Capítulo 10: Atrapados, parte II
A metros del túnel, el mundo de Jacen se reducía al tañido y chispas del beskar caliente. El plasma verde rechazó el machete y la guadaña por enésima vez, mientras luchaba contra un tercer enemigo: el terror. Una cosa era saber que era un truco de la Fuerza. Otra muy distinta era resolver qué hacer con ello. Pateó a Vicrul en el estómago y se volteó a Trudgen, con el sudor resbalando por su rostro.
Un estallido sobre el centro de comando lo hizo girar, incluso antes de reconocer el X-Wing de Nix.
- ¡NO! –vociferó, dando inútiles pasos hacia ella.
El caza en llamas se perdió tras las residencias al otro lado de la cueva. Cediendo a su terror Jacen empujó a sus rivales con la Fuerza, y extendió sus sentidos con todo su ser para alcanzar a su amada.
La sintió perder la consciencia.
No pudo frenar su caída.
No supo qué hacer con su dolor.
El frío poder lo inundó como una marea incontrolable, y notando que Trudgen y Vicrul lo atacarían por detrás, Jacen lo usó para levantar las rocas cubriendo el túnel. Fuera de sí, las arrojó contra ellos. Los enterró en ellas. Pero la frágil estructura de la entrada volvió a colapsar con el violento movimiento.
Rugió, y oyó el caza de Nix explotar a lo lejos. Su duelo hizo que todo alrededor perdiera definición.
No pudo salvarla.
Le había fallado al amor de su vida, pero él no sería el único en sufrir por ello.
Haz el sacrificio.
¿Era la voz de su maestro una alucinación del kyber, o lo había preparado para aquel momento...?
Salva a los que quedan...
Cardo y Ushar emergieron de las sombras, dispuestos a relevar a los otros dos. Jacen los miró de hito en hito bajo la escasa luz de las llamas. Usando su ira para enfocarse, agarró con fuerza el sable.
- Debieron quedarse muertos.
Burska había caído. Piezas del Anodino flotaban a la deriva mientras Finn determinaba en vano si refuerzos venían en camino, o si alguien pudo huír. Nadie atendía sus señales, y ya no alcanzaba las mentes de Jacen o Rue. Estaban en peligro. BB-14 terminó los cálculos para el último salto a Goji, y accionando la palanca del hiperpropulsor el aprendiz optó por meditar el último tramo para serenarse...
...a través de la Fuerza, podía percibir que sus amigos no eran los únicos que estaban en peligro...
...las transmisiones rebeldes se activaron en cuanto BB-14 salió del hiperespacio, sobresaltándolo.
- ¡...el túnel ha vuelto a colapsar...!
- ¡...más sondas en el muro sur...!
- ...voy por ellas...
- ¿Dónde están los Jedi ahora...?
- ¡Contienen a los caballeros, pero ya no los veo por el humo...!
El corazón de Finn se agitó en pánico al percibir oscuridad. Solo podía ayudar si guardaba la calma.
- ¿Qué ocurre en la base? –preguntó, forzándose a respirar, y mirar el planeta- ¿Qué necesitan?
- ¡Finn! –él reconoció la voz de Jess-. ¡Estamos atrapados, droides sonda nos atacan! Hay tres naves de carga sobre la base, una de ellas debe controlarlas. ¡Tienes que deshacerte de ellas!
- Voy en camino –prometió, descendiendo a la atmósfera lo más rápido posible. Giró al droide-. BB-14, necesito un mapa del glaciar. Debemos acercarnos por abajo para que no nos detecten.
BB-14 trinó una afirmación, mostrándole en instantes la mejor ruta en el monitor. Siguiéndola, Finn se aproximó a la base rozando las profundas grietas de hielo. Dejó ir los gritos provenientes del radio y se extendió a la Fuerza, para percibir a través del caos las tres naves sobre el cráter. Estaban vacías.
- ¡Finn, estos droides no se detienen! –Suralinda exclamó por el radio- ¡Cuánto te falta...!
Algo no se sentía bien, pero aferrando el yugo de control, Finn elevó el A-Wing sobre una pendiente rocosa y disparó contra las tres naves en cuanto las divisó. Éstas estallaron sospechosamente rápido.
- Ya lo hice –anunció, forzándose a dejar ir su ansiedad-. ¿Se detuvieron? ¿Qué ocurre adentro?
- Agh, finalmente se detuvieron. Espera... –Sura soltó un gruñido-. ¡Están disparando al techo...!
Le tomó una enorme cantidad de autocontrol no agarrarse la cabeza y desesperar. Miró alrededor.
