Apreció la sonrisa de la mujer sentada a su lado.
Era bonita? Joder, que si lo era!, pero él no lo admitiría ni en un millón de años, no señor!.
Había algo en ella que le encantaba, posiblemente, lo había hechizado al sonreírle desde la primera vez.
El calor del fuego frente al grupo iba disminuyendo conforme la noche descontaba las horas, sin embargo el calor en su cuerpo no disminuyó, menos aún sintiéndola tan cerca a él.
La observó largamente mientras jugaba voleibol en la playa esa tarde. Sus movimientos ágiles, rápidos y certeros. Sus piernas torneadas, los firmes pechos y ese trasero que...¿! Qué demonios estaba pensando ahora!?.
Suspiró y alineó sus pensamientos nuevamente.
El punto era que Akane era buena, siempre lo había sido.
Una buena deportista y buena compañera.
Seguramente una buena esposa y amante con sus exquisitas caderas...
Ranma se dio una bofetada mental en un intento vano por alejar tales ideas que últimamente no salían de su cabeza.
No desde que compartían habitación en el hotel de la playa donde habían empezado a trabajar juntos y podían pasar el tiempo sin nadie que los molestase, aunque justo ahora por desgracia, no estaba en las mismas condiciones si no en la playa con aquel grupo de atolondrados que se les unió sin que el pudiera evitarlo durante el fin de semana.
Su cabello corto alborotado con la brisa del mar, su bonita sonrisa al festejar los puntos ganados...el bendito bañador que había elegido no usar, seguramente, para castigarlo, aunque la ropa que llevaba marcaba muy bien sus atributos.
Miró sin interés la cerveza en su mano y por un instante dejó de pensar.
-Es tu turno-escuchó decir a la femenina voz frente a él pero su mente continuó en blanco.
-Ranma-la mano de Akane tocó su hombro derecho y sintió su piel desnuda arder ante el contacto.-Te sientes mal?.
Ella parpadeó agitando las pestañas en cámara lenta esperando una respuesta.
Sintió como sus labios se abrieron, sin embargo su voz no encontró salida.
-Dame eso, no eres bueno bebiendo-determinó la chica quitándole de las manos la botella.
-Saotome, que perdedor, una cerveza no es nada para el gran Kuno-habló entonces el descerebrado heredero Tatewaki.-Hazte a un lado, seré yo quien asuma la responsabilidad de la hermosa Akane Tendo está noche.
-Aish, aléjate de mí, idiota!-se quejó ella al tiempo que, de un golpe con su mazo, dejaba inconsciente sobre la arena al otrora rayo azul de Nerima.
Akane, su Akane, Ranma sonrió sin poder evitarlo. La chica siempre sabía cómo alejar a los idiotas pervertidos como Kuno...
Y si pudiera ver sus pensamientos, a él también lo golpearía con el mazo cada día, pero más ese día pues por más que se esforzó no dejó de preguntarse el por qué en última instancia la chica terminó usando en la playa un short y una camiseta negra ajustada en lugar del bikini rojo que, él sabía, llevaba debajo.
Él lo había visto con sus propios ojos. Akane lo modeló frente al espejo desde distintos ángulos, para su completa mortificación.
La esbelta figura de su prometida se inclinó frente al espejo usando el diseño rojo, el cual estaba cubriendo los pequeños y apetecibles senos que él tanto anhelaba disfrutar.
Alguna que otra vez, como si no fuese intencionalmente, los había logrado tocar. Muy leve y brevemente pero en definitiva estaban hechos a su medida. Sus senos eran perfectos para él. Ella era perfecta para él.
La chica volteó ligeramente el cuerpo para observar su imagen posterior en el reflejo.
Las caderas, tan destacadas y bien formadas, de su prometida, al fin, estaban siendo apreciadas libremente por él.
Las curvas de aquel cuerpo, ya se lo imaginaba él con un realismo doloroso en su entrepierna, danzando cadenciosas junto a su cuerpo.
Magnífica.
Su prometida tenía una figura magnífica y las manos le ardían en deseos por acariciar la suave piel, pero la sola idea de salir le aterraba sobremanera.
Que Kamisama lo salvara si a ella le daba por buscar ropa en el clóset!
-Ranma, es tu turno, vas a participar o no?-Nabiki, para su mala suerte la segunda de las hijas de Soun Tendo, lo miraba con su siempre afilada expresión gatuna.
-Qué?-preguntó confundido, pues entre observar a su prometida y divagar en sus pensamientos no tenía ni la menor idea de que iba aquello
-Elige, verdad o reto, cuñado.
Conociendo a la mujer frente a él ya fuese una u otra la opción que eligiera se las arreglaría para meterlo en problemas.
