Hola a todos, gracias por entrar aquí. Hoy les traigo una pequeña historia que comencé haces varias semanas atrás, y que hoy, por fin pude terminar. «Esta viñeta fue escrita para el Matsuri EmocionArte de la página de Facebook Shikatema: Hojas de Arena». Mi aporte se basa en la emoción: Optimismo.
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Como siempre quiero agradecer a todas las personas que se dan el tiempo de dejarme un review, a las que marcan mis historias o a mí como favorita y/o siguiendo, y a las que simplemente leen. Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.
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Esta viñeta la dedico con mucho cariño a mis comentaristas estrellas: Kaoru-sakura, SophieNara040922 y Coeli Nara. Gracias por sus bellos reviews :D
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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.
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Razones para ser optimista
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Después de recorrer la planta baja y revisar que todo estuviese cerrado, regresé a la sala encontrándome con su rostro ensimismado. La observé a la distancia, solo unos segundos, para luego avanzar sigiloso hacia el sillón donde estaba sentada.
Quería asustarla, no obstante, antes de tocar sus hombros, echó su cabeza hacia atrás. Mi intento número cientos ochenta y tres era un fracaso.
—Tú sabes que si no ocultas tu chakra nunca lo lograrás, ¿cierto?—su tono presumido me hizo esbozar una semisonrisa.
—Lo sé, pero no perdía nada con intentarlo —espeté y me sonrío de vuelta, aunque en sus ojos almendrados pude visualizar otra emoción—. ¿En qué pensabas?
Al escuchar mi pregunta, su semblante cambió.
—Sé que no debo preocuparme, pero es algo que no puedo evitar —confesó transmitiéndome su inquietud—. Es la primera vez que al equipo de Shikadai le asignan una misión rango C: servicio de guardaespaldas; lo que significa que estará varios días fuera de casa.
Analicé el punto, y enseguida avancé rodeando el sillón y me senté a su lado.
—Estará bien, Temari —señalé con voz segura al momento de contemplar nuevamente sus ojos almendrados—. Ese tipo de misiones no suelen ser complicadas.
La expresión de su rostro no cambió.
—Tú sabes que existe un porcentaje de misiones, de ese tipo, que suele complicarse —refutó y tenía razón. No obstante, la probabilidad de que ocurriera eso era baja, por ende, mi optimismo continuó firme.
—Estoy de acuerdo contigo —acoté comprensivo y envolví su mano con mía—, sin embargo, si ocurriera algún imprevisto, los chicos sabrían lidiar con eso. El equipo ha sido entrenado para enfrentar diversos tipos de escenarios. Son shinobis, lo harán bien.
—Lo sé —susurró y yo le regalé una semisonrisa.
—Y en el caso de que ocurriera alguna situación más grave, donde se vieran obligados a cambiar el plan original, Shikadai es el indicado para hacerlo. Él cuenta con el potencial suficiente para idear cualquier tipo de plan. Es un Nara después de todo.
Alzó una ceja y me miró divertida.
—¿Presumiendo a tu hijo?
Sonreí al notar que su semblante se relajó.
—Tal vez, pero solo lo hago con el fin de que dejes de lado ese temor tan genuino que sientes. Es normal ser aprensivo con los hijos cuando son pequeños, pero cuando empiezan a crecer, tenemos que aprender a soltarlos, es la única manera de que adquieran independencia y seguridad. Temari, trata de mirar esta misión con optimismo; no tiene por qué ocurrir alguna eventualidad.
Apretó los labios por un momento y luego soltó un suspiro.
—Está bien, lo intentaré.
—No te veo muy convencida —la pinché provocando que frunciera el entrecejo —. La verdad, es que me sonó más a una respuesta de un originario de Konoha, y no a uno de Suna.
—Estoy convencida de que al equipo diez le irá bien, ya que tengo plena confianza en los shinobis que lo integran—me aclaró elevando el tono de su voz. Parecía molesta, aunque no me extrañó—. Sobre todo… porque tengo plena confianza en Shikadai —normalizó la voz de manera gradual, pudiéndome percatar del orgullo que sintió al pronunciar el nombre de nuestro hijo—. Él siempre ha sido un niño muy sensato, lo que me da mucha tranquilizad… y qué decir de su capacidad de análisis. Sé que tratará de cumplir la misión a cabalidad… y si pasase alguna contrariedad, lo hará bien, ya que sabe trabajar en equipo.
Sonreí complacido.
—Me alegra ver que vuelves a ser la misma de siempre —mis palabras le sacaron una sonrisa.
—¿Extrañabas verme enojada? —inquirió curiosa, y yo en respuesta, la miré con temor. Negué con cabeza y ella me sonrío con cariño—. Gracias por recordarme las habilidades de Shikadai, aunque si te soy sincera, mi inquietud aún no desaparece, continúa, pero en un grado mucho menor. Esto solo acabará cuando tenga a nuestro hijo de vuelta en casa.
—Te recuerdo que Shikadai todavía está bajo nuestro mismo techo. La misión recién comenzará mañana.
Esbozó una semisonrisa.
—Lo sé, pero ya estoy mentalizada de que le irá bien, ya que cuenta con un gran equipo.
—Me gusta escucharte optimista —espeté mirando cada una de las facciones de su rostro—. Ahora te ves tan radiante como tu sonrisa.
Me miró con dulzura.
—Estoy mejor gracias a ti —acotó con voz segura, y enseguida se puso de pie. De inmediato, la imité y busqué sus ojos. Prosiguió—. Agradezco la plática y todas tus palabras acertadas.
—Tú sabes que siempre estaré para ti —le hablé con amor y nuevamente tomé su mano. Con cariño, me sonrió.
—Estoy consciente de eso y me alegra de que sea así —señaló apoyándose en mi pecho—. Yo también siempre estaré para ti.
La estreché entre mis brazos y me sentí feliz. Tenía la certeza de que aquello que hablamos al final siempre sería así.
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FIN
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Gracias por leer, espero que les haya gustado esta pequeña historia. Cualquier cosa que quieran decirme, pueden hacerlo a través de un review, me encanta leerlos y responderlos. Recuerden que los reviews siempre motivan al escritor. Yo los amo con el corazón :D
En los próximos días responderé los reviews pendientes; disculpen la demora.
Disculpen también las posibles faltas de ortografías, apenas tenga tiempo las corregiré (ayyy Kami... dame tiempo, por favor).
Nos vemos en una próxima publicación.
Les deseo un buen inicio de semana; besos y abrazos para todos.
