Esta es sólo una historia hecha por una fans enamorada de Brynjolf y del gremio de ladrones. Skyrim pertenece a los nórdicos XD, a los elfos oscuros, a los argonianos, a los imperiales y por supuesto a Bethesda.
Skyrim NO pertenece a los thalmor.
Bethesda, haz que Brynjolf también nos ame.
Prólogo
..
Usaba una capa que le cubría la espalda y la cabeza.
El aire de la posada era cálido y el olor de los borrachos y el alcohol fluían por la estancia nórdica.
Se llevó la boquilla de su botella de cerveza a los labios mientras su mirada estaba fija en una mujer que comía a unas mesas más lejos. Ella, por su parte, no se había dado cuenta de la presencia del hombre. Volvió su vista hacia el fuego de la chimenea.
Sus caminos se habían cruzado en Riften, hace años, lo recordaba muy bien. Mientras sus labios tocaban el amargo sabor de la botella que tenía en una mano recordó el sonido sordo de sus botas cuando pisaban la nieve mientras notaba que la muchacha que vagaba por el mercado tenía los zapatos rotos. Había puesto sus esfuerzos en cuidar de ella porque sabía que aquella chica era un recurso valioso para el gremio y porque sentía que ella tendría la misma lealtad que él había tenido hacia Galo y Mercer. Recordó que al conocerla, la nieve que caía en el invierno de ese año hacía juego con su cabellera blanca y un poco sucia.
No pudo evitar sentir un poco de decepción, su cabellera ya no era como la nieve de Skyrim; había encontrado el peor color para teñirse el pelo. Usaba marcas de pintura en su rostro y quizás por eso se veía tan tranquila en ese lugar tan concurrido, pero la verdad era que sus cicatrices y sus ojos seguían allí, la delataban al instante. Era decepción mezclada con indignación, él mismo se había encargado de enseñarle a ella todo lo que él sabía así como había hecho que otros en el gremio le enseñaran, pero casi parecía una burla que el gremio no hubiese podido encontrarla antes y el poco esfuerzo por parte de la mocosa por ocultarse bien.
Se llevó la botella otra vez a los labios. La amargura de la cerveza no se comparaba con la amargura del recuerdo de la última vez que ella le había dirigido la palabra. Lo recordaba claramente, en todos esos años jamás había podido quitarse ese momento de la memoria.
Ella siempre había sido una persona fuerte, incluso hasta en los momentos de adversidad parecía que encontraba la luz en el fondo de un túnel, esa siempre había sido su naturaleza. Nunca la había visto llorar y quizás era por eso que todos en el gremio la respetaban, confiaban a ciegas en ella y la querían. Pero luego de verla decaer de un día para otro le hizo entender que ella era humana y no un simple autómata que custodiaba las ruinas dwemer.
Se preguntaba qué pensaría ella al verlo. ¿Seguía molesta con él?, ¿estaría triste?, ¿tendría rabia?
Trató de recordar las formas cálidas del sonido de su nombre cuando ella lo decía, después de todo, en esa misma posada ambos habían susurrado el nombre del otro en la noche mientras hacían el amor. Pero esas tonalidades habían desaparecido para siempre.
¿Seguiría molesta con él? ¿Estaría triste como él lo estaba luego de verla años después? ¿Tendría la misma rabia que se tenía él mismo?
Brynjolf se giró despacio otra vez para verla y de pronto sus ojos verdes se cruzaron con los de ella; otra vez, después de años, sus vidas habían vuelto a cruzarse.
Se volvió para beber otro trago de cerveza y cuando volvió a mirar ella ya no estaba. Se levantó rápidamente y llegó a la escalera donde vio que la puerta principal se cerraba. Bajó corriendo y salió al frío de Ventalia. Estaba nevando, pero el rastro de las botas de ella seguían allí, lo conducían por la ciudad hasta un callejón helado y sin salida.
No había nadie, ella se había mezclado con las sombras.
—Ha sido un gusto volver a verte, chica. —susurró con cariño. Miró hacia todos lados sabiendo que ella estaba allí, lo escuchaba. —Definitivamente eres digna de ser un ruiseñor.
Bueno, espero que les haya gustado lo leído. Si es así háganmelo saber. Este es mi primer fanfic del juego y estoy muy emocionada por traérselos. ¡Nos vemos en la próxima actualización!
