Ilegitima

-muy bien Shizuru, te he llamado aquí para decirte que serás tu quien se case con la gran Duquesa Kruger, no crees que es un honor?-

Terminaba de decirme mi padre con una sonrisa retorcida, pero sabía perfectamente por qué lo hacía.

-te estoy hablando!, contesta cuando te hablo, parece que no eres alguien noble-decía golpeando su escritorio recordando su tono de voz antes de golpearme.

-si, padre para mí sería un gran honor casarme con alguien quien es considerada traidora y que no se sabe nada de ella, si está muerta o viva y que todas sus propiedades hayan pasado a la familia imperial - decía con cierto sarcasmo

-pero quien te crees!... - esa era mi hermana mayor Sakura.

En un principio quien se iba a casar con la Duquesa era; Sakura, ella decía que fue amor a primera vista cuando sus ojos se encontraron y que no podía permitir que nadie más que no fuese ella se casara con la Duquesa. Entonces padre no pudiendo negar la petición de su querida hija hizo todo lo posible para que eso sucediera suerte o no la Duquesa kruger aceptó, desgraciadamente antes de los preparativos de la boda estalló una gran guerra donde a la duquesa se le categorizaba como la espada y el escudo del imperio y era más que cierto ya que ella ganó la guerra y conquista del país vecino.

Desgraciadamente cuando la Duquesa regresaba con la victoria se le había tachado de traidora, los motivos son inciertos, unos decían que la duquesa era la que había provocado la guerra en nombre de la familia imperial otros que todo esto era un treta para despojar a la familia imperial del poder y etc. Al final la familia imperial había dictado que la gran Duquesa Kruger ya no era más parte del imperio, haciendo que todas las cosas pertenecientes al ducado kruger pasaran a manos de la familia imperial, pero gracias a un contrato prenupcial el cual aún no ha sido disuelto por razones que se desconoce, este indicaba que si no mandaban a la hija de los Fujino a desposarse con la Duquesa este tendría que devolver el dinero que se les había otorgado desde un principio, como pago por dar su hija.

Entonces heme aquí tomando el lugar de mi media hermana, porque claro padre, ni nadie en esta casa se atrevería a mandar a Sakura al último lugar que le quedaba a la Duquesa la cual no fue despojada ya que tenía la propiedad a nombre de su madre, cuando era soltera.

-... si eres una hija Ilegítima!, pequeña basura-terminaba de decir Sakura mientras me empujaba con demasiada fuerza haciendo que me resbalara y cayera-crees que serias una Duquesa no me hagas reír pedazo de escoria - me decía pateándome como podía y yo tomando una posición fetal para evitar gran daño.

Era más sencillo para ellos mandar a alguien que no valía la pena, con alguien que no valía la pena de tener el derecho de la duda.

En ese momento entendía que me estaban dando la oportunidad de salir de este infierno queriendo o no decirlo, entonces no importaría lo que sucediese aun así me iban a mandar, entonces que se jodan. En su cansancio que note al seguirme pateando tome su pie y lo jale para que Sakura cayera, me puse arriba de ella y fingí pegarle, esta era la primera vez que la veía con miedo en los ojos y al ver mi puño se cubrió la cara empezando a llorar, había sido una expresión agradable de ver, desgraciadamente alguien me jalaba haciendo que chocará con una maseta, no te que era mi padre mientras las sirvientas ayudaban a mi hermana.

-maldita loca!, padre!, dale una lección!, déjala solamente respirando que entienda su lugar!, ves cómo me trato!?, es una salvaje! - decía exasperada Sakura mientras yo intentaba no gritar por el dolor en mi espalda

-ah, Shizuru te di mi apellido, mi comida, ropa, educación y así me pagas? - me decía mi padre acercándose-te he dicho siempre que tienes que ser educada con tu hermana-

Pará ese momento él estaba agarrándome del cuello del pretendo de vestido que me había dado, pero era lo más probable que era alguna de las sirvientas o de algún muerto, reaccione cuando sentí mi cara entumecida como mi cerebro ligeramente moverse por las sacudidas pero mi mente pasó ese sentimiento de que ya no iba a ser lo mismo aun así me mandarían a aquel lugar. Así que cuando pretendía darme otra bofetada tome su mano y la mordí lo más fuerte que pude, para después sentir un golpe en el estómago.

-agh! -

-mi señor! -

-traigan el botiquín y al médico! -

-padre! -

-solo traigan el botiquín, no voy a llamar al médico solo por esto-decía mirándome con expresión de enojo, mientras recuperaba el aliento

-pero padre que tal si tiene rabia-

-Sakura basta, ya déjala, ella ya no estará aquí así que ya-

-pero padre.. -

-Sakura! -

-ugh, siempre eres así con ella! -

-y tú… - mirándome como trataba de levantarme - ve por tus cosas tienes 2 horas- sentenció.

Como pude salí del estudio con dolor y sabor a sangre que no era mía, fui a lo que era mi habitación el cual era el almacén donde nadie iba y nada guardaban, solo había unos cuantos libros, un pequeño colchón desgastado con sábanas y una que otra caja que hacía de mi mesa y silla, para después empezar a guardar las pocas cosas que tenia.

