- ¿Onee-chan? – Kurome vio al frente a Akame en ese momento, la pelinegra mayor bajó la mirada, sonriendo suavemente.

- Kurome… nos volvemos a ver…

- Esto era lo que quería evitar… - Wave soltó un suspiro.

- Yo… quiero hablar contigo. – Akame quiso acercarse a ella pero la pelinegra se alejó para su asombro. - ¿Kurome?

- … Por favor… vete.

- ¿Eh? Yo quiero arreglar lo del pasado, por eso fue que vinimos y…

- ¡Lárgate! – gritó Kurome la cual se fue corriendo en ese momento para asombro del resto, Wave bajó la mirada.

- Lo siento por lo que hizo… la verdad es que pasaron muchas cosas. – Explicó, Kanno se acercó. – Este no fue precisamente el mejor de los reencuentros.

- Seguro sabes lo que pasó ¿no? – Preguntó el pelinegro, Wave asintió.

- Como Kurome-san seguramente no vuelva en un tiempo… podríamos ir a nuestro hogar y ahí les explicaré lo que pasa.

- Quiero saberlo. – Expresó Seryuu. – Yo realmente deseo que todos los Jaegers vuelvan a estar juntos. – Eso trajo una sonrisa al peliazul.

- Realmente has cambiado Seryuu-san, tienen todo el derecho de conocer que fue lo que pasó durante el tiempo que nos fuimos… vamos. – Dicho eso, Wave dirigió a ellos a su hogar el cual era acogedor en ese momento, de ese modo entraron al hogar él junto a Kanno, Akame, Seryuu y Cosmina, sentándose en una mesa, no sin que antes este sirviera agua.

- Gracias~ - Expresó la pelirrosa.

- Entonces… ¿puedes contarnos todo lo que han vivido durante estos diez años que se fueron? – Preguntó Kanno, Wave se acomodó para empezar su historia en ese momento.

- Luego de que nos separamos de ustedes dos, yo me dirigí junto a Kurome-san en el este, aunque no teníamos un rumbo fijo…

"Flashback"

Wave llevaba a Kurome en sus espaldas, ella estaba herida luego de haber batallado contra Akame y ser derrotada, a pesar de todo, ella tenía un rostro de paz en aquel momento.

- Debo encontrar un lugar donde descansar… - El peliazul siguió avanzando un poco más hasta encontrar una cueva, en ese momento entró y dejó recostar a la pelinegra en ese sitio. – Bien… ahora, necesito deshacerme de lo que ella no necesite. – Buscó en sus bolsillos aquellos dulces que siempre consumía, siendo en realidad la droga que le estaba haciendo daño para potenciar su afinidad con Yatsufusa, salió para arrojarlas cerca de un río, entonces miró el teigu de la pelinegra, tomándolo en manos. – (Debido a este teigu fue que ella hizo todas esas cosas horribles… es mejor que elle deje de pelear, hacer que olvide todo acerca de su venganza… entiendo que tus queridos hermanos vivan en esta espada, pero si te hace daño… es mejor que no vuelvas a tenerla…) – En ese momento fue a otro sitio, encontró lo que era una casa abandonada, la abrió viendo que todo estaba sucio, fue ahí que dejó el teigu, mirándolo a ver una última vez. – Aunque ustedes eran solo cadáveres… trajeron felicidad a Kurome-san, les agradezco por todo, pero ahora yo me encargaré de que sea feliz, es mi promesa hacia ustedes.

Ya entonces se fue para volver a la cueva en aquel momento, la pelinegra seguía durmiendo, necesitaba tratarla de alguna manera, por suerte, al haber vivido en un pueblo pesquero durante mucho tiempo le ha proporcionado un cierto sentido del cuidado y conocimiento de la naturaleza, ser de campo tiene sus ventajas después de todo. Empezó a buscar entre el bosque por hierbas medicinales que pudieran tener el efecto para ayudarla, fue una búsqueda de dos horas cuando pudo reunir todo lo que quería, con una piedra empezó a hacerlo todo en una papilla, unas para untar en la piel de Kurome y otras para que consumiera, una vez hecho todo, solo necesitaba esperar a que ella despertara, antes de darse cuenta, era de noche.

- Realmente trabajé bastante… - Soltó un bostezo. – Estoy cansado… voy a dormir… - Miró una última vez a la pelinegra. – Buenas noches Kurome-san… - Y así durmió.


