Capítulo 3

Se quedaban solas, Michiru caminaba de regreso a dejar su violín, Haruka la siguió, solo recordaba las palabras de Usagi, respiro profundo se acercó adónde estaba.

–Michiru, desde hace un tiempo llevo cargando un regalo para ti pero no he podido dártelo. Metía su mano en el bolsillo.

–Haruka, no entiendo ¿porque no me lo diste ese día? La miraba.

–comprendo que a lo mejor ya no lo quieras. Se daba la vuelta. –pero solo fue por miedo aunque te quiero sentí miedo. Sentía como la abrazaban por la espalda.

–está bien, no es que no lo quiera solo que pensé que no era para mí.

Sacaba la cajita de su bolsillo izquierdo y se lo daba, una sonrisa se dibujaba, se quitaba de la espalda de Haruka. –podrías ponérmelo.

Haruka se lo colocaba, veía como entraba al baño viendo el dije le gustaba salía y le daba un beso en la mejilla.

–¿regresamos a la fiesta? Haruka la miraba tiernamente.

–si, ¡Haruka! La tomaba del brazo.

Esa noche se la pasaron bailando y disfrutando de la fiesta olvidándose de los camarógrafos, platicaban con sus amigos, quienes sonreían al verlas tan felices.

Nephrite comenzaba a pasar las tardes con Makoto, así llegaba el verano, con ello los preparativos de la boda de Zoisite y Ami los medios estaban expectantes de los novios y los preparativos, para evitar a la prensa se fueron al departamento de Haruka.

–Haruka gracias por dejar que nos quedemos. Zoisite la miraba mientras tomaba su café.

–ya sabes que puedes contar conmigo. Se levantó del sillón. –Pero solo tengo una cama y un sofá cama en la segunda habitación. Caminaba a la cocina.

– está bien… Ami se sonrojaba.

– no te preocupes, yo ocuparé la segunda habitación por estos días. Miraba a Ami.

–bien entonces los dejaré solos así se pondrán cómodos. Dejaba la taza después de lavarla en el escurridor, caminaba a la salida del departamento con una maleta mediana.

Zoisite se levantaba diciendo. –Haruka en verdad gracias. Le daba su llave.

–vamos, tengo que irme. Tomaba la llave del departamento de su hermano.

Salía del departamento apretaba el botón del elevador, su mente estaba entre que haría en ese tiempo más si no podría ver a quien quería, un pesado suspiro salía al abrirse las puertas. Salía del estacionamiento conduciendo a Omori. Esa misma tarde un hombre de gabardina y anteojos oscuros llegaba al edificio de Daiichi Keihin, observando quien entraba y salía, en ocasiones miraba su celular. Seguía a un joven de cabello rubio largo y ojos verdes, sacando una foto con la cámara que tenía escondida en su gabardina.

El joven rubio compraba algunas cervezas, se detenía con unas chicas a quienes les coqueteaba, regresaba al edificio subiendo al departamento, el hombre lo seguía y tomaba fotos de todo lo que veía. Mientras Haruka se acomodaba en el departamento de paredes blancas una pared cubría el acceso a una sala amplia, unas escaleras al segundo piso se encontraban aún lado de un pasillo, a mano izquierda que conectaba a la cocina y comedor.

–Vaya debería comprar un departamento aquí. Subía las escaleras a la habitación.

Los tres días pasaban sin mayor problema Haruka se despertaba como cada mañana, tomaba su celular bajando a la primera planta a desayunar se alistaba, tenía que estar presentable para acompañar a su hermano todo ese día. Salía rumbo a la mansión Tenoh donde todos estarían.

–debemos prepararnos para llegar al santuario. El Sr Tenoh miraba a su hijo.

–Sí papá, pero estoy esperando a Haruka, Quiero que ella me acompañe. Miraba como se estacionaba el auto.

–Ya estoy aquí Zoisite. Le sonreía.

–Bien, vámonos que la ceremonia será al medio día.

Subían a la limusina quien los llevaba al templo sintoísta Akasaka Hikawa, las instalaciones se encontraban rodeadas de árboles y arbustos que decoraban todo el jardín, caminaban a la entrada de una habitación donde sus amigos se encontraban vestidos de traje con excepción de Jadeite quien vestía una ropa ikan del templo. En otra habitación se encontraban Ami con sus amigas ayudándole a colocarse su kimono blanco, se miraba al espejo meditando su mente le decía que era bueno lo que hacía por su familia y otra parte se preguntaba si sería feliz al juntarse de esa manera con alguien.

