Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada. Los personajes extras sí son de mi pertenencia así como la trama de este fic. Disfruten el fic.

*..*..*

La curiosidad que mata al gato

*..*..*

Semanas antes…

- ¿Ya saben lo que se dice? –se secreteaban unos soldados rasos.

- ¿Qué?

- Que algo muy malo está pasando en el santuario, más específicamente, entre la Elite de los guerreros de Athena.

- ¿Algo malo?

- Sí, algo… -miró a su alrededor para ver que nadie lo oyera –algo inmoral…

- ¡Iiih! ¡¿No?! ¿Dónde? ¿Quiénes? ¿Cuáles? ¿Por qué?

- No sé exactamente quién, pero…. –volvió a mirar alrededor y cuchicheó –sólo sé que los involucrados son o de plata o de Oro.

- ¿No?…

- Sí….

- ¡Por la Diosa!... ¿Qué tan inmoral? –preguntó el soldado olvidando el escándalo y ávido de chisme.

- Escuché que era algo penado por los Dioses, y que… involucraba a dos hombres así que… creo que nos podemos imaginar que es…

- No… ¿Será?...

- ¡Quién sabe! Con lo loco que está el mundo…

- Según dicen, la fuente de la que procede el chisme es muy confiable, así que…

- ¡Qué horror! ¡Inmoralidades en el sagrado santuario de Athena!... ¿Seguro que es entre dorados o plateados?

- Sí, eso es lo único seguro.

- ¡Pero cuenta más!

- No sé más… ¡Pero tenemos que investigar!

- ¡Síiii! –corearon los otros dos soldados.

- Silencio ahí viene un plateado.

Los soldados tomaron posturas estoicas y saludaron con respeto al plateado que pasaba.

- Señor Orfeo –el aludido respondió con una sonrisa y asintiendo con la cabeza.

Tras de este venía otro plateado corriendo que le dio alcance.

- Orfeo, tenemos que hablar de… -Misty vio de reojo a los soldados y notando que había muchos oídos sólo dijo –de lo que tú ya sabes.

- Ah… eso… sí vamos a mi casa. -Orfeo también miró de reojo a los soldados –Ahí habrá más privacidad –esto último lo dijo en un susurro perceptible sólo para Misty.

Misty asintió y ambos caballeros se fueron juntos.

- ¿Vieron que actitud más sospechosa?

- Sí, y algo se secretearon… ¿Serán ellos?

- No lo sé… ambos son de plata.

Comenzaban a formar bolita pero el sonido característico de alguien en armadura acercándose los hizo retomar su postura militar.

- Saga, esto no se puede quedar así, lo que me hiciste no tiene nombre, no es de hermanos y nunca quieres hablar del tema. –se escuchaban unas voces acercándose.

- Es pasado Kanon ya olvidado.

- ¡No, no lo voy a olvidar hasta que hablemos! ¡Yo no merecía lo que me hiciste, es… es… atroz, sádico… Inmoral!

¡Oh Dios palabra clave!

- Kanon, inmoral es una palabra demasiado grande, no fue para tanto.

- ¡No fue para tanto? ¡Mi trasero aun me duele!

- Vamos sé bien que lo disfrutaste –Saga se burló con sonrisa tan ladina que Kanon quiso estamparle el puño en la cara, pero el gemelo lo detuvo a tiempo.

Justo en ese momento llegaban al lugar donde estaban apostados los soldados e intercambiando miradas dejaron el asunto ahí ya que había moros es la costa.

- Esto no se acaba aquí Saga… -Kanon se adelantó y se perdió rumbo a las doce casas. Saga siguió el mismo camino aunque a paso más lento. Al pasar junto a los soldados fue él quien saludó y estos respondieron con la voz temblorosa y las corvas lánguidas. Ese Saga, muchos soldados le tenían terror en el santuario.

Cuando este se hubo ido, los soldados volvieron a comentar.

- ¡¿Escucharon eso?!

- ¿Serán ellos?

- ¡No puede ser! ¡Son dorados… y hermanos!

- ¿Habremos oído bien?