Llegó el día siguiente, Wave empezó a abrir los ojos cuando sintió algo caliente a su lado, cuando su vista se aclaró vio la figura que se había acurrucado a su lado.

- ¿Kurome-san? – De algún modo la pelinegra se había movido y lo estaba abrazando, no cabe decir lo sorprendido que estaba, tenerla tan cerca de ese modo era algo un poco vergonzoso pero esos pensamientos fueron reemplazados por el alivio de que ella ya estaba mejor, sonrió por debajo. – Que bueno…

- Hmmm… - Ella se empezó a mover, abriendo los ojos poco a poco, sus orbes negros encontraron los del pescador. – Wave… buenos días…

- Buenos días Kurome-san ¿estás mejor?

- Sí… ya no me duele bastante… - Ella se levantó en ese momento. - ¿Y mi teigu? – Buscó en su bolsillo por sus dulces pero no los tenía. - ¿Mis dulces? Wave, dime donde están.

- … Kurome-san, necesitamos hablar seriamente. – En ese momento se sentaron y Wave le explicó todo, perdiendo contra Akame y que ella realmente necesitaba ayuda, esos dulces que eran drogas estaban destruyendo su cuerpo, así que los arrojó además de que dejó a Yatsufusa en otra localización, eso causó que Kurome se enojara.

- ¡Qué diablos hiciste! – Le gritó en la cara, sujetando su playera. - ¡Lo necesito para matar a Onee-chan! Tráeme mi teigu de nuevo.

- No haré eso Kurome-san. – A pesar del enojo de la pelinegra, él se mantuvo calmado. – Ya no es necesario, has perdido y si vuelves a pelear una vez más, seguro vas a morir.

- ¡Eso no importa! Siempre y cuando pueda vengarme de ella por lo que le hizo a nuestros hermanos, no podré descansar hasta verla muerta. – Ella respiraba agitadamente.

- Puedes reclamarme todo lo que quieras, pero tomé mi decisión, es mejor que pases la página y olvides todo eso… vive tu vida de una mejor forma y no la desperdicies de esa forma.

- Wave… yo creí que eras mi amigo… - Kurome bajó la mirada. – Pero si solo quieres interponerte en mi deseo… quizás eso deba acabar…

- Kurome-san… - Wave quiso acercarse pero ella apartó su mano.

- No vuelvas a tocarme… te odio… - Ella entonces se fue corriendo en ese momento, Wave no pudo hacer nada más que solo soltar un suspiro.

- Era lo que esperaba… pero realmente deseo trabajar por su bien… - En ese momento fue para perseguirla.

Kurome corrió por el bosque, necesitaba encontrar a Yatsufusa, no importaba si no tenía sus dulces, sus deseos de matar a Akame eran mayores, después de todo solo perdió una vez pero seguía viva, mientras aún tuviera la oportunidad podría volver a intentar matar a Akame, eso trajo una sonrisa su rostro.

- Es cierto… no todo está perdido, aún puedo vengarlos… solo necesito encontrar mi teigu entonces regresaré a la capital, aún deben estar peleando la guerra, aprovecharé para matarla.

- ¡Kurome-san! – Ella chasqueó la lengua al escuchar a Wave cerca, necesitaba perderlo pero este iba a ser muy molesto, además de que tenía su teigu. – Vuelve.

- ¡No lo haré! – Ella continuó corriendo en ese momento para perderlo pero este se encontraba equipado con su teigu lo cual le dio mayor movilidad, fue así que la alcanzó para sujetarla. - ¡Sueltame!

- ¡No lo haré! Kurome-san, olvida todo eso.

- ¡No quiero! Solo quieres evitar que cumpla mi sueño ¿por qué te estás metiendo? – Preguntó ella, estaba siendo muy molesta, causando que Wave apretara los dientes.

- ¡Es porque eres importante para mí! – Confesó en ese momento, sorprendiendo a la pelinegra. – Kurome-san, desde un inicio realmente me pareciste muy extraña debido a que no hablabas demasiado, pero luego cuando empecé a conocerte vi distintos lados tuyos y es que eres mucho más, disfrutas bastante el comer, te divierten las pequeñas cosas y te preocupas por los demás… no solo vives por un deseo de venganza, eres más que eso y es lo que yo quiero proteger… Kurome-san, quiero que vivas a mi lado de ahora en adelante.