-Reto-respondió no muy convencido el ojiazul.
-Te reto a contarnos la razón de tu tardanza está mañana-la chica de corta melena castaña lo señaló con el dedo acusadoramente.
Ranma tragó en seco y sin poder evitarlo, buscó la mirada inocente de su prometida.
-Nabiki, es suficiente, qué no ves que Ranma no se siente bien-se quejó la menor al notar lo perturbado que estaba él por la pregunta.
-Vamos, Akane, si apenas le dió un sorbo a la cerveza. Si no puede responder entonces Ranma debe cumplir el castigo.
La cosa era que él no podía o tendría que admitir que se había quedado encerrado, sin mala intención y solo por reflejo, en el clóset idiotizado ante la imagen de su prometida.
Entró solo a preguntar algo a su fea marimacho, pero sin saber por qué no pudo evitar esconderse al escuchar que la chica se acercaba hablando con una de sus amigas.
-No es muy atrevido? Creo que Ranma se burlará de mí sí me ve usando esto-se quejó Akane dejándose caer perezosa en la cama al entrar a la habitación.
-A quien le importa Ranma, Akane, con ese bikini ya verás como tienes a todos los chicos de este lugar haciendo fila tras de tí.-respondió Sayuri imitando a su amiga.
-Supongo, quizás debería usarlo-dijo su prometida, tras un rato de silencio
Su acompañante se adelantó para ir a la playa no sin antes seguir hablando muy mal sobre él e incitando a Akane, a su Akane, a salir con el primer idiota que la invitara.
Que descaro!.
Como si ser su prometido no fuese importante.
Como si él, que hasta fue capaz de ir a trabajar a ese estúpido hotel por ella, fuera un don nadie pintado en la pared!.
Las cosas que tenía que oír de la entrometida amiga de su futura esposa!.
- Cuál es?-empezó a preguntar con seriedad -Cuál sería el castigo si me niego?
-Tienes que meterte al mar-contestó Nabiki con la mano en la cintura
El agua a esa hora debía estar jodidamente fría. Ni hablar. A pesar de que estaba rodeado de agua por todas partes él se las había arreglado para no convertirse en chica y así mantener a raya a cualquier pervertido aprovechado que quisiera acercarse a Su Akane.
-De acuerdo, lo haré-respondió levantándose de golpe
-No seas tonto, no le hagas caso, Ranma, sabes que Kuno no dejará de molestar si ve a la pelirroja-lo detuvo Akane tomándolo por la muñeca.
-Oh, hermanita, entonces que tal si tú tomas el turno de tu prometido? Eres la siguiente de todas formas.
-De acuerdo!-respondió decidida la chica levantándose de inmediato, haciendo retroceder torpemente a su prometido ante la inesperada cercanía.
-Ustedes dos son tan interesantes-Nabiki los miró con una sonrisa malévola en el rostro.
- Cuál es mi reto?-la apuró su hermana menor.
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La fogata finalmente se había apagado y apenas un leve hilo de humo se levantaba, meciéndose y desapareciendo a merced del viento.
La realidad de los sucesos que se habían dado minutos atrás lo golpearon como un montón de nieve en la cara.
La causante de todo sonrió victoriosa ante su obra, el grupo de idiotas que todo el día había intentado provocar a su prometida chilló amargamente, insatisfechos por lo que oían, y la entrometida y chismosa amiga de Akane, de su Akane, los miró aturdida y confundida para finalmente aplaudir como niña en cumpleaños antes de marcharse juntos.
Ranma miró con vergüenza la arena bajo sus pies.
No podía creer lo que había pasado.
No podía creerlo, pero aún así ahí estaba ella, frente a él, con el bikini rojo aún bajo la ropa...
-Crees que ya deberíamos entrar?-preguntó Akane
-Qué? Oh, no lo sé.-respondió sin mirarla, pues estaba demasiado avergonzado y seguro que si la miraba directamente hasta el último de sus pensamientos y sentimientos se podría leer en sus ojos.
Maldita Nabiki!. Honestamente, no le molestaba estar, finalmente, a solas con Akane, pero cuando las cosas pasaban de esa forma no podía evitar sentirse presionado.
-Ranma-Habló ella tras unos segundos en silencio.
-uhm?
-De verdad piensas que me veo bien?
Joder.
Qué clase de pregunta era esa?.
-Si, bueno, el rojo es un bonito color, el rojo te luce bien-respondió torpemente.
Akane lo miró sin decir nada y él, insultandose mentalmente, continuó evitando su mirada.
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-Cúal es mi reto?-la apuró su hermana menor
-No tan rápido hermanita, Ranma acaba de pedir reto, naturalmente a ti te corresponde verdad-Nabiki movió con gracia la mano derecha para señalar a la joven pareja.
