(Aviso de que esta historia contiene altos niveles de herotismo y lemon. No recomendado para gente sensible) (PD: Si, lleva H para dificultar las búsquedas :V)
Una mañana más Lincoln se preparaba en su cuarto para ir a la escuela. En esta ocasión había decidido ponerse sus pantalones de mezclilla y su camisa de ligar. Después de tanto tiempo por fin se había decidido, ya era hora de intentar salir de la friendzone con Stella. Se había resistido 4 años desde que el grupo hizo el pacto de tratarla como una más de la pandilla y no intentar ligar, pero ahora todos tenían pareja... ¡Incluso Rusty! Era el momento adecuado, salió de su cuarto con decisión y una enorme sonrisa en su cara.
*PLAFF*
Su sonrisa se vio borrada instantáneamente cuando un pastel con extra de crema se estampó en su rostro ensuciando su cara, su camisa y su pelo. Como era de esperar su hermana de falda amarilla no dejaba de reírse ante la cara molesta que había puesto el albino.
- Parece que te levantaste con el pastel izquierdo, ¿entiendes? Jajajaja
Siempre había soportado las continuas bromas de su hermana sin darle mucha importancia, pero esta vez se había pasado. Su atuendo más elegante había quedado totalmente sucio, lo que hizo que su enfado fuese mucho mayor de lo normal.
- !Maldita sea Luan¡ Estoy harto de tus bromas infantiles y estúpidas. Ya tienes 18 años, ni si quiera Lily hace bromas tan infantiles...
Su mirada se giró hacia la habitación de su hermana más pequeña, la cual salia por la puerta y se apresuró en esconder a su espalda un segundo pastel de crema destinado a la cara del albino. La pequeña rubia fingió la mejor de sus sonrisas.
- S-Si hermanita, yo JAMAS haría algo así... Jejeje.
Viendo que su hermano se había dado cuenta de lo que escondía a su espalda, la pequeña de casi seis años se apresuró en entrar de nuevo a su cuarto y cerrar la puerta.
- Vamos Lincoln. Solo es un poco de crema batida, no es nada...
- ¡Exacto! No es nada. NO ES NADA DIVERTIDO. Solo las niñas de 5 años lo encuentran divertido. Eres tan penosa que no sabes hacer una sola broma digna de tu edad, solo sigues utilizando una y otra vez las bromas que hacías de niña. Acabarás sola y amargada, nadie querrá estar a tu lado.
Aquellas palabras en verdad dolieron a su hermana mayor, la cual agarró la flor de su pecho mientras una mirada dolida se reflejaba en su rostro.
- Solo ha sido una broma... - intentando recomponerse, frunció el ceño - A demás, tu sigues siendo un niño, que vas a saber tu de bromas de adultos. ¡Muchos adultos disfrutan de mi humor! Tu no sabes nada de bromas o de humor.
Con la mano, el albino se apartó de la cara toda la crema que podía y se apresuró en lanzar una mirada vacía a la chica castaña. Sacando pecho se acercó decidido a ella, haciéndola retroceder unos pasos hasta que la pared detuvo su huida. En ese instante, el joven lanzó su mano abierta justo al lado de la cabeza de la chica, apoyándola en la pared.
- Oh... no tienes ni idea, Luan.
La castaña tragó saliva al ver la cara con que la miraba su hermano, realmente lo había enfadado esta vez... Pero había algo distinto, algo extraño...
- Yo se muchas más cosas de adultos que tu - mientras decía esto, la cara de enfado del peliblanco se iba relajando y una sonrisa se formaba en su cara.
- Li-Lincoln... ¿Que...?
El joven acercó un poco más su cara a la de su hermana.
- Vamos payasita... ¿No me dirás que te sientes incomoda? Solo estoy... *aaahhh* hablando contigo.
El joven se acercaba lentamente mientras había empezado a hablarle con voz suave. El corazón de la joven humorista había empezado a latir más rápido de lo normal. Sentía la respiración del peliblanco cada vez más cerca.
- ¿A caso crees que no soy lo suficientemente adulto? - mientras decía esto, puso su otra mano sobre la mejilla de la chica y con delicadeza pasó su pulgar por los labios de esta.
Luan notaba como sus piernas perdían fuerza ante el suave toque en sus labios y no podía evitar dirigir su mirada a los labios del peliblanco, una presión nerviosa en su pecho le impedía articular palabra alguna.
- Vamos Luan... - el albino se acercó un poco más - ... esto es solo un juego de niños, ¿no? - las puntas de sus narices casi se tocaban - Para ti, no soy ningún adulto, ¿verdad?
La pobre castaña solo podía ver como su hermano entreabría la boca. No podía creer que su hermano estuviese haciendo eso. Solo se había besado con su ex-novio Benny y jamás se le había acelerado tanto el corazón como en aquel momento. Sus ojos se movieron rápidamente asegurándose de que las puertas de las habitaciones siguiesen cerradas, no llegaba a comprender el motivo, pero su cuerpo le pedía que aceptase aquello que le estaban ofreciendo. Intentó calmar su acelerada respiración y cerró los ojos mientras preparaba sus labios para sentir el contacto de otros.
*PLOCK*
- ¡AUCH! ¿Pero que...?
- Deja de una vez las bromas para críos, Luan. Crece de una vez.
Luan se cubría la frente por el dolor del capirotazo (golpe con el dedo en la frente) que Lincoln le había dado. El joven se había separado con aire de superioridad y una mueca triunfal. La joven payasa toda sonrojada solo pudo quedarse viendo como el chico se metía en el baño para limpiarse los restos de pastel.
Tras ver partir a los menores a sus respectivos colegios, Luan se quedó en su cuarto revisando su ordenador dispuesta a seguir sus clases online, pero no lograba centrarse. Seguía pensando en lo que había dicho su hermanito.
- Con que estoy amargada... que me voy a quedar sola toda la vida, ¿eh? - hablaba para si misma pero no podía evita runa mueca molesta mientras su rostro seguía enrojecido - Mis bromas son infantiles y solo para niños, ¿no? Te la voy a devolver, Lincoln. Esta me la pagas.