- BB-14, ¿qué tan caído está el túnel? –preguntó sobrevolando el cráter- ¿Podemos volarlo...?
Éste bipeó que la falla en el túnel hacía imposible otra explosión. Colapsaría. Manteniendo el miedo a raya, Finn debía encontrar una alternativa para sacarlos. Detectó con su visión periférica movimiento sobre el hielo. Insectos luminosos salían de una grieta, haciéndole recordar la cueva de entrenamiento.
Un correntazo hizo a Nix despertar en un caos de alarmas, tosiendo el humo de la cabina. Estaba cayendo. Pitidos urgentes de BB-12 la instaban a ejectarse, mas aún aturdida por el golpe, giró a verlo.
- ¿Y dejarte aquí...? -estaba atorado, chispas salían de su fotorreceptor-. No estaría bien...
BB-12 trinó que su protocolo era sacarla. La cabina se abrió de golpe a expulsar su silla. Nix gritó al sentirse caer sin control sobre la base en llamas. El paracaídas integrado se abrió a disminuir de un tirón el descenso, cortándole el aliento. Agitada, vio el caza y el droide chocar del otro lado de la cueva.
No alcanzó a lamentarse. La sólida fachada de una residencia se acercaba veloz a su encuentro. Apretando los dientes, la rechazó con las piernas para caer con asiento y todo unos metros más abajo.
- ¡Agh! –un golpe al costado la dejó boqueando por aire mientras la silla acababa de arrastrarse.
El paracaídas la cubrió mientras revisaba su estado. Se había golpeado la cabeza en la explosión, pero no sentía nada roto. Dolería en unas horas, pero hasta entonces debía seguir moviéndose, subir a una nave. Se desenredó a tientas de los aparatos, y miró alrededor para orientarse en la penumbra.
- ¿Dónde estoy? –susurró para sí misma. Sin luz era difícil distinguir los callejones-. Oh, ya veo...
Estaba cerca del edificio de gobierno, ya no había sondas en las calles. Cazas aún luchaban en el cielo, pero los droides parecían apuntar al techo... Se incorporó y la cabeza le dio vueltas. Apoyándose en un muro cercano vio los incendios en varios puntos de la base, proyectando sombras, humo y caos.
A la distancia, un destello azul llamó su atención.
Los errores de Rue pasaron veloces por su mente mientras era arrojada desde la azotea por Kylo.
- ¡NO...! –el grito de Ben fue tan fuerte que pudo oírlo incluso cuando la gravedad la reclamaba.
Pero su estómago se revolvió cuando una fuerza igual de intensa frenó su caída, dejándola colgada a pisos de la gran escalera de piedra. Rue luchó contra el terror de estar paralizada a una altura mortal.
Metros más arriba, Ben enfrentaba a Kylo con una mano y la retenía usando la Fuerza con la otra. Si lo distraía, caería. Si él perdía, también. Apretó los dientes para no llorar. De impotencia, de furia, de desconsuelo... Goji se agitaba en agonía, y no había nada que pudiese hacer salvo esperar el fin.
Al menos se encontraría con Nix. Por lo que cerró los ojos, desactivó sus sables, y lo dejó todo ir.
Acompasó su respirar para encontrar paz en el caos. Serenó sus pensamientos para encontrar luz en la oscuridad. Dejó que esta calidez la inundara. Y la Fuerza le susurró que su fin todavía no llegaba.
Estaba a unos doscientos metros. Como un faro de esperanza, un sable de luz azul se estrellaba contra uno rojo sobre el edificio de gobierno. Solo luchaba contra Kylo, pero no había rastro de Rue...
Nix soltó un grito al verla colgando del aire un poco más abajo. Solo luchaba contra Kylo y la retenía con la Fuerza a cinco pisos del suelo. Echó a correr por el oscuro callejón a la explanada, forzándose a buscar más allá del pánico un modo de atraparla. Rogó a la Fuerza para que le mostrase un camino...
...y encontró el viejo X-Wing de Solo, dispuesto en precario equilibrio sobre la escalera de piedra.
El inestable plasma de Kylo siseaba con violencia cada vez que se agitaba cerca de su rostro. Ben desviaba los embates sostenido por la luz, nada más que la luz, mientras retenía a Rue a la vez. Su mente solo percibía como la Fuerza fluía a través de él, porque si se enfocaba en cualquier otra cosa...
Déjame ir, susurró apremiante Rue en su cabeza.
Jamás. El miedo lo atravesó como un cuchillo.
