Y aqui esta la segunda parte de este capítulo, donde, pues veremos todo lo que provocó lo que ocurrió en la parte anterior, así que, ya que no tengo mucho que decir por está ocasión, solo puedo decir que espero disfruten su lectura de capítulo.~
Sweet Summer
Matando el aburrimiento. Parte II
Estaban por dar las 8:30 PM, Perla se había quedado abajo, reflexionando sobre lo ocurrido, sentada en el sofá enfrente del televisor aún con el juego de Tiago el pausa, pensando en cómo podría hacer para arreglar las cosas, pero mayor parte de sus pensamientos recaía en las consecuencias que provocaría esto.
Tiago por su parte seguía en su habitación, sentado enfrente de la puerta, con las piernas flexionadas y los brazos sobre sus rodillas, dejando caer su cabeza entre estos últimos. El pobre por su parte se sentía... Confundido, aún sin poder creer que su madre intento tener relaciones sexuales con el, sin embargo, este chico también tenía ideas raras rondando por su mente.
—Mamá... quiso tener sexo conmigo... No lo se, ¿Debería decirle que si?... No es como si perder la virginidad me urgiera... Pero, ¿Cuando alguien estaría dispuesta o dispuesto a hacerlo conmigo?... Entre más antes pueda hacerlo, mejor, ¿No?, Una primera experiencia nunca viene mal... Pero sigue siendo mi Mamá... ¿Y que pasara con Papá? ¿Ella ya no lo ama...? Quizá estaba borracha o algo... Si es así, debería aceptar con más razón...— Si, definitivamente la mente de Tiago estaba en un conflicto interno consigo mismo, la idea sonaba tentadora, pero hasta el sabía que esto podría provocar problemas familiares, no es como si tener sexo con un familiar fuera lo más normal del mundo, pensaba el.
Tiago Permanecía ahí sentado, teniendo dilemas morales en su mente, sin embargo, este conflicto se vería interrumpido por el sonido de la puerta siendo tocada, un suave y leve "Toc Toc" se había hecho presente.
—Hijo, ¿p-puedo hablar contigo?— era Perla, ya con un tono de voz bastante tranquilo, pero no obtuvo respuesta, recibiendo solo silencio. —Tiago... Perdoname, por favor... Yo, yo tengo ciertas necesidades...—
—...— el guacamayo seguía en silencio, queriendo ver qué decía.
—Mira... Aunque te parezca raro, yo... Soy adicta al Sexo, suelo hacerlo con Blu muy a menudo, pero cuando el no puede, pues básicamente lo hago con otros hombres... Nico, Pedro, Rafael, Luiz, Roberto, hasta con tu Abu Eduardo...— decía Perla ya sin miedo, expresándose abiertamente con Tiago.
—¡¿Que?!— pregunto Tiago desde adentro, definitivamente eso último lo tomo por sorpresa, ¿Su madre era una Ninfómana acaso?.
—Si, eso... Bueno... Tu Padre y Yo tenemos un especie de acuerdo, donde cada uno de nosotros podemos tener sexo con quién queramos en caso de no estar disponibles uno para el otro... y si llega a haber un momento en el que uno de nosotros deje de sentir amor por el otro, nos lo diríamos para poder terminar bien, sin problemas— explicaba Perla, dándose la vuelta para sentarse enfrente de la puerta, así como su hijo del otro lado.
—Entonces ¿No estás engañando a Papá con otros hombres?— pregunto Tiago, ya con una idea de cómo era la cosa con sus padres.
—No, el está consciente de eso... Es mas, hasta el se da sus aventuras con Eva a veces— Perla ríe por eso, recordando como una vez hicieron un "Intercambio de Esposas" con Rafael.
—Ya veo... Es curioso saberlo— dijo Tiago con calma, dando un suspiro de alivio.
—Si... Y bueno, ya sabiendo eso... Pues, últimamente yo me e sentido algo agobiada, pues ya tiene como un mes o tal vez dos que no tengo sexo con nadie, por el trabajo o por cosas personales de con quienes me junto, cosas así... por lo que, cuando entre a tu cuarto, y vi tu... tu pene... pues se me prendió el foco, y enseguida se me ocurrió seducirte e impulsarte a tener algo...— decía ella con mucha culpa, poniendo una expresión de desagrado en su rostro, bastante arrepentida de sus acciones.
—Pero, ¿Mamá... Que no el Incesto es... Ilegal?— pregunto el chico con esa duda en mente, y pues, ahora sabiendo que se había metido también con su abuelo, era preocupante pensar que su madre podría meterse en problemas.
—Bueno, es Divertido... Hace años, se aprobó una ley, al menos en ciertos países, donde el Incesto es legal para especies en peligro de Extinción, de todo tipo... y como ya has de saber, los guacamayos Spix estamos en extinción, por lo que no hay nada de malo en qué yo haga cosas así... Por eso se me hizo fácil, meterme contigo...— Perla solo suspira, recargando la cabeza con la puerta.
Tiago al principio no podía creer esa afirmación, y claro, como buen adolescente de su edad, saco su celular y empezó a buscar algo sobre eso, y en efecto, encontró información sobre dicha ley... y fue ahí, cuando el concidero la posibilidad de... Acceder~
—Aun así, el problema no es que esto sea ilegal o no, sino que... Intente forzar algo... Tu tienes que vivir experiencias con quién tú quieras, tu primera vez tiene que ser especial, sea Hembra o Macho, lo que sea, el chiste es que tiene que ser tu decisión, y no dejar que alguien te lo imponga... como yo lo quise hacer... Perdoname Tiago, no quiero que arruines tu primera vez conmigo...— decía Perla poniéndose cada vez más intensa, con ese arrepentimiento creciendo aún más dentro de ella, empezando a sollozar.
—¿Mamá?— Tiago enseguida escucho aquel llanto, eran escasas las veces en la que oía a su madre llorar, era extraño de cierta forma. —Ay no, tranquila, no te preocupes— decía ya poniéndose de pie, apoyándose con la puerta.
