Sesshomaru suspiro pesadamente y se alejó con la misma lentitud con la que se acercó a Rin.

¿Qué era lo que iba a hacer?

Esta era la misma pregunta que se hacía la morena una y otra vez mientras el mayor atendía aquella llamada.

A diferencia de cuando Koga intento pasarse con ella aquella noche, esta vez Rin no había sentido miedo.

Es verdad que ahora estaba bastante sorprendida porque nunca imaginó una situación así con él, quizás era difícil de creer, pero cada vez que pensaba en Sesshomaru solo era por el deseo de tenerle cerca, o que la fuese a rescatar de las tinieblas donde había estado envuelta hasta no hace mucho, así que ¿Cómo debería actuar ahora?

—Rin vamos no están esperando—

Ordenaba sacando así a la pequeña de sus pensamientos, tratando a su vez de ordenar los suyos.

La morena solo asintió con la cabeza aún algo confundida, sobre todo al ver lo natural que podía actuar tras algo así, mientras se bajaba del coche para encontrarse a un Sesshomaru que la esperaba tendiéndole la mano.

Con todas aquellas emociones encontradas casi olvidaba que a partir de ese momento tenía que hacerse pasar por su pareja.


Un apuesto hombre de ojos azules suspiraba sentado en su despacho mientras se mentalizaba por lo que pudiese ocurrir a partir de ese momento, el hombre más terrorífico que conocía iba a verle otra vez como si no hubiese sido suficiente con haber tenido que falsificar un justificante médico hace unas semanas, y atender una fractura que estaba totalmente fuera de su campo.

Sin embargo, no podía negarle favores, primero y principal era por el temor que aquel hombre inculcaba a cualquier ser vivo, y segundo, porque se trataba del hermano mayor de su mejor amigo.

Apenas pasaron unos segundos desde que le llamó para saber que había pasado para que se retrasara el ser más puntual de la historia, cuando escuchó que llamaban a la puerta.

Aquel era el sonido de su perdición, y con la esperanza de que la visita fuera breve, ajusto su coleta y se acomodó su bata para así dibujar la mejor de sus sonrisas mientras invitaba a pasar a su "invitado" poniéndose de pie para recibirlo.

—¡Adelante pasa, Sesshomaru amigo! ¿A qué debo hoy el placer de tu...? —

No terminó la frase ya que lo último que esperaba era ver entrar al albino acompañado de una chica.

—Miroku esta vez el favor no es para mí, necesito que la examines a ella—

Respondía apenas estuvo enfrente del azabache, ignorando su cara de incredulidad.

—¿Examinarla? Pero ... ¿Te refieres a hacerle una revisión? —

Preguntaba aún sin creer lo que veía y mucho menos lo que escuchaba.

—Si...creo que puede estar embarazada y queremos salir de dudas—

Respondía con bastante seriedad, irritándole el comportamiento de Miroku considerándolo exagerado.

Aquella palabra, «embarazada», había creado una serie de preguntas y dudas que el azabache no se atrevió a mencionar en voz alta.

Aunque estaba lejos de entender de cómo había una mujer preparada para ser la madre de los hijos del hombre de hielo, respiro hondo y se calmó con los pensamientos de que hay gustos para todo, y que al menos haría algo relacionado con su trabajo, no como la vez anterior.

—Oh vale vale, entiendo, disculpa mi actitud no esperaba verte con una chica tan linda y muchos menos que... estuvieseis por ese paso en vuestra relación, y dime ¿Cómo te llamas? —

Se disculpaba Miroku para finalmente dirigirse a la pequeña Rin que había estado al margen de la conversación hasta ese momento.

—Me llamo Rin mucho gusto Miroku—

Respondía rápidamente intentando ocultar su nerviosismo y vergüenza ante aquella situación, sobre todo tras haber visto cuanto había llamado la atención.

—Tienes un nombre muy bonito el gusto es mío ~ y bueno no perdamos más el tiempo y acompáñame a mi consulta para poder hacer las pruebas necesarias—

Hablaba con más calma y bastante amabilidad mientras le indicaba con las manos, la puerta por la que tendría que ir con él.

—Rin adelántate, tenga que hablar unas cosas con Miroku a solas—

Se adelantaba Sesshomaru a cualquier respuesta o acción de la menor, la cual solo asintió soltando la mano del albino para ir a donde le habían indicado.

