La historia se me ocurrió cuando hablando, con amigo recorde;
"Sentimientos secretos de mama",
de Ares- sama.
La pueden encontrar en esta misma plataforma.
No es una copia, ni nada por el estilo, solo se me ocurrió, en el próximo capitulo hare una Aclaraciones al respecto y algunos datos sueltos de la historia.
en fin... espero que disfruten la lectura.
- Por favor.- casi suplico. Se encontraba cansada, sabia que traer vida al mundo no seria fácil, aun así nunca imagino que seria tan agotador y tedioso. Pero al escuchar aquel agudo y fuerte llanto supo que todo su esfuerzo valió la pena. - Por favor, déjenme ver a mi hijo.- volvió a suplicar con lagrimas en sus ojos.
- Esta bien, dejen que lo vea.- hablo un hombre.
- Pero...- la partera callo ante la mirada amenazante que le fue dirigida, sin mas acerco al recién nacido y lo dejo en el pecho de la joven. Quien saco fuerza de lo mas profundo de su ser y apretó al recién nacido contra su pecho haciendo que el llanto callase. A la joven se le detuvo el corazón y no pudo contener las lágrimas al ver la carita de su hijo, aun se encontraba cubierto de fluidos y sangre pero poco le importo y beso su frente. Con un dedo acaricio sus regordetas mejillas, conto los deditos de sus diminutas manitos y piecitos, cuando dio pequeñas caricias en una de sus manitos, esta se cerro atrampo su dedo.
- Deben de bañarlo y verificar que todo este bien con el.
Ella no quería, sabia que en el momento que entregase a su hijo, ya no seria suyo, seria entregado a otra mujer para que esta lo criase. El hombre al notar la negación de la menor se asusto.
- Tú no eres su madre, nunca lo fuiste, solo fuiste su incubadora.- sabia que estaba siendo duro pero no tenía otra opción.
Con el corazón roto la joven dejo que apartaran al niño de su pecho. Aquel hombre tenía razón, ella siempre supo que en el momento que aquel niño naciera seria dejada de lado.
Su cuerpo le dolía como los mil demonios, estaba cansada pero no podía dormir, algo dentro de ella le gritaba que su bebe estaba en peligro, que la necesitaba. Se mordió el labio tratando de alejar aquel pensamiento, pero el llanto que se oía en el pasillo no se lo permitía. Escucho como la puerta corrediza fue deslizada, y cerró los ojos con fuerza cuanto el llanto pareció sonar más fuerte.
-Yo… lo siento- dijo un hombre, no mucho mas mayor que ella, recostando al bebe a su lado.- No quise decir lo que dije, solo me asuste.- suspiro aliviado al ver como su hijo dejaba de llorar al estar al lado de su progenitora.- Si me prometes no decirle a nadie, te dejare pasar esta noche con el. Pero al amanecer el ya no será tu hijo.- sonrió al ver como el bebé parecía caer rendido ante el sueño, aferrado a uno de los dedos de la menor, camino hacia la puerta. - Descansa.- susurro antes de cerrarla.
Ella abrió los ojos y se sentó en la cama, tomo a su pequeño percatándose que ahora vestía un enterito color celeste.
-Ya, ya mama esta aquí.- le susurro. Subió su camisón y acerco al menor quien comenzó a mamar de su pecho. La imagen que tenia en esos momentos era hermosa, su bebe estaba ahí con ellas en sus brazos, las ganas de llorar la invadieron nuevamente. Se mordió el labio, ya no quería hacerlo, debía de ser fuerte. Con cuidado acaricio los escasos cabellos rubios de su hijo.
-Eres un glotón.- volvió a susurrar.- Mi pequeño Akiteru.- sonrió maternalmente sin despegar la vista de su hijo.
Akiteru, aquel era el nombre que ella eligió para el, no importaba que seguramente el padre de la criatura y la esposa de este ya le tuvieran uno reservado. Ella lo llevo dentro suyo por nueve largos meces, tiempo suficiente para considerarse su madre.