- Sí –confirmaron los otros dos.

- Si es lo que estoy imaginando…

- Si te refieres a Sodoma y Gomorra…

- ¡Que la Diosa ampare este santuario!

Tras las sombras otra persona que los había estado viendo y escuchando, en cuanto los soldados se retiraron, salió….

- Diosa Athena… ¿no será sólo otro chisme mal interpretado como el de Princesa*?–se preguntó acongojado Shion – Seguro es sólo eso –se dijo más tranquilo -¿O no?

El patriarca se retiró hacía el templo principal con la cabeza llena de dudas y temores.

Después, detrás de un árbol, otro que también había estado escuchando a los soldados, era más crédulo, y no había visto a Shion, salió de su escondite.

- Por la Diosa, ¿Habrá depravados en el santuario?... ¡Patrañas, eso es imposible en este sagrado lugar!. Le pediré al patriarca que le dé más trabajo a los soldados ¡tienen demasiado tiempo libre para inventar tonterías!

El León Aioria se retiró ondeando su capa hacia el coliseo para revisar lo que hacían bronces y aprendices.


Semanas después…

Aioria venía bajando del templo principal, y venía traumatizado. Y es que, por andar de fisgón, mientras Athena había ido por un paquete que Aioria tendría que entregar, el caballero había tomado unos mangas que había sobre el sillón en el despacho de la Diosa. Y estos mangas, no eran otra cosa que Hard Yaoi.

Sí, Athena podría ser una Diosa, pero, vivía como humana, y se había criado en Japón. Tenía amigas con muy arraigados gustos y costumbres raras propias de los japoneses que le habían enviado un paquete a la Diosa con siete mangas recomendándole mucho el leerlos, aunque ella no sabía de qué iba la temática Yaoi, ella solía leer Shoujo de cuando en cuando, pero sólo eso. Sin embargo Saori no había tenido tiempo ni de ojearlos aún, apenas los había sacado de la caja, cuando sus obligaciones como Diosa y regente del Santuario la habían hecho arrumbarlos en un sillón para revisar cosas más importantes…

Pero Aioria ajeno a todo eso, se había llevado una enorme sorpresa. ¿Qué hacía Saori con esos libros de perdición?. ¡No! ¡No podían ser de su Diosa! Estaba completamente seguro.

Sin dudar, algún pervertido que había estado en el despacho de su Diosa, las había olvidado ahí por error. Pero ¿Quién? Cómo un descastado así tendría acceso al santuario… ¿Y sí… el descarriado era parte del personal?

Tenía que llevarse los mangas antes que su inocente Diosa los viera. Así que los escondió entre su capa y armadura justo a tiempo, cuando Saori entraba de nuevo en el despacho y entregaba su misión al León.

Ya en Leo los había ojeado todos y leído algunos.

- ¡Esto es cosa de pervertidos! ¡¿Qué clase de mente enferma leería esto?! ¡¿Quién en todo el santuario podría querer leer algo así?! –se preguntaba Aiora con horror y autentico interés.

¡Y es que habría que correr al enfermo mental que gustaba de estas cosas!

En eso estaba cuando oyó sonar su celular, era el tono del Skypo. Lo vio y se percató que tenía la sesión abierta, pero… no era la suya, era de Mascara Mortal… ¿por qué?. Ah cierto, hacía dos días el cangrejo había pedido prestado su celular, porque necesitaba hablar con unos parientes en Italia y el suyo se había descompuesto. Y el buen Skypo tenía la cualidad de que si no cerrabas la sesión en un dispositivo, aunque la cerraras en los demás, quedaría eternamente abierta en ese.

- De seguro olvido cerrar su sesión –Aioria estaba por cerrar cuando leyó sin querer el mensaje.

- Afrodita, vamos a mojar nuestras sabanas.

- Ahorita no, no traigo ganas.

- ¡¿Qué?! –Se dijo Aioria sin poder creer el mensaje que leía en pantalla.

- Pero ayer dijiste que querías.

- Pues ya no.

-Pues yo sí, me urge.

- Pues atiéndete tú sólo.