.*.*.*
En la salida de la escuela, el grupo de amigos se despedía alegremente para ir a sus casas después de un día agotador de estudio. El único que se desvió de su camino fue Lincoln.
- Stella, esp-espera un momento...
Había llegado el momento, puede que no llevase su mejor camisa y le tocase hacerlo con una de sus genéricas poleras naranjas, pero no pensaba dejar pasar el momento. llevaban años lanzándose miradas y aprovechando cualquier excusa para tener contacto el uno con el otro, pero siempre se habían respetado. Era hora de arriesgarse. Era la hora de la verdad y ella lo esperaba intrigada con una preciosa sonrisa en su cara.
.*.*.*
La hora de la cena en la casa Loud pasó rápidamente, en esta ocasión no hubo demasiado jaleo. La mayoría solo miraba con gesto extrañado al peliblanco el cual tenia una extraña mirada en su cara y jugueteaba con la comida con aire ausente.
- ... Parece que por fin tendré a alguien que comparta el dolor de seguir vivo... suspiro... el atuendo gótico nunca le sentó mal... aunque parezca más un emo...
- Un perdedor, siempre será un perdedor. Seguro que si hiciese algo de ejercicio no estaría así.
El peliblanco no hizo caso a los comentarios de sus hermanas, solo dio un par más de bocados a su plato antes de ir a dejarlo en la cocina y dirigirse a su cuarto.
Se encontraba tumbado en la cama con su brazo sobre sus ojos cuando escuchó que alguien llamaba a su puerta. No le sorprendió, en aquella casa apenas había momentos de intimidad. Arrastró su brazo hasta la frente para dejar su visión libre.
- Pasa... seas quien seas.
- ¿Lincoln? Soy yo, Luan - la joven payasa entró al cuarto del peliblanco con cara preocupada - ¿te encuentras bien? Pareces hecho pedazos...
- No estoy de humor, Luan... Si quieres burlarte, hazlo rápido y déjame en paz.
La joven entró al cuarto y sin hacer caso del comentario hiriente del muchacho, se sentó en la cama a su lado.
- Vamos Link, ¿que ha pasado? Creo que nunca te hemos visto tan... - antes de seguir hablando tubo que tragar saliva para evitar hacer cualquier tipo de broma - ...tan triste. Se que Lori era a quien le solías contar las cosas que te ponían nervioso o te daban miedo, pero desde que se fue de casa no te habíamos visto tan deprimido. Puede que no sea lo mismo, pero yo también soy tu hermana mayor y puedo aconsejarte.
Le tocó insistir un poco pero finalmente el peliblanco decidió abrirse con su hermana mayor y explicarle un poco el motivo por el cual se encontraba así. Se incorporó y apoyó su espalda en la cabecera de la cama, Luan se acomodó a su lado dispuesta a escuchar los problemas del muchacho.
- Ya que estas, te quería pedir perdón por lo de esta mañana... Me había puesto mi conjunto bueno y me enfadé cuando me lo manchaste. Quería ir impecable para declararme a Stella...
- No lo sabia, Link. Perdona, parece que te he fastidiado tu oportunidad de declararte. - Parece que su broma matutina había tenido consecuencias mayores de las que pensaba, pero tampoco era como para estar tan triste... - Seguro que tendrás otra oportunidad.
- No, si al final me he declarado. Esta tarde. Después de clases.
La joven miraba su hermanos algo asombrada mientras este seguía con la mirada perdida y aire ausente. Se apresuró en guardar en el bolsillo de su falda el rotulador permanente con el que había pensado dibujarle un nepe en la frente cuando se durmiese. Su hermanito realmente parecía afectado, no era momento de bromas.
- Entonces... ¿Te ha rechazado?
- No... Hemos pasado toda la tarde besándonos.
- ¿QUEEE? ¿Entonces por que demonios estas así? ¿No deberías estar alegre?
- *suspiro* Yo creía que todo iba bien, la acompañé a su casa, me invitó a entrar y nos estuvimos besando en su cuarto... Pero después de un rato, ella tenia cara de decepción.
- Te llevó a su cuarto, tras pedirle que fuese tu novia... ¿y solo os besasteis? - la joven payasa miraba su hermano con una ceja más lata que la otra.
- Si... Creo que esta decepcionada porque no se besar bien...
- ¿Por lo menos la "acariciaste"?
- ¿Q-Q-Que...? Bu-Bueno, nos abrazamos mientras nos besábamos, supongo que le estuve acariciando un poco la espalda. ¿Crees que le molestó?
Luan respiró profundamente. No, esta vez no caería, su hermano esta mañana le había demostrado que no era tan inocente. Seguro que era alguno de sus planes tontos para burlarse un poco más de ella y avergonzarla de nuevo. Pero esta vez no estaba dispuesta a permitirlo. Esbozó una sonrisa y alzó su mirada la techo de la habitación.
- Vaya, entonces supongo que estas preocupado por si tus besos son malos, ¿eh?
-S-Si...
- Es una lastima, deberías tener una segunda opinión al respecto. ¿No crees?
- El año pasado le pregunté a Ronnie Anne, es la única otra chica que he besado... Pero se enfadó mucho y a cambio de responderme, me hizo prometer que jamás se lo preguntaría de nuevo.
- ...
- ...
- ¿y?
- ¿y? ¿que..?
- ¡¿Que es lo que te dijo Ronnie?!
- ¡Ah!... Bueno, en verdad no la entendí, creo que me dijo algo en castellano. Cuando le pregunté si cuando la bese lo hice bien, somo me dijo "Me mojé"... luego dijo Jamás vuelvas a preguntármelo de nuevo y colgó la llamada. Intenté buscar lo que significaba pero solo ponía, echarle agua a alguien... Supongo que quiere decir que soy pésimo. Le parecería como cuando te cae un balde de agua en la cabeza o algo así.