Recibió un golpe en la boca del estómago, y boqueando por aire perdió control sobre Rue. Sentirla caer solo aumentó su desesperación. Empujó al impostor con la Fuerza y corrió al borde de la azotea para atraparla. Metros más abajo la sombra de la chica frenó bruscamente. La oyó jadear con el agarre.
- Tus emociones te delatan, joven Solo –Kylo citó a Snoke-. Siempre has tenido demasiadas...
El sable crepitante volvió a caer contra Ben, quien apenas logró interponer el azul. Con brutales estocadas el impostor lo acorraló en una esquina, la feroz máscara de Kylo imponiéndose sobre él.
- ...por eso estás destinado a perder –exclamó el impostor, tomando impulso con su arma.
Alguien viene, susurró nuevamente la chica, enviándole oleadas de seguridad. Suéltame.
Él lo hizo, a tiempo para llevar el sable con ambas manos a frenar un corte a sus piernas. El poder de Kylo crecía con su odio. Ben le dio un cabezazo, y mientras éste retrocedía, se apartó del precipicio.
- Hablas demasiado... –resopló, adoptando una postura defensiva-. Acabemos esto de una vez.
Ahora solo estaban el impostor y él en la azotea, sus sables de luz el único brillo en la oscuridad.
El X-Wing de Ben ascendía a encontrarla mientras Rue caía. Llamando a la Fuerza para acercarse, ella se estampó en la nariz del caza. El golpe la hizo gruñir, mas abrazada como un ysalamir a la nave, vio que Nix sonreía desde el interior de la cabina. Ilesa. La aprendiz soltó una adolorida risa de alivio.
Su gratitud pronto disolvió el malestar. La Fuerza tenía favoritos, y su amiga encabezaba esa lista.
Nix apuntó la azotea, interrogante. Rue negó y señaló el túnel, gesticulando que avisara a Chewie. Caer de la azotea le había dado algo de perspectiva. Ben podía sobrevivir sin su ayuda, las tropas no.
La piloto indicó un gesto que el Halcón iría, y Rue se paró mientras el caza subía. Vio el combate entre Ben y Kylo. El lado oscuro era poderoso en él último, pero Solo se veía más centrado que nunca.
El Halcón vendrá por ti, susurró a su mente mientras el X-Wing giraba para avanzar al túnel.
Trozos de roca empezaban a caer del techo. Cortándolos con sus sables de luz, Rue divisó a Jacen a metros de la entrada derrumbada. Arrojaba montañas de escombros contra Cardo y Ushar, y oyendo sus rugidos desde lo alto, se estremeció. Estaba usando el lado oscuro, totalmente cegado por éste.
Y ella era responsable, por no abordar sus emociones a tiempo. No podían darse el lujo de perderlo.
Volteó a ver a su amiga, ocupada en acercar la nave a una distancia segura. Respiró hondo para juntar aplomo. No iban a perderlo. El caza se acercó a metros del suelo. Rue esperó a que Nix alzara la vista, y visualizando en su mente su pie sobre el rostro de Ushar, le guiñó un ojo antes de saltar.
Cardo desapareció bajo un montón de rocas, pero Jacen estaba lejos de estar satisfecho. Volteó a Ushar, medio cubierto en los escombros. Éste descolgó el rifle blaster de su espalda y lo apuntó. Presa de una furia fría, el aprendiz corrió a él desviando los rayos con el sable. Un caza pasó por sobre ellos.
Rue saltó de éste, en su caída noqueando a Ushar de una patada. Su furia solo aumentó al verla.
- ¡Llegas tarde! –rugió mientras ella rodaba para incorporarse.
El frío le quemaba las entrañas y debía dejarlo salir. Sintió a Cardo surgir de las rocas tras él con su lanzallamas a punto. Con la Fuerza aullando a través de su ser, agarró al inconsciente Ushar y lo arrojó al tipo, justo cuando abría fuego. El cuerpo impactó el arma regando gel incendiario por todas partes, pero aún no era suficiente verlos arder en su propio incendio. Jacen les arrojó más escombros.
- ¡Jacen! –Rue gritó corriendo a su encuentro- ¡Tienes que calmarte!
- ¿¡Por qué tardaste!? –se volteó a ella, empujándola con la Fuerza.
Rue cayó de espaldas a metros, mientras él volvía a enterrar a los infelices. La imagen del X-Wing cayendo fuera de su alcance lo hizo sollozar. No pudo protegerla por estar en ese estúpido túnel, solo.
