UNA PROPUESTA INDECOROSA

La fiesta se desarrollaba con absoluta tranquilidad, algunos tragos, comida, buena charla y la mejor compañía. No era muy común que todos pudieran reunirse por lo que el ambiente estaba lleno de risas y bromas, algunos recuerdos de misiones pasadas, y no es que se esforzaran en ser graciosos, simplemente aprovechaban el momento. Lo disfrutaban.

Sakura hablaba animadamente con Naruto, se habían apartado un poco para que el ruido de la música le permitiera a la médico dar recomendaciones sobre la salud de su compañero. Nunca era demasiado precavida cuando se trataba de él, y aunque se veían con frecuencia, intentaba recordarle lo cuidadoso que debía ser.

-Ahora vuelve con Hinata, te espera.

-Por supuesto, ¿no entras?

-Tomaré un poco de aire antes.

-De acuerdo, pero no te quedes mucho tiempo afuera o podrías resfriarte.

Sakura se quedó observando la escena, la fiesta improvisada sin motivo alguno más que relajarse y pasar un buen rato, recordar que la Guerra había terminado. Ahí estaban algunos sobrevivientes, no eran los mismos, faltaban algunos que nunca volverían, se podía ver en Lee y Tenten un dejo de melancolía por Neji, Ino y Shikamaru habían perdido a sus padres... Todos tenían heridas que no sanaban, pero esa fiesta les ayudaba un poco.

La médico se arregló el vestido, uno rosa, del color de su cabello, de tirantes y más corto de lo que acostumbraba a usar, pero era una ocasión especial. Buscó a Sasuke con la mirada, no lo encontraba por ninguna parte. El Uchiha se iría pronto de Konoha, y Sakura quería aprovechar el tiempo para aclarar la situación entre ellos. Estaba segura de que Sasuke sentía algo por ella, ahora lo importante era desarrollar ese sentimiento y no perdería ninguna oportunidad.

Lo intentó, pero la verdad es que seguía profundamente enamorada de él, perdonó cada uno de sus errores, incluso que en alguna ocasión la atacara. Lo perdonó todo porque sin duda ahora era un ninja diferente, su mirada había cambiado mucho, lo mismo que su actitud, y si alguna tenía una oportunidad con él, era ella.

La visitaba en su casa, cuando se encontraban en la calle la invitaba a tomar algo, aunque ella siempre lo rechazaba con una sonrisa prometiendo que la próxima vez irían a comer algo.

Estaba a punto de entrar de nuevo al pequeño bar donde se celebraba la fiesta cuando escuchó la risa de una mujer, sonaba un poco coqueta, seguro que estaba pasando un buen rato con alguien. Y precisamente fue ese alguien el que le borró el humor de la noche. Escuchó la risa de Sasuke también, inconfundible por ser tan escasa, que pocas veces ella había logrado escuchar, mucho menos provocar. Se acercó silenciosamente, ellos no estaban lejos, a un costado del bar, en un rincón oscuro. En realidad ya sabía con qué escena se encontraría, y era demasiado masoquista querer verlo, pero lo necesitaba.

Claro que era Sasuke, la poca luz que llegaba de una de las lámparas alumbraba su inconfundible cabello negro. Le besaba el cuello a Karin, si eso podía considerarse un beso, la verdad es que para ella era como si la estuviera devorando. La tenía contra una de las paredes del bar, sus manos estaban por todos lados, se metían debajo de la blusa hasta que dejaron al descubierto su sostén, levantaban la falda sin el menor titubeo. El ruido de los besos era fuerte y seguro, como también los jadeos de Karin que se mezclaban con una risa juguetona. Las manos de Karin tampoco se quedaban quietas, ya estaban por desabrochar el pantaloncillo del ninja. Era tan obvio lo que sucedería como lo era el hecho de que no era la primera vez, se reconocían, el deseo no era nuevo, sino surgido de la repetición.

Demasiado ocupados con el placer para fijarse en ella.

Sakura se dio media vuelta y cuando se aseguró de que no la veían, vomitó. Sentía el rostro arder de vergüenza por ver algo así, y también sintió que los ojos le ardían y no tardaron en llenarse de lágrimas y caer al piso.

-¿Sakura, qué pasa?- Ino había llegado y la sostenía para que ella no cayera sobre el vómito -¿Te sientes mal?

-¿Podrías acompañarme a casa?