–no te preocupes, el sentirse nerviosa el día de tú boda es normal. Setsuna le tocaba los hombros.

–pero no estoy nerviosa. Ami miraba de reojo a Setsuna.

–eso que sientes son nervios, hasta yo los sentí. Rei la miraba.

Miraba a sus amigas quienes la miraban con una sonrisa, terminaba de arreglarla y caminaba a la parte central de ceremonias, veía a Zoisite con su kimono negro quien le extendió su mano podía ver sus ojos verdes y su cabello rubio sujetado, una sonrisa se dibujaba, toda duda desaparecía y su corazón comenzaba a latir con fuerza. El sacerdote kimihiro comenzaba la ceremonia de purificación, después de una hora la ceremonia finalizaba y todos regresaban a la mansión Tenoh invitados y camarógrafos se encontraban en el lugar tomando fotos, Tatsuo llegaba con su esposa una mujer de cabello rubio de vestido blanco sus ojos azules se veían tristes aunque sonriera, en la ceremonia civil. Todos se dirigían a su mesa, Haruka, Zoisite y sus amigos la miraban sorprendidos, sus padres la saludaban y comenzaban a platicar

–¿quién es? Usagi la veía.

–la esposa de Tatsuo. Haruka decía.

–vaya ahora entiendo porque no salía con ella. Jadeite decía.

Rei le pegaba en su costado para que la mirara. Michiru veía la expresión entre molestia e incomodidad, la tocaba del hombro.

–estoy bien solo siento haberla visto antes. Tocaba su espalda de Michiru. – me permites bailar contigo.

–si. Caminaba con ella a la pista.

Comenzaron a bailar en la pista todos juntos, se veían felices, Zoisite le mostraba el podio con instrumentos musicales, Haruka y Michiru subían al podio con una sonrisa comenzaron a tocar, los camarógrafos tomaban fotos captando cada momento de la fiesta. Unos días después se anunciaba en los medios el matrimonio de la familia Tomoe.

Zoisite y Ami no habían tenido problema en dormir en la misma cama más por las constantes llegadas de sus padres en el departamento. El señor kioya y Ayane mizuno le ofrecieron una casa para que vivieran juntos.

–gracias padres.

–bien, espero se muden lo antes posible, sonreía el Sr mizuno

–si, no se preocupe nos mudaremos.

–bien creo que será mejor que nos retiremos. La Sra. Mizuno se levantó.

–si no se preocupen. Miraba cómo se retiraban antes de llamar. –Ami tus padres vinieron y quieren que nos mudemos a la mansión mizuno.

–En serio, ¿qué piensas?

–que no tenía otra opción si queremos que nos crean además así tendremos más espacio.

–bueno en eso tienes razón habría más espacio, está bien.

–hasta pronto.

–si. Colgaba.

Los días continuaban con pequeñas fallas en el auto a veces sentía que la seguían, Haruka no le tomó importancia, comenzó a salir con Michiru a algunos lugares y en ocasiones con las chicas los rumores crecían a medida que las veían. Los medios les tomaban fotos en los eventos ya que parecían una pareja. Esto llegaba a los oídos de Tatsuo quien no le parecía lo que veía aventando el periódico le llamaba.

–Hola.

–Haruka, compórtate no quiero problemas ni tener que limpiar lo que haces. Lo decía molesto.

–vaya pensé que llamabas por otra cosa. Se retiraba el celular.

–más vale que te comportes..

–ya tengo que irme, hablamos luego. Haruka colgaba.

Caminaba al podio tomando asiento sonriendo para los fans que se acercaban con un póster de ella y el auto la modelo Emma sonreía se tomaban fotos toda la tarde al terminar.

–Vamos Haruka solo una cena. Se le recargaba.

–está bien. Caminaban al auto seguidos de algunos fotógrafos.

Le ayudaba a subir al auto conducía al restaurante La pequeña Italia entraban a comer algo de carne y ensalada con una copa de vino. Emma le servía un poco más tratando de embriagarla.

