Antes de leer,
-Nobara tiene 20 años, es estudiante en la facultad de Relaciones Públicas en EEUU.
EN LAS VACACIONES DE NAVIDAD DEL ANTERIOR AÑO, VOLVIO A JAPON PARA PASAR LAS FECHAS FESTIVAS CON SUS AMIGOS Y FAMILIA.
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Nobara abrió los ojos con dificultad, el olor a desinfectante le hizo arrugar la nariz con disgusto, al reconocer el lugar donde se encontraba sus instintos se activaron inmediatamente. Con desesperación se sentó y se toco su vientre, solo para descubrir que ya no se encontraba abultado, algo dentro de ella le gritaba que su bebe estaba en peligro que la necesitaba. La desesperación la invadió, y con dificultad se paro de la camilla, hizo una mueca ante el dolor en su abdomen, cuando se dispuso a caminar a la puerta, esta se abrió dejando ver a un joven con la típica prendas que los enfermeros acostumbraban a usar.
-Joven, no debe de realizar movimientos bruscos- dijo en ingles, acercándose a ella.
Nobara por instinto retrocedió un paso. - mi-mi bebe, donde esta mi bebe.
-Lo siento joven, no la comprendo.
Nobara cerro los ojos con fuerza, inhaló y exhalo, tratando de tranquilizarse, luego repitió la pregunta anterior, esta vez mas calmada y con un ingles fluido, ante la desesperación se había olvidado donde se encontraba y se dejo llevar usando su lengua materna.
-Su bebe se encuentra bien, en estos momentos se encuentra en la sala de neonatos.- respondió el enfermero, mientras la guiaba a la cama, Nobara se resistió un poco, ella solo quería ver a su bebe y tenerlo en sus brazos. El enfermero al ver la resistencia de la joven sonrió tratando de transmitirle calma a su paciente.- Hagamos esto, usted vuelva a la cama, en lo que yo le pido a una de mis colegas que traiga a su bebe, ¿Qué le parece?.
No muy convencida asintió y se dirigió a la camilla, el enfermero salió, para luego entrar nuevamente, en lo que hacia el chequeo rutinario, la castaña pregunto como es que había llegado allí, lo ultimo que recordaba es estar corriendo bajo la lluvia, buscando un refugio.
-Al parecer se resbaló.- dijo anotando en los informes- Usted se encuentra bien, pero el golpe adelantó el parto, por esa razón le realizaron una cesaría de emergencia. Afortunadamente todo salió bien. Su bebé tiene unos pulmones muy potentes, aunque creo que pronto lo descubrirá por usted misma.- al ver la pequeña sonrisa que se formo en el rostro de la paciente, el también sonrió - Felicidades es madre de una hermosa y sana niña.
-Niña - repitió con una diminuta sonrisa y cerrando los ojos para que las lágrimas que amenazaban con escaparse no lo hicieran. No podía esperar a tener a su pequeña en brazos, acariciar su carita y llenarla de dulces y tiernos besos.
En ese momento la puerta fue abierta, dejando ver a un hombre con rasgos asiáticos.
-Veo que su pareja ha llegado- dijo el enfermero- como todo se encuentra en orden los dejare solos, de seguro mi colega no tarda en traerle a su bebé.- sin mas se retiro de la sala.
Nobara miro curiosa a aquel muchacho quien se le hacia vagamente familiar.
-¿Mi pareja?- pregunto levantando su ceja derecha.
-Yo... yo lo siento.- tartamudeo el muchacho haciendo una leve inclinación. - Cuando te resbalaste estaba a tu lado, fui quien llamo a la ambulancia, no podía dejarla sola, a- así que mentí diciendo que éramos novios.- Nobara soltó una pequeña risa, la actividad de aquel desconocido le resultaba adorable.Rapidamente la risa fue opacada por una mueca, al sentir una punzada en su abdomen. El muchacho se acerco a ella preguntándole si se sentía bien.
-No se preocupe- dijo una vez recostado y con su brazo sobre sus ojos, volviendo a hacer una mueca ante el dolor.- Supongo que es normal.
La puerta volvió a ser abierta por donde ingreso una enfermera, quien entro empujando una pequeña cuna. La enfermera levanto al pequeño bulto de sabanas blancas, y se acerco a la castaña, quien con un poco de dificultad se sentó en la cama. Con una sonrisa le entrego al bebe indicando la forma correcta de sostenerlo.