-No- la respuesta de su amiga la sorprendió -No dejaré que Sasuke siga arruinando la diversión.

-Está en un callejón, devorando a Karin.

Ino la tomó de la mano y la alejó de la fiesta y de la posibilidad de que Sasuke la viera en ese estado.

-Sakura, Sasuke puede hacer lo que quiera, hasta donde sé, ustedes dos no están juntos. Entiendo cómo te sientes, pero no puedes reclamarle nada, y no puedes dejar que esto te afecte de esta forma.

-Lo sé, pero creí que por fin podríamos estar juntos, que si alguien tenía oportunidad, sería yo.

-Sakura, lo que viste, bueno... no significa que ahora están juntos. Solo pasaban un buen rato, y te aseguro que no es el primero- los ojos de Sakura volvieron a llenarse de lágrimas.

-Claro que no es el primero, ¿hace cuánto que lo sabes?

-Eso no importa... - Ino no quería seguir lastimando a su amiga, así que buscó cambiar de tema -Si a estas alturas no se ha hecho formal una relación entre ambos, significa que no es serio, que a Sasuke no le interesa de esa forma.

-Pero yo quiero interesarle de esa forma, Ino- declaró Sakura aunque el sonrojo en su cara volvió a aparecer -¿Por qué tiene que estar en ese callejón con ella y no conmigo? Yo podría estar en su lugar, pero prefiere a Karin. No lo entiendo.

-Sakura, no creo que hables en serio, tan sólo con decirlo te has sonrojado, si estuvieras en ese callejón con Sasuke, morirías de vergüenza, creo que ni siquiera permitirías un beso en público, mucho menos un manoseo como ese.

-¿Estás diciendo que Sasuke no está conmigo porque me falta experiencia? ¿Porque no soy tan desinhibida como ella y me daría vergüenza tener sexo en un cajellón sucio?

-Estoy diciendo que tal vez quiere un poco de diversión antes de sentar cabeza.

-¿Y yo no soy divertida?

-No quise decir eso, sabes que no quise decir eso, Sakura. Repruebo el comportamiento de Sasuke, me parece asqueroso porque he visto el interés que demuestra por ti y pensé que era sincero y único- Ino la tomó de la mano.

-Lo siento, es sólo que quiero irme a casa.

-Pero eso no lo puedo permitir, necesitas divertirte, te lo mereces. Así que vamos.

Sakura se secó las lágrimas y aunque se dejó el rostro un poco rojo, nadie pareció notarlo, seguro que pensaron que era por los tragos. Ino tenía razón, después de todo merecía un momento de paz y tranquilidad. Volvió a charlar con todos, tan animada como siempre, sonriendo y cooperando para pasar un buen rato. Pero ni por un momento dejó de pensar en Sasuke. Estaba pensando en una idea muy estúpida.

Cuando Sasuke volvió a entrar, venía solo. Karin no tenía muchos amigos o compañeros entre la Aldea, según había dicho estaría allí tan solo unos días de visita y como era bastante evidente, no era precisamente para hacer amigos. Sakura suspiró, en realidad no tenía nada en contra de ella, Ino tenía razón, no podía molestarse con ninguno de los dos que solo disfrutaban de la compañía del otro con la absoluta libertad de la que gozaban. De todos modos eso no evitó que se sintiera traicionada y deseara que Sasuke experimentara un poco de celos e incertidumbre. Se arrepintió de ser tan obvia con sus sentimientos.

Cuando Sasuke se acercó a saludarla, Sakura agradeció que Ino interrumpiera con alguna excusa a la que ni siquiera prestó atención y se la llevara lejos. No estaba lista para verlo, tenerlo cerca le revolvió el estómago, y su aroma...

-¿Segura que no quieres que te acompañe?

-Segura, Ino, anda, ve con Sai.

-¿Sabes, Sakura?- le dijo Ino al tiempo que la abrazaba con fuerza -Te mereces ser feliz, y si realmente quieres estar con Sasuke, estoy segura de que podrás conquistarlo. Pero tú también podrías estar con alguien más, un poco de diversión no te vendría mal.

-¿Alguien más?

-Por supuesto. Alguien que no quiera divertirse con alguien más.

Sakura comenzó el camino hacia su casa, ya era de madrugada y sin duda que un vestido ligero no era la mejor opción, pero no tardaría mucho tiempo en llegar así que no importaba. El vestido le quedaba bien, pero no había cumplido su objetivo. Comenzaba a creer que ninguna prenda lo haría.

