Amor para dar

[Los rayos de luz diurna alumbraban el horizonte, una nueva semana empieza, el invierno ha entrado finalmente, y como siempre, en la preparatoria Itan... espera... ¿Qué demonios hace aquí ella?... No, espera... … …]

Otori... -una voz se dejó escuchar-

¡¿Otori...?! -con mayor desesperación-

¡¡¡KAEDE-CHAN!!! -la voz realmente quería encontrar a la mencionada-

Sí, Una castaña con su uniforme de escuela buscaba desesperadamente a su amiga. Un minuto atrás estaba con ella, guardando algunas cosas en su mochila. ¿Cómo bastó cinco segundos para que desapareciera por completo? Ni ella misma lo sabía, pero debía buscarla. Ya tenía suficiente con sus hermanos como para que esa chica de peculiar cabello de tonalidad verdosa y misteriosamente escurridiza haga encima de las suyas.

….

Con la chica misteriosamente escurridiza.

Despreocupada de la vida, así era la chica de peculiar cabello verdoso, una chica llena de paz y tranquilidad, no seguía el ritmo de alguien, ella iba a su propio ritmo, sobre todo, su manera de hablar, una voz tan sutil que calmaría a los mismos demonios por su tranquilidad y su elegancia.

"Hooolaaa"

Bueno, puede que no fuera tan sutil, pero ella es un faro de alegría andante, su voz tranquiliza con el simple hecho de escucharla. Se había perdido buscando su salón y terminó en un cuarto único que nadie había visto, con dos mujeres con temor de haber sido descubiertas, mientras que en la mesa del lugar se podía ver un poco de pollo asado, el cual estaba todavía en el plato. Respondiendo al nombre de Otori Kaede, aquella chica se encontraba persiguiendo una mariposa, sin previo aviso terminaría resbalándose, cayendo por una ventana que estaba casualmente abierta.

A la par, un azabache ojinegro con una flor en su cabello estaba caminando tranquilamente, el invierno había llegado para todos, y con ello la inclusión de una bufanda tejida. Usar guantes o no era algo que estaba pensando, podía darle algo de estilo ahora que no estaba siendo tan 'normal' como había planeado, extendiendo sus brazos y retrayéndolos, para imaginar que tenía guantes puestos y así ver si podía usarlos o no. Su línea de pensamientos se había visto interrumpida cuando sintió una leve brisa, seguido de un pequeño chillido de sorpresa, que incluso había sonado algo lento, para terminar en Kaede, quien había terminado cayendo en los brazos del azabache, quien haciendo un titánico esfuerzo no se fue de cara contra el piso, o contra Kaede.

O... ¿Otori-san? -preguntó con incredulidad el azabache, aún con la chica en brazos-

Hola Tadano-kuuun -saludó la ahora conocida como Otori-

¿Cómo es que terminaste aquí? -pidió saber el identificado como Tadano-

Estaba buscando mi salón y termine perdiéeendome. ¿Has visto a Nene-chaaan? -preguntó, con su característico tono de tranquilidad-

No, de hecho, acabo de llegar, por cierto, ¿Estás bien Otori-san? -pidió saber el chico-

No tienes que ser tan formaaal, puedes llamarme Kaede-chan tambiéeen -respondió con un tenue puchero, solicitando ser llamada por su nombre-

No... yo... no creo... ser ca... capaz... -tartamudeó, apenado por la solicitud y también por el puchero que hacía la pelinegra-

Peeero... tú le dices Shouko a Shouko Komi... ¿Acaso no somos amiiigos? -preguntó algo dolida, agachando la mirada-

No es eso... -respondió con rapidez-

¿Entooonces? -pidió saber todavía dolida-

Bueno... es que se me hace grosero no hablarte por tu apellido si no me has dado permiso -confesó, teniendo en parte razón, siendo que la otra era por pura vergüenza-

No te preocupes, somos amiiigos, no hay necesidad de que seas tan formaaal -respondió, recuperando los ánimos que había perdido-

Gracias Oto... digo, gracias Kaede-chan -agradeció, regalándole una sonrisa-

No hay de qué Hitohito -respondió, sonriendo y haciéndose bolita-

¡¡¡KAEDE-CHAN!!! -gritó una nueva voz, llamando a la pelinegra-

De momento a otro, se podía apreciar una castaña con el cabello lacio, quien al ver a Kaede se había alegrado por completo, había sido un momento en que perdió a Otori, y la había buscado con desesperación, le alegraba saber que estaba a salvo con alguien.

