Disclaimer: Powergirl y sus personajes no me pertenecen.
Hola, esta es un capitulo corto, un regalo para un amigo, ojala les guste.
X - X - X
"Batman debe bajarse de su caballo y deshacerse de ese lunático." Karen se quejó, viendo las rasgaduras en su traje de heroína.
La hermosa mujer en este momento debía estar en su casa viendo una película con Helena en vez de estar haciendo su trabajo en la noche, pero la mierda del Joker jodió a todos en la liga.
La kryptoniana estuvo tres horas levantando escombros con su primo, mientras que Batman y Huntress atraparon al supervillano y lo encerraron por n-esima vez.
"Mierda." Powergirl se masajeo la frente, sintiendo una jaqueca. "Que semana de mierda."
Luthor con su ridícula 'rivalidad' unilateral con Superman el lunes, lidiar con Supergirl en martes, un terremoto en Brooklyn el miércoles y jueves, y hoy viernes con el idiota de pelo verde haciendo un desastre…
La rubia necesitaba desahogarse.
Karen estaba tan concentrada en terminar los últimos papeles, que no se da cuenta que aún seguía en su traje, y que ya era hora que su guardia la escolte a su auto.
Tucker Remington se acomodó la corbata, antes de tocar la puerta de su jefa, tal como era costumbre.
"¡Pase!" Sin mirar a la puerta, la hermosa mujer dijo en voz alta.
"Señorita Karen, es momento de ir a la reunión con las empresas Wayne." Tucker dijo cortésmente, sabiendo lo estricta que era su superiora. "¿Esta lis-?"
La Starr alzo una ceja al escuchar como su guardia de seguridad más confiable se ahogó en sus palabras, alzando la mirada y viendo como el hombre desvío la mirada, como si no quisiera verla.
"¿Y a este que le pico?" Karen alzo una ceja, extrañada por la incomodidad del músculos hombre. "No es como si estuviera vestida de superher-"
La rubia abrió los ojos al darse cuenta de que se olvidó cambiar el traje, y la razón por la que el Remington no quiso dirigirle la mirada…
Fue para evitar verle el escote.
"Vaya…" Karen sonrió socarronamente. "Que caballero."
Al darse cuenta de que el hombre pudo mirar sus enormes tetas apenas contenidas por su apretado top blanco, la alienígena
Hace tiempo que no echaba un polvo, y por instinto la mujer activo sus visión de rayos X, para ver el cuerpo del hombre negro debajo de su uniforme.
Ley pareja no hay queja.
"Vaya." La rubia silbo en su mente. "Nada mal."
"¿Señorita Starr?" Aun incomodo por la hermosa vista, el hombre calvo siguió haciendo su trabajo. "Debemos apresurarnos, si quiere llegar a tiempo luego de cambiarse de traje."
"¿Lo dices por el traje de Powergirl?" Karen le sonrió al hombre, moviendo su delantera cuando sintió al hombre echarle un vistazo al mejor busto de la liga. "Es un regalo de mi prima, ¿Me queda bien?"
"No puedo responder eso señorita." El guardaespaldas casi retrocedió. "Sería poco profesional."
El hombre se sentía como una presa en frente de su depredador natural.
"Tucker." La rubia se levantó y empezó a acercarse al fornido macho. "Soy tu jefa, y quiero que me digas como se me ve este traje."
El hombre solo trago saliva al ver como la voluptuosa mujer se acerco a él, sus melones moviéndose con cada movimiento, así de grandes eran.
"Se ve muy bien Señorita Karen." Tucker respondió calmado.
Karen vio de inmediato lo nervioso que estaba su guardia favorito y solo siguió acercándose al hombre, hasta pegar su pecho al del guardaespaldas.
Ambos adultos quedaron frente a frente, la alta mujer desafiando al hombre con la mirada, antes de que este desviara la mirada hacia abajo, viendo el amplio escote de la Starr en todo su esplendor.
