Rainbow Play Wizards


Rainbow Play Wizards, mejor conocido en la red mágica satelital como RPW, era la app de encuentros casuales de moda en la comunidad mágica. Contrario a los años previos al 2000, ahora los mágicos contaban con teléfonos inteligentes indistinguibles de los muggles y cualquiera que viera a un mago ahora, no podría distinguirlo de un muggle cualquiera en la calle.

En ese sentido, muchas cosas habían mejorado para los nacidos de muggles, criados muggle y mestizos. Cosas como las computadoras provocaron un sisma en los sangrepura pero no mucho luego de que vieran lo rápido que se podía hacer dinero con los muggles.

Gente como la familia Black y Malfoy vieron sus fortunas crecer, mientras familias pobres como los Weasley encontraron nuevas formas de solventar sus gastos y abandonaron la categoría de pobres para pasar a la clase media.

El callejón Diagon desapareció un día y en su lugar había un centro comercial "temático" mágico donde varias tiendas modernas se combinaban con otras más medievales y dado que los muggles pensaban que era parte del tema, aunque entraban, solo podían ver cosas como los cristales de cuarzo, hierbas medicinales que también usaban y varitas sin núcleo. Cosas así, inocuas para los muggles, junto con tiendas más muggles que tenían secciones enteras que ellos no veían pero los magos sí.

Ocultos a simple vista, fue más fácil en realidad.

Harry Potter, de 30 años era uno de esos muchos magos ocultos a simple vista.

Harry era lo que muchos podrían catalogar como un escritor de novelas rosas, pero que en realidad era literatura erótica. Sus libros se vendían como porno ligero para hombres, pero eran más comprados por mujeres. Cuando empezó su carrera a los 15 años, durante sus años en Hogwarts, nadie daría un knut por sus escritos pero ahora era un prolífico escritor de "pornografía" dulce y ligera para sus lectores, ávidos de más.

Sus padres no sabían que él escribía estas cosas, y en cambio creían que se dedicaba a corregir guiones en una productora y escribir algunos libretos. En realidad hacía eso pero no era su trabajo principal. Su verdadero trabajo eran esos libros que se vendían a unos cuantos euros o un par de galeones. Esa era otra particularidad de su trabajo, sus libros eran vendidos en ambos mundos.

Harry era el popular escritor The Chosen One. Un sobrenombre excesivamente pretencioso pero necesario, ya que todos los que conocían a Harry sabían que era la persona más alejada a un egocentrista y no asociarían a Harry con sus escritos.

En los poco más de 15 años de carrera que llevaba, había amasado una considerable fortuna que le permitía vivir cómodamente. Si seguía trabajando así, en unos años podría no volver a escribir nada y vivir bien el resto de su vida. Sumado a lo que le tocaría de herencia de sus padres, Harry tenía resuelto su futuro.

Eso quería decir que Harry estaba muy bien, tenía un trabajo soñado, dinero, una casa propia, un grupo de amigos solidos que formo desde Hogwarts y dos mascotas (un gato y una lechuza) que adoraba. Solo le faltaba un amante.

Y eso era una cosa curiosa. Harry a pesar de su línea de trabajo, no había tenido muchos amantes en su vida. Cuando estaba en Hogwarts intentó salir con la hermanita de su mejor amigo, Ron. Fue un desastre que terminó en lágrimas (las suyas) cuando Ginny le lanzó un hechizo de Mocomurciélagos luego de terminar. Al final, Ginny recapacitó y hablaron, terminando su primera relación en mejores términos. Ahora eran amigos que se compartían chismes de vez en cuando junto a una buena taza de té.

La razón del rompimiento con Ginny fue que Harry la había engañado… con Viktor Krum. El jugador de quidditch búlgaro había estado durante el torneo de los 3 magos en su 4to año pero luego regresó en su 6to como estudiante de intercambio. Hermione había salido con él un par de veces en 4to, pero en su 6to ella se había hecho novia de Ron, su mejor amigo, así que Krum resultó demostrar que le iban ambos géneros.

Para Harry fue una noche muy caliente (además de su primera vez) y que le dio material de escritura para 6 novelas más o menos. Luego de haber probado al búlgaro, se dio cuenta que las mujeres no le despertaban la misma pasión que los hombres y fue cuando decidió terminar con Ginny.

Luego de Krum, Harry probó suerte con Draco Malfoy pero esa relación tampoco tuvo mucho de peso en su vida. Aunque un poco del fracaso se debió al egocentrismo de Draco, Harry notó que sus dos únicas relaciones con gente cercana a su edad habían fracasado, mientras la única noche de pasión que paso en su vida, fue con alguien 3 años mayor. No parecía una gran diferencia pero lo era. Krum estaba entrando a la adultez plena y él acababa de ser "legal".

Harry meditó mucho sobre esto y su siguiente novio fue con un amigo de sus padres llamado Kingsley. Kingsley era un auror que había trabajado con su padre antes de que este último se retirara y se dedicara de lleno a los negocios de la familia. Kingsley era apenas un año menor que su padre, y esa relación le dio una dirección clara.

Le gustaban los hombres mayores.

Kingsley y él mantuvieron la relación en secreto durante 2 años antes de que James, su padre se enterara y corriera a Kingsley del cuarto de su hijo a punta de hechizos punzantes. Está de más decir que Harry y sus padres pelearon mucho ese día, pero no había nada que pudieran hacer sus padres para evitar la relación.

Tampoco necesitaron hacer mucho. Luego de que el gato salió de la bolsa, la relación entre ambos se fue en picada, porque Kingsley no podía entrar a la casa sin que estuvieran sus padres vigilantes y cuando salían y querían algo de intimidad, ambos se sentían como si estuvieran escondiéndose demasiado.

Terminaron en mucho mejores términos de los que Harry había terminado con Ginny y Draco, pero para horror de sus padres, el siguiente novio de Harry le llevaba 15 años y era un mago que adoraba hacer escobas.

Así que contando, Harry había tenido 2 novios serios, a Ginny, Draco y Krum. 5 relaciones en 15 años no eran muchos amantes, y más tomando en cuenta que con solo 4 de sus relaciones tuvo sexo. El fabricante de escobas duro solo un par de meses más de lo que duro con Kingsley y la única razón de que le gustara fue que tenía un aire a Vincent Price, pero nada de la actitud.

Harry también tenía algo con las voces. Krum tenía una voz profunda, Kingsley también, Marcus (el fabricante de escobas) tenía una voz ronca y profunda. Le gustaba la idea de un hombre con actitud y una voz profunda y aterciopelada, que le susurraría cosas sucias mientras le hacía cosas deliciosas a su cuerpo.

Habían pasado 3 años desde su última follada y sinceramente, las revolcadas de una sola noche ya no lo estaban llenando. Quería aunque fuera un fuckbuddy para no estar buscando en los bares, donde si tenía suerte encontraba un buen espécimen, y que dicho espécimen supiera que hacer con el equipo.

Es por lo que le estaba haciendo caso a Hermione con su idea de usar la app de encuentros. No quería un romance porque nunca encontraba al hombre que buscaba y sinceramente estaba un poco harto de salir y nunca concretar nada.

Lo que quería más que nada en este momento particular de su vida era un tipo maduro, que supiera lo que quería, que tuviera una voz aterciopelada y que supiera moverse en la cama. El cuerpo era lo de menos. Ayudaba que fuera agradable de ver, pero a Harry lo que le parecía atractivo de un hombre era la actitud.

Krum era algo enigmático, Kingsley había sido un coqueto descarado, Marcus había sido jovial, pero todos compartían un rasgo con su último amante hombre de esa lista, el ego de Draco Malfoy. Había algo simplemente atractivo en un hombre que no negaba su valía. El problema con Draco es que su ego no correspondía a su valía. Krum, Kingsley y Marcus sí.

Harry ya había subido su perfil en línea y había tenido varios "matches" pero la gran mayoría habían sido hombres de su edad, años arriba, años abajo pero rondando su edad. Días después, y en vista de que los muggles estaban peleando con un virus desconocido, Harry movió sus actividades por completo al mundo mágico y actualizo su perfil a "Living magic 100%". Esa era la clave para decir que estaba disponible para encuentros con magos que vivían solo del lado mágico.

Luego de ver varios perfiles, Harry finalmente consiguió el match que estaba buscando: Severus Snape.

El hombre tenía 50 años, pocionista, vivía a tiempo completo en el lado mágico de Londres, su apariencia era bastante buena y esa nariz torcida le daba cierto aire augusto, pero lo que convenció a Harry fue el pequeño video subido al perfil donde el hombre hablaba.

—No estoy buscando un romance de cuento de hadas. Solo quiero compañía, ya sea intelectual o física, sinceramente no me importa. Si quieres las cosas claras, ya sabes que hacer—.

¡Era justo el tipo de hombre que Harry buscaba! Inmediatamente le dio match al hombre y espero. No fue sino hasta dos días después que recibió un match de regreso y concertó una cita con el hombre.


Harry estaba debatiéndose entre largarse, darle un puñetazo en la cara o arrastrarlo al hotel más cercano y dejar que el hombre le follara hasta dejarlo seco. Habían quedado de cenar en un restaurante nuevo en el callejón Diagon. Era mucho más atractivo en persona que en el video y su voz era aún mejor. Pero su actitud le recordaba más a Draco que a Krum.

El hombre ya había criticado la comida, la música, la decoración, incluso su ropa. Harry tenía ya una vena salida del estrés y finalmente explotó.

—Discúlpeme su "majestad". No sabía que una cita tenía estándares tan altos para su alteza. ¿No quiere un pianista con todo y un piano de cola? ¿Qué le parece comer carne de primera con salsa de trufas blancas? ¿Le apetece champagne? ¿O quizás una decoración más barroca? Oh no, todo eso es poco para alguien de su calibre—.

Harry soltó toda su diatriba y le arrojo su refresco a la cara. Tomo sus cosas y salió del restaurante. Solo era un sencillo restaurante italiano. ¿A quién demonios no le gustaba la comida italiana? No había nada mejor que un buen plato de espagueti o ravioles. El plan solo era comer algo, platicar un poco y terminar la noche comiendo el "postre" en un hotel. Adiós a una buena noche, todo gracias a la actitud de "palo en el culo" de su cita.

Afortunadamente el punto de Aparición no estaba tan lejos del restaurante, ya que no quería pasar por el Londres muggle y tener que usar esos infames cubrebocas. No quería explicar cómo es que no le tenía miedo al virus muggle que los tenía aterrorizados.

Pero antes de llegar al punto de aparición, una fuerte mano apretó su hombro y lo volteó. Frente a él estaba Severus Snape, aun empapado por la Coca-Cola que le aventó al rostro.

—Nunca me habían tratado tan groseramente—.

—¿Grosero? No señor Snape, yo no fui grosero. ¡Usted lo fue! Quejándose de todo y todo el tiempo. ¿Qué acaso no comprende el concepto de cita? Si tenía un problema con el lugar, pudo decir algo antes de concretar el sitio, pero no. Vino a este lugar y ha descargado todo su vitriolo cuando lo único que esperaba era ver si teníamos algo en común—.

