Pokemon y Naruto No me pertenece.

Por otro lado este OC Hikari me pertenece, usualmente la uso en historias de Naruto :D

Pocket Monster.

Hay días donde Taketori Hikari no se quiere despertar, sus malos hábitos nocturnos provocan que sus mañanas sean muy difíciles de iniciar, por lo cual solamente puede quejarse al sentir un peso en su espalda. Gimotea sintiendo que se ahoga un poco y voltea sobre para ver sobre su hombro molesta, obteniendo una mirada sonriente de su Sylveon que mueve sus lazos de forma cantarina; nunca entenderá como si es su mejor amiga y primer pokemon, esta puede ser tan alegre durante las mañanas. Gruñe un poco antes de que Sylveon comience a moverse para que se despierte y no queda más que iniciar su día, farfulla mientras va al baño para lavarse el rostro, al tiempo que su Sylveon comienza a arrullar alguna canción camino a la cocina.

Debe tener hambre.

Intenta ocultar un bostezo al dejar la comida en su plato, Sylveon agradece de forma juguetona y sale de la casa para ver a sus otros acompañantes. Por un momento casi puede verlos en sus etapas iniciales, siendo un pequeño escuadrón de pokemon adorables y ahora todos en sus formas finales; lo cual provoca mucho más dinero en alimentos.

Su Absol parece indiferente mientras toma un poco el sol, habiendo compartido sus malos hábitos nocturnos y prefiriendo iniciar más tarde en el día. Su Salamance gorjea de forma adorable antes de acurrucarse a su lado con ojos brillantes, lo que gana un poco de palmaditas en su cabeza. Lapras se encuentra en el pequeño estanque de su casa también cantando una canción, al tiempo que Pangoro parece estar bajando algunas bonguris de su árbol favorito.

Por ultimo Serperior le da una mirada casi indiferente, que Hikari ha aprendido a leer como una de cariño para su pokemon más orgulloso.

Toda la manada unida.

Toma una hora el poder darles de comer, acicalarlos un poco e intentar escapar sin éxitos de Pangoro cuando la abraza mortalmente como cada mañana. Ama a todo su equipo de corazón y estos le han acompañado desde que tiene 10 años, sus padres mueren cuando tiene 9 años y queda completamente sola en el orfanato, o tal vez no tan sola; el Eevee que sus padres le habían regalado días antes de su muerte, era su único amigo cercano. Así que, aunque Hikari se siente sola y confundida, al menos no está completamente sola.

Hikari ama a los pokemon, le parecen encantadores y misteriosos, por lo cual siempre está leyendo libros de historias y leyendas de estos; cuando cumple 12 años parte a su viaje pokemon. Se supone que la mayoría de niños iniciarían a los 10 años, pero Hikari realmente no le gusta la idea de llegar al campeonato y sabe que no tiene la habilidad para lograrlo, pero el desafío de gimnasios es la mejor forma de obtener dinero. Con mucho esfuerzo y meses de entrenamiento, parte a la aventura donde consigue hacerse de su equipo actual.

No es que fuera una gran entrenadora, sabe que muchos otros tienen pokemon de mayor nivel y experiencia, lo que ayuda a Hikari es su innovación, locura e ingenio. Se logra hacer de las 8 medallas de Kanto casi a base de sudor y lágrimas, pero cuando le comentan sobre ir al torneo para elegir al campeón o incluso la oportunidad de enfrentar a la elite Four; Hikari simplemente se va para otro lado.

Una nueva región, donde nuevamente toma el desafío de los gimnasios por dinero y aprovecha la aventura para explorar como le gusta. Durante sus viajes se topa grandes personas, muchos estafadores, incluso tiene la oportunidad de ver pokemon legendarios que solo unos cuantos logran observar. Durante 6 años viaja de región en región, obteniendo dinero suficiente para vivir y escribiendo anotaciones de cada viaje realizado a lo largo de los años; antes que vuelva a casa.

La casa de sus padres sigue a su nombre, pero es vieja y descuidada, por lo cual toma mucho dinero el poder restaurarla y debe obtener un empleo mucho más estable que viajar entre regiones. Una editorial logra contratarla luego de que enviara algunos manuscritos con historias, ya que siempre había querido ser escritora y antes de darse cuenta, sus historias realmente se logran vender. Tiene un seudónimo para poder tener una vida normal, no es que fuera alguien realmente reconocida en el mundo, pero le gusta la idea de salir a comprar pan en las mañanas sin ser reconocida por alguna de sus historias.

Cuando todos sus pokemon ya están alimentados, decide poder tomar un desayuno para ella misma viendo la televisión de forma aburrida. Sylveon rápidamente aprovecha para saltar a su lado en el sofá, acurrucándose a su lado y brindándole calor a todo su ser.

Esta por el tercer capítulo de su serie sobre asesinatos, cuando su celular resuena y debe gruñir para ir a buscarlo; cuando llega a su habitación, se sorprende de ver a Serperior verla con fastidio antes de usar su cola para arrojarle el teléfono. Maldice en voz audible a su pokemon, que usa su larga cola para hacerla caer al suelo y decide maldecirle solo mentalmente ahora.