—No quería que esto ocurriera... ¡Todo por culpa de mi calentura!— Ella aún sentada ahí, junta sus piernas y brazos, metiendo la cabeza entre estos para continuar con sus lágrimas.
Tiago suspiro y abrió la puerta, viendo a su madre ahí sentada, el solo se agachó y coloco una mano en su hombro, dispuesto a reconfortarla.
—Anda Má, tranquila~— le acaricia su hombro con cariño, enseguida Perla volteo y vio a Tiago directo a sus ojos, dejando ver cómo se le corría el maquillaje y escurría por sus mejillas.
—Ay hijo...— ella se levanta con el y lo abraza, soltando lágrimas con el.
Tiago le correspondió el abrazo, esperando que eso la fuera a tranquilizar, mostrándole que no estaba molesto por lo que ella quería, era entendible ya sabiendo todo el contexto. Pasaron unos segundos, Perla se empezaba a sentir cada vez más relajada, invadida con una sensación de calidez y protección por el abrazo de Tiago, muy a gusto ya.
—Te amo mucho, Hijo...— dijo ella con mucha calma, dando un leve suspiro.
—Yo también Te Amo mucho, Má... Tanto así, que me gustaría complacerte en lo que necesites...— Decía el guacamayo con una sonrisa picara formándose en su rostro, y pues, debido a que su madre aún tenía puesta la blusa que le dejaba un escote pronunciado a la vista... Pues, se le hizo fácil empezar a restregar su mejilla en sus senos.
—Mmhh~— Perla al principio no lo había notado, pero enseguida se dio cuenta de lo que su hijo estaba haciendo, bajando la mirada hacia el. —Emmm... ¿Tiago?—
—Ya lo dijiste Mamá, esto tiene ser mi decisión... y si, entiendo que no quieras arruinarme esto, pero, ya lo decidí: Quiero entregarte mi Virginidad~— dijo el mirando para arriba, apoyando el pico entre sus tetas, mientras por detrás iba bajando la mano hasta el trasero de Perla, acariciando sus glúteos.
—No lo estarás diciendo enserio... ¿o si?— pregunto Perla poniéndose roja, sintiendo como su hijo empezaba a manosearla.
—¿Crees que yo haría una broma como está?— Pregunto Tiago sonriéndole, fue ahí cuando se acercó al pico de su madre y le robo un beso, cerrando los ojos con gusto mientras por detrás apoyaba ambas manos en los glúteos de Perla.
Esta se exaltó por eso, bastante sorprendida por las acciones del macho, pero, lo que más le impacto es que este accediera, no podía creerlo, sin embargo, le dejo de importar al poco tiempo, cerrando también sus ojos para corresponder su beso, apegándose más a Tiago para continuar con eso.
Entonces, el guacamayo se empezó a emocionar todavía más, agarrando confianza para experimentar con los besos, ahora empezando a colar la lengua en la boca de Perla, apoyándose más en su cuerpo, lo que provocó que Perla se sorprendiera, abriendo bien los ojos, sintiendo como la lengua de su hijo tenía contacto con la suya, empezando a babearla con gusto, derramando saliva por los bordes de sus picos. Por otro lado, Tiago apretaba las nalgas de Perla, aún con más fuerza, disfrutando sus caderas anchas, empujándola contra el muro para no dejarla ir. Perla abría mas los ojos con esas acciones, este Tiago era toda una caja de sorpresas, definitivamente no esperaba que el hiciera cosas como estás, de verdad sabía como manosear a una dama.~
Llegó un momento en el que ambos se separaron del beso, dejando que unos hilos de saliva aparecieran en sus picos, era demasiada, esto mientras Perla respiraba agitada.
—Wow... No esperaba eso de ti... ¿Acaso tienes algo más?— pregunto Perla inocentemente, con ganas de ver de qué más sería capaz su hijo, esto mientras pasaba su mano por sus mejillas, limpiándose el maquillaje corrido.
—Bueno... Tengo ganas de probar un poco de tus Pechugas~— el centra su mirada en los senos de su madre, luego acercó la cara a estos, suspirando un poco sobre ellos, pero lo siguiente que haría, era algo que la hembra tampoco se esperaba. Tiago tomo la blusa con su pico, mordiéndola con firmeza, para después jalarla con fuerza, rompiendo la tela para liberar por fin las tetas de su madre, las cuales rebotaron al ser liberadas de forma tan brusca. —Bingo~—
—¡Tiago! ¡Que Rayos!— exclamó ella tratando de retroceder, pero el macho solo se abrazo a su torso, pegando la cara a sus tetas, empezando a acariciar la mejilla en una mientras le chupaba el pezón a la otra. Perla tenía una cara de horror, pero no por lo que su hijo hacía, sino por algo mucho peor. —Carajo, era mi blusa favorita...—
El la ignoro y continuo con lo suyo, por fin metiendo el pezón de Perla a su pico, chupando y besando bien, jugando con la lengua, disfrutando de lo duro que estaba ya, como si fuera un Bebé buscando su leche.
—Vaya que eres atrevido, eres idéntico a tu Padre~— Perla coloca una mano en la cabeza de su hijo y lo pego más, impulsando que continúe. —Mhhh ohhh, Dios~— gemía ella, disfrutando como Tiago jugaba bien con su teta, sintiendo como hasta le encajaba el pico en su pezón, era increíble.
—Mmmhh~— el seguía con eso, saboreando bien esa parte con la lengua, dejándolo todo babeado como su pico.
Perla miraba al techo mientras dejaba a su hijo degustar todo lo que quisiera, ya no le importaba nada, simplemente, permitió que el continuará, a fin de cuentas, el acepto hacerlo.~
El macho termino separándose, dejando la teta derecha llena de saliva y con unas marcas de mordidas leves en ella. —Ay, Me emocioné— dijo algo apenado, viendo lo que había hecho.