"Muchas personas me han dicho que me he operado estas bebes." La kryptoniana señalo sus redondos senos. "¿Tu qué opinas?"
"Se ven bastante reales." El Remington admitió, tratando de contener su erección.
"¿Cierto?" La mujer cruzo sus brazos resaltando aun más su bien formado busto. "No se porque la gente puede pensar que no son naturales."
"La envidia quizás Señorita." Tucker le respondió. "Mierda, se le notan los pezones."
"Puede ser." Karen le sonrió. "¿Quieres comprobar si son reales?"
"…¿Disculpe?" El guardaespaldas de seguro escucho mal.
No había manera que la mujer le haya dicho…
"¿Quieres tocar mis pechos?" La rubia le dijo. "Y así ver si son reales o no."
EL hombre solo miro boquiabierto a la mujer, no sabiendo que pensar.
Karen Starr siempre había sido una jefa que lo intimida por la fuerza de su carácter, pero nunca hubiera imaginado que ella fuera tan confiada.
La superheroína soltó una risa cuando vio el conflicto en Tucker, y solo le empezó a acariciar el bulto.
El idiota de bruce podía esperar una hora para la reunión, la mujer tenía cosas más importantes que hacer.
X – X – X
"Mierda." Tucker maldijo, arqueando el cuerpo. "Se sienten muy bien."
Karen solo se rio, viendo como el hombre se retorcía en su escritorio, mientras movía sus enormes tetas alrededor de la igual de enorme polla del guardaespaldas, algo que le encanto a la mujer.
La alienígena movió sus senos arriba y abajo con fuerza, golpeando el regazo del hombre cuando las bajaba, para luego tapar la prominente cabeza entre el valle de sus blancos pechos.
"Tu polla se siente tan bien entre mis pechos." La superheroína le dijo coqueta. "¿Se sienten tan bien como lo has imaginado?"
"Mucho mejor." El guardaespaldas le dijo a duras penas, abrumado por la suavidad de los melones de la Starr. "Supera todas mis expectativas."
"¿Cuántas veces soñaste conmigo complaciéndote?" La rubia lamio la uretra del hombre. "¿Soñaste tener tu enorme polla entre mis grandes y gordas tetas?"
"Si." El hombre contesto.
Tucker trato de moverse, de embestir contra las mejores mamas que ha sentido en su vida, pero la mujer era muy fuerte, y solo le sonrió mientras aumentaba el impacto contra su regazo, los pechos de la fémina chocando con sus muslos y enrojeciendo la piel de ambos.
"Como mierda es tan fuerte." Tucker se preguntó, antes de cerrar los ojos. "Está haciendo lo que quiere conmigo."
La hermosa superheroína siguió moviendo sus pechos como loca, aprovechando el hechizo que Zatanna le regalo, que simulaba los rayos de un Sol rojo en su oficina, quitándole la mayoría de su fuerza sobrehumana.
Ella quería follar al hombre, no matarlo.
Karen apretó más sus tetas, mirando fijamente al Remington con una sonrisa de suficiencia, baba empezando a caer de sus suculentos labios en el gordo falo y sus grandes pechos, mojando los mejores atributos de ambos.
Sin dejar de mirarlo, la mujer de ojos azules inclino su cabeza hacia adelante, metiendo el glande de Tucker en su boca, presionando sus labios en el comienzo del tronco, sus tetas moviéndose con rapidez y frotando el resto de la larga polla de su guardaespaldas favorito.
"¡Oh carajo!" El hombre negro grito del placer. "¡Señorita Starr!"
El hombre evito la mirada lujuriosa de la fémina, mirando al techo y dejando que la mujer haga lo que quiera con su polla, los redondos y suaves pechos de Karen, la fuente del deseo de todos los hombres de la compañía, envolviendo su verga con la boca de la mujer estimulando su cabeza más pequeña.
Si él la miraba, el guardaespaldas se iba a correr, y no podría recuperarse lo suficiente…para disfrutar el resto de la mujer.