Akiteru pareció feliz de que su madre le acariciara sus cabellos y tarareará una canción de cuna, mientras le alimentaba.
Te amo, hijo mío.- susurro mientras unas lágrimas caían.
No supo en que momento se quedo dormida cuando despertó su hijo ya no estaba. Se encontraba sola en aquella habitación, no lloro, después de todo su "misión" había sido un éxito.
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El piso crujió con las pisadas apresuradas de Boruto, que buscaba a su tía. Ese fin de semana se quedarían al cuidado de ella y de su abuelo, en lo que sus padres pasaban un tiempo de pareja. Al escuchar unas risas, proveniente de una de las habitaciones que se encontraba al final del pasillo, apresuro el paso hacia allí.
Al deslizar la puerta vio a su tía y a su padrino, Konohamaru. Ambos se encontraban sentados en la cama con las piernas cruzadas cada uno con una fotografía en mano, su tía señalaba algo en la foto que el mayor tenia y este reía.
Dio unos ligeros toques a la puerta, pues los adultos aun no se percataban de su presencia. Los mayores le sonrieron y lo invitaron a que acercara a ver las fotos con ellos. Entre risas y anécdotas el tiempo transcurrió.
- Ya es tarde, me tengo que ir 'kore.- Konohamaru despeinó los cabellos del menor.
- Te acompaño. Boruto, no hagas desastre. - le dio una mirada de advertencia.
- Esta bien Hanabi-nee-chan.- respondió el menor con una sonrisa.
Ladeo la cabeza hacia un lado, buscando algo con que distraerse mientras esperaba a su tía, noto la caja donde se habían guardado las fotografías. Algo en ella llamaba su atención, y no sabía que era. La caja era de cartón, negra con una tapa, no tenia nada llamativo; pero aun así, era como si la caja lo estuviera llamando. Si se concentraba lo suficiente podía oír una vocecita provenir del interior de ella; "Ábreme, Boruto-Kun", decía.
Con sigilo se acerco a la caja dentro solo había fotos, muchas de las que había visto hace unos minutos. Bufeo frustrado, cuando estaba apunto de volver a guardar todo en su lugar noto que en el fondo de la caja había una foto dada vuelta y tenia algo escrito.
"17/03/ XX"- entrecerró los ojos, aquella fecha fue unos días antes de su nacimiento. Al dar vuelta la imagen, aprecio a una joven de cabellos castaños y un abultado vientre. Miro mas detalladamente la imagen, un quejido de sorpresa se le escapo al notar que aquella joven era su tía.
No tuvo tiempo de procesar su descubrimiento ya que en esos momentos Hanabi abrió la puerta. Boruto vio a la mayor dejar la bandeja que traía a un costado de la cama, miles de pregunta rondaban su mente en ese precisó momento y no sabia por cual empezar.
-¿Que haces?- pregunto extendiéndole el plato con galletas caseras al menor. Con manos temblorosas, Boruto agarro una galleta, como si de un intercambio se tratase, le extendió la fotografia que tenia en su otra mano. - oh! Pero que descuidada soy.- miro la fotografía con una sonrisa triste y la nostalgia brillaba en sus ojos de luna.
Se sentó en la cama, tomo la caja y comenzó a guardar todas las fotografías dentro de ella. Para Boruto no paso desapercibido, que la fotografía con la fecha escrita, fue depositada en el cajo de la mesita de luz, que se encontraba a un costado de la cama.
- Qu… que paso con el... o ella.- tartamudeo, algo en su interior le decía que no quería escuchar la respuesta a aquella pregunta. Y el suspiro que su tia dejo escapar, no lo tranquilizo en nada.
- Hubieron algunas complicaciones en el parto, el… el no lloro al nacer.- se mordió el labio, no quería llorar, no enfrente de su sobrino.
