ECOS DEL PASADO

CAPÍTULO 6

MIGAJAS DE AMOR

Dos semanas después del incidente en casa de Serena, Rei ya estaba recuperada de la cirugía, y dado que ya no requería que terceras personas se hicieran cargo de ella, un sábado por la tarde su padre le autorizó poder volver al templo Hikawa, donde nada más llegar ya la esperaban su abuelo y Yuichiro en las escalitas.

—¡Hogar, dulce hogar! — Exclamó Rei cuando bajó de la limusina Hino, pues aunque en el templo vivía de manera más modesta de lo que pudiera si eligiera vivir en Villa Hino, lo cierto era que compartir el techo con su padre se sentía como una cárcel aunque estuviera rodeada de lujo, opulencia y sirvientes.

—¡Bienvenida a casa, mi niña! — Exclamó el abuelo de Rei.

—¿Gusta que le ayude con las maletas, señorita? — Preguntó Yuichiro.

—Gracias— Susurró Rei a ambos.

Rei, seguida de su abuelo y Yuichiro, entró a casa, tras dejar sus zapatos en el genkan, siguió su camino, y entonces la presencia y gritos eufóricos de Minako, Makoto y Ami la sorprendieron.

—¡Bienvenida a casa! — Gritaron las tres al unísono.

—¡Chicas! — Exclamó Rei emocionada al ver el pastel sobre la mesa, las botellas de refresco y las cajas de pizza que tenían el logotipo de su pizzeria favorita.

—Te echamos mucho de menos, Rei— Comentó Mina.

—Queríamos ir a visitarte, pero…

—Lo sé, Ami. El odioso de Takahashi Hino no las dejó entrar— Respondió Rei.

—¡Pero lo importante es que ya estas bien! — Exclamó Makoto— Y espero te guste el pastel que te hice. Es de frutos rojos y sin azúcar.

—Y la pizza es vegetariana— Comentó su abuelo.

Pesé a que Rei le alegró la bienvenida a casa que le organizaron su abuelo, Yuichiro, y tres de sus amigas, la presencia de Serena le hacía falta, y no verla ahí, le puso triste, aunque no dijo nada.

Después de comer la pizza y partir el pastel, el abuelo las dejó a solas argumentando que tendría visita de un amigo, mientras que Yuichiro comentó que saldría esa tarde, cosa que le pareció extraña a Rei, pues Yuichiro no solía salir mucho, aunque no comentó nada al respecto.

Pasado un tiempo, Rei no se aguantó la curiosidad y les preguntó por Serena; y confirmó por parte de sus tres amigas, que aunque estaba pasando por un período de depresión, estaba acudiendo a clases.

—Su madre la lleva a diario y va por ella a la salida— Comentó Minako— Creo que lo hace por temor a que haga una locura.

—Y los maestros por fortuna han sido muy comprensivos con el caso— Dijo Ami

—Me apena tanto que esto se haya hecho un circo mediático — Explicó Rei.

—Sabemos que tu padre te obligó — Comentó Makoto—No tenías otra opción.

—Y de Darién, ¿Qué han sabido? — Preguntó Rei tratando de fingir indiferencia — ¿Ya entró en razón o sigue de necio?

— No lo podemos forzar a que esté con Serena— Dijo Ami

—¡Pero es su destino! — Exclamó Rei— No puede evadir su responsabilidad así como si nada.

—Pues si no la ama no podemos forzarlo— Comentó Mina con voz seria.

—Mina. Eres la líder de las inner senshi. ¿Cómo puedes decir eso? — Insistió Rei

—¿Y? Nunca pedí serlo— Comentó Minako— Me dieron el cargo porque toca, pero yo creo que cualquiera de ustedes tres sería mejor líder. ¿Qué tal si el destino es una patraña que todos nos hemos creído ?

—Tenemos que convencer a Darien de que vuelva con ella— Dijo Rei— ¿Acaso olvidan que en el Milenio de Plata Serena se suicidó porque no soportó verlo morir? Y en esta Era quiso hacer lo mismo

—Conmigo no cuenten— Soltó Makoto

Rei la miró recriminante.

—¡No me veas así! Tiene que entender que el amor no se puede forzar. Nadie se ha muerto por no ser correspondido. Yo por ejemplo, sigo en pie.

—Es cierto— Dijo Ami dándole la razón — Lo que necesita es ayuda de un psicólogo o psiquiatra. No migajas de un hombre que no la ama.

Rei se quedó en silencio. En el fondo sabía que Serena no merecía migajas de un amor no correspondido, pero en parte se sentía responsable de que Darién la hubiera terminado, y al mismo tiempo aterrada al pensar en la posibilidad de que él estuviera interesado en otra.