Luan estaba impresionada, ella es la que estudiaba para actriz y comediante, pero la actuación de su hermanito estaba siendo realmente buena. Incluso podía llegar a pensar que de verdad no había entendido lo que su amiga latina había querido decir. Pero no se dejaría vencer, le devolvería la jugarreta de esta mañana.
- Yo no creo que seas tan malo besando - la joven payasa se puso a juguetear con su pelo y apartaba la vista de forma juguetona - si quieres... Puedo ayudarte con eso. Si es solo una vez, n-no me importaría seguir lo que empezaste esta mañana.
El albino la miró y no pudo evitar sentirse algo avergonzado al verla juguetear con su pelo mientras parecía tan avergonzada que no llegaba a mirarlo a los ojos. Se mordió el labio inferior mirando a la humorista y después empezó a hablar.
- Gracias Luan... Pero lo de los besos, creo que deberíamos dejarlo... preferiría que me ayudases con las caricias. Cuando nos besábamos, Stella me pregunto si no iba a acariciarla y cuando te lo contaba, tu también los has dicho... Cre-Creo que en eso si que necesitaría ayuda.
La cara de Luan estalló en rojo al momento. ¡DE INOCENTE NADA! gritaba en su mente, se apresuró en recomponerse. El pequeño peliblanco lo estaba haciendo de nuevo, ya había vuelto a sacarle los colores. Pero esta vez no se dejaría engañar, seria él quien terminase avergonzado.
- Va-Vaya... Pensaba que algo así se lo podrías llegar a pedir a Lynn o a Luna. ¿En cambio me lo estas pidiendo a mi?
- Ugh... Como le hable a Lynn de caricias, seguro que querrá darme otra clase de masajes; y los que hace ella "deben" hacer crujir el cuerpo o dice que no se están realizando bien.
Tras un momento de silencio el albino retomó de nuevo la conversación.
- A demás, a parte de Lori, tu eres la única que ha tenido novio. ¿Pero entiendo si no quieres...?
Por respuesta, la joven payasa lo estiró hacia si y lo abrazó. Aquella repentina acción dejó al muchacho congelado por unos instantes, después correspondió al abrazo.
- A ver, muéstrame como la acariciabas a ella.
- ¿C-Como? ¿Ahora?
- Vamos, muéstrame como lo hacías.
El muchacho inspiró profundamente y con manos temblorosas empezó a acariciar la espalda de su hermana. Ninguno de los decía nada. Tan solo estaban sobre la cama, abrazados, con las manos del peliblanco moviéndose arriba y abajo por la espalda de su castaña hermana.
Unos minutos después, Luan se separó brevemente pero sin romper el abrazo, lo justo para mirar a los ojos a su hermanito. Este le devolvía una mirada interrogativa y algo preocupada.
- No... Esto no esta funcionando...
- ¿Soy pésimo acariciando, verdad? - el joven apartaba su mirada algo triste.
- N-No, tus caricias están bien... Aunque parece que estés acariciando una mascota, pe-pero a lo que me refiero es... Que no puedo saber exactamente como se encontraba ella, ¿Entiendes? Jeje... je
Lincoln se sentía avergonzado ante la critica de su hermana, pero a la vez sus palabras lograron que su rostro se sonrojase mientras veía como ella simplemente ladeaba un poco la cabeza y empezaba a acercarse lentamente. Como el habia hecho esa mañana.
- Lu-Luan... - el chico tomó con delicadeza los brazos de su hermana y la apartó con mirada triste - Perdona... No debí haber hecho eso esta mañana... Pero ahora, de verdad quería que me ayudases. Pero tu solo querías devolverme la jug...
- Solo es un simple beso para que me muestres como lo hacías con ella - Luan mostraba una sonrisa dolida junto a una mirada comprensiva - Pero ya veo que aun piensas que soy como una niña pequeña.
Se separó de su hermano y bajó de la cama, sacó de su bolsillo el rotulador permanente y lo sostuvo delante suyo.
- La única broma que había pensado gastarte era el pintarte un poco mientras dormías. Pero luego hemos empezado a hablar y... Bueno, es igual - la joven dejó el rotulador sobre el escritorio del albino y tomó la maneta de la puerta - Descansa, conejito de nieve...
Se disponía a abandonar el pequeño cuarto de su hermano. Antes de poder estirar de la maneta para salir, notó como el muchacho la abrazaba por la espalda con mucha fuerza y apoyaba la frente en su espalda. Ella no se movió, siguió allí, quieta, con la mano estirada.
- Por favor... No te vayas... Perdona... Yo... Lo siento, no te vayas todavía... No te vayas, por favor...
La joven soltó la maneta lentamente y poco a poco se fue girando hasta quedar de cara a su hermano. Ambos se abrazaron tiernamente durante un buen rato de pie delante de aquella puerta cerrada. Una vez ambos habían logrado relajarse un poco, se dirigieron a la cama del peliblanco.
.*.*.*
La mañana había llegado y la puerta del peliblanco se abría con decisión, en su exterior Lily intentaba aguantar su risa para que no la descubriera. Tal y como la puerta se abrió, lanzó con todas sus fuerzas.
*PLAFF*
El pastel de crema batida voló un instante antes de estamparse en la cara de su victima. Un sudor frío empezó a recorrer la espalda de la mas pequeña de las Loud al ver lo que había hecho y sus piernecitas empezaron a temblar.
- Lu-Luan... Yo... ¡Mierda! - la pequeña salió corriendo escaleras abajo.
- Jajaja, bueno he de decir que si que es divertido cuando le pasa a otro. - mientras decía esto, el peliblanco pasaba su dedo por la mejilla de su hermana tomando un poco de crema batida para después llevarlo a su boca.
-Ñeee... Vete a cambiar de una vez o llegarás tarde.
Intentó contenerse para no darle la satisfacción a su hermano de verla molesta. Limpiándose los restos que tenia por la cara, Luan descendió y se dirigió al bunker del patio. Lisa se encontraba en su interior realizando algún experimento de los suyos.
- Hermanita, ¿tienes un momento?
- Shi quieresh el rayo de burbujash instantáneo, lo tiene Lola para limpiar a Lana cuando eshte despistada.
