…- ¡Estoy dispuesta a hacer lo que me pidas! - mencionó la joven con seguridad
-Si es cierto lo que dices, entonces acaba con ella, ya no me sirve- Agregó aquel azabache que alguna vez fue parte de su equipo pero que ahora no parecía reconocer -Dime Sakura, te has vuelto ninja médico ¿no? – dijo con frialdad.
Aquella pregunta que parecía más aseveración intrigó a la joven que ahora se encontraba con el kunai en la mano, ¿Cómo era posible que el supiera eso? El había abandonado la aldea mucho antes de que comenzara su entrenamiento con Lady Tsunade, la intriga de la joven no pasó desapercibida para el Uchiha y aunque ahora se daba cuenta que había cometido un error al revelar lo que sabía no iba a mostrar preocupación alguna, pero si ella supiera, si tan solo supiera…
Cuando a Sasuke y su equipo se les encargó capturar al Hachibi no habían considerado realmente la habilidad y fuerza que el Jinchuriki poseía, la batalla no pudo salir peor, Suigetsu había salido herido y los demás no tenían mejor suerte y aunque por un momento creyeron haber capturado al objetivo la realidad era muy distinta. Si bien Sasuke consideraba a Taka como una simple herramienta, no podía darse el lujo de remplazarlos por el momento, después de las indicaciones de Konan y que era el único que podía mantenerse en pie debía ir en busca de la medicina o si no Taka estaría conformada solo por él; de tal forma que se puso en marcha al único lugar al que no creería regresar: Konoha.
Era de noche cuando llegó, obviamente llevaba puesto un disfraz, camuflajeado como Anbu se internó en la Aldea de la Hoja con un solo objetivo: El hospital de Konoha; una vez dentro y con mucho sigilo se dirigió en busca de las medicinas que requería, parecía que no había nadie vigilando por lo que no tuvo más remedio que encender la luz, puesto que lo que debía conseguir era de suma importancia y no podía cometer errores. El azabache se dio cuenta muy tarde de la presencia de aquella chica, quien no sólo sabía a la perfección de quien se trataba, sino que de alguna forma logró sorprenderle el cambio de su antigua compañera.
-Es muy tarde para las visitas en el hospital y no es muy amable el tomar lo que no es tuyo- dijo con seriedad la ojijade ante la presencia de aquel misterioso joven. Si bien Sasuke estaba seguro de que ella no le había reconocido dado que en sus entrenamientos había aprendido a ocultar su presencia y su disfraz contaba con una máscara, le sorprendía que aquella chica a quien siempre había que proteger no parecía tener miedo de iniciar un combate para evitar el robo; ¿Acaso ella también había decidido entrenar? Y de cualquier forma ¿Cuál sería la razón de que estuviera en el hospital? ¿Estaría visitando a alguien?
-Necesito la medicina para algunas personas, así que si no te molesta será mejor que no interrumpas- dijo sin más, esperando que la chica se fuera en busca de ayuda, sin embargo, ella no retrocedió, al contrario, se fue acercando cada vez más; el joven no estaba seguro si ella le atacaría, pero dejó de preguntarse cuando vio que ella tomaba algunas cosas de los anaqueles y se las extendía para que las tomara. Aquella escena fue confusa para el Uchiha, se replanteaba la intención de la chica y dudaba de su deber como shinobi, pero al mismo tiempo le resultaba muy familiar el verla preocupada por los demás y le hacía recordar aquellos momentos en los que el se encontraba en el hospital y ella permanecía a su lado.
Estaba a punto de abandonar la habitación cuando Sakura mencionó las heridas que él también tenía – Yo no soy quien necesita ser curado- agregó el joven secamente, sin embargo, no se percató de que la chica se había acercado lo suficiente como para iniciar con el tratamiento de la herida, sintió la calidez de su chakra fluyendo por sus manos, el color verde que emanaba le recordaba mucho al de sus ojos que ahora se posaban en las heridas superficiales que el chico tenía. Ahora ya no tenía dudas ella de alguna manera se había convertido en ninja médico; sin embargo, no había sido consciente de todo lo demás, todo el tiempo que había pasado y de alguna forma se preguntaba que tanto habían cambiado, pero debía concentrarse en sus objetivos, los lazos que había destruido por una razón.
Cuando la chica terminó su labor, miró al chico de que alguna forma le resultaba familiar y por un momento todo en la habitación había desaparecido, solo ellos se encontraban y aunque usara esa máscara no podía dejar de pensar en que lo conocía aunque también le hacía sentir una especie de tristeza y nostalgia que hace mucho tiempo no tenía; pronto el chico fue consciente de que debía irse y así como entró sigilosamente se retiró, no hubo agradecimientos de su parte ni palabras por parte de ella y así abandonó por segunda vez la aldea que en algún momento consideró su hogar.
Sobra decir que esa no fue la única noche que aquel azabache regresó a la aldea y casi siempre era el mismo objetivo, observar al cerezo que había florecido y aunque pronto debió elegir destruir completamente todo lo que le unía a ella para completar con su misión guardaría para el lo que sabía y que en el fondo le orgullecía, saber el tipo de shinobi en el que se había convertido.