Aquello era una mentira, el lo sabia, frunció el ceño y miro a la mayor. Hanabi tapo la caja, y cerro los ojos con fuerza cuando una lagrima mojo la tapa. Boruto en ese momento no supo que hacer, ni bien lo que dijo anteriormente fue una mentira, las lagrimas que caían de sus ojos eran autenticas. Dejo de lado todo pensamiento y abrazo a la mayor, susurrándole palabras de comprensión y dando pequeñas caricias en los brazos y espalda. Hanabi apretó al menor contra su pecho, ubico su mentón sobre la cien de su sobrino, susurrando algo que Boruto no llego a comprender.
Cuando Hanabi despertó a mitad de la noche, se sorprendió al ver a Boruto recostado a su lado y no junto a Himawari, que dormía en el futon ubicado a su derecha abrazada a su peluche favorito. Dejo escapar un suspiro, de seguro Boruto se sentía preocupado o culpable por lo sucedido esa tarde.
Tapo al rubio y lo acerco mas a ella, acaricio las mejillas y delineo los dos bigotitos, que delataban quien era su padre. Luego corrió su flequillo depositando un beso en su frente. "Te amo", susurro antes de separar sus labios de su frente y dedicarle una dulce y maternal mirada acompañada de una pequeña sonrisa. Lo envolvió en un cálido abrazo, con cuidado de no despertarlo sonrió al ver como el rubio se acerco mas ella, buscando su calor. Recordó con amargura que la última vez que tuvo a su hijo en brazos, fue hace once años, antes de entregarlo.
Boruto nunca mas pregunto algo con respecto a aquella foto, no quería volver a ver a la mayor triste.
No paso mucho tiempo hasta que descubrió que muchas veces con tal de cumplir la misión debían entregar su "pureza", no importaba si eras hombre, mujer, niño o adulto. Y claro tampoco era raro que sus compañeras ninjas salieran embarazadas. Ni bien les habían hablado de los cuidados necesarios, en caso de tener que llevar a cabo una de esas repugnantes misiones, no eran cien por ciento efectivos. En ese caso solo tenían dos opciones, abortarlo o tenerlo para que luego - en caso de pertenecer a algún clan poderoso- sea criado como algún sirviente de la familia o darlo en adopción si no eran ninjas reconocidos. Eran pocas las mujeres que decidían quedarse con ellos y criarlos.
Cuando se entero de esto una alarma se encendió en su interior, ¿Y si el hijo de su tía seguía vivo?, y si los ancianos del consejo del clan Hyuga solo le hicieron creer que el había muerto. No seria raro que hayan mandado a su tía a una de esas "misiones" para recolectar información, dando como resultado aquel abultado vientre que vio en la fotografía. Pero nuevamente recordó la forma en que Hanabi se había aferrado a el, lo cariñosa que era y como nunca lo dejo llamarlo tía, ya que según ella eso la hacia sentir vieja.
Nuevamente decidió dejar de lado el tema, no debía meterse donde no lo llamaban ya tenia suficiente con lo ocurrido en los exámenes Chunin.
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Una noche se encontraba caminando de regreso a su casa tras un largo día de entrenamiento junto a Sasuke, a lo lejos vio unas siluetas familiares eran Konohamoru junto a Hanabi y Moegi. Ambas femeninas se encontraban pasadas de copas, Konohamaru le rogo ayuda con la mirada, al parecer el también había bebido un poco. Razón por la que Boruto se ofreció a llegar a su tía al complejo Hyuga.
Boruto había oído muchas veces que los borrachos y los niños nunca mienten, pero nunca creyó que la castaña revelara sus secretos mejor guardados. Algo sobre una misión, que a pesar de haber sido un excito, a ella le causaba dolor y arrepentimiento. "Lo hice por mi hermana, se me partió el corazón al verla de esa manera. " susurraba constantemente, mientras se aferraba a el, llamando a un nombre que en sus catorce años nunca había escuchado y le pedía disculpas.
- Has crecido tanto Akiteru.