Y eso Karen lo sabía.
"Vamos grandulón." La mujer dejo de lamer la polla de Tucker para hablarle. "Quiero que me veas a la cara."
La kryptoniana disminuyo la velocidad de los rebotes de sus tetas, levantándolas y bajándolas por el tronco del largo falo, pausando cuando los redondos senos se presionaron contra la base de la hombría de Tucker.
"¿Acaso te intimido?" Karen lo desafío, arrastrando el prepucio del hombre con sus enormes tetas, casi lastimándolo. "¿Te da miedo ver mis tetas?"
La mujer levanto sus senos, relajando su agarre y haciendo que el hombre se relaje en la mesa, solo para que Karen con una sonrisa vuelva a apretar sus mamas y bajarlas con fuerza contra el hombre.
El enorme pene de Remington apareció en medio del valle de los espectaculares pechos luego de ser tapado por la amplia carne mamaria, la negra polla contrastando con la pálida piel de una de las mujeres más deseadas del país.
"No seas tímido." Karen ronroneo, sintiendo su coño mojar su traje de superheroína. "Puedes verla descubiertas por primera vez en tu vida, aprovéchala."
La mujer golpeo sus senos, sacudiéndolos todos lados, la polla en medio de ellos casi escapando de la 'prisión', antes de que Karen volviera a apretar sus grandes tetas, moviéndolas arriba y abajo contra la verga del afroamericano.
Tucker maldijo, sintiendo como la mujer cambio de estrategia, frotando la parte superior de su polla con sus pechos, parando de chocar el enorme busto contra su regazo, privándole de esa divina sensación.
"Dios, tu polla se siente tan bien ente mis tetas." La Starr dijo lascivamente, moviendo sus senos circularmente. "La forma en la que palpita, lo calientita que se siente en mi pecho…"
La mujer siguió diciendo obscenidades, rotando entre frotar la parte inferior y superior de la verga del Remington, nunca cometiéndose a ninguna, aumentando tanto el placer como la frustración del hombre.
Tucker se rindió ante la sensación, y dirigió su mirada al hermoso rostro de su jefa, ojos café encontrándose con los ojos azules de la poderosa mujer, antes de que la mujer se riera y aumentara la velocidad de sus movimientos, dejando de lado los movimientos circulares para estimular su verga.
Karen sintió su coño arder de la excitación, y solo pudo mover sus tetas tan rápido como podía, frotando toda la dura verga del guardaespaldas con su bien formada delantera, parando el movimiento justo antes de tocar las bolas del hombre, y levantando sus tetas hasta cubrir toda la parte superior de la verga.
Sin dejar de mirar al hombre, la alienígena saco su lengua, lamiendo la oscura cabeza y presionando la uretra con su rosada lengua, sus tetas pareciendo casi un borrón por la fuerza de sus movimientos.
El hombre no iba a aguantar mucho con el entusiasmo de la hermosa mujer.
Afortunadamente para Tucker, Karen tenia poca paciencia en este tipo de situaciones.
"Maldita sea." Karen maldijo, sorprendiendo al hombre ante la profanidad. "No aguanto más."
La alienígena relajo su agarre, la polla del hombre escapando de sus tetas, golpeando el plano abdomen del hombre, antes de que la mujer agarrara el gordo falo con su suave mano.
"Quiero a este animal dentro mío." La mujer golpeo sus pezones con la gruesa polla, masturbándolo lentamente. "¿Quieres follarme?"
"Sabes la respuesta mujer." Frustrado por la actitud de su jefa, Tucker olvido sus modales.
Karen entrecerró los ojos, y apretó la verga del Remington, haciendo que este se queje del dolor, antes de que ella se levantara y agarrara al hombre por la corbata, viéndolo con molestia.
Tucker solo trago la saliva cuando la rubia lo levanto con facilidad del escritorio, pegándolo al perfecto cuerpo de la empresaria, su polla presionándose contra la pelvis de la mujer, antes de que ella le sonriera y le diera una palmada en el trasero.