A la castaña se le detuvo el corazón y no pudo contener las lagrimas al ver la carita de su pequeña hija. La descubrió un poquito, con un dedo acaricio sus regordetas mejillas, conto los deditos de sus diminutas manitos y piecitos, cuando dio pequeñas caricias en una de sus manitos, esta se cerro atrapando su dedo, Nobara se inclino y con sumo cuidado beso su cabecita. El joven se acerco lo suficiente para mirar al infante- Es muy linda- Le dijo a Nobara quien asintió.
Nobara inconscientemente hizo un puchero al notar como el labio inferior de su pequeña temblaba ligeramente, sabiendo lo que se vendría, 3... 2... 1... un agudo y fuerte llanto se hizo oír, La reciente madre no pudo evitar sonreír, después de todo era la primera vez que escuchaba a su bebe. Con suma delicadeza acuno a la recién nacida, apretándola suavemente contra su pecho.
-Debe de tener hambre- dijo la enfermera, luego prosiguió a explicar la forma correcta de amantar y de cómo debía de botar los gasecitos de la pequeña, después de eso salio de la habitación.
Nobara miro al joven que se encontraba sentado en la silla de visitantes.
- Kugisaki Nobara, un placer.- se presento extendiendo su mano.
- Yoshino Junpei- estrecho su mano con la de la contraria- el placer es mío.
Sin saber que mas decir, recorrió la habitación con la mirada, en uno de los percheros vio su abrigo y bolso, le pidió a Junpei si por favor le podía entregar su celular que se encontraba en uno de los bolsillos del abrigo. El azabache asintió, en lo que revisa los bolsillos de la prenda, Nobara noto un brazalete rosado en la pequeña muñeca de su hija.
-Akina - leyó, en ese momento Junpei le extendió el móvil.
-Lo siento, las enfermeras me insistieron en que necesitaban saber su nombre- hizo una reverencia de 90 grados.- Si no es de tu agrado todavía estas a tiempo de cambiarlo.
-No es necesario, Akina me gusta.- y no mentía, había querido que el sexo de su bebe sea sorpresa, razón por la que no pudo elegir un nombre en particular, también la gran mayoría de nombres que había pensado eran de niños. Pero por alguna razón, sentía que aquel nombre era perfecto para su pequeña.- ¿Quieres cargarla? - los ojos del azabache parecieron brillar.
-Claro.- con cuidado Junpie tomo a la pequeña Akina en brazos, y la arropo suavemente caminado por la habitación. Luego de unos minutos volvió a dejarla en la cuna.-Les dije a los doctores que soy su pareja, pero que el padre de Akina es otro, como no sabia a que otra persona llamar seguramente luego le pedirán los datos de su verdadera pareja, para completar el papeleo.
La castaña negó- Solo somos ella y yo.- bloqueo su celular y suspiro pesadamente.- Gracias por todo lo que ha hecho por nosotras, ahora no cuento con mucho dinero, pero prometo compensarle todas las molestias provocadas.
-No, eso no es necesario. Lo que hice lo habría echo cualquiera.
Y Nobara no sabia si era por las hormonas, porque recién se percato que llevan una charla fluida en japonés,( hace tanto que no habla su lengua materna sin una pantalla por medio) O si simplemente, era el echo que sus padres la hubieran bloqueado después de ver el mensaje, donde les comunicaba que su bebe ya había nacido y era una niña preciosa. Así que decidió culpar a las hormonas y llorar, atrajo sus piernas a su pecho escondiendo su rostro en ellas, manchando las blancas sabanas con sus lagrimas.
Junpei se asusto a ver a la castaña así, solo se acerco y la rodeo con sus brazos susurrándole que todo estaría bien. No supo en que momento la joven se quedo dormida, el solo la recostó y la tapo con una de las mantas que se encontraba en el armario del cuarto.