- ¡Todo esto es tu culpa! –la apuntó, acercándosele a zancadas- ¡Ella está muerta por tu...! ¡Agh!
Su cuerpo se paralizó. Desde el suelo, Rue extendía las manos hacia él con los ojos muy abiertos.
- Nix está en esa nave –siseó, señalando con la barbilla un viejo X-Wing en el cielo-. ¡Siéntela!
- ¡SUÉLTAME...!–en su cólera, le tomó unos instantes procesar lo que le había dicho- ¿Qué...?
Con un vuelco al corazón él se extendió al caza, y la dulce presencia de Nix le devolvió el alma al cuerpo. No notó que la había extraviado hasta entonces. Libre de la parálisis, Jacen cayó de rodillas.
- Oí a Ezra... otra vez... –jadeó, de alivio, y de horror al aún sentir frío-. Dijo que el lado oscuro...
- No es quien dice ser –Rue estaba pálida cuando él alzó la vista-. He oído voces también, son un engaño. Te contaré todo luego, pero ahora te necesito centrado en la luz abriendo ese túnel.
- No puedo... –Jacen miró el túnel, destruído. Había sido tan fácil antes-. No soy tan fuerte así.
- Juntos lo seremos –ella replicó mirándolo fijo-. Nix querrá acurrucarse con alguien al dejar Goji. Tú eres bueno en eso, pero debes seguir en la luz para ella. Así que deja ir el frío. Sabes como.
La idea de volver a ella lo hizo reaccionar. Las tropas solo sobrevivirían con su ayuda. Jacen buscó la luz en su interior, en su amor por Nix. Dejó que lo llenara y el frío se disolvió. Ya sereno, miró a Rue.
- Eso está mejor –ella sonrió fugazmente, llevando los ojos a la roca-. La estructura del túnel es frágil. Debemos mover los escombros con delicadeza o volverá a derrumbarse. Sin presiones...
Rue se dirigió a la entrada y estiró las manos al derrumbe. Un débil temblor llenó el aire. Ubicándose a su lado, Jacen la imitó. Volvió a visualizar el túnel en su mente y empezó a mover rocas con suavidad.
La cueva crujía amenazante sobre sus cabezas. El túnel comenzó a ceder de nuevo bajo el peso...
Trabajando juntos, ellos contuvieron sus paredes, pero la presión era demasiada. Jacen temblaba del esfuerzo. Rue se arrodilló, bajando las manos. Meditaba. Al notar que su control de la Fuerza se estabilizaba, él se sentó e hizo lo mismo. Deslizaron las rocas en la paz de la luz hasta abrir la entrada.
Alguien ya había quitado las rocas que escondían el túnel secreto. Tras atravesarlo con el A-Wing, Finn sobrevoló la base envuelta en humo y fuego. Esferas voladoras ascendían a disparar al techo, rocas cada vez más grandes caían de éste. No podía ser bueno. Preparó los cañones para dispararles.
- Encontré un acceso –anunció al escuadrón-. Pero es demasiado estrecho para los transportes.
- Jacen y Rue al fin abrieron el túnel –Sura replicó-. Cazas saldrán a asegurar el exterior, pero el espaciopuerto necesita refuerzos. Esas sondas pueden volver en cualquier momento...
- Entendido –echó una fugaz mirada a las sombras de los edificios para ubicarse-. Iré a cubrirlos.
Disparando a varias sondas, atravesó densas nubes de humo para llegar al espaciopuerto. Allí los transportes ya cerraban sus puertas. Finn distinguió tres naves destruídas, dos de ellas aún en llamas. Un grupo de rebeldes se apuraban a subir a sus sobrevivientes a bordo del Halcón y el Época Veloz.
Una sombra deslizándose entre las naves lo puso en alerta. Finn decidió seguir su instinto esa vez.
- Alguien más está allá abajo –y aquello significaba problemas-. Cuidaré las naves desde tierra.
Aterrizó el caza, y al abrir la cabina el humo irritó sus ojos. Pese al fuego alrededor, se sentía frío.
- BB-14, rodea el espaciopuerto. Mantente atento al escuadrón y dispara si las sondas regresan.
Éste trinó en acuerdo y el aprendiz saltó del A-Wing a la tierra recalentada del espaciopuerto. En la Fuerza, sintió el ajetreo ansioso de las tropas que llevaban a los heridos. Se dirigió a los cargueros mientras extraía el sable de luz de su cinturón. Era un caballero de Ren, tal vez varios, estaba seguro de ello, pero pasando bajo el Época Veloz para replicar la trayectoria de la sombra, no encontró nada.