—Por cierto. ¿Qué les parece si más tarde vamos al cine? — Comentó Makoto— Hay una película que quiero ver y hoy es el último día que estará en cartelera.

Antes de que alguna pudiera responder cualquier cosa , los intercomunicadores de Ami, Makoto y Minako sonaron, a excepción del de Rei, quien se preocupó, pues que aquellos aparatos sonaran, era la señal inequívoca de que debían volver al campo de batalla.

—¿Qué sucede?

—Es Serena. Quiere ir al Crown Center a tomar un café y jugar videojuegos— Dijo Minako— Nos está invitando a todas.

Rei volvió a ver su intercomunicador, y entonces se dio cuenta que había sido eliminada del chat grupal por Serena.

—Bueno. Casi todas— Comentó Ami incómoda.

Las cuatros chicas se miraron entre ellas. Ni Makoto, ni Minako ni Ami querían tomar partido entre Serena y Rei, pero entonces, Makoto habló.

—Yo no quiero ir al Crown Center— Comentó Makoto— Nunca más podré verle la cara a Andrew desde aquel día en que Minako me preguntó a todo pulmón si todavía me gustaba y él iba llegando a nuestra mesa con las malteadas. Y además si quiero ver esa película.

—¡Ay, por favor, Mako! — Exclamó Ami— Como si Andrew no lo supiera desde antes.

—Yo por mi parte no voy a tomar partido— Comentó Minako— Así que hagamos esto. Serena no va a querer ir al cine porque ya vio esa película y por una tontería no quiere ver a Rei, pero Mako no quiere ir al Crown.

—Yo puedo ir contigo a ver esa película si quieres— Comentó Rei.

—Entonces yo iré con Serena y así no abandonamos a ninguna amiga—Dijo Mina

—¿Y tú, Ami?

—Les deseo que se diviertan. Lamento que nuestro grupo se esté desintegrado y tengamos que llegar a esto.

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Cuando Makoto y Rei llegaron al cine, se percataron de que el lugar estaba lleno de gente, algo normal en un sábado por la noche, pero fue Rei quien entre la multitud de las personas formadas en la fila de la dulcería miró a Darien acompañado de una bella chica de cabellos castaños.

—¿Ya viste quien está en la dulcería? — Susurro Rei a Makoto

Makoto volteó hacia la dulcería, después miró a Rei a los ojos, y simplemente se encogió de hombros.

—Serena tendrá que hacerse a la idea— Comentó Makoto mientras se formaba en la taquilla para comprar los boletos.

—Espérame aquí. No tardo en volver— Comentó Rei

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Fingiendo que su interés estaba en el menú de las botanas y dulces que ofertaba la dulcería del cine, Rei se acercó al lugar, cuidando estar tras Darién para no ser vista por él, y entonces, escuchó la charla.

—¡Ya quiero leer tu tesis, Hana! — Exclamó Darién emocionado— Puede ser un gran aporte a la ciencia médica tu proyecto.

—Y tú me has ayudado mucho, así que estarás en la dedicatoria de mi tesis.

—Bueno, cambiando de tema ¿Qué vas a querer del menú?

La joven suspiró indecisa

—Se me antojan las palomitas con queso, las de mantequilla, los nachos… ¡Estoy indecisa! Déjame pensar

—Entonces pediré todo

—Pero yo pago— Dijo la joven

—Eso ni lo sueñes, Hana

—¡No, tú ya pagaste los boletos y en sala vip! ¿Al menos te llama la atención ver "Cielo de amor"?

—Claro que quiero verla, Hana, y deja que yo pague— Respondió Darien— Si quieres pagarme hazme uno de esos pasteles sacher. Te quedan tan ricos.

Escuchar la conversación entre Darién y aquella joven, hizo a Rei sentirse confundida, el primer sentimiento que la invadió, fue aquel que experimentó cuando supo que Darién estaba destinado a Serena y tuvo que mentir diciendo que ya no lo amaba para dejarle el camino libre; y lo que sintió después fue ira, y comenzó a compararse con aquella chica que parecía ser una mujer de ciencias además de buena en la cocina, cosas que a ella no se le daban bien, y que recordaba que a Darien le fascinaban.

Sabiendo que él entraría con aquella mujer que ya le desagradaba de manera irracional a ver la misma película que Makoto quería ver, regresó a la fila con su amiga.

—¿Vemos la película en la sala VIP?

—Aún faltan tres días para que me depositen la mensualidad del fideicomiso y tengo el dinero contado— Respondió Makoto

Rei recordó entonces que Makoto, a diferencia de ella, vivía ajustada con el dinero.