Un agudo llanto la despertó, con sumo cuidado se paro de la cama y tomo a su pequeña en brazos.-Ya, ya mama esta aquí.- le susurro luego se sentó en la silla que se encontraba al lado de la cama, subió su camisón y acerco a la menor quien comenzó a mamar del pecho de su madre. La imagen que Nobara tenia en esos momentos era hermosa, su bebe estaba ahí con ella en sus brazos, las ganas de llorar la invadieron nuevamente, se mordió el labio, ya no quería hacerlo, debía de ser fuerte por ella y por su pequeña. Con cuidado acaricio los escasos cabellos castaños de su hija, al acariciar las regordetas mejillas la vio fruncir el ceño, soltó una suave risa -" al parecer serás un poco gruñona" volvió a susurrar.
Cuando la pequeña pareció satisfecha, Nobara ubico su cabecita en su hombro y dio suaves palmaditas. Unos segundos mas tardes la deposito en la cama y se recostó junto a ella, acercándola a su pecho para que sintiera el calor de su madre. En ese momento noto que los ojos de su hija estaban abiertos, Nobara miro impresionada aquel hermoso tono azul cielo, le fue imposible no quedar cautivada ante la azulina mirada de su hija. Movió los cabellos que caían sobre la frente de la recién nacida, depositando un cálido beso en la zona. No paso mucho tiempo para que ambas cayeran rendidas ante los brazos del morfeo.
Se removió con cuidado en la cama, sonrió al ver la pequeña mano que se aferraba a su bata. Se había despertado varias veces en la noche, su hija tenia un apetito muy grande. Se incorporo en la camilla al mismo tiempo que una enfermera entraba con una bandeja de desayuno, sus mejillas se sonrojaron cuando su estomago gruño. La enfermera le entrego la bandeja, luego con delicadeza dejo al bebe en la cuna que se encontraba a lado de la cama, y se despidió de la castaña dejando que disfrutara de su comida.
La puerta fue abierta nuevamente y sonrió al ver quien era.
-Kugisaki-san- una joven de cabellos celestes se abalanzó sobre ella.- No sabes el susto que me has dado.
-Lo siento Miwa-senpai- dijo dando palmaditas consoladoras en la espalda de la mayor. - estos ultimo días fuero tan intensos. - La mayor se separo y la miro con ojos de suplica, Nobara sonrió - Puedes cargarla.
Y la mayor así lo hizo, con cuidado tomo a la pequeña en brazos. Mientras Nobara terminaba su desayuno, le conto a su senpai los acontecimientos del día anterior.
-Entonces... Ya Sabes quién podría ser el posible padre... -. Se encogió en su sitio cuando la castaña la reprendió con la mirada.
-Si, eso creo.- pidió cargar a su bebe, cundo noto que hacia animo por despertar, apretando su boquita y puños entre quejidos.
-¿como que creo?- se levanto la bata y acerco a su bebe al pecho.- ¿ Quien crees que ser...- no termino la pregunta al ver como la pequeña abría los ojos, dejando al descubierto dos hermosos orbes azulados.- Oh...- fue todo lo que pudo decir.
La puerta fue abierta nuevamente, entrando un doctor y una enfermera, hicieron la revisión de rutina y el medico les comunico que si no se presentaba ninguna complicación, seria dada de alta al siguiente día, Nobara agradeció al doctor y a la enferma quien antes de salir tomo la bandeja.
Una hora después Miwa se despidió y prometió mantenerse en contacto con la castaña.
El resto de la tarde paso sin problema, su cuerpo le dolía menos, de vez cuento caminaba por la habitación, ya no soportaba estar tendida en la cama todo el tiempo. Ya entrada la noche recibió una segunda visita, se sorprendió un poco al ver que era Yoshino.
-Buenas tardes Kugisaki-san.
-Buenas tardes. ¿Y eso?- miro con duda bolsita que el azabache le extendía.
-Es un regalo para Akina-chan.- hizo que la castaña tomara la bolsa entre sus manos, antes que pudiera negarse- Insisto.- La castaña suspiro y agradeció por el presente. - La enfermera me dijo que mañana te darán el alta.- Nobara asintió, se encontraba sentada en el borde de la cama, doblando las ropitas que el azabache le había regalado a su pequeña. - ¿Tienes donde ir? - se abofeteo mental al ver el ceño fruncido de la castaña. - Lo que quiero decir... ayer dijiste que solo eran ustedes dos, solo... ahg- hablo moviendo sus manos, tratando de dar énfasis a su argumento, finalmente suspiro resignado. - Lo siento, no quise ofenderte, ni incomodarte.