–bueno, me dejarías en mi casa. Sonreía.

–Espera. Llamaba. – Podrías venir si necesito ir a mi departamento.

Sonreía Emma al escucharla se estacionaba un auto de dónde bajaban dos personas uno se acercaba al auto de Haruka el joven de cabello negro sonreía.

–Bien Joven Tenoh. Ya estoy listo adónde quiere que lleve a la señorita.

– adónde te diga. Se subía al auto dónde estaba el joven peli castaño.

–pero Haruka. La miraba como se encontraba en el auto negro.

–srta vamos. Le abría la puerta del auto deportivo.

Conducían Yato de regreso en una avenida al realizar el cambio de carril el auto se ahogó mientras un tráiler llegaba. Trataba de encenderlo e insistió, al verlo un auto le empujó por detrás haciendo que encendiera. Yato dejó el auto en una calle y llamó una grúa.

El fin de semana Haruka solo veía a su hermano quien ya se encontraba relajado en uno de los sillones de la sala.

–¿Cómo está todo entre ustedes? Tomaba su taza de café.

–estamos bien Haruka, solo algunos problemas con respecto a cómo manejo o cosas del colegio. recargaba su rostro en su brazo.

–vaya, parece que ustedes se llevan bien. Le Sonreía.

–ya sabes que debemos aparentar ante los demás, pero en casa ya podemos ser nosotros. Suspiro antes de tomar un poco de café.

–tienes razón, para mí es al revés, yo debo de ser un poco distante con ella, pero al estar a solas puedo demostrarle lo que siento. Veía la taza algo triste.

–deberías mudarte donde no sea raro que ustedes estén juntas. Zoisite bajaba la taza al ver su mirada.

–sí pero aún no puedo, ya sabes solo hasta que termine este año seré libre, después de eso ya veré si ella quiere irse conmigo. sentía como su celular vibraba.

–bueno solo unos meses y termina el ciclo escolar. Zoisite le sonreía.

Michiru se pasó la tarde paseando por el centro comercial viendo algunas tiendas, veía la hora Haruka ya debería de haber vuelto a su departamento al regresar, se topaba con una mujer peli-negra que subía al elevador. No le tomó importancia, se arreglaba su jersey mientras esperaba que abriera Haruka, veía como abrió la puerta mirándola sorprendida.

–¡Michiru!

–traje algunos postres.

–¡ah! Te prepararé algo de té.

Haruka caminaba a la cocina donde sirvió el té que tenía, veía como Michiru caminaba al sofá. Michiru miraba la mesa de centro y la taza de café, ya estaba frío un ligero labial color durazno se veía en uno de sus bordes. Haruka le colocó su taza y se llevó la otra a la cocina, regresaba tomando café. Al terminar la invitó a cenar a un restaurante de caminó los frenos no respondían, trataba de evitar que se estrellara entrando a la playa se miraban cuando se detuvo el auto.

–¿Qué sucedió? Michiru la veía asustada.

–No lo sé, los frenos fallaron. Desabrochaba el cinturón y la abrazaba. – ¿estás bien?

–si. Bueno nuestra cena tendrá que esperar. La abrazó. Se miraban antes de bajar, esa noche el mar era iluminado por la luna, se recargaba Michiru en su hombro mientras esperaban la grúa.

Los árboles se vestían de colores rojos y naranja anunciando la llegada del otoño, Haruka acudía a menos eventos como modelo para la empresa, la comenzaron a ver con más mujeres en lugares públicos, una de las chicas que comenzó a ver era a una peli-negra a parte de su amiga París quien llegó de visita por unos días. Esto provocó rumores de que era su novia y varios reporteros querían la exclusiva.

–Haruka gracias por venir a verme.

–sabes que somos amigas. Le sonreía.

–bueno, creo que es mejor que, cobija de invierno. Una ligera sonrisa salía.

–por favor París de acuerdo a lo último que hablamos estabas casada yo pensé que ya tendrías hijos y eras feliz. Le sonreía mientras tomaba su café

–jajaja… si ya estaba casada pero me separé y aunque si soy feliz, quería ver si podías ser su madrina de este pequeño. Se acariciaba su vientre.