-Bien, entonces, pregunta-respondió vacilante la chica de ojos cafés
-Dinos para qué compraste un bikini, Akane, si no pensabas dejar que te vieran usándolo? Escuché tus expectativas en el vestidor de la tienda, acaso se lo mostrarás solo a alguien especial?.
Akane abrió los ojos con sorpresa, Kuno levantó la cabeza y su rostro demostraba la emoción de escuchar que aquella fierecilla tan tímida había comprado algo más atrevido de lo que acostumbraba a usar solo para él, Sayuri se llevó ambas manos a la boca y el resto de los presentes guardó silencio en espera de la respuesta.
Ranma lo supo en ese momento. El bikini rojo había sido comprado pensando en él. Akane no dejaba de mencionarlo mientras hablaba con su amiga e incluso cuando estuvo a solas (con él en el armario).
Quizás fue solo por instinto, el mismo que siempre le hacía proteger a su prometida de cualquier cosa, o quizás solo su boca fue más rápida que su cordura pero sin darse cuenta se encontró a su mismo hablando con toda la seguridad que frente a Akane siempre le faltaba.
-Ella lo compró solo para que yo la viera usándolo. Y ya lo hice, se ve genial, me encanta y si ustedes no estuvieran aquí estorbando...
-Ranma, no digas mentiras!-chilló Kuno aún tendido en la arena
-Vamos Saotome, cállate-se quejó otro de los presentes.
-No es cierto!
-Es mentira!
-Es rojo, muy, muy pequeño y ella se ve jodidamente sexy así que le pedí, más bien, le rogué que me dejara verla así solamente a mí, que soy su prometido!-gritó molesto y sin pensarlo
-Entonces crees que soy sexy, Ranma?-preguntó Akane tras de él y toda su sangre de congeló en ese mismo instante.
La risa burlona de Nabiki le dio una cachetada de realidad y poco a poco vio como todos se alejaban dejándolo a solas con ella.
Después de un silencio incómodo y alguna palabras torpemente intercambiadas Akane volvió a hablar.
-Estabas en la habitación, verdad? Esta mañana, quiero decir.
El asintió en respuesta, sintiéndose el peor de los seres al admitir tal comportamiento, digno de Happosai y no de él. Si Akane quería golpearlo no haría nada por evitarlo, está vez realmente se lo merecía.
-De verdad lo lamento, Akane, no era mi intención-empezó a disculparse con la milenaria técnica Saotome.
-Lo compré pensando en tí-respodondió su prometida.
-Qué?-preguntó descolocado ante la confesión de la chica.
-Te gustó? No estabas mintiendo hace un rato, verdad?
-Si, no, es decir-Ranma intentó elegir su respuesta lo mejor que pudo.-No estaba mintiendo, de verdad me gustó mucho, te veías muy, ah, muy linda. Yo, lo lamento, de verdad no pude dejar de mirar.
Akane guardó silencio unos minutos que se le figuraron una eternidad y luego sonrió con dulzura. Con la misma sonrisa con la que le robó el corazón desde el primer día.
-Creo que ya deberíamos entrar.-dijo finalmente levantándose
Ranma se quedó mirando como la chica se alejaba a paso lento rumbo al hotel, sin saber si estaba molesta con él o lo había disculpado por ser un idiota de lo peor.
-No vienes?-preguntó a media distancia-Supongo que no quieres ver el bikini más de cerca, es una pena-dijo coqueta la chica de cabello azulado
Le tomó unos segundos comprender lo que escuchó.
-Si quiero!-respondió emocionado levantándose de un salto para ir a alcanzar a su prometida, a su Akane.
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-Entonces, me adelantaré y te espero en la playa-se despidió Sayuri en la entrada de la habitación acompañada por Akane.
La chica de ojos cafés la detuvo antes de que se marchara y le susurró al oído:
-Ranma está en el clóset, que hago, lo golpeo?
Sayuri le guiñó un ojo y de la misma forma le respondió al oído:
-Solo pruébate ese bikini, Akane.
Nota de la autora:
No tienen idea como me costó darle forma a este fic, tenía como mil ideas, escribía, borraba y empezaba de nuevo {•-•} pero no quería quedarme sin participar de la #𝗱𝗶𝗻𝗮𝗺𝗶𝗰𝗮_𝗱𝗲𝗹_𝗺𝗲𝘀_𝗱𝗲_𝗮𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 #𝘀𝗲𝗻𝘀𝘂𝗮𝗹_𝘃𝗲𝗿𝗮𝗻𝗼_𝗠𝗙F𝗜𝗬𝗥 de la página de Facebook Mundo Fanfics de Inuyasha y Ranma. Espero les guste, besitos.
