Nikaido estaba al lado de la cama viendo a Aio dormir, después de su reacción violenta lo unico que pudo hacer fue en ese momento fue noquearla y llamar a un médico que le dio un fuerte sedante para que durmiera toda la noche. Tenia que ayudar a Aio y lo mejor era internarla en alguna clínica ya que ella podria ser un peligro para los demás, incluso ella misma.

Pensó en Athena y se dio cuenta que el no era capaz de hacer algo por ella, tomo su celular y llamo a la única persona con el poder suficiente para proteger a la psíquica, una vez contestada la llamada hablo.

" Kyo, se que es tarde pero debemos hablar. "

Paso una semana mas despues de eso y Azumi estaba en el salón de belleza cuando vio que era un número desconocido, intrigada contestó el teléfono.

"¿Hola?"

"Azumi, soy Aio."

"¡Aio! estoy en el salón de belleza. ¿Te unes a mi?"

"Amiga siento molestarte, pero no sé si debería decirte algo importante"

Aio se encontraba en una clínica mental y tenia varios golpes en el rostro que se causo ella misma, estaba enojada porque Nikaido la metió en ese lugar y se olvido de ella, habia robado un celular a una de las enfermeras. Era buena con los números y recordo muy bien el de Azumi.

La delicada voz de Aio alertó a Azumi.

"¿Que pasó?"

"Iori esta con una mujer llamada Athena y esta embarazada, ella dice que el niño es de tu hijo aunque yo lo dudo, solo estoy alertandote porque se cuanto amas a tu hijo y esa mujer acabara con su vida asi como hizo con la mía" - Aio dijo con un sollozo en su voz. Sonaba como una mujer loca que tuvo que rendirse y ayudar a su amiga.

"¿Qué?" Al escuchar esto, Azumi se sorprendió. Iori no alejo a Athena ¿Esta con ella?

"¿Estás segura?"

Azumi respiró para calmarse.

" Asi es amiga, Iori la tiene encerrada en su propia casa. Lo se porqué mi novio trato de ayudarla a escapar pero tu hijo la llevo nuevamente, esta muy enamorado de ella para tomarse tantas atribuciones "

Al oir que Aio estaba tan segura, Azumi no dudó de nada. Apretó los dedos y dijo:

"Por favor, no digas tonterías ¡Iori no puede estar con esa bruja! Te agradezco la información Aio, adiós"

Con esto, Azumi se fue rápidamente. Ahora solo quería obligar a Iori a resolverlo. Iori estaba en la empresa y sus empleados sabian que el jefe parecía estar de mal humor y estaba en una reunión muy importante, Azumi llego y no dudó en interrumpir la reunión.

Iori frunció el ceño, pero siguió a Azumi de regreso a su oficina.

— Mamá, ¿qué pasó?

Azumi le dio una bofetada en la cara, la pelirroja respiraba con dificultad. Esta fue la primera vez que ella lo golpeó de una manera tan humillante.

Desde la infancia Iori le había obedecido en todo. Pero realmente le mintió por culpa de Athena.

— Estoy tan decepcionada Iori- La mano de Azumi tembló. — ¿Por qué no alejaste a Athena de tu vida? ¿Acaso pretendes criar a ese bastardo y casarte con ella?

Iori frunció el ceño. No refutó. Este silencio hizo que a Azumi le doliera el pecho.

Tenía grandes esperanzas para su hijo, pero la esperanza de su vida de descanso estaba enredada por una mujer así. No podía esperar a viajar de regreso al momento en que Athena entró en su casa y Iori la presento como su novia.

Iori miró el rostro enojado de su madre y se apresuró a consolarla.

— No te enojes, yo...

Pero no sabía cómo explicarlo, porque todo esto era cierto.

Incluso si nunca había estado dispuesto a admitirlo frente a Athena, su influencia sobre él fue realmente grande. A excepción de ella, no quería a ninguna mujer.

— Iori, entonces es verdad...

Antes de que Iori pudiera explicario, el corazón de Azumi se enfrió. Un estallido de dolor vino de su pecho, haciendo que su rostro se pusiera pálido.

Solo entonces Iori se dio cuenta de que algo andaba mal.

— Mamá, ¿estás bien?

Azumi se tapó el pecho y negó débilmente con la cabeza. Le sobrevino un dolor sofocante. Agarró la ropa de Iori y dijo:

— Iori, ¿esto es lo que quieres?

Las palabras de Azumi parecieron golpear el corazón de Iori. Inmediatamente llamó a alguien para que la enviara al hospital. Sin embargo, sus palabras permanecieron en sus oídos.

¿Y si le pasaba algo a su madre?

Iori se paseaba por la puerta de la sala de emergencias. Por primera vez, perdió el sentido del decoro y se sintió impotente. Al escuchar la noticia, Akira rápidamente se acercó al hospital, lo primero que hizo fue regañar a su hijo.

— Si querias lastimar a la única persona que te protegía desde tu infancia, lo haz logrado. Te ha cuidado hasta de mi desde que eras niño ¿Cómo puedes hacer que tu madre se enoje tanto? ¡Sera mejor que dejes a esa mujer en paz y te alejes de ella! -Tan pronto como terminó de hablar, fue a la sala con el médico. Al ver esto, Iori sintió un gran dolor en su corazón.

Cuando él era joven y sus maestros de entrenamiento lo golpeaban, su madre fue quien abogaba por el y lo curaba. Iori agarró la manija de la puerta, con culpa y dolor en sus ojos, decidio no entrar para no hacerle sufrir con su presencia y se fue hablar con él médico.

"No puede recibir malas noticias de lo contrario su corazón no resistirá..."