Una vez se quedaron solos, Sesshomaru no tardo ni un minuto en acortar distancias con Miroku para agarrarlo del cuello de aquella bata blanco donde venía su nombre bordado, para así dirigirse a él con el tono de voz más frío y cortante imaginable.

—Conozco tu fama Goketsu Miroku, como hagas algo indebido a Rin ahí dentro te matare—

X X X

El tiempo, como ya mencionamos, es aquella marea donde solo te deja dos opciones y con la suma de los minutos crean el mar que actualmente dirige nuestra vida.

Una vida que como todo océano nunca olvida y por mucho que creamos que algunas cosas han quedado en el pasado, este acabará volviendo cuando menos te lo esperes, sobre todo si intentas ocultar algo.

La primera persona en comprobar esto fue una estudiante de último año en la carrera de educación infantil.

Se podría destacar de ella su esbelta y sus grandes ojos carmesí que se iluminaron al ver pasar un coche que reconoció enseguida.

Kagura nunca le había dado importancia a el amor y temas relacionados, era una chica centrada en sus objetivos con una notable inteligencia, complementado por su belleza que la podrían hacer parecer perfecta a ojos de muchos.

Sin embargo, todo esto cambio cuando conoció a su príncipe azul.

No tenían la misma edad ni la misma ocupación, se podría decir que era inalcanzable para ella por la ética moral que había marcado la sociedad, pero, ¿Quién era ella para no guiarse por su corazón?

Para ese entonces Kagura iba a tercero y tenía la posibilidad de cursar dos materias optativas para subir nota, así que no dudo en buscar la clase del hombre que había conseguido enamorarla a primera vista.

"Takeru Sesshomaru" profesor de historia del mundo contemporáneo, nunca olvidaría su nombre y mucho menos su apariencia.

Por eso al ver quien era el conductor de aquel vehículo su corazón di un vuelco, había pasado un año desde la última vez que lo vio.

La habían llamado loca e incluso acosadora por todo lo que había investigado sobre él con tal de llamar su atención y la viera como la mujer que era y no como una alumna más.

Sin embargo, Sesshomaru nunca le prestaba demasiada atención o por lo menos no la que ella deseaba ¿Qué estaría haciendo mal?

Con el tiempo llegó a saber dónde se estaba alojando y hasta cuál era su rutina los días que no daba clases.

Esta información le resultó de mucha utilidad y comenzó a mandarle flores y bombones con notas amorosas firmadas con sus iniciales, aún no se atrevía a declararse directamente, aunque con el tiempo esto no llegó a ser suficiente para Kagura, y acabo expandiendo el rumor entre sus amigas de que era la novia secreta de Sesshomaru y que en las clases tenían disimular que no había nada entre ellos.

Su "pequeña" mentira empezó a resultar tan creíble que ella misma se acabó autoconvenciendo de que todo aquello era real de manera inconsciente, causando que esa mentira solo aumentara cada vez más, llegando a fingir que el albino le hacía regalos como pulseras y pendientes que ella misma se compraba.

Con el paso del tiempo aquello había llegado a un punto donde anunciaba que al graduarse se irían a vivir juntos y formarían una familia.

Estos rumores acabaron expandiéndose por toda la universidad hasta los oídos del director, al cual no le hicieron ninguna gracia y para mantener la reputación del centro acabo despidiendo a Sesshomaru.

Para Kagura esto fue un golpe muy doloroso, el ver como de un día para otro el amor de su vida se había marchado dejando incluso el piso donde vivía la había hecho replantearse que hacer con su vida, si dejarlo todo e ir a buscarlo.

Todo el mundo que había dibujado alrededor de ellos se oscurecía hasta que recordó una de sus tantas mentiras que hasta ella misma comenzó a creer, se irían juntos cuando acabara la carrera, tenía que esforzarse este año que le quedaba para que Sesshomaru volviera a por ella.

Y tal como creía ahí estaba de nuevo él, estaba tan segura que la estaba buscando que sabía que solo era cuestión de tiempo que se reencontrarán.

Todo en su mente era perfecto salvo un detalle, aunque vio pasar al coche rápidamente pudo distinguir a un copiloto y estaba muy segura de que era una chica ¿Quién era ella?