Era difícil ver algo entre tanta penumbra... un diminuto destello debajo del Halcón llamó su atención.
- ¡BOMBA! –gritó al entender, activando su sable de luz para hacerse ver-. ¡TODOS ALÉJENSE!
Llamando a la Fuerza para quitar el aparato del carguero rebosante de heridos, miles de escenarios acudieron a su mente. Solo uno los salvaría a todos. Atrajo la bomba hacia sí y luego la lanzó al cielo.
La bomba estalló metros más arriba. La onda expansiva sacudió naves, y arrojó rebeldes al suelo. La lluvia de escombros se acentuó, y Finn se cubrió junto a varios otros bajo el Halcón. En la Fuerza, sintió las toneladas de hielo y roca sólida vacilar sobre ellos. Tragó saliva. Todo iba de mal en peor...
Chewie salió del Halcón con su ballesta, gruñendo que qué había ocurrido. Finn escaneó alrededor.
- Había una bomba bajo el Halcón –explicó, girando a las tropas aún afuera-. ¡Vayan a cubrirse!
Acercándose a ellos, vio a la sombra con el rabillo del ojo. Ésta subió veloz por la rampa del Halcón.
Pegadas a la estación de comunicación, la canciller y la comandante Connix no perdían pista del avance de la evacuación. Los transportes se elevaban uno a uno hacia el túnel, pero el Halcón debía recibir a los sobrevivientes de los otros tres caídos. La bodega apenas tenía espacio para más tropas.
Leia Organa había ordenado no salir hasta que el último herido hubiese subido. Jon debió preveerlo antes de subir con ella, pero lo cierto era que comparado al secretario, él estaba bastante... resignado.
- Canciller... –pálido, Casterfo se removía inquieto tras ellas-. Debo rogarle que reconsidere...
Una gran explosión sacudió la nave, y las uñas de una aterrada Kaya junto a él se clavaron en su antebrazo. Jon apretó los dientes, escuchando la lluvia de escombros triplicarse sobre la nave. Con el pulso acelerado, vio a Chewbacca atravesar el pasillo fuera de la bodega cargando su ballesta.
- ¿Qué fue eso? –inquirió la canciller, presionando el auricular en su oído para escuchar mejor.
- Una bomba detonó sobre el espaciopuerto –Connix respondió-. Finn la arrancó del Halcón...
- Leia –siseó el secretario, viendo sutilmente la salida de la bodega-. La UAL necesita a su líder...
Las luces se apagaron y todo pasó demasiado rápido: destellos cegadores, una cadavérica sombra desplazándose por la bodega, disparos, gritos, rebeldes lanzados por el aire contra los muros. Silencio.
Alguien encendió una linterna, y Jon gimió al ver un rastro de soldados muertos.
La canciller ya no estaba en la bodega.
- ¡Oye...!
Finn llegó a la rampa justo a ver a Ap'lek abrirse paso empujando rebeldes fuera del Halcón. Una forcejeante Leia colgaba de su hombro. Chewie solto un rugido feroz a su lado, y mientras el aprendiz activaba el sable de luz para cerrarle el paso, la canciller pateó al caballero de Ren en la entrepierna.
Ambos cayeron rodando por la rampa, y mientras el aprendiz corría a Ap'lek, Chewie se precipitó a cubrir a Leia con su cuerpo. El tipo empujó a Finn con la Fuerza, azotándolo contra el Época Veloz.
El aire huyó de sus pulmones con el golpe. Finn cayó al suelo junto al sable apagado. A metros de distancia, Ap'lek se incorporó con una ágil voltereta, sacando un puñal de su capa. Giró a la canciller.
Disparos empezaron a lloverle desde ambos cargueros. Esquivándolos, arrojó una bomba de humo al suelo. Éste se expandió en fracciones de segundo, y Finn alcanzó a recoger el sable antes de perder completamente la visión en una densa nube negra. Activó la hoja de plasma azul, incapaz de ver más.
Sintiendo su agitado pulso en los oídos, el aprendiz resolvió que solo quedaba confiar en la Fuerza. Despejando su mente de todo pensamiento, cerró los ojos, suspiró, y se extendió con sus sentidos.
El frío del lado oscuro era aterrador, pero si se enfocaba lo suficiente, sentía la calidez de la luz en él. En Leia, Chewie y todos los rebeldes. Sumergido en esa paz, una voz familiar susurró a su mente...
Sigue la luz, Finn. Sigue la verdad...
