Negocio casual
Por supuesto que estaba harto de las excentricidades de mi padre, tuve tantas oportunidades para renunciar, pero el miedo al fracaso y a decepcionarlo me detenía, podía estar en contra de muchas cosas que él hacía o decía, pero aun así me esforzaba por conseguir su aprobación, por fin a mis treintas conseguí el logro que necesitaba para quitarle la sonrisita burlona de sus labios, no por nada pasé los últimos diez años de mi vida estudiando y trabajando.
Él me había dado el puesto de vicepresidente de la empresa a penas me gradué de la universidad, yo no hacia nada, nada de nada, absolutamente nada y aun así ganaba en un mes más de lo que cualquier empleado ganaba en un año de trabajo, al principio no me molesto esa situación, sin embargo, para cada decisión que quería tomar debía tener juntas de consejo, acudir con los asesores, saque tantas propuestas en menos de un año y ninguna fue aprobada, estaba harto de que esos imbéciles me vieran la cara, pero al fin pude escuchar las conversaciones de otros.
"es solo un junior" "si no fuera su padre mi jefe, le diría unas cuantas verdades" "no sabe ni donde esta su oficina y ya quiere dirigir una empresa" "me parece increíble que de verdad se crea que él es el jefe, si no fuera por nosotros en cuanto llego ya habría llevado la empresa de su familia a la quiebra" " si no fuera por los millones de empleos que da esta empresa los dejaría hacer lo que quisieran" "de tal padre tal hijo" "ambos son un chiste" "el padre ni siquiera sabe lo que hace, menos el hijo" "somos la burla de los demás, si supieran como se ríen de ellos talvez se tomarían en serio su empresa, pero no creo que sepan cómo, ni tengan ganas de hacerlo, para gente como ellos es más seguir cobrando sus cheques a aprender algo nuevo" "dejan que nosotros lo hagamos por que no tienen idea de como hacerlo"
Por desafortunados que fueron esos comentarios no dejo de escucharlos, una fuerza en su interior quería entrar y cerrarles la boca a todos ellos, pero su cerebro lo dejo impávido, no se movía, muy dentro de su cabeza sabía que tenían razón, él apenas estudio administración de empresas, casi nunca fue a clases, si obtuvo su diploma fue gracias a que su padre cubría su colegiatura a tiempo, bajo el amparo de su empresa tenia becados a diez alumnos más y daba generosas "caridades" para el mantenimiento de la institución.
No quería volver a escuchar esos comentarios, pero sabia que la solución no estaría en despedir a todos aquellos que ocultos detrás de la cafetería salían a fumar y a burlarse de él y su padre, en cambio, decidió irse de viaje, estudiar en el extranjero, inspirarse en otros modelos de trabajo, tardo ocho años en volver, traía ideas nuevas, frescas, funcionales, en cada junta dejaba atónitos a todos lo que antes se burlaron de él, cuando pidió el puesto del jefe de recursos humanos, su padre se lo negó, dijo que era mucho trabajo para él, que dejaran esa área como estaba, si ya era funcional, no necesitaba mejoras, tardo dos años en convencerlos a todos que no solo era necesario, si no que él era la mejor opción.
Por fin en la junta decisiva, solo faltaba un voto, la mitad de la sala estaba de acuerdo con él y la otra mitad con su padre, fue el voto de su madre el que inclino la balanza a su favor y con ello, consiguió el puesto que tanto quería, por primera vez venció a su papá en algo realmente importante, estaba más que dispuesto a todo con tal de demostrar que él haría bien las cosas.
Claro en teoría todo era perfecto, por desgracia en la práctica no, parecía que le ponían el pie a propósito, no tenía ni un semestre en el puesto y ya se sentía increíblemente frustrado.
Para no explotar dentro de las oficinas salía a caminar después de la hora de comida, a unas cuadras del edificio había un parque, lo suficientemente grande como para distraerse y lo suficientemente pequeño como para estar al tanto de quien estaba en el.
