Un carruaje paró frente a una casa de dos pisos en la calle Gracechurch, donde la señorita Elizabeth Bennet fue recibidos por un matrimonio de mediana edad y una joven rubia.
"¡Lizzy, no sabes cuanto te extrañé!", la joven abrazó fuertemente a Elizabeth.
"Oh, Jane también te extrañé muchísimo. Estoy tan feliz de verte nuevamente. Tía, tío Gardiner gracias por invitarme y enviar a John a buscarme. Le mandé una nota a mi padre para avisarle que voy a quedarme cinco días adicionales en Londres."
"Me alegro que te quedes con nosotros unos días más, pero mejor vamos a charlar adentro mientras tu tío y John se encargan de bajar el equipaje."
En pocos minutos la familia estaba ya reunida en el comedor, escuchando las noticias de su visita a Kent y del matrimonio Collins en particular. Les contó además sobre la triste noticia de la frágil salud de Anne De Bourgh y además, casi en forma involuntaria, mencionó en varias ocasiones al Sr. Darcy.
Los Gardiner, y en particular Jane, se sorprendieron al escuchar a Lizzy hablar de las buenas cualidades del Sr. Darcy e incluso detectaron un brillo especial en sus ojos, pero se abstuvieron de hacer comentarios al respecto.
Durante la cena, Lizzy tuvo oportunidad de observar detenidamente a su hermana. Jane se veía mejor que la última vez que se habían visto, pero aún estaba delgada y sonreía mucho menos que antaño. Además, por momentos parecía estar absorta en sus pensamientos y había algo distinto en la expresión de sus ojos.
Esa noche, en el dormitorio que compartían, Lizzy decidió sincerarse con Jane y contarle lo que había pasado con el Sr. Darcy. La reacción de Jane no fue lo que ella esperaba.
"Jane, no me gusta tener secretos contigo, por eso voy a contarte algo que seguramente te va a asombrar tanto como a mí. ¿Estás preparada?"
Jane asintió con la cabeza, y sonrío forzadamente para seguirle el 'juego' de su hermana.
"El Sr. Darcy ayer me propuso matrimonio."
Jane abrió muy grande los ojos e incrédula le dijo, "Lizzy no me gusta este juego, y es de muy mal gusto que hagas ese tipo de bromas."
"Jane, no estoy bromeando. Durante las semanas que estuve en Rosings estuve mucho tiempo en compañía del Sr. Darcy, y el día de ayer me propuso matrimonio. Pero acepté por el momento solo ser cortejada ya que no lo conozco aún lo suficiente. En dos días va a venir a visitarme aquí y además insistió en que quiere hablar con el tío Gardiner."
Muy preocupada Jane comentó, "No sé qué decirte Lizzy. Espero solo que no esté jugando contigo y que no se haya tomado libertades que no debería."
"Jane, ¡el Sr. Darcy es un caballero!"
"El Sr. Bingley también era un 'caballero' Lizzy, y sin embargo después de que me propuso matrimonio, nunca más volvió a Hertfordshire. Solo tengo miedo de que te desilusiones."
Lizzy frunció el ceño, después de una pausa y una leve sonrisa le dijo a Jane, "Tienes razón. No perdamos el tiempo hablando de ese hombre, que no vale la pena. En dos días sabremos si el Sr. Darcy es inconstante."
Minutos más tarde, Lizzy se durmió profundamente ya que el viaje había sido cansador, mientras que Jane no pudo dormir por varias horas pensando en todas las cosas que podían salir mal y deseando que el Sr. Darcy desistiera de cortejar a su hermana.
La idea de tener que ver nuevamente al Sr. Darcy y al Sr. Bingley la aterraba. Ya sabía que había hombres ricos como el Sr. Bingley que solo querían divertirse, y quizás el Sr. Darcy era uno de ellos. Tenía mucho miedo de que este caballero fuera igual de deshonorable que su amigo y lastimara a su hermana. Además, aunque el Sr. Darcy fuera un hombre honorable, estaba el riesgo latente de que supiera lo que había pasado con el Sr. Bingley y ella junto con sus hermanas estarían arruinadas.