—No te preocupes, es Tierno de tu parte~— sube una mano a su rostro para acariciar su mejilla. —Anda, vamos a ponernos cómodos~— le da una pequeña cachetada, luego ella camina a su cuarto, empezando a quitarse su blusa ya rota, y para que nadie del exterior fuera a descubrir lo que hacían, termino cerrando las cortinas de su ventana, ahora quedando en completa privacidad. —Muy bien, es hora de...— se dio la vuelta, viendo como su hijo se encontraba sentado ya en la cama, con los pantalones abajo y su polla toda dura. —Eres Rápido~—
—Jeje es que... Bueno, ya me siento un poco más seguro~— el solo le sonríe, confiando completamente en su madre, ya sin miedo o vergüenza alguna.
—Bien, pues te aseguro que estás en buenas manos~— Perla le sonríe y se paró enfrente de el, acercándose para poner las manos sobre sus hombros, empujándolo con cuidado hacia atrás, haciendo que se acueste en cama, ya ahí, se puso encima de el, pegando y apachurrando las tetas sobre el pecho de Tiago, quedando ambos cara a cara nuevamente. —Dime, ¿Estás cómodo?—
—Si te soy honesto, estás un poco pesadita— respondió el, sintiendo todo el peso de Perla encima.
—Espero no me hayas dicho Gorda, eh— Perla le sonríe y le vuelve a dar un piquito nuevamente, para posteriormente empezar a descender, pasando sus manos por su cuerpo entre más abajo iba, metiendo estás en la camisa de Tiago para acariciar sus pectorales jóvenes, sus pezones y su abdomen, hasta finalmente llegar a su entre pierna, donde se encontraba su polla dura, ahora estando frente a ella. —Pero si se quién la tiene Gorda~—
—¿que? ¿Es muy grande para ti?— quiso bromear el chico, haciéndose ver un poco egocéntrico.
—Ni tanto, a tu Abuelo le Mide 18 Cm y me llega perfectamente hasta la garganta~— dijo Perla, analizando de cerca el miembro de su hijo, valorando su anchura y volumen, aunque estaba impresionada del buen tamaño que tenía para alguien de su edad, no era la gran cosa, eso si, le llamaba bastante la atención que sus testículos se vieran flácidos, eso de cierta forma los hacía ver grandes y redondos.
—Bueno, ya que— Tiago encoje de hombros avergonzado, tanto por el comentario de su madre, como el hecho de que estaba pasando las garras por su pene, tocando con cuidado, generando cosquillas en el. —Ay Mamá, que bien se sienten tus manos~—
—y Eso que no las estoy usando por completo~— dijo ella acercando el pico, dándole un beso al Glande de la polla, para después separase y dejar que ambas manos se hicieran cargo del resto, sujetando el firme trozo para empezar a moverlas de arriba hacia abajo con cuidado, masturbando al chico con delicadeza. —Bien, ¿Que te parece eso? ¿Te gusta que Mami use bien las manos?—
—Mhhh si~ Me agrada~— el se mantiene acostado, poniendo una mano sobre su cara, sintiendo como su madre le hacía esa paja, era más satisfactorio que hacerlo el mismo, por lo que se abstuvo de ayudarla.
Ella solo seguía, aumentando de a poco la velocidad, solo viendo como su pellejo no dejaba de estirarse y contraerse, junto con sus huevos rebotando con cada movimiento hacia arriba. Claro, llegó un momento en el que sintió que su hijo merecía más que una simple paja por ahora, así que decidió jugar más con sus manos, colocando un pulgar en el glande de la polla, moviéndolo en círculos para estimularlo todavía más, lo que su hijo agradeció con unos gemidos.
—Dios, ¡Mamá!— exclamo el pequeño, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo, arqueando su espalda por la sensación, mientras una expresión de excitación aparecía en su cara.
—Ay no seas Exagerado— Perla lo ignora y continua con lo suyo, haciendo que su pulgar pase bien por toda la cabeza de la polla, y entre gemido y gemido, ella se sintió atraída hacia las bolas de Tiago, por lo que se acercó a estás para empezar a chupar y a lamer sus testículos, metiendo uno en la boca para dejarlo bien babeado, mientras con la mano lo seguía masturbando. —¡Mmmmhhhhhhh!~—
—Me mueeeroooo...— el chico no podía aguantar el placer, solo se terminó quedando quieto, solo disfrutando como su madre le proporcionaba estimulación oral en sus genitales, y eso que todavía no se lo metía en la boca.
Pasaron varios segundos y Perla se apartó, dejando una buena cantidad de saliva cubriendo las plumas de los huevos de su hijo, soltando finalmente su polla para dejar que esté se relaje, suspirando un momento por la excitación.
—Dime hijo, hace rato cuando te encontré y deje que siguieras con lo tuyo... ¿Llegaste a terminar?— pregunto Perla, limpiando la saliva sobrante de su pico, pero Tiago solo respondió negando con la cabeza, no tenía palabras. —Bien, pues espero entonces tú esencia sea deliciosa~— dijo ella acercando el pico otra vez al miembro, suspirando encima, esparciendo su aliento en el.
Tiago la miro, aún sin poder creer que su madre estaba haciendo esto, tener su presencia demasiado cerca de su pene hacia que su corazón se acelerará, solo tragando saliva mientras esperaba el siguiente acto de Perla.
Ella no perdió más tiempo y saco la lengua de su pico, acercándose lo suficiente al miembro para empezar a lamerlo, empezando primero por los testículos, recorriendo todo el tronco hasta llegar a la cabeza, siendo lenta y delicada para no lastimar a su pequeño. Las lamidas continuaron, empezando a dejar todo el pene embadurnado de saliva, esto mientras la hembra disfrutaba el sabor y el olor que emanaba de el, ya le hacía falta probarlo, por lo que se encargaba de saborear todo lo que podía, dejándolo cubierto de saliva por completo.
