Disclaimer: J.R.R. Tolkien y toda su maravillosa creación, claramente, no me pertenece.


Ms. Baggins


En toda la larga historia sobre los Hobbit, Bilbo Bolsón en verdad cuestiona que una cosa semejante, le haya sucedido a alguno de los suyos en el pasado y quizá, en el futuro.

Unirse a la compañía de Thorin Escudo de Roble era sin lugar a dudas la decisión más arriesgada que tomaría jamás. Orcos, trolls y señores de guerras se habían atravesado en su camino y sin embargo, no era nada comparado con lo que estaba sucediéndole en ese instante. Podría admitir con total dignidad que nunca se había visto tan alarmado y avergonzado, en especial, cuando se le había advertido al respecto.

"Mantengan sus manos alejadas de los tesoros de esta caverna, a no ser que deseen tener un final trágico." Había indicado Thorin.

En la que le parecía que podía ser otra vida, la idea de atravesar una caverna hechizada, para acortar camino hacia la montaña solitaria, donde les aguardaba un dragón de antaño, para una batalla por la libertad de un antiguo reino, habría sido para Bilbo, una lectura interesante. Pero ahora, no era más que la cruda realidad y para su consternación, el motivo de su pesar.

"Creo que algo está sucediéndole al señor Bolsón." Exclamó Kili, alertando al resto de la compañía, que no dudaron en acuerparse alrededor del Hobbit prontamente.

"¿Qué es lo que sucede?" Bramó Thorin.

"Creo firmemente que ese manantial podría estar contaminado. " Respondió Bilbo antes de desmayarse.


Bilbo despertó muy tarde esa noche, lamido por el calor de una fogata cercana, sobresaltado, se puso en guardia rápidamente. Lo último que recordaba era haber atravesado la caverna y desmayarse unos minutos después de eso.

"¿Cómo he llegado hasta aquí? Supongo que los enanos habrán tenido que socorrerme." Se dijo mientras apreciaba mejor, la extraña tienda que se cernía sobre él. Y ese asunto no hizo más que preocuparlo, en el largo recorrido junto a sus compañeros, Bilbo no recordaba una ocasión que mereciese una tienda. Ni aún Thorin utilizaba una, dormían a la intemperie o en cuevas si es que lograban toparse con alguna. Rápidamente, se llevó las manos al cuerpo, palpando y asegurándose de no estar gravemente mutilado o cercenado.

¿Qué era ese bulto en su pecho? Por todas las truchas saltarinas.

"¿Esto, esto es un busto?" Preguntó a la nada misma. Casi podía prever que volvería a desmayarse.

"Mi buen amigo" La voz de Gandalf se hizo presente y Bilbo enrojeció hasta la columna, cubriendo con los brazos, su reciente descubrimiento. "¿Te encuentras mejor?"

Bilbo no sabría cómo poner en palabras lo que estaba sucediéndole.

"¡Gandalf! ¿Qué ha sucedido? Yo, bueno, eh." La incomodidad en su rostro, conmovió al viejo mago que habría dado cualquier cosa por reírse, de no ser por lo serio de la situación.

"¿Has tomado algo de la caverna, por casualidad, mi buen Hobbit?"

Las orejas de Bilbo no tardaron en teñirse de un leve carmesí.

"Un sorbo de agua del manantial en la caverna." Admitió.

Gandalf asintió comprensivamente.

"Las órdenes son claras por una razón, señor Bolsón." Escuchó decir a Thorin, líder de la compañía, que emergía detrás del mago, observándolo con molestia.

"Los Hobbit nunca dejan de sorprenderme." Interrumpió Gandalf, "De entre todos los tesoros que pudo haber tomado, elige las aguas de una cueva hechizada." Un atisbo de sonrisa se asomaba por sus comisuras.

"Seguramente habrá recibido una gran sorpresa, señor Bolsón, o debería decir, señorita." Dijo el enano antes de abandonar la tienda.

"¿Señorita? ¿A que se refiere con eso?"

"Según alcanzo a entender, mi buen amigo, un encantamiento te ha alcanzado como consecuencia de tu refrescante atrevimiento." Gandalf hizo un ademán hacia él, invitándolo a examinarse adecuadamente.

Lo que Bilbo encontró, no se lo creería ninguna de la buena gente de la Comarca.


Habían pasado ya dos días, desde que Bilbo se descubrió en un cuerpo completamente diferente al que le pertenecía. Y aunque era algo abismalmente abrumador, se las había apañado tan dignamente como había podido. Gandalf había dicho que el hechizo no tardaría en disiparse, aunque, para su consternación, no lo había asegurado.

"Me temo, mi señor Bolsón, que fue un gesto muy descuidado de su parte." Le había dicho Balin, en el momento en que Bilbo tuvo que aceptar los hechos y presentarse ante el resto de la compañía, que ignoraban la situación en que el mediano estaba inmiscuido.