Onemine-chan... mira a quieeen me encontré -exclamó Kaede, abrazando más fuerte al azabache-

Hola Hitohito -saludó la ahora conocida como Onemine-

Nene-chan, me alegra verte -respondió el saludo, alegrando a la castaña-

Gracias por cuidar a Kaede-chan. Me preocupa mucho que le pase algo -confesó con algo de cansancio-

Miraaa, una mariposa -exclamó Kaede, misteriosamente apareciendo detrás de Onemine-

No te mueves de aquí -comentó Nene, agarrando a su amiga de su suéter para que no se fuera corriendo-

La cuidas demasiado, pareces su madre -comentó Tadano, viendo a Otori perdida en su mundo-

A veces pienso también eso, me gusta pasar tiempo con ella, pero también me preocupa lo que le pueda pasar cuando me ausento -confesó con algo de preocupación-

¿Por qué lo dices? -pidió saber, notando que la actitud de hermana mayor de Onemine salía a flote-

Ella es muy inocente, tengo miedo de que le pase algo o alguien se aproveche. Tiene un corazón muy noble -respondió suspirando-

Ya puedo verlo, por cierto, ¿Cómo estás? -pidió saber, tratando de alejar las preocupaciones por un rato-

Bien, gracias por preocuparte -respondió, regalándole una sonrisa-

Eso me alegra Nene-chan, por cierto, Kaede... espera... ¿Kaede? -preguntó, notando al instante que la mencionada estaba persiguiendo una mariposa-

Debo de ir por ella. Te veo después Hitohito -se despidió, saliendo a buscar una vez más a Kaede-

Nos vemos Nene-chan -despidiéndose, para suspirar- que agradable es Kaede y Nene -comentó para sí mismo, sonriendo por el pequeño momento compartido-

H-h-h-ho-ho-ho-ho-ho-la -tartamudeó una nueva voz, en un titánico esfuerzo por hablar-

Ah, Hola Shouko, ¿Cómo te va? -saludó Hitohito, viendo como la ahora conocida como Shouko escribía en un cuaderno-

~Bien, gracias por preguntar~

Eso me alegra -respondió con alegría-

~Oye, hace rato te vi platicar con Onemine-san y Otori-san~

Sí, Kaede se perdió y por casualidad la atrapé cayendo jeje -comentó nervioso, extrañándose al instante al notar la cara de asombro de Komi- ¿Sucede algo? -pidió saber con intriga-

~No sueles referirte a las personas por su nombre~

Kaede creyó que no la quería como amiga debido a que me refería a ella como Otori-san, por lo que después de arreglar el malentendido decidimos hablarnos por nuestros nombres -respondió, asombrando a Shouko-

~Que bien Hitohito. Por cierto, te ves bien con esa bufanda~

Gra... gracias Shouko -respondió, con algo de vergüenza, para que ambos terminaran dirigiéndose a su respectivo salón-




Capítulo 1: Primer paso, conocer




Las clases tomaban su curso con tranquilidad, dando paso a la hora de descanso, como siempre, cada uno de los estudiantes de Itan se retiraban para comer sus almuerzos, en uno de los salones destacaba siempre una chica azabache con un sedoso y largo cabello. La diosa de la clase.

Shouko Komi...

