Los Besos Etéreos de sus Pétalos
– ¿Qué me responde a lo de antes, Sensei?
La que preguntó es Alicia Testarossa, una alumna de la escuela Saint Michael para señoritas, a su profesora de Físico-Química y ESI (Educación Sexual Integral), Shamal Wolkenriterr. Alicia siempre fue una chica enfermiza y acudía regularmente a la sal de enfermería de la escuela que a veces era atendida por Shamal. Y a lo que Alicia se refería con su pregunta era si Shamal la quería como su novia cuando ella fuese mayor de edad y tras la graduación de la secundaria alta (que increíblemente coincidían el mismo día para Alicia a finales de año). Alicia desde los quince estaba enamorada de Shamal y al año siguiente se le confesó amorosamente y desde entonces llevaba esperando la respuesta de su profesora. Shamal al principio pensó que era un capricho de una alumna con las hormonas alteradas… pero Alicia fue insistiendo con su pregunta aunque siempre de forma calmada y respetuosa. No le preguntaba todos los días, ni todas las semanas, y ni siquiera todos los meses desde la primera vez… sino cuando a la misma Alicia le parecía prudente y pertinente saber si tenía alguna oportunidad con su amada profesora para cuando fuera casi una adulta. Shamal tenía sentimientos contradictorios para con Alicia… Por un lado le agrada en suma forma que Alicia fuera una alumna tan aplicada (era raro que en cualquier materia o asignatura su nota bajara de un 80) y que fuera amable, sincera y solidaria con sus compañeras de salón… y en cierto modo no tendría problema con contestarle con un simple pero sincero "Sí, quiero ser tu novia" pero ya a sus 35 años y desde antes de recibirse de profesora nunca tuvo interés en emparejarse… No es que no haya tenido antes alguna que otra oportunidad pero nunca le atrajo la idea de tener pareja… ¿Para qué emparejarse? Claro, habría supuestamente un proyecto en común siendo pareja de X persona pero ella estaba conforme con su vida y no sabía del todo bien si realmente deseaba que alguien entrara en ella como compañera de vida. Pero la jovencita de a poco iba derribando sus "defensas" puesto que le agradaba la sola vista de su persona y le gustaban mucho sus sonrisas sinceras y hasta juguetonas. Alicia era simplemente guapa y la tenía ahí acostada sobre una de las camas de la enfermería y tapada por una ligera sábana… y en los últimos meses había caído en la tentación de pensar en Alicia cuando se masturbaba… ¿Qué iba a hacer con esta chica que la empezaba a desarmar…? Entonces Shamal le respondió algo bastante oportuno según ella misma:
– Te voy a dar mi respuesta definitiva el día de la graduación.
Alicia sonrió ligeramente al escuchar a su profesora. Además notó que Shamal hizo un atisbo de tocarle un cachete con la yema de los dedos pero se contuvo "justo a tiempo". Verdaderamente Shamal se comportaba como la profesional que era porque jamás le pondría encima las manos a una estudiante…
– Que así sea, Shamal-Sensei. Lo bueno es que sólo faltan dos semanas para mi graduación.
Dos semanas después…
Casi todas las estudiantes estaban alegres y quizás algo tristes a la vez por graduarse de la secundaria alta. Alicia hablaba con su gemela Fate y la novia de ésta, Nanoha, pero cuando vio que Shamal se alejaba de los grupos de alumnas y profesores que festejaban el fin de año y la graduación ella la siguió hasta cerca del banco en uno de los grandes laterales del campus de la secundaria. El pasto cortado al ras y los maceteros daban una vista y un olor exquisitos. Salvo ellas dos casi nadie más estaba por aquella parte de la esucela…
– Shamal, ¿al final qué me respodes?
Le volvió a preguntar Alicia tras sentarse al lado de su ex profesora.
– Ah, Alicia… Lo cierto es que lo pensé mucho y te digo que…
Alicia estaba altamente expectante ante el silencio de la otra rubia.
– Sí, te quisiera como mi novia. Pero por hoy no podemos ni siquiera abrazarnos… ni darnos de la mano…
– ¡Ah, claro, Shamal! ¿Qué te parece si entonces para mañana tenemos nuestra primera cita?
Shamal sonrió cuando Alicia se levantó y empezaba a retorcer ligeramente hacia los lados los brazos y daba brinquitos de lo emocionada que estaba.
– Cálmate, Alicia… Te puede dar una recaída por la euforia…
– ¡Sí, lo sé! ¡Pero esto es un sueño hecho realidad para mí!
Ahí estaba de nuevo la sonrisa tan tierna de Alicia que empezaba a encantarle demasiado a Shamal. Siendo así como se desarrollaron los eventos no tenía nada de malo probar si efectivamente podían ser una buena pareja… Pero Shamal creía de corazón que bien podría estar con Alicia de por vida...
FIN