- ¿Y qué esperas? ¿Qué use mis manos?

- Si no te queda de otra…

- No, me voy a cansar, además que aburrido, te necesito a ti para meterla, ven a atenderme.

- ¿Atenderte?, si no soy tu novia.

- No, eres algo mejor, eres mi amigo, y no es la primera vez que me ayudas con esto. ¿Qué te cuesta?

- Me cuesta mucho.

- Afrodita… anda ven, de verdad, la tengo muy tiesa y ya es doloroso.

- Mientras a mí no me duela…

- ¡Afrodita, ve para acá de inmediato!

- No

- Mugroso pescado, o vienes o voy.

- Pues ven, pero no vas a conseguir nada de mí.

- Afro… esto ya es insoportable, te lo juro.

- …

- Afro, también metes lo tuyo si quieres.

- No yo no traigo ganas.

- Pues al menos ven para que yo lo pueda meter.

- Hazlo tú.

- ¡Sin ti no puedo idiota y lo sabes! ¡Y ya te dije que no voy a usar las manos!

- Oh sí, no te vaya a salir cayo…

- ¡Pues sí me sale y lo sabes!

- ¿Y eso a mí qué? Pídele ayuda a otro.

- ¿A cuál otro? Sabes que eres el único que conoce mi secreto. No voy a dejar que se burlen de mí.

Aioria volteó ver los mangas Yaoi y luego al celular, ¿sería cierto lo que estaba pensando?…

- Mascara en esta época ya nadie se burla de nadie por estas cosas, es más estas cosas ya se toleran bastante, en lugar de burlarse, hasta te van a respetar por atreverte a decir la verdad. La verdad se valora mucho en estos días.

- Si como no, me van a respetar, sobre todo los del santuario… me van a hacer la burla, ya sabes cómo son Milo y Kanon. Y como bien me lo decía mi abuela, estás no son cosas que haga un hombre…

- Pues sí, quizá en sus tiempos era mal visto pero ahora, ya hasta lo aplauden, como dicen las mujeres, es tierno y cool.

- Pues no estoy listo para ser un chico cool, sólo quiero ser un hombre muy hombre.

- Pues comienza por aceptar lo que haces.

- Eso jamás, nadie lo sabrá. Así que ven, de verdad, ME UR-GE.

- …

- ¡Te lo advierto Afrodita, no voy a pasar otra noche de perros en mi cama, así que ven ahora mismo!

- Ah… ok. Pero tú vienes por mí, yo no voy a bajar a hasta cáncer.

- No seas flojo.

- Todavía te voy a hacer el favor y te pones tus moños. O me teleportas a Cáncer o no voy.

- Ni mover los pies quieres.

- Pues no, así están las cosas, si quieres, si no, atiéndete solo.

- Ah… está bien allá voy.

Mascara salió de línea y Aioria se quedó mirando con los ojos desorbitados a la pantalla de su celular. No podía ser… no podía ser lo que había leído en ese celular… es que unos santos dorados… ¡¿metidos en eso?!. ¡Además de indecentes se brincaban la regla de teleportarse! Bueno… también Mu se la saltaba y él nunca lo echaba de cabeza así que… se haría de la vista gorda con estos dos también.*

¡Pero de lo otro! ¡No, por Athena, no! Sabía que en el mundo externo había una cierta… tolerancia a esas cuestiones y lo respetaba, pero, que eso ocurriera en el santuario, y peor ¡entre caballeros dorados!

En todo el santuario nadie se imaginaría cosa parecida de algún caballero o soldado, incluso pese a la belleza de caballeros como Afrodita o Misty, todos estaban muy seguros de que ambos eran muy hombres, muy hermoso uno, y todo un narcisista el otro, pero hombres en todo el sentido de la palabra. ¡Cuantimás un gañan como Mascara Mortal! Pero… es que esos textos…

Ahora sí que Aioria daba vueltas por Leo como fiera enjaulada. No… no podía seguir así, tenía que ir a cerciorarse, quizá todo era un error de malinterpretación de su parte.