Para llegar a la última propiedad de la Duquesa tomaron 3 días, fueron un calvario porque era la primera vez que viajaba en carruaje, el cochero solo me daba una pieza de pan mientras él se iba al pueblo comía una comida caliente y dormía en una cama mientras que yo dormía dentro del carruaje con el caballo en el granero hasta llegar a la pequeña mansión de la Duquesa, no era tan grande como la mansión del Conde pero si lo vemos de cierta manera se necesitaría por lo menos 5 personas para mantenerla presentable, pero se veía que no le habían dado mantenimiento por mucho tiempo.

Cuando me di cuenta el cochero había bajado mis cosas.

-bueno es todo lo que trajo, adios-

Se subió de nuevo y yo no podía evitar mi enojo agarre una piedra y se la lance haciendo que el caballo se asustara y este corriera despavorido mientras tomaba mis cosas y entraba a la casa.

Al entrar se veía espaciosa, tranquila se veía el desgaste pero no interrumpía que era un lugar armonioso y agradable, se notaba el amor en este lugar o eso yo lo sentía.

-no puedo pensar mucho en eso ahora tengo que conseguir algo de leña para la noche-me dije mientras seguía metiendo lo que me faltaba para ir después por madera o algo para poder encender la chimenea.

Habría sido difícil encender la chimenea si no hubiera robado cerrillos, y algo de aceite de la casa del Conde así como otras cosas. Entre lo malo de que mi madre me abandonara cuando ya sabía algunas cosas de la vida que son aprendidas cuando es uno un poco más grande lo bueno es que sabía cómo encontrar madera para una fogata, y vivir sin muchos lujos, hubiera sido mejor que no me hubiera abandonado pero tampoco podía entenderla y supongo que eso era lo mejor, o hizo lo que pudo antes de que las cosas fueran por otro lado o simplemente yo muerta o vendida al mejor postor, por eso no la odio; pero la odio por abandonarme con alguien como lo era mi padre el Conde.

-no puedo hacer gran cosa pero fue buena idea robar estas papas, asi que mientras limpio un poco dejare estas papas asándose-

Mientras veía como el día se transformaba en un pestañeo, el cielo era estrellado, el calor apenas llegaba donde me encontraba y me ponía a pensar que; era libre, nadie me gritaría, o me intimidaran o que me den la comida que estaba apuntó de echarse a perder, sino es que ya lo estaba, ahora podía hacer lo que quisiera, ese fue mi pensamiento escuchando como tornaba la madera de la chimenea y sacando una bolsita muy bien guardada entre mi vestido para sacar unas cuantas monedas que me había dado el Conde, no eran muchas pero mañana podría ir al puedo a ver que consigo, tengo muchas cosas que hacer ese fue el último pensamiento antes de ver que ya estaba lista mi cena.

El lugar era enorme, con mucho polvo pero no podía simplemente dejarlo así como estaba, pero tampoco me atrevería a limpiar todo el lugar es demasiado para una sola persona entonces solo limpie la pequeña sala de estar, donde estaba la chimenea, como la cocina, y un cuarto para poder dormir, mire por los alrededores encontrándome con lámparas, alguno que otro frasco y unas cuantas cobijas no había nada más pensando en que podría hacer con todos esos muebles que si los podía vender o hacerlos leña y venderla o cambiarla por comida, no tenía que preocuparme por el agua ya que había visto cerca un río entonces el agua no me faltaría.

Poco a poco iba haciéndome de mis cosas, los aldeanos del pueblo me ayudaban con lo poco que podían cuando iba a comprarles, eran muy amables a decir verdad y eso era algo que en cierta parte me hacía sentir extraña, claro que les decía que no se preocuparan y que me dieran lo que era pero son muy insistentes sabían que vivía en una casa sola, que no estaba muy cerca pero tampoco tan lejos del pueblo y sumándole a eso que soy una joven de 19 años era lo que les preocupaba un poco más.

-Supongo que era inevitable o normal, con el Conde no era así, por esa misma razón creo que me siento algo incomoda-me dije a mi misma mientras guardaba mi colecta del día de hoy-necesito más cosas si quiero sobrevivir al invierno-

.. Crack..

Iba a empezar a hacer la cena cuando escucho un sonido proveniente de la puerta, me asuste por un segundo.

-hay alguien ahi- dije con esperanza que sea alguna persona.

Pero si no lo era, sería un animal salvaje el cual tampoco podía simplemente dejarlo pasar y que fuera al pueblo, tenía que hacer algo ellos me había ayudado mucho, así que tomé uno de los cuchillos que había comprado no era tan largo pero era el más filoso que tenía, y procedí a ir a la puerta donde insistía el ruido.

Al abrir la puerta me asuste era una persona ensangrentada, lo sabía por qué tenía sangre entre seca y fresca en la frente pero sus ojos eran los que me habían llamado la atención.

-tu, tu no eres Mai-