Tiago solo miraba al techo con una mano en el pico, aguantando los gemidos, la sensación era increíblemente placentera, tenía ganas de gritar a los 4 vientos el nombre de su progenitora, pero tampoco quería llamar la atención de los vecinos, por lo que solo cerró sus ojos, disfrutando en silencio como le dejaban la polla toda mojada.
La guacamaya siguió con eso, pero finalmente detuvo las lamidas, era hora de probar la barra completa. Así que para continuar, fue acercando la cara nuevamente, ahora con el pico abierto, dispuesta a meterse ese trozo de carne a la boca. Cuando logro acercarse lo suficiente, el pene de Tiago termino posando sobre la lengua de Perla, y ya ahí, poco a poco fue bajando la cabeza, deslizando la polla por su lengua hasta que finalmente el pico llegó al emplumado abdomen del macho, indicando que no podría meterlo más debido a esa limitación física. De igual forma, ella prosiguió, cerrando el pico como podía para poder encerrar esa polla, ya cuando estaba segura de que no se le iba a escapar, dio inicio con la diversión, empezando a mover la cabeza de arriba hacia abajo, disfrutando con gusto como el pene se deslizaba por su boca.
—Dios... Que Rico se siente eso~— el macho no aguantaba sus ganas de gemir, trato de contenerse lo mejor que pudo pero era inútil, por lo que finalmente decidió dejar de resistirse, empezando a soltar pequeños ruiditos de excitación, expresando el gusto que sentía al recibir esa mamada de parte de Perla.
Ella solo seguía con eso, también disfrutando del asunto, subiendo sus manos por las piernas de Tiago para acariciar las plumas del abdomen, aún chupando bien de su polla, jugando con ella adentro de su pico con la lengua, esforzándose lo mejor que podía para darle a su hijo el mejor sexo oral que recibirá en su vida.
El momento era intenso, ni Tiago ni Perla se creían lo que estaba pasando pero esto era completamente real, para el menor, el hecho de tener a su propia madre chupando su miembro le resultaba algo... Glorioso, de cierta forma, el estaba muy a gusto con lo que ocurría, y con mayor razón, el mismo decidió darle permiso a Perla de profanar su cuerpo, como dijo hace unos momentos, le estaba entregando su Virginidad. Por el lado de Perla, ella también se sentía muy a gusto con la situación, no solo por qué por fin estaba calmando sus bajos instintos, sino por el hecho de ser su hijo quien la estaba acompañado en este momento, todas esas aventuras con diferentes hombres la habían hecho olvidar lo satisfactorio que era tener una experiencia nueva, cosa que por fin había vuelto a vivir.
Los segundos pasaron y la velocidad de la hembra fue disminuyendo, esto porque había sentido algo, una palpitación proveniente del miembro, haciéndole saber que estaba a punto de llegar a su clímax, por lo que enseguida se lo saco del pico, sujetando nuevamente la polla con sus manos, manteniéndolo firme.
—Bien hijo, correte para Mami~— dijo Perla con gusto, masturbando la polla con ambas manos, asegurándose de acercar bien la cara. Tiago apretaba los ojos, solo sintiendo como su madre lo estaba exprimiendo, aferrando las garras a las sábanas de la cama, apretando con fuerza, sabiendo que su orgasmo estaba próximo. —Vamos, no creo que puedas aguantarlo más~— dijo nuevamente, siguiendo con velocidad, sin importarle que su hijo estuviera al borde del colapso por tanta excitación, pasar de usar la mano derecha, a una sesión completa de sexo oral y estimulación manual eran demasiado para el, por lo que decidió dejarlo salir de una vez.
—¡¡Mama!!— Exclamó Tiago con fuerza, ya ahí, Perla sintió como el pene se expandió entre sus manos, para posteriormente ser recibida con un baño de semen directo en su rostro, Tiago por fin había descargado toda su esencia masculina luego de varios días de estarla reteniendo. —¡Aaaah!~—
Perla se quedó ahí, moviendo la cara mientras la fuente de esperma seguía encendida, disfrutando como aquel material genético era disparado hacia su rostro y el que volaba más allá lograba caer sobre su cabeza, era todo un espectáculo, hasta que todo llegó a su fin, con el pene cubierto de un poco de semen sobrante, el macho tendido sobre la cama ya fuera de combate, y con la guacamaya quedando cubierta de hilos gruesos de leche sobre su cara, cabeza y un poco de sus senos, todo proveniente del cuerpo de su hijo.
—Ok, no esperaba tanto jeje— bromeo la guacamaya, tomando un poco de semen que escurría de su pico con la lengua, probando finalmente un poco de esencia masculina, aunque quedó algo intrigada del sabor medio salado de este mismo, pero pues, con saber que la mayoría de machos comen más saludable que su hijo, entendió el porque, tal vez limitar las frituras y el refresco sea buena idea. —Bien, ¿Que te pareció eso?—
—Fue... Majestuoso~— Respondió Tiago con la lengua de fuera, suspirando ya agotado, viendo desde su perspectiva como el cuarto se inunda de color rosa y flores, para finalmente regresar ala realidad, con Perla llamando su atención.
—Me alegra que pienses eso, a mi también me pareció algo maravilloso~— Perla solo le sonríe con gusto mientras se levanta, se acercó la toalla que había usado para bañarse y secarse hace rato, ahora para limpiar el semen que había quedado sobre su cuerpo, volviendo a quedar limpia nuevamente, pero claro, solo se estaba preparando para lo siguiente, por lo que, ya con su rostro y busto limpios, se preparó para continuar.
