eso él había tomado esa decisión de ir a ver a la médico para someterse a la cirugía de extirpación.

Soltó un jadeo y se encorvó por el dolor en su zona abdominal por el celo. Soltó un gemido y se desnudó para dirigirse hacia el nido. Llamó a su alfa a través del vínculo. ¡Le necesitaba ya!

Kakashi estaba terminando las compras para esos días cuando sintió la necesidad de su omega, dejó el dinero en el mostrador y agarrando las bolsas, no se tomó ni el tiempo de correr hacía casa, usó el kamui ahí mismo.

–Rokudaime-sama, su cambio…– Pero el Hokage ya había desaparecido.

–Debía tener prisa, Taro… La próxima vez se lo daremos.– Mientras agarraba el cambio de la mano de su hijo y lo guardaba en un sobre con el nombre del líder de la aldea.

Kakashi llegó a casa y oliendo el dulce y excitante aroma de su pareja y como le llamaba desde el nido, tiró las bolsas en el sofá y desnudándose por el camino fue hacía el lugar. Se detuvo justo antes de entrar… La última vez que iban a disfrutar del celo del Uchiha sucedió eso… Tragó saliva ante el recuerdo, una imagen que no se podía quitar de la mente, y aunque el aroma ahora era dulce y atrayente, muy excitante pues ya estaba erecto y libreando gotitas de pre semen, no se atrevía a terminar de dar el paso.

–¡KAAKASHI! ¡Entra ya, idiota!– Resopló al sentirle allí y no verlo entrar ya, si hasta apreciaba los dedos de sus pies desde su posición en el nido. Soltó un gemido necesitado y caliente, olía a su alfa y su lujuria.– Te ne-necesito… Todo está bien, Bakakashi.

Y eso pareció sacar de su estupor al peligris que entró en la habitación del nido y le miró de arriba abajo, asegurándose de que todo estaba correcto.

–Vamos alfa… No ocurre nada malo, te lo juro.– Su pareja a veces era muy sentida, por eso tenía esos problemas que no le dejaban avanzar. Quería hacerse responsable de todo, cargar con todo sobre sus hombros.

Le dio la espalda y le mostró su entrada mojada por sus fluidos, mientras se sujetaba los cachetes del trasero mostrando como ese agujero rosado necesitaba ser llenado. Y sonrió al escuchar el jadeo que liberó su pareja al apreciar como estaba y como se ofrecía. Aun sonrió más al sentirle pegado a su espalda y como usaba su lengua para probarle.

–Ohh… Siii.– Menuda pericia con la boca tenía su Hatake.

Ese fue un gran celo, uno de los más emotivos que habían compartido. Ambos se amaron, a veces con dulzura y mucho cariño, y en otras ocasiones fueron salvajes y bruscos, intentando dominarse mutuamente y disfrutando de esos juegos que tanto les encantaba practicar, pues los juegos eróticos era algo a lo que ambos eran aficionados y no podían faltar en sus apareamientos. Atarse, cambiar de posturas y lugares, retarse a cualquier actividad que les resultase excitante, masturbarse frente al otro sin permitir que les tocara para hacer que su necesidad creciese, lamer y morder, usar juguetes sexuales para aumentar aun más el placer, comer usando al otro como plato, usar como condimentos las esencias que producían, ya fuera semen o lubricante… No tenían reparos a hacer todo lo que les resultase morboso.

Y cuando esos tres días terminaron; cuando Obito ya no sintió su interior en llamas ni esa molestia recorriendo su cuerpo, cuando el último nudo de Kakashi bajó y pudo salir del interior de su omega fue que se miraron uno al otro transmitiéndose tantas cosas… Aunque ninguno de los dos comprendiendo al otro del todo, malinterpretándose uno al otro, ¿o quizás solo uno de ellos lo hacía? ¿Cuál era el siguiente paso a seguir ahora? ¿Actuaban igual a como hacían después de cada celo del omega? Los dos deseando algo, algo que todo y esas largas conversaciones desde el "incidente" hasta ahora, nunca habían tocado. Uno por pensar que ese trauma era algo que su alfa nunca podría superar, demasiados años con esa creencia como para que ahora se lanzara de cabeza a querer más. El otro por no saber plantearlo; si ni él mismo sabía si estaba preparado para atreverse a más, todo y que cada vez intentaba creer en lo que le decía su omega y sus compañeros… Él no había sido el culpable de todas esas situaciones, los demás también habían actuado según sus decisiones. Pero le costaba, le costaba auto convencerse del todo. Le era difícil.

