De bien a mal en peor
Planeta Mobius, Tierra 202291, Año 12000 D.X., Mobotrópolis
Eran las nueve y media de la mañana cuando Sonic regresó felizmente a su casa. El pequeño erizo azul antropomórfico de cinco años se había levantado temprano para salir a estrenar su nueva hoverboard voladora.
"¡Tío Chuck, tío Chuck!" gritaba eufórico mientras descendía a toda velocidad, aterrizando justo enfrente de la entrada a la residencia "¿Viste lo rápido que iba? ¡¿Lo viste, lo viste?!"
"Sonic, estuve buscándote por todas partes" le reprendió su tío de brazos cruzados. El viejo y cansado erizo mayor veía a su sobrino con una mirada desaprobatoria "Montar deliberadamente el prototipo experimental HV-3000 sin mi permiso fue muy irresponsable de tu parte. ¡Podrías haber chocado y volado en pedazos!"
"Lo siento" contestó Sonic cabizbajo y bajando sus orejas, intentando ocultar lo orgulloso que se sentía por la travesura que había realizado "Sí, sé que vas a decirme que me dijiste que la batería de poder es inestable, pero no tuve problemas con ella. No lo volveré a hacer."
"Eso espero" espetó Chuck muy decepcionado por su conducta. Luego suspiró y relajó el tono de su voz "Sube rápido y vístete pronto, o llegaremos tarde a la ceremonia."
Sonic obedeció sin rechistar, y tras colocarse en pocos minutos el esmoquin que Chuck había planchado para él siguió a su tío por las radiante y muy pobladas calles de Mobotrópolis. Al igual que ellos, todos los ciudadanos parecían estar dirigiéndose hacia el Castillo de Acorn, que se alzaba imponente en toda su magnificencia al final de una lejana colina.
Al llegar, los guardias les escoltaron ipso facto a la sala del trono, donde el rey y la princesa les estaban esperando.
"¡Ah, Sir Charles!" expresó jovialmente Maximillian extendiendo su mano a Chuck en señal de amistad. El monarca ardilla de la familia Acorn se sentía bendecido con la aparición de su viejo amigo y mentor "Me alegra que haya decidido asistir. Esta celebración no habría sido lo mismo sin usted presente."
"No me lo perdería por nada en el mundo, majestad" respondió Sir Charles estrechando manos con Maximilian muy halagado "Creí que no viviría para ver el día en el que esta horrible guerra llegase a su fin."
"¡Sonic!" saludó la pequeña princesa a su compañero de juegos "¡Trajiste el esmoquin que escogí para ti! Pensé que lo dejarías. ¡Te queda muy bien!"
"Gracias, Sally" contestó Sonic ruborizado "La verdad es que no quería ponérmelo porque no va con mi estilo. Pero tío Chuck puede ser muy persuasivo cuando se lo propone."
Sally refunfuñó y se cruzó de brazos. Pese a que ya se lo esperaba, la idea de que Sonic despreciase su regalo la molestaba bastante.
"Sir Charles, quiero que conozca a alguien" dijo de pronto Maximilian, invitando a los otros dos huéspedes con los que se encontraba previamente hablando a dar un paso al frente "Le presento a la prodigiosa mente cuya ayuda fue crucial para acabar con la Gran Guerra: ¡El doctor Ivo Julian Robotnik!"
Sonic tragó saliva y dio involuntariamente un paso hacia atrás al ver cómo aquel alto, imponente y voluminoso humano de gran mostacho anaranjado y ojos tapados por gruesos lentes de laboratorio se acercaba para intercambiar momentáneamente un apretón de manos con su tío. Si bien no era la primera vez que veía a un overlander en el Castillo de Acorn, aquel intimidante pero aparentemente benevolente científico le trasmitía tanto miedo como inseguridad.
"Es un auténtico placer conocerle al fin, Sir Charles" dijo Robotnik finalmente separando su enguantada mano de la de Chuck con una sonrisa afable "He seguido de cerca sus investigaciones y descubrimientos con el Robotizador. ¡Un aparato magnífico, en verdad!"
"Aprecio su interés, doctor" retrucó Chuck algo dubitativo, alzando una ceja "Aunque yo no lo llamaría magnífico, sino más bien un fracaso."
"No tiene por qué ser modesto, Sir Charles" sonrió nuevamente el científico, sin esconder su repentino interés por la invención del viejo erizo "Los grandes avances tecnológicos siempre comienzan a partir de pequeños tropiezos. Estoy seguro de que si algún día lo retoma podrá perfeccionarlo para ayudar a los más ancianos."
"Ejem" tosió notablemente disgustado el pequeño joven de prominente nariz vinchuda que acompañaba a Robotnik, esperando a ser presentado como se debía.
"Oh claro, ¿cómo pude olvidarlo?" añadió Robotnik haciéndose a un lado, permitiendo que el joven pudiese acercarse a Sir Charles y hacerle una reverencia "Él es mi sobrino, Colin Snively Robotnik segundo. La asistencia que me brinda en el laboratorio es inestimable."
Mientras Colin procedía a saludar a su tío, Sonic notó tembloroso que Robotnik se había parado justo enfrente de él. A pesar de que no podía verlos, el pequeño erizo sintió cómo los ojos del científico estaban bien puestos en él.
"Vaya, vaya, ¿pero qué tenemos aquí?" preguntó Robotnik agachándose, mirándole fascinado y exhibiendo todos sus dientes con una sonrisa de oreja a oreja "Tú debes de ser el pequeño sobrino de Sir Charles, Sonic. El rey me ha contado acerca de ti, muchachito. Dice que corres muy rápido comparado con otros erizos en tu familia."