Se sorprende del numero en su teléfono y se apresura a contestar.

—Naruto, ha pasado mucho tiempo—declara casi radiante, escuchando risas del otro lado del teléfono.

—Hikari-nee ha pasado tiempo dattebayo, no hablamos hace una semana, te extrañe mucho—contesta la voz ruidosa del otro lado y no puede más que sonreír con ternura.

Uzumaki Naruto fue otro de los huérfanos del Orfanato con quien se hizo amiga cuando estuvo ahí, el niño tuvo un poco más de dificultad de salir a su aventura que la misma Hikari. A pesar del tiempo y la distancia, cada año solían reunirse en algún lugar para ponerse al día, con suerte muchas más veces durante el año si fuera posible. Naruto a diferencia de Hikari, si había estado apuntando al título de campeón desde que tiene memoria y el año pasado por fin se había alzado con el título de campeón de Kanto.

Fue un hecho sorprendente, sobre todo porque su actual campeón Hatake Kakashi había sido sin duda de los mejores entrenadores que había conocido.

Por un momento a Hikari le cuesta enfocarse en la conversación con Naruto, recuerdos de un chico un poco mayor que ella de cabello blanco, que se había encontrado durante su aventura, eran difíciles de olvidar. Claramente al inicio no se habían llevado bien, a esas alturas el adolecente de 16 años ya era reconocido como de los mejores entrenadores de la región, que posteriormente estaría en la Elite Four y siendo campeón. Aun así y su claro disgusto mutuo, terminaron en muchas más situaciones de las que le gusta recordar.

Puede incluso que se hubiera enamorado de él, pero eso fue antes de viajar por las demás regiones.

Un amor fugaz.

Si, se toparon nuevamente en otras ocasiones y tal vez incluso por amistades en común, estuvieron en una fiesta donde terminaron enrollándose; pero no significo nada, ambos habían dejado claro que no significo nada o más bien Hikari gritando de forma alterada disculpas por haberse dejado llevar por el alcohol. Al final eso fue hace unos tres años y desde entonces no había sabido mucho sobre él, su reinado como campeón por fin había terminado.

—Creo que Hikari-nee se ha ido a la luna—habla Naruto divertido, notando obviamente su falta de atención y no puede evitar sentirse avergonzada por el tema.

—Lo siento, me distraje en cosas de casa—musita intentando disculparse, por la mirada de Sylveon duda que funcionara.

La ignora.

—Estaba hablando sobre una fiesta que tenemos planeado para el teme, ha estado de viaje por mucho tiempo y ha decidido regresar la próxima semana; probablemente serás de las pocas personas que tolere así que espero verte ahí—dice Naruto con emoción y el rostro de Hikari estalla en una sonrisa cariñosa.

La historia entre Naruto y Sasuke había sido complicada, desde rivales durante años a enemigos en ocasiones, ocuparon derribar juntos a una asociación criminal para regresar a buenos términos. Hikari había conocido a Sasuke cuando era niño, por lo cual hizo todo lo posible por no estar en medio del camino de ambos chicos o elegir bandos, así que cuando este decidió viajar por las regiones, Hikari lo había apoyado a intentarlo. Sasuke probablemente sería el único a estas alturas en darle un verdadero combate a Naruto por el título, pero ya no parecía interesado en ser campeón.

Ambos eran buenos rivales y sabe por como llama Naruto constantemente, como disfruta de hacer sparring con su viejo amigo.

Apenas tienen 19 años, pero es adorable ver a ambos jóvenes mantener algunas cosas de niños.

Hablando de niños.

Hikari comienza a sentirse un poco vieja con apenas 24 años, ha vivido demasiadas cosas para una chica de su edad y el tener que independizarse totalmente sola, hace que quisiera haber tenido una vida un poco más fácil; claro que hay cosas que no cambiaría en su vida actual, pero a veces añora haber podido vivir un poco más con sus padres. La casa donde vive ahora está en el bosque cerca de ciudad Fucsia, aunque pocas veces la visita, recuerda que sus padres siempre le llevaron ahí de niña.

Sylveon canturrea a su lado, lo cual hace que solamente farfulle por bajo luego de finalizar la llamada.

Falta una semana para la fiesta y hace dos días entrego su ultimo manuscrito, tiene un poco de tiempo, pero será mejor que busque un regalo pronto.

Cuando esta por dormir Pangoro aparece gruñendo a la cabeza de Salamance que se asoma por la ventana, ambos claramente gruñendo al otro por alguna tontería, como de costumbre. Los adorables Pancham y Bagon que eran buenos amigos en sus primeras evoluciones, han evolucionado a sus versiones de adolecentes malcriados.

Se parecen a Naruto y Sasuke, pero eso jamás lo admitiría en voz alta.