–esta visita fue la más agradable, y si eso es lo que quieres está bien. Sonreía.

–solo espero que también vayas de visita a Backen, Suecia. Es donde vivo ahora es una pequeña casa con jardín pero considero que es cómoda. Tomaba su té.

–no te preocupes pasaremos la navidad juntos. Le tomaba de la mano regalándole una cálida sonrisa.

Un camarógrafo tomó varias fotos de la escena. – está será la exclusiva de la novia del modelo Tenoh. Decía mientras tomaba cada foto.

La tarde siguiente en la oficina de Tatsuo veía el periódico, fotos de Haruka con chicas y con una peli-negra de ojos granate con letras grandes la novia de Haruka Tenoh, rompía el periódico. Su esposa al ver su cara se acercaba le tocaba la espalda tratando de calmarlo, solo se molestaba más.

–cariño debes de comprender a tu hermana, le gustan las chicas… sintió como la alejaban.

–cierra la boca es algo anormal lo que dices, ella debe de casarse así entrará en razón y olvidará esa fase suya que tiene. Miraba el escritorio.

–pero Tatsuo no creo que quiera algo como eso. Lo miraba preocupada.

–mujer tu cállate, es algo que debe de ser, así todo será normal ella después lo entenderá.

Veía cómo Tatsuo salía de la oficina, apretaba su mano y murmuraba. –esta vez no te dejaré.

Tatsuo entraba a la oficina principal de donde salía Zoisite, quien lo veía molesto siguió su camino. En la oficina el Sr. Tenoh se acomodaba en su silla de piel café, recargaba su brazo viendo como se sentaba, impaciente.

–¿qué pasó Tatsuo?

–padre es tiempo que pensemos en un buen prospecto para Haruka.

–si es por eso no te preocupes, cuando salga de la universidad ella tendrá un cargo en la empresa.

–padre he buscado hijos de buenas familias, que est…

Se quedaba callado al sentir su mirada fría de los ojos esmeralda, fruncía el ceño y giraba la silla mirando por la ventana. Al siguiente día el Sr. Tenoh salió del país por algunos negocios Tatsuo aprovechó está situación para esparcir los rumores del compromiso de de Haruka, los días pasaron la información llegó a oídos del sr. Tenoh quien se encontraba realizando el cierre de un negoció quien se molestó, quería regresar lo antes posible a ver a su hija, mientras Zoisite al escuchar esto conducía al departamento de su hermana, no permitiría que le hicieran eso a ella.

Michiru leía los periódicos de su prometido, fotos de Haruka y él, veía a Makoto quien desviaba la mirada. Usagi, reí y Ami miraban a su amiga algo dudosa de lo que veían.

–vamos amiga, no creo que Haruka sea así. Usagi jugaba con el pastel.

–Lo mejor es que le preguntes a Haruka sobre lo que sucede. Rei acariciaba el plato con su mano.

–no has dicho nada Michiru. La miraba Makoto.

–chicas gracias por preocuparse pero aún no sé qué pensar, a veces creo que lo mejor es dejar todo. Bajaba la taza algo pensativa.

La última vez que la escucharon decir eso fue cuando se fue a vivir un tiempo a Francia. Trataron de cambiar el tema a lo mejor eso haría que no pensara en irse. Zoisite entraba buscando a su hermana al revisar el lugar vio que la puerta del baño se encontraba cerrada, se sentaba en el sillón cansado, esperando que saliera. Al ver qué se abría y salía en una bata y secándose el cabello.

–¿Qué pasó Haruka?

–¡He!.. ¿que? ¿de qué hablas? Se giraba viendo lo confundida.

–que te hizo Tatsuo para convencerte o fue mamá quien te dijo que lo hicieras. Una gota de sudor se escurría por su frente que eran secadas con la manga de su saco.

–no entiendo, de qué me estás hablando. Se ajustaba un poco más su bata.

–sobre tu compromiso, que se está anunciando hace unos días en los medios.

–lo siento no he tenido tiempo de ver las noticias o el periódico, me he encontrado ocupada, pero me permitirías vestirme.

–si, adelante.

Zoisite se levantaba y tomaba algo de agua, se servía un poco de jugo, mientras esperaba que regresará, secaba su sudor de la frente.

–bien ahora dime que sucede. Tomaba un poco de cereal y yogurt.