-¿Te acompaño a casa? -preguntó Sasuke apareciendo a su lado, más cerca que de costumbre. Sakura se sonrojó involuntariamente, sin duda que era patética. Pero seguía dolida y confundida.

-No es necesario, Sasuke-kun- eso pareció sorprenderlo.

-¿Segura? Es una noche fría, ese vestido no es el más adecuado.

-Hoy tomaré otro camino a casa- dijo la médico sin dejar de ver el suelo -Te veré después.

Ese otro camino era lo opuesto a un atajo, rodeó para evitar que Sasuke la acompañara, sí que era infantil. Lo mejor era pensar bien lo que haría, la realidad es que Sasuke la trataba con extrema amabilidad, incluso le sonreía discretamente y hasta se ofrecía para acompañarla a casa. Pero nada parecido a lo que hacía con Karin, era simplemente que no le atraía de esa forma. Ni siquiera luciendo un vestido así, que era lo más provocativo que se pondría en la vida.

-No deberías caminar por Konoha tan tarde, Sakura.

-¡Sensei!- la médico estaba tan concentrada en sus pensamientos que no sintió la presencia del Hokage. Cuando se recuperó de la sorpresa, se abrazó a sí misma por el viento frío -Claro que puedo caminar tan tarde, no necesito que nadie me proteja, yo puedo cuidarme sola.

Para sorpresa de la médico, el Hokage soltó una carcajada.

-Estoy muy consciente de tu fuerza, Sakura, jamás te subestimaría. Sé que puedes con cualquiera que se te ponga enfrente -el ninja se quitó la capa Hokage, en la espalda tenía grabado "Sexto Hokage" y se lo puso a la jovencita en los hombros -Me refería a que no deberías caminar tan tarde sin la ropa apropiada. Sin duda que ese vestido te queda muy bien, pero podrías enfermarte. Además ya es tarde, según tengo entendido estás trabajando en el Hospital, a penas dormirás unas horas.

-No es necesario, sensei- dijo Sakura pero no se quitó el traje de Hokage, se sentía más importante con esa capa en los hombros -Gracias, por quitarme el frío y por no subestimarme.

-Vamos, te acompañaré a casa.

-¿Por qué pasea por Konoha tan tarde, sensei?

-Hasta ahora termino con los deberes. El puesto me queda un poco grande.

-Nadie más podría hacerse cargo de la Aldea en estos momentos, sensei. Después de la Guerra, tenerlo al frente, es sentirse a salvo. Después de tanto, podemos, los que sobrevivimos, verlo en la oficina y saber que quien está allí, nos comprende, nos salvó, y ahora nos protege, es... es una de las mejores sensaciones. Me alegra que sea usted el Hokage.

-Gracias, Sakura- el ninja se metió las manos a los bolsillos, se sorprendió de una respuesta tan sincera y emocional -Tú debiste dar mi discurso.

-Le escribiré el próximo. Gracias por acompañarme a casa, sensei- le devolvió la capa -Procure ir a dormir, lo necesita. Le queda bien el traje de Hokage.

Sakura subió hasta su habitación, quitarse la capa del Hokage le había hecho sentir frío, así que se apresuró a cerrar la ventana. Para su sorpresa el ninja seguía allí, había sacado uno de sus libros y lo leía atentamente. Era lo único que la médico no entendía, Naruto decía que esos libros eran para pervertidos, pero su sensei, ahora el Hokage, no podía ser un pervertido. Aunque seguro que experiencia no le faltaba.

-Experiencia- repitió la médico con una idea en la cabeza - A mí me falta experiencia... seguro que él tiene de sobra.

Antes de arrepentirse de la idea que acababa de cruzar por la cabeza, abrió la ventana y le gritó al ninja que estaba por marcharse:

-¡¿Puede recibirme mañana, Hokage-sama?! ¡Tengo una petición para usted. Bueno, no mañana, sino más tarde, porque ya es otro día, y quiero verlo hoy y no mañana!

-Por supuesto, te veré más tarde, Sakura

La médico lo observó alejarse, caminaba como siempre, como el día que lo conoció, con un estilo relajado, como si no tuviera prisa ni un destino fijo, lo único que le interesaba era ese libro.