"Recuerda quien es la jefa amigo." Karen le dijo firme, antes de caminar al escritorio. "Pero, ahora… quiero que me folles."
La Starr se sentó en el mueble, antes de recostarse en la fría madera, moviendo la parte inferior de su traje y mostrándole al hombre su rosado coño, completamente empapado de sus líquidos.
"Ven aquí grandulón." La mujer alzo los brazos, invitando al hombre.
Tucker se saco los pantalones, quedado con solo la parte superior de su terno, antes de acercarse a la mujer, que solo se mordió el labio cuando él presiono su verga en el mojado coño de su jefa.
"No me hagas rogarte." Karen le dijo con lujuria. "Mete esa bestia en mi coñito."
El guardaespaldas agarro a la mujer de su enorme culo, haciendo que esta se ría, risas que cambiaron a gemidos cuando el hombre aprovecho la humedad de la feminidad de Karen para empezar a penetrarla.
"Oh ¡mierda!" Powergirl gimió en medio de sus maldiciones, sintiendo como la gruesa polla se abría paso en su apretada intimidad. "Se siente tan grande en mi concha."
El hombre siguió metiendo su gorda verga en la mujer, de forma lenta para no correrse por lo apretado y caliente que se sentía el coño de la mujer, pero sin parar ni siquiera un segundo, para poder empatar con la mujer dominante de la única forma que podía.
Pero la Starr no era una humana debilucha, era una guerrera de Krypton.
Envolviendo sus bien formadas piernas alrededor del hombre de piel oscura, la rubia le sonrió de oreja a oreja, antes de tomar la iniciativa.
"¡Mierda!" Ambos adultos maldijeron cuando la mujer empujo al hombre por el trasero, haciendo que la verga del Remington se enterrara en la mujer de un momento a otro.
Los chillidos de la mujer fueron silenciados por los labios de su guardaespaldas, que no aguanto la sensación de las paredes vaginales de Karen presionando su verga de una forma casi inhumana, y lo hizo olvidar toda forma de respeto a su superiora.
Karen solo gimió en los labios de su bien dotado amante, abrazándolo mientras sentía la enorme polla del hombre tocar su útero y rasgándole su feminidad con su impresionante grosor.
El hombre comenzó a moverse, sacando dos pulgadas de oscura carne antes de embestir con fuerza contra la mujer, tratando de aplastarla con su peso.
"¡Ghhg!" la mujer de ojos azules le mordió el labio a su nuevo amante, moviendo sus caderas contra el hombre para aumentar el impacto de la penetración.
Las piernas de la mujer se movían a todos lados cada vez que el Remington la penetraba, las oscuras bolas del hombre chocando con el pálido culo de la mujer, el sonido resonando en la oficina mientras que la jefa y su subordinado luchaban con sus lenguas.
La kryptoniana abrazo al hombre a su cuerpo, disfrutando como sus tetas eran estimuladas por la tela del smoking, y como la enorme verga del afroamericano le golpeaba los puntos más sensibles de su intimidad con cada embestida.
El humano aumento la velocidad de sus embestidas, moviendo su cabeza para empezar a besarle el cuello a la mujer, dejando que esta refleje todo el placer que él le provocaba.
La mujer grito, golpeando los muslos del Remington con sus pies para que este la folle más fuerte, cosa que este cumplió con creces, sacando la mitad de su verga para luego embestir contra la mujer con tanta fuerza que Karen fue arrastrada por la madera con cada penetrada.
Tucker marco el fino cuello de la mujer con sus labios, rasgando el traje de la mujer en la parte inferior para apretar el redondo trasero de la mujer, haciendo que esta jadee por la sensación, los dedos del hombre hundiéndose en el gordo culo de su superiora.
"¡Así me gusta!" Karen grito extasiada, siendo atacada por todos los ángulos por el bien dotado hombre. "Fóllame más duro grandulón, ¡no te contengas!"