- No, no. Lo que quiero es comprarte información sobre alguien.
La joven científica se apartó un poco de la mesa donde trabajaba y giró la silla para mirar de forma interrogativa a su humorista hermana.
- ¿Motivo y sujeto?
- Stella Zhou... Ahora es la novia de Lincoln. - la joven payasa se mostraba algo nerviosa, quería saber más para ayudar mejor a su hermano pero no se le ocurría ningún motivo que pudiese convencer a su hermanita.
- Vale, me parece motivo shuficiente. Como pago requeriré que para el próximo mesh preparesh la mejor fieshta de cumpleaños con temática de shafari para Darcy.
Si aquello le servia como motivo, no pensaba rechazar la oferta.
- A-Acepto, pero si quieres animales de verdad, los consigues tu.
La joven científica se levantó y abrió uno de sus archivadores y tras un rato buscando, le entregó una carpeta llena de papeles.
- Aquí tienesh. Datosh personales, horario de actividadesh extraescolares, historial de busquedash de internet, relación de lecturas extraídas de la biblioteca, opinionesh religiosas...
Luan tomó los papeles y fue a lavarse, no sabia muy bien que haría con todo aquello... Puede que solo llamase a la chica para asustarla un poco si llegaba a romper el corazón de su pequeño hermano o solo lo utilizaría para avergonzar a Lincoln en el futuro cuando la presentase formalmente a la familia. Aunque había ciertas cosas que parecían bastante interesantes... ¿Podría sacar provecho de aquello?
.*.*.*
La tarde del siguiente día no se hizo esperar y todos regresaron de sus respectivos centros de estudio. Luan aun se encontraba terminando de enviar por mail las respuestas del examen que había tenido cuando alguien llamaba a la puerta.
- Luan, ¿po-podemos hablar?
-¿Lincoln? ¿Que haces aquí? Pensaba que estarías con Stella.
- Ella tenia practicas de violín esta tarde, pero me viene bien. - el muchacho miraba algo avergonzado a su hermana mientras notaba como su cara se tornaba algo roja - Ah... Al final la otra noche te hice enojar y no pudiste enseñarme lo que hacia mal. ¿Podrías...?
La castaña puso un acara un tanto triste pero intentó esbozar una sonrisa antes de responder a su hermano.
"Linky, mira... Somos hermanos... Me dejé llevar demasiado... No puedo enseñarte esas cosas. Se que ayer ambos nos mandamos ciertas señales que son fáciles de mal interpretar pero no podemos..." eso es lo que en el fondo quería decirle, eso es lo que hubiese sido correcto, pero el verlo con aquellos ojos suplicantes y a la vez ilusionados hacia que no pudiese decepcionarlo... Por lo menos no del todo.
- Bu-Bueno... Pero con una condición. Nada de tocarnos. - mientras decía esto su rostro se ponía bastante rojo - Te enseñaré lo que debes hacer, pero solo será como si actuásemos, como actores en las películas. ¿vale?
.*.*.*
La noche llegó y con todos los integrantes dormidos, Luan se escabulló sin despertar a Luna. No tardó en entrar al cuarto del peliblanco, el cual la esperaba algo nervioso.
- ¿Sa-Sabias que la mayoría de astronautas tienen claustrofobia? Es por eso que necesitan tanto "espacio", ¿entiendes? Jeje... jeje...
El muchacho no se molestó por el mal chiste, al contrario, parecía algo aliviado al ver que su hermana también se encontraba algo nerviosa con aquello.
- Tranquila, de-dejaremos "espacio" entre no-nosotros. Como hemos dicho.
- Bien, ahora imagínate que yo soy Stella y ves haciendo lo que haríais juntos. Te iré indicando.
El albino se levantó y se acercó a su hermana, pasó los brazos al rededor de su cintura procurando no llegar a tocarla. Mientras se miraban mutuamente, acercó sus labios a los de ella y realizó el sonido de un discreto beso superficial. Ella realizó los mismos movimientos, simulando abrazarlo y correspondió devolviendo el beso. Tras mirarse un momento a los ojos, el peliblanco ladeo su cabeza y entreabrió su boca. Sus cabezas se acercaron ladeadas y con la boca abierta, cerca pero sin tocarse, tan cerca que cada uno notaba al respiración del otro en su lengua.
Así pasaron uno buen rato, Lincoln únicamente se separaba brevemente y volvía a repetir el proceso con la cabeza ladeada hacia el lado contrario. En ningún momento llegaron a atravesar la leve separación de aire que había entre ambos, pero sus corazones se habían acelerado y sus respiraciones se hacían cada vez más pesadas.
- Li-Lincoln, no solamente te centres en los besos. Tu fíjate bien si ella hace algo como esto.
Las manos de la muchacha fueron descendiendo por la espalda del peliblanco, como las caricias que el realizó la noche anterior, solo que estas caricias no volvieron a subir. Lincoln notaba como su cara se enrojecía más aún, no sentía el toque de su hermana, pues no llegaba a tocarlo, pero notaba como su mano se situaba en su trasero, a escasos milímetros de tocarlo. Como subía y bajaba levemente simulando acariciar aquella parte.
- Ella tiene gustos particulares, como todas, pero nadie te lo explicará directamente. Debes averiguarlos tú poco a poco... *Aaahh* Pero si hace esto, es que también quiere que la acaricies.
El muchacho no lo dudó, volvió a acercar su boca la de la comediante y sintiendo su nerviosa respiración movía sus labios casi pudiendo sentir como se rozaban, pasó sus manos a la espalda y realizó los movimientos de acariciar como los había hecho la noche anterior. Salvo que esta vez no llegaba a tocarla, a penas había pasado un minuto que ella lo interrumpió nuevamente.
- No te centres solo en su espalda, no es la espalda lo que ella quiere que le acaricies. Puedes bajar también a su trasero, como he hecho yo.
Su hermano siguió el ejemplo que había recibido y pasó sus manos a la parte inferior, los escasos milímetros que separaban las manos de su hermano del pijama amarillo no evitaba que ella se estremeciese mientras se imaginaba la sensación del tacto directo sobre su piel.