—No tenemos nada en común—.

—¡Lo sé! Por eso me fui. No entiendo por qué está aquí—.

Harry lo miro desafiantemente y Severus aplastó sus labios contra los suyos. Harry lo aparto de sí y lo abofeteo fuerte. Severus volvió a aplastar sus labios contra los de Harry y ahora lo abrazo fuertemente, para evitar que se separara.

Luego de varios segundos de lucha, Harry se rindió ante el ataque y se dejó hacer, dejando que Severus asaltara a placer su boca. La caricia subió rápidamente de tono y pronto Severus estaba dejando vagar libremente sus manos por la anatomía de Harry.

Harry por su parte, estaba sintiéndose en llamas. Severus tocaba todos los puntos correctos y esa aura de dominio lo estaba haciendo sentir más allá de excitado. Quería que el hombre lo follara ¡Ahora!

Severus despegó sus labios de los de Harry, observando con una sonrisa sardónica al ruborizado y muy cachondo hombre—¿Quieres ver si tenemos algo en común, al menos en la cama? —Le dijo Severus con esa voz gruesa y sensual.

—S-Sí—Harry se odiaba por tartamudear pero su cerebro aún estaba recuperándose de la sobrecarga sensorial.

Severus solo arrastró a Harry hasta el punto de Aparición y los saco de ahí con rumbo desconocido.


Si Harry no lo supiera mejor, diría que estaban en algún tipo de love hotel muggle, pero algunos viales de pociones y las fuertes barreras de privacidad y silencio alrededor lo convencieron de que era un hotel mágico: un love hotel mágico.

Había una cama enorme, un jacuzzi más parecido a una piscina pequeña, un potro para posiciones y varios juguetes.

Severus cerró la habitación con la llave especial y luego miro depredadoramente a Harry, mientras iba quitándose prenda por prenda. El suéter azul que estaba encima de su camisa blanca salió volando, luego fue dicha camisa. Los zapatos fueron aventados sin remordimiento mientras Harry iba siendo acorralado hacia la mullida cama por un cada vez más desnudo Severus Snape.

Severus Snape ahora estaba encima de Harry, vestido solo con su pantalón y ropa interior. Harry sintió la mirada depredadora de Severus sobre si, y no se resistió cuando el hombre empezó a desnudarlo.

El cuidado con que estaba siendo desvestido lo encendía más que algunos juegos previos de sus parejas ocasionales. La mirada de deseo, las manos que no solo lo desvestían sino que tocaban la piel que iba quedando desnuda, la situación en si era altamente erótica como nada que hubiera probado.

Cuando menos vio, Harry se encontraba completamente desnudo y apenas registro como llego a estarlo. Solo recordaba las sensaciones cuando Severus lo tocaba y luego observo al hombre terminar de desnudarse y luego cubrirlo con todo su cuerpo.

El hombre procedió a besarlo nuevamente y a frotarse con todo su cuerpo contra él. Si alguien pudiera verlos, parecerían dos serpientes contoneándose una contra la otra. La boca del hombre estaba mapeando la suya con todo. Labios y lengua recorrían su boca, enervando las sensaciones que el cuerpo del hombre le producía.

Quizás no congeniaran intelectualmente, pero sus cuerpos vaya que si lo hacían. Dado que Severus lo estaba tocando por todas partes, Harry decidió ser más proactivo y también empezó a tocar al hombre.

Sus hombros eran anchos, su cintura era estrecha pero no mucho; había músculos pero no exagerados, sus brazos tenían el vello exacto igual que su pecho. Sus piernas parecían las del alguien que corría y su trasero era una obra de arte, pero lo mejor de todo era ese estomago con six pack marcado apenas lo suficiente y el pene erecto hacia él. Harry nunca pensó que se fijaría en algo como el pene, pero este era particularmente apetitoso.

No estaba circuncidado pero la piel del glande ya se había retraído de lo duro que estaba Severus, se veía largo y grueso. Quizás unos 30 o 35 cm y bastante grueso, como para sentirlo mucho cuando lo abriera y el brillo del presemen hacía que la boca de Harry se hiciera agua, anticipando el placer de poder sentirlo dentro, o mamarlo.

Si, una buena mamada para darle una probada antes de que se lo metieran, era una excelente idea.

Separando a Severus de sí, Harry intento cambiar las posiciones y Severus se dejó hacer. Cuando Harry estuvo arriba, fue besando la piel de Severus mientras su cuerpo iba dirigiéndose a la región sur. El pene erecto ahora se sacudía un poco en anticipación y Harry marcó un camino de besos y lamidas hasta tomar la bulbosa cabeza entre sus labios.

Severus tuvo la imperiosa necesidad de rodar sus ojos hacia dentro por el placer. El hombre ciertamente tenía talento. Su técnica era buena pero le faltaba pulimiento. Se atragantaba un poco pero compensaba con dedicación. Y cuidaba mucho no usar los dientes pero ese pequeño rozamiento de los mismos, ciertamente le añadía un cariz diferente a la mamada.

Harry chupo y chupo hasta lograr exprimir la semilla del hombre y arrancarle un gemido largo de placer. Incluso llego tan lejos como para hacer ver al hombre que trago todo. Severus pensó que el hombre ciertamente sabía ser obsceno y erótico.

Atrajo a Harry hacía un beso posesivo que derritió la mitad de las neuronas del hombre más joven. Ciertamente Severus sabía besar y esa lengua hacia maravillas en su sistema, fundiendo varias terminaciones nerviosas en el proceso.

Al parecer, la buena condición de Severus no se limitaba al cuerpo esculpido del hombre sino que su miembro volvió a erguirse luego de que Harry lo chupara. El inhiesto falo estaba duro y ansioso de entrar en Harry, así que Severus hizo acopio de todo su autocontrol y realizo un pase con su mano, que hizo a Harry sentir el efecto de un hechizo lubricante en su parte trasera.

El hechizo era bueno, ya que Harry sintió su trasero completamente relajado, distendido y lleno de viscosidad. Severus, aun de espaldas, fue guiando a Harry, quién aún estaba a horcajadas sobre él para que fuera introduciendo su miembro dentro de él. Harry obedeció la orden no dicha y alineo el duro miembro sobre su agujero.

Fue una sensación increíble. El glande paso con apenas algo de trabajo pero aquel pene lo abría maravillosamente, dándole placer con cada centímetro que se introducía en su interior. Sus paredes se abrían pero inmediatamente estrechaban aquel falo y luego, lo imposible. Harry vio un bulto en su vientre, señal de Severus estaba profundo dentro de él. ¿Cómo demonios logro introducirlo todo hasta ese punto?

Apenas tuvo tiempo de registrar esa idea cuando Severus movió sus caderas hacia arriba, empujando los pocos centímetros que aún quedaban afuera y embistiendo a Harry, quién saltó por la impresión al tiempo que soltaba un grito de placer de sus labios.

Con cada empuje, Harry se dejaba caer y pronto agarraron un buen ritmo, encontrándose en cada embestida, gimiendo, bramando como animales en celo. Harry estaba apurando el ritmo, ansioso por sentir aquella semilla llenarlo en plenitud, pero Severus no iba a permitir eso, así que en un movimiento rápido, empujo a Harry debajo suyo y ahora era Severus quién estaba arriba y Harry sobre el colchón.

La nueva posición tenía a Harry con las piernas abiertas e incómodo, pero Severus resolvió eso colocando las piernas sobre sus hombros y luego se levantó de forma que estaba básicamente erguido sobre la cama, pero arrodillado frente a Harry, levantando al hombre en un ángulo muy profundo.

El bulto en el vientre de Harry se hizo más pronunciado y Severus empezó a embestir en serio, provocando verdaderos gritos de placer indescriptible en su amante. Harry tuvo que agarrarse de las sábanas en un esfuerzo de no correrse, pero fue inútil. La luz blanca exploto detrás de sus ojos y su semen mancho su propio pecho.

Sin embargo, no había terminado, Severus paro sus embestidas y dejó que Harry descansara un par de minutos. Luego empezó a embestir de vuelta, pero esta vez empezó a masturbar a Harry al tiempo que le lanzo un pequeño hechizo de atadura en la base de sus testículos, apenas su miembro estuvo erecto.

Harry estaba caliente y frustrado con esa acción pero por otro lado, Severus estaba complaciendo cada poro de su cuerpo y aquel pene estaba proveyéndole el más delicioso placer que hubiera probado nunca en su vida.

Sus piernas estaban empezando a temblar por el esfuerzo y Severus las bajo de sus hombros, deslizándolas hacia su espalda donde Harry las cruzo, y en el proceso acerco a Severus hacia él, haciendo más profunda la penetración, más cortas las embestidas y más íntima la situación.

Los besos estaban de vuelta en su unión y Severus sentía como sus testículos empezaban a elevarse, acercándose el punto de no retorno. Acelero sus embestidas al tiempo que liberaba a Harry de su restricción y ambos alcanzaron el clímax en una explosión de placer que inundo todo su cuerpo.

El semen de Severus encontró su hogar dentro de Harry, llenado por completo la cavidad mientras Harry dejaba sendos manchones blancos entre ambos. Sus pechos seguían unidos y ambos estaban sudorosos y ruborizados al máximo.

En cuanto sus respiraciones empezaron a tranquilizarse, Severus salió de Harry y se tumbó al lado, aun respirando con cierta dificultad. Ciertamente no encontraba en Harry un par intelectual pero el sexo había sido alucinante.

Harry tenía pensamientos similares. No podía verse a sí mismo como novio de Severus, pero ciertamente en la cama habían hecho una conexión casi cósmica. Todo el encuentro había sido una revelación. Hasta ahora, incluso Krum con esa noche en que despertó su sexualidad, palidecía al lado de este encuentro con Severus.

El hombre ciertamente era mordaz y caustico, pero desbordaba sensualidad en la cama y sabía cómo mover su mundo. Además ese pene a pesar del tamaño enorme y su grosor se había amoldado perfectamente en su trasero. Incluso cuando le costó trabajo llevarlo hasta el fondo de su garganta, había sido delicioso sentir esa enorme carne dentro de su boca, deslizándose hasta el fondo.

El pene de Harry estaba volviendo a la vida y Severus noto esto.

—¿Quieres repetir? —Una sonrisa enorme fue toda la señal que Severus necesito para volver a atacar aquellos labios y volver a enfundarse con celeridad en aquel trasero que aún seguía abierto y escurriendo su semen.

Harry esta vez estaba en cuatro y Severus golpeaba inmisericorde aquellos glúteos, oyéndose un chapoteo salvaje de sus caderas impactando en las redondeces. Incluso llegó a darles una nalgada que hizo respingar el miembro de Harry al encontrar que le gustaba ese golpe.