Notó que alterando el aire alrededor, los agresivos movimientos de Ap'lek dejaban una estela. Dejó que la luz le dijese a dónde ir. Su entorno se enfrió de súbito. Finn vio lo que ocurriría. Bloqueó con el sable un puñal de beskar dirigido a su estómago, y cortó al caballero a la altura del pecho, abatiéndolo.
El Época Veloz se elevó a unos metros de distancia, disipando el humo negro con sus propulsores.
Ap'lek yacía muerto en el suelo, pero la Fuerza seguía indicando a Finn una urgencia más adelante.
Chewie corrió a su encuentro, señalando que Leia saldría con Emmie en el Época Veloz y que Ben aún peleaba con Kylo en el centro de comando. Finn se volteó hacia allá, sin ver nada debido al humo.
Sigue la verdad, dijo la voz del Supremacy. Y para ello debía llegar allá.
Una hilera de cazas se precipitó por el túnel abierto para proteger a los transportes de una eventual emboscada. Buscando manualmente al escuadrón por radio, Nix salió a la radiante superficie de Goji.
- ...todo despejado, transportes –aseguró la voz de Jess-. Pueden salir...
- ¡No, esperen...! –otro piloto gritó, su comunicación se cortó abruptamente.
La alarma de proximidad se disparó en su tablero, y rayos comenzaron a llover hacia su derecha.
- ¡Una nueva nave viene, maniobra evasiva...!
El X-Wing que iba detrás del suyo estalló en llamas. Con un vuelco al corazón, activó los escudos. Dando un rodeo con la nave para alejarse de los disparos que siguieron, reconoció al Buitre Nocturno.
Iba directo a ella. Nix dejó escapar un gemido al reparar en que estaba pilotando el caza de Solo.
- Mierda, mierda, mierda... –siseó describiendo piruetas en el aire para perder la nave enemiga.
- ¡Nix! –Kaz sonaba incrédulo- ¿Eres tú...?
- ¡Vimos tu caza estallar! –agregó Yolo-. ¡Agh! ¡Más sondas intentan entrar a la cueva!
- Los transportes deben salir ya, ¡acaben con ellas! –les urgió Jess-. Nix, ¿dónde cayó tu nave?
- Larga historia, pero tomé el caza de Solo. El Buitre va por mí, lo alejaré de los transportes...
- Excelente –Sura exclamó-. Novatos, vengan conmigo. Vamos a tomarlo desprevenido.
Con el pulso agitado maniobró por el blanco glaciar, alejándose de la base y la nave que disparaba.
- Sus escudos son poderosos –Kaz soltó a los segundos-. Nix, tendrás que entretenerlo un poco.
- ¿Cuánto es un poco? –preguntó, escuchando las alarmas del tablero-. Los míos no durarán...
Los certeros rayos del Buitre Nocturno gastaban sus defensas rápido, haciendo al caza sacudirse.
- ¿Qué tal la maniobra de Ryloth, Sura? –sugirió, entrando a una grieta en busca de cobertura.
- Debilitaremos su escudo así, pero perderemos visibilidad –Sura replicó-. Tú deberás derribarlo.
- Entendido –descendió aún más en el hielo con un cosquilleo en el estómago-. Puedo hacerlo.
- El resto disparen a los acantilados sobre Nix. Procuren que caiga todo sobre el Buitre. ¡Vamos!
Ella pilotó el caza hasta el fondo de la grieta a fin de entorpecer los movimientos de la monstruosa nave. Ésta resultó ser mucho más ágil de lo que pretendía. En segundos, la tenía a metros de su cola.
- Cuando quieran, chicos... –los apremió haciendo piruetas entre las estrechas paredes de hielo.
- Te tenemos Nix... –aseguró Kaz.
Los rayos disparando arriba liberaron una nube de escombros helados. Éstos caían a medida que avanzaba, por lo que aceleró para evitar que la aplastaran. En cuanto perdió al Buitre en el hielo, Nix elevó el caza, y el escuadrón detuvo los disparos. Trazó un arco completo hasta quedar tras su rival.
El hielo por sí solo no iba a derribar a un transporte como ése, pero si interferiría con sus escudos.
- Hola, guapo... –la piloto apuntó al depósito de combustible, cubierto de nieve-. Adiós, guapo.
Disparó, y el Buitre Nocturno estalló causando que las paredes de hielo se fuesen abajo sobre sus restos. Nix llevó el caza hacia arriba, fuera de la grieta, escuchando los festejos de sus compañeros.
A lo lejos, las sondas caían desactivadas y los transportes salían de la cueva a través del cráter.