-No lo haces. Se que es extraño, pero tus ojos no muestran maldad.- sonrió.- Realmente agradezco todo lo que has hecho por nosotras. Por cierto la ropa es preciosa.- El azabache le devolvió la sonrisa, en esos momentos la menor se empezó quejarse, Nobara suspiro y la tomo en brazos, acurrucando a la recién nacida contra su pecho. - Gracias Padrino, la ropita me quedara muy bien.- dijo imitando un tono infantil.
-¿Pa- padrino?- repitió.
-Después de todo tú la nombraste. Y se nota que te has encariñado con la niña y no te culpo después de todo quien no se encariñaría con ella, mira lo preciosa que es. - Junpei rio enternecido ante la escena y pidió cargar a la menor, quien se acurruco en los brazos de su ahora padrino.
Unos minutos mas tarde, una enfermera entro con una bandeja, la castaña comió tranquila, después de todo el azabache se estaba ocupando de la menor.
-Aki-chan tienes unos ojos muy lindos.- dijo Junpei, luego beso la nariz de la menor. Al ver eso sonrió, quizás no estaría tan sola como había pensado.
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"Joven esta embarazada"- fueron las tres palabras que cambiaron su vida radicalmente, en un principio no lo creyó, pensó que era un mal diagnostico, o que el doctor estaba intentando bromear con ella ante de decirle que padecía una enfermedad terminal y que le queda daban a lo sumo tres meces de vida.
Prefería pensar que el dolor en sus caderas, la hinchazón en sus senos, las nauseas matutinas y repentinos mareos, eran a causa de una enfermedad, no de un ser que crecía dentro suyo. Y así fue, se autoengaño a si misma o lo intento; ya que el medico la derivo a obstetricia, allí recostada en una incomoda camilla, vio como la mujer de mediana edad, esparcía un frío gel sobre su - apenas hinchado - vientre.
-Te presentó a tu bebe.- dijo la doctora agrando la imagen dejando ver un feto moviéndose suavemente, acostado de lado con sus manitos extendidas como saludándole.
Nobara no dijo nada solo abrió los ojos muy sorprendida, recuerda a la doctora hablando y señalando en el monitor, pero no era capas de comprender lo que decía. En el momento que la doctora dejo de hablar, un sonido fuerte y repetitivo sonó, eran como un tambor, como un corazón a mil por hora, una emoción que no pudo explicar invadió su cuerpo.
Luego mas tranquila, la doctora le repitió qué tenia unas doce semanas de gestación. La joven hizo unas cuentas mentales, para luego abofetearse mentalmente. Eso habría sido diciembre... en el cumpleaños de Megumi.
Ahora solo podía pensar en una cosa; ¿Quién era el padre?
Sin duda aquello sonaba mal, como si se hubiera acostado con barios hombres y no supiera quien la embarazo.
Por mas que intentaba no lograba recordar nada mas que un cuerpo sudado sobre el suyo, besos y caricias apasionadas, y... nada, nada mas. No fue una violación, ella había dado su consentimiento, de eso estaba segura, pero no recordaba a quien.
El alcohol había hecho que olvidara barios sucesos de aquella fiesta, no solo ella gran parte de los involucrados, al parecer.
Recuerda haber oído a Megumi reclamar a su profesor, por haber metido alcohol en una fiesta, donde la gran mayoría no contaba con la edad legal para ingerirlo. Siempre le causo intriga aquella dinámica de padre adoptiva/ mejor amigo, que su profesor tenia con el menor.
Al enterarse de su embarazo, lo primero que hizo fue llamar a sus padres, quienes le dijeron que no podía arruinar su futuro de esa manera y la trataron de persuadir para no tenerlo. Al ver que su hija no estaba dispuesto a hacer eso, la trataron de puta y le dijeron que no querían volver a saber de ella.
Haciendo que se sintiera muy triste y desconcertada. Se encontraba en un país extranjero, el idioma no era un problema, el problema era que no se creía capas de poder seguir sobrellevando sus estudios, al mismo tiempo que cría un niño y trabajaba, tampoco contaba con el dinero necesario para poder volver a su natal Japón.