Todo el resto de la noche estuvieron follando por toda la habitación. Desde la cama hasta el alfeizar de la ventana, los pufs, la alfombra, un pequeño asiento con barandales que se llamaba "El rincón del sacrificio"… Las mascadas sirvieron para jugar un poco con restricciones, el potro de posiciones se usó dos veces y luego tuvieron sexo en el enorme jacuzzi. Solo descansaron para comer algo de servicio a la habitación y tomar agua.

La habitación vencía al mediodía, así que a las 11 de la mañana, ambos hombres estaban tomando un baño juntos y volviendo a follar, esta vez con Harry siendo cargado en los brazos de Severus mientras su trasero era deliciosamente asaltado.

Luego de limpiarse, ahora sí, se vistieron y desayunaron antes de tener que desalojar la habitación. Severus era reacio a separarse de su amante de ocasión pero no sabía cómo pedir una nueva cita, aunque fuera solo para follar. No se veía a si mismo asistiendo a la ópera o a las exposiciones con Harry, pero ciertamente podía imaginárselo llevándolo a cenar algo de comida china y luego ir a su casa a presentarle ciertas esposas de cuero negro que tenía en su buró.

—Yo… bueno… no me importaría repetir en otra ocasión…—Empezó Harry mientras Severus cancelaba la cuenta—… Ya sabes… sin compromiso—Harry terminó su oración con un levantamiento de hombros.

Severus sabía que lo mejor sería dejar esto como algo de ocasión pero ciertamente Harry era un compañero agradable y difícilmente iba a encontrar a alguien así en mucho tiempo—Me gustaría—.

Harry le sonrió y fue a esperarlo al lobby, mientras Severus hacia un recuento rápido en su mente de su agenda. Tenía algunas cosas que hacer el siguiente fin de semana, pero ciertamente podía prescindir de la cena con los Malfoys. No le entusiasmaba tanto cenar con sus mejores clientes comerciales y mejores amigos (a pesar de todo), como hubiera sido cualquier día. Uhmm, quizás podía cambiarles la cena para el viernes, y eso dejaría despejados sábado y domingo. Si eso haría, primero movería la cita para cenar y luego le hablaría a Harry.

Severus se reunió en el lobby con Harry e intercambiaron números de celular antes de despedirse en un fogoso beso que les rememoraría toda la semana el encuentro que tuvieron. Ambos hombres iban a necesitar pociones pimentónicas y para el dolor, pero había valido cada segundo la experiencia.


La vida de ambos hombres continuo con la misma normalidad que antes de su encuentro durante toda la semana posterior. Fue solo el fin de semana, luego de un escueto mensaje por parte de Severus, que ambos hombres se encontraron ahora en un restaurante más muggle.

Un restaurante chino fue el escenario de su más reciente interacción. Ambos hombres comían con una sencilla conversación sobre sus respectivos trabajos. Harry solo había dicho que era un corrector de guiones y escritor de los mismos en una productora (ya que no podía decirle a Severus que era la superestrella de las novelas rosas homoeróticas con un público femenino ansioso por su siguiente novela) y Severus le platico de su trabajo como pocionista experimental.

La cita iba en la parte de las galletas, Severus insistió en pagar la cuenta y dejo una propina de 50 libras. Luego se pusieron sus cubrebocas para no desentonar con los muggles, Severus entonces ofreció galantemente su brazo a Harry al tiempo que salían al flujo de la calle.

Menos de media hora después, ambos hombres estaban desnudos y devorándose las bocas sobre una mullida alfombra en otro love hotel mágico. El elegido esta ocasión era algo más sencillo que el anterior, con solo una cama de dosel con cintas que ayudarían en los juegos de restricción y una bañera grande, pero no como un jacuzzi.

La decoración era bastante de mal gusto pero es lo que menos les importaba. Cuando Severus empezó a embestir a Harry, este último estaba aferrándose con todo a la espalda del hombre, sintiendo como era taladrado sin piedad en su trasero y con ganas de morder y arañar a este hombre. Y eso hizo.

Cuando ambos hombres alcanzaron el clímax, Severus notó que ahora tenía mordidas en su cuello y arañazos en toda su espalda, cortesía de su amante. Como Harry se había tomado la cortesía de marcarlo, el procedió a hacer lo mismo con el hombre. Fue dejando marcas de amor en todo el cuerpo de su amante y tuvieron sexo otra vez, esta vez sobre la cama.

Severus, no queriendo interrumpir esta ocasión, rento la habitación por todo el fin de semana y pasaron dos días teniendo sexo frenéticamente, dulcemente, salvajemente… tomando solo pausas para comer y beber, y a veces dormir una hora o dos.

El domingo en la noche, ambos hombres se separaron con un beso ansioso y fueron a sus respectivas casas para relajarse.

Harry se prometió que no repetiría la ocasión pronto, pero se encontró a si mismo escribiéndole un mensaje a Severus sobre ir ver una película en el nuevo cine mágico que estaba comenzando en el Callejón Diagon. Severus aceptó.


—Y ¿Cuándo nos vas a presentar a tu novio? —Preguntó Hermione, la mejor amiga y editora de Harry.

—En primera, no es mi novio. En todo caso sería mi compañero sexual, y en segundo, ni siquiera hemos hablado de que somos, solo… —Harry un ademán con su mano, como si quisiera encontrar la palabra correcta—…fluimos—.

Hermione resopló desde su escritorio en la oficina de Harry—Bueno, Harry, ¿No crees que deberías saber en donde estas parado con tu "lo que sea", luego de que han estado saliendo y follando como conejos durante 6 meses? —.

—¿Ya llevamos juntos 6 meses? —Harry apenas podía creerlo, pero en algún punto se dio cuenta de que Severus simplemente se había integrado en su vida. Los fines de semana, con la pequeña excepción de uno que otro día donde tenía algo importante que hacer, los había dedicado a salir y follar con Severus.

—¿No tenías idea? Harry, parece que tú eres quién le está robando el colágeno a él y no él a ti—.

—¿Eh? ¿De qué estás hablando? —Hermione entonces lo arrastro a su habitación y lo hizo pararse frente al espejo de cuerpo entero que tenía ahí.

—Mira bien. Estas radiante, tu cuerpo cambio. Solías ser delgado pero ahora te ves estilizado. Hay músculos que no tenías y tu piel se ve lozana y fresca, tu cabello brilla y tienes esta sonrisa suave perpetua en tu rostro y el brillo en los ojos de quién es feliz. Ya eras atractivo pero ahora te ves simplemente extraordinario—.

Harry se dio un poco la vuelta y trato de poner atención a su persona. ¿Este era el efecto de una vida sexual plena? No había notado los cambios, pero Hermione tenía razón. Su cuerpo había sufrido cambios y su rostro era lo más que había cambiado. Era una persona muy guapa ahora.

Se preguntó entonces si Severus también había sufrido cambios parecidos. El fin de semana que tuvieran su cita habitual, lo observaría con cuidado.

—Tienes razón, me veo genial—.

—Parece que tu novio trajo muchas ventajas—.

—Que no es mi novio—Insistió Harry.

—Claro, claro, sigue diciéndote eso a ti mismo—.

Hermione entonces regreso hacia la oficina, dejando solo a Harry con sus pensamientos. ¿Acaso Severus y él eran pareja? Eso no podía ser, ¿O sí?


Dos hombres se encontraban platicando sobre la barra del bar, uno de ellos sentado en una silla y el otro preparando los tragos para el que estaba sentado. El hombre sentado era rubio y de cabello largo, un aristócrata mágico que había hecho mucha fortuna vendiendo artículos mágicos varios en el mundo muggle, que habían sido catalogados como "muggle friendly" por el ministerio. Este hombre se llamaba Lucius Malfoy.

Algunas bromas inofensivas, artículos "novedosos" y cosas por el estilo eran lo que manejaba la compañía "Bad Faith", propiedad de la familia Malfoy. Una sutil referencia al significado del apellido en Francés, la tierra natal de la familia hace mucho tiempo.

El hombre detrás de la barra era Severus Snape y estaba sirviéndole tragos al que consideraba uno de sus mejores amigos en el mundo. Necesitaba un conejillo de indias para unos tragos que pensaba hacerle probar a Harry en su fin de semana.

—¿Y cómo te va con tu nuevo amante? —Preguntó Lucius, dándole un sorbo a su "Sexo en la playa" que le había preparado Severus. Ciertamente el hombre era muy talentoso en muchos rubros, y ser bar tender era uno de ellos.

—Bien, Harry ha sido una sorpresa tras otra—Severus ahora estaba agitando un Martini de manzana para él.

—Supongo que pronto nos presentaras a tu novio en nuestra próxima cena—Preguntó Lucius, completamente ajeno al hecho de que Severus frunció el ceño.

—No es mi "novio", como dices. Harry es más bien como un compañero de juegos—.

Lucius ahora era quién fruncía el ceño—Mi querido amigo, nadie está 6 meses enteros de su vida, dedicándole 8 días al mes a una relación de "juegos", y tú has dedicado muchos fines de semana a ver a tu compañero—.

—Nuestra relación no es lo que crees Lucius. No somos pares intelectuales. Harry es más bien mundano y sabes lo que opino sobre la inteligencia y como mi pareja debe tener una inteligencia equiparable a la mía—.

—Entonces deberías pedirle a Nicholas Flamel que te deje incluir en un Ménage à trois con su esposa Perenelle, o quitarle su esposo a Albus Dumbledore. Ciertamente Grindelwald tiene un encanto maduro que no te molestaría—.

—¿Acaso me estás diciendo que tengo estándares imposibles? —Le contestó Severus a Lucius, al tiempo que se servía su Martini de manzana.

—Lo que digo es que esa lista de "características" que tienes para tus parejas es una vil tontería. Míranos a mí y a Cissy. Ella es el cerebro y no tengo problemas en aceptarlo. Si le preguntas a ella, la inteligencia comparable a la suya no era un requisito indispensable en su elección de pareja—.

—Pero Cissy lo que quería de ti eran tus 30 centímetros de dragón—Severus le hizo un ademán que solo ellos sabían que quería decir.

—Aparentemente eso no era tan importante para Cissy (aunque ciertamente fue un plus bienvenido), como el hecho de que éramos muy compatibles en cosas que ni siquiera contemplamos al principio—.

—Bueno, ustedes tuvieron suerte de que sus padres eligieron sabiamente…—.

—Qué va, mis padres solo vieron el dinero de Cissy y los de ella el apellido Malfoy. Los Black valoraban mucho el "pedigree", mientras los Malfoy somos más pragmáticos como familia y mis padres vieron el potencial de la unión entre las familias, incluyendo el dinero—.

—¿Y tú punto es? —.

—Severus, ciertamente sientes algo más que una amistad sexual por Harry. No sabes aun si es un simple afecto o algo más profundo, pero deberías averiguarlo antes de que sea tarde. Por lo que me has contado, es un hombre que sabe lo que quiere y podría querer más de ti. Y si eso pasa y no puedes dárselo, no dudara en continuar sin ti. ¿Estás preparado para dejarlo ir si eso sucede? —.