Bajó volado hasta Cáncer y sin anunciar su presencia, se escabulló hacia la parte privada de la casa. Al entrar, la sala estaba sola, la cocina también, pero se escuchaban voces al fondo. Aioria se fue escabullendo con cuidado hasta el fondo, ahí estaba una habitación, atisbó un poco pero no había nadie en el pasillo, las voces venían del cuarto del fondo, así que se acercó, pero se encontró con la puerta cerrada.

Entonces pegó bien su oreja y pudo escuchar claramente la voz de Afrodita.

- Mira nada más cómo la tienes, no puedo creerlo.

- Te dije que estaba muy tiesa.

- ¿Seguro que no podías arreglarlo tú?

- ¿Y cómo iba a meterla sin ti?

- Ah –se escuchó a Afrodita suspirar con fastidio –a ver pues, métela.

- A ver, abre.

- Ya... Métela… ¡Así no bruto! Se mete con cuidado.

Aioria comenzaba a sudar frio.

- Perdón, pero ya sabes que soy muy bruto para esto.

- Que si lo sé… A ver, dame a mí, se mete así… ¿ves?

- Ah…-dijo sorprendido.

- Ahora dame la otra.

- ¿Las dos?

- Si tienes dos ni modo que nada más metas una.

¡¿Dos?! ¡¿Mascara tenía dos?! Aioria no sabía que el cangrejo tuviera fetiche con los juguetes. O… ¡Era superdotado?

- Es más Mascara, esta métela tú, a ver si aprendiste algo.

- ¿Así? –se oyó preguntar a Mascara.

- Sí… ¡no, no, no menso, me lo vas a rasgar todo! ¡Ay, con razón no te duran las parejas!

- Oh Dios no puedo estar entendiendo todo mal, esto debe ser justo lo que estoy imaginando –se dijo un compungido Aioria.

- Bueno pues es que tú eres muy delicado para estas cosas y sabes que las delicadezas no se me dan.

- ¡Claro que lo sé! Ay de verdad, no sé por qué me presto para esto cuando podrías conseguirte una mujer que te hiciera el favor.

- ¡¿Y pagar por eso? ¿Estás loco?!

- Y encima de todo tacaño.

- Prefiero gastármelo en cervezas, además teniendo a tan buen amigo como tú, para que me molesto.

- Si no fueras como mi hermano, no te permitirá hacerme esto. Pero júralo un día de estos ya no te voy a hacer el favor, una cosa es que yo sea tu amigo y otra muy diferente que tú abuses de mí.

- ¡Oh Dios, abusa de él! ¡No, alguien tiene que hablar con Afrodita, y dejarle claro hasta dónde llegan sus obligaciones como amigo, Máscara se está aprovechando de su bondad!. Quién lo hubiera dicho, Afrodita tiene bondad en el alma… ¡Pero no sabe manejarla! Y ese Máscara, mira que aprovecharse así de la inocencia de Afrodita –Todo eso y más pensaba Aioria –¡Yo debería entrar a detener todo esto!... NO… puedo apenar demasiado a Afrodita, Mascara no creo que tenga pudor pero Afrodita… sí, Afrodita será un desgraciado, insensible y cruel cuando quiere, pero no deja de ser piscis y es bien sabido que son muy sensibles y sacrificados… además es de los más cultos y refinados de toda la orden dorada, junto a Camus serían los dos más elegantes…. Dudo mucho que le gustara ser sorprendido así… ¿qué haré?

Sus cavilaciones fueron nuevamente interrumpidas por el dialogo entre esos dos.

- ¿Entonces así?

- Exacto, vez como entró fácil. Ahora dame aquello.

- ¿También? ¡¿Cabe?!

-Claro que cabe.

- Yo no creo.

- Yo estoy acostumbrado a hacer esto, y si te digo que cabe, es porque cabe.

- Ok…

- Y como ya estoy en esto voy a provechar. Y me voy a dar gusto, porque vas a estar haciendo esto toda la santa mañana.

- ¡¿Toda la mañana?! Oye también tengo otras cosas que hacer, no me la puedo pasar en la faena todo el día.

