Recuerdo claramente el momento en el que empezaste a tratarme diferente... tus caricias vacías, y, en ocasiones excesivas que ocultaban algo... Al poco tiempo, esas palabras dulces que susurrabas en mis oídos, se convirtieron en eso, palabras...
Entonces, cada que reía contigo, tu ojos verdes se opacaban y la culpa desbordaba de ellos.
- ¿Todo bien? - te pregunté sutilmente al notar esa mirada.
- Todo está perfecto - me respondiste con una sonrisa que supo confundirme en ese momento.
Y luego me abrazabas como si nada... siempre como si nada y "amorosamente".
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¿Mentiras piadosas?, sí, claro...
Duele recapitular todas tus estúpidas mentiras... Cada excusa que ponías con tal de evitar estar conmigo.
- ¿Saldrás esta noche? - pregunté extrañada.
- Sí, los chicos me invitaron, no me esperes despierta - dijiste colocando un beso en mi frente antes de salir.
Así fue como descubrí tu "pequeña mentira", no fuiste con tus amigos, ellos habían salido de viaje esa semana... y corroboré eso a la mañana siguiente, cuando tú camisa olía a perfume de mujer.
Mi corazón se rompió y cada mentira que dijiste después, me quemaba el alma.
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¿De verdad son amigos?... ¡Vaya sorpresa!, es otra mentira.
Cuando me la presentaste, mis sentidos se pusieron en alerta, por supuesto que recuerdo ese día... ese maldito día.
- Bichito, te presento a Kagami - explicaste alegremente.
- Un gusto conocerte Marinette, soy la mejor amiga de Adrien - se presentó ella con una sonrisa.
- Es un gusto... me alegra conocerte - dije con cierto titubeo, el cual todos notaron, excepto tú.
Mi energía fue lúgubre toda la noche, cosa que viste y no te importó. No hacía falta sumar dos más dos, para deducir rápidamente que era "ella".
¿Cómo tuviste el valor de presentarla conmigo?
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¿Recuerdas la preguntas que evadías?
Cada pregunta sobre tus planes por la noche o algo relacionado con tu amistad con "ella", las evadías.
- ¡No hablaremos de eso ahora! - gritaste tratando de evadir las preguntas, como siempre.
- ¡¿Entonces cuándo, Adrien?!, ¡evitas cada pregunta, cada situación y cada sentimiento que te expreso! - te grité completamente fuera de control.
- ¡Lo diré por última vez, Marinette! - gritaste mientras tomabas tus llaves y te dirigías a la puerta. - ¡No es el momento y "ella" no tiene nada que ver en esto! - saliste cerrando fuertemente la puerta.
Nuevamente me derrumbé, las lágrimas caían y seguía así... preguntándome qué había hecho para que estés con ella...
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¡Traidor!
Eres un maldito traidor, decir la verdad habría dolido menos... pero el que me haya dolido o no, jamás te importó.
Porque sabías que te amaba como a nadie y mientras yo te defendía ante todos, tú traicionabas mi confianza.
Y yo lo sabía, ese fue mi error, permitir que me trataras así...
Pero todo tiene un límite y hoy pongo el fin a esto... un fin que tontamente había extendido, sólo por no perderte.
- ¿Qué haces? - preguntaste sorprendido al encontrarme recogiendo mi ropa.
- Me voy, no tengo nada que hacer en este lugar, ni nada que hacer contigo - te respondí fríamente mientras seguía empacando mis cosas.
- ¿Por qué? - volviste a preguntar con una voz temblorosa.
"Será sínico" fue lo que pensé.
- Porque has acabado con todo lo que hubo entre nosotros, si es que alguna vez hubo algo... Porque ahora prefiero que no exista nada. Eres completamente libre - no le dí tiempo a responder, inmediatamente salí y cerré la puerta de aquel lugar en el que me hicieron vivir un infierno.
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Te tomó dos semanas empezar a salir con "ella".
Así confirmé, que nunca sentiste algo por mí...
Porque no te enamoraste de ella en dos semanas, te enamoraste de ella antes...
Por eso sé que hice lo mejor al irme... porque tú correrías por ella, algo que nunca harías por mí...
Aquí Emma.
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Besitos para todos ;3.