Severus pensó un poco en el asunto y lo descartó rápidamente—Si eso sucede, creo que podremos continuar cada quién su camino. No somos compatibles más allá de la cama, Lucius y eso no es suficiente para tener una relación más profunda que amigos con derechos—.

Lucius resopló divertido. Severus era demasiado estricto con sus lineamientos de pareja y eso lo frustraba terriblemente, ya que siempre había algo que lo repelía de sus parejas. Incluso alguna vez pensó en salir con Sirius Black, pero luego de la primera cita, decidieron que no podían superar la barrera de sus propias personalidades.

Regulus Black, el hermano menor de Sirius, había estado enamoradísimo de Severus y verlo con su hermano lo desencanto. Severus sabiendo los sentimientos del hombre, le presentó a alguien que pensó sería un buen amigo, que a la postre demostró ser su pareja ideal. Fenrir Greyback era el actual esposo de Regulus Black, mientras Sirius seguía soltero y molestando a su mejor amigo Remus Lupin.

Severus tenía buen ojo para las personas pero respecto a sus propias necesidades era virtualmente ciego. Tenía esa lista de características imposibles y no veía lo que tenía enfrente. En los últimos meses no había casi ningún tema que no llevara invariablemente al hombre con que pasaba sus fines de semana.

En fin, él no sería quién lo iluminara sobre sus verdaderos sentimientos.


Harry no había estado aquí antes. Ciertamente la casa de Severus era como la había imaginado. Una casa de encanto antiguo mezclado con toques modernos, una enorme biblioteca y una cava de vinos.

Severus estaba preparándole un trago dulce llamado Saltamontes a Harry, y este estaba ansioso por probarlo, sabiendo que seguramente Severus sería tan hábil como en casi todo.

Y Harry sabía que el casi todo se refería a la cocina. El hombre no podía cocinar nada más elaborado que una ensalada. Incluso la pasta le daba problemas porque las habilidades de precisión total que usaba en pociones, no eran tan estrictas en cocina, excepto para algunos platillos y esa falta de exactitud total exasperaba a Severus, lo volvía impaciente y arruinaba el resultado final. En contraste, Harry era promedio en muchas áreas pero brillaba en escritura y cocina.

Así que Harry notó que había solo ensalada y comida hindú para llevar, y Severus confeso su incompatibilidad con la cocina. A Harry le pareció adorable y se ofreció a cocinar para él, el siguiente fin de semana.

Una vez que cenaron y con un par de Saltamontes en su sistema, ambos hombres estaban devorándose mutuamente frente a la chimenea en una escena cliché de softporn: el sexo frente a la chimenea en una alfombra mullida.

Luego de un buen orgasmo que los elevó hasta el límite, ambos hombres descansaban uno al lado del otro.

—¿Sabes? Mi amiga Hermione cree que eres mi novio—Harry rió entre dientes—Tuve que desencantarla—.

—¿Por qué? —Severus se sorprendió de querer una respuesta y no quiso indagar porque se sentía levemente herido por la negativa a pensar en él como un novio.

—Bueno, ambos sabemos que nuestras personalidades se repelen. A ti te mueven las personas extremadamente inteligentes y sarcásticas y yo, bueno, yo soy ese tipo que adora la idea de un "caballero de brillante armadura". Entonces no, no creo que podríamos convertirnos en pareja. Sin embargo, nos llevamos bien en la cama y tenemos algunos puntos en común en pequeñas cosas. Eso nos permite ser buenos compañeros de cama, pero dudo que pudiéramos ir más allá de eso—.

Severus tuvo que estar de acuerdo con esa evaluación—Es curioso que lo digas. Un amigo mío me dijo lo mismo. Que quería conocer a mi novio y tuve que desencantarlo también. Curiosamente expuse puntos similares a los tuyos—.

Harry no se sorprendió pero se preguntó por qué sentía malestar por haber sido negado tan rápido—Creo que se debe a que ambos llevamos un tiempo juntos y nuestros respectivos amigos creen que pasar mucho tiempo juntos equivale a una relación—.

—Estamos en una especie de relación—Contestó Severus.

Harry se rió entre dientes—Me refiero a que ambos no llamáramos "cariño" y esas cosas. Presentarnos a nuestros amigos y decir: "este es mi hombre". No, no tenemos esa relación pero tenemos algo bueno—.

Ambos hombres se quedaron acostados en la alfombra, en medio de un silencio que parecía cómodo, pero que los tenía a ambos en una extraña turbulencia emocional. Ambos sabían que fracasarían como pareja y a la vez, saber que el otro no lo consideraba una potencial pareja, bueno, dolía un poco.


La situación ambigua fue puesta en lo más profundo de la psique de ambos hombres y continuaron su relación de fin de semana… con una pequeña variante. Severus siguió invitando a Harry a su casa, mientras Harry finalmente invitó a Severus a la suya.

Lentamente empezó a haber señales de la presencia del otro en sus respectivos espacios. Una taza por aquí, una pieza de ropa en el closet, dos cepillos de dientes en el baño, las galletas favoritas de ambos en la casa del otro, una manta especialmente suave para Harry, un whiskey añejado para Severus…

Pequeños detalles aquí y allá que demostraban que ambos pensaban en el otro, pero no como para pensar que eran algo más que íntimos amigos.

Sin embargo, para Harry empezó a cambiar algo. Amaba follar con Severus y ciertamente el hombre era divertido una vez que pasabas el exterior espinoso y sarcástico. Se llevaban bien y se complementaban en varios aspectos, pero no lo suficiente para saltar a una relación. Además estaba el asunto de que Severus no pensaba en Harry como una pareja.

Ya llevaban 10 meses en esta relación de compañeros sexuales y para Harry estaba siendo insuficiente. Quería el paquete completo: amor y sexo. Y se lo hizo saber a su mejor amiga. Hermione pensó en lo que le había dicho Harry y le dijo que conocía a alguien que podría darle lo que buscaba.

Siendo la persona honesta que era, le había mandado un mensaje a Severus, diciéndole que no podría verlo el fin de semana por que iría a una cita. Severus contestó minutos después deseándole suerte.

Esas simples palabras hirieron un poco a Harry y se dijo a si mismo que por esta misma razón es que debía empezar a buscar una pareja. Este fin de semana, se vería con el amigo de Hermione, un tal Tom Riddle.

Harry no podía saber que en esos mismos momentos, Severus Snape estaba muy tentado en ir a romper cosas, con mucha violencia. Ni siquiera sabía de donde le salía esta posesividad. Harry y él no eran pareja, al menos no una pareja sentimental. Entonces, ¿Por qué se sentía con ánimos de ir y partirle la cara al tipo que iba a ver en SU fin de semana?

No, no podía ser celos, ¿O sí? ¿Acaso se había enamorado de Harry? No, debió ser la cercanía mutua. Estaba confundiendo sus emociones.


Harry estaba muy feliz de haber aceptado la cita. Tom Riddle era justamente lo que esperaba de un hombre. Era educado, cortes, sabía hablar, era inteligente pero modesto, contaba chistes y anécdotas, le pedía a Harry que le contara de su vida y tenía esa arrogancia que le encantaba. El lugar que escogió era un restaurante de mediano ingreso. Algo caro para gente de escasos recursos, pero que gente adinerada consideraría de baja categoría.

La comida era esplendida, el ambiente era romántico sin ser cursi y Tom además de tener una personalidad muy agradable, era extremadamente guapo, con ese cabello negro lustroso, sus ojos azules, el cuerpo esculpido y estaba en su rango favorito de edad, entre 15 y 20 años mayor que él.

Tom Riddle tenía 49 años, un año menos que Severus. Contrario al hombre excesivamente mordaz y sarcástico, Tom tenía un sarcasmo para otros. En toda la conversación, sus bromas iban dirigidos a otros y las pocas burlas dirigidas hacia Harry eran más bien coquetería.

En ningún momento de la cita, Harry se sintió cohibido o insultado. Tom se ofreció a pagar la cuenta completa y Harry se ofreció a pagar el postre en su tienda favorita. Así Tom fue arrastrado a la tienda de tartas de la mamá de su mejor amigo y esposo de su mejor amiga, Ron Weasley. Molly Weasley, una vez que todos sus pollitos abandonaron el nido, decidió poner un negocio y resultó ser muy buena en el.

Harry amaba la tarta de calabaza de Mamá Weasley. Tom estaba extasiado con el postre y le dejó su tarjeta a la matrona, diciéndole que cuando quisiera convertir su negocio en franquicia o extenderlo, no dudara en llamarle.

Tom Riddle era empresario de diversos rubros. Así es como lo conocía Hermione porque Tom resultó ser el inversionista de una de las múltiples imprentas que manejaban sus libros.

Tom también resultó ser admirador del trabajo escrito de Harry y Harry supo que el hombre sabía quién era él, pero guiñándole un ojo, Tom dijo que guardaría el secreto.

—El secreto vende—Le dijo Tom, mientras tomaban el café para terminar el postre.

—¿No crees que es raro? Digo, muchos escriben ficción homoérotica, pero no muchos lo hacen básicamente para mujeres—.

—¿Empezaste a escribir pensando en agradarle a las mujeres? —Preguntó Tom, sonriéndole a Harry.

—No, claro que no. Simplemente quería escribir algo y bueno, salió mi primer libro y luego mi editora en jefe, Hermione, notó que el público que más compraba mis libros eran mujeres… y bueno, solo surgió—.

—¿Entonces por qué pensaría que es raro, si inicialmente no eran tu público objetivo? —Tom dio el último sorbo de su café—Creo que es extraordinario que tuvieras el valor de publicar un trabajo y luego continuaras en esta carrera. No muchos se atreven a escribir "novelas rosas" por considerarse un subgénero de consumo "basura", cuando tú y yo sabemos que la mayoría de esas novelas rosas son más cercanas a un thriller o drama victoriano que a una historia de amor cursi y esponjosa—.

Harry sonrió y apuro su café late con crema batida. No noto que le quedo un poco de crema en la nariz, pero Tom si—Harry, tienes…—Tom hizo un ademán de limpiarse la punta de la nariz.

—¿Qué? ¿Qué tengo? —Harry era algo torpe con ciertas señales, así que Tom paso su mano derecha sobre la cara de Harry y con su pulgar retiro la crema de la nariz. El siguiente movimiento era un clásico del manual del fuckboy: Tom paso su pulgar por su lengua mirando lascivamente a Harry.

Si esto fuera un drama, Harry estaba seguro de que hubiera escuchado el sonido de múltiples bragas, cayendo todas al mismo tiempo. Tom había hecho un movimiento rompeovarios.

—Listo, ya quité la crema—Dijo Tom, sonriendo a sabiendas de que había puesto incomodo a Harry en una parte muy íntima.

—Este… gracias—¡Maldito fuckboy! Harry sintió que su pene se movió y ahora estaba teniendo una leve erección.