Ella camino a la mesa de noche que estaba al lado de la cama, abriendo el cajón para sacar un paquete color rosado, eran condones, ya con uno de estos globitos en su poder, volvió con su hijo. Estando enfrente de el nuevamente, empezó a bajarse los mallones que aún tenía puestos, liberando sus glúteos y muslos, quedando únicamente con las bragas negras que usaba a menudo. —Dime hijo, tu eres alguien con mucha energía, ¿Estás preparando para el segundo Round?—
—Espera... creo que no...— dijo el chico aún tratando de recuperar el aliento, subiendo la mano con su dedo índice, pidiendo un segundo más de descanso.
—Bueno, supongo que no estás acostumbrado, pero definitivamente haré que lo estés~— La guacamaya se acerca y se sube nuevamente en su hijo, sentándose sobre su polla aún flácida, sin llegar a penetrarla, quedando con esta Enmedio de sus piernas, tocando directamente su vagina.
—Mamá... ¿Te puedo hacer una pregunta?— pregunto el pequeño, levantando un poco el cuerpo, apoyándose con sus brazos sobre la cama. —¿En que momento... Empezaste a dejarte llevar por tus ganas de hacer esto?—
—Bueno... Si te soy honesta, desde muy joven, cuando yo tenía unos 16 o 17 años, yo estaba interesada en probar cosas nuevas con los machos, en ese entonces yo ya conocía a tu padre y a Roberto, pero... Por alguna razón mi sueño de ese entonces era hacerlo con tu Abuelo... habían pasado varios años desde la muerte de mi Mamá, y pues mi Padre estaba algo necesitado, sospechaba que el hacía cosas con la tía Mimi, así que, cuando cumplí los 18 años, le dije que el mejor regalo... Era que el mismo me hiciera mujer, por lo que, lo senté en un sillón, me quite la ropa enfrente de el, y me lo tiré ahí mismo... Desde ese momento, no e podido parar, ya sea con El, Blu, Roberto, los amigos de tu padre, lo que sea, yo solo quería coger con alguien...— decía Perla, subiendo sus manos hasta sus senos, acariciando estos mientras contaba su historia, esto la hacía excitar demasiado, tanto así que Tiago empezó a sentir en su pene como las bragas de Perla se estaban humedeciendo.
Tiago escuchaba esa historia con fascinación, tal parece que el incesto formo parte de su familia desde hace mucho tiempo, solo faltaría que Blu lo hubiera hecho con la abuela Linda, pero como el era adoptado, técnicamente no sería incesto, pero que más da, a fin de cuentas seguía siendo su madre.
Perla se detuvo, reaccionando por fin luego de aquella pausa recordando su pasado, volviendo a prestarle atención a su hijo. —Jeje perdón, a veces me emociono—
—No te preocupes, y pues que genial que hayas perdido la virginidad con alguien de la familia... y que curioso que yo siga esa tradición— dijo Tiago suspirando, algo sorprendido de que la cosa haya sido así.
—En efecto, Tu abuelo con tu Tía, yo con el abuelo, y tu Conmigo, sería interesante que llegarás a tener hijas o hijos y lo intentarás~— decía Perla, volviendo a poner las manos sobre el pecho de su hijo, ahora subiendo su playera para dejar su torso a la vista, pero enseguida decidió quitársela, dejando por fin a su hijo completamente desnudo.
—Quién sabe... Dudo que sea posible tener hijos con Yessica, ya sabes...— dijo el chico, algo avergonzado, debido a que el estaba enamorado de su amiga, quien era una guacamaya Scarlet.
—Pues, quien sabe, todo depende del futuro— Perla suspira, ya con muchas ganas de empezar con lo mero bueno. —No perdamos más tiempo, demos inicio a lo que nos importa~— decía ya con un tono de voz más dulce, empezando a mover las caderas de adelante hacia atrás, frotando bien su vagina en el tronco del pene de Tiago, mientras con sus manos seguía acariciando su pecho.
—Ok, es hora~— Tiago dejo que Perla continuará con eso, mientras el tomaba una de sus almohadas para acomodarse mejor, quedando con la cabeza levantada sin necesidad de usar sus brazos. —Estoy Listo—
—Muy bien...— Perla dejo de moverse, ya sintiendo el miembro de su hijo duro nuevamente, estaba preparado para continuar. Ella se levantó un poco, tomando el condón de antes, abriendo el paquetito para sacar el globo de látex, luego solo tuvo que tomar el miembro con firmeza, empezando a ponérselo con delicadeza, cuidando que no se rompa, pero al final logro colocarlo correctamente. Ya con eso listo, se preparó para lo siguiente, usando una de sus manos para mover sus bragas a un lado, dejando que el pene tocará la vagina sin nada interponiendo su caminó. —Dime, ¿Estas Nervioso?—
—No, la verdad... Ya no~— Tiago solo le sonríe con tranquilidad, transmitiendo un sentimiento de confianza hacia ella. —Adelante~—
La guacamaya miro eso, empezando a sentirse más relajada, sabiendo que tenía completa aprobación de Tiago para seguir adelante, por lo que, no lo dudo ni un segundo mas. Se inclino hacia adelante, permitiendo que el miembro de con su vagina, y ya ahí, se empezó a deslizar poco a poco hacia abajo, introduciendo este con cuidado adentro de su intimidad.
—Mhhh Si~ Eso es~— decía ella con gusto, apoyando bien las caderas sobre las de su hijo, sintiendo como ese trozo se abría paso entre sus paredes internas, era una sensación increíble, por más veces que lo haya hecho anteriormente con pitos incluso más gruesos y largos, le resultaba muy cómodo hacerlo con uno de un tamaño más decente como el de Tiaguito, enserio estaba disfrutando esto, más cuando logro pegar las nalgas hasta la pelvis de Tiago, indicando que el pene no podía entrar mucho más, pero no le dio mucha importancia a ese detalle, era más que suficiente.
