Capítulo 4: Mal Sabor De Boca

Tras leer el informe sobre lo que tiene que buscar de Jonas Weisz, se dio cuenta que hicieron énfasis sobre su procedencia judío, acaso había algo en particular en ello? Acaso solo ayuda a otros judíos? ¿Por qué?

Inuyasha estaba concentrado en su mente armando las preguntas que le haría al señor Weisz, pero el sonido del teléfono rompió su concentración, por suerte no sonó mucho tiempo Kagome fue a atender la llamada, aunque tras unos minutos, Kagome tocó a su puerta.

- Disculpe, la interrupción - le dijo Kagome asustada

- ¿Quién es? - sabía por su forma de llamarlos que se trataba de alguien indeseado.

- Lo llama, el señor Gefühle Reichsführer-SS (comandante en jefe de las SS) - le confesó Kagome

- Mi padre… que quiere? - Inuyasha se mostró un poco impresionado, pero su llamada no sería nada bueno

- Dice que solo hablara directo con usted

Habló Kagome asustada sabía que Inuyasha quería saber todo sobre el prisionero y que odiaba las interrupciones de ese tipo, pero no podía cuestionar las órdenes de alguien con un rango mayor que cualquier otro militar.

- Está bien - Inuyasha se levantó de la silla, para atender la llamada.

Inuyasha tuvo unos minutos eternos, donde observó que estaba apunto de meterse en la boca del lobo.

Inicio de flash back

1909, Noruega

- Inuyasha! - lo llamó una mujer con la voz más dulce y amorosa del mundo.

- Mamá! - le respondió aquel pequeño niño de 6 años.

Inuyasha y su madre caminaban en las calles sin importarles las miradas de desprecio y asco que las demás personas le ofrecían. Inuyasha ignoraba la mirada de los pobladores, ya estaba acostumbrado al rechazo. Simplemente eran ellos dos contra el mundo. Así fueron felices hasta que…

- Señora Olsdatter - le llamó un hombre en traje a Izayoi.

Nota: los países de origen nórdico, los apellidos son los nombres del padre, ejemplo su el padre se llama Olaf, entonces se toma el nombre del padre y se le agrega "-sen", que significa (hijo de), o para apellidos femeninos: "-datter", que significa (hija de).

- Si? Quién es usted? - preguntó Izayoi al observar aquel hombre desconocido, ella solo pudo cubrir a Inuyasha con su cuerpo.

- Necesito que venga conmigo - le ordenó ese hombre misterioso.

Inuyasha solo podía observar asustado, como su madre trataba de protegerlo con su cuerpo. Aquel hombre simplemente la tomó en brazos junto a otro compañero, Inuyasha simplemente golpeaba a aquellos hombres que sostenían a su madre.

Y lo subían en un pequeño camión, donde comenzó el viaje, ambos asustados sin saber lo que ocurría, Izayoi solo se limitaba a abrazar a Inuyasha, sabía que nadie en el pueblo diría nada, al final y al cabo ella era una mujer cualquiera.

Viajaron durante varias semanas, difíciles de contar para un niño, llegaron a un país donde hablaban un idioma diferente al de ellos, donde las personas vestían diferente a ellos. A una casa diferente a las que habían visto.

- Mamá! Dónde estamos? - le preguntó Inuyasha a su madre

- Tranquilo, solo no te separes de mi

Por órdenes de los hombres en traje, ambos entraron en la casa gigante que tenían de frente cuyo jardín delantero ya era más grande que 5 veces el cabaret donde vivían.

Por pedido de los hombres esperaron en un cómodo sofá en la sala de invitados, Inuyasha observo como un hombre adulto entraba en la sala, un hombre que compartía rasgos con él, como sus característicos ojos color miel.

- Wie heißen Sie? - habló aquel hombre en un idioma que Inuyasha no entendió.

- er spricht kein deutsch - le hablo Izayoi.

Inuyasha simplemente no entendía la conversación que mantenían ambos adultos. Pero su madre respondía con bastante naturalidad con ese hombre.

- Ahora vivirá aquí, deberá aprender nuestro idioma - aseguro Toga

- Que? ¿De qué hablas? - Izayoi temía que aquel hombre le quitará a su hijo

- Mi esposa falleció, tu ahora ocuparas su lugar - le aseguro Toga sin una pizca de dolor a quien fue su primera esposa.