- Estás ebria, Hanabi.- río con desgana, saludando con un asentimiento de cabeza a los guardias de turno.- Yo soy Boruto, no Akiteru.
- No…- chillo la mayor.- Tu te llamas Akiteru, yo misma elegí ese nombre.- El rubio la arrastro hasta la cama, la recostó y la arropo en las sabanas. - Perdóname, perdóname hijo mío. - se lamento, mientras gruesas lagrimas caían por sus blancos ojos.- Fui una mala madre.
- Shh…. No digas eso.- susurro acariciando los cabellos castaños de la mayor. Su cabeza estaba echa un desastre, quería llorar, gritar, revolear y romper cosas. - Duerme, mañana tendremos un día agitado.
Cuando se percato de que la mayor se encontraba profundamente dormida, fue directo a la torre del Hokage. Entro sin golpear, asustando a su padre, quien estaba a nada de caer profundamente dormido, sobre una pila de papeles. Cerro la puerta con brusquedad y tomo a su padre del cuello de la chamarra, sacudiéndole y pidiéndole explicaciones.
Naruto, se quedo inmóvil, con voz temblorosa pregunto;
-¿De donde sacas esas cosas? Tú eres hijo mío y de Hinata.
- ¿A si? - pregunto altanero.- Y que hay con esto- dijo poniendo la foto que saco del cajón de la mesita de luz de su tía. El mayor abrió los ojos sorprendido, entre desesperado y asustado soltó todo.
Hinata si había quedado embarazada, pero perdió al bebe, no una, ni dos, sino tres veces, razón por la que callo en una profunda depresión.
Un día, Naruto, fue llamado por el consejo del clan, quienes le propusieron tomar una segunda esposa, mas de una estaría dispuesta a ser la madre del primogénito al héroe de la aldea. Claro que Naruto se negó en todo momento, hasta que Hanabi se ofreció prestar su vientre;
"Yo solo quiero que Hinata-nee-sama deje de sufrir" fue lo que dijo, en sus ojos no se podían ver segundas intenciones, así que Naruto hablo con ella y con Kakashi, llevándose a las dos hermanas con el.
Una misión de infiltración en alguna aldea poco conocida fue la tapadera perfecta.
Cuando volvió un año y medio después con Hinata y su primogénito, los ancianos del consejo no pusieron en duda su versión; "cómo Hinata quedó embarazada, decidimos quedarnos allí, hasta que el bebé naciera, por precaución."
Para su desgracia o Fortuna, en esos momentos Hinata creyó estar nuevamente embarazada, pero todo era producto de su mente. Embarazo psicológico le había dicho Tsunade, quien estuvo a cargo de tratar a Hinata.
- La utilizaron como una vil incubadora.- Grito el rubio menor interrumpiendo el relato, a la ves que mandaba a volar la montaña de papeles que se encontraba sobre el escritorio de su padre.
Naruto hizo una mueca de dolor, aquellas mismas palabras eran la que el había utilizado, aunque su cuñada le dijese que no había resentimiento, si por el fuera le pediría disculpas cada que la viese.
- Eso no fue así, ella misma se ofreció. Siempre supo como seria las cosas. La misión fue un éxito. De que otra forma estarías aquí gritándome.
El menor dio unos pasos hacia atrás, pisando algún pergamino, cayendo al suelo. Bajo la cabeza, mirando el piso en silencio mordiéndose el labio inferir. Las palabras de su padre le afectaron.
- Asi que yo solo soy una "Mision".- dijo con lágrimas retenidas en sus ojos. Se levanto y salió corriendo, ignorando los gritos de su padre.
Naruto gruño frustrado, mientras corría por los tejados de las casas, no era eso lo que había querido decir, el amaba a sus hijos, eran su mayor adoración.
El también había sufrido la perdida de los embarazos de Hinata, a diferencia de ella el debía de mostrarse fuerce, debía de serlo después de todo era el único sostén de Hinata, aparte de Hanabi, claro.