- Mmmmfff... Y si en verdad te sientes confiado... Mientras le acaricias la espalda, estoy seguro de que a ella le gustaría sentir como le desabrochas el sostén.
Las piernas de Luan se frotaban la una con la otra mientras las manos de su hermano se alzaban por su espalda, imaginaba el toque de estas y como este desabrochaba el cierre de su sosten.
- *Mmmm* Pe-Pero... Lincoln. No puedes quedarte simplemente en silencio mientras haces estas cosas. Dile lo que sientes, lo que te gusta de ella o describe lo que estas haciendo, eso le gustará.
- Eres preciosa... *Aaahhh* Me encanta tu suave pelo y como se balancea cuando te giras.
- Siiii, dile cosas así.
- Eres dulce y buena persona... Y tu cuerpo es tan delicado y sensual... Adoro pasar así mis manos por tu cuerpo...
- Más, ¿que más? - pasó las manos a la parte frontal del muchacho y simuló acariciarle el pecho y bajar lentamente a la parte inferior.
- Me encanta como me haces sentir... Me gusta mucho como suena tu risa...
- Siii - intentaba que no se notase, pero sus piernas no dejaban de frotarse la una con la otra, su mente empezaba a ponerse en blanco.
- Siempre has sido mi hermana favorita, Luan...
En aquel momento los ojos de la comediante se abrieron de golpe y sus manos eliminaron el espacio de aire que las separaba del pecho del albino. Lincoln se sorprendió al notar el tacto de su hermana, pero más se sorprendió al sentir como esta lo empujaba con fuerza hacia atrás.
- !NO¡ - la joven se abrazó a si misma y le dio la espalda la chico - ¿Po-Por que has dicho eso? Se supone que soy Stella, debes decir cosas de ella, !no de mi¡
- Y-Yo... Pensaba que... Lo-Lo siento.
- Cre-Creo que por hoy ya hemos hecho suficiente. Buenas noches Lincoln... M-Mañana seguimos.
La comediante se marchó de la habitación de su hermano sin dejarle tiempo a responder, se apresuró al baño donde observó en el espejo lo roja que se encontraba su cara. Se agarró el pecho intentando controlar los desbocados latidos de su nervioso corazón.
- Solo es una actuación Luan... No tienes que ponerte así. Es solo una actuación... Una buena actuación.
Antes de irse a dormir, tomó su celular y detalló los actos que habían realizado, se aseguró de que el mensaje fuese recibido para que pudiese consultarlo en cualquier momento. Su cara volvió a ruborizarse recordando las palabras que le dedicó el peliblanco y se giró en su cama abrazando con fuerza la almohada y lanzando un largo suspiro.
.*.*.*
Al día siguiente, el peliblanco regresó de la "escuela" casi a la hora de cenar. Supuestamente había ido a casa de un amigo para hacer un proyecto. Todas sabían que aquello no era cierto, la sonrisa que traía el muchacho era demasiado evidente, pero ninguna dijo nada la respecto.
Luan lo miró algo preocupada pero le ofreció una sonrisa de aprobación. Aquella noche pasaron más tiempo con las explicaciones de lo que el albino había hecho que no practicando. Antes de empezar a simular las diferentes caricias y besos, el albino realizó una petición.
- Si no te importa, me voy a quitar la parte de arriba del pijama. Después de todo... Stella me quitó la camisa mientras intentaba desabrocharle el... Bueno, aunque no lo conseguí, jeje.
Luan algo sonrojada viendo cómo su hermano se deshacía de la parte superior del pijama, pensó rápido como ayudarlo con esa parte sin tener que llegar a tocarse. Sin llegar a quitarse su parte superior, la joven comediante logró quitarse su sostén ante la mirada asombrada y el rostro avergonzado de su hermano.
- Toma. Más tarde puedes ponerselo a tu almohada y practicar como abrirlos. - la vergüenza no le permitía mirar a los ojos mientras le entregaba aquella íntima prenda - Pero procura ocultarlos bien, no me gustaría que alguna de nuestras hermanas lo viese e hiciese preguntas.
Aquella noche le mostró como debía acariciar con cuidado los senos de su compañera, como debía pasar suavemente su mano copandolos por debajo y si se sentía valiente, usar su pulgar para masajear su pezón. El peliblanco no se centraba únicamente en la delantera, también debía pasar una mano al trasero de la chica estimulando a la vez tanto la zona frontal como la trasera.
Con toda esta práctica, aún sin contacto, los corazones de ambos se encontraba altamente acelerados. Sus cuerpos pidiendo más, sus mentes luchando por no romper la confianza del otro y no romper la imaginaria barrera que habían levantado entre ambos cuerpos. Sus intimidades se humedecían y palpitaban con impaciencia, queriendo librarse de aquella ropa que las mantenía ocultas.
La joven de pijama amarillo avanzó un nuevo paso en las prácticas. Se separó levemente y descendió su mano por el pecho del muchacho permitiéndole ver cómo está llegaba a la zona abultada de su pantalón. Empezó a mover su mano siguiendo el contorno de aquella hinchada parte y simuló agarrarlo y empezar a masajear lo arriba y abajo.
- S-Si llegáis a esto... *Aaaahh* Estira uno de sus pezones. Con cuidado, solo un poco... A ella eso le gustará. Si te lo permite, deja de besar su boca y besa sus pech... *Ooohhh* sus pechos.
En esta ocasión, fue el muchacho el que debió separarse. Completamente avergonzado, se disculpó y se dirigió al baño familiar en donde se demoró casi 20 minutos en salir. Una vez regreso a su cuarto, Luan ya se había marchado, pero su almohada se encontraba de pie, con el sostenedor puesto y una clara marca de pintalabios en la parte superior.
Por su parte, Luan había regresado alegre y sonrojada a su propio cuarto, donde una vez más escribía un recordatorio de las cosas que habían hecho y le enviaba el mensaje de texto.