Iori escuchó eso, debia hacer lo correcto por su madre. En cambio Athena estaba aburrida en la mansión, no tenia intenciones de huir y menos ahora que faltaba unas semana para dar a luz. Justo cuando estaba mirando la televisión, se escuchó el sonido del motor del automóvil. Athena se acercó y vio que era Iori, últimamente venia con frecuencia y se quedaba a domir con ella.

De repente, una premonición siniestra vino a la mente de Athena, como si algo malo estuviera por pasar. Contuvo la respiración y, pronto el pelirrojo abrió la puerta y entró.

El solo lo miro con la complicación que ella no podía entender.

¿Que pasó? Athena nunca había visto a Iori así. Sus ojos estaban llenos de tristeza y dolor que ella no podía leer. Los dos se miraron en silencio por un momento, y luego Iori dijo con voz ronca:

— Athena, decidí dejarte en paz. No volveré a verte.

Los ojos de Athena se agrandaron en un instante.

— ¿En serio?

Athena se puso de pie inmediatamente y olvidó la brecha con Iori. Cogió la ropa del pelirrojo y le preguntó:

— ¿Porqué? ¿Le hiciste daño a mi madre?

Iori miró los ojos raramente brillantes de Athena. Dado que estaba encerrada aquí, rara vez veía unos ojos tan brillantes y preocupados, eso le resultaba atractivo en ella. Iori respiró hondo.

— Tu madre esta bien, tienes la libertad de ir a verla. Si lo deseas puedo contratar a un profesional para que ayude a tu madre con su enfermedad- Esto podría ser lo último que podria hacer por Athena. Por un momento, los ojos de la psíquica estaban un poco amargos. No había visto a su madre durante meses.

Iori en pensar en su madre Azumi le hizo perder repentinamente la confianza para seguir luchando contra la corriente. No podía herir a su madre por su deseo egoísta.

En cuanto a Athena ... quizás, de esta manera, sería más feliz que obligarse a permanecer a su lado. Esta podría ser una buena opción para todos.

Athena sintió que algo andaba mal, pero cuando miró al pelirrojo no se atrevió a preguntar. No sabía por qué este hombre repentinamente cambió de opinión y ya no la amenazaba con su madre.

— No lo entiendo..

— Athena, mi madre esta enferma..

Al escuchar esto, Athena no sospechó en absoluto, Azumi la odiaba y seguramente le pidió a Iori que se alejara de ella o algo asi. Estaba tan emocionada que no tuvo tiempo de pensar en la extrañeza en ello.

— Comprendo.

Iori miró su linda apariencia y se humedeció los labios.

La primera razón por la que la privó de su libertad fue porque tenia la esperanza que ella lo aceptara de una vez con sus condiciones pero la condición de Azumi empeoraría si continuaba en estrecho contacto con Athena.

Incluso le dio su libertad.

No podia ocultarlo, el... realmente se preocupaba por ella, incluso daria la vida si era necesario, nunca había sentido esto antes.

— Athena quiero hablar contigo. - Iori dijo con raro nerviosismo: — Si aceptara a tu hijo ¿Es posible que me dieras una oportunidad después de un tiempo?

Athena lo miró desconcertada. Ella no esperaba que él dijera eso. Nunca había tenido otra opción que obedecer lo que él ordenara.

— En un año tendre la edad suficiente para tomar las riendas del Clan y mi madre estará mejor, luego volvere a buscarte. - dijo Iori. No estaba dispuesto a dejarla ir del todo, mientras tanto su madre estaría en una condición buena y estable, y luego persuadirla para que aceptara gradualmente a Athena.

Athena lo observó todo el tiempo, no tenia idea que es lo que el pelirrojo estaba pensando, el era la clase de hombre que no se daba por vencido, pero ahora parecía estar esperando su respuesta.

— Solo responde una cosa - Los ojos de Athena se posaron en los dedos marcados en el rostro de Iori. Sabia que fue a causa indirectamente por ella e hizo que su corazón se derritiera un poco. — ¿De verdad me amas y quieres estar conmigo?

Athena respiró hondo, miró a Iori con expectación en los ojos y formuló esta pregunta con determinación. A pesar que el podria burlarse de ella por ser tan confiada. El pelirrojo miró a los ojos de Athena que eran claros y cristalinos, reflejando su figura sin impurezas.

Estaba esperando su respuesta y el corazón de Iori se suavizó.

— Sí.

Desde el principio, él había sido muy serio con ella, pero...

El bebé era el mayor obstáculo.

— Si solo estaba jugando contigo, ¿por qué te obligue a estar aquí, a mi lado? A pesar de mi madre estoy dispuesto a aceptar a ese niño y casarme contigo Athena, ¿sientes que hago todo esto solo por diversión? - Iori dijo con firmeza y Athena trató de encontrar algunos rastros de mentira en sus ojos, pero falló.

Iori era sincero en sus palabras que ninguna mujer podría resistir tal mirada.

— Está bien, te esperaré. -Al final, la respuesta de Athena estuvo a la altura de las expectativas de Iori.

Aunque una vez dudó, no podía engañarse a sí misma. Ella lo amaba e incluso quería criar a su hijo con él, a pesar que el realmente es el padre solo el tiempo le dara la razón.

Al escuchar esto, Iori sostuvo a Athena en sus brazos y la beso, en ese momento no quería pensar en nada más que hundirse en ese cálido beso.

— Señorita Athena, su te esta listo.

Justo cuando los dos se estaban abrazando, Dina entró casualmente. Al ver esto, inmediatamente se detuvo y quiso irse. Athena la vio y su rubor que se extendió desde sus mejillas hasta sus oídos traicionó su inquietud interior.

Luego Iori salio con sus hombres y los empleados de la casa dejando a Athena solo con Dina hasta que volvieran los antiguos empleados de la casa, el pelirrojo miró este lugar por última vez y bajo su mirada.