Veía con frecuencia a una chica sentada en las bancas, siempre cargaba su libreta de dibujo y su estuche de lápices, se sentaba frente a los columpios, la veía entretenida con la cabeza clavada en su cuaderno, hubo días en los que espero a que ella se fuera, lo que ocurría siempre al cuarto para las seis de la tarde, hubo días en los que apenas la noto, hubo otros en los que la vio interactuando con otras personas, como con los ancianos que se sentaron en los columpios tomados de las manos, o los niños que jugaban por un momento y al siguiente el niño consolaba a la niña que raspo su rodilla al caerse, a veces se reía con ellos, otras solo mostraba una sonrisa amable, les gustaba verla observando a otros, podía adivinar que se debía a que ella hacia dibujos de ellos y después se acercaba para vendérselos, era obvio, pero le gustaba la simpleza del momento, era solo ella concentrada en otras personas, dejando que el viento jugara con sus azulados cabellos, o ver como si iluminaban sus almendrados ojos cuando terminaba, ver como el sol lograba enrojecer su piel tan blanca como la leche.
Era su gusto culposo, no quería parecer un acosador, que siguiera a su víctima, tampoco era como que la chica le gustara, solo disfrutaba de ver como ella era capaz de disfrutar sus tardes con algo tan absurdo como dibujar, era algo tan simple que él hacía años que había dejado de hacerlo, le relajaba poder entretenerse con algo así de simple.
Todo marcho bien hasta que llego "ese día" él estaba tan molesto por que aunque se salió con la suya y el puesto era suyo, su padre se atrevió a ir con él después de que todo el mundo salió de la oficina solo para decirle que si lo había logrado era por la lastima de su madre, no por que de verdad la gente creyera en su "visión" y mucho menos por que lo mereciera, pero que ya que se había salido con la suya que no lo arruinara, que era lo único que esperaba de él.
Maldita sea pudo haberse quedado callado, pudo no haberle dicho nada, pero no, su padre siempre debía ver a todos los demás por debajo de él, no importaba que se tratara de su propio hijo, se acercó a él para decirle eso, solo para volver a tener el control, Ranma lo sabía, estaba más que seguro, pero aun así esas malditas palabras lograron afectarlo de tal forma que la oficina comenzó a asfixiarlo, el nudo de su corbata le cortaba la piel, la ropa le quedaba pequeña, necesitaba salir de ahí. Apenas su padre abandono la habitación él busco salir del edificio, camino tan rápido como pudo, como si le fuera de suma importancia llegar a cualquier otro lugar.
Por fin estuvo en su parque, pero estaba solo, no había nadie más, se sentó en una banca y hundió la cabeza entre sus manos, apoyando sus codos en las rodillas, en uno de sus múltiples cursos le enseñaron a gestionar sus emociones, solo debía respirar, debía imaginar como el aire entraba por su nariz y cambiaba de colores con forme avanzaba por su cuerpo, y volvía a salir. No supo cuanto tiempo estuvo así, pero se dio cuenta de que había alguien de pie frente a él.
Era ella, le extendía una hoja de papel, seguramente con su dibujo.
No quiero nada, gracias
Oh pero si a quedado muy bien, deberías darle la oportunidad de verlo nada más- dijo moviendo la hoja frente a él
Él tomo la hoja sin verla, únicamente mirándola a ella, directo a los ojos, aunque él trataba de ser intimidante, ya que no quería hablar con nadie, solo estar solo, ella no borraba la sonrisa amable de su cara, ignorando sus malos modos, puso la hoja frente a él, el dibujo le pareció desastroso, era un dibujo de él que parecía haber salido de las manos de °Botero, nada que ver con él.
No lo quiero, no pienso pagar por él
Es una lastima que no lo quieras, a mi me pareció lindo, ¿qué es lo que no te gusto? - ella se inclinó sobre el dibujo, buscando fallas en sus trazos, genuinamente interesada en corregir sus errores.