–En los medios anuncian que están viendo, el comprometerte con el hijo de la familia Nakagawa, algunos dicen que se ven a escondidas para no levantar sospechas. Se sentaba en la silla.

–vaya eso es lo que dicen aunque no recuerdo haber visto a ninguno de esa familia, ni me han avisado sobre algún compromiso. Se comía su cereal, viendo a su hermano.

–En serio no te ha llamado alguien para avisarte que te comprometes. Miraba como negaba con la cabeza.

–vaya de igual manera ten cuidado si te llama Tatsuo o alguno de mis padres.

Se quedaban tranquilos comiendo y disfrutando parte de la tarde. En Corea Ryu y Kazumi Tenoh llamaban a Tatsuo, esperando que contestara se escuchaba que entraba la llamada.

–mamá, ¿Que paso? Se escuchaba feliz.

–te dije que no habría compromiso de Haruka. lo decía molesto Ryu.

–vamos Ryu, de seguro no fue Tatsuo. Lo decía susurrandole.

–padre ya habíamos hablado y Haruka ya debe de casarse así se le quitará esa fase suya. Lo decía de manera despectiva.

Al escuchar esto kazumi se giró y tomó el teléfono que tenía su esposo. –¿Tatsuo en que estás pensando?

–mamá por favor debemos ver qué se vuelva normal Haruka y tenga una familia, ¿tú me comprendes verdad?

–por favor Tatsuo quita eso del compromiso y deja a tu hermana empas. Lo decía de manera cálida y calmada.

–lo siento mamá pero no, como responsable de la familia es mi deber ver qué esto se cumpla. Lo decía ya molesto.

–no trates de razonar con el kazumi. Tomaba el celular. –Tatsuo yo soy la cabeza de la familia mientras yo viva se hará lo que digo. Colgaba.

–Necesito realizar unos arreglos antes de salir de corea. Marcaba Ryu a alguien, la voz de un hombre mayor se escuchaba del otro lado.

–Hola Sr. Tenoh, todo está listo.

–bien solo quiero hacer unos arreglos, más.

–si, Sr. ya estaba a punto de regresar pero no ahí problema.

–pasaré por usted, ¿dónde se encuentra?

–bien estoy en el hotel fiesta, lo esperaré.

–si. Colgaba.

–llevame al hotel fiesta.

–si señor como diga.

Llegaban al hotel donde un señor de cabello castaño cano se encontraba sentado en la sala de la habitación, con unos papeles, una laptop y una pequeña grabadora que encendía colocándola enfrente, el portafolio de piel color vino, lo colocaba en el suelo, comenzaba a teclear con destreza cada palabra que decía el Sr. Ryu, el lugar se llenaba con su voz.

En japón Tatsuo veía a su esposa quien se encontraba mirando distraída, por la llamada de sus padres. Mayu se acercó y tomó asiento aún lado de él.

–te ves tenso el día de hoy.

–nada solo es por mis padres. Miraba como lo abrazaba.

–vamos, si ellos dicen que esperes debes de esperar. Sonreía Mayu

La miraba y sonreía. – no Mayu ellos están de acuerdo con el matrimonio de Haruka. Por eso lo dejaron todo en mis manos.

Se sorprendía al escucharlo, sonreía nerviosa. –bueno amor si es así ¿por qué estás tenso entonces?

–porque aún no los presentó, y pronto me darán un mejor puesto en la empresa. Se giraba para verla.

Mayu le seguía sonriendo de manera calmada, le daba un beso. –bueno entonces creo que será mejor que vaya a dormir ya que estás bien. Se levantó.

Después de unos días, Haruka salió como cada mañana, topándose con una chica peli-negra de lentes obscuros, una gabardina que la cubría del frío, que salía del elevador solo suspiro regresando abrir la puerta del departamento y dejando que entrara. Michiru quién salía a comprar algo se quedaba viendo a la mujer que entraba, y la expresión de Haruka, varias preguntas llegaban a su cabeza, ¿era la chica que la había lastimado? No era la primera vez que la veía en el edificio, ¿pero porque aún salía a verla? ¿Porque no solo la rechazaba? Michiru regresó a su habitación, unas lágrimas comenzaron a brotar.