Harry pidió entonces otro pedazo de tarta para calmarse y Tom pidió otro café para darle algo de tiempo a Harry de calmarse.

Su amiga Hermione había tenido razón en que Harry era un hombre que valía la pena conocer. Siendo un mago que trabajaba en el mundo muggle, Tom no solía tener citas con personas mágicas, pero Hermione le dijo que conocía a alguien que podía gustarle. Que fuera su autor favorito de novelas rosas era solo una feliz coincidencia y que fuera un hombre tan atractivo era un plus más que bienvenido.

Al final de la cita, Tom acompaño a Harry al punto de Aparición y para despedirse, besó el dorso de la mano de Harry—Gracias por la magnífica compañía esta noche—Le dijo Tom antes de dejarlo.

Harry suspiró una vez que Tom estuvo lejos del punto de Aparición. Tom era todo lo que le gustaba en un hombre pero de alguna forma, algo faltaba… algo andaba muy mal consigo mismo.


Harry acababa de bañarse cuando recibió un mensaje en su celular. Owl Post era una app un tanto vieja, que a Harry le gustaba por como tenía todo el tema de lechuzas en los skins y emoticons.

La lechuza gruñona y negra que era Severus en su perfil, le acababa de enviar un mensaje: "¿Qué tal te fue?".

De alguna forma, ese desparpajo no le sentaba bien a Harry: "Bastante bien. Creo que le daré otra cita".

Varios minutos después, llegó otro mensaje: "Que bien. Espero que funcionen, te mereces una buena relación".

Harry frunció el ceño y dudo en escribir una respuesta pero lo hizo: "Gracias. Espero que funcione. Me gustaría tener un novio". Listo, lo había dicho. Durante este casi año, Harry había estado satisfecho con su fuckbuddy Severus Snape, pero era hora de avanzar. Severus no podía darle una relación y en general, fuera de la cama, apenas congeniaban.

Si, ambos leían pero eran géneros distintos. Ambos amaban el cine, pero Harry prefería las películas taquilleras y Severus adoraba el cine de arte. Incluso en música sus gustos apenas coincidan en los grupos de rock clásico y de los 80's, fuera de eso, eran como el día y la noche.

Sin embargo, no todo era malo. Severus tenía esta manera de aterrizarlo cuando dejaba volar mucho su imaginación con planes que quizás no tenían forma de realizarse y aunque ciertamente no sabía cocinar, sus tragos eran de fábula. Y la cama, Harry dudaba que encontrara a alguien que pudiera hacerle lo que Severus le hacía en la cama.

Pero desgraciadamente, este no era uno de sus libros donde el seme se daba cuenta que el uke era justo lo que necesitaba y se revolcaría de dolor cuando entrara otro seme a quererle. No, sus novelas eran rosas por el motivo de que los finales felices solo existían en la ficción.

Severus no se daría cuenta mágicamente que Harry era lo que había esperado toda la vida, ni haría un gran gesto en medio de un restaurante, cine o aeropuerto, ni confesaría su amor eterno por él o le ofrecería fugarse en medio de su boda con su nuevo amor. Severus sencillamente le deseaba suerte.

Harry lo sabía, sabía que Severus no lo amaba, aunque ciertamente le quería. Le deseaba lo mejor y eso quizás debía ser suficiente.

Por su parte, Severus Snape esta vez sí rompió algo. Un carísimo vaso de cristal cortado terminó su vida convertido en astillas luego de estrellarse con la pared, siendo lanzado a gran velocidad por un furioso Severus Snape.

La lechuza de lentes y lengua de fuera y al lado que era la imagen de Owl Post de perfil de Harry, acababa de darle el último mensaje. Harry quería un novio. ¿Cómo se atrevía? El descaro de Harry de pensar en conseguir otro novio… y fue cuando se dio cuenta.

Por más que se había negado a reconocerlo, Severus ya no pensaba en Harry como su "amigo" o "compañero sexual" sino como su "novio". Por eso se sentía así, porque se había enamorado de Harry.

Eso era imposible ¿Verdad? No, no era imposible. Cierto que Harry no tenía su lista de características pero era especial.

Tenía estos pequeños detalles adorables de personalidad, cocinaba divino y su risa le gustaba. Luego estaban pequeños gestos como llevarle una bebida caliente cuando ambos estaban leyendo en uno de sus fines de semana. O esa forma en que se metía las palomitas de maíz como si fuera una ardilla cuando iban al cine.

Y el sexo paso de candente a vainilla y ni siquiera noto la transición. Al principio de su relación estaban follando como conejos por todos lados, en diversos love hotels del mundo mágico para no tener que usar esos horribles cubrebocas del mundo muggle. Ahora habían estado follando en su casa o la de Harry y hacían otras cosas además de comer y follar.

A veces iban al cine, o veían una película en casa, acurrucados en el sofá. O estaba esa vez que fueron a una feria mágica en Yorkshire y consiguió un peluche para Harry en forma de pulpo gruñón, solo porque Harry le dijo que se parecía a él. Severus no notaba el parecido pero si Harry quería el peluche, él se lo conseguiría.

Severus observo su casa y notó más y más señales de que Harry estaba dentro de su espacio. Estaba su taza favorita, el cepillo de dientes, algunas mudas de ropa, su champú y sus galletas de té favoritas.

Y las fotos. No eran muchas, pero estaban empezando a plagar su hogar. Incluso la foto de la feria con su pésima calidad, tenía un lugar de honor sobre el manto de la chimenea.

Dioses, en verdad se había enamorado de Harry. ¿Ahora que iba a hacer?


Mientras Harry ya no salía con Severus los fines de semana, un mes había pasado y Tom y él seguían saliendo. Fuera de algunos besos, Harry y Tom no habían pasado a más. No es que no sintiera deseo por Tom, solo que, de alguna forma sentía que no estaba listo.

Tom era todo un caballero y no intento más, pero sí que besaba a Harry y Harry se dejaba besar. Eran buenos besos pero… de nuevo, algo faltaba y Harry se devanaba los sesos tratando de averiguar qué era eso que faltaba.

En lo que Harry lo averiguaba, Severus por su parte estaba subiéndose por las paredes y sus mejores amigos se vieron obligados a intervenir. A solo un mes de la "separación", Severus estaba irreconocible.

Parecía que el hombre había perdido todo su brillo y vigor. No se había bañado en días, el pelo estaba enmarañado y la casa era un desastre. Había botellas regadas por el piso y otras convertidas en esquirlas de haberse estrellado contra la pared.

Cualquiera que viera a Severus en este momento, pensaría que se había topado con un indigente viviendo en una casa abandonada.

Fue solo que Cissy insistió en que la falta de mensajes de Severus era preocupante y que el tono de voz al contestar las llamadas era como la de una grabación, lo que convenció a Lucius de que debían ir a visitar a su amigo.

Sin embargo, al contrario que Cissy, Lucius solo estaba esperando el quiebre total de Severus para decirle lo que necesitaba oír: ve por él.

Lucius se dio cuenta de que su amigo se había enamorado cuando este le dijo que necesitaba un conejillo de indias para probar sus tragos, ya que iba a invitar a Harry a su casa. Severus Snape, en toda su vida, jamás invito a alguien que se estuviera follando a su casa, ni siquiera las parejas que considero sus "novios".

Harry Potter era el primero que invitaba a su casa y máxime que además, se había quedado a dormir. Aún más, las veces que Lucius había estado últimamente en esta casa, había señales de otra persona. Pequeñas cosas que parecerían normales si uno no conociera tan bien a Severus. Lucius estaba seguro de que Severus jamás tendría una taza de café con dibujos de Nightmare Before Christmas, ni pantuflas del gato Garfield, o un cepillo de dientes de colores, cuando Severus era completamente monocromático.

Que permitiera tal invasión a su hogar era claramente una señal de amor. Después de todo, Lucius amaba el blanco y su esposa amaba decorar su casa en todos los tonos posibles de colores pastel y Lucius tuvo que aprender a amar los colores pastel, siempre y cuando ella le permitiera su habitación blanca.

Cissy empujo a Severus a la bañera y procedió a dejarlo en la misma, llena de agua tibia mientras le daba instrucciones a Lucius para bañarlo en lo que ella ponía en orden la casa y ordenaba algo a sus elfos domésticos para que comieran los tres.

Severus estaba en tal estado de catatonia que Lucius apenas tuvo problemas para manipular su cuerpo y bañarlo. Un par de pases de varita y el hombre estaba limpio y afeitado. Otro pase de varita y Lucius ato su cabello que ahora estaba bastante debajo de los hombros.

Un último pase de varita vistió a Severus con su pijama negra de seda y llevó al hombre hasta el comedor.

Apenas y se movía y para Cissy, esto era inaceptable—¡Severus Snape! ¡Basta de estas niñerías! —

Ese grito despertó algo en Severus—¿De qué hablas Narcissa? —La voz del hombre era como un graznido en vez de su sedosa voz.

—Basta con este comportamiento de autodesprecio. Este no eres tú—.

—No veo como sea tu problema—Lucius observó que su esposa se estaba conteniendo pero no por mucho.

—Mira tú, pequeño narcisista, somos tus amigos y estamos preocupados. Jamás habías tenido un comportamiento así. No estas comiendo, te niegas a bañarte, has estado bebiendo tu peso en alcohol y llevas semanas sin limpiar o ver la luz del sol—.

—Quizás sea mi meta en la vida convertirme en un paria—.

Cissy se levantó de la mesa, golpeándola con ambos puños—¡Basta! Si quieres algo, luchas por ello, no te dejas vencer sin haberlo intentado. ¿Quieres a ese hombre? Pues ve por él—.

Severus parpadeo. ¿Ir tras Harry? ¿Sería posible? —¿De qué estás hablando Cissy? —Severus por fin reaccionaba, Severus solo usaba el nombre de Narcissa cuando estaba enojado. Llamarle Cissy es que la reconocía de nueva cuenta.

—Digo que te has rendido en ¿Qué? ¿Un mes? Has estado con ese hombre casi un año. Quizás no te hayas dado cuenta pero un compañero sexual difícilmente llega a más de un par de meses, ya no digamos medio año. Ustedes no estaban en una relación de sexo, sino en una relación de pareja y ambos se negaron a reconocerlo. ¿Por qué? No lo sé. Tal vez tenga que ver con tu lista imposible de cumplir de requerimientos—.

—Pero él ya tiene un novio—.

—¿Él te dijo que era su novio o que estaba pensando en que podría serlo? —Dijo Cissy, sentándose de nuevo y levantando una ceja hacía Severus.

Severus parpadeo y luego su estoico rostro se quebró en una sonrisa. Si, Harry nunca dijo que ya era su novio. Solo que quería un novio y pensaba que este tipo tenía potencial. Luego, su rostro volvió a oscurecerse.

—Pero ¿Y si ya son pareja? —.