- ¿Qué pasará con Inuyasha?

- El pasará a ser mi segundo hijo, como siempre debió ser, tendrá acceso a la mejor educación, los mejores juguetes y ropajes de la alta sociedad.

Su madre, Izayoi no era más que una empleada de un cabaret, ella no solo servía tragos sino que también cantaba y bailaba en el lugar, Era la mujer más hermosa, la mujer más deseada de todos sus pobladores, y de todos los viajeros que llegaban. Sin embargo el dueño del cabaret era su padre, asistía ese negocio junto a sus hijos, Izayoi tenía 3 hermanos mayores.

Ellos eran felices en Noruega, los 5 eran felices, hasta la llegada de Toga al cabaret, era un hombre que no hablaba el idioma. Pero Izayoi era la más inteligente de su familia, hablaba varios idiomas, sabía matemáticas y tocaba el piano. Sin embargo en ese mundo ella solo podía ser una carita bonita.

La llegada de aquel hombre que no conocía el idioma hizo que ella pasará tiempo con él, le mostrara y tradujera todo de aquel lugar. El tiempo solo hizo que Izayoi quisiera explorar las caricias y las manos de un hombre.

Aquella curiosidad de conocer los placeres que el cuerpo masculino podía ofrecerle solo provocó en ella un inmenso dolor, su primera vez fue dolorosa, saber que fue abandonada por él fue doloroso, el parto fue doloroso pero aún así la dicha de tener una nueva vida en brazos provocó que todo valiera la pena.

Pero ahora se encontraba nuevamente en presencia de aquel hombre, aquel hombre que en el momento que la tuvo en el lecho la boto como un trapo viejo. Y ahora le exigía ocupar el puesto de su difunta esposa?

- Mañana nos casaremos - le hablo Toga en tono autoritario.

- No recuerdo aceptar tu propuesta - lo desafío Izayoi

- Si lo deseas puedes irte pero Inuyasha se queda conmigo

- ¡No abandonaré a mi hijo! - le gritó Izayoi.

- Entonces quédate por él

Izayoi observó la mirada de Toga sabía que salir por esa puerta significaba la muerte, no podía abandonar a Inuyasha, su hijo era lo único que le quedaba en el mundo. Luego que un cliente entrara a robar el cabaret y matará a su padre y hermanos. En aquel momento se salvó sólo porque estaba en la calle entregándose en cuerpo y alma al tirano despiadado que tenía enfrente.

- Acepto, ser tu esposa - le respondió Izayoi sin ánimos de tratar de luchar una batalla perdida.

- Mañana será la boda, alégrate te casarse con un buen partido

Toga salió de la sala de visitas, dejando a una Izayoi deprimida ante el trato que acaba de aceptar y un Inuyasha sin saber lo que había ocurrido, ni en qué idioma estaba hablando.

Tras la boda, Inuyasha pasó a vivir en esa casa gigante junto a su madre, durante la boda conoció a quien sería su hermano mayor, Sesshomaru aunque era bastante inexpresivo, no podía evitar verlo como una figura de autoridad.

Pero el tiempo en esa casa, no hacía más que empeorar, Sesshomaru siempre lo "Lanzaba a los lobos" en aquella escuela siempre los niños buscaban golpearlo, le rompían sus materiales, y los insultos nunca se hacían esperar.

Sesshomaru no hacía más que observar cómo lo golpeaban, lo veía siempre recibir esos golpes. Al llegar a casa para Inuyasha las cosas no mejoraron pues su madre cada día se veía menos alegre, cuando llegaba Toga incluso temblaba de miedo.

Un día Inuyasha llegó a casa molestó por los problemas que tenía en la escuela incluso para aprender el idioma. Su madre se bañaba en ese momento, y cuando Inuyasha entró en el baño la vio en la tina dándole la espalda, podía escucharla llorar y podía observar como su cuerpo estaba cubierto de moretones. Su madre sufría ante un esposo maltratador e Inuyasha vivía con un padre abusivo. Que lo golpeaba por no aprender el idioma, y ella por no darle un verdadero hijo de Alemania.

Al crecer se dio cuenta que nadie lo ayudaría y si deseaba sacar a su madre de ese infierno debía aprender a defenderse, debía aprender el idioma, debía aprender a pensar en las cosas.