- Pues tú me mandaste llamar, interrumpiste mi descanso y ahora te aguantas, yo no quería hacer nada de esto, prácticamente me obligaste con tus chantajes.

- Pero Afro…

- Pero Afro nada, dale. Además, mira nada más cómo me tienes aquí… esta todo tieso… Vele, se para sola.

- Esa no es mi culpa.

- Claro que es tu culpa, tú la pones así. ¿Por qué haces esto?

- No, no creo soportar escuchar más –Aioria ya estaba hiperventilando.

- Bueno, es que, por culpa de Athena no tengo tantas oportunidades de usarla como quisiera.

- Pues no es pretexto para que hagas esto, y menos a mí, soy tu amigo no tu mujer. Es asunto de tu persona, pero me usas y yo de tonto que me dejo.

- Ya no te enojes pez –dijo Mascara en tono conciliador –mejor disfruta, a ti te gustan estas cosas ¿no?

- Que las haga no quiere decir que me gusten. Las hago porque son una necesidad, si no, no las haría. Y créeme que preferiría estarle haciendo este favor a mi novia que a ti.

- Tú ni novia tienes.

- Pero si la tuviera, sí le ayudaría con gusto en estas labores.

- Hasta yo…

- ¡¿Qué?!

- ¡No! No digo que le ayudaría a tu novia idiota, me refiero a la mía… Bueno, entonces… ¿por qué no se mueve?

- Porque tú tienes que hacer que se mueva tonto.

- Aah… ¿así?

- ¡No bruto! ¡¿Cómo se te ocurre zarandearla?! Ay Dios mío muchas veces me he preguntado cómo es que soy tu amigo, si no nos parecemos en nada.

- Los opuestos se atraen pisciolino. Entonces…

- Tienes que apretar el botón.

- ¿Botón? De seguro es un eufemismo para referirse a alguna parte erógena del cuerpo –se decía Aioria bañado en sudor frio y ya prácticamente azul.

- ¿Cuál botón, hay muchos?

- ¿Qué nunca has leído el manual?

- ¡¿Pero acaso ya hay hasta manuales para eso?! –se dijo Aioria con taquicardia.

- No.

- ¿Por qué?

- Lo quemé junto con la caja de la lavadora.

- Ay… por qué me molesto en preguntar cosas así sí sé que de seguro ni leer sabes…

- ¡Oye, yo sí leo!

- Ven acá cangrejo inútil. Mira tienes que programarla según la carga.

- ¿Programar? ¿Lavadora?... ¿De qué están hablando este par?... –Aioria estaba estático.

- Aquí te pregunta si es Hipoalergénica, Delicada, de color, blanca, prendas voluminosas, lavado profundo. Según tú, ¿qué tipo de carga es esta?

- De… delicada?... ¡Auch! –recibió un zape.

- ¡No seas bruto! ¿cómo delicada?

- Pues son sabanas… entonces ¿hipoalergénica?

- ¿Esto hipoalergénico? ¡Pero si está más tieso que los muertos del panteón! Ha de estar llena de ácaros.

- Entonces… ¿Blanca?

- Estas sabanas ya están negras…

- Pero alguna vez fueron blancas… -dijo sonriendo, pero ante la mirada reprobatoria de su amigo borró su sonrisa –entonces… ¿Cuál?

- Lavado profundo.

- Pero sólo son dos pares de sabanas.

- Y están más negras que tu conciencia.

- Pero las otras no las estoy usando.

- Pero ya tienen más de dos meses arrumbadas allá, con toda esa ropa tiesa que ya se para y camina sola. Te lo repito mira nada más como me tienes aquí, el cuarto de lavado es un cuchitril, me extraña que toda la casa no lo sea. Que no puedas usar tu ropa de civil tanto como quisieras no significa que la uses una vez y la avientes a esa esquina por espacio de cuatro a cinco meses antes de lavarla. Por eso se te acumula tanta. Ni que no tuvieras manos ni lavadero para lavar ya que no sabes accionar una simple lavadora.

- Ya sabes que cuando lavo a mano me sale un horrible cayo.