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La semana pasa demasiado rápido y Hikari decide que es mejor hace el viaje a ciudad verde pronto, el orfanato donde había terminado de crecer estaba en esa ciudad y también era el lugar más cercano a la meseta Añil, donde Naruto suele pasar gran parte del tiempo. Con su equipo pokemon en sus pokeball y una mochila, decide que viajar a pie como en los viejos tiempos seria nostálgico; Salamance gruñe ante la idea de no ir volando como usualmente haría, pero supone que podrá comprarlo con algunos dulces para pokemon. Sylveon se niega a viajar en su pokeball como costumbre y toma su lugar a su lado mientras salen de viaje. El camino de bicis seria la opción más rápida, pero Hikari nunca ha aprendido (o querido) usar una, por lo cual toman el camino por la cueva Diglett, donde termina cayendo en más agujeros de los que le gustaría.

Absol que suele sentirse más cómodo en la oscuridad, termina ayudándola a salir de la cueva con paso confiado, Sylveon parece emocionada de algunos entrenadores novatos que piensan que pueden competir contra ella.

Es casi injusto.

Dado que Hikari casi nunca sale de su casa o toma caminos de este tipo, no se encuentra con entrenadores novatos por el estilo, y en grandes ciudades es poco común enfrentarse a estos. Quiere advertirles que no es buena idea, pero los niños a veces son insistentes y dado que Pangoro es alguien que disfruta más de los combates, termina ganando la mayoría de estos.

Puede que no fuera campeona o líder de gimnasio, pero ha viajado por casi todas las regiones y obtenido sus medallas.

Serperior se rehúsa a pelear con pokemon tan débiles y Salamance es otro que obsta por salir, espantando a la mayoría cuando sus ojos brillan con peligro. Absol combate solamente si es necesario al igual que Sylveon, ambos prefieren pasar más tiempo a su lado que en batallas, a pesar que Sylveon es el pokemon que mayor tiempo ha entrenado y que es conocida por su habilidad de acabar con pokemon tipo Dragon fácilmente. Lapras no le agradan las luchas, solamente la utiliza cuando están en combates contra algún villano de tanda o no hay opción; curiosamente a pesar de su aversión a las luchas, es un pokemon con bastante potencia.

Llega a ciudad celeste dos días antes del cumpleaños y sabe que tendrá que recorrer mucho camino mañana, por lo cual decide pasar la noche en un centro pokemon. Sus piernas están adoloridas y cuando se arroja sobre un sofá, se sorprende de que Sylveon levante el rostro con mirada de atención, antes de salir corriendo; gimotea de dolor antes de ponerse de pie para seguir a su compañero y esperando que no ocasione ninguna locura.

Los chillidos de su pokemon le sorprenden, ya que no son de miedo, más bien parecen de alegría y no tarda en descubrir que sucede. Sus piernas se quedan congeladas al suelo, tanto de cansancio como de su asombro, al notar al Jolteon que está casi derrumbando a su Sylveon con sus caricias y chillidos de alegría. No ocupa ver la cicatriz en la cabeza del Jolteon para saber de quién se trata, por lo cual al voltear un poco más a la derecha nota como un hombre alto de cabellera blanca admira la vista, antes de verla.

Maldice a Kakashi y que el idiota a pesar de los años, siga teniendo alguna especie de influencia en ella, cuando claramente no son nada.

Si pasaron momentos en el pasado, tal vez mucho más que unos simples conocidos debieron tener, pero eso ya sucedió.

No ahora.

Pero no puede negar que aún le gusta, lo cual la convierte en una idiota.

Toma aire para darse fuerzas antes de comenzar a caminar al hombre, no es una mocosa de 12 años nuevamente que salta ante su presencia y quiere huir, es una jodida adulta independiente, que, aunque quiera correr o huir, sabe que no debe hacerlo. Kakashi la ve con esa mirada indiferente que siempre ha tenido, lo cual la hace bufar por bajo al acercarse, meditando sobre si es buena o mala idea.

Probablemente la segunda.

—Parece que se extrañaron—musita Kakashi como saludo y señalando donde ambas evoluciones de Eevee parecían jugar de forma emocionada.

Si.

Durante su aventura a pesar de la clara aversión de sus entrenadores, Sylveon y Jolteon parecían llevarse muy bien, tanto así que una vez durante sus aventuras en un descuido, ambos terminaron con un huevo. El rostro de Kakashi y Hikari había sido de completa incredulidad, antes de que de alguna forma fueran abuelos de forma obligatoria, el Eevee que había salido del huevo ahora pertenecía a Naruto quien cuidaba muy bien de este y su evolución. No es que los pokemon fueran totalmente monógamos en todos sus casos, pero era claro que Sylveon y Jolteon se habían acoplado de maravilla.

Fue una pena que casi nunca se vieran.

—Eso parece, aunque me sorprende verlos por aquí—exclama con mirada levemente sospechosa, a lo cual Kakashi solamente se encoge de hombros.

—Soy profesor actualmente en la escuela de Ciudad plateada, estaba por aquí consiguiendo un regalo para Sasuke—responde a una pregunta que no hizo verbalmente, logrando que asintiera de forma meditabunda.