El Halcón no estaba entre ellos.
Bloqueando impacto tras furioso impacto del sable rojo, Ben resollaba en su esfuerzo por retener al impostor en la azotea. Solo la luz lo hacía esperar paciente la nave prometida, ignorando sus burlas.
- Usar tu máscara es agotador –soltó-. Tantos sentimientos por tu familia, tu pasado, tu destino...
- ¿Crees conocerme por eso...? –lo cortó, forzándose a dejar ir su irritación-. Pues no lo haces.
La cueva retumbó con violencia, rocas caían de arriba. El impostor se le lanzó para llegar al agujero del suelo. Sin apartarse Ben lo empujó con la Fuerza, y derrapando unos metros Kylo rió con crueldad.
- Sé lo que deseas. Sé lo que temes. Caminas entre luz y oscuridad porque no sabes quién eres. Por eso Ben Solo será olvidado... –lo apuntó con su sable-. Y esa ladrona que tanto proteges...
Exhalando, Ben se forzó a no reaccionar a su insidia. Sin bajar el arma, el impostor ladeó la cabeza.
- ¿Sabes quién envió esos espías a su taberna...?
Piezas encajaron en su mente con dolorosa claridad. Fuera de sí, Ben usó la Fuerza para asfixiarlo.
- Dime dónde está el Emperador –siseó, suspendiéndolo inmóvil sobre el precipicio-. ¡AHORA!
Ben iba a matarlo. Lentamente. El Emperador iba a rogarle por piedad... Sintió la inquietud de Rue, y reparó en lo agitado que estaba. Acompasando su respirar, arrojó al impostor de vuelta a la azotea.
- Lo verás pronto... –tosió él, incorporándose-. Y cuando mueras, seré el Kylo que todos temen...
Una roca del tamaño de un caza cayó cerca de ellos, el impostor se la arrojó con la Fuerza. Incapaz de pararla, Solo saltó y la desvió para sellar el agujero del suelo. Su rival, que corría a saltar por éste, frenó rugiendo de furia. Se abalanzó hacia él agitando el sable de luz. Ben se preparó para la defensa.
La cueva volvió a estremecerse, así como sus sables de luz al chocar. El impostor empujó ambas hojas al piso dejando surcos derretidos a sus pies. Forcejeando, Ben notó que el Halcón se acercaba.
Finalmente. Enfocado en el fluir de la Fuerza, encontró su oportunidad.
Enganchó la guarda del sable rojo con la hoja azul, y girando las muñecas, la inclinó para cortar la mano del impostor. Éste gritó de dolor mientras el sable de Kylo y un par de dedos caían por la azotea.
- Tú no eres Kylo... –declaró avanzando hacia él-. Él es mi sombra. Y esa, es solo una máscara...
Llevando el sable a ésta, Ben cortó su antiguo rostro a la mitad. Con chispas y siseos los pedazos cayeron, mostrando un rostro humano de terribles ojos amarillos, un Sith. Éste saltó por el precipicio.
- ¡NO! –gritó Ben, corriendo a mirar abajo. La cueva se sacudió con furia.
El Sith arañaba la pared para reducir la velocidad de su caída, y usando el sable azul para imitarlo, Ben lo siguió edificio abajo. Espantosos crujidos llenaban el aire mientras se deslizaba, e intuyendo que la cueva entera cedería en apenas segundos, el aprendiz se extendió a buscar a Rue en la Fuerza.
La sintió aún sujetando el túnel. El Halcón, sin embargo, se acercaba rápidamente a la explanada.
Con estruendo atronador, trozos de hielo comenzaron a caer del techo. Finn se precipitó a la oscura explanada oyendo los rugidos apremiantes de Chewbacca. Desde la cabina, habían visto a Solo caer.
- ¿¡BEN...!? –gritó el aprendiz, buscándolo con la mirada alrededor del edificio- ¡BEEEN!
Sintiendo frío, Finn se puso en alerta. Una sombra salía de entre restos de un deslizador en llamas. No era Ben pero estaba herido, se llevaba una mano al pecho. Le tomó unos instantes ubicar su rostro.
- ¿Mycah...? –incrédulo, dio unos cuantos pasos hacia él. Buscaba algo en el suelo-. ¡Mycah!
El desertor clavó sus fieros ojos amarillos en él, y Finn se estremeció. Lo miraba, pero no lo veía...
Un destello rojo lo hizo mirar abajo, y aunque sujetó la empuñadura del sable, fue demasiado tarde. Mycah echó a correr, dejándolo con la hoja de Kylo alojada en su vientre. Finn la apagó antes de caer.