.*.*.*
Las semanas fueron pasando, la felicidad del muchacho no disminuía cada vez que regresaba tarde a casa debido al proyecto escolar que realizaba en casa de un amigo. Por las noches, las prácticas continuaban ayudándo a que descubriese cada vez más sobre los secretos de una relación y sobre las cosas que debía hacer para satisfacer y sorprender a su novia. Si, su novia... Algo en su interior se resistía a llamarla "su amada". Reconocía que aquello no estaba bien, que era como si solo jugase con ella, aunque jamás querría dañarla y mucho menos dejar de quererla. Él no era así, Stella era la chica de la que se había enamorado y con quién ahora salía, pero su corazón se desbocaba como loco cada vez que sus labios se encontraban a escasos milímetros de los de su payasa favorita.
Ahora se sentía aún mucho más nervioso, inseguro y sobretodo excitado. Su hermana se encontraba en ropa interior tumbada en su cama. Él se encontraba encima de ella, apoyando sus manos a ambos lados de su cuello. Sus miradas no se apartaban en ningún momento mientras sus bocas proferían débiles gemidos.
- Cu-Cuando estéis así, deberías... Debes, poner una de tus piernas entre las suyas.
El muchacho siguió las indicaciones con sumo cuidado de no llegar a rozar ninguna parte.
- E-Eso mismo. Aunque parezca una tontería, el que tengas tu pierna ahí hace que ella deba tener sus piernas separadas. Seguro que esa sensación le resulta "excitante", ¿Entiendes? Jeje
- ¿Eso era un chiste?
- No lo sé, no importa. Tu solo sigue besándola, acaricia uno de sus pechos y después...
El albino acercó su cara aún más, los sonidos de su lengua revolviéndose en el interior de la boca hacían parecer aún más real aquella actuación. Con cuidado, alzó una de sus manos y la pasaba suavemente sobre el sostén de la joven castaña. Tras unos instantes empezó a desplazar la mano hacia abajo, pasando con cuidado sobre el vientre. Haciendo que sus dedos simulasen su contorno siguió descendiendo pasando por encima de las bragas de esta hasta alcanzar la parte más baja. Ahí empezó a realizar movimientos circulares con sus dedos mientras ella arqueaba su espalda imaginándose el contacto.
- E-Eso mismo...
Tras unos breves momentos, el muchacho decidió seguir a delante aún sin las instrucciones de su mentora. Alzó su otra pierna para pasarla también al espacio que quedaba entre las de ella. En su ropa interior se apreciaba sin lugar a dudas una gran erección que empezaba a apartar la goma de sus slips.
- N-No... Aún no te había dicho que hicieses eso...
- *Aaaahh* No hacia falta, me dijiste que debía tener más iniciativa... Perdona.
- Tampoco he dicho que estuviese mal, solo me sorprendiste, pero lo has hecho bien. Ahora... Ahora muévete, deja que vuestras partes se froten, hazlo poco a poco. Logra que me excite... Digo que SE excite aún más, pero sin pasarte.
El muchacho empezó a bombear sus caderas apoyado en la cama, ambos con los rostros color carmesí luchaban contra el instinto de tocarse. Lincoln lo tenía realmente difícil, pues sus caderas parecían haber cobrado vida propia y si se descuidaba acabaría frotándose de verdad con aquella que lo miraba con ojos ansiosos, aquella que pasaba sus manos al rededor de su cuerpo y luchaba contra las ganas de abrazar fuertemente a su hermano y hacer que sus cuerpos entrasen en contacto. Aquella a quien empezaba a parecerle imposible en resistir cruzar aquel milímetro que separaba los labios de su querido hermano.
- Va-Vale, para. Para, Lincoln, para. Po-Por hoy es suficiente.
Sin muchas ganas, el muchacho se apartó de encima y tomó asiento al otro lado de la cama. Luan se incorporó y se cubrió con la parte superior de su pijama algo vergonzosa. Sus ojos no paraban de cruzar miradas, se quedaban un momento en silencio mirándose antes de que alguno de los dos mirase hacia un lado algo avergonzados.
- Bu-Bueno conejito blanco... Creo que eso es todo lo que te puedo enseñar. Ya hemos acabado con los ensayos. ¿has pensado ya cuando te estrenarás?
Lincoln se mostraba realmente incomodo, sabia que todo aquello no era más que una ayuda que le estaba dando su hermana, pero día tras día empezaba a desear que aquellas practicas pasasen a ser actos de verdad. Aquello no estaba bien, sacudió su cabeza intentando alejar esos pensamientos y se centró en Stella.
- Cada vez que Stella me ve parece más ansiosa y alegre, así que... Bueno, he convencido ya a Lynn, Lana y Lucy para que este fin de semana duerman fuera. Si consigo que Luna no aparezca y Lisa se vaya con Lily a casa de Darcy, pueeeeees... solo faltarías tu.
- Jejeje, se nota que eres le hombre del plan. Ya has convencido a la mitad. Por mi no te preocupes, ya buscaré algo que hacer.
Por algún motivo la cara del albino mostró una mueca dolida pero en un instante la cambió a una agradecida sonrisa. Tras ponerse nuevamente sus respectivos pijamas, se despidieron y Luan se marchó hacia su cuarto, donde una vez más le escribió el mensaje detallando cada una de las practicas que habían tenido. Con una gran sonrisa en su cara, dejó el celular a un lado y se puso a dormir.
.*.*.*
El fin de semana no tardó en llegar, gracias a sus poderes de persuasión y al haberse gastado todos sus ahorros para sobornar a alguna de sus hermanas, había logrado quedarse con la casa libre durante todo el sábado y parte del domingo. Había llevado a Stella a comer al refinado restaurante mexicofrances de Jean Juan y ahora se dirigían ambos a la residencia Loud para disfrutar de una sesión de Netflix y chill.
Ambos se divertían mucho, se acariciaban, se hacían bromas tontas, se lanzaban algún que otro toque indiscreto intentando avergonzar al otro. Ambos disfrutaban mucho su tiempo juntos, Lincoln se lo pasaba realmente bien con su novia, pero en ocasiones debía morderse la lengua pues su subsconsciente hacia que estuviese a punto de llamarla Luan en vez de Stella en más de una ocasión. Por suerte ella solo se reía de forma coqueta y alegre ante los sonidos que hacia su lengua al trabarse.