Cissy hizo un ademán de descartar sus palabras—Querido, ¿Desde cuando eres tan negativo? Si ya tiene novio, vas y lo robas. ¿Estás diciendo que no puedes seducir y atraer al hombre que amas solo por la pequeñez de un novio reciente? —.

Severus sonrió y empezó a comer con ganas. Tenía que volver a su antiguo yo y aún mejor si quería arrebatar a Harry de su novio. Lucius agradeció más que nunca que su esposa era tal y no su enemiga. Ella sería despiadada con aquellos que eran sus enemigos. Si él hubiera estado casado, su hipotética esposa se hubiera divorciado de él y huido a la Patagonia, en el mejor de los casos, y luego Narcissa lo hubiera perseguido hasta casarse con él.

Qué bueno que ella era la mujer que él más amaba y su primera y única esposa. Amaba todo de ella, incluyendo ese sadismo.


Harry recibió un mensaje de Severus luego de 5 semanas desde la primera cita con Tom. No es que el hombre no hubiera recibido sus mensajes, es que él le contestaba con frases cortas y se leía como ocupado.

Así que recibir un mensaje de él a estas alturas era raro, y lo que lo asombro más era el contenido del mensaje: "Tengo algunas cosas tuyas, ¿Las quieres de vuelta?".

Harry primero se entristeció, luego se enojó pero al final su parte racional le dijo que era lo justo. Severus era solo su compañero de cama y Tom estaba en vías de convertirse en su novio. Quizás dentro de poco compartirían cama y ¿Qué sería Severus entonces? No debería extrañarle que si le estuvo contando al hombre sobre Tom, este ya no quisiera compartir cama con él.

Pero dolía. Aun así, Harry le escribió al hombre de vuelta que estaría en su casa al día siguiente.

Al día siguiente, entró por flu a la casa de Severus y observó sus cosas en una caja. El hombre salió a recibirlo vestido en una bata y con el pelo siendo secado. Harry observó el pecho del hombre, con aquellos vellos ya con algunas canas salpicadas sobre sus músculos bien esculpidos.

La vista del hombre semidesnudo era un caramelo para sus ojos.

—Hola Harry, me alegra que pudieras venir. Puse tus cosas en esta caja, pero me gustaría que revisaras que no falta nada. No quisiera que tu novio tuviera ideas raras si algún día me lo presentas—.

Harry frunció brevemente el ceño pero no dijo nada y empezó a revisar la caja. El hombre entonces se fue a su habitación pero dejó la puerta abierta y Harry dejó de ver la caja en favor de ver al hombre desnudarse y vestirse con mucha parsimonia.

La forma en que su trasero era enfundado en sus calzoncillos debería ser considerado ilegal por los bajos deseos que despertaba. El pantalón abrazando sus piernas, la camisa apretando sus brazos y pecho y finalmente, aquel suéter que le daba cierto aire de intelectual. Luego el hombre procedió a ponerse sus calcetines y zapatos, finalizando con él peinándose frente al espejo.

La imagen final era un Severus gratamente vestido con su cabello en una coleta baja.

—Este… creo que sí está todo—Dijo Harry cuando el hombre volvió a entrar a la sala.

—Qué bueno, me preocupaba un poco haber olvidado algo—Harry estaba por irse cuando Severus volvió a hablar—¿Te gustaría algo de beber? Hace tiempo que no nos vemos—.

—Yo…sí, claro—Severus sonrió y Harry casi se pateó a sí mismo. quizás el hombre iba a darle un trago y bueno, si el alcohol le afectaba, era probable que lo besara… un último revolcón sonaba muy bien—.

Pero nada paso, el hombre le sirvió un refresco con nada más que un par de hielos y tuvieron una charla intrascendente. Harry le habló de Tom y este lo escucho todo con una semi-sonrisa que le daban ganas de gritar a Harry.

—Es bueno saber que conseguiste lo que querías. ¿Sabes? Quizás debería darme la misma oportunidad, salir con alguien. ¿Qué opinas? —.

Harry quería gritar que no, que no necesitaba una pareja, pero él mismo estaba en vías de convertir a Tom de su prospecto a su novio, así que no tenía ningún derecho a decir nada en contra de la idea—Creo que sería bueno. ¿Ya tienes algún prospecto? —.

Severus sonrió enigmáticamente—Uno, pero no estoy seguro. Es algo indeciso, pero me gusta mucho. Quizás si no se decide, le pida a mis amigos que me emparejen con alguien. Después de todo, todos queremos un poco de amor, ¿no? —.

Harry sonrió y bebió el resto de su refresco. Quería salir ya de esa casa y lamerse sus heridas. Severus acompaño a Harry hasta el flu y deposito un suave beso en sus labios—De despedida—Le dijo a Harry al ver su mirada de sorpresa—Háblame alguna vez para ver una película y no te preocupes, no me acuesto con nadie que tenga pareja, así que podemos ser solo amigos—.

Harry entonces asintió, tomo el polvo flu y regresó a su hogar. Entonces se dio cuenta de que todo había terminado entre Severus y él.

Severus por su parte, estaba tomando nota de sus siguientes movimientos. Necesitaba averiguar más cosas sobre Tom Riddle y sus futuras citas con Harry.


Harry estaba algo triste por la finalización de su ¿relación? O lo que fuera que tenía con Severus. había sido divertido y tuvo sus buenos momentos. Sin embargo, se sentía un poco mejor luego de que Tom ofreció llevarlo a ver su ópera favorita.

Harry nunca había asistido a una ópera y decidió probar suerte. La ópera resulto ser Carmina Burana y Harry estaba extasiado. La música era sublime, muy alejada de su estilo habitual pero poderosa y enigmática.

Luego llegó el interludio y Harry acompaño a Tom al bar y tomo la copa de champagne que le ofrecía su novio-en-proceso. Ambos estaban comentando sobre la música cuando lo vio. Severus Snape estaba ahí… junto a otro hombre.

El hombre ciertamente era atractivo. Tenía el cabello oscuro y ondulado como el del mejor amigo de su padre y actual padrino Sirius Black. Es más, si no lo supiera mejor, diría que era su padrino pero no tenía la altura que tenía Sirius. Luego noto porque le parecía familiar. Regulus Black. Un hombre hermoso y un poco andrógino.

Se reía entre dientes de algo que Severus le dijo en el oído y Regulus tomó su brazo, juntos caminaron hacia una columna mientras bebían sus copas de vino tinto.

—¿Qué sucede Harry? —Preguntó Tom, viendo que Harry palideció.

—Yo, me pareció ver a alguien conocido—.

—¿Estás seguro? Te ves pálido, ¿Quieres que te lleve a tu casa? —.

—No, no. Terminemos la ópera. Estoy bien—Harry intento sonreír y eso pareció calmar a Tom. Ambos apuraron sus bebidas y regresaron a sus asientos.

Harry entonces observo discretamente y por fin localizo lo que buscaba. En un palco privado a varios asientos de distancia, estaba Severus junto con Regulus Black, el hermano menor de su padrino a quién en raras ocasiones había visto. Harry no sabía porque pensó que no se conocerían. Casi todo adulto mágico había asistido a Hogwarts, era solo sentido común que ellos dos se conocerían.

La ópera terminó y tanto Tom como Harry se fueron de ahí con rumbo a casa de Harry. Un par de besos dulces antes de entrar a su casa, cerraron la noche y Harry despidió a Tom en su entrada. Tom se alejó de la casa para Aparecerse en la suya y Harry por fin estaba a solas.

¿Por qué carajos le dolió ver a Severus con otra persona? No es que ellos fueran algo más que amigos. No debería sentirse posesivo. Además, él estaba con Tom, estaban construyendo una relación…

¡Demonios! ¡Estaba celoso!

Harry se sentía lastimado, ¿Acaso significo tan poco para Severus? Pero espantó ese pensamiento tan pronto como apareció. Él mismo había dicho que no buscaba nada serio desde que puso su perfil, Severus dijo lo mismo, ambos estaban de acuerdo en una relación casual basada en compañerismo y buen sexo. Desde el principio, ambos habían dejado en claro en ser poco significativos para el otro.

Con pensamientos de dolor termino dando vueltas toda la noche, apenas durmiendo y sintiéndose mal a cada instante.


El siguiente mes, Harry se encontró en otras tres ocasiones con Severus, aunque nunca se acercó a él. Lo veía de lejos, acompañado de Regulus. Hasta el momento, no había habido interacción más allá de tomarse las manos o que Regulus se colgara del brazo de Severus, pero la mirada de Severus hacía Regulus era dulce y tierna. Esta ocasión sería la cuarta vez (sin contar la ocasión en la ópera) que veía a la pareja.

Harry estaba tan concentrado en esas interacciones, que no notó que Tom se dio cuenta de la distracción de Harry, viendo discretamente hacia la dirección que estaba su mirada y vio a los dos hombres.

Ciertamente reconoció al vástago menor de la familia Black, siendo una constante en las revistas de sociedad, pero el otro hombre no le parecía familiar hasta que se dio la vuelta y vio que era el reconocido pocionista Severus Snape. El hombre era un enigma y era conocido solo por sus artículos e investigaciones, más que por sus escasas ponencias.

Tom estaba pensando en cual sería la razón de Harry para observar a la pareja, pero no necesito ver mucho cuando reconoció la mirada de dolor en Harry. Sabiendo lo que sabía, Tom supo que era Severus Snape. Harry estaba celoso de la pareja.

¿Quizás debería decirle a Harry que Snape no estaba con Regulus? No, Tom no quería tener una relación con alguien que claramente no estaba preparado para dejar ir una relación anterior. Odiaba ser la relación de rebote, pero tampoco había preguntado mucho a Hermione cuando ella le dijo sobre la vida personal de su amigo.

Harry, tan ensimismado como estaba, no había notado que Tom estaba especialmente callado y cuando se puso en posición para recibir su beso y la despedida de Tom, se encontró con que Tom lo miraba algo decepcionado y bastante herido.

—¿Qué sucede Tom? —Preguntó Harry, bastante confundido sobre que pudo hacer para que Tom se molestara.

—¿Por qué no me dijiste que acababas de terminar una relación? —Tom cruzó los brazos, claramente molesto por la falta de sinceridad de Harry.

—¿Qué? No acababa de terminar una relación—.

—Entonces ¿Por qué veías a aquella pareja en el restaurante? —¡Oh, Dios! ¡Tom lo había notado!

—Este… no es lo que piensas. Conozco a Severus y me pareció raro que estuviera saliendo con alguien.

—Si, claro—Tom descruzo los brazos y se pasó una mano por el cabello, claramente irritado—Mira, no sé qué eran ustedes, pero claramente no te es indiferente el hecho de que estaba con alguien más—.

Harry estaba asustado—De verdad, no éramos nada, solo conocidos—No, no, no. No podía perder una relación con tanto potencial.

Tom suspiró—Mira, quizás tú no te has dado cuenta, pero yo quiero una pareja. Una pareja que pueda amarme a mí y solo a mí. No una pareja que me use para olvidarse de alguien más. Quiero a alguien que pueda entregarme su corazón y ese claramente no eres tú—.

