Mi nombre es Irasue, soy la madre de Sesshomaru. Soy una deidad canina. Mis dominios se extienden más allá de donde tu vista pueda llegar, más allá del cielo que tus ojos ven, sobre las nubes, a donde ningún mortal tenga el privilegio de llegar jamás. Guardiana de los vientos del Oeste y gobernante de las Tierras del Oeste. Soy también la guardiana protectora de la piedra meidou, que el difunto Inu no Taisho me entregó, con el fin de que le fuera útil algún día a Sesshomaru.

Sesshomaru... Mi hijo, uno de los seres más poderosos de este mundo. Creo que es un poco parecido a mi, ya que nuestras ideas y nuestro carácter tienen algunas similitudes.

No, él es quizás un poco amargado y altanero.

En fin... Podría considerarlo, de cierta manera, una fortuna, ya que no heredó los rasgos sentimentales que tenía su padre, pese a que fue con él con quien convivió más tiempo.

Inu no Taisho, su padre, era poderoso, muy poderoso, pocos se atrevían a desafiarlo. En el campo de batalla el enemigo se sabia derrotado. Por ello él fue uno de los convocados para aquella batalla, donde el que resultara victorioso tendría el privilegio de sellar una alianza con la bella y poderosa InuKimi.

No dudé en que sería una excelente decisión conocerlo, ampliar nuestros dominios, tener su ejército y su poder de nuestro lado, y claro, engendrar descendencia con él. Deben saber que yo también soy muy poderoso, nuestro linaje, sin duda, sería el mejor.

Sin embargo, algunas cosas eran inusuales en él. Inu no Taisho tendía a ser compasivo y muy afable en ciertas ocasiones, esto a veces me irritaba de él. ¡Pero qué importaba! Nuestro propósito era lograr un linaje puro, fuerte, que dominara el mundo.

¡Vaya! ¡Si les contara lo desdichado y vergonzoso que fue su final!... En realidad él se lo ganó por patético. Pese a los grandes dominios que perfeccionaron y gobernaron gracias a su poder indiscutible, Inu no Taisho disfrutó de la soledad del medio natural, allí entrenaba, meditaba, o se hacía tonto quizás.

Cierto día apareció al Palacio de las Tierras del Oeste y comenzó a comportarse de modo extraño, sospechoso quizás. Sonreia como idiota. No me interesaba en lo absoluto el motivo, sin embargo él me habló de mi falta de sensibilidad y amor hacia él. En verdad, era un demonio muy poderoso, pero muy extraño también.

Al poco tiempo me di cuenta de que frecuentaba mucho a una mujer humana. No le tomé importancia, sería un capricho suyo quizás. Sin embargo fue capaz de caer tan bajo y manchar su sangre al involucrarse con ella y engendrar un vástago.

Una humana... Una raza de débiles e inútiles mortales. En verdad no entiendo la razón de su efímero existir. Su hijo sería un ser mitad demonio, lo cual representaría un problema para el infante y para la mujer. ¿Acaso no pensó en eso?

Dentro de su poca lucidez, él planeó llevar a aquella mujer al palacio con el fin de protegerla. Algunos subditos se opusieron y el destierro fue lo que ganaron.

Claro, es de esperarse que no iba a tolerar esas groserías de su parte. Me marcharía de allí para no volver jamás. Sesshomaru también discutió y enfrentó a su padre en varias ocasiones por tal razón. ¿Quién lo diría? Al final estuvo de mi lado y no del suyo.

Un infortunado día Inu no Taisho se enfrentó a un viejo enemigo, Ryukotsusei, el Espíritu Dragón, quien le propició en batalla una herida mortal en el corazón. Debió descansar, recibir atención para recuperarse, pero el estúpido se marchó a reunirse con aquella mujer.

¡Qué tonto! No era necesario tanto drama. ¿Cuánto tiempo podría estar con esa mujer humana? ¿Esperaba que ese semi demonio le hiciera sentir orgullo? En fin, no me interesa. Quizá él estuvo manchado su linaje, pero eso no afectará al mío.

Estoy seguro de que mi hijo será el ser más poderoso y su descendencia será pura también. En su momento yo mismo me encargaré de buscar a la mujer indicada para él. Mis nietos serán poderosos, y claro, bellos, muy bellos como yo. Nuestro linaje debe ser el que dominará el mundo.

Ahora que recuerdo a Sesshomaru, hace mucho tiempo que no lo veo. Bueno, ¿Qué tanto son algunos siglos? Dos para ser exactos. Incluso, tengo entendido que desde aquel día que salió tras su padre, no volvió a poner un pie por ahí, en sus Tierras. En fin, él sabe cuidarse sólo.

Desde que Sesshomaru tuvo la edad suficiente, comenzó con su entrenamiento, con su búsqueda de poder. Frecuentaba pocas veces el palacio de su padre, él quiere ser más fuerte que Inu no Taisho y yo sé que lo logrará.

A veces me pregunto ¿Qué pasaría con su otro hijo? Seguramente debe ser un debilucho si es que aún sigue vivo. ¡Que deshonra para su sangre!

Los humanos son muy extraños y crean lazos afectivos muy raros que los definen en seres débiles. Inu no Taisho cometió el gravísimo error de liarse con una humana. Esa fue la causa de su muerte, proteger a aquella humana y al bastardo que engendró.

¡Qué lastima siento por ti Inu no Taisho!

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Querido lector, querida lectora:

Mil gracias por haber llegado hasta aquí. Espero que la historia sea de tu agrado.