—Rin levántate o llegaras tarde—

Ordenaba una voz grave desde la puerta de la habitación.

—Mmmm...cinco minutos más—

Pedía la morena revolviéndose entre las sábanas, hasta que volvió a la realidad y dio un soltó de la cama buscando s ropa con la mirada.

—Está en la cómoda—

Le indicó mientras señalaba hacia aquel lugar antes de retirarse de la habitación para dejar que se cambiara.

Sesshomaru había estado muy pensativo desde que decidió al fin levantarse, no sin antes mirar a Rin una última vez antes de salir del cuarto.

Ciertamente no se reconocía, no era el primer caso que veía donde la chica se enamora del chico equivocado, sin embargo, quizás este era uno de los casos más fuertes que había visto de cerca.

¿Y solo por esto cedió ante una propuesta así?

No, él estaba seguro que no, por más que pensaba solo había una posibilidad que se negaba a aceptar, el "Gran Sesshomaru" no creía en cosas así y mucho menos las sentía, pero ¿Se había vuelto Rin su debilidad de un día para otro?

Le daba vueltas a todas estas incógnitas sin respuesta o por lo menos una que le convenciera, hasta que la morena salió del cuarto acaparando así toda su atención.

—Te he hecho el desayuno, no tardes mucho o se hará tarde—

Le indicaba parado de espaldas a una amplia ventana por la cual observaba, mientras se tomaba su café con tranquilidad.

—V...voy, gracias—

Agradecía rápidamente mientras iba a la mesa donde había dejado el desayuno para ella.

Sabía que había dicho que actuaría como si nada, pero al verlo aquella mañana y tener que hacer de aquello un desayuno normal la ponía algo nerviosa, y como si tuviera que darle algún tipo de justificación o al menos iniciar algún tema de conversación.

Por su parte también había estado muy pensativa, se había empezado a sentir mal por obligarle a algo que él no aceptaba y que quizás ahora estaba siendo demasiado amable con ella por cortesía y esto le preocupaba de sobremanera por la mala imagen que ahora el mayor podría tener de ella.

Esta preocupación acabo reflejándose en su rostro de forma que Sesshomaru no tardó en darse cuenta, aunque le estaba dando la espalda la podía ver por s reflejo en la ventana, así que, una vez que Rin terminó con el desayuno y dejó los cubiertos en el fregadero, el albino apareció detrás de ella y antes de que pudiera decir nada la abrazó por detrás como si fuera lo más natural del mundo.

Admitía que no siempre había tenido mucha experiencia en comprender los sentimientos de los demás, pero sabía identificar la tristeza de la felicidad y la preocupación de la alegría.

—Olvida todo lo que estes pensando, si alguna vez necesitas algo o tienes problemas solo ve a buscarme a la hora del descanso—

Le decía con suavidad manteniendo aquella cercanía, notando como sus palabras habían conseguido calmar a la menor al ver como suspiraba más aliviada.

Para Rin aquello fue como si hubiera leído sus pensamientos más profundos para así decirle lo que quería oir, aunque no se esperaba aquel abrazo el cuál ayudaba aún más a tranquilizarla al sentir una vez más su calidez, por lo que se limitó a disfrutar del momento con una amplia sonrisa y agarrar con ambas manos aquellos brazos que descansaban sobre sus hombros como forma de corresponder aquel gesto, llegando a cerrar los ojos durante sus acciones, y así guiar sus pensamientos a su nuevo inicio que recién daba comienzo.

X X X

La nueva Rin fue una gran sorpresa para todos, participaba en todas las clases, hacia los ejercicios obligatorios y los que servían para subir nota y trataba de ponerse al día con todo lo que llevaba atrasado tanto en exámenes como trabajos en aquellos dos meses atrás.

Su cambio de actitud también hizo que la gente comenzará a fijarse en ella, iniciando así a tener un pequeño grupo de amigas.

Por un lado, estaba Kanna, la menor de las cuatro solo por unos meses, era tímida y algo reservada pero aun así tenía una de las mejores notas de la clase.

La más impulsiva de las chicas se llamaba Ayame, con un carácter muy fuerte y muy segura de sí misma, se encontraba entre las mejores del club de atletismo el cual Rin tuve que empezar a frecuentar desde que eran amigas, ya que tenían que apoyarla en los campeonatos con las otras universidades.

Y Sango, a la que Rin consideraba más bella y dulce de todas, no destacaba en ninguna actividad ni en las notas, pero era la que siempre se encargaba de mantener a todas las chicas juntas.

Con esta compañía y mejores notas que nunca, pasó el primer mes en un abrir y cerrar de ojos, en este tiempo, no había sabido nada de Koga lo cual le alegraba, aunque también le asustaba que la hubiera dejado ir así sin más ya que no era propio de él.

Intentaba no darle muchas vueltas, pero a veces le era inevitable pensar que estaría haciendo el moreno, y sobre todo que pensaría de ella, quizás se había dado cuenta de que actuó mal y decidió alejarse o eso quería pensar Rin.