Siempre le estaría eternamente agradecido a su cuñada, gracias a ello era que su esposa volvió a sonreír, y el tuvo una razon para seguir luchando, ¿la razon? Su preciado y adorado Hijo, Boruto.
El día que Tsunade le dijo que el tratamiento de fertilización fue todo un éxito, Naruto no supo como reaccionar con tanta felicidad invadiendo su cuerpo. Así que abrazo a Hanabi y Tsunade, girando con ambas, exclamando a los cuatro vientos que seria padre.
Ambas mujeres rieron y compartieron su felicidad. Hanabi se encontraba feliz, si todo salía bien su hermana dejaría de sufrir, no le importara así fuera a costa de su propia felicidad.
Cinco meses pasaron, a Naruto se le hacia raro tener que tratar a Hinata como a una embarazada, cumplir extraños antojos y posar su mano sobre su plano vientre - que dentro de su mente ella pensaba que estaba abultado- para sentir pataditas inexistente. Naruto no estaba seguro de si el día que Hinata viera a su "hijo", esta lo aceptaría como propio, pero con tal de ver aquella sonrisa en el rostro de su esposa el riesgo valía la pena.
Naruto miro a Hanabi, que se encontraba sentada en el sillón comiendo unas cuantas hamburguesas, mejor dicho miraba el abultado vientre de esta. Un quejido de dolor, hizo que desviara su vista del vientre, sus sentidos se encendieron cuando se percato de la mueca de dolor de la menor.
-¿Qué te duele? ¿Llamo a la vieja?- pregunto alarmado, no quería volver a perder a un hijo, no estaba seguro de poder soportar aquel dolor nuevamente.
La castaña negó, cerro lo ojos y frunció el ceño. "Ya, tranquilo" dijo dando pequeños movimientos circulares sobre su vientre.
Naruto suspiro aliviado, cuando vio la expresión mas relajada de la menor. Muchas veces se sentía culpable, Hanabi solo tenia quince años, aun era una niña no debía estar pasando por eso.
-…Uto.. Naruto.- un grito lo trajo de nuevo a la realidad.- Te preguntaba si quieres sentir las pataditas.- asintió barias veces acercando su mano, abriendo sus ojos con asombro al sentir un pequeño golpe bajo su palma.
Desdeaquella vez se hizo costumbre que cada que Hanabi se sentía incomoda o adolorida por los repentinos y brusco movimiento del ser que crecía dentro suyo, Naruto diera ligeras caricias en su vientre y le susurrase a su hijo, que no le diera tantos problemas a su tía. Ignorando la mueca que la menor hacia cada que la llamaba así, no era tonto había notado que la castaña se estaba empezando a encariñar con Su sobrino.
El tiempo paso y el momento del parto llego, tal como Naruto había temido, Hanabi se encariño con el pequeño y en su mirada se notaba la determinación, de mandar todo a la mierda, con tal de no entregar al pequeño.
- Tu no eres su madre.- Trato de sonar duro.- Nunca lo fuiste, solo fuiste su incubadora.- sabia que estaba siendo duro pero no tenia otra opción.
Se le partió el corazón al ver la expresión de tristeza de Hanabi, cuando Shizune alejo al bebé del pecho para poder bañarlo y revisar que todo estuviera bien con el.
El constante llanto de su hijo, lo hacia sentir culpable, Hinata arropaba al recién nacido con sumo cuidado, mientras le dicaba una tranquila y dulce sonrisa, típica de cualquier madre. Se acerco a su nueva familia, le entrego el biberón a Hinata, quien con una sonrisa acerco la tetina a la boca del menor. LA peliazul no aparto su mirada en ningún momento de su hijo.
- Me recuerda a Hanabi.- al escuchar eso Naruto se quedo de piedra, ¿Podría ser que Hinata siempre supiera la verdad?- Hanabi tenia unos pulmones igual de potente.