Aprendió o entendió que Sesshomaru solo deseaba que él supiera cómo defenderse, que aprendiera a usar los puños, incluso Sesshomaru comenzó a ayudarlo aprender a pelear, Sesshomaru le ayudó con las tareas, término por sentir más afecto por su hermano que por su padre.

1912, Alemania

Explotó la gran guerra que azotó el mundo entero, Toga fue llamado a la batalla, la mansión Gefühle pudo respirar en paz y tranquilidad. Sin embargo, teniendo 13 años, Sesshomaru fue llamado a entrenamiento militar, siendo llamado por su padre. Dejando a Inuyasha e Izayoi solos en la mansión.

- Por favor cuídate - le pidió Izayoi a Sesshomaru.

- Lo haré

- ¿A dónde vas? - le preguntó Inuyasha a su hermano

- Iré a pelear, prometo volver - le dijo Sesshomaru para colocar su mano en la cabeza de Inuyasha y acariciarlo

- ¡Suéltame! Ya no soy un niño - se quejó Inuyasha.

Aunque ella no era su madre biológica, Izayoi amaba a Sesshomaru. Y él sentía cierto afecto por ella. Sesshomaru se subió al auto, y se fue al campo de reclutamiento.

La guerra duró 4 años, fue la mayor guerra que unió al mundo, llamada la Gran Guerra. Cuando Sesshomaru volvió solo con un brazo herido fue una dicha y felicidad en la casa donde Izayoi lo curó y milagrosamente no perdió el brazo. Donde la dicha y alegría estaba en la casa.

Alegría que no duró mucho, ya que cuando Toga cruzó la puerta intacto hizo que la alegría de aquella casa se perdiera. La oscuridad nuevamente volvió a azotar esa casa.

Fin del flash back

1940, Dinamarca.

Ring Ring

El sonido del teléfono hizo que Inuyasha volviera a su actualidad, ese sonido de saber que posiblemente su padre colgó y está llamando nuevamente, como odiaba a su padre, como sentía desprecio por ese ser. ¿Para que lo llamaba? Pero no lo sabría hasta atender la llamada

- Hola? - hablo Inuyasha sin ánimos.

- Que hijo tan ingrato tengo, ya el médico me dijo que no eres homosexual - le confirmo su padre

El maldito del médico que le hizo la consulta, lo delató ante su padre, eso confirmaba sus sospechas que su padre lo mantenía en constante vigilancia.

- Si, ya tenías esa información entonces para qué me llamás?

- Temo que "tus atenciones" a esa persona que te contagio, puedan causar problemas más adelante

- ¿Qué quieres?

- Ven a casa, ya te pedí un permiso con Hess SS-Schütze para que vengas la semana entrante.

- ¿Puedo saber la razón?

- No deseas ver a tu madre?

Inuyasha se molestó, Toga sabía perfectamente dónde hablarle para que le doliera, sabía que a simple llamado no vendría pero usar a su madre era simplemente ruin.

- Bien, empacare para un viaje corto

- Te espero…

Toga colgó sin más, sin despedirse sin agregar nada más a la conversación. Suspiro para tratar de calmar su enfado ante la visita obligatoria que debía hacerle a su padre, sabía que si no iba sería su madre quien sufriría las consecuencias.

- Kagome! - la llamo Inuyasha

- Si, señor? - llegó ella

- Empaca una maleta, pequeña para un viaje de pocos días

- Si, señor.

¿Qué quiere su padre ahora? La última vez que lo llamó fue para ofrecerle un puesto en la SS, el cual no aceptó, Sesshomaru por otro lado si lo había aceptado varios años antes y ahora era SS-Oberführer (coronel mayor con mando de general) el único por encima de Sesshomaru era su padre y el führer directamente.

- Ya empaque su maleta señor - le dijo Kagome sacándolo de sus pensamientos.

- Gracias…

La verdad era que no creía que encontraría a Sesshomaru en la mansión sabía que estaba a cargo de un campo con prisioneros de guerra. Quizás cuando termine la visita de su padre, le de una visita rápida para animarse.

- Kagome trae una maleta también - le pidió Inuyasha.

- Señor?

- Ven a este viaje conmigo, quizás te haría bien el aire libre y salir de este recinto de vez en cuando

- Si, señor

Kagome se dispuso a empacar una maleta sin embargo ella no tenía muchas cosas materiales a las cuales aferrarse, solo empaco los pocos vestidos que tenía para trabajar y su hábito que no usaba desde que salió del convento.