—Dios, está húmedo y... muy caliente ahí adentro— Decía el macho dando ligeros gemidos, esto mientras colocaba ambas manos sobre los muslos de su madre, acariciándola con cariño, mientras disfrutaba de tener su polla completamente cubierta, aunque tenía el condón puesto, aún se podía sentir el ambiente cómodo y pegajoso, pero sobre todo, cálido. —Realmente me gusta~—
—Que bueno que te guste, mi pequeño hermoso~— ella se menea un poco, moviendo sus tetas de un lado a otro para que reboten enfrente de el para su deleite, ya después empezaría a cabalgar su miembro con gusto, moviendo su cuerpo de adelante hacia atrás, introduciendose bien la polla de Tiago, para luego sacarla nuevamente y volverla a meter, repitiendo este procedimiento a una velocidad lenta, moviendo bien las caderas para su hijo. —Mhhh Oh Como lo adoro~—
—Ay Mamá~ Que rico me lo haces~— decía Tiago con una expresión de encantó en su rostro, realmente estaba disfrutando el momento, aún con sus manos en los muslos de Perla, subiendolas de a poco hacia su cintura, como si el mismo fuera quien dirigía los movimientos de Perla cuando realmente era ella quien hacía todo el trabajo, pero aún así, esa acción le pareció tierna a la hembra, por lo que decidió hacer algo mas.
—¿No prefieres tocar mejor aquí?— dijo mientras se agachaba un poco hacía Tiago, moviendo las tetas colgantes sobre su rostro, esto mientras aún movía sus caderas sobre la polla de Tiago, golpeando las nalgas contra su pelvis, escuchandose un sonido como de aplausos.
—Bien, es una mejor idea— el subió sus manos hasta llegar a las tetas, agarrando cada una con delicadeza, disfrutando lo suaves que eran y como se sentía entre sus dedos, sobretodo los pezones, esos eran su parte favorita. —Son muy Grandes, y redondas, Má~—
—Gracias, tus manos son suaves de hecho~— decía ella ocupándose del resto, dándose gusto con esos buenos sentones a su hijo, poniendo una cara de gozo y disfrute, realmente se sentía en el cielo con lo que estaba ocurriendo, dando saltos sobre el miembro, expandiendo su interior con cada uno de ellos. —Mhhh siiii realmente me hacía falta esto~ Muchas gracias, Mi Amor~— ella se agachó completamente, abrazándose a su hijo para besarlo, frotando todo el cuerpo contra el.
—Mhhh~— El chico también abrazo a la hembra, acariciando su espalda mientras disfrutaba como su pene entraba y salia a esa velocidad, así como degustar bien su pico con el beso, realmente la experiencia de poder tener relaciones sexuales con su madre le estaba gustando demasiado, no podía negarlo, había hecho lo correcto al darle permiso a profanar su cuerpo. —(Si... Con que esto es, ¡tener sexo con alguien! ¡Lo adoro!... Espero, poder repetir esto constantemente, no me molestaría pasar todo mi verano aquí abajo... pero, bueno... Tal vez, Papá o Bia estén interesados en acompañarnos~)— pensaba el macho, aún manteniendo el beso con Perla, usando también sus manos para acariciar su cuerpo, más que nada en la espalda y el trasero, explorando todo lo que podía.
Sin embargo, llegó un momento en el que la cosa se empezó a relajar, Perla empezó a disminuir la velocidad de sus sentones, hasta que finalmente se detuvo. Se separó del beso y le dio una sonrisa a su hijo, para después dejar caer todo el cuerpo sobre el, jadeando agotada.
—Ya no puedo... Creí que duraría más, pero no...— decía ella, ya sin poder hacer nada, con el corazón a tope y una respiración pesada.
—Mamá, tienes 38 años, no estás a una edad para agotarse pronto— dijo el chico algo desmotivado por esa pausa repentina, sintiendo también como su pene se deslizaba hacía afuera, hasta que finalmente se escuchó un "Pop" pegajoso, ya estando fuera de ahí. —Demonios—
—Perdón, corazón, ya no estoy tan acostumbrada, por un lado, ya pasó algo de tiempo desde la última vez... por el otro, normalmente... soy yo la sumisa~— dijo ella aún suspirando, pegando su pico al de Tiago.
—¿Ah si?... si es así...— Tiago enseguida puso una cara de malicia en su rostro, mientras sujetaba a su madre con las manos con fuerza, para después impulsarse hacía un costado con ella en su poder, dándole la vuelta a la situación, ahora estando la hembra acostada boca arriba con su hijo sobre ella. —Entonces yo me encargo por ahora~—
—!Oh Wow! !Si que eres fuerte!— Exclamó Perla, algo sorprendida de la fuerza de Tiago al realizar esa acción. —No esperaba eso~—
—Bueno, alguien tiene que terminar el trabajo— El chico se puso de pie, estando parado frente a su madre recostada, lista para que ahora sea el quien la profane. Tiago se acercó, tomando las piernas de Perla con sus manos, alzando estás y separandolas, dejando la vagina expuesta, ya con eso, el macho tomo su pene y lo sacudió nuevamente, poniéndolo firme, acomodando el condon aun estable, estaando listo una vez más, acercándose con el hacía la intimidad de su madre.
—No tengas miedo, puedes ser brusco conmigo si quieres— dijo la hembra, ayudándolo a mantener las piernas arriba, demostrando un poco la flexibilidad que poseía, solo para darle el paso libre.
—Si eso quieres~— Tiago se apoyo contra ella, alineando el miembro con su vagina, empezando a introducirla con cuidado una segunda vez. Ambos Guacamayos no pudieron contener la excitación, reflejando esto en sus caras de placer, cerrando los ojos mientras disfrutaban de la penetración, hasta que finalmente logro entrar. —Ok, ahora es mi turno~—
El macho ya con su miembro adentro, miro a su madre a los ojos, compartiendo una mirada mutua antes de continuar, ella le sonríe, parecía estar muy a gusto con esto, mientras el solo se limitaba a mirarla, pero entonces se le acercó otro poco, dándole un beso en el pico nuevamente, momento justo en el que empezó a moverse también, follandose la vagina de Perla una vez más, aún manteniendo ese beso tan lindo que se daban en el pico.