Sentada, al lado de su primer amigo, aquella chica disfrutaba el tiempo, la armonía y el encantador momento que pasaba. Por un momento no le importaba nada más que estar con ese chico, inclusive ignoraba la cara de preocupación de los demás a su alrededor. Y estaba dispuesta a disfrutar su almuerzo con él. Sin embargo, ese momento fue abruptamente interrumpido por alguien más.

Detrás de ellos, un fornido rubio alto quería unirse a la conversación, su presencia era imponente, y era la razón por la cual alteraba el salón, pero…

¿Quién era el fornido rubio?

Para ello, habrá que regresar un poco atrás, tal vez al inicio del receso... o un poco más...

POV fornido rubio.

Mi nombre es Katai Makoto, soy un chico ordinario de preparatoria. ¿Qué comida me gusta?... Hamburguesas... ¿Qué comida odio?... Los pimientos... Inicié las clases un poco tarde, y tengo miedo de hablar con la gente, tampoco soy muy bueno tomando la iniciativa, pero, sigo siendo un estudiante normal –se presentó, caminando por los pasillos de la preparatoria-

[Sin saberlo, Makoto daba la impresión de querer curtirse a golpes con todos]

Me dio fiebre y estuve en cama una semana, después de esa semana, fue muy difícil ir a la escuela. Incluso si tu cuerpo sana, es difícil ir después de todo -confesó-

[Por lo menos su valor le permitió llegar a la entrada]

Siempre me decía lo mismo

"Vendré mañana"

"Iré mañana"

"Mañana a la escuela..."

Cuando por fin me decidí... ¡LA TEMPORADA VINO Y SE FUE!... y ya es invierno... -estrellando su cabeza en una de las columnas-

[Por favor no te des de cabezazos en la pared :'c]

¡PERO CAMBIÉ DURANTE LAS VACACIONES DE VERANO! Primero empecé por hacer ejercicio y comer bien, incluso me pinte el cabello, ¡Así nadie me molestaría! Normal... ¡Un chico ordinario de secundaria!...

¡MUY BIEN! ¡VAMOS A HACERLO! -se animó a sí mismo-

[Su cara de nervios hace que todos piensen que está molesto]

Fin POV.

Había llegado al salón, había llegado frente al salón, había llegado a tocar la puerta del salón, sin embargo, todo su valor, sus esfuerzos, su coraje, se había ido cuando tuvo que abrir la puerta, o al menos intentarlo. Ese intento había durado la mitad de las clases, elegir o no elegir, ¿Qué diría al entrar? ¿Cómo reaccionarían ellos cuando lo viesen llegar? ¿dónde se sentaría? ¿Y si se burlaban de él? Todas esas preguntas lo mantuvieron un rato más, una distracción de la cual solo pudo salir cuando un poco de determinación lo inundó, motivándolo a entrar, a la par que el profesor de turno salía... había llegado el receso...

Al ver cómo todos se paraban, en su intento de dejar la habitación, Makoto solo carraspeó, llamando la atención de todos.

[Él solo quería saludar :c]

No sabía que hacer, por lo que solo tuvo que esperar a una señal, solo eso, una maldita señal de que todo estaría bien, aunque los nervios lo carcomían. Decidido a hacer una jugada, con la esperanza de tener algún compañero con quien conversar, solo se puso a caminar.

POV Makoto.

OH MIERDA... -viendo a todos lados-

Olvidé preguntar cuál era mi asiento... -dando una vuelta completa por todo el salón-

Vamos a esperar a que el maestro llegue... -recargándose en la parte de atrás del salón-

Uh... todos me están viendo... -notando como los demás lo observaban-

Es cierto, una sonrisa, solo sonríe.

[Hitohito cree que Makoto es un malandro y solo tiembla por el escalofrío]

Hay un grupito frente a mí, tal vez esté ahí mi lugar.

Me acerqué a unos compañeros, quería preguntarles algo, de pronto, unos chicos se interpusieron en mi camino, lo primero que dije fue un ¿Está bien?, pero por alguna razón se sentaron... ahora que lo pienso... ¿Con quiénes se reunían ese grupo?...