- E-Eso… - Ella no sabía cómo responder, fue tan repentino. – Lo que has dicho suena como…

- Una confesión. – Él terminó de hablar. – Kurome-san, eres así de importante para mí, por esa razón te quiero a mi lado… como una pareja. – Luego de escuchar todo eso Kurome de repente se puso roja.

- E-Eres un idiota ¿por qué me estás diciendo esto? Te odio.

- Sé que estoy siendo un idiota pero es lo que siento, por esa razón les dije a Akame y Kanno que nos dejaran ir… haré todo lo posible para salvarte y que seas feliz, así que por favor, olvida tu deseo de venganza y camina a mi lado de ahora en adelante. – Se quitó el casco para sonreírle a la pelinegra, esta tenía las mejillas rojas. No sabía qué pensar realmente, si ella podía abandonar totalmente la venganza por un futuro feliz, su mente estaba en conflicto en aquel momento.

- … Wave… - Miró fijamente al peliazul. – Lo que me pides… es bonito, realmente nunca imaginé que algo así podría estar en mi futuro, pero lo de Onee-chan…

- Kurome-san. – Él la interrumpió. – Nos vamos a ir lejos, donde nunca más deberás escuchar sobre Akame o el imperio, solo seremos tu y yo, eso lo prometo.

- … ¿Puedo ser feliz?

- Claro, trabajaré duro para que así sea.

- Entonces… yo quisiera intentarlo… empezando con esto. – Ella sujetó el rostro de Wave por sorpresa para besarlo, el peliazul quedó asombrado pero tampoco lo rechazó, continuaron así unos segundos más antes de separarse. – Ese fue mi primer beso para lo que sepas. – Ella estaba roja, Wave soltó una pequeña risa.

- Estoy feliz… Kurome-san, hagamos una vida feliz de ahora en adelante.

- Claro… es lo que igual quiero. – Ella sonrió. De ese modo Kurome había abandonado su venganza, aunque le tomaría tiempo para aceptarlo, Wave se esforzaría por hacerla feliz.


Los dos continuaron con su viaje desde entonces, Kurome se esforzaba por seguir adelante, la pelinegra empezó a tener problemas debido a la abstinencia de la droga que empezó a hacer el efecto en su cuerpo, mostrando malestares y ronchas por todo el cuerpo, además de un fuerte dolor.

- ¡Aaaaaah! – Ella gritaba del dolor, algo que realmente preocupó a Wave el cual iba corriendo cargándola.

- ¡Maldita sea! – No tenía una forma de que pueda aliviar su dolor, era producto de una invención del imperio después de todo, no conocía algo que pudiera ayudarla. - ¿Dónde diablos puedo ir?

- Pareces tener problemas. – Un anciano estaba sentado ahí. – La chica que cargas realmente se ve adolorida.

- ¿No conoces algún doctor que pueda tratarla? – Preguntó, el anciano negó con la cabeza.

- Lamento decirte que no hay algún pueblo cercano, pero si podría decirte algo, en esta zona existen unas aguas termales las cuales pueden aliviar cualquier malestar, debes seguir el sendero más adelante para encontrarlas.

- Eso podría servir… ¡Gracias! – Sin decir nada más, corrió por el camino que señaló el anciano, subiendo por unas rocas, en ese momento vio el humo y sintió el calor, un manantial de aguas termales estaba ahí. – Esto… no se ve artificial, y además tiene un color extraño y verdoso…

Kurome estaba sufriendo por lo que no tenía por qué dudar, a pesar de la vergüenza, le quitó la ropa a la pelinegra, al menos dejándola en ropa interior y la metió al agua en ese momento, estuvo así durante unos dos minutos cuando ella pudo relajarse.

- Ya estoy mejor… gracias Wave.

- No es nada… - Él se encontraba de espaldas para no verla. – Cuando salgas, cámbiate rápido.

- Esto… claro… - Ella igual se puso roja al darse cuenta que estaba semidesnuda, pasó un rato cuando ella salió, con su ropa puesta de nuevo. – Me encuentro mejor.

- Parece que estas aguas termales pudieron controlar los efectos secundarios de la abstinencia, eso es bueno. – Sonrió el peliazul. – Se lo debo agradecer al anciano que me dijo donde estaban. – Así fue que regresó para verlo pero para su sorpresa, no estaba. – Se ha ido…

- Ey Wave, aquí hay una casa. – Kurome le avisó en ese momento, así fue que fueron a ver aquella casa, era pequeña pero tenía todo.