Tal como llegaron la casa Loud, Stella no se molestó en ir al salón, no era necesario ni encender el televisor, lanzandole una mirada juguetona al peliblanco se dirigió escaleras arriba. Ambos sabían a que habían venido y no había necesidad de demorarlo. EL muchacho se apresuró en cerrar con llave la puerta principal, si alguien de su familia se presentaba por cualquier motivo, por lo menos tendrian tiempo para cubrirse.
O puede que no... Al subir las escaleras notó como unas zapatillas habían quedado tiradas al final de los escalones, lo primero que vio al girar la cabeza fue que en el suelo se encontraba la camiseta de su novia tirada en el suelo, a un par de pasos se encontraba su falda y justo en la maneta de su cuarto el sostenedor de esta. Su relación desde el principio había sido acelerada, como queriendo recuperar esos años perdidos siendo solo amigos, pero no se hubiese esperado que ella fuese tan directa. No le dio muchas vuelta, empezó a imitarla desnudándose también a medida que se acercaba al cuarto.
Nada más entrar lo que notó es que el interior se encontraba mucho más oscuro de lo habitual, al parecer había utilizado alguna prenda para tapar la ventana y lograr más intimidad. Realmente se habían estado acariciando y tocando en varias citas, pero es la primera vez que ambos se encontrarían desnudos uno delante del otro. La vergüenza no era de extrañar.
Solo empujó un poco la puerta que Stella lo agarró de la muñeca tirándolo hacia su interior, lo empujó hacia la cama y se apresuró en cerrar la puerta. No tardó en notar como ella se subía en la cama y se situaba encima de él. Aquello lo puso nervioso, con Luan únicamente habían practicado siendo él quien se situaba encima, pero no se acobardó. Estiró una de sus manos hasta el trasero desnudo de la joven Zhou y empezó a acariciarlo, ella correspondió dándole unos besos en el cuello junto a algún que otro lametón.
Su excitación lo guió y decidió a avanzar algo más rápido, uso su otra mano para tomar uno de los delicados pechos y masajearlo hasta notar como su pezón se endurecía. Podía oírla perfectamente intentando ahogar sus gemidos. En represalia, notó como ella tomaba su hinchado miembro y empezaba masajearlo aunque solo fue brevemente, pues cuando lo notó completamente endurecido se separó de él para situarse encima.
Lincoln notaba como su compañera se situaba encima y guiaba su miembro hacia aquella húmeda entrada, pero no llegaba a dar el paso final, únicamente jugueteaba acariciando su entrada con la puntita. Lincoln intentó resistir, pero sus instintos ya no aguantaron más. Se alzó y la abrazó haciendo que se sentase de golpe sobre él, haciendo que toda su extensión acabase dentro de ella. Un gemido de sorpresa y placer bien alto se escapó de los labios de la chica y el peliblanco no dudó en sellarlos con un largo beso.
Aquella sensación era indescriptible, el placer invadía todo su cuerpo y aquel beso se sentía mejor que nunca. Su lengua no tardó en invadir la boca de su compañera buscando la lengua de ella para jugar, pero se topó con algo que no esperaba. Era extraño pero no hizo caso y siguió con el profundo beso a la vez que ambos empezaban a bombear sus caderas buscando más y más placer. Las manso de ella tomaban ambos lados de su cara buscando profundizar más en aquel beso, mientras que el la tomaba de las caderas acompañando los movimientos ascendentes y descendentes que esta realizaba. Embriagados por la calentura incluso se habían olvidado de respirar mientras sus bocas se encontraban conectadas, pero la falta de oxigeno logró que se separasen durante un instante.
- *Aaaahhhh* *Aaaahhh* M-Me has sorprendido... ¿Cuando te han puesto los frenillos Stella?
- * Mmmmffffff* *OOOOoooohhhh* Li-Lincoln... Aaahhh... Y-Yo no llevo frenillos, blanquito. Ahora continua... Vamos, no pares.
Aquello sorprendió enormemente al muchacho, no por el hecho de notar claramente los frenillos durante su beso, sino porque la voz de su novia procedía de la parte del escritorio. Una voz que no dejaba de sonar aún y volver a notar como sus labios eran nuevamente presionados contra los suyos. Notaba como su compañera aceleraba aún más el ritmo de sus caderas.
La luz se encendió de golpe cegando momentaneamente al muchacho, el cual miró instintivamente hacia el interruptor al lado de la puerta. Allí pudo ver como Stella se encontraba con las piernas estiradas, masajeando sin parar su intimidad sentada en la silla del cuarto, separando sus piernas la máximo para mostrar lo que estaba haciendo.
- Va-Vamos hermanito, no querrás estropearle el show a tu invitada. Jejeje.
- ¿Lu-Luan?
La comediante volvió a juntar sus labios a los del peliblanco mientras seguía haciendo que sus caderas se moviesen ritmicamente. El joven al principio sorprendido no dudó en corresponder con aún más pasión que antes.
- Linky... No la llames por su nombre. Po-Por favor, dile hermanitaaaaaaaaaahhhhh... Oooooohhhhh - Stella no apartaba la vista de ellos mientras se dedicaba a introducir dos dedos en su interior intentando seguir el ritmo de los movimientos que hacia Luan.
No hizo caso alguno a lo que su novia le decía, solo abrazó con mucha más fuerza a su hermana y aceleró sus movimientos, no quería dejarla ir. No entendía que pasaba, pero le era igual, sentía que estaba conectado con la persona que amaba, con la persona a la que había anhelado tocar durante tantas noches y no pensaba dejarla marchar ahora. No quería que se fuese... pero él se venia.
- Her-Hermanita yoooo... ¡AAAAAHHHHHH! - justo intentaba avisar pero no pudo soportar el placer, descargó todos sus sentimientos en el interior de la comediante - Pe-Perdona... No me he podido contene...