Se cambió de ropa y se recostó en la cama, pero no durmió. No le gustaba dormir. Estaba pensado en estupideces, pero entre todas esas estupideces había una idea que no dejaba de resonar en su mente. Ino tenía razón, aunque dijera que deseaba estar en el lugar de Karin, de sólo pensarlo se avergonzaba. Cuando se imaginaba al lado de Sasuke, tenía una idea bastante cursi en la cabeza, nada se acercaba a ser manoseada en un callejón oscuro ni sexo con la posibilidad de ser descubiertos, esa no era una idea excitante.

Pero debía superar esa vergüenza constante de la tentativa de cercanía masculina. No sólo era sobre Sasuke, cualquier hombre que se le acercaba con intenciones de conquista, la ponía nerviosa. Era muy segura en cuanto a sus habilidades como ninja y como médico, pero la falta de experiencia en un terreno más íntimo, la hacía dudar en cada paso que daba.

Podría explicarle la situación a Sasuke, pero ni siquiera mantenían una relación como para justificar su timidez, el Uchiha podría sentirse demasiado comprometido con algo que ni siquiera había comenzado. Quería superar su timidez, y necesitaba a alguien en quien pudiera confiar absolutamente, y contrario a lo que muchos creían, el ninja en el que más confiaba era su antiguo sensei.

Quizá cuando adquiriera un poco de experiencia, entonces Sasuke sólo la necesitaría a ella, y más importante, la desearía.

Toda la madrugada transcurrió entre los mismos pensamientos. Dejó que la mañana avanzara un par de horas, se levantó y se dio una ducha. No iría al Hospital tampoco ese día, necesitaba un descanso.

De camino a la florería se cruzó con Karin, un simple y casual encuentro en el que ninguna se saludó, no eran amigas, no tenía sentido fingir nada. Pasaron una al lado de la otra con la vista hacia el frente. Seguro que Karin pensaba en lo ocurrido la noche anterior con Sasuke, y Sakura pensaba que incluso con lo de anoche, no había bastado para que tuvieran alguna clase de relación, en caso de que ella realmente quisiera una, que no lo dudaba.

Cada una siguió su camino, y Sakura llegó hasta la florería de Ino sin ningún otro incidente.

-¿Sakura, qué haces aquí?, creí que estarías en el Hospital.

-No, me tomé esta semana de descanso- acababa de decidir eso. Ahora sólo debía comunicárselo a alguna enfermera. Su trabajo allí era demasiado esporádico.

-Me alegra saberlo, la verdad es que me gustan tus visitas sin las prisas de tu cargo en el Hospital. Sé que eventualmente volverás, pero por ahora, necesitas descansar.

Sakura ayudó a Ino a atender la florería, se sirvieron un poco de té, y como de costumbre hablaron de cualquier cosa. Las horas pasaron tranquilamente, ninguna de las dos tenía prisa. Eran las mejores tardes de Sakura, esas y las que pasaba con Naruto en el antiguo campo de entrenamiento.

-He estado pensando en lo que me dijiste ayer- Sakura le dio el último trago a su té -Quiero experimentar.

Esa confesión hizo que su amiga se atragantara con el té y la taza cayera al suelo, ni siquiera le importó ese detalle, Ino se acercó a Sakura y la tomó de las manos.

-¿Piensas hablar con Sasuke?

-No, con Kakashi-sensei.

-No entiendo, ¿para qué con Hokage-sama?

-Dijiste que me faltaba experiencia...

-¡No!- Ino se puso de pie pero inmediatamente volvió a sentarse -Sakura, cariño, creo que estás un poco confundida, planeas pedirle a Hokage-sama que te ayude a experimentar con algo tan íntimo, no estás pensando con claridad.

-Él es el hombre en quien más confío, Ino.

-Eso lo entiendo, Sakura. Pero no deja de ser el Hokage. Además, bueno, su fama...

-¿Qué fama?

-Parece que es bastante popular entre las mujeres, y aunque eso ya es bastante obvio, quiero decir, sólo hace falta verlo, parece que también es un poco selectivo.

-¿Podrías ser un poco más clara?