Había sospechado que Kakashi estaría en la fiesta, motivo por el cual había pensado tanto sobre si era buena idea ir o no; pero nuevamente, no era una niña y ya podía tomar sus propias decisiones.

Aunque no le gustaran.

Estuvo tentada a dejar todo esto en un vago saludo y marcharse, pero al ver como Sylveon lame el rostro de Jolteon, su rostro se estremece de culpa; su pokemon tipo hada había estado con ella desde el inicio de su aventura, desde que sus padres la abandonaron y había dado todo por ella. No soporta la idea de causarle más desgracias de las que hizo, cuando claramente había decidido que alejarse de Kakashi sería lo mejor, Sylveon de esa forma termino alejada de Jolteon.

Pero se ven tan malditamente felices.

Joder.

—¿Te estas quedando en el centro pokemon? —cuestiona Kakashi viendo también ambos pokemon, probablemente meditando igual que ella sobre la felicidad de sus pokemon.

—Si, tal vez, podamos quedarnos juntos o al menos dejarlos juntos—señala Hikari a ambos pokemon, que parecen levantar la cabeza emocionados cuando los nuevos acuerdos de habitación salen de sus labios.

Hikari quien ocupa tomar algo de comer, deja a Sylveon con Kakashi a su pesar, mientras el hombre va hablar con la enfermera designada para cambiar a una habitación doble. Hikari se abalanza a la cama con cansancio, al tiempo que Sylveon decide dormir con ella, lo cual lleva a tener a Jolteon también sobre ella; acaricia al pokemon eléctrico que parece reconocerla y casi ronronear ante su tacto. Kakashi también toma la cama al otro lado de la habitación después de apagar la luz, dándole la espalda; Hikari voltea a ver la espalda del hombre con leves recuerdos de aquella noche años atrás, antes de volverse roja como un tomate y darle también la espalda.

Esto es una tortura.

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Pangoro aparece en la mañana cuando comentan sobre viajar juntos, el enorme pokemon parece gruñir al ver a Kakashi y envolverla en un abrazo, sin haber terminado de aceptar nunca al hombre; Salamance parece mucho más amigable con el hombre al igual que Lapras, Serperior lo ignora como de costumbre y Absol solamente admira todo con preocupación. Kakashi alimenta a sus pokemon al igual que ella, Dragonite que parece enorme la saluda amablemente antes de chocar cabezas con Salamance, quien había tenido algún otro enfrentamiento amistoso con este. Sus pokemon y los de Kakashi llevan casi toda la vida de conocerse, así que el Lycanrock de forma crepuscular salta sobre Absol para jugar, quien solamente lo deja ser sin darle mucha atención. El adorable Ditto de Kakashi se acerca a Lapras junto con su Greninja de color negro, Lapras quien actúa como madre usualmente les arrulla emocionada de verlos de nuevo.

Por último, el pokemon más fuerte de Kakashi, un Raikou que se caracteriza por ser un pokemon legendario, se acerca a ella con tranquilidad.

Hikari se aleja de Pangoro para saltar y abrazar al denominado perro legendario, que se deja abrazar tranquilamente por Hikari. Había pasado mucho tiempo desde que lo vio y no deja de admirarlo, Kakashi era uno de los pocos entrenadores capaces de obtener la confianza de un pokemon legendario, mientras que Hikari había visto y combatido con estos anteriormente, siempre fue bueno verlo.

Raikou había salvado su trasero muchas veces en el pasado.

—Pero miren que pokemon tan lindo y adorable, sigues siendo el mejor pokemon legendario de todos—habla de forma infantil mientras restriega su mejilla contra Raikou, quien se deja hacer dócilmente con ella.

Pangoro se queja antes de atraerla contra él, al tiempo que Raikou solo bosteza antes de volver al lado de Kakashi.

—Supongo que sigue siendo un Pancham celoso—se burla Kakashi, logrando que Pangoro se vuelva casi aterrador con su mirada.

Su enorme pokemon suelta un fuerte gruñido, antes de caminar molesto al lado de Lapras, que parece consolarlo ante las miradas divertidas de Greninja y Ditto.

Lo cual le recuerda.

—¿Qué sucedió con Slaking? —pregunta preocupada de no ver a uno de los pokemon más poderosos de Kakashi, como de los más vagos.

Kakashi la ve fijamente, antes de bostezar.

Tal para cual, supone recordando al enorme pokemon tipo normal.

—Está en la academia con Guy, ayuda con los nuevos entrenadores y parece decidido a no salir de viaje al menos que sea necesario—responde Kakashi con pesar, lo que la hace sonreír divertida—veo que obtuviste una mega Stone—señala Kakashi al collar en su cuello, que toca casi de forma fantasmal al no recordarlo todo el tiempo.

Su mirada se vuelve un poco melancólico sin querer decirle la verdad, durante uno de sus viajes había conocido a un familiar de Sasuke con quien había tenido un romance algo fugaz, antes que ambos se fueran por diferentes caminos; Shisui había sido muy amable en regalarle la mega Stone que había tenido guardada durante mucho tiempo, pero durante sus aventuras logro obtener las piedras para Absol y Salamance; aunque no había usado mucho esa habilidad anteriormente.