- Es extraño… casi como si nos lo hubieran preparado todo, tiene ingredientes y todo. – Expresó el peliazul.

- Oye Wave… ¿crees que podamos vivir aquí? – Preguntó ella, él aún seguía pensando en lo raro de la situación pero esas aguas termales eran las únicas que podrían ayudar a la pelinegra, de igual modo necesitaban asentarse en un sitio, él sonrió.

- Claro, hagamos nuestra vida aquí de ahora en adelante. – Eso puso feliz a Kurome. A partir de ese momento fue que empezaron a vivir en esa zona, Kurome se daba baños en las aguas termales para expulsar todo lo toxico de la droga y los dos eran felices en ese momento, como una pareja la cual había confesado su amor.

Al poco tiempo se hizo planes de una ciudad en la zona, de ese modo ahora tendrían mucho más, un mercado y trabajo por lo que la vida para los dos fue progresando totalmente.

- Así que se han vuelto emperadores… - Wave leía el periódico, Kurome estaba en la cocina en ese momento.

- Oye Wave ¿Qué lees? – Ella se asomó a ver, entonces al ver la foto de Akame, trajo un efecto en Kurome. - ¿Eh?

- ¿Kurome-san? – En aquel momento la pelinegra tomó un cuchillo y clavó justamente la foto. - ¡Eeeh!

- ¡Ah, lo siento! – Ella soltó rápidamente el cuchillo, mirando sus manos. – Yo… no sé que pasó, mi cuerpo reaccionó por sí solo.

- Kurome-san… - Wave la abrazó en aquel momento, ella estaba temblando. – (A pesar de todo… parece que, al ver a su hermana mayor, su cuerpo actúa por puro reflejo… ella no ha olvidado para nada su venganza…) Descuida, no pasa nada.

- Wave… tengo miedo, si vuelvo a reaccionar de ese modo…

- No pasará, porque ahora somos nosotros dos, viviremos aquí nuestra vida feliz y es todo lo que importa. – Fue a partir de ese momento que decidió no hablar sobre Akame para no intranquilizarla, después de todo la felicidad de Kurome era su prioridad, y era lo que tenía que hacer.

"Fin del flashback"

- Yo me esforcé para que Kurome-san pueda ser feliz, pero entonces pasó esto… - Wave apretó su puño. – Ella nuevamente va a sufrir.

- Eso… no lo sabía… - Akame estaba triste. – Yo deseo resolver las cosas con ella, todo quedó en el pasado.

- Lo entiendo, pero para Kurome-san, es una cicatriz que quedó totalmente grabada en su corazón… entiendo que vinieran con buenas intenciones pero… debo pedirles que se vayan.

- Espera Wave, creo que podríamos…

- Les dije que se vayan. – Interrumpió a Seryuu. – Kurome-san tiene que vivir en paz lejos de todo problema, lejos de Akame… se los suplico…

Al final tuvieron que salir de su casa, había un ambiente pesado ene se momento.

- Parece que tienen problemas. – Expresó Cosmina.

- No es momento para eso… - Kanno soltó un suspiro. – No es algo que pueda resolverse con facilidad.

- Realmente deseo arreglar mi relación con Kurome, yo quiero hacerlo. – Expresó Akame con seguridad. – De aquel grupo, es la única que sigue viva… es mi familia.

- Y eso haremos. – Respondió el pelinegro. – Hablaremos con ella y entonces ustedes dos volverán a ser las hermanas que deben de ser… por el bien del imperio.

Era complicado el que Kurome pueda hablar con Akame pero no se rendirán en intentarlo, Akame deseaba arreglar esa relación, así es que se quedarían un tiempo en la ciudad, para que sea una realidad, para enfrentar a los enemigos en el futuro.


Ninja Britten 11: Por lo menos en esfuerzos no se quedan atrás y ver lo que pasa con Wave y Kurome, hicieron su vida pero la llegada del resto peligra todo eso que han trabajado la verdad, hay mucho que deben arreglar.

En este cap quise abarcar esa pequeña parte del pasado que ocurrió luego de que se separaran, así es que Kurome pudo curarse de su problema pero seguía teniendo problemas cuando se hacía mención de Akame, ahora ella busca evitarla pero no es que la hermana mayor vaya a rendirse, desea arreglar ese lazo familiar que tenían, a ver como se hará, hasta el próximo cap. Saludos.