Que no pienso pagar por algo tan ridículo como esto, ni siquiera me parezco a lo que dibujaste
Oh – dijo ella formando una perfecta "O" con sus labios- bueno es parte del °Boterismo, No es que sea un fiel retrato tuyo- dijo intentando quitarle de las manos el dibujo, pero él lo retuvo bien agarrado en sus dedos- de todos modos, no cobro por mis dibujos, solo si quieren retribuir voluntariamente, les acepto el dinero a mis modelos, si no te a gustado, lo siento mucho, no te vuelvo a molestar.
Antes de que terminara de hablar una alarma empezó a sonar en su celular, no espero un segundo más a que Ranma pudiera responder, se fue a la banca de enfrente y recogió sus cosas, tan apurada que por cada objeto que tomaba se le caían dos, era un desastre andando, él ni siquiera se dio cuenta de cuando fue que se sentó frente a él, mucho menos de cuando empezó con aquel ridículo dibujo, que bien podría haberlo hecho reír en otro momento, sabía que estaba siendo grosero con ella y que ni siquiera la conocía como para convertirla en la victima de su mal humor, se incorporo con la intensión de ayudarla a recoger, pero apenas se dio cuenta ella de sus intenciones y prácticamente se echo a correr, dejando atrás varios lápices.
Perfecto lo que necesitaba, ahora se sentía culpable por haber sido un idiota con la chica de los dibujos, recogió los lápices que estaban en el suelo, eran lápices profesionales, serigrafiados con el nombre de Akane Tendo, bien los guardaría y al día siguiente se los devolvería.
Por desgracia ella no volvió al día siguiente, ni el fin de semana, ni al siguiente mes, él se fue cansando de comprar café para dos todos los días, de guardar en el bolsillo de su chamarra, pantalón o lo que llevara puesto los lápices de ella y unos nuevos a los que les mando a serigrafiar el mismo nombre de los anteriores, aquel día ya estando en casa cuando logro calmarse e dio cuenta de que había sido el idiota más grande del mundo y estaba tan arrepentido que quiso apaciguar su culpa de alguna forma, la espero por unos días, luego pensó que tal vez ella iba en otro horario, pues talvez sí la había intimidado bastante, pero no volvió a verla en mucho tiempo.
Dejo de frecuentar el parque, ahora se sentía mal cada vez que iba y no la encontraba, el tiempo siguió pasando, y al cabo de un año demostró de lo que era capaz, no solo había incrementado el animo de los trabajadores, sino elimino casi por completo la rotación de personal, ya no debían pagar multas por retrasos en pagos de seguro social, comisiones, prestaciones, etc … su área era de las más fuertes de la empresa y en la cena de año nuevo todo el mundo tuvo que reconocerlo.
No solo estaba satisfecho y feliz por los resultados, estaba casi fuera de si por que al fin, al fin le daban el reconocimiento que merecía, todo en su vida marchaba de maravilla, todo.