Shisui había muerto hace tiempo y usar la piedra parecía incorrecto, pero por algún motivo, hace unos meses había decidido dejar de llorar por alguien que ya no estaba y usarla como este había querido, para protegerla.

—Fue un regalo—es lo único que responde, antes que Kakashi asienta sin agregar nada más.

Luego de tomar el desayuno, el viaje parece iniciar.

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Cada paso parece un recordatorio del pasado, hace muchos años habían hecho un recorrido similar juntos por el Monte Moon; claro que en aquel entonces fue prácticamente por obligación y fue un viaje demasiado agrio para recordar como algo placentero. Lo bueno en esta ocasión es que la mayoría de entrenadores que ven conocen a Kakashi, así que no hay muchos interesados en enfrentarlos durante el viaje, eso apresura bastante el ritmo. Nuevamente tienen que viajar por otra cueva, pero otra ventaja de viajar con Kakashi es que este parece más familiarizado con la cueva que Hikari.

Un buen viaje, a pesar de lo poco que hablan.

Es incómodo para ella, mientras que Kakashi siempre ha sido alguien que disfruta del silencio. No es hasta que cae por un agujero, logrando que toda su pierna derecha quede llena de barro, que el hombre parece luchar contra no reír. Hikari maldice audiblemente mientras siguen su camino fuera de la cueva, llegar a ciudad plateada con su apariencia es molesto y Kakashi le ofrece pasar por su hogar para que tome una ducha.

Debería decir que no.

Pero dice que sí.

El lugar es agradable y limpio, por lo cual acepta la idea y realmente no quiere pensar mucho sobre si lo que hay en su pierna es barro u otra cosa. Decide que tomar una ducha fría es lo más sensato, la última vez que estuvo en este lugar había sido cuando, sucedió el incidente luego de estar ebrios y preferiría no pensar mucho en las cosas. Toma unas prendas sueltas que trajo, mientras Kakashi se ofrece a lavar parte de su ropa y ella no puede más que aceptar la ayuda.

Es muy amable de su parte, un gran cambio del adolecente que prácticamente la repudiaba y que solamente ayudaba si encontraba algún beneficio a su persona.

—Supongo que has cambiado suficiente—comenta cuando terminan de comer, como recuerda, el tipo es un gran cocinero y no tiene quejas del tema.

Sylveon debe estar jugando fuera con Jolteon y Hikari teme que, de alguna forma, terminen con otro huevo de Eevee pronto.

—Me siento un poco ofendido por tu tono de voz—expresa Kakashi sin cambiar mucho en su rostro o voz, por lo cual duda que su falsa acusación sea muy seria—pero creo que todos hemos cambiado, incluso Naruto es diferente ahora y tú eres escritora—

—Me sorprende que sepas sobre mí—

—Naruto nunca deja de hablar de ti—

No puede evitar la sonrisa en su rostro al recordar al adorable niño que siempre solía seguirle como su pequeño Eevee hizo durante un tiempo al salir del huevo, imprimado de la primera persona que ve, en el caso de Naruto imprimado de la primera persona que fue amable con él. Puede que ahora fuera el campeón de Kanto y hubiera logrado salvar la región, al punto de ser un héroe para todos; pero Hikari recuerda con amargura esos días donde el niño era despreciado por los demás.

Miro de reojo a su pokeball donde tenía a Salamance, pensando en cómo entonces si hubiera tenido la oportunidad, hubiera dejado todo solamente en cenizas.

Pero en ese entonces fue una niña, una débil que apenas si pudo mantenerse a flote.

Aunque es temprano deciden descansar un poco más en la sala de estar, Hikari realmente quisiera tomar una siesta y aún tienen un día para llegar al lugar de encuentro. Es peligroso mantenerse cerca de Kakashi, pero al final el sofá del hombre es demasiado cómodo para moverse rápidamente. Se pregunta cuando esto se volverá a repetir, supone que, si las cosas siguen como hasta ahora, pasaran años para cualquier próxima reunión de improviso.

—Nee Kakashi—llama viendo al techo, por lo cual no nota la mirada sobre su persona, pero puede sentirla—¿Qué pensaste para elegir ser maestro? —cuestiona con algo de duda en su voz—se supone que luego de viajar y ahora siendo escritora, tendría lo que siempre quise, pero…algo falta—medita para sí misma con intriga, sin saber la respuesta a esa pregunta que la ha atormentado los últimos días.

Kakashi parece meditarlo un poco, o al menos eso entiende de su silencio.

—No estoy seguro, realmente no estaba interesado en ser campeón, solo sucedieron las cosas…ser maestro fue algo similar—su respuesta no ayuda en nada a su eterna cuestión existencial, lo que la hace gemir molesta—Supongo que llegaste a ese punto de la vida donde toda mujer piensa que le deja el tren—comenta Kakashi, ganando un golpe en la cara de una almohada que no la hace sentir en nada arrepentida.

Gruñe furiosa y esta tentada a llamar a Pangoro para golpearlo, pero logra controlarse con el dueño de la casa.