El hombre siguió la orden de su jefa, sacando casi toda su verga de la mujer, dejando solo su cabeza dentro del apretado agujero vaginal de la Starr, para luego enterrar su verga en la concha de la mujer más tetona que ha follado.
Los ojos de Karen rodaron fuera de su cabeza al sentir un pie de carne dentro de ella, el hombre levantándola de las nalgas para aumentar el impacto de la penetración, casi golpeando su útero por la fuerza con la que el hombre se movió.
Movimiento que el hombre repitió una, y otra… y otra vez.
"¡Ahhh!" La rubia grito del placer. "¡Me estas partiendo en dos!"
Tucker se levantó, quedando de forma perpendicular a la fémina, y siguió penetrándola desde el nuevo ángulo, haciendo que la mujer chille cuando el hombre golpe su punto G con su prominente cabeza inferior.
La mujer empezó a manosear sus tetas, manteniéndolas quietas para poder ver el rostro del hombre taladrándole el coño, sus senos casi escapando de su agarre por la fuerza con la que el hombre la follaba.
"Dios, eres perfecta." El hombre le dijo, apretándole el culo, golpeándole las nalgas con sus bolas. "Tu trasero…"
"¿Te gusta mi gordo culo?" La mujer le pregunto entre gemidos, moviéndose contra el hombre. "¿Cómo se moldea con tus manos?"
"Mierda, sí." Tucker le respondió, disminuyendo la velocidad de sus embestidas. "Tus nalgas, tus muslos…"
El guardaespaldas soltó las nalgas de la mujer para acariciarle los muslos, haciendo que la fémina ronronee divertida, la polla del hombre entrando y saliendo lentamente del agujero vaginal de Karen.
La rubia juntos sus senos, realzándolos para que el hombre haga lo que fantaseo desde que fue contratado por la empresa.
"¡Ohhh!" La rubia gimió con fuerza, cuando el hombre apretó sus enormes tetas. "¿Se sienten naturales?"
"Sin duda." El Remington le contesto divertido, recordando la razón por la que la mujer ahora disfrutaba su polla. "Se sienten geniales."
"Sigue follándome así." La mujer rodo sus caderas, haciendo que el hombre suspire. "Y las podrás disfrutar por más tiempo."
Como si hubieran llegado a un acuerdo, ambos adultos se callaron y se miraron cómplices, la mujer comenzando a grita cuando Tucker volvió a retomar el ritmo de sus embestidas, taladrando el coño a la mujer con toda su fuerza, presionando el cuerpo de la mujer por las tetas para mantenerla quieta.
Karen solo sintió como sus senos eran aplanados por las manos del afroamericano por unos segundos, antes de que las embestidas del hombre la hicieran perder la conciencia por un segundo, antes de volver a entrar en razón y moverse tanto como el agarre del Remington le permitía.
Tucker apretó los dientes, sintiendo como la fémina movía las caderas en círculos en medio de sus embestidas, haciendo que su polla sea movida por la perfección que era el coño de la rubia.
Karen solo pudo ver como la mirada del guardaespaldas se afilo antes de que apretara sus tetas, moviéndola contra su verga cada vez que la penetraba, haciéndola chillar y humedecerse más de lo que había estado.
Su subordinado la iba a llevar al orgasmo, y la mujer vio con nuevos ojos a Tucker Remington.
"Definitivamente continuaremos con esto." Karen decidió en su mente. "Tiene una polla muy buena cómo para desperdiciarla."
La rubia había aplazado la reunión con Bruce para el fin de semana, pero podía aplazarla más.
Entre pasar una tarde discutiendo con el hombre más arrogante que conocía, o tener una dura polla disfrutando de todo su cuerpo, no había duda de que cosa iba a elegir la mujer.
"¡Fóllame más fuerte!"
Si, Karen iba a disfrutar de su guardaespaldas, tanto como pueda.