Lo único que veía era que iban a comer, tal vez esta sea la oportunidad que necesitaba para acercarme a ellos, lentamente me acercaré y les pediré con amabilidad que comamos junto. Sí Makoto vamos a hacer e...

Fin POV.

Al momento de que Makoto se acercó, pudo notar con verdadero miedo la mirada de muerte que Shouko le lanzaba.

[Está asustada :c]

Ambos solo se veían fijamente, Makoto recordaba algo que había leído, hablar con la mirada, y eso trataba de hacer, hablar con la mirada con la chica que tenía frente a ella, aunque seguían temblando. Tadano, al ver las verdaderas intenciones del rubio presente, se ofreció a hablarle, terminando por desencadenar una corta charla que terminó con una peculiar pregunta.

"¿Quieres que te dé a conocer el lugar?"

¿Quién era ese chico? Esa era la pregunta que se hacía Katai en su mente, pero no lo hacía debido a la impresión de chico ordinario que daba, lo hacía porque, a sus ojos, el chico era un ángel, alguien que se había ofrecido a ayudarlo al saber su incapacidad de hablar, al menos, debido a los nervios.

"Sí"

Era la respuesta que había dado con rapidez, una corta respuesta que hizo temblar a los presentes. ¿Es que acaso Tadano quería morirse? Mejor para ellos, podían estar con su Diosa, algo que querían hacer, y sin reparo la mayoría de estudiantes se había acercado hacia Shouko, alejando a Tadano para que se suicidara, según ellos. Viendo que una peliverde y una peligrisáceo se acercaban a la Diosa, el azabache pudo respirar con tranquilidad el momento. Después hablaría con ella, lo primero era cumplir lo que había dicho, presentarle la escuela a su nuevo compañero. Podía ir comiendo en el camino... ¿O no? El hecho era que estaba dispuesto a ayudar al rubio, quien solo tenía un pensamiento en mente.

Hacer un nuevo amigo...

Bueno Katai-san, ¿Qué te parece la escuela? -preguntó Tadano, queriendo hacer conversación para tranquilizar el estado de ánimo del rubio-

Grande -una simple respuesta que salió de la boca de este-

Es cierto, jeje, pero te acostumbraras -confesó con una cálida sonrisa-

Gracias -siendo lo único que pudo contestar-

Por cierto, ¿Tienes algún gusto en específico? -queriendo saber más de su compañero-

Bueno... yo... -tartamudeó, reclamándose mentalmente por lo que ocurría- No lo puedo creer, he hecho un amigo, es un santo, ¡Y ENCIMA QUIERE SABER DE MÍ! No, cálmate Makoto, debes de tranquilizarte, lo primero que tienes que hacer es conocerlo bien, no puedes dar una mala impresión, es lo que has estado esperando, recuerda lo que había dicho el libro "Técnicas de comunicación que incluso un mono podría usar" para estos casos. Capítulo 2, página 30, 'sé directo y preciso con lo que quieras decir. ¡NUNCA TENGAS MIEDO DE EXPRESARTE!' Vamos Makoto, tú puedes -suspirando- me encanta... el leer... -tartamudeó, pero con mayor número de palabras pronunciadas-

Genial, es un buen pasatiempo, mira, aquí está el salón de química, el salón de música queda debajo de este piso, no tengo problemas en llevarte, pero tendremos que guardar silencio, a veces, en los descansos, varios alumnos se reúnen ahí para practicar -respondió, dejando en claro cualquier duda-

Me gustaría ver el salón -confesó ya sin tanto tartamudeo-

A mí tambieeen -una nueva voz se dejó escuchar-

¡Ah! ¡Kaede! -exclamó Tadano entre asustado, sorprendido e intrigado-

Hola Hitohito -saludó la mencionada, con una sonrisa que refleja su tranquilidad-

¿Qué es lo que haces aquí? -pidió saber Tadano-

No lo sé, solo aparecí aquiii, por cierto, ¿Quién es él? -cuestionó, señalando a Makoto-

Cierto. Kaede, Katai Makoto, Katai-san, Otori Kaede -presentó el azabache con tranquilidad-

Hooolaaa -saludó con tranquilidad-

Ho-hola -volviendo los nervios en Katai-

¿Quieres ser mi amiiigo? -preguntó con esperanzas-

Yo... -viendo a Tadano y entendiendo que decían sus ojos- sí.