Lo ve de mala forma, el descarado aparta la mirada.

—Matrimonio e hijos no me interesan—

—Eso dicen las mujeres cuando les interesa—

—Dejando de lado mis deseos de asesinarte, en realidad…estaba pensando en pokemon legendarios—dice con fuerza esperando dejar de lago el tema del matrimonio e hijos, que suena sospechosamente como las ancianas mayores que viven en su ciudad cuando la ven; Kakashi voltea a verle curioso—me he topado con varios pokemon legendarios en mis viajes, pero ninguno de ellos…fue lo que buscaba—se contiene de seguir hablando.

Hikari no cree que Kakashi entienda, ni siquiera ella misma se entiende. Sus padres antes de su muerte comentaron que cuando era una niña pequeña, hablaba sobre mundos fantásticos de ninjas y con tecnología diferente, sus padres pensaron que era una niña con mucha creatividad; Hikari no lo recuerda, ya que cuando tenía 7 años sufrió un ligero accidente, donde golpeo su cabeza y perdió varios de sus recuerdos. Siempre pensó que todos los libros que había creado eran por sus viajes, pero ahora se pregunta si solamente recreaba los mundos de los cuales hablo de niña.

Sabe que hay pokemon especiales, leyendas de pokemon que viajan en el tiempo y espacio, que pueden abrir portales dimensionales, que pueden crear vida.

¿Alguno de ellos tendría la llave de sus memorias?

¿Significaría algo encontrar esa llave?

Muchas veces Hikari se encuentra pensando en eso durante sus viajes, sintiendo que algo dentro de ella no pertenece del todo aquí y buscando una respuesta; no necesariamente cambiar su vida, solamente conocer la verdad.

¿Cambiaría en algo su vida?

Tal vez.

No es que importe ahora, solo debe enfocarse en la fiesta de Sasuke, pasarla bien con sus viejos conocidos y después de eso podría meditar sobre si viajar seria necesario.

—Tal vez deba volver a viajar—susurra a nadie en específico antes de cerrar sus ojos.

Kakashi la ve fijamente un rato, antes de levantarse y marcharse del lugar.

Hikari no tiene pena en decir que se ha quedado dormida completamente en el sofá.

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El día que ve a Naruto luciendo tan tranquilo en ciudad verde, Hikari casi estalla en lágrimas antes de abalanzarse sobre su pseudo hijo; ha pasado demasiado tiempo sin verlo y es necesario un fuerte abrazo de parte de ambos. Sasuke ya ha llegado y también recibe un mortal abrazo de su parte, al igual que otros niños que ya no son tan niños, que ha conocido desde que tiene memoria; todos ellos convertidos en grandes entrenadores. Aplaude las manos con Guy, saluda emocionada a Asuma y escapa de Anko cuando esta la persigue para que beban. Más que una fiesta, parece una reunión de viejos conocidos en los barrios Hyuga, ya que Hinata fue amable en prestar el terreno gigante para que todos pudieran tener un poco de privacidad.

Está jugando con el ninetales de Naruto, quien se dejó hacer de forma amigable.

Recordaba cuando era tan solo un pequeño Vulpix, ha crecido tanto como su niño.

Hikari admira como Naruto se ha convertido en alguien sociable, rodeado de amigos que realmente lo aprecian y haciendo bromas ruidosas con los invitados, mientras arrastra a Sasuke junto con su amiga Sakura para que salude a todos correctamente. Hace una pequeña mueca con cariño al verlo saludar a Hinata, quien parece roja como un tomate al saludarle, pero este no está al tanto de sus sentimientos.

Había intentado caer muchas veces en el pasado pistas, sobre los sentimientos de la chica Hyuga, pero Naruto parece un teflón a la hora de repelerlos.

—Hikari-chan—canturrea la voz de Anko mientras la abraza por su espalda, haciendo que Hikari intente escapar sin éxito alguno.

Su mejor amiga y especialista en pokemon veneno, la lleva a la parte más alejada de la fiesta, donde aparentemente han logrado colar algún tipo de licor para los adultos. Intenta escaparse al recordar que siempre que hay alcohol al lado de Anko, termina en la cama con algún desconocido (o con Kakashi, lo cual no sabe si es peor o mejor a estas alturas) o haciendo el peor ridículo de su historia.

Puede que no fuera una entrenadora destacable, pero al menos le gustaba mantener su dignidad como persona.

—No Anko no te lo suplico—habla con ambas manos juntas, mientras Anko quien parece haber estado tomando desde antes, solamente le ofrece un trago en sus manos.

—Claro que puedes negarte cariño, solamente tienes que explicarme como llegaste con Kakashi y te perdono cualquier invitación a beber hoy—determina Anko con diversión, al tiempo que al lado de ambas Asuma solamente niega con la cabeza.

Maldita hija de puta.