Inuyasha bajó al sótano, tenía un prisionero allí cuya "conversación" sería aplazada sin embargo quería tener una conversación tranquila y civilizada antes de volver, posiblemente enojado de su padre.

- ¿Cómo se encuentra señor Weisz? - hablo Inuyasha entrando en la habitación.

Desafortunadamente Weisz no contestó el llamado de Inuyasha, cuando él se acercó observó que estaba amordazado. Quitando la venda de la boca a Weisz que le impedía hablar.

- Mejor? - le preguntó Inuyasha amablemente.

Sabía que posiblemente Weisz tendría la mandíbula adolorida debido a las ataduras, así que espero un poco para que él mismo se animará a hablar.

- ¿Quieres un poco de agua?

Le ofreció Inuyasha, y Weisz bebió como si fuera el néctar más delicioso del mundo. Incluso se desesperó tanto en beber que se ahogó un poco y tosió en consecuencia.

- Tranquilo, no voy hacer nada, mi nombre es Inuyasha Gefühle tengo cargo de comandante mayor.

- No formas parte de la SS? - Weisz hablaba pausado y lentamente

- Me temo que no… tienes contactos allí?

- No, pero ellos son los peores.

- Si, ellos son más malos, pero aquí estás seguro, por ahora.

- No saldré de aquí vivo.

- Me pidieron saber porque sacaste a tu familia del país, eso es todo

- Ja, no hace falta que mientas, quieren los contactos de quienes me ayudaron a salir del país. - hablo Weisz - Oh, quienes lo intentaron - río Weisz en sarcasmo

- Entonces dime los nombres y acabemos con esto

- No, no soy un soplón… Mantendré a salvo a mi familia.

- Y tú crees, que yo no protejo la mía.

- Esposa? Hijos?

- Mi madre…

- La madre es sagrada, pero los hijos son nuestros frutos.

- ¿Dices que son más importantes los hijos que los padres?

- Deberían ser nuestra prioridad, lo más importante.

Ambos sólo podían verse en silencio, determinando cual es la siguiente palabra, que tan fieles eran a sus pensares. ¿Qué podían hacer?

Tras ordenarle a sus trabajadores que mantuvieran en buen estado a Weisz, ya sabía que de todos sus prisioneros el sería el más complicado, una voluntad dura de deshacer.

Iniciaron el viaje en auto en dirección a Alemania, Inuyasha y Kagome estaban solos y aunque Kagome sentía vergüenza de saber que estar a solas con un hombre, además que no era bien visto en la sociedad, y menos si ellos no estaban casados.

- Qué vergüenza - pensaba Kagome.

Fue un viaje largo, Inuyasha también usaba cualquier excusa para postergar aún más el viaje desviándose con Kagome para mostrarle lugares de entretenimiento.

- ¿Qué es un circo? - le preguntó Kagome curiosa.

- Vamos… será entretenido - le confesó Inuyasha.

Para Kagome eran cosas nuevas que no sabía que existían en el mundo real, ver como un ser humano ordenaba a un león para que saltará por un aro fue impresionante. No podía evitar reír de los payasos y sus caídas, ni de los dos jóvenes que se balanceaban entre las cuerdas y unos balancines.

Para Inuyasha mostrarle esas cosas era solo una excusa para no llegar a casa de su padre, mostrarle esas cosas a Kagome era un escape para él. Simplemente no había nadie más en ese mundo con quien hacer esas cosas.

Sin embargo, la diversión del circo acabó cuando un grupo de soldados llegó, tal parecía que varias personas denunciaron los abusos que el circo tenía con los animales.

Inuyasha le explicó a Kagome que los animales mostrados en la función eran forzados a recrear esos actos, en consecuencia por el maltrato y el hambre que les obligaban a pasar.

- Que horrible ya no me gustó el circo - le confesó Kagome.

- ¿Qué dice tu dios sobre los animales?

- Porque el destino de los seres humanos y el de los animales es el mismo; como mueren los unos, así mueren los otros. Todos ellos tienen el mismo aliento, y los seres humanos no tienen ventaja sobre los animales; porque todo es vanidad (Eclesiastés 3:19)

- Ya veo…

1941, Alemania

Al día siguiente el viaje continuó sin problemas, llegar a las propiedades Gefühle. Kagome se sintió impresionada al ver una propiedad más grande que el convento. La entrada de esa casa incluso era amplia, las decoraciones en la sala eran impresionantes, los cuadros y pinturas que allí mostraban eran simplemente hermosos.