—Rin espabila, la clase de tu profesor favorito va a comenzar y tú en las nubes—

La llamaba una joven pelirroja al ver que no participaba en la conversación de las chicas, y ni se inmuto al saber que clase vendría ahora.

—¡EH! Ayame idiota cállate, deja de decir cosas así no es lo que parece—

Se defendía bastante apenada, era obvio que las chicas no sabían nada, pero al parecer a Rin se le iluminaba la cara al ver a Sesshomaru.

—Tranquilízate Rin es normal que te guste, media universidad anda tras Sexymaru no se puede negar que es muy atractivo—

Se burlaba una morena de melena más larga que la de Rin, viendo como su amiga se ponía nerviosa con solo un par de comentarios.

—¡Sango! No lo llames así, ah... Solo me gusta como profesor nada más, Kanna diles algo—

Lloriqueaba agarrando del brazo a la albina de ojos negros buscando algo de apoyo en ella, estando ya muy roja por todas aquellas acusaciones.

—¿Qué le ha ocurrido a Sesshomaru sensei?—

Fue lo único que dijo consiguiendo llamar la atención de las demás al ver a entrar al profesor.


Sesshomaru había tenido un fin de semana bastante entretenido con reuniones familiares en su pueblo natal y las típicas broncas con su hermano menor que dentro de unos meses se casaba y le gustaba echarle en cara a su hermano mayor lo bonito que era el amor cuando tienes a alguien con quien compartirlo.

Sin embargo, la peor parte fue el domingo por la tarde cuando volvía a la ciudad estando apenas a unos kilómetros de entrar en esta, un coche colisionó lateralmente contra el suyo causando que su brazo izquierdo quedara aprisionado de manera que ahora tenía que llevar escayola y un soporte para el brazo, y sin coche temporalmente.

Sabía que su estado había causado miles de miradas curiosas y repetitivas explicaciones a los demás profesores y alumnos al inicio de sus clases, donde les explicaba que no había sido nada o al menos así lo consideraba él.

Sin embargo, la pequeña Rin no pudo evitar preocuparse bastante, viéndose en la necesidad de hablar con él por primera vez después de aquel día.

Aquellas habían sido las dos últimas clases del día así que le pidió a las chicas que la adelantaran, no hizo falta que les digiera nada más ya que sabían que quería hablar con Sesshomaru, así que se marcharon tras miradas burlonas y pequeños susurros donde le daban ánimos por lo obvio que era que estaba preocupada.

No sabía porque se empezó a poner nerviosa al quedarse a solas con él, en ese tiempo habían coincidido un par de veces por los pasillos y zonas comunes donde se habían saludado con cordialidad, y había conseguido estar tranquila y llevarlo con normalidad.

Sin embargo, mientras recordaba y pensaba en como calmarse su cuerpo se había movido solo, y antes de darse cuenta ya estaba frente a su mesa.

—¡Sesshomaru!—

Lo llama sin ni siquiera saber cómo mantener la conversación a partir de aquí.

—¿Ocurre algo Rin? —

Preguntaba curioso sin esperarse que la morena se dirigiera a él al terminar la clase.

—No, no es nada ... Bueno solo me preguntaba de si de verdad no era nada, lo de tu brazo ya sabes... O sea, te recuperaras pronto ¿no? —

Preguntaba sin saber a dónde mirar y jugando con sus dedos, intentando aparentar normalidad.

—No es nada, en un par de semanas no tendré que llevar esto, gracias por preocuparte—

Agradecía notando su nerviosismo el cual ya le parecía normal en ella, aunque no podía negarse que se veía bastante mona así.

—¿Hay algo más de lo que quieras hablar? —

Preguntaba sin esperar a que digiera nada la morena, consiguiendo llamar su atención y que al fin le mirara.

—Yo ... La verdad es que me avergüenzo de no haberte agradecido nunca por ayudarme aquel día ... El tiempo ha pasado tan rápido desde entonces—

Hace una pequeña pausa al ver de reojo un rotulador permanente en aquella mesa

—Ehm sé que no es mucho pero como muestra de agradecimiento ... ¿Puedo hacer una pequeña dedicatoria? —

Preguntaba algo insegura después de aquella confesión que la alivió bastante.

Sesshomaru solo asintió levemente sin comentar nada y desviando la mirada, no esperaba aquello por su parte todo este tiempo consideró que no hacía falta que agradeciera nada ¿Acaso de eso no se trataba de hacer como si no hubiera pasado nada?

Solo miró lo que Rin le había escrito cuando esta se fue, para ella aquello también fue algo vergonzoso y se marchó sin decir nada por esto.

Se quedó mirando aquellas palabras varios minutos volviendo aquel pensamiento sobre la razón de por qué la consentía tanto y aún se negaba, pero ¿Qué pasaría si aquello fuera cierto? Y si de verdad ella fuera...

No, Takeru Sesshomaru el hombre de hielo no tenía debilidades y menos que esta se tratara de una niña ... ¿O sí?

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"Mi Héroe "


Notas de autora :

En la dedicatoria hay un corazón pero f por los emojis no me deja ponerlos ;-;