Le costó unos segundos volver a la realidad y asimilar lo que acababa de escuchar, agarrando a Rin por los hombros y alejarla así un poco de él.

—No sabes lo que dices, olvídalo—

Le dijo como respuesta intentando evadirla de aquel pensamiento que le resultaba una auténtica locura.

—¡sí que lo se! No quiero vivir con miedo por lo que me pueda hacer, quiero poder decidirlo yo...y tú eres el único apoyo que tengo ahora—

Rogaba agarrándole de las muñecas para que la soltara, era cierto que estaba desesperada pero también decidida.

—No eres consciente del problema en el que me meterías, ni siquiera tendrías que estar aquí—

Intentaba mantenerse sereno mientras se replanteaba seriamente todo lo que había hecho desde que la encontró en la calle.

—No se lo diría a nadie, nunca intentaría meterte en problemas...de verdad será como si nada hubiera pasado—

Insistía sin soltarle, inconscientemente odiaba la distancia que había puesto entre ellos por la necesidad de la calma que había encontrado en sus brazos.

El albino no sabía que decirle para que se quitara aquella idea de la cabeza, en cierta manera quería entender como había llegado a la conclusión de que aquello le ayudaría a estar mejor.

De por sí ya estaba metido en un buen lio si alguien lo hubiera visto llevar a una estudiante a su apartamento, y no iba a empeorar su situación y meterse en líos innecesarios.

Había tenido que dejar el centro anterior en el que trabajaba por culpa de una alumna y los rumores que esta había inventado, y ahora lo último que quería era nuevos rumores ciertos o no.

Así que de un rápido movimiento hizo que le soltara mientras se levantaba del sofá, siendo ahora Seshomaru el que la agarraba de un brazo para llevarla hasta la puerta.

—Quizás ha sido culpa mía, tendría que haberte llevado a otro sitio, vuelve a tu casa y pide ayuda a tus padres eso será lo mejor—

Le comentaba de camino a la entrada queriendo olvidar aquella conversación y hacer como si nada hubiera pasado.

—Mis padres no están, nadie me puede ayudar ahora...mañana me olvidare de todo y empezaré de cero...de verdad veras como todo cambia ...por favor no me dejes sola—

Rogaba intentando que no la echara, volviendo a alterarse bastante y temblar levemente de solo pensar que Koga la estaría buscando fuera.

Al verla de aquella manera nuevamente, hacía que aquel hombre de hielo sintiera lo que hace unos minutos había hecho que la abrazara.

No sabía que ocurría con esa chica con la que se veía en la obligación de protegerla hasta tal punto de verse metido en aquel compromiso, por su mente pasaban miles de ideas y posibilidades de todo lo que podía salir mal en los segundos en los que abría la puerta y veía como Rin intentaba retroceder hacia el interior del apartamento e intentar soltarse, hasta que por su mente pasó la única posibilidad donde todo acababa bien, donde todo lo que ella le dijo hasta el momento fuera verdad y lo que pedía le ayudaría a no tener miedo de aquel sujeto de ahora en adelante.

No supo en qué momento decidió aferrarse a esta posibilidad ignorando todas aquellas que le advertían de todo lo que podría ir mal, al igual que no supo en qué momento dio un portazo y estiró de ella con más fuerza para acorarla contra la puerta y su cuerpo, para así soltarla y apoyar ambas manos por encima de su cabeza quedando levemente encorvado para poder mirarla fijamente.

A ojos de una tercera persona aquello podría parecer una insinuación o un intento de provocación por parte del albino, pero a ojos de Rin aquello había llegado a intimidarle dejando caer algunas lágrimas que había contenido al ver que tendría que volver a fuera.

Al principio se negó a mirarle fijamente, pero no pudo evitarle siempre y al cruzar su mirada con la del mayor su cuerpo se paralizó llegando a notar como si le faltara el aire a su alrededor y su corazón se detuviera, aquel hombre era consciente de lo que provocaba con solo una mirada y a esa distancia donde hiciera lo que hiciera no podría escapar de él.

—¿Aún estas segura de lo que quieres? —

Preguntó sin apartar sus ojos de la morena en ningún momento, manteniendo firme su postura y con su voz más grave de lo normal.