No pudo terminar la frase que su hermana rodeó su cabeza con los brazos y lo atrajo hacia sus pechos con tal fuerza que casi le impedía respirar, las leves convulsiones que notaba del interior de Luan le decían que ella también estaba llegando.
- ¡SSSSSIIIIIIIIII! - a su vez Stella profería un satisfactorio grito al alcanzar el climax junto al espectáculo que le estaban brindando.
Ambos separaron su conexión y quedaron tumbados sobre la cama intentando recuperar el aliento mientras Stella se apoyaba en el respaldo y resbalaba hasta el borde del asiento. Antes de poder volver a hablar con normalidad, fue Luan la que habló.
- !Fe-Feliz cumpleaños hermanito¡
- Si, blanquito, esperamos que nuestra sorpresa te gustase...
El muchacho se mostraba claramente sorprendido ante esto, empezaba titubear sin saber que decir. No sabia si debía decir algo o no.
- Chi-Chicas... Gracias. Pero mi cumpleaños es dentro de 3 meses.
- ¿Oh? ¿Nos adelantamos?
- Bueno, supongo que entonces deberemos ir repetiendolo hasta acertar con la fecha, ¿entiendes? Jejeje.
- Vamos, en serio. ¿Pueden explicarse?
Fue Stella la que empezó explicando, al parecer cuando empezaron a salir juntos Luan se presentó ante ella intentando averiguar el tipo de relación que esperaba tener, solo quería protegerlo, pero parecía algo excesivo por muy hermana protectora que fuese.
- Había investigado todo de mi... Incluso tenia apuntado mi historial de internet. Notaba que algo raro pasaba y quise aprovecharme de ello. La chantajee un poco diciéndole que te contaría lo de su visita, pero que si me hacia caso nos podríamos divertir todos.
- Era una oferta que no podía rechazar. AL principio solo debía se runa semana, lo de la actuación fue idea suya y después de que tu y yo practicásemos, le enviaba un mensaje diciéndole las cosas que habíamos hecho para que las probaseis juntos en la próxima cita.
- ¿Q-Que...?
- La gran mayoría de mis búsquedas en internet es en paginas nopor sobre hermanastros... Me encanta ese sentimiento a prohibido y como se llega a cruzar, es algo que...
Todo era demasiado complicado como para que se lo explicasen ahora, no estando los tres desnudos en el mismo cuarto. Su mente no estaba ahora para largas explicaciones y menos después de experimentar algo tan intenso.
- No, lo que decía es... ¿Por que mi hermanita pequeña Stella se ha quedado ahí en la silla y no se ha juntado con nosotros? - el muchacho le tendió la mano.
Las piernas de la joven Zhou temblaron visiblemente y un sorpresivo gemido de placer escapaba de su boca. Su cara se había cubierto por completo de carmín y miraba nerviosa a la mayor que aún se encontraba tumbada en la cama.
- Si, vamos hermanita "incestimos" en que te nos unas, jejeje. - le hizo una señal para que se pusiese a su lado - Hagamos de esta una gran actuación, ¿de acuerdo?
.*.*.*
(Mucho tiempo despues)
La mente de Luan no podía evitar que los recuerdos de lo que pasó le viniesen una vez y otra a la cabeza.
- Vamos, ¿por que no puedes explicarnos como acabaron juntos? ¿No es una bonita historia de amor?
- Eso mamá, no te hagas la despistada como... como... como un hurón y cuéntanos de una vez.
Luan sorbió nuevamente de su taza de café matutino. Miró a las dos pequeñas de 10 años que la observaban expectantes de saber el como sus padres habían terminado enamorándose.
- Darla, Liby, no es el momento. Saben que yo no tengo problema en contarlo, pero papá me hizo prometer que seria él quien decidirá cuando os lo podemos contar.
Saben que yo no tengo problema en contarlo, pero papá me hizo prometer que seria él quien decidirá cuando os lo podemos contar
- ¡Voy corriendo a buscar a papá! - sin espera la joven de cabellos negros salió disparada escaleras arriba.
- !Cuidado hermana¡
Tan rápido como había subido, volvió a bajar dando vueltas al resbalarse con uno de los patines que Liby había dejado en el piso superior. Del cuarto de sus padres no tardó en aparecer la otra madre visibelmente enfadada.
- ¡Liby! Te hemos dicho mil veces que no dejes tus patines por ahí, sabes bien la mala suerte que tiene Darla.
- Perdona mamá Stella, pero esta vez no se ha roto nada...
- Nope, mira mamá, solo un chichón... y sangre de la nariz... ¡SOY INDESTRUCTIBLE!
Una nueva discusión empezaba en aquella casa, algo de lo más habitual a decir verdad. Una discusión que llamó la atención del padre de familia, el cual salia de su estudio donde trabajaba para ver a que se debía esta vez todo el jaleo. Un padre que fue asaltado al instante por sus dos hijas solicitándole que les explicase de una vez como se enamoró de sus madres y como terminaron todos juntos.
- Vamos papá, sabemos que les hiciste prometer que serias tu quien escogería el momento en que nos lo contarías.
- Si nos lo cuentas... !Prometo no tener accidentes en una semana¡
- Vamos niñas... Primero, Darla, sabes que eso es imposible. Y segundo, como ya les han dicho, yo escojo el momento y se muy bien cuando será.
- ¿CUANDOOOO? - exclamaban ambas al unisono.
- !Cuando cumplan 50¡
Las quejas y discusión se siguieron sucediendo en aquella casa, una casa donde se discutía, donde se divertían, donde se respiraba amor. El hogar de sus sueños.
En esta ocasión este One-shot me ha salido muy largo para lo que suelo publicar. Igualmente espero que lo disfruten y sea de vuestro agrado. Hacia tiempo que me llamó la atención de este curioso trío y sus hijas, espero que les gustase esta pequeña actuación que han llevado a cabo para todos ustedes. ^_^
Les envío un fuerte abrazo a todos los lectores y seguidores que siguen pendientes de mis publicaciones. Muchísimas gracias por vuestro apoyo.