-Lo que quiero decir es que... cuando estaba en el Hospital, escuché a algunas enfermeras hablar de Kakashi, claro que a ninguna de ellas les dio una oportunidad, dijeron que sólo sale con compañeras de ANBU. Hablaban de cuánto lo intentaron pero que ni siquiera lograron la primera cita, algo acerca de sus gustos. Sus relaciones no duran más de un mes, y parece que nunca repite. Dicen que en una sola noche te vuelve loca. son rumores, claro, no deberías creer todo, pero sí algunas cosas. No es fácil salir con él. Y con esto no quiero decir que tú no cubras cualquiera de los requisitos, sólo que si estás tan decidida, deberías pensar en alguna otra opción.

-Nunca consideré la fama de Kakashi-sensei.

-Creo que sigues pensando en él como tu sensei, pero ya es el Hokage, Sakura, y si antes ya hablaban de él como un imposible, pues ahora... Deberías hablar con Sasuke, seguro que entenderá cómo te sientes.

-No, cuando dije que quiero experimentar, lo dije en serio. Quiero dejar de sonrojarme con cada hombre que se me acerca, y Kakashi es un hombre maduro, inteligente, talentoso...

-¿Segura que no vas tras el Hokage?- Sakura rodó los ojos con incredulidad e ignoró ese comentario.

-Kakashi-sensei debe ser en el aspecto íntimo, muy superior que Sasuke, con la fama que tiene, creo que estamos de acuerdo en ese punto. Y si realmente pierde el interés después de un mes, pues un mes es todo lo que necesito.

-¿Has considerado qué sucederá si él se niega?, es el Hokage, y tu sensei, todo se volvería demasiado incómodo.

-Sí. Ahora debo irme.

-¡Espera, Sakura!

Pero la médico ya se despedía con una sonrisa tranquila, como si no estuviera por pedirle al Hokage que la ayudara a experimentar sexualmente. Sakura no fue directo a la oficina de su ex sensei, en lugar de eso se dedicó a pasear por las calles, un momento a solas no le iba mal. Todos pensaban que tarde o temprano aceptaría el puesto como encargada del Hospital, y lo haría, sólo que necesitaba tiempo, más tiempo del que pensaban.

Se pasó un par de horas paseando por Konoha, evitó todos los lugares en los que Sasuke podría estar, pasó a comer en un pequeño lugar que estaba casi solo. Ya había tomado una decisión y ese paseo no era para meditar el asunto, era simplemente para no interrumpir al Hokage en algún asunto importante, para evitar que alguien pudiera interrumpirla.

Cuando la noche avanzó un poco más, entonces se encaminó hasta la Torre, antes de entrar se detuvo, desde ahí pudo ver al ninja caminar de un lado a otro con un papel. Su inconfundible melena gris parecía un poco menos rebelde, pero siempre le daría un toque relajado a su imagen.

-Sakura, no esperaba encontrarte aquí- eran Sasuke y Karin. Era normal que estuvieran juntos, Sakura se había escondido todo el día, y justo ahora debía encontrarlo -Te busqué en el Hospital.

-Me tomé el día- dijo sin dejar de ver a la venta. En cierto momento Kakashi se detuvo, y como si pudiera sentir la mirada de la médico sobre él, observó en su dirección y la descubrió, lejos de sentirse incómodo, la saludó con la mano, Sakura devolvió el gesto -Debo irme- le dijo a Sasuke y a Karin -Los veré después.

No se equivocó, la Torre Hokage estaba vacía. Claro que estaba nerviosa, cuando tocó la puerta, la idea de estar cometiendo una locura, por primera vez, se le cruzó por la cabeza. Por Dios, él era el Hokague.

-Pasa, Sakura.

-Espero no interrumpirlo, sensei- de repente se dio cuenta de que no había preparado un discurso, así que lo mejor era desviar la atención a otro tema hasta que se le ocurriera una forma de introducir su propuesta.

-Me alegra que sigas diciéndome sensei, haces que me olvide un poco de que soy el Hokage y de las responsabilidades que ese puesto trae consigo.

-¿Necesita que lo ayude con algo, sensei?

-Lo correcto sería negarme, pero podrías decirme qué debo hacer con estos pergaminos, no sé a quién debería llamar para que los resuelva.

-Permítame ayudarle- Sakura tomó los pergaminos y comenzó a separarlos -Seguro que ya quiere irse a casa.

-En realidad sí, necesito descansar.

-¿Descansar? Creí que su novia lo estaría esperando en casa- Kakashi la escuchó sorprendido por ese comentario pero sólo acertó a sonreír y encogerse de hombros -Entonces no tiene una pareja.