El Uchiha le dedicó una sonrisa algo tensa y un poco triste a su alfa, ya sabía lo que tocaba ahora, la pastilla anticonceptiva. Era el paso que seguían siempre, cuando ya su celo finalizaba, su alfa le daba una de esas píldoras para evitar una gestación, para evitar tener cachorros. Cerró los ojos despacio mientras abría su boca de forma mansa, aceptando la decisión de Kakashi, no le iba a obligar a hacer o tener algo para lo que no estaba preparado, y quizás no lo estaría nunca, además de que ya empezaban a tener cierta edad. Luego de eso, pasado una semanas más, para que así fuera seguro, programaría con Tsunade su extracción… Era lo mejor para todos, Kakashi no se vería forzado a nada y tampoco estaría con el temor de seguir causándole daño psicológico a su amado y él, él conseguiría que su parte omega dejara de sufrir anhelando algo que no tendría jamás.

Oyó un ruido como de algo siendo tirado contra el suelo y su ceño se frunció, aunque no abrió los ojos. Enseguida sintió la lengua de su alfa penetrando en su cavidad bucal mientras su nuca era sujetada con cariño, le siguió ese sorpresivo beso y cuando se separaron abrió los ojos mirando interrogante al peligris. El bello rostro de Kakashi le devolvía una sonrisa mientras sus ojos le transmitían profundo amor.

–¿Qué…?– No entendía.

–Hagámoslo, Bobito. Tengamos cachorros.

–No Kakashi… No tienes que forzarte a hacer algo por mi, ya lo he asumido y me ocuparé de que no vuelva a pasar nada como lo de hace unas semanas. Pero se que…– Fue silenciado con otro beso por parte del alfa y al separarse le volvió a sonreír decidido, mientras le sujetaba las mejillas.

–No me estoy forzando. Quiero tener una familia contigo, quiero atreverme a que seamos aun mucho más felices, mi amor. – Sus palabras, aunque susurradas estaban cargadas de decisión y fuerza. Quería hacerlo, amaba a su omega y quería una relación plena, quería una manada.– Se que te he hecho sufrir y no tengo derecho a pedirte esto tras tanto tiempo negándonos, por mi culpa, a tener una bella familia, pero lo quiero Obito. ¡Lo quiero! Y… Y me gustaría tener más de un cachorro, aunque se que vamos algo tarde. Quiero ver como tu vientre se hincha con mi semilla, quiero consentirte todos los caprichos y antojos, quiero estar a tu lado durante el parto, siendo tu apoyo y ver como nuestro bebé sale de tu bello cuerpo, quiero oír su primer llanto y ver como mama de su perfecta madre, verle crecer juntos y llevarle al bosque para enseñarle a rastrear, jugar con él… Mi vida, no llores.

Obito había empezado a llorar a medida que él hablaba y le estaba haciendo llorar a él. Le quitó los rastros de lágrimas con los dedos mientras le besaba una y otra vez, besos cargados de amor y con sabor salado.

–Estoy… Estoy feliz.– Empezó a ronronear sin poder controlar el impulso. Escuchar todo eso le llenaba de dicha pues es lo que él deseaba y lo que había soñado durante tanto tiempo, desde que empezó a crecer su necesidad de tener pequeños.

–Mi Bobito, yo también estoy feliz cariño. Y… ¿Podemos tener más de un hijo?

Deseaba poder disfrutar de ese proceso varias veces, si su amado omega así también lo quería. Después de todo, ya que se iba a permitir vivir plenamente y sin temor, ¿Por qué no hacerlo a lo grande y cumpliendo sus fantasías de cuando era joven? Había deseado tener una gran manada cuando presentara y se uniera a su omega, ese niño molesto y bocazas del clan Uchiha, siempre soñaba con que tendrían muchos cachorros con Obito, el niño del cual estaba enamorado y deseaba como compañero. Él había sido hijo único y sentía que eso era muy solitario, por eso él tendría más de un hijo con su amado.

Obito parpadeo y miró al peligris… Cuando Kakashi se lanzaba a algo no iba con medias tintas…

–Yo… Su-supongo, Bakakashi. ¿Pero que te parece si empezamos con uno y luego vamos viendo sobre la marcha?– Quien le iba a decir que ahora él sería el sensato de los dos. Pero enseguida sonrió grande mientras se mordía el labio, pensando y… Terminó asintiendo emocionado.– ¡Si, hagámoslos!

Después de todo, tendrían que practicar e intentarlo mucho para tener más de un hijo y eso era algo que a los dos les encantaba.