Por supuesto su padre intervino de nuevo, reconoció que no había confiado en él al principio, pero que ya se daba cuenta de su error, asique ya podía ver el hombre que había formado gracias a la educación que él le brindo, Ranma no quiso ni corregirlo, no hacia falta, si su padre necesitaba arrebatarse esa victoria también que lo hiciera, él estaba tranquilo, sabia que todo su esfuerzo había dado sus frutos y el crédito era solo suyo, pero si su padre necesitaba que fuera suyo, se lo regalaba, no había nada que pudiera arruinarle la felicidad que sentía, hasta que…
Como ya eres todo un hombre de negocios y has demostrado ser lo suficientemente inteligente como para merecer ser el presidente de la empresa- decía su padre mientras bebía su octavo Martini- creo que es hora de que conozcas los planes de tu padre, quiero retirarme, es hora de que te deje el liderazgo a ti, quiero dedicarme a estar con tu madre, a consentir a mis nietos a viajar
¿nietos? Papá, pero si ni estoy comprometido, menos tienes nietos ¿de qué hablas? - decía Ranma atribuyendo la actitud de su padre al alcohol
¿Cómo que de que hablo? ¿Qué no eres un hombre? ¿no has estado con una mujer? Tan grande y todavía no conoces lo que es estar con una mujer, que tonto- se reía su padre de él, intentando llamar la atención de los demás, por suerte nadie le prestaba atención, mas que su esposa y su hijo
No creo que ese sea el caso Genma, más bien nuestro hijo a sido lo suficientemente responsable como para no dejar hijos regados por todos lados, esta bien amor, perdona a tu padre, ya sabes que no controla la bebida
Si, si como sea, es hora de que nos des nietos y ya tengo a la chica perfecta para ti, te la presentare el próximo fin de semana
¿Qué? – casi grito Ranma, lo que le faltaba, una vez más su papá quería ser quien tomara las decisiones importantes de su vida
Mañana con más calma hablaremos del asunto, Ranma tu padre ya esta indispuesto, no le prestes atención
Ranma conocía bien a su padre sabia perfecto a que se refería y que tan lejos era capaz de llegar, aquella noticia le arruino la noche, no quería mortificar más a su madre con la actitud que tuvo después de eso, ya no disfruto la cena, mejor se fue antes de que sirvieran el postre.
Como había planeado festejar aquella noche no llevo su auto, planeaba irse con sus padres en su limosina a su casa, ahora tendría a que tomar el tren e irse a su departamento, tenia esa sensación de vacío en su estómago, ¿Por qué su padre se empeñaba en reducirlo a una copia de él mismo? ¿Por qué parecía querer sabotear su vida? Estaba harto, si fuera por él renunciaría, pero siendo honestos, estaba más que acostumbrado a la buena vida, enfrentar a su padre significaba renunciar a todo y él no quería eso, tenía muchas cosas que pensar.
De camino al tren paso por un local de café y golosinas, tomo un café americano y compro un chocolate amargo, se sentía derrotado, ¿otra vez accedería a hacer lo que su padre tuviera dispuesto para él? Podría renunciar, aun si eso significaba renunciar a todo, podría iniciar de cero en cualquier otro lado, pero sabia que su padre con tal de seguir teniendo el control sobre él era capaz de hacer que nadie lo volviera a contratar jamás, bueno conociendo a su padre su "futura" esposa sería una chica linda y rica, alguien que con suerte sería agradable y podría en algún momento sentirse atraído o algo. Maldición
Subió al tren, se sentó en el área de comedor, junto a una ventana, como no era costumbre que la gente en Japón comiera en sitios públicos, el área se reducía a tres mesas por cada lado con dos bancas blancas de dos plazas por cada mesa, al ser una noche fría, parecía que toda la gente estaba en el vagón comedor, tomando sus respectivas bebidas frías.
Vio que alguien se sentaba frente a él, para no tener que saludar ni hacer contacto visual, saco su celular y se puso a leer, tomo un sorbo de café, su ceño seguía fruncido, por más que intentaba relajarlo, la mesa no era tan ancha como para evitar que los vasos de ambos se juntaran, en algún momento vio por el rabillo de su ojo como la persona sentada frente a él se sacaba los guantes, los colocaba sobre la mesa y se disponía a abrir su chocolate, alzo la vista, casi recriminatoriamente, esperando que la persona frente a él se detuviera con solo verlo, pero la visera de su cachucha le impedía ver que estaba siendo observada con gran reproche, saco el chocolate de su empaque, corto el primer octavo de el y lo metió en su boca, dejando el resto del chocolate, frente a él, como invitándolo a comer de "su chocolate"
Vaya que amable, pensó Ranma con sarcasmo, él corto un séptimo del chocolate y lo comió, la chica frente a él dio un respingo y lo miro, directo a los ojos, ojos avellana, le parecieron tan conocidos, ella sonrió, casi con pena, al parecer esa mujer si tenía algo de decoro y quería disculparse … ¿Qué? ¿en serio se tomó la libertad de tomar una sexta parte más del chocolate?, no podía ser cierto, pero que cinismo de su parte, ahora resulta que cada quien entiende lo que mejor le parece, es obvio que esta mal tomar las cosas que no son tuyas y si tantas ganas tiene de comer chocolate que no puede resistirse mínimo debería pedirle permiso para tomarlo y no solo agarrarlo y devorarlo frente a él, pero él mismo ya había sonreído de vuelta cuando ella lo hizo, lo que le daba autorización a la chica de seguir tragándose su chocolate, ya no podría decirle nada por que entonces él seria el que se viera mal en esa situación, solo que eso sí, no dejaría que ella se comiera la mayor parte.