—Va a pagar Takahashi Hino— Respondió Rei mostrando su tarjeta de crédito adicional— Veremos la película en la sala VIP y pediremos todo lo que hay en el menú.

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Por suerte, o quizá desgracia, en la sala VIP del cine, a Rei y Makoto les tocaron asientos en la parte del fondo, lo que le permitió a la senshi del fuego mirar una y otra vez hacia donde se encontraban Darien y su acompañante, quienes de vez en cuando se veían el uno al otro y lucían felices y cómodos compartiendo aquel momento.

—¿Viste ese beso? —Comentó Makoto minutos después de que salieron de la función.

—¿Qué beso?— Cuestionó Rei sintiendo el corazón palpitarle con fuerza—¿El imbécil de Darien la besó?

Makoto bufó y puso los ojos en blanco.

—No, Rei. Me refiero al final. Cuando Arthur besó a su amada Jade antes de que ella expirara su último aliento de vida. ¡Fue tan triste y romántico! Así quisiera morir, siendo besada segundos antes por el amor de mi vida. Si llega, porque como veo la cosa creo que seré la anciana de las plantas.

Rei río nerviosa, pues lo cierto era que no vio la escena final, pues cuando volteó a la pantalla ya estaban saliendo los créditos.

—Estabas viendo a Darien y no la película. ¿Verdad? — La confrontó Makoto

—Pues sí — Respondió Rei— El imbécil debe de estar contento porque ahora sí tiene una noviecita que habla con la misma jerga médica que él y que además cocina bien

Makoto sonrió y negó con la cabeza

—Tú también eres una chica grandiosa— Le comentó Makoto— Cantas cómo los ángeles, tocas el piano, compones canciones, sabes de política y tienes capacidad de liderazgo. Cada una es grandiosa en lo suyo, así que no te tienes que sentir inferior a ella.

Rei se ruborizó ante el comentario de su amiga.

—No me siento inferior a ella—Se defendió Rei— Yo lo decía porque Serena no cocina y es mala en esas asignaturas que le gustan a él.

—¿Sabes? Estás hablando como una mujer celosa.

—¡No digas tonterías, Makoto!

—No deberías reprimir lo que sientes— Respondió Makoto.

—¿Me estás pidiendo que vaya tras él?

—No me refiero a eso— Dijo Makoto— Siempre me he dado cuenta de que sigues sintiendo algo por él. No sé si las demás son muy distraídas o no lo mencionan porque es tema tabú, pero es injusto que ni siquiera puedas desahogarte con nosotras.

Rei desvío la mirada para que Makoto no viera el brillo en sus ojos. Creía que en esos años todos se habían tragado el cuento de que a ella ya no le importaba a Darien, pero parecía ser que a Makoto no había logrado engañarla.

—Recuerdo haberte visto abatida cuando Beryl lo secuestró o cuando se fue a Estados Unidos y no sabíamos nada de él — Comentó Makoto— O cuando nos dijeron que Rini era su hija del futuro. Todas estábamos sorprendidas, pero tú lúcidas afectada.

—Eso no es cierto— Respondió Rei afectada.

—Si un día quieres hablarlo, puedes hacerlo conmigo. No voy a juzgarte por lo que sientes. En el corazón no se manda, y yo me siento mal por las dos

—¡Vamos al boliche! Takahashi Hino paga— Comentó Rei para cambiar de tema.

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Cuando Rei llegó al templo, le sorprendió encontrarse a su abuelo y a Yuichiro charlando sentados en las escalinatas, pues ya era muy noche.

—¡Vaya horas de llegar! — Exclamó su abuelo— De no ser porque me consta que el personal de seguridad de Takahashi te sigue de cerca no te permitiría llegar a estas horas.

—Te hubieras ido a dormir, abuelo. Esos hombres cuidan mis pasos a donde voy.

—Lo sé — Le respondió su abuelo — En realidad estaba despierto porque charlar con Yuichiro siempre es interesante. Lástima que ya se nos va, pero espero nos visite pronto.

A Rei le sorprendió aquella noticia. Nunca imaginó que Yuichiro fuera a abandonar Hikawa.

—¿A dónde? ¿Por qué?

—Qué te lo cuente él. Yo ya me voy a dormir—Respondió el abuelo mientras se ponía de pie— Por cierto, Yuichiro. Dile a la bella Kotonoha que cocina delicioso.

Cuando el abuelo se retiró, Rei miró que junto a Yuichiro había una caja con una tarta dentro que ya estaba partida.

—¿A dónde y por qué te vas? — Le preguntó Rei sentándose junto a él .

—Estoy saliendo con una chica que conocí en la facultad.

—¿En verdad? — Preguntó Rei tan sorprendida como emocionada, pues aunque nunca correspondió los sentimientos de él, le había tomado cariño.