-Con todas estas responsabilidades, me sorprende que los anteriores Hokages tuvieran tiempo para tener una familia.

-Debe entregarle esto a Shikamaru, son pergaminos de otras Aldeas, lo asesorará sobre la mejor respuesta. Por favor hágalo mañana, no es urgente, pero responderle a otros Kages es la mejor forma de fortalecer nuestros lazos- Sakura suspiró -¿Sensei?

-¿Qué pasa, Sakura?, dijiste que tenías una petición.

-Sí- la médico observó al ninja, estaba leyendo unos pergaminos, pero se detuvo para prestarle toda su atención, en el peor momento para sonrojarse, era ese, y se sonrojó completamente, sentía todo el rostro arder de vergüenza, cerró los ojos -¿Podría, por favor, tener una relación conmigo?

Lo preguntó más fuerte de lo que hubiera querido, casi estuvo segura de que lo gritó. Lo siguiente fue un silencio que le pareció duró una eternidad.

-Creí que Sasuke y tú estaban juntos- esa fue su respuesta, no era la que esperaba, pero lo importante fue que tampoco era un rechazo. Se armó de valor y abrió los ojos, el Hokage estaba parado frente a ella, viéndola directamente a los ojos. Se lo estaba tomando con absoluta seriedad y eso la impulsó a continuar.

-No, estoy libre.

-Sakura, me temo que no entiendo lo que pretendes.

-Usted es el hombre en el que más confío, sensei - esa declaración pareció sorprenderlo -La verdad es que me encuentro en desventaja, no tengo experiencia en un terreno más íntimo y no me gusta esa situación. Pensé que tal vez usted podría...

-¿Enseñarte?

-Sí.

-Además de darle celos a Sasuke.

-No, yo quiero que lo que suceda entre nosotros sea un secreto- Kakashi pareció más sorprendido con esa declaración que con las otras, después de unos segundos sonrió con ironía.

-También pretendes poner celoso a Sasuke, lo sé. Le dejarás saber que estás con alguien más, aunque no sepa que soy yo, y eso indudablemente lo sorprenderá y seguro que será molesto. Lo pondrás en una situación más faastidiosa que la tuya, porque por lo menos tú sabes a quién te enfrentas, mientras que él se quedará con la duda. Me estás pidiendo un romance secreto para poner celoso a Sasuke y para experimentar.

-Menos que eso, romance implica una relación romántica, yo sólo quiero...

-Experimentar. Esa parte lo entiendo, lo que quieres es simplemente eso, sin ataduras, sin ningún tipo de obligación, quieres simplemente experimentar conmigo, en secreto, claro.

-Sí.

-Bueno, ¿por qué yo?

-Usted debe tener mucha experiencia, dicen que en una noche...

-¿Qué hago en una noche, Sakura?

-¿Eso significa que cumplirá mi petición?

-Una última pregunta, debes entender que tenga algunas dudas al respecto- la médico asintió -¿Qué harías si me niego?

-Buscaría a alguien más.

-¿Se te ocurre alguien más que, según dices, tenga tanta experiencia como yo?

-Quizá no tanta experiencia, pero sí más disposición.

-¿Por qué simplemente no se lo pides a Sasuke?, estoy seguro de que estaría encantado de ayudarte en esta situación.

-Usted dijo que una pregunta más, esta es la segunda.

Sakura esperó la decisión del ninja, seguía de pie mirándola tranquilamente como si discutieran algún asunto de oficina, y eso era extraño pero no incómodo, además no pensó que llegaría tan lejos. Aunque terminara por negarse, estaba segura de que su relación no sufriría de ningún cambio, y eso era bueno.

No esperaba que el ninja supiera exactamente las razones de su decisión, poner celoso a Sasuke cuando sospechara que ella también se divertía era un deseo interno no expresado, pero que lo supiera la dejaba tranquila, sin mentiras y sin rodeos era mejor.

Después de algunos segundos más, Kakashi se acercó a ella, para su sorpresa no se sonrojó aunque su pulso sí se aceleró. Se acercó demasiado, o quizá era por la conversación que estaban sosteniendo que lo sentía mucho más cerca, pensó que la tomaría de la cintura, pero no. Una de sus manos fue hasta su rostro y lo levantó con delicadeza. Sus miradas se encontraron, el ninja se inclinó como si fuera a besarla, pero tampoco lo hizo.

-Acepto, pero no me quitaré la máscara.