(…)

Su primer cachorro fue una pequeña de pelo gris como su padre y los dos decidieron llamarla Rin. Aunque hubo un ligero conflicto por el apellido que llevaría, nada que un pequeño desafío no superara. Así que tras solucionarlo, la pequeña terminó llamándose Rin Hatake. Estaba claro quien fue el vencedor de ese desafío.

Unos cinco años después, Rin se convirtió en hermana mayor de Sakumo Uchiha, Obito venció ese desafío por decidir que apellido predominaría. Y tres años después, en un embarazo algo delicado por pequeñas perdidas que sufrió durante los primeros meses el peliblanco, por suerte Sakura Haruno hizo un gran seguimiento y fuerte control para que todo fuera rodado; nacieron los gemelos Hide y Shion, esta vez cada padre escogió que apellido ponerle a cada uno de los pequeños. Así que Kakashi decidió ponerle Uchiha a Hide, mientras besaba a un sorprendido y algo cansado, tras el parto, Obito.

–Te amo por encima de cualquier cosa, mi Bobito.– Dijo como toda explicación de porque decidió eso en vez de ponerle Hatake.

–Yo también te amo, Bakakashi.– Y así Obito decidió que Shion sería un Hatake.

Tsunade entró en ese momento junto a Rin y Sakumo a los que había estado cuidando para dejar que los padres estuvieran tranquilos en el momento del nacimiento, además tampoco era cuestión de preocupar en vano a los pequeños, pues escucharían los gritos de su madre al alumbrar y se inquietarían pensando que quizás le estuvieran haciendo algo malo.

–Id a ver a vuestros hermanitos.– Les dijo a ambos cachorros soltando su mano.

Estos corrieron al nido para reunirse con sus padres y sus nuevos hermanitos. Estaban emocionados por poderlos conocer por fin.

–¿Puedo acercarme a comprobar que todo este bien?– Después de todo era médico, aunque sabía que ambos habían hecho un buen trabajo ocupándose de limpiar a los pequeños y de limpiar a Obito y el nido.

Ambos padres se miraron desconfiados, era algo normal, el instinto así se lo dictaba, aunque terminaron asintiendo. Igualmente Tsunade fue muy cautelosa, sobretodo ante las miradas y los suaves gruñidos de advertencia.

–Son unos bebés muy sanos. Lo habéis hecho bien, como siempre. Y, ¿Kakashi te has ocupado de que sanar posibles desgarros?– Era algo obligatorio para toda pareja enlazada el aprender jutsus médicos para evitar muertes de cachorros o de la madre por posibles complicaciones y aprender a cerrar desgarros para evitar hemorragias. Después de todo los omegas y alfas enlazados, solían preferir partos en casa, en su zona de confort y donde se sentían más seguros y relajados.

– Si, Tsunade-sama. Esta la zona desinfectada, curada y lavada.– Obito había sufrido un buen desgarro en ese parto doble, pero ya se había ocupado y la piel estaba cerrada, como si nunca le hubiera sucedido nada.

–Pues entonces ya no me queda nada más por hacer aquí. Os he dejado comida en la nevera para Rin y Sakumo.– Se marcharía y dejaría que la manada interactuara entre ellos y descansaran.– Si necesitáis que me quede con Rin y Sakumo manda a Pakkun y los pasaré a recoger.

Kakashi la acompañó a la puerta, agradeciendo todo lo que había hecho por ellos.

–Es un placer, vuestros hijos son tan buenos y astutos, bastante calmados.– A diferencia de los cachorros de su alumna y de Naruto que eran unos terremotos muy inquietos.– Y por favor, deja ya de preñar a Obito…

–No prometo nada.– Sonrió bajo la máscara travieso.

–Sois incorregibles… Empezasteis tarde, pero ahora no hay quien os detenga.– Y sonrió al apreciar la sonrisa que se marcaba bajo la tela, para luego despedirse.

Hatake Kakashi volvió al cuarto del nido y se quedó en la puerta, mirando satisfecho a su manada. Obito acurrucando a sus hijos, los recién nacidos contra su pecho y Rin y Sakumo tumbados mirando embelesados a sus hermanitos. Se bajó la máscara que se había subido al sentir a Tsunade y se unió a su familia.

–Duerme Obito, lo necesitas.– Le besó en la sien y se tumbó con ellos. Había sido tonto para negarse eso durante tanto tiempo, pero ahora lo tenía y se sentía pleno y tan feliz.

Con un ronroneo para toda su familia, su omega cerró los ojos, se había ganado ese descanso tras las horas de parto. Él mismo se unió a ese ronroneo con el suyo propio, el de un alfa satisfecho que buscaba la comodidad para su familia.