Rin ni siquiera lo pensó dos veces antes de asentir rápidamente con la cabeza, aunque ahora parecía la persona más intimidante que pudiera ver e imaginar, ya había tomado una decisión, iba a cambiar, quería abrir los ojos y tomar ella sus propias decisiones y por tanto mantendría cada una de sus palabras.

Por parte del albino, era cierto que quería que intimidarla y que saliera de allí corriendo, pero tampoco excederse y ser peor que su propio perseguidor, así que tras ver su determinación y meditar sobre cómo había llegado a aceptar aquel trato, dio un largo suspiro relajando así el cuerpo mientras acortaba la poca distancia que quedaba entre ambos para apoyar su frente con la de la morena, llevando su mano derecha al rostro de esta para limpiar las últimas lágrimas teniendo los ojos cerrados durante este pequeño ritual.

Quería que se volviera a relajar, que se olvidara de todo y que se sintiera libre de parar aquella locura que estaría por comenzar.

Antes estas acciones su contaría se limitó a imitarle y cerrar sus ojos para así parar el tiempo a su alrededor.


Se podría decir que la noche fue tan corta como larga, sí, el tiempo se detuvo para la pequeña Rin, pero sus recuerdos estaban llenos de rápidas miradas vergonzosas, largos suspiros y pequeños temores que fueron aplastados en un abrir y cerrar de ojos.

En sus oídos aún retumbaban las pocas palabras que cruzaron, no por estas en sí, sino por su grave e imponente voz que hacía que su piel se erizara junto al incentivo de sus caricias, aunque ninguna fuera de lugar a pesar del momento excepto cuando tuvo que prepararla para evitar hacerle daño.

Cada recuerdo que vagaba por su mente era único e irremplazable, como el calor que revivía dentro de su vientre de solo recordarlo, sin embargo, había un momento que quedó grabado en su mente.

Aquello fue a la mañana siguiente cuando apenas era consciente de donde estaba y empezaban a abordarle los primeros recuerdos, por los cuales apenas abrió los ojos, podía ver que apenas había amanecido por los tenues rayos de sol y aquella leve brisa que le daba escalofríos, dándose cuenta por esto que solo llevaba su ropa interior, una camisa que claramente no era suya y una delicada sabana por encima.

Tras estos hechos casi no se atrevía a mirar atrás ya que notaba la respiración de otra persona, que causaba que un leve temblor recorriera su espalda.

Sin embargo, esa otra persona se había dado cuenta que su acompañante se había despertado, por su parte llevaba varias horas sin dormir apenas había podido y ahora se encontraba sentado en la cama con la espalda apoyada en el respaldo de esta, así que al notar que se movía más de la cuenta bajo las sábanas supo que ya estaba despierta.

Así que, con toda su tranquilidad habitual, apoyó su mano izquierda sobre su cabeza para acariciarla suavemente.

—Duérmete, aún es temprano—

Se limitó a decir, aunque más bien era una orden, viendo como sus palabras y acciones habían hecho que Rin se girara lentamente para mirarle algo sorprendida.

Quizás Sesshomaru no se dio cuenta, pero en el momento que sus ojos se cruzaron le dedicó una leve sonrisa acompañada por una dulce mirada antes de que Rin volviera a acomodarse para dormir, pero esta vez hacia el lado de Sesshomaru, siendo aquella imagen la que quedó grabada en la mente de la morena y se repetía una y otra vez desde que cerró nuevamente los ojos.

X X X

No muy lejos de allí había una persona que estuvo haciendo guardia toda la noche, cuando al fin la había encontrado vio como alguien se la llevaba sin imaginar su suerte al distinguir a aquella persona que se la llevaba como el profesor de la otra vez, así que solo sería cuestión de esperar un poco para que la mandara a su casa.

Sin embargo, con el paso del tiempo cada vez se sorprendía más al ver que no salía de allí.

No le hizo falta nada más que saber lo que ocurría allí, le había cambiado por aquel hombre a los ojos de Koga.

Por el momento se retiraría y esperaría al momento adecuado, no iba a dejar las cosas así, él era el que decía cuando algo acaba y cuando algo termina.


Notas de autora :

El título de esta capi es más largo en wattpad pero no me deja escribirlo entero aquí x,D