—Tom… yo… —Harry estaba a punto de llorar, estaba perdiendo a Tom.

Tom puso un dedo sobre los labios de Harry para callarlo—Harry, tú no lo has olvidado. Eres todo lo que he esperado y más, pero claramente tu corazón no está listo para mí. No podemos seguir juntos sabiendo que siempre habrá alguien en medio de los dos—.

—Tom… por favor… —Tom sonrió tristemente a Harry y le dio un último y dulce beso.

—Adiós Harry. Quizás, si es nuestro destino, nos encontraremos otra vez—.

Harry solo pudo observar a Tom yéndose y dejándolo en la entrada de su casa. Lo siguiente que supo Harry fue que se acabó una botella entera de whiskey y estaba a la mitad de una de vodka, antes de decidir confrontar a la causa de su malestar.


Severus Snape se encontró despertándose en medio de la noche, por el sonido de la red flu arrojando a alguien en su sala. Lo que sucedió después solo podría describirlo como un caos borracho.

Harry Potter estaba en su sala, diciendo incoherencias y claramente muy borracho. Severus no sabía si su plan había funcionado, o solo había hecho que Riddle dejara a Harry pensando que estaba celoso, sin estarlo realmente. Bueno, solo había una manera de averiguarlo.

—¿Harry? ¿Qué haces aquí? —.

—¡TU! ¡ME ARRUINASTE! —Dijo Harry en cuanto lo vio.

—¿De qué estás hablando? —Contestó Severus al tiempo que le quitaba la botella de vodka de las manos a Harry.

—Tu… Tom me dejo. Me acuso de estar celoso de tu niño bonito Regulus—Le grito Harry a la cara, mientras la propia estaba cubierta de gruesas lágrimas y un camino de las mismas, lleno de sal.

Ah, entonces sí estaba celoso. Severus casi quería ponerse a bailar por toda la habitación mientras llevaba a Harry en sus brazos pero se contuvo, había que asegurar a su presa primero.

—¿Y eso que tiene que ver conmigo? —La voz fría de Severus apenas delataba lo que le costaba ser un bastardo con su amor, pero debía aguantar.

—¿Qué tiene que ver contigo? ¡Tiene todo que ver contigo! —Harry estaba furioso. El nervio de este hombre—¡Te paseas con tu amante frente a mí! —.

—¿Y? —.

—¿Cómo qué "y"? —.

—Si "y". Que tenga amante o no, no es tu problema. Tú tienes un novio y yo tengo a Regulus. Ninguno tiene nada que ver con el otro. No es como si fueras mi amante o algo así—.

Harry primero miro a Severus con sorpresa y luego procedió a golpear el pecho de Severus con poca fuerza y mucha confusión borracha. El hombre gritó y pataleo en un berrinche digno de un escolar.

Severus decidió que ya había jugado demasiado con el hombre y paro en seco el berrinche, besando a Harry hasta dejar su cerebro hecho papilla. Harry primero se resistió pero luego sus circuitos se fundieron y disfruto la caricia.

Un gratamente confundido Harry fue recibido por la sonrisa torcida de Severus, quien se veía muy ufano—Ven a buscarme cuando sepas que quieres. Te amo—Dicho esto, Severus llevó por flu a Harry a su casa y lo dejó en su sofá, con el cerebro revuelto, la ropa desarreglada y los labios magullados.

La energía de Harry finalmente llegó a su límite y cayó rendido en su sofá frente al fuego que aún calentaba la habitación.


La luz del sol, decidió Harry, debería ser prohibida luego de una noche de borrachera. Con un Accio sin palabras y sin varita, Harry convocó de algún lado de su casa, una poción anti-resaca. Con su cerebro un poco mejor, y el resto de si algo más entero, Harry se paró del sofá y busco algo de comer en la cocina.

Los elfos domésticos que contrataba por semana, ciertamente tenían todo en orden y encontró rápidamente algo de cereal en la alacena. Se sirvió un poco y comió, antes de poder poner sus ideas en orden.

Una vez con el cerebro libre de la bruma etílica y su estómago alimentado con cereal extradulce, Harry analizó lo que había pasado.

Primero, Tom lo terminó. Segundo, se emborracho. Tercero, fue a buscarle bronca a Severus y terminó haciendo un berrinche. Y cuarto, Severus lo había besado y enviado a su casa.

No, había algo más. ¿Qué era? Harry pensó y luego lo supo. Severus le dijo que lo amaba. No solo lo besó, le dijo que lo amaba. Si, Severus Snape estaba enamorado de él y Harry también lo amaba.

¿Entonces por qué se andaba paseando con Regulus Niño-bonito Black?

Harry tomó su varita y fue a hechizar el trasero de su… aun no decidía qué hacer con él, pero le pondría nombre a lo que era Severus para él.

Luego de instantes, llamas verdes fueron la señal de que Harry Potter había viajado por flu a la casa de Severus Snape.


Severus estaba tomando un té frente a la chimenea cuando las llamas cambiaron a verde y arrojaron a un enojado Harry Potter en su alfombra. Luego este mismo se paró, aun bastante enojado y llegó hasta Severus para proceder a abofetearlo con fuerza.

La bofetada fue algo que no esperaba Severus. Un puñetazo, seguro. Como fuera, Harry seguía enojado mientras Severus observaba su taza rota y su té derramado, gracias al impulso de la agresión. Severus miró "estupefacto" a Harry, sin "creer" que Harry lo hubiera agredido.

—¿Qué te sucede? ¿Por qué me abofeteaste? —Dijo Severus, parándose del sillón para enfrentar a Harry.

—¡Porque me confundiste! Todo estaba bien con Tom y tenías que ir y pasearte con tu niño bonito Regulus, ¡Todo frente a mí! —.

—¿Y eso que? Yo no te he confundido. Ni siquiera sabía que estabas donde salíamos—.

—Se que lo sabías—Dijo Harry, mirando con sospecha a Severus quién lo miro directamente a los ojos. Como si una mirada enojada fuera a vencer sus escudos de oclumancia—¿Entonces por qué me confundes? Primero me dices que no somos nada más que amigos con derechos y luego me dices que me amas. ¡No es justo! —.

Esto hizo enojar a Severus—¿¡Justo!? ¿Crees que estoy siendo injusto? ¿Y qué tal decirme que ya tenías una nueva pareja sin un aviso o una definición de nuestra relación? ¡Mínimo! —.

—¡Tú no querías un novio! —.

—¡Claro que no! ¡Quiero una pareja! —.

—¿¡Pareja!? —Harry calló, ya que no entendía lo que quería decir Severus con "pareja". Viendo que Harry estaba indeciso, Severus fue por el todo o nada. Tomo a Harry de sus manos y empezó a decir lo que quería decir desde hace mucho tiempo.

—Harry, yo no quiero un novio. No quiero despertarme al lado de alguien que solo me considera un amante de planta. Un novio no es algo serio, es más un amigo con derechos exclusivo que algo formal. Lo que yo quiero es una pareja, alguien con quién contar, a quien conozca, ame, respete y ayude a crecer y me ayude a crecer. No quiero solo sexo y mimos, quiero todo. Quiero saber que le gusta, que le asusta, sobre sus sueños y anhelos y poder compartirle los míos—.

—¿Entonces por qué me confundes tanto? —.

—Harry, quiero que seas mi pareja. No mi novio o mi amante ocasional. Quiero que confíes en mí, que me conozcas, no solo el sexo y las partes buenas, quiero que conozcas mi oscuridad, lo no tan agradable de mí, y aun así me ames. Quiero conocer esa misma parte de oscuridad en ti y amarla. No somos solo luz, quiero saber de tus sombras y amarte por completo. Te quiero a ti—.

—¿A mí? —Harry no sabía que decir. La intensidad de esa mirada le hablaba de un afecto tan profundo que asustaba—¿Quieres que estemos juntos? —.

—Si—Dijo Severus, besando las manos de Harry.

Harry pensó un minuto en todo lo que habían vivido y se dio cuenta de lo que le decía Severus. Ninguno dejo que el otro entrara en profundidad en sus vidas, pero querían y se detenían constantemente.

Era una atracción casi instintiva lo que los empujaba uno al otro, constantemente y era extraño. Fuera del sexo, era poco lo que tenían en común pero… aun así… cuanto más lo pensaba Harry, más quería averiguar hasta donde podrían llegar juntos, sí podrían ser algo más profundo y permanente.

Lo asustaba la intensidad de sus propias emociones y las que podría sentir al lado de Severus… pero a veces, solo se necesitaba un poco de valor.

—Yo también—Severus sonrió ante la respuesta—Quiero saber hasta dónde podemos llegar juntos—.

Severus soltó las manos de Harry y tomó su varita para cerrar el flu, cerró todas sus protecciones y llevó a Harry hasta su habitación.

Una vez dentro, Severus busco afanosamente la boca de Harry, mapeando con su lengua el interior de aquella boca que había extrañado. El beso era un fuego ardiente, nada como sus besos anteriores. Harry sintió que sería devorado por completo y quería serlo. Las emociones que Severus despertaba en él eran sublimes.

Cuando el beso terminó, ambos suspiraron. Si, esto iba a ser muy diferente. Ambos también tenían sonrisas enormes.

—Por cierto, Regulus no es mi amante ocasional. Es uno de mis mejores amigos y solo estaba siendo su acompañante mientras su esposo estaba fuera del país. No tienes ni idea de lo mucho que se preocupa Fenrir por Reg—.

Harry quería golpear a Severus por haber estado confundiéndolo tanto, pero un nuevo beso mató la réplica que estaba surgiendo. Como el beso causo un cortocircuito en su cabeza, cualquier pensamiento que no fuera sobre Severus y las cosas maravillosas que le hacía sentir, fueron desechadas.


Todo pensamiento racional salió de las cabezas de ambos y todo lo que existía alrededor era sobre lo mucho que podían sentir el tacto del otro sobre sus cuerpos. Las manos y bocas buscaban cada parte de sí, besos y manos recorriendo la piel, buscando liberarla de sus ropas.

Iban dejando detrás de ellos un rastro de prendas que sabían no ocuparían en las siguientes horas. El cuello de Harry fue besado con saña, dejando una marca rojiza que pronto se vería morada. Una marca de amor. Harry sintió más placer que dolor ante la marca dejada.

Harry apenas registró cuando cayeron sobre la cama, pero si supo el momento en que su cuerpo estaba siendo mapeado por las expertas manos de su amante. Dioses, había extrañado esto. Fuera de algunos besos y manoseos con Tom, Harry y él no habían tenido nada, ni siquiera un oral o una buena paja conjunta. Ahora sabía porque jamás sintió que debía avanzar con Tom.

Entre los besos y jugueteos que estaban teniendo, Harry estaba tan cerca del orgasmo que cuando la luz estallo detrás de sus ojos, no se sintió cohibido o humillado frente a Severus, quien simplemente fue hasta su miembro y lamio cada resto de semen que encontró sobre su cuerpo.