Ella no lo podía evitar, realmente le estaba gustando demasiado la sensación que le daba ser penetrada por un macho otra vez, más cuando era el quien se hacía cargo de eso, dejar todo su cuerpo en manos de alguien más fuerte que ella era algo que de hecho la excitaba, y viendo lo que su hijo fue capas de hacer, sabía que esto no podría terminar mal.
Tiago Continuaba con lo suyo, moviendo las caderas con fuerza y velocidad contra la pelvis de Perla, metiendo la polla hasta donde pudiera llegar, expandiendo y contrayendo sus paredes internas con cada embestida que le daba, tanto así que hasta se podía escuchar como sus testículos no paraban de sonar al chocar contra su vagina, rebotando sobre ella una y otra vez.
—Awww~ Tiago... Tu si que sabes cómo follar a una mujer~— Perla se separa del beso para abrazarse a su hijo, rodeándolo con los brazos, apoyando la cabeza en su hombro, así como abrazar también la cintura de Tiago con las piernas, lo tenía bien enganchado.
—G-gracias... y eso que es mi primera vez...- decía el macho aún manteniendo los movimientos, sintiendo como su cuerpo no podía estar más unidos al de la guacamaya.
Esto continuo así un par de minutos más, el chico se encontraba a tope, con demasiada energía aún, follandose a Perla lo más rápido y duro que podía, pero poco a poco sintió que no podía continuar, pues su pene ya estaba nuevamente apunto de iniciar su fase de clímax, Tiago al notar esto, y sabiendo que aun tenía el preservativo puesto, pues fue motivado para finalizar con una última pose.
—Ok, me falta poco, tú no te preocupes~— Tiago se detuvo y se puso de pie nuevamente, aún con su polla adentro e Perla. El entonces la jalo hasta el borde de la cama, permitiendo que el continuará pegado a ella, para después levantar una de sus piernas, la derecha específicamente, para apoyarla sobre el lado derecho del pecho, mientras la otra pierna queda a libre.
—Válgame Dios— dijo Perla al ver eso, sin saber que estaría planeando su hijo, pero sus dudas enseguida serían respondidas, pues el macho suspiro y empezó a follarse a la hembra con mucha más velocidad, ella estaba más que sorprendida con esto, el cuerpo tan atlético de Tiago realmente la estaba haciendo disfrutar como nunca. —AAAHH~ TIAGO~— exclamó ella apoyando ambos brazos contra la cama, viendo desde ahí como su vagina era ultrajada a ese ritmo tan acelerado, tanto así que se podía escuchar la cama rechinar con tanto movimiento.
El chico seguía con lo suyo, sujetandola de la pierna con firmeza, concentrándose en mantener el ritmo en sus caderas, aún con una sonrisa en su rostro y una cara de pervertido total, solo queriendo seguir para llegar pronto al orgasmo.
y en efecto, esto último logro llegar, pues Tiago termino dando una última embestida, con el pene palpitando y volviéndose a expandir, para finalmente descargar todo su semen ya, siendo este atrapado por el latex del condon.
—¡Aaaaahh!~— exclamaron los dos guacamayos al unísono, uno por tener su miembro expulsando chorros de esperma sin parar, y la otra por sentir como ese bulto de leche tibia se formaba en su interior, la verdad desesba sentir aquel semen fluir en su interior, pero por ahora no estaba interesada en tener mas crías, asi que por ahora era mejor dejarlo as.
Pasaron unos segundo en silencio, ya después de que ambos se dieran un respiro. Tiago sonrió y saco su pene ya flácido, aunque la tuvo dificil para retirar el condon lleno de su semen, pero cuando logro sacarlo, solo se lo quito del miembro, y lo amarró para ponerlo al lado. Ya ahi, solo se estiró un poco, no parecía querer continuar, así que, para poder descansar ya, decidió acostarse a un lado de su madre, estando los dos recostado y agotados en la misma cama.
—Muchas... Muchas Gracias... Tiago~— ella se acercó y le dio un pequeño beso, muy agradecida con su pequeño.
—No es nada, realmente me gustó poder complacerte... y sin duda, también me alegra que mi primera vez haya sido contigo... Gracias Mamá~— el solo le sonríe, bastante relajado, con un sentimiento de cariño y amor invadiendo su ser, era... una sensación increíble.
Perla sonreía por ver a su hijo feliz, no tenía precio la satisfacción que sentía al formar parte de la de alguien más, ese sentimiento era realmente agradable, aunque en un principio quería hacerlo por beneficio propio, la hacía sentir bien saber que al final no tuvo que forzarlo para que pudiera ser complacida, solo, fue algo mutuo que ella valoraba realmente.
Pasaron unos minutos ya, ambos descansaban aún con el ambiente romántico en la atmósfera, pero al final no podían quedarse acostados ahí todo el rato, así que, Perla se estiró un poco aún en cama, ya con algo de energía rehabilitada, miro a su lado izquierdo, viendo sobre su mesita de noche el reloj despertador, indicando que eran las 11:24 PM, algo tarde ya, pero también era temprano para poner el lugar en orden. La hembra se puso de pie, camino al mueble enfrente de su cama para tomar su bata de baño, poniéndosela para no dejar su cuerpo desnudo a la vista.
—Tiago, voy a allá abajo para ordenar el comedor, ¿Podrías recoger el desastre de aquí arriba, por favor?— preguntó Perla, acercándose a su hijo aún en cama.
—¿Tengo que?— pregunto este, sin querer ponerse de pie.
—No me hables así, anda— Perla le da un ligero zape en la cabeza. —Por favor—
—Ay bueno...— El macho se levantó de la cama, al mismo tiempo que su madre salía de la habitación, Tiago al verla solo sonrió, aún agradecido con la experiencia que había vivido, por lo que no se quejo más y optó por ayudar a Perla en lo que le pidió.