- Lo anunciaré - le dijo una sirvienta, para ir posiblemente por el dueño del lugar.

- Kagome vamos al recibidor - le dijo Inuyasha.

Ella solo obedecía las órdenes de Inuyasha, ambos fueron a la sala y se sentaron en el amplio sofá. Inuyasha por un momento desvío su mirada hacia Kagome la vio pasando sus manos por el sofá, ella lo veía como si tratara de decirle algo pero no expresaba nada.

- Kagome… - la llamo Inuyasha, observo como dio un pequeño brincó del susto.

- Si, señor? - Kagome volvió a ponerse en una compostura descente.

- ¿Ocurre algo?

- Es que… siento que este sofá ya lo había visto antes… - le confesó Kagome

Verlo antes? Inuyasha solo pudo preguntarse dónde? ¿Posiblemente en el convento? No. Quizás cuando le ordenó hacer algo? No, ella tiene una muy buena memoria excelente diría. Acaso fue antes de ingresar al convento? Según el registro entró desde que era una niña.

- Inuyasha! - lo llamó su madre.

- Mamá!

Inuyasha se levantó del sofá para observar a su madre, se veía desgastada muy vieja, sus ojos estaban cansados, posiblemente su padre la tenía pasando hambre para que no engordara.

- ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿No te ha pasado nada? ¿Estás comiendo bien?...

Como toda madre ella solo se preocupaba por su hijo, pero eran más preguntas a las que Inuyasha estaba acostumbrado a recibir, generalmente era él quien hacía las preguntas.

- Mamá - le susurro Inuyasha, para calmarla.

- Lo siento, es que tenía poco más de un año sin verte

- Lo sé, estoy aquí. Estoy bien…

Izayoi no pudo evitar desviar su mirada hacia la mujer que se encontraba sentada en el sofá. Separándose un poco de Inuyasha, Izayoi fue directo a aquella mujer para presentarse.

- Buenas tardes soy Izayoi Gefühle.

- Buenas tardes yo soy Kagome Hoffnung

- Que bonito nombre, y eres muy linda. Espero que hagas feliz a mi hijo.

- Es que yo… - Kagome quería decirle que ellos no eran un matrimonio

- Mamá, no estamos casados. Ella es mi secretaria, y como tal su trabajo es ir donde yo la necesite - le aseguro Inuyasha en un tono que no le gusto a su madre.

Kagome solo podía pensar en las palabras de la señora, y se dio una represalia mental por estar con un hombre sin estar casada. Debía ser devota a Dios y no al hombre.

- Bueno, de igual forma es una linda chica

Le aseguro Izayoi a Inuyasha, un halago que pasó desapercibido por Kagome al estar encerrada en su cabeza.

- Inuyasha! - la voz de una cuarta persona, provocó un silencio sepulcral en la sala.

Izayoi temblaba de miedo, Inuyasha temblaba de ira, y Kagome solo podía ver el rostro del hombre que había entrado, sus cabellos plateados signos de la edad, sus ojos dorados iguales a los de Inuyasha, sus ropajes militares y el rango mostrado en las solapas del traje le indicaron que era de un grado mayor al de Inuyasha.

- Mi querido hijo! - aseguró Toga al verlo

Aunque Inuyasha decidió solo callar, tanto Toga con él, se miraban a los ojos desafiandose, odiandose en silencio.

- Así que tú eres Kagome Hoffnung, un placer

Toga rompió el duelo de miradas, para saludar a Kagome, tomar su mano y plantar un suave beso en él. Beso que para Kagome se sintió extraño en su mano, sintiendo una comezón que soportó para no faltarle el respeto.

Para Inuyasha ese beso en la mano fue lo peor, no quería a su padre cerca de ninguna otra mujer, no quería que su padre viera a Kagome y que ella pasará lo mismo que su madre.

- Si, mucho gusto. - fue la respuesta de Kagome.