- Esa no es excusa. Y ya te lo dije, te la vas a pasar lavando toda la mañana.

- Pero no se activar la lavadora yo solo.

- ¿Lavadora? ¡¿Todo este tiempo sólo hablaban de lavar unas sábanas en lavadora?! –se decía Aioria mientras resbalaba por la puerta pues sus lánguidas piernas habían dejado de sostenerlo.

- No puedo creer que seas tan inútil. ¡Ya llevas cuatro meses con ella!

- Y ya sabes que sólo la usé el día que llegó y eso porque me ayudaste a programarla. Además esto no es cosa de hombres –comentó apesadumbrado rascando su cabeza.

- Me importan un pepino las ideas arcaicas de tu abuela, que en sus tiempos los hombres no lavaran, ni plancharan, ni hicieran quehacer, no significa que no lo hagan ahora.

- Pero a mí no se me da…

- El quehacer es una NECESIDAD no un gusto. ¿Crees que a mí me gusta?

- Pues sí, lo que son Tú, Camus, Shaka y Mu, tienen una obsesión sería con eso de la pulcritud y la limpieza.

- Somos gente ordenada y responsable, que es muy distinto a que nos guste hacer quehacer. Además no puedo creer que no sepas ni meter un par de sabanas a la lavadora sin romperlas.

- Están muy tiesas.

- Por eso se meten con cuidado. Además si las cambiaras cada ocho días, mínimo, no estarían así de tiesas. Por eso ninguna de tus sabanas tiene pareja, todas se componen de piezas de otra, porque o las pierdes o las rompes.

- ¿Qué no se lavan cada seis meses?

- Esas son las cortinas animal. Y ya deberías ir a comprar nueva ropa de cama y desacerté de la que tienes. Buena falta que te hace. Mira nada más la tirlanga de allá, aparte de rota tiene un hoyo por la colilla de tus cigarros, un día vas a arder en tu propia cama por quedarte fumando dormido y borracho.

Para este momento Aioria estaba blanco fantasma, todo comenzaba a cobrar sentido y era uno más limpio e inocente del que él se había imaginado.

- Pero eso sería gastar en sabanas, lo que significa cervezas de menos.

- Por favor, tienes suficiente dinero para sabanas, gustos y cervezas de sobra, lo que pasa es que estas obsesionado con la bebida. ¿Qué pasó con aquello de "lo que sea para volver a mi casa un hogar"*?

- Es que…

- Si ya gastaste en una lavadora nueva ¿qué te cuesta?

- Bueno es que era necesaria, la otra se había descompuesto.

- No, tú la descompusiste porque eres un desastre manejando estas máquinas.

- Por eso te hablo a ti –le sonrió.

- Pues yo no le veo la gracia, ya te dije, puedes contratar los servicios de una mujer, hay una agencia de contratación en Rodorio, son señoras que te lavan y planchan por una suma razonable.

- ¿Pero quién se va a querer meter a la casa de Cáncer?, además, en el santuario hay gente del servicio ¿para qué gastar en mucamas particulares?

- Porque ninguna de las del santuario se quiere meter a la casa de Cáncer, le alegan a Athena que no ganan lo suficiente para merecer meterse en este infierno… tus mascaras las asustan o les faltan al respeto, qué esperabas…

- Bueno, entonces, que más le hago a la lavadora…

- Mira, checa todos estos paneles, checa el nivel del agua, el de centrifugado, y el de lavado.

- ¿No está el ciclo ya programado?

- Sí pero hay que programar también estos paneles. Dime ¿qué nivel de agua pondrías?

- Mmmm… mínimo

- ¿Cómo mínimo? ¡Vas a quemar la lavadora! La carga es pesada, son dos pares de sabanas de "piedra", ponle nivel máximo.

- Yo lo decía para ahorrar agua… bueno, ya, ¿y ahora?

- En centrifugado ponle máximo porque la ropa es pesada.

- ¿Y en lavado?, aquí ya dice lavado profundo

- Sí ese es el programa, pero a la hora de batir la tina tiene que estar en fuerte, porque son prendas muy pesadas de otro modo vas a forzar el motor. Y… ya está, sólo oprime Start.