Hace caras mientras traga parte del licor que inmediatamente quema su garganta, sacando victorias de Anko que llaman la atención de los demás. Hikari solamente determina que podrá soportar un poco más de licor, ya que nunca ha sido especialmente fuerte contra este, así que ocupara algún héroe que la rescate. Espera que Naruto y Sasuke se desocupen pronto, para pegarse a ellos el resto de la velada y con suerte sobrevivir con su integridad total.

No debería ser tan difícil.

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Abrir los ojos con un terrible dolor de cabeza, fue la primera señal de que algo estaba mal, la segunda señal fue la extraña sensación de lagunazo, al no recordar exactamente los eventos de la noche anterior; se intenta incorporar en la cama, sintiendo un dolor en su espalda baja y eso provoca una sensación molesta en su interior. Ha pasado muchas veces por la caminata de la vergüenza, para poder identificarla y esta no es diferente; su pensamiento va directamente en las formas de hacerle pagar a Anko, como la breve sensación de familiaridad en la habitación donde se encuentra. La sensación de poco calor, hace que baje la mirada para notar que solamente parece tener una camisa vieja sobre ella, que es varias tallas más de las que debería usar.

Es de un hombre.

El dolor en la parte inferior de su cuerpo tiene ahora más sentido, lo que la hace gimotear mientras entierra su rostro contra sus manos.

Esta mierda otra vez.

Sin duda, ocupa cambiar su amistad con Anko o al menos, obtener un salvavidas en estos casos. Es la típica persona que se maldice por haber tomado tanto, aunque a veces es su propia soledad, que la lleva a tomar con Anko y eso le fastidia un poco más.

Mejor terminar con eso.

Se levanta sintiendo sus piernas algo débiles, lo que le indica que al menos ha pasado una buena noche, por lo que espera que el saludo mañanero no sea tan incómodo como podría ser. Se detiene un poco cuando pasa por el espejo, notando casi horrorizada las marcas en su clavícula y cuello, pensando que el idiota con quien ha estado, era un puto animal que le ha dejado marcas por todos lados.

¿Quién podría ser?

Aun en su mareo debido a una resaca y dolor de cabeza, sus respuestas parecen ser contestadas cuando su mirada recae en una fotografía en la pared que la hace gritar mentalmente. La mano en su rostro es coloca con frustración, maldiciendo la situación en general y repetir esto tantos años después. En la fotografía se pueden ver a tres niños con sus pokemon iniciales, una chica de cabellera castaña y gran sonrisa que rivaliza con la del niño de cabello negro; el ultimo integrante de la fotografía debe haber sido su aventura de una noche.

Kakashi de joven.

—Veo que te despertaste—habla una voz a su derecha, que la hace voltear fingiendo la poca tranquilidad que aún posee.

Kakashi está vestido tranquilamente con un pantalón holgado y una camisa floja, que probablemente a cualquier otro mortal se le vería como la típica ropa vieja de estar en casa, pero el maldito luce como si fuera un puto modelo. Hikari casi olvida como luce su rostro, ya que era de las pocas que lo había visto anteriormente, pero ahora parece tranquilo sin alguna mascara que lo cubra y eso la hace avergonzarse más que el hecho de haber tenido sexo con él.

Sus prioridades sin duda no están bien.

—Ocupo usar el baño—musita con la voz algo ronca, que realmente no quiere saber de dónde viene el dolor de garganta.

Kakashi la ve fijamente un segundo, antes de encogerse de hombros e indicar que el desayuno ya está listo, eso la hace encogerse en el baño con arrepentimiento. Ya había pasado esta experiencia anteriormente, pero cuando eran desconocidos era más fácil, simplemente buscaría su ropa y se despediría sin volver a ver atrás; no solía tener esas aventuras seguidas, pero se haría algún examen médico solo para asegurar que no la había cagado…tanto.

La amabilidad de Kakashi dolía como una bofetada de alguna forma.

Malditas hormonas y subconsciente que trabajaron juntas cuando estaba ebria, acostarse con ese hombre nuevamente, volver a cometer ese error por culpa de sus sentimientos.

Era una puta mierda.

Se restriega el rostro con agua con fuerza, casi como si se autocastigara de alguna forma y esperando que así fuera, antes de vomitar un poco en el baño; si son los nervios o la misma resaca de la noche anterior, no tiene la menor idea.

Al salir del baño puede notar que en la cama de Kakashi está su ropa limpia, indiferente de que alguien entre o no, comienza a cambiarse de ropa y deseando poder largarse de aquí cuanto antes. La ropa no huele tan mal como la noche anterior, así que supone que debió haber sido lavada y eso aumenta la culpa en su interior.

La caminata de la vergüenza es peor al ver el desayuno ya servido en la mesa, un pensamiento sobre que Kakashi podría ser una buena ama de casa si quisiera, llega traicioneramente mientras se sienta. De reojo puede notar a Sylveon dormitando sobre el sofá con Jolteon lamiendo suavemente su cara, lo que la hace arrugar un poco la nariz.

Su pokemon tiene una mejor relación que ella.

Su vida era una comedia.

—Pensé que sería buena idea un desayuno ligero, ayer tomaste mucho—expresa Kakashi quien tiene la vista puesta en un libro, que reconoce como de Jiraiya.