"A-así e-es" tartamudeó Sonic muerto de miedo "S-soy e-el m-más r-rápido d-de t-todos."
"Ojalá algún día tú y tu tío nos acompañen en el laboratorio, jovencito" agregó el overlander volviendo a pararse, tapando nuevamente a Sonic con su gran sombra antes de retirarse "Alguien con tu velocidad sería de muy gran ayuda para mi trabajo."
"¿Te encuentras bien?" se atrevió a preguntar Sally mientras Robotnik se apartaba. La joven princesa se había percatado del súbito cambio en el ánimo de Sonic.
"S-sally, e-ese h-hombre e-es m-malo" logró enunciar su amigo mirándole a los ojos. El pequeño erizo estaba hecho un completo manojo de nervios.
"Oye, no seas así" rió la ardilla intentando reconfortarlo "el doctor Ivo puede ser un poco extraño, pero no es un mal hombre. Ha sido un muy buen amigo para papá desde que la Gran Guerra empezó."
"Será mejor que vayamos saliendo" afirmó Maximilian ligeramente preocupado "Nuestra gente nos aguarda, y no quiero poner a prueba su paciencia."
"¡Vamos, Sonic!" dijo Sally muy animada, tomando a un nervioso Sonic del brazo y arrastrándolo con ella "¡Podrás sentarte conmigo y ver a mi lado el discurso de papá!"
Sonic decidió hacerle caso, acompañando a su amiga hasta los asientos que les correspondían. Y mientras él, su tío y Sally se sentaban, juró para sí mismo haber visto a Robotnik esbozando una sonrisa cruel.
Maximillian sonrió complacido al ser recibido por los aplausos y vítores que llegaron a sus oídos al acercarse al balcón real. Debajo suyo, todos y cada uno de los habitantes del reino esperaba ansioso las palabras que les dedicaría.
Su único gran pesar era saber que su esposa y su hijo varón no estaban con él en ese momento en lugar de negociando lejos de allí. Pero le bastaba con estar rodeado de amigos y de caras conocidas.
"¡Gente de Mobotrópolis!" proclamó orgulloso y de modo que su voz llegase hasta la última fila "¡La Gran Guerra ha concluido! ¡La amenaza de los overlanders ha retrocedido y aceptado nuestra ofrenda de paz! ¡Al fin, después de tantos años, podemos disolver pacíficamente y sin repercusiones nuestra guardia real!"
El sabio monarca chasqueó sus dedos, y en respuesta a ello varios androides relucientes de cabeza con forma de cúpula y con un visor rojo dieron acto de presencia frente a los maravillados ciudadanos.
"¡Con el completo respaldo y control del doctor Robotnik, nuestros queridos SWATbots, protectores del orden, sustituirán a la vieja guardia real y a nuestra infantería para…!"
"¡SOMETERLOS AHORA MISMO!" gritó Robotnik pulsando velozmente un motón en su muñequera.
Fue el único aviso que hubo. En un giro completamente inesperado, los SWATbots que llevaban años protegiendo las calles de Mobotrópolis se tornaron en contra de los sorprendidos y aterrorizados mobianos, dándoles caza.
"¡¿Qué es esto, Julian?!" exclamó azorado Maximilian, volteándose a ver a su científico real. La felicidad había abandonado por completo el rostro del monarca de la Casa de Acorn, siendo sustituida por una expresión de genuino terror.
"¡El fin de su reinado, majestad!" afirmó Robotnik sonriéndole sardónicamente mientras los SWATbots penetraban el castillo de Acorn y despachaban a los guardias "¡Con el resto de los overlanders replegados, no hay nada que me impida tomar por fin Mobotrópolis y toda Mobius para mí!"
"¡Esto es traición!" espetó furioso el rey mientras dos SWATbots le sujetaban de ambos brazos para evitar que huyera "¡Confié en ti! Te protegí de tu pueblo cuando te perseguían, ¿y así nos lo pagas?"
"No es nada personal, su alteza" contestó el científico "Pero ya no me es de utilidad. Aunque no tema, no pienso matarle. Tengo pensado algo especial para usted."
"¡PAPÁ, NO!" sollozó Sally con el corazón destrozado, temiendo por la vida de su padre.
"Sonic, tú y Sally salgan de aquí" pidió discretamente Sir Charles a su sobrino, conteniendo las ganas de estrangular a Robotnik "Yo mantendré distraídos a los SWATbots."
"¡Pero tío Chuck, son demasiados!" retrucó Sonic paralizado al ver que su presentimiento se había vuelto realidad "¿Cómo los detendrás?"
"¡OBEDÉCEME!" imperó su tío colérico para luego relajarse y dedicarle una sonrisa melancólica "Si los atrapan a ambos será el fin. No temas, yo les alcanzaré luego."
"Tío Chuck…" alcanzó a murmurar Sonic antes de sentir una mano familiar en su hombro derecho.
"Por favor Sonic, hazle caso" suplicó Sally mientras veía cómo los SWATbots procedían a someter en grupo a su padre "Tenemos que huir."
Con lágrimas en los ojos, Sonic tomó fuertemente a su mejor amiga y abandonó a toda velocidad el castillo de Acorn, sin mirar ni por un instante atrás.
Corrió sin detenerse, sin prestar atención a cuando oyó gritar a su tío, a Snively ordenando la captura de ambos y mandando a los SWATbots restantes tras ellos. Corrió ignorando los llantos de Sally, las explosiones y disparos láser que les rodeaban y las llamas que comenzaron a esparcirse por las alguna vez tranquilas calles de Mobotrópolis.
Corrió.