- Si… bueno…. Después de todo también tiene sangre Hyuga, ¿no?- dijo nervioso, rascando su nuca. Hinata solo asintió, con una sutil sonrisa en su rostro.
Cuando su esposa quedo completamente dormida, Naruto tomo al pequeño en brazos, y salió de la habitación, había notado el ademan por despertar del menor y no se equivoco, ni bien salió de la habitación un potente y agudo llanto sonó por todo el pasillo. Pero el camino a una habitación en particular, se sentía mal no quería que las cosas fueran así, pero tampoco podía echarse para atrás.
"Eres demasiado blando" Hablo Kurama en su interior, tras cerrar la puerta de su cuñada. Dejaría que ella pase la noche con el niño, solo esta noche. Después de todo la misión había sido un éxito.
Se detuvo cuando recibió la información de uno de sus clones, giro sobre sus talones y corrió hacia el campo de entrenamiento Numero siete. Allí vio a Boruto hecho bolita, sollozando en silencio. Camino precavido, sentándose a su lado, levanto la vista al cielo nocturno.
- Muchos dicen que te pareces a mi, pero yo creo que te pareces a ella.- Boruto lo miro desde su escondite ¿de que carajos estaba hablando su padre?.- Himawari, es alguien dulce y de personalidad tranquila como Hinata. Y tu eres alguien noble, quisquilloso y rebelde, como Hanabi.- el menor no sabia si estaba siendo regañado o consolado.
- Solo fui una misión.- susurro con la voz quebrada.
Naruto atrajo a su hijo a un abrazo.
- No digas eso, eres mi preciado y amado hijo. - beso la cien del menor.- No importa la forma que fuiste concebido, te ame desde que supe que te encontrabas creciendo sano y fuerte en el vientre de tu mad… de Hanabi.- se corrigió.- Al igual que ame y atesore a los embarazos que lamentablemente tu madre …- su voz se quebró, el menor dejo de abrazar su rodillas y abrazo a su padre.
- ¿Lo dices enserió 'Dattebasa?
- Claro que si hijo, te amo.- Beso las mejillas de sus hijo y lo apretó contra su pecho.
Boruto se dejo mimar por su padre, había recibido una noticia que no era fácil de procesar. Pero eso no cambiaba que el cariño, que su padre sentía por el, era el mas puro y sincero.
Aun hundido en aquel abrazo su padre le conto el resto de la historia. Le conto que después de su nacimiento Hinata volvió a ser la de siempre, y que no recordaba nada de lo sucedido por aproximadamente dos años, lo cual era normal su cerebro había borrado aquellas recuerdos traumáticos o algo así le dijeron los doctores. Hinata realmente creía que fue ella quien lo dio a luz. Hanabi siempre se mantuvo al margen de todo, pero a una distancia prudente, Naruto le dijo que no lo volvió a tomar en brazos hasta que cumplió un año;
- "Beso tus mejillas, te deseo un muy feliz cumpleaños, luego te dio tu regalo." - acaricio el collar que su hijo siempre llevaba.- "Después de eso se despidió y se retiro.
El corazón del menor se estrujo al oír aquello, nunca imagino que su nacimiento habría traído tanto dolor a las personas que mas lo amaban.
- Con que aquí estas. ¿Sabes lo preocupada que se encuentra mama? Hasta me envió a buscarte.- ambos rubios vieron a Kawaki, el cual los miraba desde arriba y con los brazos cruzados.- Y a ti te busca Shikamaru-san, dijo que mas vale que para mañana tengas todos los documentos leídos y firmados, y podre de ti que falte alguno.
Al día siguiente fue a visitar a la castaña, pero esta no recordaba nada de lo sucedido la noche anterior, pero aun así le agradeció por haberla acompañada al complejo. A Boruto le pareció ilógico que la mujer que en esos momentos lo abrazaba y le decía que llamara a su madre para que viniera a cenar junto a sus hermanos y su padre de ser posible, sea la misma que la noche anterior lloraba y le pedía disculpa por ser una mala madre. El quería hablar con ella y hacerle saber que el no la consideraba una mala madre, pero tampoco sabia como abordar el tema.