Genial, eso me aleeegra -respondió con felicidad, perdiéndose en su propio mundo-

Kaede-chan -una nueva voz alertó a los tres-

¿Acaso volviste a desaparecer? -cuestionó el azabache ya sabiendo la respuesta-

¡Ahí estás Kaede! -exclamó Onemine con alivio, seguido de una azabache-

Onemine-chaaan -saludó Otori, abrazándola con cariño-

Hola Nene -saludó Tadano con sencillez-

Hi-hi-hi-hi-to-hi-hi-hi-to -tartamudeó la azabache, tratando de estructurar una palabra-

Hola Shouko -saludó el azabache a su amiga-

Me alegra encontrarte Kaede -volteando a ver a la mencionada y al rubio, provocándole un escalofrío- ho... hola.

Hola.

Mira Onemine-chaaan, Shouko Komi, él es Katai, y ahora es mi amigo -presentó Kaede con emoción-

Por cierto, ¿Qué hacen aquí? Aparte de buscar a Kaede -cuestionó con intriga Tadano, mirando a las dos chicas-

Komi-san quería almorzar contigo, después de que su iglesia se alejara de ellos. Pero no te encontrábamos y después Kaede desapareció. Creo sabes lo demás -respondió Onemine con simpleza, teniendo algo de miedo al ver al rubio fornido-

Cierto. Bueno, que se le va a hacer, vamos a comer -propuso el azabache, recibiendo una afirmación como respuesta-

Siii -desapareciendo una vez más-

~¿Vienes con nosotros Katai-san?~ -escribió Komi, con algo de nerviosismo-

Sí -con algo de miedo, pero feliz de hacer amistades nuevas-

Con ello, un tranquilo descanso seguía en pie, alegrado por las pláticas amenas que el grupo compartía, y, como siempre, nuevos allegados venían a convivir con el grupo formado. Nakanaka Omoharu, una Megalómana azabache que servía a la princesa Komilia, resguardándola con su demoniaco poder otorgado por fuerzas desconocidas. Yamai Ren, una psicópata Yandere obsesionada con su Diosa menguante, la cual quería pasar cada segundo de su vida con la razón de su existir. Osana Najimi, la misma chica peligris que la salvó de su fanaticada, así como Agari Himiko. Poco a poco el grupo crecía un poco más, queriendo pasar tiempo de calidad con la azabache con problemas de comunicación. La única persona que parecía no estar al tanto de lo que pasaba era Katai, quien solo tenía dos pensamientos en mente, relacionados a las dos personas importantes que conoció apenas.

Komi-san, su maestra en comunicación.

Tadano Hitohito, su mejor amigo en la escuela, y el santo que lo salvó y entendió.

Un comienzo algo peculiar, pero que traería varias sorpresas a futuro.







Extra







Después de clases, cada uno de los estudiantes descansaba en sus respectivas casas, resolvían el trabajo que se llevaban a casa o simplemente estudiaban un poco más, en la casa de alguien en especial, y específicamente en su habitación, había una lista. La decoración de esta podría ser algo colorida, en especial algunos decorados, lo que destacaba en especial, era que la lísta tenía objetivos a cumplir, algunos como 'ejercitarse' 'teñirse el cabello de rubio ya habían sido tachadas de esa lista, y ahora, el dueño de esta, Katai, sostenía la peculiar hoja con emoción, tachando una meta que había cumplido, y escribiendo otro propósito.

"Hacer nuevos amigos" LISTO


"Ser el mejor amigo de Tadano-kun"