–aún la quiere. Decía entre sollozos.

En el departamento de Haruka, la mujer se quitaba la gabardina, guantes, lentes y se sentaba en el sofá viendo cómo ponían la tetera. Haruka buscaba dos tazas un sobre de té encendía la cafetera para preparar una taza de café.

–bien dime qué te trae de nuevo a mi departamento. Servía el café en una taza y agua caliente en la otra.

–vengo a verte, ya que no me visitas. Se acomodaba.

–vaya, quieres que te visite, pero eres una mujer casada, para que quieres que te visite. Le llevaba el café y la azucarera.

–gracias, pero te he extrañado desde la última vez que nos vimos. Tomaba la taza.

Regresaba con su taza y se sentaba en el sillón. –apenas pasaron dos meses que me llamaste mientras estaba con Zoisite, solo para verme.

–si lo se pero en verdad te he extrañado mucho, desde que te fuiste de japón, tantas veces quise ir a dónde estabas, pero mis padres no quisieron. Lágrimas salían de sus ojos azules.

–bueno pero ahora, no es correcto que nos veamos, se podría malinterpretar más por conquiente casaste. Le tomaba su té.

–lo comprendo Haruka por eso me disfrazó para que no me reconozcan. Se secaba las lágrimas.

–vamos, será mejor que regreses antes que se haga un escándalo. Le regalaba una cálida sonrisa.

Le tomaba un poco a su café, dejando el borde pintado con el delineador color durazno, Haruka tomaba el té y se levantaba dejando las dos tazas en el fregadero.

–bien vámonos así te dejaré en un taxi o cerca de tu casa. Se colocaba una chamarra color arena.

–está bien, solo quiero que sepas que te ayudaré. Caminaba delante de ella.

–gracias, pero no considero que sea necesario. Le tocaba su cabeza.

Un mechón rubio salía el cual era cubierto por un gorro blanco, subían al elevador en el sótano, se fueron en el auto y la dejaba en una parada. Conducía de regreso al departamento esperando que saliera Michiru al ver qué no salía le marcó pero no contestaban después de unos minutos un mensaje llegaba. "Haruka lo siento ayer salí a Nagoya regresaré en unos días".

–vaya así que se fue dos días antes. Respondió el mensaje. –"Suerte en tu concierto"

Subió al auto, en el colegio sus solo veía por la ventana por momentos esperando que pasará el tiempo para ver a Michiru. Ese mismo día sus padres se encontraban tomando el jet privado rumbo a Busan sería su última visita antes de regresar a japón. Esa noche dos personas se reunían en un club nocturno, una de ellas colocaba sobre la mesa un sobre amarillo.

–esta es la persona que quiero que le des un susto. miraba a la persona que tenía adelante.

–No se preocupe, me encargaré de todo. Veía las fotos del sobre una sonrisa se dibujaba en sus labios.

–haz lo que sea necesario. Fruncía el ceño.

–está bien, no se preocupe, realizaré el trabajo sin problema. Tomaba un poco de bebida.

–así todo será como debió ser. Le colocaba un maletín con dinero. –Espero escuchar buenas noticias. Lo miraba como revisaba cada fajo de billetes.

–si ya verá aunque tardaré un poco en hacer las cosas. Sus ojos se iluminaban. –solo espero recibir el resto al terminar el trabajo.

–no tenga cuidado de ello, si realizas bien el trabajo, lo tendrás sin problemas. Se levantó de la mesa.

–todo saldrá en las noticias. Bajaba la bolsa

–Nos veremos. Salía del lugar.

Solo asentía y tomaba un poco de su bebida, viendo como las mujeres bailaban en el escenario.

El concierto de Michiru, se escuchó por todas las televisoras de japón, Haruka veía como los medios la seguían al terminar el concierto, la voz de gruesa de un joven peli-rojo la sacaba de la pantalla.

–joven Tenoh el director quiere que entre a escena.

–si, gracias. Se levantaba y caminaba a una pista donde una camioneta gris se encontraba junto a unos niños.

–que bien, ya está aquí ahora ayuden a los pequeños a subir. Decía el director.