El entrenador de cabellera albina, había sido uno de los miembros de la elite Four hace años, que incluso había entrenado a Naruto hace algún tiempo. Ahora también era un escritor de literatura erótica, con quien usualmente luchaba discretamente por el libro con mayor cantidad de ventas.

Dejo eso de lado, antes de tomar aire.

—Lo sien…—estaba comenzando una disculpa, cuando Kakashi levanta la mano deteniéndola y haciéndola atragantar con su saliva por el rápido movimiento.

Parpadea como un pez fuera del agua, antes de notar la expresión levemente molesta por ella, lo cual la hace encogerse en su lugar.

—Come y yo hablo, no tengo tiempo para escucharte disculparte por todo…otra vez—su comentario la molesta en realidad, pero su mirada hace que tome una tostada que mete a su boca casi por obligación; sabe bien, pero su boca todo parece saber a ceniza—eres una adulta y yo también soy un adulto, tener sexo no es el final de los tiempos y se por tus expresiones anoche que realmente no estabas arrepentida por esto—añade con seriedad, provocando que se sienta aún más abochornada de ser posible.

Gruñe por bajo mientras mete un poco más de tostada en su boca.

Es fácil para el bastardo decirlo, no tiene putos sentimientos involucrados en esta mierda como ella.

—Es solo que…bueno…es incómodo para mí—admite Hikari al ver que el hombre ha guardado silencio y parece un tiempo perfectamente razonable para hablar.

Kakashi levanta una ceja.

—¿Acaso no soy un buen partido? —

Hikari ignora el tono descarado de este a favor de tener una conversación normal.

—No digo que no lo seas, es solo que…bueno… ¿no te parece incomodo a ti? —espera al menos que su pregunta alivie un poco la tensión de su cuerpo, pero Kakashi no parece sorprendido de su pregunta y la ve con incredulidad.

—Lo que me incomoda es que te disculpes tanto, después de todo tú me gustas—confiesa este sin parecer para nada extraño o incómodo.

Hikari lamenta haberse metido un poco de tostada en su boca, ya que termina escupiéndola contra la mesa, al tiempo que se ahoga por falta de aire al atorarse con la comida en su garganta. Cuando logra recuperar el aire y está segura que debió verse como una persona demente, levanta el rostro totalmente pálido y con la boca abierta, para ver a Kakashi lucir tranquilo.

Debe ser una puta broma o algo por el estilo.

No tiene ningún otro sentido.

Pero los ojos del hombre se ven sinceros, y si algo sabe del maldito bastardo, es que no es un puto mentiroso y prefiere simplemente no decir nada, a decir una mentira. Entonces por muy extraño que sea y sin nada de sentido, el idiota debe estar diciendo la verdad, lo cual provoca que su corazón este luchando para no detenerse de un paro cardiaco.

El hombre sonríe levemente, casi con cariño y Hikari la pierde antes de saltar alarmada en su lugar.

Una puta mierda.

—Por cierto, ya le di de comer a tus pokemon, todos a excepción de Pangoro no lo tomaron tan mal—explica este frotando levemente su mejilla, que ahora que le presta atención parece un poco rojiza.

Probablemente Pangoro no estaba feliz.

Lo cual no tiene sentido.

—¿Es una broma de mal gusto? —pregunta casi con voz chillona, a lo cual Kakashi le da una mirada levemente irritada como divertida.

—No—

—Mierda—

Hikari prefiere meter otra tostada a su boca, porque no tiene nada que decir y duda que su cabeza esté pensando o procesando bien lo que está sucediendo. Ocupa un tiempo de meditación, meterse en una montaña a enfrentarse a todos los entrenadores y despejar su mente de alguna forma, o está segura que eventualmente su cabeza simplemente va a explotar.

—Comentaste algo sobre viajar a otra región—el cambio total de conversación, es bien recibido para Hikari quien levanta la mirada alegre de cambiar la bola curva que le fue arrojada—tengo vacaciones por algunos días, tal vez podríamos ir juntos, tengo ganas de viajar contigo oficialmente esta vez—propone el hombre con una sonrisa, que debería ser ilegal.

Por segunda vez en diez minutos se vuelve ahogar con su propia saliva.

.

.

Hikari puede que no lo sepa todavía y falte un tiempo antes de saber, que tal vez todo este tiempo que había estado corriendo tratando de superar los sentimientos de Kakashi, este podría haber estado intentando alcanzarla de alguna forma. El antiguo campeón de Kanto, había quedado tal vez flechado de ella, cuando ambos habían crecido juntos y luchado contra el equipo Rocket de forma involuntaria, al lado del otro.

Pero como se dijo, eso es algo que sabría solamente más adelante.

Por ahora, este podría ser el comienzo de algo nuevo.

En unos meses para el nacimiento del hijo de Asuma y Kurenai, tal vez Hikari y Kakashi se presentarían como pareja ante sus amigos, pero por ahora, es tiempo de que un nuevo viaje inicie.

Fin

Espero les gustara.

Nota:

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Sayonara sexys lectores.