—Sí, se llama Kotonoha. ¿Quieres un trozo de pay? Me lo regaló ella.

—De acuerdo, pero cuéntame de ella.

—Pues, su nombre es Kotonoha Kitagawa. Estudia biología — Dijo Yuichiro con un tono de voz que a Rei le hizo saber que estaba enamorado de verdad— Además, también hornea postres deliciosos, y es preciosa, tiene cabello rubio y ojos verdes.

Rei suspiró. Otra chica que sabía cocinar.

—¿Te puedo preguntar algo, Yuichiro?

—Dígame, señorita

—¿Tendrías una relación formal con una chica que no sepa cocinar?

Yuichiro la miró sorprendido, y después soltó una sonora carcajada.

—Señorita Rei, la cortejé por tres años y en su momento quería una relación seria con usted aunque no sepa ni preparar un ramen instantáneo.

—Eso lo dices porque nunca fuimos novios y me idealizaste— Respondió Rei— Pero imaginate que Kotonoha no supiera cocinar y apareciera otra chica que lo haga mejor.

—Señorita Rei, Kotonoha me agrada desde antes de saber que hornea postres deliciosos— Respondió Yuichiro— Y deje de torturarse con eso. Al hombre que la ame de verdad no le va a importar. A Chiba tampoco le importaba.

—¿Por qué tienes que mencionar a Chiba? — Se quejó Rei

—Pues porque es el único novio que le he conocido— Respondió Yuichiro— Por cierto ¿Por qué en la entrevista que te hicieron en NHK lo negaste?

—Porque no fue una relación importante. Sólo tonteo adolescente.

—Si usted lo dice— Respondió Yuichiro encogiéndose de hombros.

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—¡Mira nada! — Exclamó Minako—¿Ese acaso no es Yuichiro?

Serena dejó el vestido que estaba viendo, y volteo hacia la ventana de la boutique a través de la cual miró a Yuichiro caminando tomado de la mano de una bella joven rubia.

—¿Dejó a Rei? — Cuestionó más para sí misma.

—¿Dejarla? Pero si Rei y el nunca tuvieron una relación más allá de ser amigos— Dijo Minako

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Dado que Serena seguía molesta con Rei, era impensable para ella pararse por el Templo Hikawa, así que sabiendo que Yuichiro estudiaba en la Facultad de Filosofía y Letras, un día decidió ir para allá con el pretexto de ver el plan de estudios, y al verlo fingió un encuentro casual.

—¡Yuichiro, hola! No esperaba encontrarte por aquí.

—Señorita Serena. ¡Qué gusto verla! ¿Cómo ha estado?

—Bien, vine a ver el plan de estudios

—Oye. Supe que ya no vives en el templo.

—Es verdad. Me mudé a unos departamentos a dos calles de aquí.

—¿Por qué?

—Comodidad— Respondió Yuichiro— Me queda más cerca de la facultad.

—¿Y Rei?

—¿Ella? Supongo que debe estar saliendo del colegio a estas horas.

—¿Creés que saliendote de ahí vas a conquistarla?

—¿Conquistarla? La señorita Rei nunca me miró de manera romántica y creo que me tardé demasiado en entenderlo.

—¿Qué ? — Cuestionó Serena sorprendida —¿Tan fácil te vas a dar por vencida? ¡No puedes ser tan conformista, Yuichiro! Si tú la amas, yo te puedo ayudar y…

—Señorita Serena, yo ya no estoy interesado en la señorita Rei, de hecho, tengo novia—Le dijo Yuichiro—Y si me permite un consejo. No está bien querer forzar una relación amorosa donde una de las partes no tiene interés.

Serena tartamudeó ante las palabras de Yuichiro, pues nunca pensó que él le hiciera un comentario que le hiciera sentir avergonzada.

—Con su permiso, señorita. Tengo que encontrarme con mi novia. Y se lo digo en serio. No luche por migajas de amor.

¡Hola! Pues aquí les traigo un capítulo más que espero les guste.

Por cierto. Yo recuerdo que en el anime de los 90s, poco después de que los del Negaverso secuestran a Darien, tanto Serena como Rei están tristes por él, y recuerdo una escena donde las inner están charlando de que Serena debe seguir adelante, pero Makoto es la única que nota que Rei también está afectada porque tiene sentimientos por él. Ese es el motivo por el que en este capítulo es Mako quién le dice a Rei que siempre ha sabido lo que siente por Darien aunque nadie toque el tema.

Gracias a todos los que me leen. Especialmente a Hospitaller Knight, Vientoaguamarina, Clarissa de Shields y Rei Videl por sus reviews

Saludos

Atte

Edythe