Recogió sus pantalones y su ropa interior del suelo para volver a ponérselos, junto a su playera sin mangas que se encontraba en la cama, estando vestido nuevamente. Luego recogió la ropa de Perla, incluyendo la blusa rota, la cual termino tirando al bote de basura por lo arruinada que había quedado junto con el condon.
Tiago bajo a la cocina, donde Perla ya había recogido todo, el comedor se encontraba como si no hubiera pasado la cena de hace rato. La hembra finalmente metió al refrigerador lo que había cocinado, escondido debajo de unas verduras para asegurarse de que su marido no lo vería a simple vista, recordemos que es un platillo especial para su aniversario.
—Bien, ya quedó, como nuevo— decía ella presumiendo cómo quedó la cocina y la sala, para después recargarse en la mesa que se encontraba en el centro.
—Si, seguro nadie nota lo que ocurrió aquí— Tiago solo se queda ahí de pie, sin saber que hacer ahora.
—Si, pero bueno, ahora que ya quedó, puedo irme a recostar, mañana tendré que levantarme temprano nuevamente— Perla camina a la escalera, pero antes de que pudiera subir, Tiago la detuvo.
—Oye Má... Ya que tú y yo hicimos... lo que hicimos, se me ocurrió que tal vez no podríamos ser los únicos...— decía el Guacamayo algo avergonzado, sin saber cómo decir lo que se le había ocurrido. —Bueno, ¿tu qué, opinas de que yo intenté hacer algo con Papá?—
—Mmh ¿Tu con Blu?— pregunto Perla algo sorprendida por aquella duda, pero más que nada, algo preocupada. —No lo se, digamos que su Miembro no es... para alguien como tú—
—¿No? ¿Pues cuanto le mide?— pregunto intrigado.
—Como... unos 16 CM, tal vez... además de ser algo gruesa... Tu pues, no pareces como alguien que pudiera con eso— decía Perla, observando de reojo las caderas de Tiago.
—Tu no sabes eso, no es como si no me hubiera metido cosas ya antes— decía el chico poniendo una cara de lujuria en su rostro.
—Ja, si claro... bueno, si tú quieres intentarlo con Blu, será cosa Tuya— dijo Perla, aunque aún preocupada por la salud anal de su hijo, pero en ese momento, se le había ocurrido otra idea. —Hey... pero ya te divertiste hoy conmigo, no crees que... ¿Tu hermana también merece divertirse?—
—Hablas de... ¿Bia, con Papá?— pregunto el macho al escuchar eso último.
—Claro, sería divertido, sino me equivoco tu padre también lleva un rato sin coger con nadie, aunque no lo demuestre como yo, y Bia... bueno, lleva un tiempo saliendo con Gerardo, pero no parece que el quiera apresurar las cosas~- esto último lo dijo acercándose a Tiago para colocar una mano en su hombro.
—No lo se, no creo que Bia este muy dispuesta a hacerlo, ¿tu crees que si?— pregunto Tiago sin estar del todo seguro de esto.
—Si, bueno, digamos que las hormonas que toma la hacen estar algo... sensible en ciertos aspectos, entre ellos pues, sus instintos de apareamiento~— explico Perla, aunque no sabía mucho del tema, solo repetía lo que Bia le había dicho. —Sino me equivoco, es posible que en estos días vuelva a experimentar eso, así que, tal vez deberíamos hacer algo con eso, hacer que este a solas con Blu, ya ahí, ninguno podrá resistirse~—
—Vaya, eres malvada, pues tiene sentido, quizá eso ayude a qué yo pueda hacerlo con Papá después— pensó Tiago al imaginar esa escena en su mente.
—Exacto, tu tranquilo que pronto podrás tenerlo adentro~— Perla le da un toque con la garra al pico de Tiago, pero luego, se le acercó y le dio otro beso en el pico, uno último antes de irse a acostar, cosa que Tiago agradeció con gusto, también apegando el cuerpo con el de Perla para disfrutar del beso.
Así estuvieron un par de segundos, pero finalmente se separaron, aún con un ligero hilo de saliva uniendo a los dos.
—Amo tus besos, Mamá~— dijo Tiago con las mejillas rojas, separándose un poco luego de ese beso.
—Gracias, tu también besas bien~— Perla le sonríe, para después darse la vuelta, acercándose a las escaleras ya. —Buenas noches Tiago, puedes quedarte despierto un rato más si gustas, solo no muy tarde— fue lo último que dijo antes de empezar a subir por las escaleras hasta el segundo piso.
—No te preocupes Mamá, Gracias, y ¡Buenas noches también!— dijo el chico despidiéndose de su madre, estando solo en la cocina ya.
Tiago suspiro, bastante feliz a decir verdad, pues, definitivamente la experiencia que había vivido con su madre era algo que, al principio le causaba miedo, pero que ahora, parecía ser un nuevo pasatiempo que ambos tendrían a partir de Ahora. Sin duda, era increíble, por lo que, en lugar de sentarse en el sofá a jugar algo en la consola, decidió conectar su celular y así reproducir una lista de reproducción de música relajante, para finalmente acostarse en el sofá, Reflexionando, viendo al techo mientras imaginaba todo lo que podría hacer con su Madre, su Padre y tal vez su hermana Bia en todo el mes que tenían disponible. Por lo menos, sabía que el aburrimiento ya no podría apoderarse de él.~
y Aquí mis queridxs lectores, finaliza esta segunda parte de este capítulo, donde hice aún más cambios que en la primera parte, seguro la gente que lo leyó con anterioridad si logrará notarlos, además, de que partir de este punto ya será donde la historia se verá algo afectada por una modificación que hice, y que en el final de este capítulo deje como pequeño "Foreshadow" de lo que se viene próximamente.
Por ahora, lo iré dejando por acá, esperen el resto de capítulos, que les aseguro que me esforzaré para que quede algo muy genial.
Nos vemos, después, ¡Adiós!