En más de una ocasión pensó en pedirle ayuda a sus amigos, sabia que ellos estarían dispuestos a ayudarla. Pero no quería defraudarlos, no quería que la juzgaran por no saber quien era el padre de su bebe. Aun sabiendo que Megumi y Yuuji no serian capas de hacer eso.
Sorpresivamente sus padres siguieron pagando su colegiatura, y le seguían enviando dinero todos los meses, aunque en menor cantidad. Consiguió un trabajo de medio tiempo, como cajera en un supermercado no ganaba mucho, pero se las apañaba para no depender del dinero que sus padres le enviaban, el cual prefirió guardar en caso de que alguna emergencia sucediera.
La pronta llegada de su bebe, el inicio de un nuevo semestre y su trabajo, la mantenían lo suficientemente ocupada como para no pensar en quien podría ser el posible progenitor de su hijo.
Y sin previo aviso un día despertó en el hospital, con su bebe en brazos y con la sospecha de quien podría ser el padre de su hija, Su profesor de matemáticas, Gojo Satoru.
Aunque si lo pensaba mejor no era la única persona con ojos azules en aquella fiesta, Megumi también los tenia. Pero los ojos de Megumi eran de un azul rey, ella solía compararlos con el color del cielo en una noche sin estrellas. Razón por la que no se parecían en nada al color de ojos de su pequeña, más bien los ojos de su hija eran como... como...
-Un cielo despejado en una tarde de verano- dijo en vos alta, hipnotizada por la belleza de los ojos de su primogénita.
-¿Has dicho algo?- Pregunto Jupie desde el asiento del conductor, sin despegar la vista de la carretera. Nobara ya había sido dada de alta y el muchacho se ofreció a acompañarla a su departamento. En un principio quiso negarse, pero recordó que en esos momentos no contaba con el dinero suficiente para pagar un taxi, y no se sentía en condiciones para tomar el transporte público, así que acepto la oferta del azabache. Por alguna rozón aquel muchacho le recordaba a Yuuji, era como una versión mas calmada e inteligente de su mejor amigo.
-Solo pienso en voz alta.
Nobara invito al joven a pasar y así lo hizo, era un pequeño apartamento que contaba con lo necesario para ella y su bebe.
-Es muy acogedora- sonrió Yunpei. La castaña bajo la mirada avergonzada y agradeció el cumplido.
Yunpei se ofreció a ayudar a la castaña a limpiar un poco el departamento, la muchacha se negó, aun así Yunpei no le hizo caso. También se ofreció a comprar algunos víveres, Nobara se volvió a negar para ser nuevamente ignorada. Si, aquel joven era idéntico a su amigo.
Ya entrada la noche el joven se despidió, no sin antes entregarle una hoja doblada.
-Allí he escrito mi numero de celular y mi dirección, si necesitas ayuda no dudes en contactarme - con cuidado se agacho y beso la cabecita de la bebe, quien dormía cómodamente en los brazos de su madre.- Cuídate. - dijo con una sonrisa y despeinando los cabellos de Nobara.
La joven vio partir al joven que tanto la había ayudado. Soltando un suspiro se dirigió a su habitación, dejo a su hija en la cama, se acomodo junto a ella. Sonrió al ver como su pequeña instintivamente buscaba su pezón para mamar. Nobara no pudo evitar reír suavemente;
-Eres una glotona.-le dijo a su pequeña. Akina pareció feliz de que su madre le acariciara sus cabellos castaños y tarareará una canción de cuna, mientras la alimentaba. - Te amo, hija mía.- susurro mientras unas lágrimas caían. - Eres lo más hermoso que me ha pasado.
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1. Akina (アキナ) Flor de primavera.
No les voy a mentir he robado el nombre de otro fanfict, pero me gustó mucho ya que Nobara, significa "Campo de rosas".
2. Padrino: En Japón hay dos ceremonias y dos tipos de "padrinos", para simplificar, unos nombran al bebé,(por eso Nobara hace énfasis en ello), y los otros prometen ayudar en la crianza y/o hacerce cargo del niño, si es que a los padres le sucede algo.
Gracias por leer.
Realmente les agradezco de corazón, gracias por darle una oportunidad a la historia
- ¿Que les pareció?, ¿Les gustó?