Lo siguiente que hizo fue cortar la quinta y cuarta parte del chocolate de una vez y meterla en su boca, ella alzo las cejas como no creyendo lo que veía, pero no quito la sonrisa de su boca, casi parecía divertida, ¿Por qué le parecía tan familiar? Ella estiro de nuevo su mano, pasando por el chocolate primero, con intenciones que cortar otra parte para ella, pero solo fue la finta, ya que él fue más rápido y corto la tercer parte para él, ella después de su jueguito se fue por su vaso de café, al llevarlo a sus labios estaba casi soltando una carcajada, que disimulaba sosteniendo su vaso frente a ella, Ranma estaba seguro de que ni siquiera estaba tomando café, lo había hecho a propósito, solo se estaba riendo de él, casi se dio un giro por completo para darle la espalda, solo que por el respaldo de la banca no se podía, casi podía escucharla reírse.
La voz del tren anuncio la siguiente parada, ella tomo un trozo más de chocolate, lo metió en su boca y se fue corriendo cuando las puertas se abrieron, la tira de cartón que protegía sus dedos de no quemarse con el calor del vaso se quedo en la mesa, obviamente por accidente, tenía escrito: café americano, sin leche, sin azúcar, Akane Tendo, por desgracia Ranma no fue capaz de leer esa parte ya que estaba del otro lado de su campo de visión, el ultimo pedacito de chocolate se quedó sobre la mesa.
Que amabilidad la tuya- dijo Ranma en un bufido alzando el pedacito de chocolate y metiéndolo en su boca- que descuidada, dejo su basura aquí
Ranma tomo el pedazo de cartón para guardarlo en su abrigo y tirarlo al llegar a su departamento, fue ahí que se dio cuenta que su chocolate seguía entero en el bolsillo derecho de su gabardina, todo ese tiempo él estuvo comiendo del chocolate de una extraña, él se comió la mayor parte del chocolate de una extraña y ella ni siquiera intento corregirlo, oh que imbécil era.
No pudo retenerlo, dejo salir una sonora carcajada al saberse tan bobo.
El tren siguió su camino, solo pudo ver por la ventana como la chica de la gabardina verde oliva a juego con su cachucha y cabello azulado, tan largo que llegaba a su cintura se alejaba por el pasillo de la estación, mientras él se alejaba a mayor velocidad por el lado contrario.
Notas de la autora
1° Botero, Fernando fue un pintor, escultor y dibujante colombiano
2° Boterismo fue la corriente artística creada por él, los personajes "gordos" como él se refería a sus creaciones.
Hola estoy de vacaciones y ando trabajando en dos fics, espero que les lleguen a gustar, uno de ellos lo quiero meter al #sensual_verano de mundo fanfics Inuyasha &Ranma, pero aun ando trabajando en el primer cap, por que tal vez es solo uno, o dos, en cambio este será de un par de caps, quiero algo tiernito e intrigante, menos shenshualon que el otro, pero aun así que tenga su parte lemonosa, en fin los dejo leer, disfruten, recuerden que me encanta leer sus comentarios, pero si no tienen críticas constructivas y son solo comentarios mal intencionados, pues mejor no escriban je, les quiero, nos vemos pronto :*
