GÉNESIS DE NEÓN

EVANGELIO

MAMÁ SHINJI

7

(Gendo, Ritsuko y Shinji mantienen una conversación en la sala de estar. Ha pasado un año desde que Yui nació).

Gendo: No puedo aguantarlo más. Me siento como un monstruo…

Ritsuko: Te entiendo. Por mucho que le demos de comer, que pasemos tiempo con ella… Sí, siento que tenerla en el sótano está mal, pero, ¿qué haríamos si no? ¿Tenerla expuesta a las miradas de las visitas? ¿Que la niña sea el objeto de las burlas de los vecinos?

Shinji: Creo que deberíamos buscar a un cirujano plástico… No sé, alguien que pueda cambiar su cara, de alguna forma.

Gendo: No me parece una buena idea. Recuerda que esto no es China. Estamos en Japón; aquí es mucho más difícil encontrar cirujanos clandestinos. Además, la cirugía estética no es milagrosa. De hecho, se me acaba de ocurrir una idea mejor que operarla, aunque es algo cruel…

(Ritsuko y Shinji miran a Gendo, sorprendidos).

Gendo: Estoy trabajando en un ser humano artifical; en una colonia de nanomáquinas.

Ritsuko: Oye, no estarás pensando en cambiar a Yui por un robot, ¿verdad?

Gendo: No es un robot. Es un clon de un ser humano. Tiene alma.

Ritsuko: ¿¡Y qué cojones importa eso?! ¿¡Vas a abandonar a Yui solo porque sea difícil de criar!?

Gendo: ¿Y qué otra opción tenemos? Por muchas veces que operemos a Yui no va a mejorar su rostro; acabará convertida en algo, parecido a nosotros, eso es cierto, pero igualmente monstruoso. La cirugía plástica sirve para reconstruir caras, para realizar arreglos. Pero, ¿para cambiar todas las facciones de un rostro sano? ¿Estamos locos?

Ritsuko: Sí, ya. Tienes razón, pero…

Shinji: Mamá, papá tiene razón. Esta niña sólo nos ha dado problemas desde que nació. Desearía no haberla tenido nunca.

Ritsuko: ¿Y qué haremos con Yui, entonces?

Gendo: La dejaremos en adopción.

Shinji: Me parece bien. Sé que es duro, pero ella se merece una familia que de verdad la quiera, no una que aparenta tener afecto hacia ella, pero que luego la oculta como si fuera indigna de ser humana.

(Ritsuko, Gendo y Shinji rompen a llorar).