- ¿Siquiera la consideras tu madre? - fue Konohamaru quien le había dicho eso.
Naruto al notar lo distraído que encontraba su hijo (y conociendo la razón) lo mando con Konohamaru a las aguas termales, estaba seguro que el castaño sabría como aclarar la mente de su hijo.
Boruto no contesto en ese momento, de por si le sorprendió el hecho que su padrino siempre haya sabido la verdad, según lo que sabia solo su padre, Tsunade, Kakashi y Hanabi sabían del tema. Después de meditarlo por casi toda la noche, al fin pudo dar una respuesta.
-No. - Konohamaru tarareo algo, para que supiera que lo estaba escuchando.- No la considero mi madre. Pero no quiero que ella se sienta triste, ni utilizada.
- Ella no lo hace.- Afirmo.- En un principio si lo hizo, después de todo te llevo dentro suyo por nueve meces. Pero al verte crecer y lo feliz que eras junto a Hinata, se sintió mal por haber creado esa brecha entre ustedes. Sabias que ella no volvió a tomarte en brazos hasta que cumpliste un año.- el menor asintió con una mueca.- Ese día fue a mi casa, a contarme lo lindo que era su sobrino 'kore, y que dirías Hanabi antes que Konohamaru.- el mayor rio ante el recuerdo, provocando una sutil sonrisa en el menor. - ¿Sabes cual es la razón por la que no deja que la llames tía?
- Porque la hace sentir vieja 'Dattebasa
- No, porque siente que una Tía es algo mas lejano, que una Hermana. Y por celos de que me llames Nii-chan, claro. - ambos rieron.- Ella te ama, para ella siempre serás su niño, pero también comprende que eres su sobrino y que eso siempre fue así. - guardo silencio, pensando sus próximas palabras.- Ella siempre me dijo, que un día te diría la verdad, supongo que su subconsciente decidió que la mejor forma era estando ebria.- se encogió de hombros.- Era un siclo que debía cerrar para seguir adelante.
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Hizo una mueca al sentir las constantes patadas en su vientre, después de unos minutos sintió como los bruscos movimientos cesaban.
- ¿Porque no puedes ser igual de tranquilo que tu padre?- le hablo a su vientre mientras daba ligeras caricias. Giro su cabeza cuando escucho una risa proviniendo detrás de ella, sonrió al ver que era su esposo,Yoshi, junto a sus dos hijos.
- Mamá, mira lo que nos trajo Boruto-nii-chan de su misión.- exclamo Teijo, su hijo, mostrándole una caja de dulces.
-Y Hima-nee-chan me regalo esta flor.- esa fue su hija, Arima, quien puso delante de ella una hermosa flor de color azul.
Hanabi sonrió, al ver la sonrisa en el rostro de sus hijos, quienes luego de dejar un beso en su abultado vientre fueron a buscar a su abuelo para mostrarle los regalos que sus primos le trajeron de sus misiones.
-Los consienten demasiado.- regaño a ambos oji-azules.
-Déjalos.- hablo su esposo, encendiendo la estufa para preparar un poco de te.- Después de todo es normal que quieran consentir a sus primos.
- Son tan tiernos cuando me llaman Hima-nee-chan - exclamo la peli-azul.- Me los comería a besos.- los presentes rieron ante el comentario.
Hanabi en ese momento entendió lo que Shino sentía cuando la regañaban, junto a Konohamaru, por consentir demasiado a Boruto.
Boruto miro a la castaña, se sentia feliz de que finalmente haya formado una familia propia. Y ya no se sintiera dolor ni arrepentimiento por aquella "misión".
Recostó su cabeza sobre la falda de la castaña. - Estoy tan cansado Hanabi-nee-chan.- la mayor rio y acaricio los cabellos rubios de Boruto.