Había algo tan erótico y sublime en el acto que Harry suspiro de satisfacción. Luego entonces, Severus propuso a Harry que él se colocara encima. Harry no entendió que quería hasta que vio que Severus se acostaba boca arriba sobre el colchón, pero en la dirección contraria a él.

Bueno, un 69 no lo habían intentado antes.

Harry miró al inhiesto miembro y lo tomo en su boca, salivando mucho en el proceso. La bulbosa cabeza apenas entraba en su boca pero Harry puso todo su esfuerzo en hacer que se lograra deslizar por su garganta y logró introducir parte del tallo en ella. Controlo mucho su respiración y sintió como Severus lamia desde la base de sus testículos hasta su entrada.

Severus no pensaba darle sexo oral sino algo distinto. La lengua de Severus pronto paso del perineo al fruncido esfínter y empezó a lamerlo con singular alegría. Las sensaciones dobles de placer, tanto en su boca como en su trasero, estaban instando a Harry a dar su mejor esfuerzo y siguió sorbiendo hasta sentir que ya no podía más y entonces empezó a meter y sacar aquel miembro de su boca, follándose a sí mismo en el proceso.

La lengua de Severus había logrado penetrar sus músculos y su entrada empezaba a relajarse ante la embestida de aquella lengua pervertida que le hacía sentir maravillosamente. Incluso mientras le daba una mamada profunda a Severus, Harry pudo sentir los cambios en la velocidad del beso negro, los uhmms y ahhs que provocaba con su propio trabajo oral.

Siguieron lo que parecieron horas pero solo fueron minutos antes de que Harry sintiera como Severus se tensaba, abandonando su trasero y poniéndose rígido, su pene empezó a arrojar semen y todo fue a través de su garganta. Con todo el cuidado que pudo, Harry saco aquel miembro de su boca y aunque tosió un poco, notó que había tragado toda la semilla de su hombre.

Harry se acostó al lado del hombre que estaba en un buen shock y le mostró que su boca estaba vacía. Severus notó que había un poco de su semen en la comisura de los labios de su amante y lo lamió. Harry se derritió en la caricia y se acostó al lado del hombre. Estuvieron callados, besándose y acariciándose mientras ambos se recuperaban de la intensa experiencia.

Luego de unos minutos, los besos y caricias empezaron a subir de tono y Harry noto que los dedos de Severus se dirigían hacia su trasero, jugando y tratando de entrar. El hechizo de lubricación esta vez solo fue eso, lubricación. Aparentemente, Severus quería prepararlo él mismo y fue introduciendo sus dedos, uno a uno, distendiéndolo y relajándolo.

Harry era una masa temblorosa cuando Severus se colocó encima suyo y procedió a abrirlo de piernas, dejando su entrada expuesta. Sus piernas fueron subidas a los hombros de Severus y su entrada alineada con la prominente erección.

Cuando Severus entró en él, Harry gritó. Era algo inaudito como un acto que ya habían hecho múltiples veces, se sentía tan intenso esta vez, pero así era. Las rítmicas embestidas estaban inundando de placer todo su cuerpo y era imposible contener los gritos y gemidos.

El chapoteo de la piel chocando contra la piel, el aroma a sexo flotando en el ambiente y sus propios gritos conjuntos eran algo que Harry había extrañado de sobremanera y es como si en ese primer acto, quisieran recuperar todo el tiempo perdido.

El clímax los alcanzó y Severus se vació por segunda vez dentro de Harry, solo que esta vez en el estrecho canal que justo ahora lo exprimía inclemente. Más besos siguieron al clímax y las caricias pasaron a ser tiernas y mesuradas. El suave resplandor postcoital era bienvenido.

—Te amo—Dijo Harry por fin, sabiendo que en todo este tiempo, no se lo había dicho a Severus.

—Lo sé, yo también te amo—Contestó Severus, abrazando a Harry y poniendo un casto beso en la frente de su amante.

Hubo más acoplamientos durante ese día, pero ninguno como este. Ambos sabiendo que todo había cambiado y ya no serían más solo amigos o compañeros de cama. Severus y Harry ahora eran una pareja oficialmente y sus amigos los conocerían.

Harry ya pensaba en como Hermione lo miraría con esa mirada de "Te lo dije" mientras Ron solo le daría palmaditas en la espalda, felicitándolo, mientras Severus pensaba en cómo se llevaría Harry con los Malfoy y los Black-Greyback.

Se preocuparían por eso cuando llegara el momento, aun había mucho que tratar entre ellos antes de dar ese paso. Por el momento, ambos solo querían reconectarse y conocerse con propiedad. Seguro habría cosas que ambos odiarían del otro, pero estaban dispuestos a trabajar en ello.


Epílogo, Septiembre 2022, poco más de un año después de la reconciliación

Harry estaba retocando su cabello. Hoy Severus lo había invitado a comer a un lugar especial y le dijo que se pusiera ropa cómoda, ya que caminarían un rato por el campo. Mentiría si dijera que no sentía algo de curiosidad sobre a donde estaba llevándolo Severus. Ninguno era particularmente afecto al campo, pero quizás Severus planeaba algo, dado que era un pocionista. Quizás algún lugar donde cosechaba sus ingredientes salvajes.

Además, tomando en cuenta que al virus muggle se había sumado una enfermedad parecida a la viruela que discretamente los mágicos ya estaban resolviendo hacer una poción para curarla, habían evitado salir a lugares muggles durante los últimos meses. Maldita viruela del mono, los había obligado a recluirse aún más y había unos buenos restaurantes en el mundo muggle.

Como fuera, Harry se encontró puntualmente en el punto de aparición y lo primero que noto fue que estaba frente a un amplio maizal de su lado derecho y un campo de calabazas de su lado izquierdo.

—Bien, llegaste justo a tiempo—Dijo Severus detrás suyo. Un beso casto fue la bienvenida de Harry y luego fue arrastrado hacia el bosque que estaba detrás de ellos.

—¿A dónde vamos Sev? —Preguntó Harry, notando que los árboles aquí ya estaban perdiendo su color verde y había tonos de naranja y amarillo por todos lados. Incluso el sendero por el que caminaban estaba lleno de hojas caídas, dando una imagen otoñal perfecta.

El otoño cada vez se retrasaba más en el hemisferio norte, pero aún quedaban lugares como este, donde las estaciones aún se retrataban a la perfección y en los tiempos correctos. Conforme más avanzaban por la espesura, Harry vio que había varias luces encendiéndose y entonces notó que eran hadas conjuradas.

Más y más pequeñas hadas proveían una luz etérea, marcando un claro camino a seguir por el bosque hasta que finalmente llegaron a un amplio claro. Había una hermosa cabaña con una mesa de picnic puesta románticamente, rodeada de hermosas hadas que revoloteaban por todo el lugar.

—¿Te gusta? —Preguntó Severus, abrazando por detrás a Harry.

—Si, es hermoso—.

Severus llevó a Harry hasta la mesa y sirvió un poco de vino dulce. La charla era animada y ambos hombres comían y reían mientras el sol se ponía en el horizonte hasta que el cielo se coloreo de hermosos tonos naranjas y rojos. Las hadas brillaban más intensamente y cuando cayó la noche, una tonada lenta sonó de alguna parte. Seguramente un conjuro de Sev.

Harry iba a decirle a Severus si quería bailar pero entonces volteó hacia su amante y notó que este estaba parado a su lado.

—Harry—.

—¿Sev? —Entonces Severus se arrodilló y le mostro a Harry una caja de terciopelo, y le insto a tomarla. Harry abrió la caja y notó un par de alianzas de platino con un pequeño diamante, rodeado de pequeñas esmeraldas y zafiros.

—Harry, este tiempo que hemos estado juntos, me he dado cuenta de que te amo—Harry iba a contestar pero Severus no lo dejo—Déjame terminar, amor. Te amo, mucho. Y cuando imagino mi vida a futuro, me di cuenta de que estabas ahí. Cuando me imagine en 10 años, estabas ahí. Cuando imagine mi hogar cuando fuera anciano, estabas ahí. Incluso imagine mi familia y estabas ahí, al lado de nuestros hijos y nietos—.

—¿Qué estás diciendo? —.

—Que ya no puedo imaginar mi vida sin ti. Quiero que seamos más que lo que somos ahora—.

—¿Me estas proponiendo matrimonio? —.

Severus sonrió y se paró, tomando a Harry de la mano que tenía libre—Si, aunque creo que el haberte dado esas alianzas, debería ser suficiente pista—.

Harry hizo un puchero—No juegues al listo conmigo, Severus—.

—¿Entonces cuál es tu respuesta? —.

Harry saco las alianzas de la caja y luego la dejo sobre la mesa, deslizo una en la mano de Severus, justo su dedo anular y luego le tendió la otra al mismo—Creo que sabes cual es—.

Severus sonrió ampliamente, deslizando la alianza en la mano de Harry, observando como la joya brillaba en el dedo anular de su mano izquierda—Compláceme. Me gustaría escucharla—.

Harry se acercó a Severus y rodeó su cuello con sus brazos, pegando su cuerpo a su hombre y procediendo a besarlo con propiedad. La respuesta de Harry surgió suavemente de sus labios cuando se separaron—Si, me casare contigo—.

Harry entonces se vio siendo cargado por Severus al estilo nupcial y fue llevado hasta la cabaña donde por dentro, había una cama enorme, bellamente decorada para recién casados. Harry levanto una ceja, cortesía de convivir tanto con Severus. Severus solo se rió—Bueno, necesitaba un lugar bonito para hacerle el amor a mi prometido—.

Severus tendió a Harry sobre la cama, al tiempo que ambos se desnudaban—¿Y estabas tan seguro de que aceptaría? —.

—Si, pero por si acaso no, como mínimo te follaría en todas las posiciones posibles de aquí hasta el lunes—.

—Pero hoy es martes—Dijo Harry, sabiendo que su "malvado" prometido había planeado todo para tenerlo a su merced y follarlo hasta que quedara seco.

—Y es bueno que estemos de vacaciones—Dijo Severus antes de atacar a besos a su futuro esposo.

Harry no supo de nada más que su prometido y su pene durante casi una semana, haciendo realidad su predicción de ser follado por toda la cabaña e incluso en la naturaleza, en todas las posiciones humanamente posibles.

Harry no lo sabía, pero también había una cena planeada el día lunes en la noche para hacer público su compromiso. Sus amigos ya sabían lo que planeaba Severus y por fortuna para ellos, los amigos de Harry y de Severus se llevaron bien.

Mientras los dos hombres disfrutaban de sus días libres y su compromiso, las mujeres de su círculo ya estaban planeando la boda, los hombres solo suspiraban y se resignaban calladamente a ser arrastrados a un torbellino de flores y pruebas de ropa.

Todo fuera por ver a sus dos amigos felizmente casados.