El barrullo entre el resto de enanos no se hizo esperar. Fili y Kili fueron los primeros en echarse a reír a costillas de un muy avergonzado Hobbit. Balin lo observaba con lo que Bilbo interpretó, como comprensión.

"Todos los enanos saben, que se debe tener cuidado con todo lo que se encuentra en la profundidad de una caverna." Había dicho Kili.

"Sin embargo, el señor Bolsón no es un enano." Había recordado Bofur. Bilbo apreciaba la aclaración, aunque no hubiese valido para mucho a estas alturas, cabalgaba sobre su pony, reconociendo que, dada la situación, encontraba mucho más cómodo, el recorrido sobre el pony. Sin embargo, el peso de las miradas se acumulaba en su nuca. Últimamente el trato con los enanos había cambiado. Y Bilbo se lamentó al respecto, había trabajado arduamente por hacerse un lugar entre los miembros de la compañía y ahora, parecía volver al inicio.

Thorin encabezaba la marcha y convenientemente, el resto de enanos parecían estar escoltándolo a él, mucho más que al futuro rey bajo la montaña. Era molesto y francamente un tanto degradante. No es como que antes no hubiesen mostrado cierto cuidado hacia él, pero desde que el incidente se había dado, parecía que Bilbo recibía ciertas consideraciones, aunque había apreciado que las burlas al respecto, hubiesen disminuido. Extrañaba la antigua relación con sus colegas. Él siempre había mantenido una cierta distancia del resto de enanos, una falsa ilusión de privacidad que le ayudaba a sobrellevar todo el asunto sobre aquella cruzada. Pero ahora, Bilbo podía asegurar que estaban tomando su distancia.

Sí, su cabello había crecido un poco, los rizos castaños se cernían casi a la altura de sus hombros, sus labios eran mucho más finos y su voz difería un tanto a su tono normal, su pecho albergaba dos pequeñas prominencias y sus caderas parecían haberse ensanchado un poco, sin mencionar el espacio en sus pantalones, pero eso no significaba que él había contraído alguna extraña y peligrosa enfermedad, como para que los demás, tuviesen que apartarse de tal manera.

Thorin anunció que acamparían en ese lugar. Los enanos se apresuraron a desmontar la carga de los ponys, incluyendo el de Bilbo.

Un muy escandalizado Hobbit, arreglaba su lugar para dormir un tanto alejado del campamento.


Alrededor de la fogata, los enanos comentaban, "¿No creen que el señor Bolsón puede sentirse un tanto solitario, dada su situación?" Preguntó Ori, apenado y consciente del reciente cambio en la dinámica del grupo.

"¿Deberíamos llamarlo "señor Bolsón"?" Cuestionó Kili con una sonrisa traviesa.

Balin lo observó con severidad y Kili eligió no recorrer ese camino.

"Creo que ya está atravesando por muchas cosas, sin necesidad de que lo hagamos sentir peor al respecto." Comentó Bofur armándose de valor, quien apreciaba mucho al Hobbit y lamentaba el hecho de distanciarse de su compañía.

La respuesta colectiva fue en apoyo a su opinión. Aunque ciertamente, había pasado un tiempo desde que cualquiera de ellos, hubiese tenido contacto con alguna fémina.

Acordaron pues, no ser tan distantes con el mediano y hacerle saber, que seguían respetándolo.

Thorin escuchaba a la distancia la conversación que entre su gente se daba. Ciertamente, todo esto no era más que una molestia, pero esperaba que el camino continuara sin mayor retraso. El mago no tardó en hacer notar su presencia.

Thorin no soportaba los enigmas con los que Gandalf acostumbraba hablar, el enfoque directo era mucho más su estilo.

"Solo di lo que tengas que decir" dijo el enano. Gandalf tomo asiento frente a Thorin y se acomodó bien, antes de reanudar la conversación, para molestia del rey.

"Por mucho que pidas y anheles, un olmo jamás será un manzano." Comentó.

Thorin entornó los ojos, magos y sus caprichos.

"¿Esto es sobre el mediano? ¿Qué haremos ahora con el saqueador? ¿No puedes simplemente regresarlo a su estado natural?"

Gandalf sonrió. "Bilbo sigue siendo Bilbo, tanto como Thorin sigue siendo Thorin."

"¿Y el punto es?"

"No dejes que su exterior te engañe, el talento se encuentra en lugares extraordinarios y algo me dice que no hemos visto ni la mitad de lo que los Hobbit son capaces, aunque ya antes ha demostrado su valor."

Gandalf se dispuso a fumar su pipa, mientras Thorin se internaba en sus pensamientos.


Bombur preparaba la cena y Bilbo vio la posibilidad de ser útil. Ante la negativa de los enanos de dejarlo cumplir con sus responsabilidades habituales, sin duda, bajo cierto comportamiento discriminatorio, aún podía ayudar al viejo Bombur. Una cena sencilla pero placentera podía apaciguar a su acongojado corazón.

Su ofrecimiento fue mejor recibido de lo que había esperado. Y aunque fuese momentáneo, disfrutaba de tener un poco de normalidad en lo posible.