- Descansa entonces.- susurro, mirándolo con una dulce y maternal sonrisa, aquella que siempre le dedico.
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- Que Es esa tontería de fingir estar ebria 'kore- le reclamo Konohamaru. El sabia mejor que nadie que aquella noche si había bebido, pero no lo suficiente como para estar ebria y no recordar nada al día siguiente. - Hanabi, te creí mas valiente.
La muchacha solo suspiro, había sido descubierta.
- Solo vi la oportunidad y la aproveche. En menos de un año me casare y no creo poder formar una familia, con ese peso encima. - el mayor entrecerró los ojos.
- Hay mejores formas Hanabi.
- Lo se, Konohamaru, lo se.
Claro que lo sabia, pero no quería que Boruto la odiase, ni que se desquitara con su hermana o cuñado. Sabia que no había sido la mejor forma, pero desde que Boruto había encontrado aquella foto, Hanabi sentía la necesidad de contarle toda la verdad, pero en esos momentos el niño apenas tenia once años, todavía era un mocoso imprudente, así que decidió esperar.
No era tonta, sabia que el niño sabría sobre las misiones "pureza" ( estúpida forma de llamar así a una misión donde de antemano sabrías que serias ultrajado y humillado), y también de las ridículas normas que los clanes tenían sobre esta. Noto como Boruto analizaba a los niños de su edad de la rama secundaria, como queriendo buscar alguna similitud con ellos. Ella reía internamente, solo tenia que mirarse al espejo para encontrarlo.
No es que quisiera ocupar aquel puesto, que para empezar nunca le perteneció. Lo supo cuando volvió a ver a Boruto de cerca. No es como si no lo hubiera visto otras veces a lo largo de ese año, pero siempre lo hacia desde lejos, excusándose cada que Hinata le preguntaba, con una brillante sonrisa, si quería cargar al niño.
En ocasiones, sentía la necesidad de tratar aquellos raspones, que se provocaba al caerse mientras jugaba. De abrazarlo, mientras tarareaba una canción de cuna cuando estaba cansado y se resistía a dormir. De consentirlo en todo lo que fuera posible. Pero siempre Hinata estaba un paso por delante de ella, mientras ella pensaba eso, Hinata actuaba, y lo hacia importándole poco que Boruto no fuera su hijo biológico (apresar que ella no lo sabia).
Pero el día que vio aquellos hermosos ojos azules de cerca, por primera vez, supo que no importara que rol cumpliera en la vida de Akiteru. Para Boruto siempre seria su preciada y amada tía, o Hermana mayor, porque la primera vez que el menor le dijo en un muy mal pronunciado "Hananeechi", fue uno de los días mas feliz de su vida, y hasta puede jurar que lloro mas que el día que lo tubo en su pecho lleno de fluidos y sangre.
-Al menos no me odia.- respondió con una sonrisa, mirando por la ventana a sus dos sobrinos entrenar junto a la menor de los hermanos. - Naruto supo manejar la situación.
- Claro.- alargo la "a"- Lo manejo tan bien, que me mando a las aguas termales con Boruto. - la castaña rio ante al comentario del mayor.
Era mas que obvio que toda la responsabilidad y explicaciones habían caído sobre Naruto, pero que aun asi no se encontrara enojado, demostraba lo buen padre, Hokage y sobre todo, buena persona que era.
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- Ya sabes si tendré un hermanito o una hermanita 'Dattebasa- pregunto el rubio, mas dormido que despierto.
-Es un secreto.
- Eres mala Hanabi-nee-chan.- respondió entre un bostezo, antes de caer profundamente dormido.
Hanabi se sentía feliz, al saber que Boruto no hacia diferencia entre sus hermanos, y que a pesar de no tener la obligación, tomara el rol de hermano mayor para con los mellizos y la niña que vendría en camino.
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En el próximo capítulo dejaré algunas aclaraciones de la historia.
Por favor léanlo.
¿Que les pareció?
- Gracias por darle una oportunidad a la historia.