Unos jóvenes le ayudaron a ponerles el cinturón de seguridad, veía como Zoisite miraba a Mamoru y Usagi sonriendo al ver a los pequeños. Se realizaron tomas del auto y de los cuatro pequeños sonriendo al igual que ella, relajó su rostro al ver cómo terminaba la grabación.

–bien srta. Tenoh, tal como lo pidió su hermano Tatsuo. Le sonreía el director.

–Bien Sr. Shibata qué más faltaría para terminar de grabar. Lo miraba y apretaba en puño su mano.

–esa era la toma ya grabamos todo. Seguía sonriendo.

–bien me retiro solo, como siempre me firma el papel de término de escena por favor. Caminaba al camerino.

–Hola, por favor. Llegaba Zoisite sonriendo.

Haruka se cambió de ropa, al salir sus amigos y hermano la esperaban afuera está vez la llevaron a su departamento para que descansará, no entendía porque pero no podía dormir esa noche un mal presentimiento llegaba a ella.

En la oscuridad un avión privado pasaba por el mar de Japón aún faltaría para que llegara al aeropuerto de Tokio las hélice comenzaba a detenerse el motor, se escuchaba el estruendo de un estallido del segundo motor que comenzaba a incendiarse cerraban el paso del combustible, el piloto llamaba a la torre solicitando una zona de aterrizaje de emergencia.

–te escuchamos, los campos se encontrarán despejados, de kitaki.

–entendido.

–amigo espero que no sea nuestro último vuelo. Miraba a su copiloto.

–verás que no capitán Minato.

Los dos sonreían, al ver qué se incendiaba el primer motor, realizaban la misma maniobra pero al reanimar el motor no encendía provocando el sobre esfuerzo del segundo motor que terminaba fallando, trataron de planear y bajar la velocidad, caían al suelo dejando un rastro de escombros a 10 metros de los campos, los paramédicos y bomberos llegaban.

Por la mañana se escuchaba el sonido de un celular que rompía el silencio del salón todos lo miraba, Haruka sacaba el celular y le quitaba el sonido el profesor la miraba.

–por favor Señorita Tenoh vaya a dirección. Le indicaba.

–si, profesor. Levantaba sus cosas y salía del aula de clases. –vaya es Tatsuo. Le colgaba no quería discutir con él en ese momento, su celular no dejaba de vibrar lo sacaba para apagarlo cuando vio que tenía una llamada de Ami y Zoisite, esperaba que entrara de nuevo.

–Haruka debes venir al hospital Mercurio lo antes posible. La voz de Zoisite se escuchaba alterada.

–estoy en el colegio, ¿Pero qué sucede?. Estaba a unos pasos de la dirección.

–debes de estar presente paso un accidenté cuando venía. Zoisite lo decía alterado.

Tiraba el celular miles de pensamientos pasaban por su cabeza, porque pasa esto, porque noledijo ese día que la quería, ¿Porque no pase más tiempo con ella? su corazón esperaba que no fuera ella, tomaba el celular aún escuchaba la voz de su hermano. Pero qué tal si no era ella y se habían confundido.

–¡Haruka! Es cuando venían en el jet. Zoisite no escuchaba respuesta, solo escucho que colgaban.

Michiru se encontraba relajándose en su departamento después, de una ducha y cambiarse encendía la televisión se quedó viendo, no escucho su celular, en las noticias anunciaban el accidente de un jet que se había estrellado en la madrugada, aún no se decía cuántos sobrevivieron, solo decían que era una familia importante.

–no puede ser ¡Haruka!. Se asombraba, se levantó para ir por su celular, escucho que tocaban con insistencia abría la puerta recibiendo un abrazo.

–gracias, dios. Lágrimas comenzaban a salir.

Michiru solo la abrazó, caían en la entrada y le acariciaba la espalda.

En otro lugar Minako caminaba a una de las paradas del tren donde un hombre de gabardina negra la seguía, no se percató hasta sentir que la tenía sujetada de sus muñecas.

Le acarició la espalda mientras le decía con su voz ronca. –vaya que eres tan hermosa, ¡Tenoh tiene tan buen gusto! huelen tan bien.

–¡Suéltame! Se asustó pero no lo demostró al escucharlo y sentir como trataba de meter su mano debajo de su ropa.

– solo será un momento para poder disfrutar lo que le gusta a Tenoh. Restregaba su cara en el cabello rubio.