Y hecho esto se comenzó a escuchar la lavadora llenar la tina.

- Quién diría que el gran caballero dorado de Piscis tendría la tan difícil misión de… activar una lavadora… De verdad Angello ¿por qué tengo que venir a atenderte? Soy tu amigo, no tu esposa.

- Por eso, eres más como mi hermano y entre la familia se ayudan. Y vaya que necesitaba ayuda, no hubiera soportado otra noche durmiendo en esas sabanas, eran noches angustiantes, me rosaba toda la piel… Bueno mientras la lavadora lava vamos a aprovechar nuestro día libre, bajemos a Rodorio a tomar algo.

- Nada de tomar algo, me voy a mi casa a cambiar mis sabanas.

- Pero dijiste que no tenías ganas. Ayer dices que sí, hace rato que no, y de nuevo que siempre sí, eres un bipolar.

- Sí, anoche dije que planeaba lavar mi ropa blanca, pero hoy por la mañana decidí mejor no hacer nada y pasármela echado todo el día, pero ya que me sacaste de mi cómoda ociosidad, voy a arreglar mi casa.

- Pero si ese lugar es una oda al orden, ahí no hay nada que arreglar.

- Pues voy a sacudir y hacer lo que se tenga que hacer.

- No puedo créelo, teniendo mucamas locas por atenderlos Camus y tú casi no las dejan pasar a limpiar, prefieren hacer todo ustedes.

- No me gusta que anden agarrando mis cosas, y a Camus tampoco, no las tratan con el mismo cuidado.

- Fresas… ¿Y que se supone que haga yo?

- Para comenzar agregar jabón que ya va a comenzar a lavar.

- ¿Cuánto?

- ¿Cuánto agregarías tú?

Mascara sacó una jícara de un litro y la llenó de jabón en polvo.

- Así.

- Con razón se te ahogó tu otra lavadora… se le pone la medida que viene con el jabón. ¿Dónde está?

- ¿Cuál medida?

Afrodita sólo roló los ojos y fue al bote de jabón y luego de escarbar un poco, sacó una medida transparente de platico.

- ¡Ja! ¡Ni siquiera sabía que esa cosa venía ahí!

Afro abrió la tapa, agregó el jabón y la cerró para que comenzara.

- Bueno ya está lista para lavar. Ahora cuando termine sacas la ropa al patio a secar.

- ¿No sale seca?

- No, es lavadora, no secadora, sólo le dará una buena exprimida.

- Aah… ¿Y cuando acaba?

- Cuando esos cinco foquitos estén todos prendidos.

- Ahora están todos prendidos…

- ¡Sí! ¡Porque apenas va comenzando, se van a ir apagando según la etapa y al final se prenden otra vez!

- ¡Que carácter! …Ya cásate…

- ¡Tú ignorancia me desespera!

- ¿Y cuánto se va a tardar?

- Unos 45 minutos. Por el ciclo de "remojo".

- ¿Y mientras qué hago?

- Pues sacude tu casa, o ponte a planchar las sabanas limpias que tienes hechas bola en tu ropero.

- Mmm… ¿y cómo se usa la plancha?.

- ¡¿Es que también te tengo que enseñar a planchar? ¡Definitivamente NO, no cuentes con eso!

- ¿Está bueno el chisme? –dijo Milo asustando a Aioria.

- ¡Milo! ¿Qué haces aquí?

- Eso te iba a preguntar, llevo rato buscándote y no te hallaba, cuando sentí un remanente de tu cosmos aquí decidí entrar a buscarte, y te encontré así pegado a la puerta. ¿Qué hacías?

- Yo… yo… sólo… eh… o-oía a Afrodita regañar a Máscara por no saber usar una lavadora. Sí… eso.

- ¿Mascara Mortal no sabe usar un lavadora? Jajaj-phhh

- ¡Cállate nos van a oír! –dijo tapándole la boca –mejor ya vámonos.

Dicho eso Aioria sacó a rastras a Milo y ambos salieron de Cáncer. Y una vez en las escaleras a géminis….