Thorin observaba a la distancia la dinámica de grupo. Podía ser que las palabras del mago en realidad tuvieran algo de razón, Bilbo seguía siendo Bilbo, sin importar cuan diferente luciera en el exterior. Aunque a no ser por un par de detalles anatómicos, en realidad, no parecía haber cambiado demasiado sus modos y su actitud en general. Descubrirse pensando al respecto, no hizo nada más que inquietarlo y optó por mejor retirarse a descansar. Un par de horas de buen sueño, le vendrían bien para despejar su mente.

"Está delicioso, señor Bolsón." Admitió Dwalin, gratamente sorprendido de tener una sazón diferente al de Bombur para variar.

"Todo está en los condimentos, mi buen señor." Afirmó Bilbo, contento de poder ayudar.

"¿Cómo prefiere que lo llamemos ahora, señor Bolsón?" Preguntó Ori, un tanto mortificado.

Bilbo abrió y cerró la boca un par de veces. Era tremendamente consciente de su nueva apariencia, sin embargo, él se sentía tan Bilbo como podía permitirse ser. Pese a todo, apreciaba el gesto. Así que lo meditó por un momento.

"Sigo siendo yo, mi señor Ori. Y puedo asegurarlo, aunque mi exterior sea un poco diferente. Así que me harían muy feliz, si pudieran seguirme viendo tal cual el Hobbit que soy." Aseguró Bilbo, poniendo una mano sobre su pecho, misma que despegó tan apresuradamente, como si el mero contacto le hubiese quemado tremendamente.

Los enanos no pudieron contener la risa, para el enrojecimiento del mediano.

"De hecho es algo linda, lindo, cuando se sonroja." Comentó Fili.

Kili observó con curiosidad a su hermano. "¿Algo que quieras confesar, Fili?"

"Cierra la boca." Respondió el enano, mientras negaba divertido. "Aún puedo patear tu trasero, hermanito."

"Me gustaría ver que lo intentaras." Retó Kili.


Bilbo podía asegurar que desde su reciente cambio, era el momento que más había disfrutado en compañía de los enanos.

Pero algo lo incomodaba aún y aunque había estado mortificado al respecto, si este iba a ser su cuerpo por tiempo indefinido, iba a cuidarlo tan bien como pudiera. Sin embargo, no estaba seguro de a quién acudir.

Bofur había tenido el detalle de ofrecerle una alternativa, cuando se había dado cuenta que había olvidado su pañuelo en Bolsón Cerrado, ahora, esos días parecían muy lejanos y casi resultaba tonto, haberse preocupado tanto por un pequeño pedazo de tela. Pero nuevamente, se había encontrado necesitando otra prenda o algo que pudiese servirle para sustituirla. Se dispuso pues a consultar a Ori, había observado atentamente las rutinas de los enanos desde el momento en que se había unido a la compañía y si alguien podía haberlo ayudado, ese habría sido Ori. Y así fue.


Si alguno de los enanos a la mañana siguiente, había notado algo distinto en el señor Bolsón, ninguno lo había comentado. Hasta que no fue así y Kili aprovechó la oportunidad.

"Pero señor Bilbo, su busto ha disminuido. ¡Seguro que eso es una señal de que el encantamiento está perdiendo efecto!" Exclamó el joven enano, emocionado por su descubrimiento.

Las orejas de Bilbo enrojecieron casi tanto como sus mejillas y tuvo que admitir, que él había tenido que ver al respecto.

"Nada me gustaría más, mi señor enano, pero en realidad, resultaba muy incómodo ir tan libremente por ahí, resulta que la gravedad afecta considerablemente esa área de mi cuerpo al cabalgar. Y decidí hacer algo al respecto. El señor Ori tuvo la gentileza de echar mano al respecto." Admitió el Hobbit un tanto avergonzado de haber sido puesto en evidencia.

"¿Qué Ori echó mano, dónde?" Preguntó Fili.

El enano en cuestión, casi se cae de su pony cuando el resto de la compañía centró su atención en él. Incluso Thorin pareció interesarse por la discusión, aunque fingía no hacerlo.

"Yo solo le he prestado un par de vendajes." Se apresuró a agregar.

Gandalf observaba la situación y la encontraba terriblemente entretenida, para el bochorno de su pequeño amigo.

"Oh, lo siento, señor Bilbo. No era mi intención incomodarlo. Si de algo sirve, se ve bien." Aseguró Kili.

Bilbo hubiese querido ser devorado por la tierra, para no tener que seguir sonrojándose en presencia de estos seres.

Fili se encargó de propinarle un buen zape al enano.

"No incomodes al señor Bilbo." Le había repetido su hermano, dispuesto a propinarle otro golpe desde su pony.


Bilbo es un personaje tan carismático y agradable, (que a lo mejor Martin Freeman tiene algo que ver en eso) que no puedo evitar imaginarlo metido en toda clase de situaciones a lo largo de su aventura.

Gracias por leer.