- Bien, quiero que te sientas como en tu casa. - le pidió Toga amablemente

- Si, muchas gracias - le respondió Kagome

- Bien, ahora… Inuyasha ven conmigo al estudio - le ordenó Toga a Inuyasha

Lo mejor que podía hacer Inuyasha era obedecerlo prefería insultarlo en privado que frente a dos damas. Kagome se quedo en la sala con Izayoi. Cuando entraron en el estudio cerraron la puerta con seguro.

- Puedo saber que quieres? - le escupió la pregunta Inuyasha.

- Si no te digo que? Vas a torturarme? Hasta sacarme la respuesta?

Inuyasha no pudo hacer más que enojarse ante su habla. Simplemente no lo soportaba.

- Sino quieres nada me voy…

- No te vas a ir

- Vas a decirme que quieres?

- El médico que te reviso, no termino de salir de tu oficina cuando me vino a decir la razón.

- Y?

- Verás no dudó que el médico le cuente a otra persona lo que yo sé.

- Supongo que le pediste que mantuviera la boca callada

- La verdad es que tuvo un "accidente" de auto antes de poder decirle.

Inuyasha sabía perfectamente lo que significaba ese "accidente", pero posiblemente fuera lo mejor si se expande el rumor de su supuesta homosexualidad las personas dejarían de tenerle miedo y comenzarían a tenerle asco.

- Bien, si eso es todo. Me voy - le dijo Inuyasha.

- No tan rápido…

Sabía que no podía ser tan fácil, la verdad era que quería irse lo más rápido posible.

- Para evitar que se disipen rumores extraños sobre ti, voy a exigirte que te cases

- Casarme?

- Si, verás que mi amigo Heinrich Himmler, líder y fundador de la SA, tiene una hija patriótica. Quiero que te cases con ella

- Y si me niego?

- No creo que pueda obligarte a estar con alguien que no quieres, sin embargo ten en cuenta que tu madre vive bajo este techo… esta noche hay una fiesta de gala, iremos todos.

Inuyasha solo podía pensar en lo Maldito que era su propio padre para amenazarlo con ella. No dudaba que su madre constantemente corriera peligro allí. Cuando Inuyasha pudo salir de la casa, intentó llevarse a su madre pero ella tenía miedo de salir de la casa. Tiempo después su madre le confesó que su padre haría lo que fuera para que ella se quedara.

- Solo quiero que te cases, eso es todo…

Inuyasha salió de la oficina enojado, le disgustaba que su padre hiciera con él lo que quisiera, que siempre maltratara a su madre. Tenía que encontrar la manera de sacarla de allí, Tenía que encontrar la manera de salvarla.

Cuando bajó a la sala de estar, su madre y Kagome no estaban allí. Las busco hasta encontrarlas a ambas hablando animadamente en el jardín mientras bebían algo.

- Entonces te criaste en un convento? - hablo Izayoi.

- Si, estuve allí desde que era una niña

- Es un poco triste no conocer a tus padres…

- La verdad es que en mi cabeza siempre veo a 3 personas, un hombre mayor junto a una mujer muy hermosa y un muchacho que le llegaba a los hombros a aquel hombre… a veces pienso que ellos son mis padres y mi hermano pero no logró saber nada más.

- Imagino que los estás buscando?

- La verdad es que no, como me dejaron en un convento supongo que era porque no querían estar conmigo.

- Que triste…

Inuyasha solo podía escuchar la conversación, ahora tenía dudas. Cuando leyó el informe de Kagome decía que estuvo en el convento desde que era una niña, muy pequeña como para recordar algo. ¿Cómo podría recordar a su familia? Era simplemente imposible que alguien recordara cuando era muy pequeño.

- Sabes hoy en la noche, hay un baile. - le confesó Izayoi para salir.

- Jamas e ido a un baile, tampoco sé que ponerme - se avergonzó Kagome por no conocer ese tipo de eventos.

- Ah, yo te ayudo con eso

Izayoi se animó mucho de saber que tenía una muñeca que vestir y arreglar, tal y como una niña pequeña con juguete nuevo esa era su oportunidad de demostrar sus habilidades y su vista de la moda.


Hasta aqui el capitulo, espero esten bien todos, antes que nada en la Alemania nazi, Adolfo Hitler fue quien creó la ley de protección animal, misma ley que sirvió de base para que la copiaran en cada país del mundo, de hecho Hitler era vegano y preservó varias especies que se encontraban en peligro..

Los personajes no son míos son creación de Rumiko Takahashi solo la historia me pertenece