- ¡Finn...!
Ése, era Ben acercándose, pero el ardor en su estómago le impedía responder. O respirar. Con su mejilla pegada al suelo, sintió el retumbar de la cueva colapsando. Luego todo empezó a amortiguarse.
- Finn, mantente despierto. ¿Puedes hablar? ¿Conocías al impostor?
Escuchaba la grave voz de Ben como a través de una neblina, o tal vez había neblina dentro de la cueva. Tenía la vaga noción de ser arrastrado de las axilas, pero sus párpados pesaban demasiado...
- Finn, vamos, háblame... ¡CHEWIE, ARRANCA! ¡AYÚDENME A SUBIRLO, O APÁRTENSE!
Sus repentinos gritos lo hicieron espabilar. Lo habían herido, gravemente. Moriría, y aún tenía tanto por hacer, por decir... su corazón comenzó a latir fuera de ritmo. Juntó todas sus fuerzas para hablar.
- Dile a Poe... –susurró, y se interrumpió, desconcertado.
¿Decir qué? Su rostro sonriente de pronto aparecía ante sus ojos, Finn sabía que debía decir algo. Sintió como lo depositaban en el suelo del Halcón en movimiento. Se esforzó por seguir consciente.
- Dile... –tomando aire, deseó más tiempo para definir la oleada de calidez que lo llenaba-. Dile...
- ...díselo tú mismo.
Finn se incorporó para mirar su estómago con ironía, y reparó en que la herida ya no estaba ahí.
- ¿Qué...? –alzó la vista a mirar a Ben, más pálido de lo usual.
Acuclillado junto a él, éste se puso de pie bruscamente. Vaciló afirmándose del muro, y los atónitos rebeldes que atestaban el pasillo se echaron atrás para darle espacio. La rampa del Halcón descendió.
En medio de una violenta ventisca Jacen entró con Rue a rastras, sumergida en trance meditativo.
- ¡VAMOS, VAMOS, VAMOS! –gritaba el peliverde mientras subían-. ¡EL TÚNEL NO DURARÁ!
- Oh, no... –Finn murmuró, olvidando por completo su milagrosa recuperación-. Oh, no, no, no...
Seguían dentro de la cueva, pero el techo se había abierto. El hielo caía como avalancha sobre las sondas y la ciudad expuesta. La rampa se cerró, y con una sacudida del Halcón, salieron por el túnel.
A través de la Fuerza, Finn sentía las enormes rocas de la estructura caer, justo después de pasar. Cuando el carguero finalmente salió por el cráter a la superficie de Goji, Jacen se desplomó en el piso. En un latido, Ben se adelantó a atrapar a Rue, antes de que ésta hiciera lo mismo. Rebeldes jadearon.
- Están agotados, nada más –explicó, tensándose-. Finn, dejémoslos en el cuarto de tripulación.
- Tú también lo estás... –éste comentó, notando que se tambaleaba al cargar a la aprendiz.
Ben no respondió. Tomando a Jacen con ayuda de un soldado, Finn lo siguió a través del mar de rebeldes, en dirección al camarote de la tripulación. Tras dejar a los dos aprendices sobre las literas, el hombre que los asistió salió veloz del cuarto y cerró la puerta. Solo se dejó caer sentado en el suelo.
Pero Finn tenía demasiada energía, y las hebras de un misterio se desenmarañaban ante sus ojos.
- Con que eso pasó en el Supremacy... –asintió, tras un largo silencio en el cual Ben se esforzaba demasiado en no mirarla-. La sanaste, como a mí... La salvaste. Porque te preocupas por ella.
A Ben no le gustó escuchar aquello. Suspiró y cerró los ojos, acomodándose en posición de loto.
- Debo meditar para reponerme, Finn. Por favor guarda silencio.
- Okey... –en vistas de que lo había sanado, decidió no insistir-. Estaré con Chewie, entonces...
Tras abrir la puerta para salir, giró a verlo meditar entre las dos literas ocupadas por Jacen y Rue. Se sentía cálido, y tras intuir que tenía razón, se convenció de dejar a sus amigos en buenas manos.
- Gracias, Ben –dijo antes de irse-. Por salvarme a mí también.
Porque ahora, Finn sabía la verdad. Varias verdades, de hecho, pero una más urgente que el resto.
Mycah era el impostor, ayudaba al Emperador.
Y de algún modo, sabía que seguía vivo.
Espero que hayan disfrutado la lectura, saludos y tengan un buen fin de semana ^^