- JAJAJAJAJA cangrejo idiota, a su edad no sabe usar una lavadora JAJAJAJA esto lo tiene que saber Kanon.

- Como si ustedes sí supieran. Todo mundo sabe que el que lava en Géminis es Saga. Y a ti te lavan la ropa las mucamas.

- Pues no sabremos lavar, pero lo que si sabemos, es tirarles carilla a los compañeros y hacerles burla de cualquier cosa. Esta información vale oro. Y respecto a las mucamas, sabe que no sólo me lavan la ropa –dijo bailando ambas cejas –Además ¿Qué es eso que Máscara no sabe planchar? Ya está en edad, ya alcanza el timbre.

- No se referían a eso pervertido, se referían a planchar ropa.

- ¿Tampoco sabe planchar? Ja ja ja ja ja.

- Ni tú.

- Bueno, a mí me planchan… si sabes a lo que me refiero –comentó con mirada picara.

- Ah… mejor olvídalo y has como que jamás te enteraste.

- Claro que no. Es más… ¡Kanon! ¿Estás ahí? ¡Ven que tienes que oír esto! –decía mientras corría dentro de la casa de géminis.

- Ah… ¿qué hice?... esto me pasa por malpensado…. Y por agarrar cosas que no son mías… ¡Y por andar prestando mi celular!

Sí, de no haber leído esos mangas su mente no se habría perturbado.

- "Afrodita, vamos a mojar nuestras sabanas" ¡Pues claro! La frase era muy clara y literal, el cangrejo se refería a lavar la ropa de cama. Pero… ¡es que ese maldito manga!. Un momento, ya que ellos no son, de quién serán esos mangas… ¿acaso de Misty? O… ¡¿De Aldebarán?!.

Mejor ya no iba a pensar….

De tanto susto vivido en Cáncer, Aioria sintió que se le aflojó el intestino y salió corriendo a la velocidad de la luz hacia su casa, donde apenas a esa velocidad había llegado a tiempo al baño... la diarrea también tiene el poder de la super velocidad… Esa mañana la pasó sentado en el trono de Leo como amo y señor, mientras pedía perdón por sus malos pensamientos y se deshidrataba cual hoja al sol. Eso le pasaba por curioso y fisgón…

Si tan sólo se le hubiera ocurrido comentar eso con Marín antes de hacerse mil ideas e ir a fisgonear, ella le hubiera explicado, pues Saori a veces platicaba con ella de sus amigas japonesas y sus mentes perturbadas.

Ese día la curiosidad mato al gato…

*…*…*…*…*


Por ti Dany y uno de tus santos favoritos. Feliz Cumpleaños Mascara de la Muerte de Cáncer.

¿Será que todo esté mal entendido se ha arreglado? ¿Será que será?. En el santuario de Athena quién sabe.

A mis queridos lectores deseo les haya gustado mucho el fic y les haya sacado muchas carcajadas además de su mente cochambrosa que seguro salió a flote. Vayan a la iglesia luego de leer esto y pidan perdón por sus malos pensamientos. ¿De qué hablaban entonces los soldados? ¿A qué se refería Kanon? ¿Qué quería Misty hablar con Orfeo? Ya lo veremos en otros fics. Mientras tanto…

¡Sancta sanctórum, insanis mentibus peccatorum veniam!

¡Un abrazo y nos estamos leyendo!

* Giño a mi Fic El pecado de Shura.

* Sabemos que no se puede teleportarse entre casas sin importar los poderes psíquicos del caballero, pero gracias a Toei donde se muestra a Mu teleportandose hasta Tauro, podemos echarle carrilla al carnero y colgarnos de ahí. ¡Gracias Toei por regarla a cada rato!

* Parte del capítulo uno de La vida en el santuario y anexos

Nota: Pese a que lo puede parecer NO ES YAOI ni lo será nunca, al contrario es pura comedia basada en lo malentendida y cochambrosa que puede llegar a ser la mente humana, sobre todo si está desinformada.

Si tú también pensaste mal agrega a tu comentario: "#InsanisMentibus"